Pasado

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Gracias Mao Seth, Haruka, Misao003, gonta-kun por sus review's

Advertencia: Es un Deathfic

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Parte 3.

Se levanto dolorosamente; recordaba haberse caído pero no como ni porque. Se levanto con sintiendo varias pulsaciones en su cuerpo por las heridas hechas al caer, estaba en un gran salón, al parecer en el subsuelo, parte del techo estaba destruido permitiendo pasar la luz, también varias plantas y enredaderas se introducían, el salón era redondo con varios pilares a su alrededor, el centro tenia el piso mas oscuro al parecer por humedad, a Kurama le parecía muy familiar el lugar, pero no indago mucho pues unos ruidos a sus espaladas lo previnieron se preparo para atacar. Al reconocerlos se tranquilizo

-Kurama que haces aquí?- pregunto Yusuke

-no lo se, no recuerdo... pero ustedes que hacen aquí?-

-seguimos el rastro del youkai hasta aquí-

-hasta aquí?- repitió desconcertado

-si, pero no nos dimos cuenta de tu presencia,... pero como es eso que no recuerdas como llegaste?- indagó Kazuma

-no lo se, creo que me caí- dijo al aire mirando un hueco en el techo

-estas bien Kurama?- pregunto calmado el detective

-eh?, si solo pensaba- un retumbar se escucho, el sonido reboto en las paredes impidiéndoles descubrir su origen, el eco les desbalanceaba.

-de donde viene ese ruido?- pregunto Kazuma tratando de amortiguar el sonido, tapándose los oídos.

-es difícil descubrirlo, pero que ya desaparezca- dijo Yusuke en las mismas condiciones –Kurama tu no lo escuchas?-

El pelirrojo se encontraba ausente, su mente había abandonado su cuerpo, sus ojos mostraban aquel vació en el que se encontraba, sus amigos presentes se preocuparon y trataron de acercarse a él, pero una misteriosa energía les impidió acercarse lanzándolos lejos de quien ahora era su presa.

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Kurama se llevo las manos a la cabeza por un intenso dolor en ella, que le había provocado incluso cerrar los ojos, pero al abrirlos vio con horror que el lugar había cambiado, ya no parecía mas ese lugar abandonado por siglos, sino uno aun utilizado, el techo estaba completo impidiendo la entrada a luz ajena, el ambiente estaba pesado, su cuerpo estaba entumecido, creyó que de nuevo su pesadilla se le presentaba, pero en el fondo y con pesar sabia que no, era demasiado real para consolarse en que fuera solo un sueño, el frío calando sus huesos, la humedad incomodando su piel, el aire turbio sofocándolo, no esto no era un sueño, su corazón se comprimido de angustia al escuchar aquellos gemidos lastimeros provenir de ninguna parte y de todos lados al mismo tiempo.

Se obligo a controlarse, sabiendo que ese no era el momento de lamentarse, si era un sueño o no pronto lo descubriría, terminaría con todo si fuera necesario "todo" se repitió en su mente sin ser conciente de lo que realmente significaba.

Pronto los lamentos despareciendo, entendiendo solo dos cosas, que solo era producto de su miedo, o la agonía para ellos por fin había acabado, pero para él solo empezaba. Estruendoso golpes resonaron, algo se acercaba, su corazón latía con fuerzas como queriendo expulsar toda la presión acumulada, por instinto se preparo para lo que llegara, pero ni todos sus años como youko le sirvieron para esto.

La gran bestia aquella que tanto lo perseguía condenándolo, era él mismo, su largo cabello plateado, sus penetrantes ojos dorados, su gesto duro, sus ojos fríos, el porte estético, todo era él.

Sus piernas temblaron ante la impresión, retrocedió sin comprender el porque, sintiendo que algo en su interior lo carcomía.

Su yo frente a él, se burlo al ver el temor en sus ojos, avanzo lentamente, Kurama no podía moverse sus pies parecían pegados al piso, el Youko reflejo se detuvo a escasos centímetros, podía sentir el olor a muerte irritar su olfato.

Lo vio extender su brazo, un intenso dolor en su pecho le hizo gritar con fuerza, la mano de él había atravesado su pecho con facilidad, las garras en su piel lo lastimaban, le quemaban la piel, su corazón sintió la presión, el esfuerzo por seguir latiendo, el sabor de la sangre en su boca, y el nublar de pensamientos, todos esos sentimientos se le acumularon, creando un vació, no sentía su cuerpo, le parecía caer en un abismo profundo, la cara del youko se alejaba; su cuerpo caía libremente, vio la sonrisa triunfal frente a él, alejarse, pero él no se movía, su cuerpo era el que se alejaba.

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-Kurama,... Kurama- lo llamaban con fuerzas –Kurama reacciona-lo habían sujetado antes de caer.

