Kate ya había empacado algunas de sus pertenencias y bajaba por las escaleras de la casa. Los demás estaban esperándola en la sala. Cuando Kate llegó ahí, Sirius tomó la palabra.
- La hermandad a decidido que dos de sus miembros irán contigo al mundo muggle para protegerte de los mortífagos
- ¿Disculpa? – expresó Kate muy sorprendida
- Eres nuestra responsabilidad Kate, no podemos dejarte partir sola – dijo Harry – Ron y yo iremos contigo.
- ¡Harry, yo puedo cuidarme sola! – dijo Kate muy molesta – además alguien tiene que encontrar a Malfoy
- Nosotros lo sabemos Kate, pero ahora que has mostrado un poco de tus poderes al enemigo, debemos de tener más cuidado, así que no discutas. Ron y yo nos vamos contigo – concluyó Harry
- Y nosotros nos encargamos de Malfoy – dijo Hermione
- De acuerdo, ustedes saben lo que hacen
Los tres chicos se despidieron y se transportaron a Hogsmeade en donde tomaron el camino que Kate había andado meses atrás, cuando había llegado por primera vez al mundo mágico. Desde la entrada del pueblo, Kate pudo ver la colina y la roca en donde Jos se había quedado observándola hasta que ella había entrado al pueblo.
Cuando llegaron a la carretera, usaron por primera vez la magia que a partir de ese momento, estaba restringida solo casos urgentes. Ron hizo aparecer un auto que los transportaría hasta la casa de Kate.
Harry manejaba, Ron ocupaba el puesto de copiloto y Kate viajaba en la parte trasera del auto. Los chicos platicaban y Kate observaba el paisaje. La última vez que había pasado por ahí había sido con Josua y estaban huyendo de los mortífagos, cuando Macnair asesinó a Walter.
Después de un largo rato, llegaron hasta Londres y de ahí, a la casa de Kate. Cuando bajaron del auto, Kate se dio cuenta por primera vez de lo enorme que era su casa. Mientras caminaba a la puerta, las piernas le temblaban y el trayecto del auto gris que Ron había aparecido hasta la entrada, parecía enorme.
Al fin, Kate logró llegar a la puerta y llamó a ella. Segundos más tarde Marie abrió la puerta y la recibió con una gran sonrisa, pero tristeza en la mirada. Los tres entraron a la casa y Harry y Ron también estaban impresionados con la mansión de los Britter. Marie los dejó en la sala, mientras esperaban la llegada de Jos. Kate les explicaba el trabajo que desempeñaba su padre, cuando escuchó una voz conocida que la llamaba por su nombre.
Kate se dio vuelta y lo vió, después de casi cinco meses de no haberlo visto. Jos la miró y notó el gran cambio que se había efectuado en ella durante tan poco tiempo. Era la misma chica, pero su mirada reflejaba algo distinto, más fortaleza, o quizá infinita tristeza. Jos parecía ser que había crecido en los últimos meses. Representaba un chico mayor, dos o tres años más, que los que tenía realmente. Después de un efusivo abrazo y de las presentaciones respectivas, Jos explicó la situación del señor Richard Britter.
- Y así está Kate, después de muchísimos estudios, aún no saben que fue lo que provocó el infarto – comentaba Jos – por eso lo tenían en observación permanente. Pero ayer por la tarde, su situación empeoró. Como de la nada entró en coma y los doctores ... bueno, están muy confundidos.
- Cielos, ¿puedo ir a verlo Jos?
- Claro Kate, pero creo que primero tienen que ponerse ropa de muggle porque si salen a la calle con la túnicas, la gente se alarmaría un poco – comentó Jos mirando a los tres magos.
Jos le prestó ropa a Harry y Ron así que se fueron a la habitación de huéspedes (que ocupaba actualmente Jos) y Kate se fue a su habitación. A pesar de que tenía mucho tiempo de no entrar ahí, todo estaba como ella lo había dejado ¡hasta su diario!. Fue hasta el guardarropa y sacó unos jeans color blanco, un suéter color beige, tenis de mismo color que el suéter y se amarró el cabello en una cola. Agarró del baúl su mochila color marrón en ella metió su varita, un pequeño chivatoscopio que le había dado Ginny, algo de dinero que tenía guardado en una pequeña cajita del baúl y su talismán.
