El Rescate Harry y Kate causaron conmoción a su llegada a Azkaban. Los carceleros les abrían el paso mientras miraban asombrados el cuerpo flotante de Malfoy que volaban frente a ellos. Azkaban era un lugar verdaderamente horrible. Enormes muros de piedras fría y gris se erguían cubriendo el edificio que ocupaba la prisión y no permitían el paso de la luz del sol (que parecía que nunca salía por aquel espantoso lugar). El edificio era una especie de mazmorra enorme, helada, con un olor a humedad presente todo el tiempo. Enormes colacuernos húngaros sobrevolaban la prisión y vigilaban las entradas. Las protecciones en Azkaban, desde que los dementores se pasaron al lado de Voldemort, se volvieron la prioridad para los miembros del ministerio. Una enorme cápsula de colores la cubría por completo (el hechizo contra los mortífagos y demás criaturas del lado obscuro de la magia); magos del Departamento de Guardianes Incontenibles custodiaban a los reos (estos magos eran preparados única y exclusivamente para defender Azkaban) y para disgusto de muchos miembros del ministerio, los elfos domésticos que habían trabajado en Hogwarts, ahora eran otros custodios dentro de la prisión. La red de seguridad de Azkaban había sido perfectamente planeada por Dumbledore hacía años atrás, cuando se enteró que Voldemort había regresado. Desde el momento en que Harry le había dicho que el Señor Tenebroso recuperó su forma humana, se encargó de todo y especialmente ( y ya previniendo la deserción de los dementores) de los magos que estarían es Azkaban. Llamó a quienes eran los egresados de Hogwarts más capaces y con nervios de acero y les pidió su ayuda. Algunos, fieles a Dumbledore, aceptaron con todo respeto, mientras que muchos otros, simplemente desaparecieron al escuchar el proyecto. Con quienes se quedaron, Dumbledore organizó el grupo de "Los Guardianes Incontenibles" y se encargó de prepararlos con hechizos especiales que ningún otro mago del reino conoce. Al respecto de los Elfos domésticos, cuando Hogwarts cerró gracias a la guerra civil, los pobres se quedaron sin trabajo y como Dumbledore necesitaba de sus propiedades mágicas (que son muchísimas), siguiendo los deseos de Dumbledore, aceptaron defender Azkaban en caso de que se presentara un asalto a la prisión, muy parecido al que realizaron los mortífagos cuando liberaron a los partidarios de Voldemort que se encontraban recluidos. Para Kate, esa prisión representaba la peor de todas sus pesadillas; no soportaba el ambiente en Azkaban. A cada momento le daban escalofríos se sentía mareada por el olor a humedad y el recuerdo de los dementores que habían reinado por tantos años entre los muros de ese horrible lugar, no le proporcionaba una sensación muy agradable. Malfoy quedó encerrado en las celdas de máxima seguridad que estaban custodiadas por un elfo doméstico cada una y no lo interrogaron hasta días después de su captura, cuando estuvieron todos los aurores de la Hermandad reunidos junto con algunos miembros del ministerio. Malfoy ya había recuperado el conocimiento, pero se negaba rotundamente a hablar. Los miembros del ministerio y la Hermandad estaban reunidos en una mazmorra contigua a la celda de Draco. Un cuarto oscuro, apenas iluminado por las antorchas que estaban en la pared. Sin ventanas y una miserable puerta por la que solamente podía pasar uno a la vez. Todos los magos estaban sentados en bancos alrededor de una mesa redonda (moda impuesta por Arthur cuando llegó a ser Ministro de Magia) y tenían los rostros pálidos pero con un brillo especial en los ojos. - Deberíamos de torturarlo – dijo en un arrebato de locura "Ojoloco" Moddy - No creo que sea la medida correcta Alastor – comentó Arthur Weasley - ¡Para ti nada esta bien Arthur! – gritó Moddy - Te recuerdo que le estas hablando al Ministro de magia Moddy – intervino Sirius - Vaya, ¡Es verdad!, ¡Se me había olvidado!, lo siento mucho ... ¿Señor? – dijo Moddy en un tono de sarcasmo muy cercano a la burla. - No te preocupes Alastor – dijo pacientemente Arthur – lo importante ahora es que Malfoy diga en dónde están las resistencias. - ¿Ya utilizaron la poción de la verdad? – dijo Percy Weasley que llegaba en esos momentos a la habitación - Si y no sirvió de nada – comentó Ron – perece ser que mi teoría sobre los antídotos permanentes que creó Voldemort no es tan falsa - Paguece seg que si gon - le dijo Fleur, agitando su cabellera y mirando a Ron de una forma muy peculiar. - Creo que ese comentario está fuera de lugar Fleur – dijo Hermione visiblemente molesta y con las mejillas rojas por el enojo. - Yo no lo creo así – dijo de pronto Cho, y miró con odio a Hermione - ¡Chicas por favor! – exclamó Sirius – esto no es una sección de "Corazón de bruja", guarden la compostura. Las tres chicas guardaron silencio y miraron a Arthur Weasley quien se ponía de pie en esos momentos. - Entiendo perfectamente que estemos todos muy felices, orgullosos y preocupados por la captura de uno de los partidarios más fieles del Señor Tenebroso, el más fiel me atrevería a afirmar, pero tenemos que resolver el problema de cómo obtener la información de las resistencias – y se volvió hacia donde estaban sentados Harry y Kate - ¿Se les ocurre alguna idea muchachos? Kate miró de reojo a Harry y notó la misma mirada de odio que tenía en el momento que capturó a Malfoy. De hecho, desde que se habían enfrentado en el bosque, esa mirada no se había ido de los ojos de Harry. Ginny, que estaba a la izquierda de Harry, notó también el cambio y miró preocupada a Kate, quien le respondió con el mismo tipo de mirada. - Sinceramente señor Weasley – dijo Harry con un tono se severidad en la voz – creo que lo mejor sería que permitieran que los miembros de la hermandad pudiéramos hablar con él, incluyendo a Kate, claro está. Los magos que estaban reunidos se quedaron atónitos ante la propuesta de Potter, y Kate fue la primera, no porque la había nombrado, sino porque esperaba que Harry fuera más estricto con Malfoy. - A mi me gusta la idea Señor Ministro – dijo Kate reaccionando a lo que había dicho Harry. - Pues bien – concluyó el señor Weasley – entonces a partir de esta tarde, ustedes serán los encargados de Draco Malfoy. Solo les pido que tengan mucho cuidado chicos. - No se preocupe Señor Weasley – le dijo Hermione – lo tendremos. Uno a uno, los magos del ministerio salieron por la pequeña puerta de la mazmorra y encabezando el grupo estaba Arthur Weasley. Sin embargo y a pesar de que algunos miembros de la hermandad querían que se fueran, Cho, Fleur y Víktor se quedaron en la habitación.

