"Una preciosa serenata"
Capítulo 3: Llorar duele más.
No. Él no estaba enamorado de aquella muchacha de ojos castaños –al igual que su cabello -. No, jamás se enamoraría, y menos de ella. Sería mejor dejar las cosas claras, no quería que se produjese un gran malentendido que le costase el poco afecto de su madre, pues el de su padre ya lo había perdido hacía ya mucho tiempo (si es que en algún momento lo poseyó). Él era Draco ¡Por el amor de Dios! ¡Él era Draco Malfoy!
Olvidame... olvídame...
ya no quiero llorar...no...
olvídame... olvídame
ya no quiero llorar....
Había recapacitado sobre esta situación, y había llegado el momento de tomar rienda suelta. Debía acabar con aquella locura antes de que fuese peligroso. El Slytherin se separó difícilmente de ella –pues ni él mismo quería hacerlo-. Cuando entre la oscuridad solo se veían dos siluetas, suspiró y tragó saliva.
-Granger –la llamó fríamente y ella lo miró confusa –Tengo que aclararte algo. Tú solo eres un juego para mí, creo que tus sentimientos no son correspondidos.
-¿Q-qué estás d-diciendo? –tartamudeó la chica, asustada.
-¿Es que no oyes bien? –preguntó éste con sarcasmo –Te he dicho, que solo estoy jugando contigo.
Hermione lo miró perpleja. Por más que lo intentaba nos salían las palabras adecuadas de su boca. Intentó preguntarle un "¿Por qué?", pero ni siquiera tenía fuerzas. Se volteó rápidamente antes de que Draco pudiese ver las lágrimas brotar de sus ojos.
Como a cámara lenta, el prefecto vio como la muchacha corría en dirección a su sala común. Él se quedó con el corazón en le mano.
¿Por qué? ¿Por qué le latía tan fuerte cuando estaba con ella? ¿Por qué le hacía tanto daño haberle dicho aquellas palabras? Solo era... solo era... solo era una pobre ingenua. Nada más importante que un juego de niños.
A la mañana siguiente –como todos los martes –a primera hora tendría doble clase de Pociones con Griffindor. Solo le faltaba eso, ¡Ver a Hermione Granger delante de él dos horas! ¿Aguantaría? ¡Claro! ¿Por qué no iba a aguantar? Miraría a otro lugar y no se sentiría culpable.
Caminó resguardado de sus dos inseparables compañeros –no se les podía llamar amigos –Crabbe y Goyle. Iba sumido en sus pensamientos, como de costumbre, cuando alguien chocó con él.
Tuve un amor sin defectos
Era perfecto, era amor de verdad.
Sin previo acuerdo, nada que arreglar.
No quería perderlo, quería guardarlo que siempre
Quería que fuera mi amor sin final
Y mientras tanto me olvidaba de amar
Harta de esperarme... Te vas
-¡Eh! ¡Ten más cuidado! –refunfuñó el rubio, viendo quien era, y paró en seco sus palabras.
-¡Mira tú por donde vas! –protestó una muchacha de cabello castaño.
-Granger... -murmuró Draco, con un leve sonrojo.
Hermione lo empujó y salió corriendo hacia las mazmorras. Tenía que evitar llorar, sí... ella ¡tenía que ser fuerte! Al igual que el Slytherin, que por más que lo intentaba la imagen de la figura vulnerable y delicada de la chica le venía a la cabeza cada poco. No la había tratado muy bien, puede que no hubiese sido muy considerado. Pero él era así.
Se quedó observando como poco a poco se alejaba, con expresión triste.
-Querido amigo –comenzó diciendo un joven a las espaldas del rubio –te aconsejé que no te sobrepasaras con ella.
-Zabinni –balbuceó –Te advertí que no te entrometieras ¿entiendes? –lo amenazó Draco con una mirada tan llena de frialdad que éste apartó la vista del prefecto.
-Olvídate de ella, nunca estará a tu nivel. –objetó –parece que el que no lo entiende eres tú.
Blaise Zabinni entró en la clase de Pociones, seguido de Draco Malfoy. Éste último estaba confuso. No sabía que debía sentir, pero sí sabía lo que hacer. Debía alejarse de la muchacha antes de acabar como cualquiera de esos muggles en las películas de amor.
Se sentó en la mesa más alejada del profesor –como de costumbre -. A lo largo de la clase Hermione contestó a tres preguntas –ya que el profesor Severus Snape no hizo caso cuando levantaba otras veces la mano -, mientras que Draco la contemplaba disimuladamente.
