- Espero que te vaya muy bien con Malfoy, Harry – dijo Cho, reteniendo a Harry en su silla sin permitirle moverse.
- Herr... mi...one – dijo Víktor, dirigiéndose a ella que estaba sentada a un lado de Ron – ¿quierrres tomarrr el almuerrrzo conmigo?
- No puede Víktor – comentó rápido Ron – tenemos que preparar una nueva poción de la verdad para probarla con Malfoy ¿cierto Hermione? – concluyó Ron y le paso el brazo por el hombro a Hermione.
- Pues entonces sega una vegdadega lástima, pogque yo queguía palticag un poco contigo gon - dijo Fleur
- Pero no puede Fleur, tú misma lo escuchaste – expresó Hermione – tenemos mucho trabajo.
Hermione se levantó en ese momento de la mesa, se despidió de los magos que ahí se encontraban y salió seguida de Ron de la habitación.
Fleur y Víktor se disculparon y salieron también de la mazmorra, mientras que Neville, Ginny, Kate, Harry y Cho seguían en ella.
- ¡Qué carácter tan feo el de Hermione! – comentó Cho una vez que estos habían salido
- ¿Te molesta el carácter de Hermione Cho? – le preguntó sarcásticamente Kate
- Antes te caía muy bien, según lo recuerdo Cho – intervino Ginny con una mirada de malicia
- La gente cambia Weasley – contestó cortantemente Cho.
- Escucha bien tus palabras Cho – dijo Kate – la gente cambia y los sentimientos también. No te creas que todo sigue igual que hace algunos años.
- ¿De qué estas hablando Kate? – dijo muy molesta Cho
- Nada de importancia, mira yo creo que lo mejor será que te vayas a dar una vuelta por ahí – comentó Kate sonriendo ante la molestia de Cho.
- Si Cho – intervino Neville – lo mejor será que vayamos a dar una vuelta ¿Te parece?
Cho captó la mirada inquisitiva de Neville y con la seguridad de que le iba a proponer algo bueno y productivo para los dos (porque Cho sabía que Neville estaba enamorado de Ginny), aceptó la invitación y salieron de la habitación.
Harry y Kate acordaron que el primero en vigilar a Malfoy desde la habitación sería Harry porque Kate ya no soportaba estar más tiempo encerrada. Entonces, Ginny le preguntó a Harry si podía quedarse un rato más con él y Kate, al escuchar esta proposición, salió de prisa de la habitación, dejándolos solos.
- Creo que Kate tenía mucha prisa por irse – dijo alegremente Harry
- Lo que pasa con Kate es que no soporta Azkaban Harry
- Si, es un lugar realmente muy lúgubre.
- Harry, necesito preguntarte algo, pero quiero que me respondas con la verdad – le dijo Ginny muy seria
- Si Ginny, lo que quieras
- ¿Todavía amas a Cho?
- Bueno...., mira, creo que no, aunque no puedo evitar sentirme incómodo cuando está presente, además, si he de serte sincero Ginny, hay alguien más que me hace sentir cosas muy raras, algo que jamás había sentido
- Ah!, vaya – dijo Ginny muy triste – creo que Kate es una chica maravillosa y...
- Yo no me refiero a Kate, Ginny.
Harry miró muy profundamente a Ginny y esta vez, ella no pudo soportar la inquietante mirada de Harry así que bajó la vista como tantas veces lo había hecho. Harry sonrió y pensó que estando junto a ella, podía olvidar todo el odio y rencor que sentía por Malfoy.
Mientras tanto Kate, que había salido muy apresurada de la habitación, tomo rumbo hacia un pequeño patio que estaba casi a la entrada a la prisión. De ahí, logró ver una especie de cercado de gruesas tablas de madera y luego una gran llamarada de fuego que se elevaba por el cielo. Kate, movida por la curiosidad caminó hasta donde estaba el enorme cercado y buscó la forma de poder entrar. Buscaba algo parecido a una puerta o una marca que le indicara que por ahí estaba la entrada, cuando la voz de un hombre la interrumpió.
- ¿Podemos ayudarle en algo señorita?
Kate se dio vuelta y vió aun hombre joven de unos 30 años de pie frente a ella. Estaba un poco sucio por lo que Kate imaginó que venía de hacer un cambio de dragones de su puesto de guardianes. A pesar de que no lo conocía, su aspecto de era familiar: alto, extremadamente delgado, con unas cuantas pecas en el rostro que estaba quemado por el sol y el cabello rojo. Con él, venía un joven de la edad de Kate, quizá unos años más grande que bajó la mirada y ocultó el rostro en cuanto los ojos de Kate lo detectaron. Este chico era solo un poco más alto que Kate, tenía el cabello color castaño claro, los ojos grises y la tez blanca. Su complexión y sus manos le indicaron a Kate que hacía mucho que se dedicaba a cuidar dragones. Después del breve reconocimiento, Kate sonrió al señor más grande y respondió a su pregunta.