- Espero que te vaya muy bien con Malfoy, Harry – dijo Cho, reteniendo a Harry en su silla sin permitirle moverse.

- Herr... mi...one – dijo Víktor, dirigiéndose a ella que estaba sentada a un lado de Ron – ¿quierrres tomarrr el almuerrrzo conmigo?

- No puede Víktor – comentó rápido Ron – tenemos que preparar una nueva poción de la verdad para probarla con Malfoy ¿cierto Hermione? – concluyó Ron y le paso el brazo por el hombro a Hermione.

- Pues entonces sega una vegdadega lástima, pogque yo queguía palticag un poco contigo gon - dijo Fleur

- Pero no puede Fleur, tú misma lo escuchaste – expresó Hermione – tenemos mucho trabajo.

Hermione se levantó en ese momento de la mesa, se despidió de los magos que ahí se encontraban y salió seguida de Ron de la habitación.

Fleur y Víktor se disculparon y salieron también de la mazmorra, mientras que Neville, Ginny, Kate, Harry y Cho seguían en ella.

- ¡Qué carácter tan feo el de Hermione! – comentó Cho una vez que estos habían salido

- ¿Te molesta el carácter de Hermione Cho? – le preguntó sarcásticamente Kate

- Antes te caía muy bien, según lo recuerdo Cho – intervino Ginny con una mirada de malicia

- La gente cambia Weasley – contestó cortantemente Cho.

- Escucha bien tus palabras Cho – dijo Kate – la gente cambia y los sentimientos también. No te creas que todo sigue igual que hace algunos años.

- ¿De qué estas hablando Kate? – dijo muy molesta Cho

- Nada de importancia, mira yo creo que lo mejor será que te vayas a dar una vuelta por ahí – comentó Kate sonriendo ante la molestia de Cho.

