Noticias desalentadoras

En el cuarto contiguo a la que era la celda que resguardaba a Draco Malfoy, estaban reunidos todos los magos que unas cuantas horas antes, habían salido confiados de que muy pronto podrían encontrar los lugares en donde se escondían sus enemigos. El cuadro no hubiera podido ser más terrible: Arthur Weasley, "Ojoloco" Moddy, Sirius y Percy estaban más que molestos, furiosos y miraban a todos los demás queriendo encontrar algún culpable; Hermione y Ron no se explicaban como era posible que Draco se había fugado y ante la presencia de Harry y Kate; Cho y Fleur se sentían muy apenadas porque ellas habían llevado al niño hasta donde estaba Draco; Harry estaba furioso y cualquiera que le hubiese dicho algo en ese momento hubiera salido muy lastimado; Kate ya había dejado de sollozar y tenía en la mirada (antes llena de tristeza) una nueva resolución; Ginny, Víctor y Neville estaban confundidos y no sabían como reaccionar.

"El silencio es el peor de los castigos" pensaba Kate, así que decidida se levantó y dirigió una palabras a los magos ahí presentes.

- Señores, les pido que si van a buscar un culpable, me miren a mi primero, yo fui quien detuvo el tiempo y dejó ir a Voldemort – dijo con voz firme y segura

- ¡Es que no tenías por qué detener el tiempo! – grito Moddy – y te dices a ti misma "la reencarnación de Jhuen", yo creo que no eres nada.

- ¡Silencio por favor Alastor! – exclamó Arthur Weasley – Kate no sabía que el Señor Tenebroso iba a romper ese hechizo.

- Además – intervino Neville – quienes trajeron al chico que ayudó a Malfoy a escapar fueron Cho y Fleur ¿No Harry? – y miró a Harry sintiéndose muy mal por haber querido traicionar a los miembros de la hermandad

- ¡Pego nosotgas no sabíamos que ese pequeño ega un mago tenebgoso! -dijo Fleur muy alarmada, esperando que esa fuera una excusa lo bastante buena como para que las disculparan

- Y se supone que la cápsula de cristal que tiene Azkaban, no permite la entrada de ningún mago tenebroso – comentó Ginny – entonces, ¿cómo es que ese niño que ayudó a Draco pudo entrar?, tal vez alguien de aquí adentro le ayud

- Basta ya muchachos, no se compliquen más – expresó Arthur Weasley – tranquilos. No es momento de buscar culpables, sino de saber cómo fue que el niño entró y Draco pudo salir.

- Ginny podría tener razón señor Weasley – dijo Hermione – tal vez alguien lo dejó entrar...

- Hermione por favor ... – le dijo Sirius

- Esta bien, aunque yo no descartaría esa opción – y Hermione vió de reojo a Fleur y Cho.

- ¡Creo que lo tengo! – dijo Ron – ya se por qué pudo entrar ese niño. Pienso que estaba controlado por la maldición Imperius. Para cualquier mago resulta muy difícil poder controlar la vocecita de la mente que nos obliga a obedecer a quien tengamos en frente. Ahora, imaginen a un niño pequeño tratando de resistirse a la Imperius. Sería muy complicado.

- ¿Quieres decir que ese niño del que hablan es un mago bueno? – preguntó Percy

- Pues yo supongo que si – dijo Ron – hemos probado la cápsula que protege a Azkaban con un sin fin de hechizos y hasta intentamos pasar a uno que otro preso por la cápsula, pero no funciono. Por eso me atrevo a decir que ese niño estaba controlado por la maldición.

- Eso explicaría por qué pudo entrar, pero no como Draco pudo salir – dijo Sirius.

- Si hay una forma de salir – comentó Kate – pero es magia muy avanzada para que un pequeño la haya realizado.

- ¿De qué estas hablando Kate? – preguntó Hermione con la misma expectación que todos los magos ahí presentes.

- Bueno, desde que inicié mi entrenamiento como auror, he tenido la facultad de hacer muchísimos más hechizos y conjuros que los que los chicos me enseñan. Detener el tiempo es uno de ellos, y recuerdo que hay uno más con el que se puede proteger a un mago de cualquier otro hechizo.