Luego bajó las escaleras hacia el recibidor en donde ya la esperaban sus tres acompañantes. Jos, Harry y Ron (sobre todo estos dos últimos) se asombraron cuando Kate llegó con ellos y fue ahí en donde Harry entendió por qué Ginny estaba tan preocupada por el hecho de que pasara mucho tiempo con ella.
Los chicos salieron rumbo al Hospital Central en donde estaba el señor Britter. Kate iba sumamente callada, mientras que Jos les daba una pequeña explicación turística a Ron y Harry que nunca habían estado por esos lugares de Londres.
- No imaginaba que el mundo muggle tuviera tantas maravillas – decía Ron mientras pasaban a un lado de la Torre de Londres.
- Debiste haber tomado Estudios Muggles en la escuela – bromeó Harry
Sin embargo, Kate estaba muy ausente de la charla de los chicos. En su mente solamente estaba la salud de su padre y cuando por fin llegaron al hospital, se olvidó por completo de sus tres guardaespaldas y se dirigió a la habitación de su padre. Tranquila, respirando profundo y con extremada cautela Kate abrió la puerta de la habitación 3110, en el último piso del hospital y entró. Era una gran habitación, cierto, pero extremadamente fría y sin vida. Todo estaba de color blanco. Desde las cortinas hasta las sábanas de la cama. Justo en ésta última, se encontraba acostado y conectado a un sin número de aparatos el señor Britter. Kate no aguantó verlo así y derramó lágrimas de dolor y sobre todo, de arrepentimiento por no haber estado a su lado desde el principio. Tomó asiento en una silla que estaba a un lado de la cama y le sujetó la mano a su padre.
- Hola papá ya estoy aquí de nuevo – dijo Kate en tono muy bajo, casi como un susurro lleno de ternura – Se que debí haber llegado antes, pero es que apenas me enteré de lo que te había pasado. Lo sé papá, no hay excusa que me perdone por no haber estado a tu lado, es solo que me han sucedido tantas cosas. Jamás imaginé que todo esto pudiera ocurrirme a mi. Papá, por favor despierta, quiero mirarme en tus ojos, hablar contigo, escuchar tus palabras de aliento diciéndome que todo va a estar bien... papá te necesito tanto, no tienes idea de todo lo que te he extrañado. En donde estoy ahora me quieren mucho, pero nada es como estar contigo, en mi casa, con mi familia y mis recuerdos. Debiste de haber quedado muy mal después de lo de Walter, qué bueno que Jos estuvo contigo. ¿Ya vez que no es tan mal chico como creías?, un poco atolondrado pero tiene un gran corazón. Papá – y un enorme nudo se formo en la garganta de Kate mientras las lágrimas ahogaban sus palabras – papá, despierta ... por favor ... no me dejes sola ... no quiero estar sola .... no quiero estar sin ti....
Kate dejó de hablar porque sus lágrimas no le permitieron continuar. Se dejó caer suavemente sobre el pecho de su papá y sin soltarle la mano, continuo llorando por un largo rato. A veces erguía la cabeza para mirar el rostro pálido de su padre, esperando una milagrosa reacción que le indicara que estaba bien y que se recuperaría, pero ésta no se daba y más derrotada que cuando había entrado, se recostaba nuevamente sobre el pecho de su papá, orando por su salud.
Jos, Harry y Ron se habían quedado afuera esperándola, sin querer irrumpir en el sagrado momento que Kate estaba teniendo con su padre. Aunque no todos lo respetaron.