- Si Cho – intervino Neville – lo mejor será que vayamos a dar una vuelta ¿Te parece?

Cho captó la mirada inquisitiva de Neville y con la seguridad de que le iba a proponer algo bueno y productivo para los dos (porque Cho sabía que Neville estaba enamorado de Ginny), aceptó la invitación y salieron de la habitación.

Harry y Kate acordaron que el primero en vigilar a Malfoy desde la habitación sería Harry porque Kate ya no soportaba estar más tiempo encerrada. Entonces, Ginny le preguntó a Harry si podía quedarse un rato más con él y Kate, al escuchar esta proposición, salió de prisa de la habitación, dejándolos solos.

- Creo que Kate tenía mucha prisa por irse – dijo alegremente Harry

- Lo que pasa con Kate es que no soporta Azkaban Harry

- Si, es un lugar realmente muy lúgubre.

- Harry, necesito preguntarte algo, pero quiero que me respondas con la verdad – le dijo Ginny muy seria

- Si Ginny, lo que quieras

- ¿Todavía amas a Cho?

- Bueno...., mira, creo que no, aunque no puedo evitar sentirme incómodo cuando está presente, además, si he de serte sincero Ginny, hay alguien más que me hace sentir cosas muy raras, algo que jamás había sentido

- Ah!, vaya – dijo Ginny muy triste – creo que Kate es una chica maravillosa y...

- Yo no me refiero a Kate, Ginny.

Harry miró muy profundamente a Ginny y esta vez, ella no pudo soportar la inquietante mirada de Harry así que bajó la vista como tantas veces lo había hecho. Harry sonrió y pensó que estando junto a ella, podía olvidar todo el odio y rencor que sentía por Malfoy.

Mientras tanto Kate, que había salido muy apresurada de la habitación, tomo rumbo hacia un pequeño patio que estaba casi a la entrada a la prisión. De ahí, logró ver una especie de cercado de gruesas tablas de madera y luego una gran llamarada de fuego que se elevaba por el cielo. Kate, movida por la curiosidad caminó hasta donde estaba el enorme cercado y buscó la forma de poder entrar. Buscaba algo parecido a una puerta o una marca que le indicara que por ahí estaba la entrada, cuando la voz de un hombre la interrumpió.

- ¿Podemos ayudarle en algo señorita?

Kate se dio vuelta y vió aun hombre joven de unos 30 años de pie frente a ella. Estaba un poco sucio por lo que Kate imaginó que venía de hacer un cambio de dragones de su puesto de guardianes. A pesar de que no lo conocía, su aspecto de era familiar: alto, extremadamente delgado, con unas cuantas pecas en el rostro que estaba quemado por el sol y el cabello rojo. Con él, venía un joven de la edad de Kate, quizá unos años más grande que bajó la mirada y ocultó el rostro en cuanto los ojos de Kate lo detectaron. Este chico era solo un poco más alto que Kate, tenía el cabello color castaño claro, los ojos grises y la tez blanca. Su complexión y sus manos le indicaron a Kate que hacía mucho que se dedicaba a cuidar dragones. Después del breve reconocimiento, Kate sonrió al señor más grande y respondió a su pregunta.

- Me gustaría ver a los dragones, si ustedes me lo permiten

- Bueno – respondió el hombre más grande – no es algo que sea reglamentario, pero puede verlos desde esta pequeña ventana.

El mago sacó su varita y le dio un toque a uno de los maderos. Automáticamente, apareció ante los ojos de Kate un pequeña ventana, justo a su medida para que pudiera ver sin ningún problema a los dragones.

- ¡Muchas gracias señor.... – dijo Kate

- Charlie Weasley señorita y él es Thomas Hunt, uno de los mejores cuidadores de dragones de todo el reino mágico.

- Vaya que sorpresa, así que es hermano de Ron y Ginny. Es un placer conocerle. Yo soy Kathelene Britter, pero por favor llámenme Kate.

Guiada por los dos chicos que habían llegado en su auxilio, Kate disfruto toda la tarde de la compañía de Charlie y Thomas, quienes le explicaron a Kate todo lo que sabían sobre dragones.

