El ataque. Segunda parte

Kate salió de la cueva. De la mano traía a Jack, a su derecha venía Malfoy y atrás Rita y Colagusano. Al llegar afuera, Kate observó que las calles estaban extrañamente vacías, que los comercios se encontraban cerrados, que ni una sola alma se encontraba en esos lugares.

- mmm..... esto no me gusta mucho....

- Kate, ¿qué es eso de allá?. ¿por qué hay tanta gente? –preguntó Jack

Kate miró hacia el lugar que Jack le estaba señalando y se sorprendió por ver a tal cantidad de gente reunida.

- Tenemos que ir a investigar – dijo Kate – caminen

El grupo de magos se dirigió hasta la colina que era el sitio de concentración de todos los habitantes de la ciudad. Kate lanzó un hechizo de invisibilidad sobre todos sus acompañantes y trataron de acercarse lo más que pudieron a la concentración. Kate miró horrorizada lo que estaban observando todos los demás. Al centro del círculo en el que se encontraban reunidos, estaban los miembros de la hermandad, Ginny y Jos, observando a la enorme cantidad de gente que estaba concentrada. Todos los magos tenían las varitas desenfundadas y estaban dispuestos a atacar a la menor de las provocaciones. Los magos invisibles miraban con atención, mientras Kate se trataba de comunicar con Harry y Jos, pero la presión que tenían, le impedía llegar hasta sus mentes. De pronto, la voz de Aracné resonó por todo el lugar.

- ¡A un lado por favor! – gritaba Aracné a los magos que le impedían el paso - ¡estoy diciendo que aun lado..... Vaya, ¡qué interesante!, más extranjeros.....

- ¿Más extranjeros? – preguntó para si mismo Jos - ¿Usted sabe en donde está Kate?- le dijo finalmente a Aracné

- ¡Claro que lo sé muggle!, ella y sus amigos están justo donde tendrían que estar.... ¡no hay por qué preocuparse!

"Qué extraño", pensaba Kate, mientras miraba a la mujer hablar con los chicos. Y si era realmente extraño, porque hasta donde ella recordaba, Aracné estaba encerrada en la celda en donde ella había estado... aunque una poción multijugos funcionaría, había algo en esa nueva Aracné que intrigaba mucho a Kate.

- ¿Qué no se supone que la dejaste encerrada en tu celda? – preguntó igual de extrañado Draco.

- Eso fue lo que yo creí.....

- ¿Y si se escapó?

- ¡Silencio Skeeter!, no digas estupideces

- Tranquilo Draco, así no llegaras a nada – expresó Kate

- ¿Y si son dos iguales Kate?

Los cuatro magos mayores miraron a Jack, que acababa de hacer una pregunta que podría ser la respuesta a esa duda. ¡Y si eran dos iguales!.... Kate no recordaba gran cosa de su etapa como Jhuen, cuando fue a dejar el libro y cuando se lo había encargado a Aracné, así que no sabía si había dos Aracné o era solo su imaginación. Los magos invisibles continuaron observando la escena, mientras los miembros de la hermandad protegían a Ginny y Jos, haciendo un círculo a su alrededor.

A pesar de que el trato que había tenido con Aracné había sido muy poco, algo en la intuición de Kate le decía que la chica con la que se enfrentaban los magos, no era la misma que había discutido con ella.

- No se preocupen por sus amigos – decía la Aracné que estaba frente a los chicos – ellos están bien. Sobre todo Jhuen....

Una exclamación general se escuchó por parte de la gente que estaba presente. Kate miraba más extrañada aún a Aracné, pero un pequeño grito la sacó de sus profundos pensamientos. A su lado, se encontraba el guardia que no había querido tocarla, el que se había espantado cuando le había visto la mano. Tenía en la cara una expresión de profundo terror e incredulidad y así como había aparecido, salió con rumbo a donde se encontraba Aracné

- ¡Usted no es nuestra soberana! – grito de pronto Rafther saliendo de entre la multitud – usted no puede ser Aracné...