Kate se detuvo y miró a los magos de la habitación. Por primera vez desde que había llegado al reino mágico tenía la atención de todos (hasta la de "Ojoloco") que esperaban impacientes a que continuara.

- Bueno – continuo Kate – podemos probarlo con alguno de los reos. Si funciona, entonces sabremos como fue que Draco salió de la prisión.

- No perdemos nada con intentarlo – dijo Percy – vamos por uno de los presos.

De la habitación salieron Percy y Harry. Todos los demás se quedaron observando a Kate incrédulos de que magia así pudiera existir.

- Por tu bien, espero que sea cierto jovencita – le dijo Moddy y la miró de forma muy despectiva

- Yo confío en ti Kate – le susurró Ginny y le guiñó un ojo.

Minutos después, entraron Harry y Percy Weasley con un mago controlado por la maldición Imperius. Era un mago joven, casi de la edad de los miembros de la hermandad, pero parecía mucho más viejo por la estancia en Azkaban. Hermione lo vió y agachó la mirada. Ron le tomo la mano por debajo sin que nadie lo notara y tampoco miró al chico. Ginny lo contemplaba con tristeza y Neville miraba nervioso hacia la puerta mientras retorcía las manos.

- ¿Qué sucede? – preguntó Kate a Ron

- Ese chico fue nuestro compañero en Hogwarts. Era un buen chico (a pesar de estar en Slytherin) hasta que Malfoy lo convenció y se fue a servir a Voldemort.

- Vaya, muy interesante.

Kate miró la reacción de Cho que miraba al chico con infinito desprecio, Harry por su parte, tenía en la mirada una gran decepción reflejada, mientras que los demás solo esperaban que Percy o Harry hicieran algo.

- Bien – dijo por fin Harry – para quienes no lo conozcan este es Malcolm Baddock, mortífago casi desde que inició la guerra civil en el mundo mágico.

El chico no se movía ni un centímetro y a Kate la invadían dudas por todos lados, ¿por qué los chicos habían reaccionado así?, ¿cómo es que un chico tan joven podía ser un mortífago de peligro?, ¿qué era lo que había hecho para que lo trataran así?, ¿por qué si era un mortífago, lo chicos sentían pena por él?, y muchísimas más, pero sabía que luego, Hermione y Ginny se las responderían.

- Entonces a proceder – dijo convencida Kate.

Kate se levantó de la mesa y caminó hasta donde estaba el chico. Sacó la varita y dijo unas palabras

- ¡Luce rádium!

De la varita de Kate salió una luz color dorada que dirigió al chico y lo cubrió por completo. Después pidió a Moddy y a Sirius que se aparecieran a la entrada de Azkaban. Ellos lo hicieron y luego Kate tomó del hombro al chico y desapareció. Unos cuantos segundos después apareció (ante el asombro de Moddy y Sirius) afuera de Azkaban, con el chico del brazo y sin ningún problema. Los cuatro se trasladaron de nuevo a la habitación y una vez ahí, Kate le quitó el hechizo al chico (¡Umbra!) ante los ojos de desconfianza de los magos ahí presentes.

- Muy bien – dijo Arthur – Moddy y Sirius ¿quisieran comentar algo con nosotros?

- Si señor – dijo Sirius – Kate salió con el chico de Azkaban, ante nuestros ojos y el muchacho, como podrá notar, no tiene daño alguno

- ¿Dónde aprendiste eso? – le preguntó Percy a Kate

- No lo sé. Las palabras solo llegan a mi cabeza – respondió Kate

- Esa es una prueba más de que es la reencarnación de Jhuen – sonrió Sirius

Harry llevó de vuelta al chico a su celda y mientras que los miembros del ministerio salían de Azkaban, Kate fue a inspeccionar la celda de Draco. Solo los aurores y Ginny se quedaron en la habitación esperando a Harry. Cuando Harry y Kate regresaron, todos se transportaron a la casa de Harry para poder platicar con más tranquilidad.

En la sala de la casa, sentados en el suelo frente a la chimenea, estaban los seis chicos: Harry, Ron, Neville, Hermione, Ginny y Kate.

- Hay algo que tengo que decirles – dijo Kate – cuando encontramos a Draco en le bosque, antes de que nos lanzara el hechizo de la burbuja de fuego, yo detuve el tiempo.

