Pasado
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Gracias Haruka por tu review y espero que te guste este segundo capitulo.
Advertencia: Es un Deathfic
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Parte 2.
Al levantar su vista, vio unos ojos conocidos, parecía verlo con preocupación, trato de tranquilizarse -Hiei- dijo una vez que su mente dejo de agitarse.
Lo vio alejarse, se veía mas sereno, bajo su vista para ver su pecho, estaba oscuro pero sintió su mano humedecerse, trato de levantarse ignorando que no estaba solo, su cuerpo dudaba en obedecerlo.
-no deberías levantarte- escucho
-yo… yo tengo que ir al baño- dijo con un tono de voz quebrada, el hablar logro enfocar mas sus pensamientos, se levanto y con paso lento llego al baño, cerro la puerta para no ser interrumpido, al iluminarse la habitación vio que su camisa estaba manchada de rojo, al levantarla vio con horror que ahí estaba la herida, abierta, sangrando levemente, rápidamente la limpio y la vendo, mojo su rostro y salio mas calmado.
-que te pasa?- escucho la voz desde la ventana, volteo hacia haya, nuevamente se percato que faltaba poco para el amanecer, "siempre a la misma hora, momentos antes de lo inevitable" se dijo a si mismo.
-nada- recordó la pregunta
-como que nada?-
-solo fue una pesadilla?- dijo con calma
-no, te estabas convulsionando, no era normal- Kurama centro su atención en su interlocutor
-que quieres decir?-
-nadie se convulsiona por una pesadilla, al menos que sienta terror-
Kurama se sentó en la cama, recargándose en la pared, hecho la cabeza hacia atrás "sentía terror" se cuestiono –no,…no se-
-que esta pasando?-, cerro los ojos tratando de pensar, pero a su mente solo llegaban imágenes de sus pesadillas, se llevo una mano a la cara, mientras intentaba alejar esos pensamientos de su mente.-Kurama- escucho una voz a lo lejos, la oscuridad lo invadió.
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Estaba despierto, pero no quería abrir los ojos, temía estar nuevamente ahí, no recordaba que paso después de que Hiei llegara a su habitación, ni quería recordarlo, estaba cansado, pero no era el mismo tipo de cansancio, sino uno de pereza, la pereza que no te deja pensar no porque no deseas hacerlo; una suave brisa acaricio su rostro, abrió los ojos por impulso esa señal le había bastado para saber que no estaba ese lugar abominable.
Al abrir sus ojos se dio cuenta que estaba en su habitación, la luz entraba libremente por su ventan, se incorporo lentamente, estaba solo, una punzada de dolor le recordó bruscamente lo que paso en la noche, se dejo caer cansado en la cama, con la mirada perdida en el techo, en eso recordó a Hiei, se levanto rápidamente pero se cayo nuevamente en su cama doblo su cuerpo tratando de controlar el ardor que le causaba la herida al roce con su ropa. Busco con la mirada a su amigo, vio la ventana abierta, "se ha ido" se dijo a si mismo. Regreso al cuarto de baño y limpio nuevamente su herida, esta vez poniéndose vendas.
Bajo a la cocina, escucho ruido provenir de ella, con mucho cuidado entro los recuerdos solo le hacían dudar; suspiro relajado al ver a su hermano.
-Hola Suuichi- saludo Kurama
-Buenos días oniisan, te levantastes muy tarde hoy-
-si creo que estaba cansado-
-pues aun te ves cansado, deberías seguir durmiendo o prefieres comer hice unos emparedados-
-no gracias, solo quiero algo de agua, por cierto… y nuestros padres?-
-salieron de compras- se sentó en el desayunador para comer su almuerzo
-te puedo prepara algo si quieres?-
-no, con esto basta, es justo lo que quería- los hermanos sonrieron
-pues me da gusto que te sepas preparar tu comida-
-algún día tenia que aprender- su comida ya había desaparecido –por cierto saldrás hoy?-
-si, por que?, necesitas que te ayude en algo?-
-no, solo preguntaba por curiosidad, e aprendido mucho gracias a ti, ahora veras que puedo hacer las cosas yo solo-
-pues te felicito-
Asi pasaron la mañana los hermanos, hasta que la puerta se abrió.