Una enfermera muy extraña entró de pronto a la habitación del señor Britter, alejando a Kate de sus pensamientos. Era una mujer pequeña, de complexión robusta, con el cabello largo de color negro y rebelde, traía puestas unas gafas que le agrandaban los ojos hasta parecer dos enormes platos. Kate la miró extrañada y luego volteó hacia la puerta en donde estaban los chicos que se habían sorprendido mucho al ver a semejante mujer entrar al cuarto donde estaban Kate y su padre. En especial Ron y Harry que sabían que cualquier cosa podría ser posible.
- Disculpe señorita – dijo con voz chillona la enfermera – no sabía que el señor tenía visitas
- Soy su hija – respondió secamente Kate
- Vaya, que gusto señorita Britter, yo soy la enfermera Adams y atiendo a su padre desde que entró aqu
- ¿Y usted podría decirme cómo está?
- Lo siento, ese es trabajo del doctor, que no debe tardar
Y no tardó mucho. Como si una voz lo hubiera llamado cuando la enfermera Adams pronunció "doctor", éste apareció por la puerta. Los tres magos lo miraron con reservas, tenía la pinta de doctor es verdad, paro había algo en su rostro que no les daba confianza y sus ojos de color negro, desviaban la mirada cada vez que Kate quería encontrarlos. Cuando pasó cerca de ellos, la cicatriz de Harry empezó dolerle y a sentir como se le llenaba de algo extraño, un líquido o algo así.
- Ah!, doctor, que bueno que vino – dijo la enfermera Adams – esta es la señorita Britter quiere saber cómo está su padre.
- Lo siento – dijo el doctor con voz muy fuerte y ronca – no puedo decirle nada por el momento. Será mejor que se vaya.
- ¿Cómo que no me puede dar información sobre el estado de salud de mi padre? – exclamó Kate muy molesta
- Kate, tenemos que hacer lo que el doctor dice – dijo Jos
- De acuerdo – respondió Kate – solo porque es el médico.
Muy molesta Kate y los cuatro chicos salieron de la habitación y se dirigieron a la cafetería. Los chicos no querían importunar a Kate así que habían decidido no preguntar nada. Ella agradeció esta actitud porque no se encontraba de mucho humor, aunque sabía que necesitaba desesperadamente una sesión de chistes con Jos. Durante el pequeño refrigerio que tomaron en la cafetería, los chicos hablaron muy poco y sobre cosas intrascendentes. No sabían si distraer a Kate de sus pensamientos o dejarla así, hasta que Harry hizo un comentario que llamó la atención de Kate y Ron por el contenido y la de Jos porque no entendía absolutamente nada de lo que estaban hablando.
- Saben he tomado una gran decisión con respecto a mi vida – inició Harry demasiado serio para ser una broma – después de que encontremos el libro, derrotemos a Voldemort y Dumbledore recupere su cuerpo, le pediré a Ginny que salgamos formalmente
Ron otro poco y cae de su silla y miró a Harry con infinita desconfianza. Kate casi se ahoga con el café que estaba tomando cuando lo escuchó y Jos puso cara de extrañado al ver la reacción de los otros dos chicos.
- ¿Salir con Ginny? – preguntó Ron sin creer lo que Harry había dicho momentos antes - ¿con Mi Ginny?
- Si, no veo por qué no, es una gran chica, bonita, de hermosos sentimientos e inteligente .... Creo que me hará muy feliz
- ¡¿Te hará muy feliz?! – y el rostro de Ron cada vez se acercaba más al color de su cabello - ¿qué quieres decir con eso? ¿significa que solamente la quieres para "hacerte feliz"? ¿ Y qué pasa con su felicidad? ¿esa no cuenta?
- Tranquilo Ron – exclamó Kate con serenidad en la voz – seguramente Harry tendrá una buena explicación para lo que está diciendo ¿cierto Harry?
- Cierto, la verdad es que Ginny es una gran chica, mejor dicho mujer y ahora que he tenido más tiempo para poder conversar con ella, bueno, me he dado cuenta de que ....