- Vamos Rafther – le respondió la Aracné con la que hablaba – sabes perfectamente que soy yo, no dejes que el poder mental de los extranjeros te domine

- No, ¡usted no es Aracné!, mi señora no quería que la comunidad se enterara de que Jhuen había regresado, me amenazó con la vida de mis familiares si yo llegaba a decir una sola palabra, porque ¡yo conduje a Jhuen a su celda!

- ¡No sabe de lo que está hablando....!

- ¡Si lo sé!

- ¡Silencio Rafther! ¡Crucio!

Rafther sucumbió ante el dolor provocado por la maldición más utilizada para la tortura y quedó inconsciente en el suelo

- Muy bien, eso es lo que les puede pasar, no lo olviden... – dijo muy sonriente Aracné

Luego miró a los chicos y los amenazó con su varita. Los miembros de la seguían con las varitas afuera esperando responder cualquier ataque. Aracné llamó a los guardias que se encontraban un poco alejados y empezaron a avanzar amenazadoramente a donde se encontraban los chicos.

Al ver esto, Kate salió del escondite en donde se encontraba, seguida por Jack y Draco. Como seguían bajo los efectos del hechizo de invisibilidad, ninguno de los presentes se dio cuenta cuando llegaron hasta donde se encontraban la hermandad, Jos y Ginny. Kate se colocó al frente de ellos, Jack al lado de Kate y Draco junto a Ginny. Harry sintió la presencia de Kate y miró a Jos, quien miraba hacia todos lados buscando a Kate. Él ya había sentido su presencia también. En cuanto a Draco, llegó hasta donde estaba Ginny y ella sintió un leve escalofrío recorrerle por todo el cuerpo. Kate, Draco y Jack, se colocaron en posición de ataque

- ¡Visibilum!

- ¡Crucio!

- ¡Luce bullula!

Las voces de los tres magos se escucharon resonar por todo el lugar y aparentemente de la nada, salieron tres chorros de luz y luego, Kate, Jack y Draco aparecieron ante los ojos de todos. Aracné miraba aterrorizada a Kate, como si algo malo le hubiese hecho hace mucho tiempo... Jack seguía enviando maldiciones Cruciatus a los guardias, y Draco había cubierto a todos con una burbuja de luz que los protegía de los hechizos.

- ¡Te ordeno que nos des el libro! – gritó Kate a Aracné, que seguía sin poder creer lo que estaba viendo – no me escuchaste....

Kate salió de la burbuja y Harry salió tras de ella. De pronto, un tumulto de gente se hizo a un lado y apareció otra Aracné, seguida de otros guardias.

- ¡Jamás te regresaré el libro Jhuen! – gritó la nueva Aracné, mientras que todos los presentes no daban crédito a lo que veían

- ¿Hay dos iguales? – preguntó Harry a Kate

- Una para ti y una para mi – bromeó Kate y luego se dirigió a las Aracnés que ya estaban juntas y frente a ellos – por el bien de la isla, espero que me regresen el libro

- ¡El libro es nuestro! – respondieron ambas mujeres - ¡guardias ataquen!

Los guardias desenfundaron las varitas y empezaron a lanzar hechizos que eran desconocidos para los miembros de la hermandad, aún así, todos empezaron a atacar o defenderse el ataque. Jack lanzó una burbuja de luz sobre Jos y se quedó a un lado de él para defenderlo, los demás luchaban contra los guardias. La gente del pueblo ya había huido del lugar y Harry y Kate se enfrentaban contra las Aracnés. De repente, Kate sintió algo que le estremecía todo el cuerpo..... una sensación diferente como si algo la llamara a un lugar..... Kate miró a Harry quien le adivinó el pensamiento y le hizo una seña de aprobación. Kate desapareció y Harry quedó solo. Luchar contra ambas le empezó a resultar muy difícil. Una de ellas lo derribó y la otra estaba a punto de asesinarlo cuando alguien les lanzó a ambas un hechizo aturdidor. Harry se pudo de pie y le sonrió a Ginny que estaba dispuesta a luchar a su lado y morir en la batalla si era necesario.....