- ¿Tiene algo de malo? – preguntó Neville

- No es porque sea malo Neville – agregó Kate – sino por lo que hice después. Caminé hacia Draco y le toqué el brazo con la esperanza de poder ver el lugar en donde estaban las resistencias, pero todo un remolino de imágenes llegó de golpe a mi cabeza. Lo único que pude distinguir fue la tumba de la mamá de Draco, y nuestras imágenes cuando lo encontramos. No pude ver nada más.

- Muy extraño – susurró Ron

- Y cuando fui a verlo a la prisión – continuó Kate – me dijo que no permitiría que le pusiera un dedo encima... es como si supiera que de esa forma puedo ver los pensamientos y recuerdos de los demás.

- ¿Y no te dijo otra cosa? – preguntó Hermione

- Si, que no lo extrañara cuando se fuera.

- Es muy raro. Como si intuyera que se iba a ir – dijo Ginny

- Y también está lo de Voldemort – dijo Neville – ¿en realidad no se quedó congelado como todo lo demás?

- No, y eso también me aterra – señaló Kate – ¿imaginen que, así como reencarnó Jhuen, también Darkthen y ese mago sea Voldemort?

- ¡Es imposible! – exclamó Harry – no podría ser el heredero de Slytherin y la reencarnación de Darkthen, hasta para Voldemort sería demasiado.

- Pero el tipo de maldición Imperius que tuvo que ser aplicada requiere de una variante que no todos los magos podemos hacerla – comentó Ron – recuerden que a nosotros nos costó muchísimo trabajo y aún así ninguno pudo ejecutarla bien.

- ¿Variante? – preguntó Kate – ¿qué quieres decir con "variante"?

- Bueno, es que sabemos que la Imperius tiene una variante: poder realizarla sin el contacto visual. Solamente necesitas algo que le pertenezca a quien vas a lanzar la maldición – explicó Hermione

- ¿Algo como una cadena o una foto? – cuestionó Kate

- Si, con eso se podría, ¿por qué lo dices Kate? – dijo Hermione

- Porque recordarán que mientras que Harry fue a dejar al chico a su celda, yo fui a la de Malfoy y encontré en el rincón donde él siempre estaba sentado esta pequeña cadena – y mostró una cadena delgada de oro con el dije de una "J ".

- ¡Así que pudo ser Malfoy! – exclamó Neville – eso significaría que Malfoy es la reencarnación de Darkthen

- Probablemente – dijo Harry

- Podemos comprobarlo solo de una manera – dijo Ginny – Kate tendría que intentar la misma maldición

- ¿Por qué yo? – reclamó Kate

- Por que tú eres la reencarnación de Jhuen y se supone que eres más fuerte que Malfoy – respondió Ginny

- Ginny tiene razón Kate – dijo Ron

Kate se levantó y fue por el collar de Crookshanks. Cuando regresó a donde estaban los chicos, cerró los ojos y colocó la imagen de Crookshanks en su cabeza, luego apretó fuerte el collar y lanzó la maldición al gato que tenía en su mente y abrió los ojos. Segundos después, llegaba el pobre de Crookshanks saltando como un conejo.

Los miembros de la Hermandad estaban asombrados. Kate también lo estaba, era la primera vez que intentaba hacer algo así.

- ¡Realmente eres muy poderosa Kate! – exclamó Neville

- Cierto – dijo Harry – ninguno de nosotros logró hacer esa variante a la maldición con nada más grande que una pequeña oruga.

- ¿Cómo le hiciste? – preguntó Hermione

- Solo me concentré en lo que quería que el gato hiciera y ya.

- Muy bien, entonces saquemos conclusiones – dijo Ginny.

- Malfoy es la reencarnación de Darkthen – inició Harry – así que puede hacer magia más poderosa que nosotros los aurores

- Pero nosotros tenemos a Kate – dijo Neville – que es la reencarnación de Jhuen y por lo tanto, más fuerte que Malfoy

- Malfoy escapó de Azkaban gracias a la ayuda de un hechizo de magia avanzada que tuvo que haberle ordenado con la Imperius al chico – dijo Ron.

