Chapter 4: Evadiendo la realidad.
Abrió los ojos y se levanto de manera automática, tenía la mirada distante, perdida, parecía muerta, muerta en vida.
Caminaba sin ver donde pisaba, su aspecto antes tan pulcro, ahora era solo una gran persona desaliñada, nada le importaba, ya no quería nada.
Bajo a la cocina, su rutina de siempre, un gesto con la mano en forma de saludo a la chica de cabellos rosas que le miraba preocupada, una cucharada de arroz...
-¿Adónde fue Yoh, Tamao?-su voz era un débil hilo de sonido.
-No lo sé Doña Anna-la chica le contesto mientras su mano se apoyaba en la de ella de manera protectora y compasiva-Ya lleva varios días así, le hará daño a su hijo, anímese-le suplico la joven.
Anna retiro de manera violenta su mano y la miró con furia.
-No te pedí un consejo Tamao, ¡Lo has olvidado!, debes responder...
-Quizás salió a correr-termino Tamao la frase con un fuerte suspiro de resignación mientras se alejaba de la mesa con el plato de arroz sin terminar.
La misma rutina se había venido repitiendo desde hace ya una semana, una larga semana llena de preguntas sin respuestas, de ánimos alterados y farsas representadas con precisión, con pulcritud.
Tamao miro con compasión la débil figura de Anna, ya no era la misma, casi no comía y se paseaba con la yukata puesta y el cabello enmarañado por los pasillos repitiéndose una y otra vez su misma cantaleta, las únicas palabras que al parecer la hacían feliz: "Quizás salió a correr"
La chica no entendía nada de lo sucedido, pero de algo estaba segura, el joven Yoh se había marchado y era por eso que Anna se encontraba en tal deplorable estado, aún recordaba esa trágica noche, cuando la tuvo que meter a casa, toda empapada y lastimada, no solo de cuerpo sino también de alma.
**Flash Back**
-¡Dios mío!-exclamo asustada al encontrar a la rubia sacerdotisa tirada en el césped, con la ropa calada y sin ningún rastro de conciencia-Doña Anna.
Corrió hacía ella y la tomo en brazos, la miro con preocupación, como pudo logro sostenerla y llevarla adentro de la casa, subió rápidamente las escaleras y bajo con ropa seca, Anna seguía inconsciente.
La vistió con cuidado y llamo a Fausto.
-Despierte Doña Anna, despierte-murmuraba con lagrimas en los ojos, había escuchado tanto ruido y sabía casi nada-Joven Yoh ¿dónde esta?-se pregunto, ya era demasiado tarde y él no se había aparecido en todo el día.
El correr de la puerta la saco de sus pensamientos, ante ella el rubio doctor la miraba preocupado.
-¿Qué ha pasado?-pregunto con el ceño fruncido-¿Dónde esta Yoh?-y busco con la mirada al aludido.
-No lo sé, no lo sé-Tamao negaba con la cabeza-Escuche gritos y cuando salí Doña Anna se encontraba tirada en el pasto y el joven Yoh no ha aparecido durante todo el día-lloraba abundantemente y se veía muy confundida y angustiada.
-Esta bien, ahora lo principal es Anna y el bebé, pásame mi maletín.
Y sin hacer más preguntas comenzó a revisarla.
**Fin Flash back**
Caminaba sin ver donde pisaba, no sabía a donde dirigía sus pasos, y sinceramente no le importaba, ya nada, ni ella misma le eran importantes, su única preocupación era él.
Él, el único que la comprendió.
Él, el único que la amo de verdad.
Él, el imbécil que la abandono.
Negó con la cabeza, no, él no la había abandonado, él no era una sucia basura que la dejaría a su suerte, él la amaba.
-Yoh tan solo salió a correr-se dijo con voz entrecortada y tratando de que el llanto y el dolor no se apoderaran de ella.
Quería convencerse, en verdad deseaba creerse, pero ya no podía soportarlo más, la realidad le estaba ganando terreno a sus deseos, a sus estúpidas esperanzas, aún así y sabiendo que estaba derrumbándose por dentro, terminaba por creerse sus vanas palabras, viviendo sin vivir, sintiendo sin sentir.