Harry no pudo seguir porque en ese momento pasaron enfermeras y dos doctores corriendo. Una emergencia. Kate se asustó y se fue rápido hacia la habitación de su padre rogando que no fuera ahí donde los doctores se dirigían. Los tres chicos la siguieron de cerca. Cuando llegaron a la habitación del señor Britter, los temores de Kate se hicieron realidad. Las enfermeras y doctores que habían pasado por donde ellos se encontraban y causaron gran alboroto, se encontraban ahí, junto a la cama de su padre, revisándole los signos vitales y tratando de que regresara a la vida.
Kate estaba de pie frente a la puerta con las rodillas temblándole. Veía los esfuerzos de los doctores y la desesperación reflejada en sus rostros, pero fue todo inútil. El doctor más grande de edad de todos los de la habitación, ordenó que le cubrieran el rostro y fue cuando Kate se vino abajo. Cayó de rodillas al suelo, con lágrimas brotándole copiosamente de los ojos y sin poder creer lo que estaba sucediendo. Los chicos le ayudaron a ponerse de pie y fue Jos quien tuvo que recibir el parte oficial de los doctores. Kate estaba sujeta a los brazos de Ron y Harry quienes la acercaron a la silla en donde hasta hace unos momentos, ella se había pasado casi todo el día con su padre. Kate se sentó dejando caer el peso de su cuerpo y lloró amargamente sobre el cuerpo de su papá. Ninguno de los tres chicos sabía qué palabras decir y Harry, que sabía lo que era el dolor que provoca la pérdida de los padres, indicó con la mirada a Jos y Ron que guardaran silencio.
Mientras Ron observaba a Kate y Jos la abrazaba fuertemente, Harry se asomó a la ventana "por qué le tiene que pasar esto a la gente" pensó "no es justo que la gente buena y de noble corazón tenga que sufrir con esta enorme pena, ser huérfano". Sus pensamientos fueron interrumpidos de pronto por una extraña actitud de los muggles que estaban afuera del hospital. Todos miraban al cielo y señalaban algo que les provocaba mucha inquietud. Harry, vencido por la curiosidad, asomó la cabeza por la ventana y miró hacia arriba. Fue como su una cubeta de agua helada le cayera en el cuerpo y miles de dagas con las puntas envenenadas le perforaran el cuerpo.
- ¡Maldito seas Voldemort! – gritó Harry golpeando el marco de la ventana - ¡pero te juro que en donde sea que te encuentres te buscaré y pagarás muy caro esto que te has atrevido a hacer hoy!
Todos miraban extrañados a Harry. Ron se acercó a la ventana y miró hacia donde Harry lo hacía. Ron sintió de pronto como si la sangre le hirviera y en su cabeza se reflejaba fuertemente una vena de la sien, que a partir de su oficio como auror, se resaltaba cada vez que se enojaba muchísimo.
Kate había dejado de llorar por un momento cuando escuchó a Harry y miró a Jos con muchas dudas reflejadas en el rostro.
- ¿Qué sucede Harry? – preguntó Kate
- Sucede que ... – dudó Ron
- Sucede que lamentablemente, Voldemort tuvo que ver algo en la muerte de tu padre Kate
- ¿De qué estas hablando Harry? – preguntó Jos
- Cuando Voldemort estaba bien, durante su primer periodo de maldad ... –dijo Ron
- Cuando mato a mis padres –interrumpió Harry
- Hace 19 años, Voldemort causaba terror y cada vez que un mago moría por su culpa, su marca aparecía en los cielos.
- ¿La marca tenebrosa? – preguntó Kate
- Si Kate, y ahora, está en el cielo, justo arriba del hospital.
Kate se levantó de prisa y se asomó por la ventana. Arriba del edificio, una especie de humo verde formaba la imagen de una calavera con la lengua en forma de serpiente que le salía de la boca. Pocos segundos después de que Kate la viera en el cielo, la marca desapareció.
Kate regresó a la silla que estaba ocupando, pero ya no lloraba y su mirada había cambiado. Harry, Ron y Jos estaban frente a ella preguntándose qué estaría pasando por su mente justo en aquel preciso momento. A Harry le preocupaba mucho la mirada de Kate (reflejaba odio y una infinita e insaciable sed de venganza) por lo que tomó la palabra.