Kate apareció al pie de la colina por la que habían llegado los miembros de la hermandad. Caminó rodeando la colina, guiada por una corazonada inexplicable hacia un lugar que no sabía cual era. De pronto, frente a una roca, una roca común y corriente Kate se detuvo. La miró, sonrió y apuntó la varita hacia la roca.

- ¡Wingardium leviosa!

La roca se levantó por los aires y dejó al descubierto la entrada de una caverna, una pequeña entrada como del tamaño de una televisión. Era imposible que Kate entrara por ah

- Ven a mi.... – susurró Kate – tu amo te está llamando....

Nada sucedía. Repentinamente se empezó a escuchar un sonido, como de algo que volaba a gran velocidad. Del pequeño agujero salió un libro lleno de polvo, tierra y pequeñas piedras. Su apariencia denotaba que tenía muchísimos años enterrado, pero aún así, podía verse el color negro en las pastas de piel. El libro se detuvo en el aire, frente a Kate y una luz dorada cubrió a ambos. Kate estiró las manos y el libro avanzó lentamente hasta caer en ellas. Kate cerró los ojos y sintió el enorme poder que el libro tenía en sus páginas. Pudo sentir correr esa energía por todo su cuerpo y recuperó todos sus recuerdos. Ahora ya sabía todo lo relacionado con Jhuen. Kate desapareció y reapareció en el lugar en donde se estaba librando la batalla entre los guardias de Aracné y los miembros de la hermandad. Harry sintió de nuevo la presencia de Kate y cuando volteó a mirarla, aún tenía el resplandor dorado.

Rita y Colagusano estaban aún escondidos, cerca de donde Kate había aparecido. En cuanto vieron que Kate tenía en sus manos el Libro Negro, inmediatamente se lanzaron contra ella, pero una de las Aracné les lanzó un Avada Kedavra y ambos cayeron en el suelo. Draco no hizo movimiento alguno y Kate fue hasta donde estaba Harry y Ginny.

- ¡¿Cómo diablos..... – dijo una de las Aracné

- Simple Aracné

La voz de Hermond se escuchó por todo el lugar. Los guardias dejaron de atacar en cuanto escucharon la voz del mago más poderoso en toda la Atlántida. El único mago que era capas de hacer que Aracné se arrodillara a sus pies, después de Jhuen.

- El libro tarde o temprano iba a regresar a su dueño, tú lo sabías....

- ¡Pero el libro nos pertenece! – gritaron ambas Aracné

- ¡Aeternus Unione!

Una luz verde que cambiaba a gris salió de la varita de Hermond. Le dio justo en el pecho a una de las Aracné, que inmediatamente se transformó en una especie de humo y se introdujo al cuerpo de la otra, volviendo a ser una de nuevo. Hermond empezó a descender hasta el lugar en donde se encontraban los chicos. Dado que la batalla se había detenido por la llegada de Hermond y los pocos guardias que quedaban estaban emprendiendo la huída, los miembros de la hermandad empezaron a revisar a los chicos. Neville solo tenía unas cuantas heridas, nada graves. Pero Hermione había sido atacada por cuatro guardias a la vez con cuatro maldiciones diferentes y estaba en el suelo tendida, conciente, pero no se podía mover. A su lado estaba Ron, afortunadamente solo con algunos raspones, que cuando vio que Hermione no podía más, fue hasta donde ella estaba para protegerla. Jack, estaba sumamente agotado, además que tenía un brazo convertido en cristal. Draco se encontraba en perfectas condiciones, al parecer no le habían hecho absolutamente nada, y en la misma forma se encontraban Harry y Jos, éste último, porque no había peleado. Pero la que realmente tenía heridas graves era Ginny, que había sido atacada por una de las Aracnés y que la dejó casi inconsciente y con varias cortadas en el cuerpo. Harry estaba a su lado y le gritaba desesperado a Neville para que fuera a ayudarla.

- Tu puedes hacerlo Harry – le dijo Hermond – con la ayuda del libro....