Al terminar las clases, el Slytherin se dirigió a la biblioteca para terminar un trabajo de Pociones que le habían puesto de deberes ese mismo día. Buscando entre los libros viejos, cogió uno al azar. Y se sobresaltó al ver entre el espacio que había dejado al sacar el libro, a una joven sentada en una de las largas mesas. Ella miraba atenta un libro, mientras apuntaba en un papel pequeñas frases. Era Hermione Granger.
Draco giró la cabeza y se sentó junto a la ventana. El paisaje de invierno, con los copos caer sobre el suelo era reconfortante y tranquilo. Quería dejar su mente en blanco, pero sin embargo, algo le carcomía los pensamientos. Una horrible imagen: el semblante lloroso de la Griffindor.
Llorar duele más,
cuando sé que fuí yo
el que nunca entendi
Llorar duele más,
ya que sé que soy la razón
de lo que nos pasó.
Él no sabía exactamente lo que sentía. Solo podía pensar en ella. Ella le robaba sus sueños desde hacía algunos días. Sabía que fue por su culpa que todo había terminado. Realmente ¿tenía miedo? Quizás... Pero él aguantaba cualquier meta, cualquier objetivo. Para Draco Malfoy nada era imposible. Él era el Rey Slytherin.
La hora del almuerzo pronto llegó. El joven rubio se dirigió hacia el Gran Comedor, y se sentó en la mesa donde muchos de los Slytherin estaban murmurando cosas. Se acercó y cogió asiento, seguido por Crabbe y Goyle, sus dos "gorilas". Durante la comida intentó prestar atención a lo que algunos decían, pero al más mínimo movimiento de aquella muchacha de ojos miel, todo lo que le rodeaba se hacía tan pequeño que ni él ni nadie podrán alcanzarla.
-No, Draco. Quítate a esa sangre sucia de la cabeza. No vale absolutamente nada. Solo es una diversión, nada más. ¡Te mereces algo mucho mejor! –pensó para sus adentros.
-¿Draky? ¿Me estas escuchando? –preguntó Pansy Parkinson al mismo tiempo que chasqueaba los dedos.
-Cállate Parkinson –sentenció tajante.
Intentó no desviar la mirada hacia cierta Griffindor, aunque no se lo ponía nada fácil. En ocasiones ella lo miraba tan persuasivamente que creía que estaba caminando hacia ella. Lo atraía.
Por no ver que tú eras
más real que un amor
Y querer que sintieras
lo que nunca existió....
A media tarde entró en la biblioteca, dispuesto a terminar un odioso trabajo de Pociones. Paseó su mirada por la estantería donde se encontraban los libros que precisaba y cogió uno de aspecto antiguo, de color negro grisáceo. Lo ojeó cuidadosamente hasta que finalmente los ojos se le entrecerraban. Ladeó la cabeza de un lado para otro y comenzó a pensar. Pronto se percató de la presencia de alguien más.
-Hermione... -musitó.
El estado de ánimo lo tenía por los suelos, y verla no lo ayudaba para nada. Se giró con brusquedad, dispuesto a irse de aquel lugar. Pero detuvo su paso en seco cuando una oleada de viento produjo una hermosa combinación con el cabello de la chica. Estaba bastante enmarañado, pero en esa circunstancia parecía liso y suave. Ella se levantó despacio y fue hacia la ventana. Era muy amplia, lo que provocó de nuevo que su cabello ondeara con el aire agitado. Se veía preciosa.
¿Por qué? ¿Por qué nadie se molestaba en intentar comprender su situación?
-¿¡Malfoy!? –exclamó Hermione alterada.
-¿Algún problema? –preguntó éste arrastrando las palabras.
-Has sido tu el que me has llamado, te escuché.
-Yo no te he llamado, Granger –mintió Draco.
-Lo que tú digas –lo miró desafiante.
-Siempre es lo que yo diga ¿Todavía no te diste cuenta de eso? –dijo irónico.
Tuve un amor imperfecto
Con sus defectos de amor de verdad
Y yo y mi miedo lo dejamos pasar
Ahora que lo entiendo... te vas...
El Slytherin tuvo la última palabra. La observó deseando poder tocar su tersa piel, pero no debía. Ella era como un bello amanecer, al mismo tiempo que producía un huracán en su corazón.
-Me voy –objetó ella.
-Espera –la retuvo -¿Te has enfadado por lo de ayer?
-¿Tú que crees? –preguntó sarcásticamente la Griffindor.