- No te preocupes Kate yo me vengaré de Voldemort, ahora tengo otra razón poderosa para hacerlo
- Preferiría hacerlo yo Harry – dijo Kate con la voz firme y tranquila, pero la mirada no le cambiaba – este ya se convirtió en un asunto personal.
Los chicos la miraron al mismo tiempo que esperaban la llegada de quienes se iban a llevar el cuerpo. Mientras Kate arreglaba todo el trámite del hospital para poder sacar el cuerpo de su padre, Jos y Ron se habían ido a preparar el lugar en donde iban a velar y sepultar el cuerpo.
Harry observaba a Kate y si no era porque lo había visto, no se hubiera imaginado jamás el sin fin de sentimientos que esa chica podía experimentar. "Fuera de lo común, realmente fuera de lo común" pensaba Harry, cuando sonó el teléfono celular de Kate. Jos le avisó que todo estaba listo y que ya iban por el cuerpo.
Minutos después, dos hombres que trabajaban para la funeraria sacaron en una caja de madera muy fina el cuerpo de Richard Britter y lo trasladaron a el lugar donde lo velarían. Harry y Kate se fueron a la funeraria también en donde se encontraron con Jos y Ron. El encargado les dijo que el cuerpo estaría dentro de dos horas, así que los cuatro chicos se fueron a la casa de Kate.
Una vez más, durante el camino Kate no dijo palabra alguna y los chicos guardaban silencio respetando el dolor de su amiga. Cuando llegaron, Kate informó a Marie de la muerte de su padre y le pidió que llamara a todos sus familiares cercanos y amigos más íntimos porque no era necesaria más gente. Marie se fue a obedecer la petición de Kate, mientras que ellos se cambiaban de ropa.
Todos las personas que trabajaban en la casa de los Britter (5 en total), un tío lejano, un primo del señor Britter, dos amigos que trabajaban en el parlamento, una amiga de sus años de escuela, Kate, Jos, Harry y Ron estuvieron esa noche en la funeraria. A las 7 de la mañana del día siguiente, el cortejo fúnebre partió al cementerio, en donde sepultaron el cuerpo de Richard Britter junto a la tumba de Natalie Britter, la madre de Kate.
Era una mañana nublada, algunas traviesas gotas caían sobre el pasto del cementerio. Todos los presentes, vestían de negro y estaban sentados en una sillas del mismo color, justo a un lado del lugar donde el ataúd sería depositado. Al frente de todos, Kate y sus tres amigos observaban la escena mientras que el ministro ofrecía algunas palabras. Jos, que estaba sentado a un lado de Kate, la tomaba de la mano, mientras que Harry y Ron (que nunca habían estado en un entierro muggle) observaban todo con detenimiento sin dejar de sentir gran pena por Kate. Ella miraba al frente, al féretro de color negro que ahí estaba, mojándose con algunas gotas de lluvia. La mirada de Kate mostraba muchos sentimientos a la vez: tristeza por la muerte de su padre, odio porque había sido asesinado y valor porque se iba a vengar de lo que Voldemort le había hecho. Jos observaba a su amiga y, al igual que Harry, se preocupaba por todos los sentimientos que Kate estaba teniendo en ese momento.
Una vez que el féretro estuvo sepultado y los asistentes presentaron sus condolencias a Kate, solo quedaron en le cementerio los cuatro. Harry, Ron y Jos estaban a unas cuantas tumbas de distancia, mientras que Kate se encontraba de pie, frente a la tumba de su padre con dos alcatraces blancos en las manos.
- Papá perdóname – dijo Kate llorando – fue mi culpa que ahora estés muerto, que no estés conmigo ... ¿por qué me dejaste sola?, ¿por qué no me diste la oportunidad de decirte que soy bruja y que necesito tu apoyo? .... mira como soy, ya no estás y aún te sigo reclamando ... lo siento mucho ... aquí, frente a tu tumba papá, te juro que no descansaré hasta haber derrotado a Voldemort ... voy a vengarte papá ...