-eh, fue una pesadilla?- pregunto confundido y a la vez aliviado, con un agudo dolor en su pecho y el sabor a sangre, se llevo la mano al borde de su boca al sentir humedad, al ver lo que se había limpiado observo atemorizado que era sangre, su sangre.

-Kurama estas bien?-

-ah?- aun no podía enfocar sus pensamientos

-que te paso?-

-no... no lo se- contesto poniéndose de pie.

-será mejor que salgamos de aquí- comento Yusuke ayudando a Kurama a caminar

-espera- dijo al escuchar aun los lamentos resonar, se separo de quien le apoyaba en ese momento, y fue en búsqueda del origen de ese canto a la tortura que lo llamaba.

Yusuke y Kuwabara lo vieron alejarse sin entender lo que pasaba, cuando lo vieron entrar a uno de los pasillos, decidieron seguirlo pero al atravesar dicho pasaje, vieron con extrañeza que este estaba bloqueado, no comprendían a donde había ido su amigo.

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Kurama corrió hasta el origen del lamento, pero un fuerte ruido tras él lo hizo detenerse en seco y voltear a ver, vio con temor que él camino tras él había desaparecido. Tanteo la pared que ahora había, esperando que fuera una ilusión, pero la firmeza de la roca le hizo ver la autenticidad de la misma.

Giro de nuevo y siguió el único camino que había, lo recordó con horror, era el mismo de u sueño, las paredes enmohecidas, el aire saturado; su corazón latió con fuerzas al tener que vivir sus pesadillas, su cuerpo empezó a reaccionar al miedo, su piel tensa, y perlas de sudor en su cuerpo.

Al llegar al final del pasillo, se detuvo, sabiendo lo que le esperaba, se resistía a continuar, deseaba tranquilizarse, pero le constaba, como si supiera que lo que sucedería, era lo que tenia que pasar.

Dio el paso que faltaba para entrar al salón, las antorchas se encendieron, mostrando extrañas sombras recorrer el lugar con el mismo movimiento de las flamas. Los lamentos se volvieron ha escuchar con mayor fuerzas, para su asombro cada una de las sombras cobraron vida, mostrándole con horror la forma agonizantes de quienes alguna vez fueron personas.

Se alejo de las paredes, huyendo de esas criaturas, que parecían querer lastimarlo, sus pies lo llevaron hasta los escalones que separaban físicamente el centro, se detuvo antes de entrar en la laguna sangrienta. Llevo su mano a su cabello para preparase para la pelea, pero descubrió que sus rosas no aparecían, busco sus semillas y desesperado al descubrirse indefenso, entro al circulo, los entes se aproxima peligrosamente, no le quedo otra opción que repelerlos a golpes, podía sentir la carne descompuesta en sus manos, cada vez que los tocaba no podía evitar sentir repulsión. Los zombis cayeron rápidamente, provocando que el nivel de sangre en la charca aumentara. Una vez fuera de peligro salio de ella, sintiendo en sus pies y parte de sus piernas cubiertas por el plasma, se sentía incomodo pero sabía que no era momento para tales cosas de higiene y comodidad.

Recordó de sus sueños, la presencia de otro túnel, pero dudo en ir hacia ese lugar, temiendo que ese ser apareciera y lograra con su cometido. Una fuerte sacudida agito todo el lugar, un poderoso rugir lo secundo, esta vez sacudiéndolo a él, su corazón comenzó a agitarse con rapidez, sus manos se humedecían, al igual que su frente, no podía controlar el temor por mas que quisiera, un fuerte aire frío, le llevo a abrazarse a si mismo, su piel se tenso y sus sentidos se agudizaron esperando a que llegara lo inevitable.

Los pasos retumbaron por el lugar, eran lentos, fuertes y atemorizantes. Por primera vez en su vida sintió la angustia, el miedo a morir, pero tan bien un vació a lo pasado, un miedo a la vida, no podía entender lo que sentía en ese momento, es como si deseara que todo se detuviera, que las cosas dejaran de avanzar.

Estaba frente a él, sus ojos eran negros profundos, encerrando en ellos el infinito. Aun no tenia forma, pero sus brazos se podían ver, parecían de un joven con bastantes musculoso, unos pies también se lograban diferencia del resto de la abominación.

Esa cosa frente a él, comenzó a cambiar, no pudo evitar sacar un gemido de sorpresa y horror, al verse de nuevo aun con esos ojos vacíos, el youko frente a él sonrió con malignidad, sacando su látigo de espinas. Kurama se obligo a retroceder, viendo como blandía el látigo en sus manos.

-qui... quien eres tu?- pregunto deseoso de saber que sucedía.

El youko frente a él amplio su maléfica sonrisa. –Yo soy tu- contesto con esa voz tan profunda, pero esta vez tan penetrante.