Cho y Neville se habían unido a Víktor y Fleur que se habían cansado de insistir a Hermione y Ron respectivamente y se habían ido al comedor de la prisión.

- No entiendo como puede agradarte la antipática de Hermione – dijo Cho a Neville

- Herrr....mio....ne es una grrran chica, Cho – defendió Víktor – lo extrrrraño en todo esto es que tu sigas enamorada de Harrrry

- no es extgaño - comentó Fleur - hagi es un gan chico, muy bueno y atento. Cualquierga se enamogagia de él

- Ginny lo está – dijo Neville – pero eso ya todos lo saben

- Lo que tenemos que haceg es un plan paga podeg sepagaglos - dijo Fleur y así todos contentos: Hagi anda con Cho, Gon conmigo, Hegmione con Víktog y Neville con Ginny y asunto agueglado

- No creo que funcione, es muy tentador pero no funcionaría –comentó Neville

- Vamos Neville, no te rindas, veras que pronto podrás estar junto a Ginny – dijo Cho – y eso corre por mi cuenta.

Lo cuatro se quedaron sentados en la mesa de la cafetería, mientras en uno de los laboratorios de Azkaban, Ron y Hermione seguían discutiendo por la poción.

- No Hermione – decía Ron – creo que deberíamos agregarle un poco más de agua de los pantanos.

- Según mis teorías, esta poción debe se estar espesa Ron, no suave.

- Pero Hermione, yo creo que no es necesaria más agua

- ¡Eres tan necio como Fleur que no te dejaba en paz hace rato! – gritó Hermione regando agua del pantano por toda la túnica de Ron.

- ¡Mira lo que hiciste! – le dijo Ron – qué no recuerdas que el agua de pantano es muy peligrosa porque... ¿de qué te ríes Hermione?

- Lo siento Ron, pero es que te vez muy gracioso todo mojado.

- No es gracioso Hermione – y la miró a los ojos – sabes que, he estado pensando y creo que ya es justo que se los digamos.

- ¿Te refieres a...?

- Sabes muy bien a lo que me refiero

- Tenemos muchos problemas en el ministerio para preocuparlos con otro más

- ¿Preocuparlos?

- Si Ron, lo mejor será que sigamos como hasta ahora

- Pero es que ya se los quiero decir

- Si Ron, yo también.

Ron abrazó tiernamente a Hermione y ya con más calma, siguieron trabajando con la poción de la verdad.

Cerca de la entrada norte a Azkaban, se encontraba un escarabajo postrado en uno de los árboles que estaba por ahí. Justo arriba, en una de las ramas de ese mismo árbol, un cuervo negro observaba toda la actividad y dio tres graznidos, como si fuese una señal. De las profundidades del bosque, una rata ya muy vieja corrió hasta la entrada y fue rechazada por la burbuja que protegía la prisión. La rata regresó a su posición original y momentos después, salió un pequeño niño, de cómo unos 8 años de edad, de piel blanca y cabello rubio. El chico caminó hasta la entrada y logró traspasar la burbuja. El cuervo lanzó dos graznidos de alegría, pero continuó ahí en las ramas.

Kate, por su parte, ya había regresado a la habitación en donde todavía estaban Ginny y Harry hablando tranquilamente. Pidió permiso a Harry de poder entrar a la habitación de Draco, a lo que Harry solo pudo darle algunas recomendaciones.

Caminó hasta la puerta contigua. El elfo que la custodiaba la hizo una revisión y luego de quitarle la varita (normas de seguridad) permitió que Kate entrara a la mazmorra.

Era un cuarto pequeño y oscuro. Un poco de luz entraba por los barrotes de la ventana y de la puerta. Había una pequeña cama, un lavabo, y no tenía espejos. Después de dar una pequeña revisión con la vista, Kate lo encontró sentado en un rincón oscuro del cuarto.

Kate caminó hasta donde estaba Draco sentado. Él se levantó, guardó la foto que tenía en sus manos y la miró con tristeza. Draco caminó hasta donde Kate estaba de pie y se quedó parado frete a ella.

- Hola Draco, ¿Te sientes bien?

- Si tú estuvieras encerrada en la prisión, ¿podrías estar bien?

- Se que es una mala pregunta, disculpa.

- ¿Una auror me esta pidiendo una disculpa?