-ya llegamos- se escucho la voz de una mujer
-Suuichi ayúdanos a meter las cosas-
-voy papá- dijo el menor de los hermanos
-los ayudo?- pregunto Kurama siguiendo a su hermano
-ah, hola hijo, no ya tenemos todo solucionado- dijo llevando varias bolsas de compras dentro de la casa –deberías descansar un poco mas, no te ves bien-
-no, ya me siento mejor-
-bueno no te preocupes, aquí nosotros arreglamos todo, siéntate a ver algo en la tele, te hablamos cuando sea la hora de comer-, extrañamente se sintió inútil –o vas a salir?-
-si, pero mas tarde-
-bien, como quieras- la situación la sintió molesta, como si no lo quisieran cerca, extraño sentimiento que jamás antes había sentido.
Se retiro a su cuarto, quería mucho a su familia y le agradaba ver a su madre alegre ahora que había encontrado de nuevo el amor, y a él le encantaba tener un hermano menor, sobre todo como Suuichi que siempre le demostró su cariño, entre todos formaban una gran familia. Pero entonces porque se sintió desplazado hace un momento, como si no lo contara, estaba de acuerdo que por las misiones del reikai se ausentaban mucho de casa y en ocasiones como estas deseaba disfrutar de su compañía, "será tal vez que se acostumbraron a verme solo de paso, como un visitante mas", "no, que cosas pienso ya me estoy volviendo paranoico", "paranoico, tal vez pero esa es la realidad".
-qué?- se sobresalto al escuchar esa voz dentro de su pensamiento.
En eso vio a alguien entrar por su ventana –Hiei- dijo con alegría, olvidando lo recién sucedido
-vaya te vez mejor-
-si, pero dime que paso anoche?-
-te desmayastes-
-mm, por eso no recuerdo lo que paso-
-me voy, solo venia a ver como estabas-
-espera Hiei-
-si?-
-recuerdo que Koenma nos cito ayer, que fue lo que paso?-
-una misión aburrida, no es necesario que vayas-
-no importa los acompañare- tenia deseos de salir de su casa, se sentía incomodo de estar ah
-como quieras-
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Llego ante Koenma, ahí estaban los demás, discutían sobre algo, Kurama no entendía sobre que.
-Hola chicos-
-que tal Kurama?-
-que haces aquí deberías descansar-
-no ya me siento mejor, venia a ver lo de la misión, ayer no me dijeron nada-
-ha porque es una misión sin importancia como las anteriores-
-he?- pregunto confundido, las ultimas misiones que había tenido con el equipo nunca hubieran sido catalogadas como sin importancia.
-si las anteriores, lo que pasa es que no te dijimos nada para no molestarte-
-ah, de todos modos me hubieran dicho-
-a da igual- expreso Yusuke y regreso a la discusión que tenían, incluso Hiei participaba con el resto del grupo, noto la confianza y la hermandad que se había forjado entre ellos después de tantas peleas, sabia que se habían ganado el respeto mutuo.
Veía todo aparte, alejado de ellos.
"siento como si ya no me necesitaran", "así es".
-que?- dijo en voz queda, nadie lo escucho.
"ya nadie te necesita, tu trabajo aquí ya termino", escucho de nuevo esa voz, se oía segura, potente como si el mensaje en ella fuera la verdad. Salio de la oficina sin que se dieran cuenta.