- Me gustaría ver a los dragones, si ustedes me lo permiten
- Bueno – respondió el hombre más grande – no es algo que sea reglamentario, pero puede verlos desde esta pequeña ventana.
El mago sacó su varita y le dio un toque a uno de los maderos. Automáticamente, apareció ante los ojos de Kate un pequeña ventana, justo a su medida para que pudiera ver sin ningún problema a los dragones.
- ¡Muchas gracias señor.... – dijo Kate
- Charlie Weasley señorita y él es Thomas Hunt, uno de los mejores cuidadores de dragones de todo el reino mágico.
- Vaya que sorpresa, así que es hermano de Ron y Ginny. Es un placer conocerle. Yo soy Kathelene Britter, pero por favor llámenme Kate.
Guiada por los dos chicos que habían llegado en su auxilio, Kate disfruto toda la tarde de la compañía de Charlie y Thomas, quienes le explicaron a Kate todo lo que sabían sobre dragones.
Cho y Neville se habían unido a Víktor y Fleur que se habían cansado de insistir a Hermione y Ron respectivamente y se habían ido al comedor de la prisión.
- No entiendo como puede agradarte la antipática de Hermione – dijo Cho a Neville
- Herrr....mio....ne es una grrran chica, Cho – defendió Víktor – lo extrrrraño en todo esto es que tu sigas enamorada de Harrrry
- no es extgaño - comentó Fleur - hagi es un gan chico, muy bueno y atento. Cualquierga se enamogagia de él
- Ginny lo está – dijo Neville – pero eso ya todos lo saben
- Lo que tenemos que haceg es un plan paga podeg sepagaglos - dijo Fleur y así todos contentos: Hagi anda con Cho, Gon conmigo, Hegmione con Víktog y Neville con Ginny y asunto agueglado
- No creo que funcione, es muy tentador pero no funcionaría –comentó Neville
- Vamos Neville, no te rindas, veras que pronto podrás estar junto a Ginny – dijo Cho – y eso corre por mi cuenta.
Lo cuatro se quedaron sentados en la mesa de la cafetería, mientras en uno de los laboratorios de Azkaban, Ron y Hermione seguían discutiendo por la poción.
- No Hermione – decía Ron – creo que deberíamos agregarle un poco más de agua de los pantanos.
- Según mis teorías, esta poción debe se estar espesa Ron, no suave.
- Pero Hermione, yo creo que no es necesaria más agua
- ¡Eres tan necio como Fleur que no te dejaba en paz hace rato! – gritó Hermione regando agua del pantano por toda la túnica de Ron.
- ¡Mira lo que hiciste! – le dijo Ron – qué no recuerdas que el agua de pantano es muy peligrosa porque... ¿de qué te ríes Hermione?
- Lo siento Ron, pero es que te vez muy gracioso todo mojado.
- No es gracioso Hermione – y la miró a los ojos – sabes que, he estado pensando y creo que ya es justo que se los digamos.
- ¿Te refieres a...?
- Sabes muy bien a lo que me refiero
- Tenemos muchos problemas en el ministerio para preocuparlos con otro más
- ¿Preocuparlos?
- Si Ron, lo mejor será que sigamos como hasta ahora
- Pero es que ya se los quiero decir
- Si Ron, yo también.
Ron abrazó tiernamente a Hermione y ya con más calma, siguieron trabajando con la poción de la verdad.
Cerca de la entrada norte a Azkaban, se encontraba un escarabajo postrado en uno de los árboles que estaba por ahí. Justo arriba, en una de las ramas de ese mismo árbol, un cuervo negro observaba toda la actividad y dio tres graznidos, como si fuese una señal. De las profundidades del bosque, una rata ya muy vieja corrió hasta la entrada y fue rechazada por la burbuja que protegía la prisión. La rata regresó a su posición original y momentos después, salió un pequeño niño, de cómo unos 8 años de edad, de piel blanca y cabello rubio. El chico caminó hasta la entrada y logró traspasar la burbuja. El cuervo lanzó dos graznidos de alegría, pero continuó ahí en las ramas.
Kate, por su parte, ya había regresado a la habitación en donde todavía estaban Ginny y Harry hablando tranquilamente. Pidió permiso a Harry de poder entrar a la habitación de Draco, a lo que Harry solo pudo darle algunas recomendaciones.
Caminó hasta la puerta contigua. El elfo que la custodiaba la hizo una revisión y luego de quitarle la varita (normas de seguridad) permitió que Kate entrara a la mazmorra.
Era un cuarto pequeño y oscuro. Un poco de luz entraba por los barrotes de la ventana y de la puerta. Había una pequeña cama, un lavabo, y no tenía espejos. Después de dar una pequeña revisión con la vista, Kate lo encontró sentado en un rincón oscuro del cuarto.