-pero... pero eso es imposible-

-oh, no lo es-

-qué es lo que eres?-

-soy tu pasado, lo que se creo de lo que tu abandonaste al convertirte en Suuichi

-que?-

El cuerpo de Youko comenzó a deformarse, sacando en momento extremidades de su cuerpo, pero siempre recuperando su forma –estos, son tus victimas-

-imposible, están muertos-

-así es, pero no por eso dejaran de vengarse-

-pero... pero no, yo era un youkai no había problema si los mataba-

-eso piensas- avanzo lentamente

-si-

-pero si los hubiera matado Suuichi, estaría mal-

-que?, no te entiendo- retrocedió al ver la distancia entre ellos desaparecer

-has encontrado una nueva vida, una muy buena nueva vida, pero que paso con todos los crímenes que cometiste, realmente te merecías esa vida?-

Kurama no sabia que contestar, no entendía a que quería llegar.

-se te permitió renacer con tus poderes y parte de tus recuerdos para cumplir un objetivo-

Esas palabras eran muy conocidas en la mente de Suuichi.

-el objetivo fue cumplido, pero...- en un santiamén, Kurama se encontraba inmovilizado, Youko estaba a escasos centímetros de él, podía sentir su aliento en su frente, sus ojos bajaron por el miedo. –tus buenos actos no son suficientes para perdonarte, para perdonarte a ti mismo-

Youko le dio el látigo, lo sujeto con firmeza sin entender porque le entregaba el arma.

-tus sentimientos humanos te han creado una conciencia, y esta no te permite descansar, conoces tu culpa, es ella quien te reclama-

-que? Imposible, he dejado todo eso olvidado, ya no son parte de mi-

-lo son ahora que dependes de mí, de youko, si me usas tendrás que cargar con sus acciones-

-no- ajito su cabeza

-arrastras el peso que conlleva ser youko-

-pero... pero- su vista se nublaba, pero aun podía ver las extremidades brotar de youko

-tu familia no merece alguien como tu- la punta del látigo se clavo con firmeza en el techo –su hijo modelo, es un asesino-

-no soy un asesino-, dijo con el látigo aun en su mano

-has matado sus ilusiones, tus amigos confían en alguien que nunca lo será-

-nunca le he fallado a mis amigos- agacho su mirada, no estaba seguro de sus palabras

-nunca les cuentas sobre ti, solo es lo que te conviene-

-siempre he estado para ellos- se defendió ya sin fuerzas

-quieres que dependan de ti-

-no, solo quiero ayudarlo-

-o ayudarte?-

-NO- lo encaro

-seguro, no es que quieras disculparte, rechazando lo que en verdad eres-

-no- ya no estaba seguro, sus palabras llegaban directamente a su interior.

-has olvidado quien eres?-

-no-

-pero no quieres reconocerlo-

-no- sus dudas crecían

-por que lo niegas?-

-porque... yo...-

-no lo sabes-

Negó con la cabeza. Realmente ayudaba o buscaba una manera de justificarse ante todos. El látigo en su mano se tenso, siendo jalado hacia arriba.

-tienes que pagar-, esas palabras, "tienes que pagar" repitió en su mente, pagar por ser quien es, pagar por utilizar su pasado para conveniencia de su presente. Pagar por olvidar lo que le perjudica para solo dejar lo que le sirve. Vio el látigo en su mano y comprendió lo que youko quería, pero lo haría, realmente valía la pena ese pago.

Su mente lo llevo a los recuerdos de su familia, los veía felices, unidos, pero recordó que los sintió distantes, se había alejado de ellos, viviendo una doble vida, una de ellas con sus amigos, sus compañeros de lucha, se unió a ellos para ayudarlos, pero las ultimas misiones ya no lo necesitaban, se sintió inútil.

Dejaba a un lado a su familia por sus amigos, y dejaba abandonados a sus amigos por su familia, eso lo llevo a no ser parte fundamental de alguno de los dos. Sabía que había hecho muchas cosas, pero ahora... ahora ya no había más que hacer.

Youko le quito el látigo y lo abrazo con el, -has entendido?-

Kurama asintió derramando algunas lágrimas. Youko acerco su mano al pecho de Suuichi y desapareció en él. Kurama sintió un fuerte jalón, y el vació de la muerte.

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Yusuke y Kuwabara, sintieron el poder de Kurama desaparecer, sin esperar mas, destruyeron la pared por la que había desaparecido su amigo, no encontraron nada, pero un golpe seco los hizo voltear, en el centro del salón, se encontraba el cuerpo sin vida de Kurama, rodeado por su látigo que pronto se convirtió en una rosa que se marchito. Los dos chicos derramaron lagrimas de tristeza por su amigo, a quien no pudieron ayudar, el poder del youkai que buscaban salio en ese momento del pecho de Kurama y floto hasta perderse en el cielo.

Desaparecer para siempre.

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Fin

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