Oh, por merlín... ¿Por qué ni siquiera ella podía entender como se sentía? Por mucho que él quisiera, deseara, amara, extrañara, Draco Malfoy debía estar solo, entre las tinieblas de un mundo inventado y la cárcel de su amor. Debía estar solo, desde el principio al fin de su propio destino, cumplir su condena en silencio. Debía estar solo, aún cuantas lágrimas derrabase, su camino era permanecer con aquellos tortuosos recuerdos. Debía estar solo, los besos de aquella muchacha estaban obligados a ser innumerables a su ser. Debía permanecer solo aún cuando el viento sople y las pequeñas gotas dejaran de caer sobre su cabello. Su suerte estaba echada al azar.
-¿Por qué me miras así? –preguntó con un deje de fastidio.
Cuando la veía de lejos era como sumergirse en el inmenso océano, queriendo atrapar un pequeño y débil pez en medio de tantas especies. Por que tan solo con una mirada de aquella chica él entraba en un juego entre agonía y delirio. Quemaba y helaba a la vez.
Pero alguien los interrumpió. Se escuchó el sonido de varios pasos acercarse. Un grupo de Slytherins entraron riendo a carcajadas. De nuevo la rutina. Debía guardar las apariencias y se contuvo.
-Granger, ¿de verdad piensas que me pararía a ver a una simple sangre sucia? ¿Crees que no tengo cosas mejores que hacer? ¿O esperabas que te besara? –rió cínicamente.
-Prefiero besar a un muerto o a una asquerosa rata antes de que a un hurón como tú –esta vez era ella la que reía.
-Lo mismo digo, antes muerto que besarte.
-¡Draco! –lo llamó uno de aquellos Slytherins -¿Qué haces con esa sangre sucia?
-Ella pensaba que dije su nombre –en su cara se dibujó una sonrisa diabólica y burlona. –Le estaba aclarando que antes me acuesto con la profesora Trelawney que pronunciar su asqueroso nombre.
-Si pronuncias mi nombre se ensuciaría por tu estúpida voz.
-Cállate, Granger –le ordenó él.
-¿Por qué no pruebas y te caes de la escoba en un partido de quiddicht? Creo que nos harías un gran favor a todos –objetó Hermione furiosa.
-Venga, Draco. Nosotros vamos a la sala común, no tardes –comentó uno de los Slytherins riendo por la disputa.
Los dos chicos se fueron riendo ruidosamente. Cuando quedaron solos, Hermione le dedicó una mirada de odio y una sonrisa de victoria. A pesar de sus sentimientos hacia Malfoy, pudo discutir perfectamente con él. Porque ahora sentía un gran resentimiento hacia él.
-Eres un ser repugnante –dijo la chica.
-Y tú una sangre sucia sin remedio –repuso Draco.
-Tú eres un niño de papá y un malcriado, que no sabe hacer nada por sí solo.
-Parece que la rata de biblioteca quiere pelea –rió.
-Me encantaría discutir contigo, pero tengo cosas importantes que hacer, asquerosa serpiente –Hermione lo empujó hacia un lado, y el Slytherin estalló.
-¿¡Cosas con el pobretón Weasley y el cara-rajada!? –espetó con un deje de enfado.
-Por lo menos tengo amigos.
-Considérate afortunada por poder tener amigos, aunque cualquiera aguanta a una tonta que solo sabe molestar.
Estaba completamente que ardía de furia, ¿prefería estar con esos perdedores antes que con él? Pero... ¿¡Qué demonios estaba pensando!? Ella solo era una sangre sucia, hija de muggles. No, no estaba celoso. Jamás. Pero no pudo seguir reprimiendo sus sentimientos, aunque solo fuera una diversión la necesitaba cerca. Entonces se olvidó del resto de la gente. Se olvidó de todo, y la besó. Al principio ella opuso una gran resistencia, pero con el tiempo fue tomando rienda en aquel lento y dulce beso. Sentía como las manos de Hermione se apoyaban cómodamente sobre su pecho, arrugando la túnica de él. Se perdieron en un fuerte abrazo, y de nuevo se besaron más apasionadamente. Pero sin previo aviso, Draco recibió una fuerte bofetada por parte de ella.
Dolía.
Lastimaba.
La mejilla y el corazón.
Y ahora sé que te amé,
me doy cuenta y ya no te tendré
Pues ya... te vas...
-Malfoy... ¿recuerdas?... antes muerto que besarme. –pronunció Hermione paulatinamente, con voz trémula.
Tras aquellas palabras se alejó lentamente.