- ¿Pero de dónde sacaron al chico? – preguntó Neville

- Tal vez es uno de tantos que secuestraron, pero se dieron cuenta de que era mago – dijo Ginny

- Entonces tenemos problemas porque con un niño que es capas de resistir la Imperius modificada, también tiene que ser un mago muy poderoso – agregó Hermione.

- Creo que muy pronto nos enfrentaremos a grandes conflictos chicos – dijo Kate – debemos tener cuidado.

Los chicos se quedaron platicando de otros temas y ya muy entrada la noche, decidieron que todos pasarían la noche en casa de Sirius.

Mientras Harry, Ron, y Neville acomodaban las habitaciones al estilo muggle, es decir, sin magia ("dos galeones a que no pueden hacerlo" había dicho Kate), las chicas preparaban la cena.

- Oigan ahora si me van a decir qué sucede con el chico que Harry llevó esta tarde a la prueba del hechizo "Rádium" – preguntó Kate

- Bueno, ese chico estudiaba con nosotros en Hogwarts – dijo Ginny – 2 años atrás que yo y 3 años atrás de los chicos

- Estaba en Slytherin, aunque parecía de Gryffindor –señaló Hermione – pero Draco lo convenció de que se fuera con Voldemort y se fue.

- ¿Pero por qué les dolió tanto el verlo? – preguntó Kate

- Porque era nuestro amigo. Cuando te digo que parecía un Gryffindor era porque estaba casi todo el tiempo con nosotros y no soportaba a los amigos de Malfoy. Cuando supimos que era un mortífago, creímos que estaba bajo los Influjos de la maldición Imperius, pero resultó que no. Lo hacía en pleno uso de sus facultades mentales – concluyó Hermione.

- Aún así no entiendo como es que un Slytherin...

- Lo que sucede es que hizo algo por todos nosotros. A Harry le ayudó a que Cho le hiciera caso, por Ron y por mi, hizo que dejáramos de pelear como lo hacíamos y nos ayudó a llevarnos mejor, por Neville, le enseñó un método para no olvidar nada (que hasta el momento continua haciéndolo) y por Ginny, bueno...

- Por mi hizo algo que muy pocos chicos se atreven a hacer. Se ofreció a ayudarme a olvidar a Harry. Yo estaba perdidamente enamorada de Potter, pero él jamás me hizo caso... un día, Malcom fue a verme y me dijo que haría lo que fuera por no verme sufrir más por Harry... y bueno, tuve una relación con él...

- Así que fue como su ángel guardián – dijo Kate

- Ahora entiendes por qué lo veíamos así. Cuando tuvimos que capturarlo , fue horrible porque ninguno de nosotros quería hacerlo – comentó Hermione.

- Fue muy difícil para todos – dijo Ginny

- Es una verdadera lástima que haya elegido el mal camino – concluyó Kate

En la mazmorra, guarida de Voldemort, Malfoy platicaba de los descubrimientos hechos por él sobre su nueva magia.

- No te confíes Malfoy – le respondió la voz de Voldemort

- No estoy confiado señor, es solo que me sorprende lo poderoso que puedo ser. Jamás imaginé poder realizar la variante de la maldición Imperius.

- Seguramente ahora los aurores ya lo saben

- ¿Por qué piensa eso Señor?

- Esa chica, la reencarnación de Jhuen, es demasiado inteligente y muy poderosa. Tú no puedes detener el tiempo.

- No señor, aún no aprendo

- Ni lo harás. Pero bueno, tenemos que hacer algo para capturar a la chica, porque no nos sirve de nada que tengas esos poderes si no sabes cómo encontrar el libro. ¿se te ocurre algo Macnair?

- Si señor – respondió Macnair desde un rincón oscuro de la mazmorra – tal vez si le tendemos una trampa...

- Pero necesitamos una carnada – repuso Malfoy

- Y la tenemos señor – dijo Macnair – yo se perfectamente qué haría que Kate cayera en nuestro poder.

- Vamos Macnair – sonrió Draco – no es posible que sepas algo de esa chica

- ¡Silencio! – dijo Voldemort – continua Macnair.

- Si señor. En casa de esa bruja conocimos a un chico muggle al que ella llamaba Jos. Noté que se quieren mucho y se aprecian mutuamente, así que si lo secuestramos, creo que la podríamos hacer venir a nuestras manos.