Kate caminó hasta donde estaba Draco sentado. Él se levantó, guardó la foto que tenía en sus manos y la miró con tristeza. Draco caminó hasta donde Kate estaba de pie y se quedó parado frete a ella.
- Hola Draco, ¿Te sientes bien?
- Si tú estuvieras encerrada en la prisión, ¿podrías estar bien?
- Se que es una mala pregunta, disculpa.
- ¿Una auror me esta pidiendo una disculpa?
- Solamente quiero ser amable
- ¡Yo no necesito de tu amabilidad ni la de nadie! – grito Draco
- ¿Por qué te enojas cada vez que alguien quiere ser amable contigo?. Sabes, mejor hablemos de otras cosas. ¿Me permites tocarte del brazo?
- ¿Para que puedas ver dónde están las resistencias?, olvídalo para estos momentos ya han de haber cambiado de lugar. No son tan estúpidos como creen
- Yo no estoy diciendo que alguien lo sea.
- Se lo que pretendes Kate y mejor date por vencida porque yo no voy a permitir que me pongas ni un dedo encima
- ¡Como tu quieras Malfoy! – grito Kate – ya me di cuenta de que ese profundo odio que tienes no te permite ser amable con nadie
- Hasta nunca Kate, espero que cuando me vaya no me extrañes.
Kate salió muy molesta de la habitación. Draco volvió a tu rincón y sacó de nuevo la fotografía de la chica. Kate regresó a la habitación en donde estaba solo Harry.
- ¿Cómo te fue con Draco?
- ¡Muy mal! Ese chico definitivamente no tiene nada de bueno.
- Ahora entiendes por qué nadie lo quiere, ni cuando estaba en Hogwarts
- Pues mi no me interesa porque ese chico...
De golpe, entraron Fleur y Cho a la habitación y con ellas un pequeño niño de tez blanca y cabello rubio. Dijeron que se había perdido y que estaba buscando a sus padres cuando dos elfos domésticos lo cercaron y no le permitían buscarlos. Kate miró con recelo a ese niño que se acercaba a la pared que conectaba a la habitación en la que estaban con la de Draco.
Harry discutía con las chicas (¡Como es posible que lo hayan traído para acá!) cuando el chico desapareció . Kate cerró los ojos y trato de encontrarlo. El niño apareció en la puerta de barrotes de la habitación de Draco, le dio su varita y Draco abrió la puerta. El niño entró, lazó un hechizo a Draco y un halo de luz lo cubrió por completo. Luego lo tomó de la mano y desaparecieron. Harry llegó a la habitación ya muy tarde. Todo fue en fracción de segundos, ni Cho ni Fleur sabían qué era lo que había sucedido Kate abrió los ojos y corrió hasta donde estaba Harry, que parecía muy furioso. Cho y Fleur llegaron después y Harry las culpó por todo.
- ¡Como es posible que hayan traído a ese niño! – gritó Harry – ¡no puedo creer que esto haya pasado y todo por su culpa!
- Harry – dijo Cho – no fue nuestra culpa ese niño...
- ¡Silencio por favor! – interrumpió Kate – Harry, Draco aún esta afuera, podemos alcanzarlo.
Harry y Kate desaparecieron y aparecieron a las afueras de la prisión, en donde estaba Draco con el niño, una rata, un escarabajo en el pecho y un cuervo que pasó volando.
- ¡Detente Draco! – gritó Harry – no te vas a escapar
- No lo creo Potter, mira quien está aqu
Del bosque salió una mancha de humo negro. A Harry empezó a dolerle la cabeza, parecía que le iba a estallar, tanto que tuvo que arrodillarse por el insoportable dolor que tenía. Kate miró a Harry en el suelo y luego vió como la mancha gris tomaba forma de hombre.
- Sigues siendo tan débil Potter – dijo la voz del ahora espectro de Voldemort
Harry se levantó y miró con odio a Voldemort
- ¡Nunca he sido débil Voldemort! – gritó Harry – y mucho menos ante ti
- ¿Voldemort? – susurró Kate y dirigió la mirada hacia el mago tenebroso que le había quitado a Walter.
- Vaya, así que la reencarnación de Jhuen ya esta con ustedes – dijo Voldemort mirando a Kate – pero no será por mucho.
- ¡Aeternus tempa! – gritó Kate
El tiempo se detuvo, todos quedaron congelados, excepto Voldemort que reía como histérico ante el asombre de Kate. Luego murmuró unas palabras y desapareció con Draco, el niño, la rata, el escarabajo y el cuervo.
Kate regresó el tiempo a su movimiento y con lágrimas en los ojos le dijo a Harry
- ¡Lo siento, lo deje escapar!
Y Kate se quedó sentada en el suelo llorando con amargura, mientras Harry la miraba con tristeza y pensaba que Draco había podido escapar de la prisión.