Kate se secó las lágrimas y se fue con los chicos que le dieron cada uno un fuerte abrazo. Caminaron hasta la entrada del cementerio en donde estaba estacionado el auto del papá de Kate cuando vieron a un señor de aspecto raro cerca del auto. Cuando llegaron ahí, el señor se acercó a Kate.
- Kathelene, lamento mucho lo de tu padre.
- Lo se señor Hunt, muchas gracias de nuevo por asistir.
- Richard era mi mejor amigo Kathelene, no podía dejar de venir. Por desgracia, nunca estamos preparados para estas cosas. Aún no puedo creer que se haya ido.
- Es difícil señor Hunt, pero tendré que vivir sin él y acostumbrarme a no tenerlo conmigo. Aunque, me hará mucha falta.
- Kathelene, te esperé aquí porque lamentablemente tengo que arreglar algunos asuntos legales contigo, lo del testamento ...
- Discúlpeme señor Hunt – interrumpió Jos - ¿cree usted conveniente que se arreglen esos asuntos en este momento?
- No hablo de leer el testamento ahora, sino de fijar una fecha para su lectura.
- ¿No podemos hacerlo hoy? – preguntó Kate y con la pregunta causó la consternación de todos.
- Si Kathelene, si podemos hacerlo, pero ¿realmente quieres que la lectura se haga hoy? – preguntó el señor Hunt
- Desgraciadamente tengo muchos asuntos que arreglar señor Hunt y voy a salir de Londres por un tiempo, así que no puedo esperar para después.
- Como tu digas Kathelene. Entonces voy a mi despacho por los documentos y nos vemos en tu casa dentro de dos horas ¿de acuerdo?
- Me parece perfecto señor Hunt.
- Muy bien, con permiso y hasta luego Kathelene, jóvenes.
- Hasta luego – repitieron los cuatro a coro.
El señor Hunt subió a su auto y se fue. Kate, Jos, Ron y Harry abordaron el carro del señor Britter y partieron rumbo a casa de Kate.
Una vez ahí, Kate llamó a todos los que trabajaban en la casa y les explicó que estaría fuera de Londres por un tiempo, así que les dio vacaciones por un mes con todos los gastos pagados, su sueldo íntegro del mes y les pidió por favor que regresaran en la fecha acordada para poder seguir con sus empleos. Los servidores aceptaron y en ese mismo momento acordaron dejar la casa para comodidad de Kate. Uno a uno se fueron y se quedaron en la casa los tres magos y el muggle a esperar la llegada el señor Hunt.
- ¿Quién es Hunt Kate? – preguntó Ron mientras descansaban un rato en la sala.
- Alfred Hunt fue es ... perdón, fue el mejor amigo de mi padre, abogado de profesión y el abogado de mi padre. Trabajaban juntos en el parlamento y se llevaban extrañamente muy bien.
- ¿Por qué dices extrañamente? – preguntó Harry
- Como habrán notado por el número de asistentes al funeral, mi padre era persona de pocos amigos, pero con Alfred se comportaba muy distinto de cómo era, a veces me parecía que guardaban un gran secreto del que no querían que nadie se enterara.
- ¿Y por qué permitiste que la lectura del testamento fuera hoy Kate? – preguntó Jos
- Porque como ya oíste, no voy a estar en Londres y no quiero dejar ningún asunto pendiente.
- ¿No vas a estar en Londres? – preguntó extrañado Jos - ¿A dónde vas?
- Regreso al mundo mágico, ésta misma noche. Tenemos que encontrar el libro y destruir a Voldemort
- ¿Y piensas hacerlo en un mes? – preguntó Jos
- No lo sé. Yo aún no tengo pistas de dónde pueda estar, pero no puedo dejar a los servidores sin sus empleos, así que si no regreso para esa fecha, ¿puedo encargarte eso a ti Jos?
- Cuenta conmigo mi brujita
Los chicos estaban más relajados y aunque Kate tratara por todas las formas posibles mostrarse tranquila, simplemente no podía. A las 11 de la mañana, llegó el señor Hunt.