- Aquí tienes Potter – y Kate le extendió el libro a Harry

- ¿Y qué hago con él? – preguntó Harry

- ¿Quieres aliviarla no? – le dijo Hermond – bueno, pues entonces solo piensa en qué es lo que quieres hacer y toca el libro, él te dará la respuesta.

- De acuerdo.

Harry tomó el libro de las manos de Kate e inmediatamente sintió el poder del libro recorrer por sus venas. Cerró los ojos y pensó en Ginny cuando estaba sana y le sonreía.

El libro empezó a moverse y a recorrer sus páginas muy rápido. Se detuvo en una en donde hablaban de un hechizo de curación de todo mal. Harry pronunció fuerte ¡Sánatus! y una luz cubrió completamente a Ginny. Segundos después, la chica Weasley estaba de pie y sonriendo a Harry

- Aracné, creo que nos vamos... – dijo Kate

- Como digas Jhuen....

- ¿Hermond, podrías explicarnos por qué había dos Aracné? – preguntó Harry

- Yo puedo hacer eso Potter – intervino Kate – en realidad es muy simple. Mira, cuando vine a esconder el libro, Hermond me dijo que Aracné no tenía el poder suficiente para poder protegerlo ella sola, así que me dijo que iba a hacer un hechizo para duplicar el poder de Aracné. Supongo que lo que hizo fue hacer una doble de ella ¿me equivoco Hermond?

- No Jhuen, estás en lo correcto

- ¿Y tú como sabes eso Kate? – preguntó Harry

- Bueno, cuando tomé el libro entre mis manos, todos los recuerdos de mi vida anterior regresaron a mi, es como si hubiera recuperado la memoria.

- Interesante....

- ¿Ya nos vamos Kate? – preguntó Jack

- Si Jack, en unos momentos, solo espera a que los demás chicos estén listos

- ¡Un momento! ¡si se mueven un solo centímetro con ese libro, los dos se mueren!

Harry, Kate, Ron, Hermione, Neville, Jack y Hermond miraron hacia el lugar de donde había salido la nada agradable voz de Malfoy y vieron como entre él y Aracné, tenían amenazados a Ginny y Jos.

- ¡Entrégame ese libro y nada les pasará! – continuo Malfoy – de lo contrario, tendrán que despedirse de ellos

- ¡Sabes perfectamente que jamás lo haré Draco! – respondió Kate

- ¡Vamos a defender este libro con nuestras vidas Malfoy! – grito Harry

- Muy bien, creo que han tomado su decisión ¡Crucio!

Malfoy lanzó la maldición al recién aliviado cuerpo de Ginny y Harry no lo soportó. La chica, que todavía estaba un poco adolorida, se dejó caer en el suelo, vencida por el dolor, no quería gritar, sabía que si lo hacía Harry podía pensar que era una cobarde, que no era digna de seguir al frente del departamento de la hermandad, que Harry se alejaría de ella.... pero Malfoy sacó todo su odio y resentimiento contra Potter en esa maldición y Ginny no pudo resistir. Terminó lanzando unos grito de terror que hicieron que la piel de todos los presentes se enchinara. Harry quería hacer algo, tenía que hacer algo, no podía ver que por su culpa estaban lastimando otra vez a Ginny ¡a su Ginny!, la niña a la que le había hecho la promesa de protegerla de todo mal.... Harry se adelantó unos pasos, pero la voz de Hermond lo detuvo.

- Detente Darkthen, la chica no tiene la culpa.