-Doña Anna-le llamó con voz suave-Doña Anna-repitió.
-¿Qué quieres Tamao?-le respondió con violencia.
-Perdone que la interrumpa, pero acaba de llegar...
No terminó su frase, la rubia se había abalanzado hacía la puerta, con lagrimas en los ojos y dispuesta a matar a su marido en cuanto lo viera, en realidad iba a besarlo, abrazarlo y acariciarlo con desesperación.
Llegó a la puerta y encontró a un hombre parado en el umbral, ahí estaba su Yoh, tan sonriente y despreocupado como siempre, con su ropa de entrenamiento, su rostro lleno de sudor le regalaba una tierna mirada y su boca le entregaba una tierna sonrisa.
Sin pensarlo dos veces lo abrazo y le beso en los labios profundamente, mientras le repetía "Tonto, tonto, ¿dónde habías estado?"
Tamao llegó algo agitada y al mirar la escena se paralizo, sus manos corrieron hacía su boca ahogando un grito de sorpresa, la misma que invadía al joven que trataba desesperadamente de separarse de Anna, temiendo que en un momento a otro su amigo apareciera y le soltara un golpe por estar besando a su esposa.
-Yoh, ¿qué te sucede?, ¿Acaso ya no te gustan mis besos?, Si siempre has dicho que es lo que más te gusta-rió y tomándolo del cuello volvió a besarlo.
Esta vez el chico logro desprenderla de él, la miro y luego fijo su vista en Tamao a quien interrogo con la mirada, Anna por su parte lo abrazaba con fuerza.
-No debiste irte así, no debiste, te he extrañado mucho, mucho, te amo, te amo-murmuraba con la cabeza pegada a su pecho-No vuelvas a irte Yoh, prométeme que no lo harás, promételo.
El joven de ojos profundos la miró sorprendido, lo estaba confundiendo con Yoh, ¿pero porque?, la separo con gentileza y la obligo a mirarlo a los ojos.
-Anna-le dijo, su voz suave pero distinta
-Anna-repitió, los ojos de la chica lo miraban embelesados, enamorados, se veía tan absorta en su ensoñación que le pareció cruel despertarla, pero debía hacerlo, por su bien y el suyo propio.
Ella parecía volar, la voz de Yoh repetía su nombre, él estaba ahí, ese tonto samurai le había hecho creer lo peor, ¿cómo pudo haber dudado de su Yoh?, se sentía culpable por haberlo hecho, él no era de esas personas malvadas que dejan a la gente desamparada, Yoh no era como sus padres, y la prueba estaba ahí, palpable, él con ella, juntos...
-Anna-le dijo con violencia mientras ignoraba los gestos de Tamao, no entendía muy bien lo que pasaba pero definitivamente quería saberlo y para hacerlo tenía que despertar a la joven rubia que le acariciaba con ternura la mejilla, varias interrogantes pasaban por su cabeza, él nunca había visto comportarse a la fría itako de esa manera y el ¿dónde diablos esta Yoh que no controla a su esposa? Rondaba sin parar por su cabeza mientras lo buscaba en vano con la mirada.
Ese aroma, un aroma extraño le llegaba a su nariz y una fuerte voz resonaba en su cabeza, una voz dura, distinta a la de Yoh, pero él estaba ahí, era su voz, lo miro con detenimiento...
-¿Yoh?
-Yo no soy Yoh, te lo he estado repitiendo, ¿qué te sucede?
Súbitamente en su cabeza resonó el "Yo no soy Yoh", su visión comenzaba a aclararse, las suaves facciones del shaman se iban diluyendo poco a poco mostrado unas mas duras, sus ojos negros y tranquilos se transformaron en unos fríos y amarillos, su suave cabello castaño se acortaba poco a poco y tomaba un color azul marino, su vista ya no era nublada, veía a la perfección, sus ojos se agrandaron y observaron con profundo horror...
-Vaya hasta que lo logre, ahora te gustaría explicarme el porque...-no continuo miro a la chica rubia que se hallaba con la cara llena de consternación.
-No eres Yoh-le murmuro.