- Solamente quiero ser amable

- ¡Yo no necesito de tu amabilidad ni la de nadie! – grito Draco

- ¿Por qué te enojas cada vez que alguien quiere ser amable contigo?. Sabes, mejor hablemos de otras cosas. ¿Me permites tocarte del brazo?

- ¿Para que puedas ver dónde están las resistencias?, olvídalo para estos momentos ya han de haber cambiado de lugar. No son tan estúpidos como creen

- Yo no estoy diciendo que alguien lo sea.

- Se lo que pretendes Kate y mejor date por vencida porque yo no voy a permitir que me pongas ni un dedo encima

- ¡Como tu quieras Malfoy! – grito Kate – ya me di cuenta de que ese profundo odio que tienes no te permite ser amable con nadie

- Hasta nunca Kate, espero que cuando me vaya no me extrañes.

Kate salió muy molesta de la habitación. Draco volvió a tu rincón y sacó de nuevo la fotografía de la chica. Kate regresó a la habitación en donde estaba solo Harry.

- ¿Cómo te fue con Draco?

- ¡Muy mal! Ese chico definitivamente no tiene nada de bueno.

- Ahora entiendes por qué nadie lo quiere, ni cuando estaba en Hogwarts

- Pues mi no me interesa porque ese chico...

De golpe, entraron Fleur y Cho a la habitación y con ellas un pequeño niño de tez blanca y cabello rubio. Dijeron que se había perdido y que estaba buscando a sus padres cuando dos elfos domésticos lo cercaron y no le permitían buscarlos. Kate miró con recelo a ese niño que se acercaba a la pared que conectaba a la habitación en la que estaban con la de Draco.

Harry discutía con las chicas (¡Como es posible que lo hayan traído para acá!) cuando el chico desapareció . Kate cerró los ojos y trato de encontrarlo. El niño apareció en la puerta de barrotes de la habitación de Draco, le dio su varita y Draco abrió la puerta. El niño entró, lazó un hechizo a Draco y un halo de luz lo cubrió por completo. Luego lo tomó de la mano y desaparecieron. Harry llegó a la habitación ya muy tarde. Todo fue en fracción de segundos, ni Cho ni Fleur sabían qué era lo que había sucedido Kate abrió los ojos y corrió hasta donde estaba Harry, que parecía muy furioso. Cho y Fleur llegaron después y Harry las culpó por todo.

- ¡Como es posible que hayan traído a ese niño! – gritó Harry – ¡no puedo creer que esto haya pasado y todo por su culpa!

- Harry – dijo Cho – no fue nuestra culpa ese niño...

- ¡Silencio por favor! – interrumpió Kate – Harry, Draco aún esta afuera, podemos alcanzarlo.

Harry y Kate desaparecieron y aparecieron a las afueras de la prisión, en donde estaba Draco con el niño, una rata, un escarabajo en el pecho y un cuervo que pasó volando.

- ¡Detente Draco! – gritó Harry – no te vas a escapar

- No lo creo Potter, mira quien está aqu

Del bosque salió una mancha de humo negro. A Harry empezó a dolerle la cabeza, parecía que le iba a estallar, tanto que tuvo que arrodillarse por el insoportable dolor que tenía. Kate miró a Harry en el suelo y luego vió como la mancha gris tomaba forma de hombre.

- Sigues siendo tan débil Potter – dijo la voz del ahora espectro de Voldemort

Harry se levantó y miró con odio a Voldemort

- ¡Nunca he sido débil Voldemort! – gritó Harry – y mucho menos ante ti

- ¿Voldemort? – susurró Kate y dirigió la mirada hacia el mago tenebroso que le había quitado a Walter.

- Vaya, así que la reencarnación de Jhuen ya esta con ustedes – dijo Voldemort mirando a Kate – pero no será por mucho.

- ¡Aeternus tempa! – gritó Kate

El tiempo se detuvo, todos quedaron congelados, excepto Voldemort que reía como histérico ante el asombre de Kate. Luego murmuró unas palabras y desapareció con Draco, el niño, la rata, el escarabajo y el cuervo.

Kate regresó el tiempo a su movimiento y con lágrimas en los ojos le dijo a Harry

- ¡Lo siento, lo deje escapar!

Y Kate se quedó sentada en el suelo llorando con amargura, mientras Harry la miraba con tristeza y pensaba que Draco había podido escapar de la prisión.