Se sentía triste, vació se preguntaba si realmente era necesario ahí, ya había cumplido con su misión "pero cual misión?" se pregunto a si mismo, él antiguo ladrón leyenda entre los suyos asesino sin escrúpulos, había sido herido a muerte y fusionándose con el cuerpo de un niño que aun no conocía el mundo, logro sobrevivir, pero tenia derecho de hacerlo?, y porque de todas los seres vivos que habitaban este mundo escogió el cuerpo de quien seria Suuichi Minamino.
Hijo único, pues la pareja no podía tener mas, orgullo de sus padres, consuelo de su madre a la perdida de su padre, respetuoso, educado, incluso arriesgo su vida por quien le enseñara lo hermoso que son los sentimientos humanos; la enfermedad que padeció su madre fue eliminada por él, recibiendo ayuda de su amigo quien después lo involucraría en una cadena de batallas por el bien de la gente.
Pero ahora su amada madre gozaba de buena salud, enamorada nuevamente y ahora no podía considerarse hijo único. Sus amigos grandiosa compañía, confían en él y lo respetan como guerrero y astuto zorro, le dan su tiempo que merece para que pueda disfrutarlo. La escuela mejor estudiante, admirado por sus compañeros por su inteligencia y belleza, se ha ganado el orgullo de profesores.
Entonces que es lo que sentía, había logrado lo que cualquiera deseara, entonces porque se sentía vació como si ya no hubiera ya anda mas que hacer, si todo aquí estuviera concluido, "no todo a concluido", de nuevo esa voz acusadora, "aun le debes a la vida",
-que le debo a la vida?- pregunto en un murmuro. Caminaba con la cabeza baja, dejando que su mente trabajara.
-mucho-
-eh?- alzo la cabeza, vio una extraña sombra que se proyectaba a la inversa, provocando que se uniera a la de él, la unión de sombras creo un camino entre ellos, un lazo, busco al dueño de la sombra se sentía pesado como si hubiera sido aplastado por una gran carga de angustia, sus ojos se nublaron, no podía distinguir a la persona frente a él, pero le era vagamente familiar, el rostro resplandecía con los rayos de sol al igual que su cabello impidiéndole distinguir el color, pero sin duda era largo.
-aun tienes muchas cosa que pagar- escucho hablar, pero no le vio mover la boca
Esa persona giro sobre si mismo y camino alejándose de Kurama, con paso calmo, el pelirrojo dudaba si seguirlo o ignorarlo por completo, pero al parece esa persona noto su inseguridad y se volteo a verlo.
-es necesario que pagues-dijo con tal potencia en su voz que no le dejo lugar a dudas; su cuerpo comenzó a caminar siguiendo las ordenes de la persona frente a él, su cerebro no contradijo la orden, su mente estaba en blanco.
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No sabia cuanto tiempo había pasado, pero sin importar la posición del sol, ambas sombras seguían unidas, había entrado a una zona boscosa, cuando a sus oídos llegaron cientos de sonidos, los había escuchado anteriormente, pero no recordaba donde, entre ellos voces que no lograba entender, al aumentar el sonido de las voces también aumentaba el ritmo de su corazón, como si quisiera prevenirlo, una brisa helada erizo su piel, las hojas y pasto suelto lo cubrieron, pero no dejo de ver a su guía, que lo llevaba por un camino oscuro, extrañas sombras adornaban el lugar, la naturaleza ahí había tomado caprichosas formas, como si quisiera amedrentar a aquel que quisiera invadir sus dominios.
Esa persona se detuvo, Kurama lo imito, -no se olvidan las acciones, NUNCA- dijo casi en grito. Fue tal la fuerza con que dijo la última palabra que la sintió como un golpe, Kurama tratadillo ante el golpe de palabra. La figura indescriptible lo invito a seguir avanzando, Kurama se negó a hacerlo, pero su cuerpo al parecer ya no le pertenecía, y lo desobedeció, sus piernas avanzaron, las sombras desaparecieron por completo, se detuvo apenas dado 5 pasos, un temblor en bajo sus pies, y su cuerpo cayo al vació.
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Continuara
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