-Claro que no, ya te lo dije, yo no soy Yoh, pero por extraña razón te has aferrado a la absurda idea de que sí.
-Joven... – le llamo tímidamente Tamao haciendo una seña para que se callara.
-Tú no eres Yoh-repitió con amargura Anna.
-Claro que no, soy yo, Ren Tao-dijo con fuerza haciendo caso omiso a las señas de Tamao.
-Ren Tao-repitió Anna, antes de caer con debilidad sobre los brazos del chico.
Continuara...
Notas: Cómo logre pasar con éxito mi segundo examen de actuación decidí celebrarlo escribiendo otro capitulo, no lo había hecho porque tenía que aprenderme varias líneas y ensayar con mi equipo, pero aún así los nervios me ganaron un poco y olvide una línea, ¡se me borro por completo!, por suerte era solo una oración que nadie noto, ni siquiera el profesor, a la que sí le fue mal fue a mí compañera de escena ya que por mi error se le fue su concentración y comenzó a trabarse y hacer cosas ilógicas y fuera de personaje como le dijo el profesor cuando el examen concluyo y nos dijo nuestros errores y calificación, yo le pedí mil disculpas porque debido a eso le bajaron puntos y la regañaron mucho, y prometí no volver a equivocarme en el siguiente examen, bueno basta de contar mis chocoaventuras y a contestar reviews:
Viosil Uab: gracias por tu review y por pensar que estuvo bien escrito, no te preocupes si estuvo corto, yo entiendo que hay cosas que hacer, y ¿sabes? Yo también espero ser una estrella de cine muy pronto, porque creo que como escritora no tendría un buen futuro.
Nakuru-chaan: Me alegra saber que te guste mi historia y bueno Yoh no es tonto, solo esta algo traumado, pero nada más.
Pam: Por supuesto que Anna lo hará sufrir, de eso me encargo yo personalmente, claro que tiene que sufrir y claro que regresara, sino no sería una buena historia y pues no quiero un final infeliz para este fic.
Esperando que les guste este capitulo se despide de ustedes Beu Rib (Luna que espera)
Abrió los ojos y se levanto de manera automática, tenía la mirada distante, perdida, parecía muerta, muerta en vida.
Caminaba sin ver donde pisaba, su aspecto antes tan pulcro, ahora era solo una gran persona desaliñada, nada le importaba, ya no quería nada.
Bajo a la cocina, su rutina de siempre, un gesto con la mano en forma de saludo a la chica de cabellos rosas que le miraba preocupada, una cucharada de arroz...
-¿Adónde fue Yoh, Tamao?-su voz era un débil hilo de sonido.
-No lo sé Doña Anna-la chica le contesto mientras su mano se apoyaba en la de ella de manera protectora y compasiva-Ya lleva varios días así, le hará daño a su hijo, anímese-le suplico la joven.
Anna retiro de manera violenta su mano y la miró con furia.
-No te pedí un consejo Tamao, ¡Lo has olvidado!, debes responder...
-Quizás salió a correr-termino Tamao la frase con un fuerte suspiro de resignación mientras se alejaba de la mesa con el plato de arroz sin terminar.
La misma rutina se había venido repitiendo desde hace ya una semana, una larga semana llena de preguntas sin respuestas, de ánimos alterados y farsas representadas con precisión, con pulcritud.
Tamao miro con compasión la débil figura de Anna, ya no era la misma, casi no comía y se paseaba con la yukata puesta y el cabello enmarañado por los pasillos repitiéndose una y otra vez su misma cantaleta, las únicas palabras que al parecer la hacían feliz: "Quizás salió a correr"
La chica no entendía nada de lo sucedido, pero de algo estaba segura, el joven Yoh se había marchado y era por eso que Anna se encontraba en tal deplorable estado, aún recordaba esa trágica noche, cuando la tuvo que meter a casa, toda empapada y lastimada, no solo de cuerpo sino también de alma.
**Flash Back**
-¡Dios mío!-exclamo asustada al encontrar a la rubia sacerdotisa tirada en el césped, con la ropa calada y sin ningún rastro de conciencia-Doña Anna.