- Muy buena idea Macnair, jamás me imaginé que tú pensaras

- Me halaga señor.

- Muy bien, ustedes dos se harán cargo de secuestrarlo y traerlo aquí de inmediato ¿Entendido?

- Si señor – dijeron al unísono

- Entonces me retiro.

Voldemort, o la nube de humo en la que estaba convertido, desapareció de la mazmorra. Malfoy miró con desagrado a Macnair quien estaba feliz (o al menos eso aparentaba la mueca que tenía en el rostro) porque el Señor Tenebroso empezaba a darse cuenta de lo valioso que podría llegar a ser. Una vez que Draco estuvo seguro de que nadie los escuchaba, le reclamó por lo que había hecho con el Señor Tenebroso.

- ¡Qué te propones Macnair! ¡Me quieres dejar en mal con Voldemort!

- Claro que no Malfoy, es solo que ya era hora de que notara que yo también existo.

- Qué no te das cuenta de que podría descubrirnos si sigues con esa actitud.

- ¡Yo no soy quien está presumiendo los "nuevos poderes" que me llegaron de no se donde!

- Me tienes envidia, ¿verdad Macnair?, no te gusta que Voldemort me prefiera a mi que a ti.

- ¡Estas loco Malfoy!... en fin, lo mejor es tranquilizarnos, esto no conviene a nuestros intereses, debemos de estar unidos para poder dar el paso número dos del plan.

- Tienes razón Macnair. Por el momento, lo mejor es que sigamos con las órdenes de Voldemort, eso que nos pidió también es bueno para nuestro plan.

- De acuerdo, vámonos ya.

Macnair y Draco desaparecieron de la mazmorra. Un silencio sepulcral daba una nota de macabra a la escena. De pronto, de otra de las esquinas, salió caminando de la oscuridad un pequeño escarabajo que, segundos después, tomaría la forma de una mujer. Rita caminó hasta una de las mesas y tomó un pequeño trozo de pergamino con la marca tenebrosa. Lo toco del centro y escuchó la voz de Voldemort resonar por toda la habitación,

- ¿Qué averiguaste Skeeter?

- Tienen un plan señor – dijo Rita con la voz entrecortada – creo que van a traicionarlo.

- Ya lo sabía, ese Draco es igual de estúpido que su padre, bien dicen que todo se hereda

- ¿ Y que hará señor?

- Primero necesito que averigües cuál es el plan que tienen, aunque seguramente quieren el libro. Lo que necesito saber es qué piensan hacer para quitármelo. Después, destrúyelos cuando menos se lo esperen.

- Como usted mande Señor

- Ah!, Skeeter, no se te olvide investigar si ese chico que dice Macnair en verdad existe.

- Claro que no Señor.

La voz de Voldemort dejó de sonar por la mazmorra. Rita aún no podía creer su suerte. Se había convertido en la espía especial del Señor Tenebroso cuando él había empezado a sospechar que Malfoy y Macnair querían traicionarlo, para desgracia de ellos y fortuna de Rita, así era. Desde hacía varios días que le pasaba información sobre las conversaciones secretas que ellos mantenían y que delataba la deslealtad de ambos.

Rita se transformó de nuevo en escarabajo y salió por debajo de la puerta con dirección desconocida.

Voló durante toda la noche deteniéndose a descansar solamente cuando sus alas no podían sostenerla más. Cuando los primeros rayos de la luz del día la tocaron, estaba llegando a una pequeña población en donde había gente que se había levantado desde muy temprano. Se dirigió hasta la ventana del segundo piso de una gran casa y se detuvo por fin en la cornisa. Como había volado toda la noche casi sin descanso, se disponía a dormir cuando un ruido le espantó el sueño. Sobre ella estaba una enorme lechuza blanca que daba picotazos a la ventana para que la dejaran entrar. Rita saltó a la débil rama de un árbol cercano para que cuando abrieran la ventana, no la lanzaran por los aires.