- ¡Espero que entiendan que no les será fácil escapar con mi libro! – dijo Aracné y Malfoy la miró extrañado

- El libro es lo que quieres.... – comentó Kate

- ¡Si! – dijeron ambos magos al mismo tiempo

- Vaya... , los dos quieren el mismo libro.... ¿cómo lo van a repartir? – preguntó Hermione

- No creo que Voldemort quiera compartirlo Malfoy – comentó Ron

- ¿Voldemort? – preguntó Aracné

- Tu lo conoces como Tom Riddle, Aracné – dijo Hermond

- ¿Tom Riddle?, ¿Aún está vivo? – preguntó Aracné

- ¡Vamos Aracné!, tú no permitiste que él muriera, ¡Tú lo salvaste! – gritó Hermond – El día que ese chico vino a buscar el libro, tú ya sabías que lo iba a encontrar, le advertiste, pero no te hizo caso. Entonces notaste la maldad en su corazón y te diste cuenta de que iba a servir para tus planes de quedarte con la isla ¿Crees que no sé que lo hiciste para que él destruyera a la reencarnación de Jhuen?, tú sabías que Jhuen iba a regresar un día por lo que le pertenece, así que fue muy fácil par ti protegerlo y hacer un trato con él. Tú le dabas el libro y él mataba a la chica

- ¡La ciudad me pertenece a mi! – gritó Aracné - ¡y el libro también es mío!

- ¡Es de mi amo! – grito Malfoy

Aracné y Malfoy se miraron muy despectivamente, el odio irradiaba en las miradas de ambos. Aracné aventó a Jos, quien cayó sin lastimarse a unos cuantos metros de donde estaban ambos magos dispuestos a matarse por obtener el libro. Jos fue a donde estaba Ginny inconsciente, la cargó y la llevó hasta el lugar en el que se encontraban los demás miembros de la hermandad. Harry la tomó entre sus brazos y nuevamente utilizó el hechizo ¡Sánatus! sobre de ella. Ginny despertó como en un sueño, estaba al lado de Harry, que en esos momentos, vencido por la emoción, una lágrima le corría por la mejilla.....

- Kate, ¡Tenemos que escapar! – dijo Neville a Kate, que estaba muy emocionada mirando la lucha entre Malfoy y Aracné

- Creo que lo mejor es que hagamos algo con el libro, porque si escapamos, de todas maneras nos perseguirán porque el libro lo tenemos nosotros – dijo Hermione

- Estoy de acuerdo con Hermione, la persecución seguirá, además, tenemos que regresar el pueblo a la superficie, al mundo mágico – comentó Ron.

- Muy bien, hay que hacer algo con el Libro, ¿alguna idea chicos? – preguntó Kate

En esos momentos, Harry recordó las palabras del oráculo de Delfos, cuando lo había ido a visitar por primera vez. "Para la segunda debes elegir entre lo que es bueno para ti o lo mejor para la humanidad"... él sabía que la decisión que tomaran con el libro afectaría al mundo mágico por el resto de los tiempos, así que tomando en cuenta la advertencia del oráculo, Harry pensó en una solución.

- Se que vas a matarme por esto Kate, pero ¿no sería mejor destruirlo? – expresó Harry

- ¿Destruirlo? – comentó Kate

- Tal vez sea la única solución Kate – dijo Ron

- Estoy de acuerdo con Ronald – señaló Hermond – es el único remedio..., solo que toda la magia que contiene el libro, tendrá que guardarse en algún lado. Me parece que sería correcto que dos de ustedes tengan toda la magia en sus mentes, aunque es un hechizo muy peligroso...

- Yo creo que Kate es la indicada para guardar la información, de todas formas, ella lo escribió – dijo Ginny

- ¿Y quién será el otro? – preguntó Jack

- ¿Por qué no Harry? – preguntó Neville – él es un mago muy poderoso, es el más fuerte de la hermandad, capas de vencer a cualquiera....

- ¡Me gusta la idea! – expresó Kate - ¿Aceptas Harry?

- Claro, solo espero que todo salga bien...

- Tenlo por seguro...

Hermond tomó el libro entre sus manos y pidió que los dos chicos extendieran sus manos sobre de él. Luego cerró los ojos y pronunció casi como un susurro ¡Negrum liberus, combinate poderes!. Kate y Harry fueron iluminados con la luz dorada que había cubierto a Kate cuando había encontrado el libro. Ambos sintieron como poco a poco se iba haciendo más fuertes. Miles de palabras cruzaban por sus cabezas y escuchaban miles de voces a la vez, creían que la cabeza iba a estallarles si escuchaban una palabra más, cuando todas las voces dentro de sus cabezas guardaron silencio, ya no escuchaban nada, pero se sentían infinitamente poderosos....