Corrió hacía ella y la tomo en brazos, la miro con preocupación, como pudo logro sostenerla y llevarla adentro de la casa, subió rápidamente las escaleras y bajo con ropa seca, Anna seguía inconsciente.
La vistió con cuidado y llamo a Fausto.
-Despierte Doña Anna, despierte-murmuraba con lagrimas en los ojos, había escuchado tanto ruido y sabía casi nada-Joven Yoh ¿dónde esta?-se pregunto, ya era demasiado tarde y él no se había aparecido en todo el día.
El correr de la puerta la saco de sus pensamientos, ante ella el rubio doctor la miraba preocupado.
-¿Qué ha pasado?-pregunto con el ceño fruncido-¿Dónde esta Yoh?-y busco con la mirada al aludido.
-No lo sé, no lo sé-Tamao negaba con la cabeza-Escuche gritos y cuando salí Doña Anna se encontraba tirada en el pasto y el joven Yoh no ha aparecido durante todo el día-lloraba abundantemente y se veía muy confundida y angustiada.
-Esta bien, ahora lo principal es Anna y el bebé, pásame mi maletín.
Y sin hacer más preguntas comenzó a revisarla.
**Fin Flash back**
Caminaba sin ver donde pisaba, no sabía a donde dirigía sus pasos, y sinceramente no le importaba, ya nada, ni ella misma le eran importantes, su única preocupación era él.
Él, el único que la comprendió.
Él, el único que la amo de verdad.
Él, el imbécil que la abandono.
Negó con la cabeza, no, él no la había abandonado, él no era una sucia basura que la dejaría a su suerte, él la amaba.
-Yoh tan solo salió a correr-se dijo con voz entrecortada y tratando de que el llanto y el dolor no se apoderaran de ella.
Quería convencerse, en verdad deseaba creerse, pero ya no podía soportarlo más, la realidad le estaba ganando terreno a sus deseos, a sus estúpidas esperanzas, aún así y sabiendo que estaba derrumbándose por dentro, terminaba por creerse sus vanas palabras, viviendo sin vivir, sintiendo sin sentir.
-Doña Anna-le llamó con voz suave-Doña Anna-repitió.
-¿Qué quieres Tamao?-le respondió con violencia.
-Perdone que la interrumpa, pero acaba de llegar...
No terminó su frase, la rubia se había abalanzado hacía la puerta, con lagrimas en los ojos y dispuesta a matar a su marido en cuanto lo viera, en realidad iba a besarlo, abrazarlo y acariciarlo con desesperación.
Llegó a la puerta y encontró a un hombre parado en el umbral, ahí estaba su Yoh, tan sonriente y despreocupado como siempre, con su ropa de entrenamiento, su rostro lleno de sudor le regalaba una tierna mirada y su boca le entregaba una tierna sonrisa.
Sin pensarlo dos veces lo abrazo y le beso en los labios profundamente, mientras le repetía "Tonto, tonto, ¿dónde habías estado?"
Tamao llegó algo agitada y al mirar la escena se paralizo, sus manos corrieron hacía su boca ahogando un grito de sorpresa, la misma que invadía al joven que trataba desesperadamente de separarse de Anna, temiendo que en un momento a otro su amigo apareciera y le soltara un golpe por estar besando a su esposa.
-Yoh, ¿qué te sucede?, ¿Acaso ya no te gustan mis besos?, Si siempre has dicho que es lo que más te gusta-rió y tomándolo del cuello volvió a besarlo.
Esta vez el chico logro desprenderla de él, la miro y luego fijo su vista en Tamao a quien interrogo con la mirada, Anna por su parte lo abrazaba con fuerza.
-No debiste irte así, no debiste, te he extrañado mucho, mucho, te amo, te amo-murmuraba con la cabeza pegada a su pecho-No vuelvas a irte Yoh, prométeme que no lo harás, promételo.
El joven de ojos profundos la miró sorprendido, lo estaba confundiendo con Yoh, ¿pero porque?, la separo con gentileza y la obligo a mirarlo a los ojos.