Kate escuchó a Hedwig que tocaba con el pico en la ventana y daba aletazos que reflejaban su molestia por no haber encontrado la ventana abierta. Cuando Kate abrió la ventana la lechuza blanca entró como relámpago y se fue a posar en el borde del espejo. Kate se acercó hasta donde Hedwig estaba y vió un pequeño sobre atado a su pata derecha. Emocionada tomó el sobre y lo abrió. En su rostro se notó un terrible cambio: mientras leía la carta, la felicidad y la alegría se convirtieron en desesperación e impotencia. Hermione la miraba desde que había tomado la nota y observó el cambio en el rostro de Kate. Cuando terminó de leer la carta, a dejó caer en el suelo y bajó corriendo las escaleras. Hermione la levantó del suelo y la leyó también. Su rostro mostraba sorpresa y salió corriendo tras de Kate.

En la cocina de la casa de Sirius estaban Dobby cocinando el desayuno para ocho, contándolo a él, Sirius tomando café mientras leía "El profeta" y a Harry y Ginny charlando. Cuando Hermione llegó abajo, encontró a Kate a unos pasos de las escaleras, observando la situación sin mover un solo músculo, se dio la vuelta y miró a Hermione. Kate abrazó a Hermione y comenzó a llorar con un sentimiento de amargura. Los chicos de la cocina escucharon el llanto de Kate y salieron a averiguar qué sucedía, sin notar que un pequeño escarabajo había entrado por la rendija de la puerta principal.

Sirius llevó a Kate a la sala y tomaron asiento todos. Dobby fue por té, mientras Ron y Neville llegaban a la sala notando el ambiente que se había creado.

Kate seguía llorando y Hermione la tenía entre sus brazos. Como Kate no se tranquilizaba, Hermione le entregó la nota a Sirius quien la leyó para todos.

Querida Kate

Recibí tu carta y me da gusto saber que te encuentras bien. Por desgracia aquí no estamos bien. Es tu padre Kate, está en el hospital. Sufrió un infarto y los médicos dicen que esta grave. Por favor, regresa te está llamando.

Con cariño

Josua

Los chicos miraron a Kate que seguía sollozando, un poco más tranquila. Nadie decía nada, hasta que Harry tomo la iniciativa.

- Lo mejor será que vayas al mundo muggle Kate, tu padre te necesita

- No puedo dejar a la hermandad en estos momentos Harry – dijo Kate – recuerda que tenemos que capturar de nuevo a Draco, después de todo, fue mi culpa que escapara.

- No fue tu culpa Kate – dijo Ginny – a cualquiera le pudo haber pasado

- Además es más importante estar con tu padre en estos momentos – comentó Ron

- Los chicos tienen razón Kate, no puedes seguir aquí – señaló Sirius – Sube a empacar algunas de tus cosas, te llevaremos al mundo muggle.

- Muchísimas gracias a todos chicos, son geniales – expresó Kate

Las chicas subieron a preparar el equipaje, mientras que los chicos y Dobby regresaban a la cocina. El pequeño escarabajo salió por la rendija de la puerta y una vez afuera, desapareció.

Minutos después, es escarabajo apareció en la puerta de la mazmorra y tomó forma humana. Se dirigió a uno de los rincones y susurró un as palabras. Una pequeña puerta se abrió y Rita entró a su habitación. Era una mazmorra con un extraño olor a plantas y humedad. Había una pequeña neblina y una luz de color morado cubría toda la habitación. Rita se fue a sentar a su cama y de bajo de la almohada sacó un pergamino con la marca tenebrosa.

- ¿Y bien Skeeter? – dijo la voz de Voldemort

- Solo vengo a notificarle señor que Kate recibió muy malas noticias. Su padre está enfermo y tendrá que dejar el mundo mágico por tiempo indefinido.

La estridente risa de Voldemort resonó por toda la habitación. Rita casi se cae de la cama de la impresión, pero pudo mantener el equilibrio.

- Vaya, así que todavía son potentes mis hechizos – decía Voldemort mientras continuaba riendo y Rita lo veía extrañada

- ¿Sus hechizos señor? – preguntó Rita un poco temerosa - ¿Qué quiere decir con eso señor?

- Nada que te importe Skeeter y ahora transfórmate en insecto, que va muy bien con tu personalidad y alcanza a Kate. Esa chica va a estar de mi lado o me dejo de llamar Voldemort

Skeeter obedeció a su amo y se transformó en escarabajo de nuevo y después desapareció de su habitación, mientras Voldemort seguía riéndose con un tono demencia y malicia en la voz.