El Libro Negro flotaba en el aire, Hermond ya se había hecho a un lado. Kate y Harry se miraron y solo con la mirada entendieron perfectamente lo que iban a hacer. Solo con la mirada de ambos, el libro se elevó más alto en el cielo y ambos magos dijeron al unísono ¡Quimera! El libro Negro empezó a incendiarse y a caer todas y cada una de las cenizas al suelo. Malfoy y Aracné que habían estado muy entretenidos peleando entre ellos, no daban crédito a lo que veían, el libro fue consumido por el fuego, casi instantáneamente y luego, Hermond invocó al viento que esparció las cenizas por todo el valle en el que se encontraban peleando.

Aracné cayó arrodillada, sin poder decir palabra alguna. Malfoy aprovechó la oportunidad para lanzarle el hechizo Somnus Letalis. Aracné quedó en el suelo, durmiendo el sueño eterno....

Draco miró a Harry quien lo amenazó solo con la varita y lo retó a duelo. La hermandad desapareció de ahí y aparecieron en la plaza principal de la ciudad. Una vez ahí, llamaron a todos los habitantes de la ciudad y les informaron la situación.

- Mis muy queridos amigos – inició Kate – tal vez no me reconozcan muchos de ustedes porque han sido miles de años los que no hemos tenido contacto.... Soy Jhuen el creador del mundo mágico, y he regresado aquí a recuperar lo que me pertenece. El Libro Negro, ya regresó a el lugar del que nunca debió salir. Mis pensamientos. Es mi deber informarles que Aracné, la que había sido su mandataria, está muerta y vengo hasta ustedes a preguntarles sobre su situación. ¿Desean regresar al mundo mágico o prefieren quedarse aquí en donde han vivido desde hace miles de años, bajo la batuta de Hermond, "el adivinador"?.

La gente del pueblo se quedó unos segundos callados, luego una voz gritó con voz potente de manera que todos los presentes pudieran escucharle.

- ¡Larga vida a nuestro soberano Hermond!

- ¡Viva el nuevo rey!

Kate sonrió y luego tomó la mano de Hermond para decirle adios. Los chicos regresaron al lugar en donde estaban peleando Harry y Draco, éste último, que ya estaba sumamente herido por los constantes ataques del nuevo y reforzado Harry. Draco estaba sobre el suelo, frente a Harry, quien le lanzó un hechizo inmovilizador y lo dejó ahí derrotado y humillado...

La hermandad se reunió de nuevo y mientras sonreían y pensaban en casa, Harry cambió la enorme sonrisa que tenía en el rostro, por una cara de inmensa preocupación

- ¿Qué sucede Harry? – preguntó Ron

- Es Sirius.... Está en problemas.

Los miembros de la hermandad se tomaron de la mano, Harry y Kate se concentraron el Sirius y desaparecieron de la Atlántida. Volvieron a aparecer cerca de los terrenos del Hogwarts y la escena no podía ser más aterradora: Sirius estaba en el suelo, sin poder moverse. Voldemort se acercó a él y lo observó con una mirada de burla infinita. Le lanzó dos maldiciones Cruciatus más y Sirius sufría intensamente.

- ¡Pobre de ti Black! – le dijo Voldemort – debe de ser difícil cargar con la conciencia de la muerte de tus amigos y de la futura muerte de tu ahijado. Pero en fin, para que veas que no soy tan malo, te voy a permitir morirte . ¡Avada Kedavra!

- ¡No!, ¡Aeternus tempa!

El tiempo detuvo su marcha. La luz verde que salió de la varita de Lord Voldemort estaba suspendida en el aire. El señor Tenebroso miró hacia el lugar y donde había provenido la voz y los vio entonces. Un joven mago con una cicatriz en forma de rayo sostenía la varita de donde había provenido el hechizo para congelar el tiempo. Harry Potter y la hermandad había regresado a la superficie.