Draco se llevó una mano a la cabeza y se frotó la nuca, haciendo ademán de incomprensión. Suspiró hondo y fue hasta la sala común de Slytherin.
¿Qué sucedía? ¿Acaso a ella no le gustaba? ¿Por qué rechazó aquel beso?
Se sentó junto a la chimenea y observó como el fuego quemaba la madera. Lenta pero cruelmente a su vez. Los troncos estaban condenados a sufrir y ser torturados antes de que su hora llegase. Lo mismo le pasaba a él.
Se había dado cuenta de algo que le corrompía entero. Era como un virus dentro de su cuerpo, que muy despacio iba infectado cada órgano, cada gota de sangre, cada pedazo de piel. Todo. Quizá... ¿Era amor?
Y el dolor tendré que soportar
¿por cuanto tiempo más?
Uhh... porque te alejas hoy que me dejas...
mi amor....mi amor...
Olvídame, olvídame...
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO
Comentarios: Uish!!! Esta canción es de Kalimba (Llorar duele más) otra preciosa canción -- Draco no quiere reconocer lo que siente por Hermione... juju... en el próximo capítulo Draco se irá de Howarts temporalmente y Hermione quedará solita, snif...........
A lo mejor tardo un poco en escribir el siguiente capítulo... todavía tengo dudas en elegir la canción, la duda está entre: Es preciso detenerse (Yaire), La soledad me matará (Fey) y Azúcar amargo (Fey) Aquí os pongo un pedacito de cada una y me aconsejáis...
oooooooooo
Es preciso detenerse:
A veces es preciso detenerse
Razonar y al estar frente a la verdad
No dejarse desmayar …
Me he permitido amarte
Y en cuerpo y alma entregarme
No lo has decidido tú …
Fui yo quien decidió seguir tu luz
A conciencia de que se podría apagar
Decidí afrontar la oscuridad.
La soledad me matará:
Antes de ti no hay antes y el después
Es un vulgar barco de papel
Que viene y va por la piel del mar
Sin voluntad...perdido ...
La soledad me matara
Espero y se que no vendrás
Si llamo dicen que no estas
El mundo es un infierno gris.
Azúcar amargo:
Algo quieres esconderr
que no se qué es
y ya me hace daño ...
Eres azúcar amargo
un ángel, un diablo
maldito embustero
sólo siento, que te estoy perdiendo
oooooooooo
Bueno.... Esos son unos trozos... aquí las contestaciones a los RVWS:
Kire: Gracias!!! No sabía que este fic enganchara... me alegra que pienses eso!! Y espero ke no dejes de leerlo!!
Zck Potter: Otro saludo para ti y gracias por tus animos!! (Así cualquiera se pone a escribir, jeje) Y sí, corté el capítulo en lo más interesante, jujujuju, esa era mi intención desde el principio, aunque en este capítulo no lo acabé en lo más interesante. Intento elegir las canciones que se ajusten más, y sobre todo ke sean bonitas - claro ke me gustaría hablar contigo! Mi msn es si kieres agregame, yo te agregaré cuando me conecte!
Lyaly: Wola wapísima!!! Te dije que mañana publicaría el siguiente capítulo, pero lo he hecho antes! Juajuajua. Lo corté ahí a propósito, Hermione solo es un juego para Draco. Si si. (...) Gracias por tus tres reviews iguales!!! XDDDDD cuando en tus reviews escribes lo que te pongo al final de la contestación, siempre se corta el mensaje.... A mi me pasó muchas veces T.T (es este símbolo: . )
Sweet-ally: WolAAAAaaaa.... (eco eco) !!!!!!!! Sie sie... ya se que fue muy cruel eso ke le dijo... lo sé lo sé... pero no tenía opción (excusas baratas) Lo de que Draco le susurra cosas a Hermione delante de Harry y Ron, pues... supongo que ellos pensarán que es una amenaza (en ese caso, yo también kiero ke me amenace !!!) Por cierto... gracias por tus animos!!! Eres muy buena ;o;
Black Mermaid: Hola!! Pues ¿Cómo le dice eso? Muy sencillo, abriendo la boca y articulando las palabras.... (es broma, es broma) pues es ke Draco no quiere aceptar sus sentimientos y quiere alejarse de Hermione antes de que se enamore perdidamente (aunque creo que ya está consiguiendo enamorarse hasta el final)
Lira Garbo: Gracias guapísima!!!! Me encanta recibir rvws dándome ánimos... me inspiran. Las cosas entre ellos las aclararé en el próximo capítulo, espero ke lo leas! Un beso!!!
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo REVIEWS!!!!!!!!