-Anna-le dijo, su voz suave pero distinta
-Anna-repitió, los ojos de la chica lo miraban embelesados, enamorados, se veía tan absorta en su ensoñación que le pareció cruel despertarla, pero debía hacerlo, por su bien y el suyo propio.
Ella parecía volar, la voz de Yoh repetía su nombre, él estaba ahí, ese tonto samurai le había hecho creer lo peor, ¿cómo pudo haber dudado de su Yoh?, se sentía culpable por haberlo hecho, él no era de esas personas malvadas que dejan a la gente desamparada, Yoh no era como sus padres, y la prueba estaba ahí, palpable, él con ella, juntos...
-Anna-le dijo con violencia mientras ignoraba los gestos de Tamao, no entendía muy bien lo que pasaba pero definitivamente quería saberlo y para hacerlo tenía que despertar a la joven rubia que le acariciaba con ternura la mejilla, varias interrogantes pasaban por su cabeza, él nunca había visto comportarse a la fría itako de esa manera y el ¿dónde diablos esta Yoh que no controla a su esposa? Rondaba sin parar por su cabeza mientras lo buscaba en vano con la mirada.
Ese aroma, un aroma extraño le llegaba a su nariz y una fuerte voz resonaba en su cabeza, una voz dura, distinta a la de Yoh, pero él estaba ahí, era su voz, lo miro con detenimiento...
-¿Yoh?
-Yo no soy Yoh, te lo he estado repitiendo, ¿qué te sucede?
Súbitamente en su cabeza resonó el "Yo no soy Yoh", su visión comenzaba a aclararse, las suaves facciones del shaman se iban diluyendo poco a poco mostrado unas mas duras, sus ojos negros y tranquilos se transformaron en unos fríos y amarillos, su suave cabello castaño se acortaba poco a poco y tomaba un color azul marino, su vista ya no era nublada, veía a la perfección, sus ojos se agrandaron y observaron con profundo horror...
-Vaya hasta que lo logre, ahora te gustaría explicarme el porque...-no continuo miro a la chica rubia que se hallaba con la cara llena de consternación.
-No eres Yoh-le murmuro.
-Claro que no, ya te lo dije, yo no soy Yoh, pero por extraña razón te has aferrado a la absurda idea de que sí.
-Joven... – le llamo tímidamente Tamao haciendo una seña para que se callara.
-Tú no eres Yoh-repitió con amargura Anna.
-Claro que no, soy yo, Ren Tao-dijo con fuerza haciendo caso omiso a las señas de Tamao.
-Ren Tao-repitió Anna, antes de caer con debilidad sobre los brazos del chico.
Continuara...
Notas: Cómo logre pasar con éxito mi segundo examen de actuación decidí celebrarlo escribiendo otro capitulo, no lo había hecho porque tenía que aprenderme varias líneas y ensayar con mi equipo, pero aún así los nervios me ganaron un poco y olvide una línea, ¡se me borro por completo!, por suerte era solo una oración que nadie noto, ni siquiera el profesor, a la que sí le fue mal fue a mí compañera de escena ya que por mi error se le fue su concentración y comenzó a trabarse y hacer cosas ilógicas y fuera de personaje como le dijo el profesor cuando el examen concluyo y nos dijo nuestros errores y calificación, yo le pedí mil disculpas porque debido a eso le bajaron puntos y la regañaron mucho, y prometí no volver a equivocarme en el siguiente examen, bueno basta de contar mis chocoaventuras y a contestar reviews:
Viosil Uab: gracias por tu review y por pensar que estuvo bien escrito, no te preocupes si estuvo corto, yo entiendo que hay cosas que hacer, y ¿sabes? Yo también espero ser una estrella de cine muy pronto, porque creo que como escritora no tendría un buen futuro.
Nakuru-chaan: Me alegra saber que te guste mi historia y bueno Yoh no es tonto, solo esta algo traumado, pero nada más.
Pam: Por supuesto que Anna lo hará sufrir, de eso me encargo yo personalmente, claro que tiene que sufrir y claro que regresara, sino no sería una buena historia y pues no quiero un final infeliz para este fic.
Esperando que les guste este capitulo se despide de ustedes Beu Rib (Luna que espera)