Se dirigieron al despacho y si bien el señor Hunt no estaba de acuerdo al principio, los cuatro chicos se quedaron a escuchar la lectura del testamento. En resumen, la última voluntad del señor Britter era dejarle todos sus bienes a Kathelene, su hija, de los cuales podría tomar posesión hasta que cumpliera 21 años. Mientras, se le darían mensualidades par que pudiera costear sus gastos. El pago de los servidores estaba incluido en la mensualidad y los gastos de la escuela los costeaba un seguro de vida hasta que terminara su educación. Al término de la lectura, el señor Hunt entregó una carta a Kate que había sido escrita por su padre y se retiró porque tenía muchos asuntos pendientes que atender. Kate lo acompañó hasta la puerta y se quedó en la sala a leer la carta de su padre. Los chicos la observaban a una distancia no muy lejana "¿y si tiene un hechizo?" había dicho Ron y por eso, tomaron precauciones.
La carta decía as
MI querida KatheleneSi estas leyendo estas líneas es porque por alguna razón, ya no estoy contigo. Lo que vas a leer en esta carta no puedo decírtelo de frente, ni mucho menos estando vivo, así que hija, por favor pon atención a lo que sigue y trata de entender las razones de tu padre. En primer lugar, Kathelene tienes que saber que todas las cosas extrañas que te ocurrían cuando niña tienen una razón: tal vez eres una bruja. Tu madre lo era y murió en el parto, es verdad, pero antes había sido atacada por un mago llamado James Potter que estaba en contra de su grupo conocidos como los mortífagos. El mago que los encabezaba nunca hizo nada por tratar de ayudar a tu madre y según ella me dijo, las únicas intenciones de ese mago que los guiaba eran poder destruirte. Cuando tu madre murió, dijo unas palabras muy extrañas "No digas al bebé que soy mortífago, porque puede causarle problemas". Jamás las entendí y no espero que tu lo hagas porque es muy complicado.
Nunca me animé a contarte esa parte de la vida de tu madre porque tenía mucho miedo de perderte a ti también, por eso lo oculté. Perdóname hija, todo lo hice para que tú estuvieras bien.
Tu padre que te adora
Kate estaba sin habla y lágrimas silenciosas empezaron a caerle por las mejillas. Ante esta reacción los chicos se acercaron y la miraron extrañados. Kate se sentó en el sofá y pudo articular unas cuantas palabras
- mi madre... mi mamá era bruja, era partidaria de Voldemort ... y murió en el parto porque fue atacada por otro mago ..... un mago bueno, un auror ..... tu padre Harry
- ¿Qué estas diciendo Kate? – preguntó extrañado Harry
- Es la verdad – dijo Kate entre sollozos – todo está aquí escrito.
Kate le dio la carta a Harry quien la leyó en voz alta ante la incredulidad de Ron y Jos que los miraban impactados.
- Kate, lo siento, yo no sabía que ....
- No te preocupes Harry, si mi madre eligió el mal camino, no fue culpa tuya, ni de tu padre, él solamente cumplía con su misión.
- Creo Kate que a ti las malas noticias te persiguen – comentó Ron
- ¿Entonces tú y Harry son enemigos? – preguntó Jos
- No Jos, no somos enemigos, al contrario, hicimos una promesa de derrotar a Voldemort y la vamos a cumplir.
Los chicos se quedaron más tranquilos y se acomodaron en distintas partes de la sala. Muy pronto, los cuatro se quedaron dormidos debido a las agotadoras horas que habían pasado.
Después de dormir por casi toda la tarde, Kate despertó muy despacio, como queriendo recordar todo lo que había soñado. Se levantó del sillón mi miró el reloj. Eran las 7:30 de la tarde y el sol se estaba ocultando. Harry despertó también y miró a Kate de pie frete a un gran ventanal por donde entraban los rayos del sol, dando un color rojo a todo lo que tocaban. Harry caminó despacio hasta ella y la tomó del hombro
- Kate, ¿estas bien?
- Si Harry, muchas gracias, es solo que tuve un gran sueño, creo que por fin tengo una pista obre el libro
- ¿Cuál es Kate?
- No puedo decirla. No es que no quiera sino que no lo entenderías, es algo que siento, no que puedo ver.
- Un poco complicado Kate
- Te dije que no lo entenderías. Oye, ¿recuerdas que les hable sobre lo que vi cuando toqué el brazo de Malfoy?
- Si, que tiene de raro o de fabuloso
- Es que no les dije todo, hay algo más, pero no quiero que los demás se enteren.
- ¿Algo más?
- Descubrí que Draco está enamorado
- Qué buena broma Kate
- No es una broma Harry, es cierto. Los únicos sentimientos que pude percibir fueron el dolor por la pérdida de su madre, el odio que nos tiene a nosotros, y el amor que siente por una chica
- ¿Y de quién se enamoró Malfoy?
- Promete que no harás nada ni mucho menos dirás nada
- Por qué me dices eso Kate
- Solo promételo
- Esta bien, te prometo que no haré nada malo contra Malfoy y que no diré nada a nadie
- Draco está enamorado de Ginny
- ¡¡¿De quién?!!
- De Ginny, vi que sacó de un cajón una foto de ella estudiando en la biblioteca, supongo que del colegio
- Eso explicaría muchas cosas .... gracias por la advertencia Kate
- ¿Advertencia?
- Si, ahora no descuidaré a Ginny por ningún motivo, y le voy a pedir ... bueno, aún no lo se bien, pero es posible que ...
- ¿Le vas a pedir que sea tu novia?
- Aún no lo sé, ser auror trae muchos problemas y no quiero que Ginny corra ningún peligro.
- Vaya Potter, ¡Creo que te enamoraste de Ginny! – Kate sonrió un poco y eso tranquilizó a Harry
- Creo que si.
Ron y Jos despertaron también en ese momento y los dos magos dejaron su plática para después.
- Creo que ya tengo una pista sobre el lugar en donde se oculta el libro chicos – les dijo Kate sonriendo
- ¡Esa es una gran noticia Kate! – dijo Ron
- Así podrás regresar más rápido a Londres – contestó Jos
- ¿Y como sabes que es una pista? – preguntó Ron
- No lo entenderías – dijeron a coro Harry y Kate
- Chicos, creo que ya va a ser hora de irnos. Voy a preparar unas cosas – dijo Kate
Kate subió por las escaleras y antes de entrar a su cuarto, Jos la alcanzó.
- ¿No quieres que vaya contigo al mundo mágico?
- No Jos, no creo que puedas venir y no quiero que tú también corras peligro
- ¡Pero tengo que cuidarte!
- Los chicos me cuidan bien, no te preocupes
- Pero Kate, yo ...
- Nada Jos, no discutamos
- ¡Es que no quiero estar más tiempo sin ti!
- ¿De que hablas Jos?
- Vamos Kate, no me digas que aún no lo sabes
Y Josua se acercó a su amiga de forma muy amenazadora
- Josua Price, me estas asustando
- No Kate, no quiero hacerte daño, solo quiero...
Jos dejó de hablar, tomó entre sus brazos a Kate y la besó. Kate no se resistió en ningún momento al beso de Jos, porque realmente necesitaba saber que alguien la quería, pero algo raro ocurrió. Una extraña sensación los invadió. Una especie de calor subió por los dos cuerpos, como si tuvieran electricidad. De pronto Jos soltó a Kate, quien estaba igual de asustada que él y la miró profundamente.
- Lo sé Kate, yo lo sé
- ¿Sabes que Jos?
- El lugar en donde se encuentra el libro que tanto buscas
- ¿Cómo lo supiste?, yo no lo dije porque no se como explicarlo
- Creo que con el beso se me pasó la información – y Jos sonrió pícaramente
- ¡Qué ocurrencias las tuyas Jos!
- ¿Puedo ir contigo al mundo mágico?
- Ya te dije que no y no insistas
Kate se metió a su habitación y dejó a Jos afuera, pensando muy seriamente en aquel beso que se habían dado.
