"Una preciosa serenata"
Capítulo 4: La soledad me matará.
«Primero corresponde a mi declaración y después dice que tan solo es un juego, pero me besa ¿Conclusión? ¡Soy tonta! ¡Tonta, tonta, tonta y tonta! ¿Cómo no me di cuenta antes? Él nunca me tomaría en serio.» Esos eran los pensamientos que hacían viajar a la joven castaña a un mundo desconectado del resto de sus amigos y profesores. Siempre que cerraba los ojos podía transportarse a ese extraordinario mundo donde todo estaba claro. Solo había una verdad al sufrir de aquella agonía.
De nuevo la rutina diaria, Hermione Granger se levantó algo somnolienta ya que no había podido dormir la noche anterior. Dos o tres horas había conciliado el sueño. Se dirigió a la Biblioteca antes de ir a desayunar, estaba demasiado dolida para toparse con la mirada de él que evitaba a toda costa cruzárselo en cualquier sitio.
Antes de ti no hay antes y el después,
es un vulgar barco de papel
que viene y va por la piel del mar,
sin voluntad...perdido
Él la odiaba. Quería hacerla sufrir. De eso estaba completamente segura. No caería en su trampa, a pesar de que todas las noches se muriera por estar con él.
Ojeó un libro rápidamente. No era de su agrado, demasiado aburrido. Cogió otro, y otro, y otro, hasta que se cansó de esperar a que los Slytherins abandonasen el Gran Comedor y decidió ir a comer algo, a pesar de que no tenía el más mínimo apetito. Estaba casi vacío, tan solo había dos personas en la mesa de Griffindor y una en Ravenclaw.
Cuando terminó de beber su taza de leche, dijo «adiós» a los profesores con la mano, que todavía comían y hablaban animadamente, retirándose del Gran Comedor. Miró por última vez la sala y dio un paso, pero fue detenida por el maravilloso y musculoso cuerpo de un joven. Hermione retrocedió asustada de sus propias emociones, pues sin verle la cara podía oler su aroma. Su dulce y ácido aroma.
-Mira por donde vas, Granger –pronunció arrastrando las palabras la fría voz de un Slytherin rubio.
-Mira tú por donde vas, hurón –reprochó ésta evitando ver directamente a sus ojos grises.
-No deberías hablarle así a alguien superior a ti.
-Tienes razón, sí tengo respeto por «alguien superior a mí»–dijo la chica poniendo especial énfasis en las últimas palabras. –Eso implica que a ti no te tengo nada.
-Granger, Granger... parece mentira que seas tan molesta.
-Hablas como si tú fueses alguien agradable –respondió Hermione con el mayor sarcasmo posible.
Se que por las paginas del ayer
En algún sitio debió ser
Que perdí el tren de la buena suerte
Lo veía, lo observaba, lo miraba, lo examinaba. Estaba tan cerca, y sin embargo tan lejos...
Nunca había querido reconocer sus sentimientos, pero ¡Por las barbas de merlín, eso era imposible! Intentó olvidarlo, pero cada vez que su nombre salía de la cabeza de ella, a los pocos segundos volvía con más intensidad. Era una tortura. Y ahora él... sólo sabía insultarla y ser desagradable.
Lo apartó de un empujón y caminó hacia la clase de Defensa contra las Artes Oscuras, comenzaba dentro de cinco minutos y sino apuraba llegaría tarde.
-¡Hermione! ¿Dónde te habías metido? –preguntó preocupado Ron –La clase está a punto de empezar y tú...
-Ron –lo interrumpió Harry susurrando al oído de su amigo. Le señaló con un ligero gesto la cara de la Griffindor y lo comprendió. Mejor no la regañaba, ella parecía cansada y... frágil.
El día transcurrió como todos en los dos días anteriores. Largos y aburridos. Al anochecer y cuando todos hubieron dormido, se recostó en su cama, removiendo su cuerpo pesadamente entre las sábanas. No podía dormir. Se sentó y llevó sus manos hacia las sienes. Las masajeó unos segundos.
-Draco... -musitó entre la oscuridad.
Las lágrimas comenzaron a brotar inconscientemente de sus ojos. Necesitaba verle. Esa sonrisa burlona y su mirada intensa. Lo precisaba. No podía estar viviendo aquel delirio por mucho más tiempo. No, no más tiempo. Tenía que deshacerse de esos pensamientos, y de las ideas en las que Draco Malfoy, su Draco, podía estar regocijándose en la cama con otra en esos instantes. No, no quería que la cambiase por otra. A pesar de que ella era una sangre impura, su corazón tenía los más puros sentimientos.
Pero... ella no quería que el Slytherin estuviese con otra. No, no quería. Era muy egoísta por su parte pensar eso, pero no lo podía evitar, era lo que sentía. ¿Qué haría en esos momentos? ¿Dormir? ¿Susurrar palabras bonitas al oído de otra? ¿Leer? ¿Perderse en sus pensamientos?
¿Quien ocupa el sitio que tuve yo?
¿Por quien respiras quien es quien hoy?
Te quita el sueño y te hace volar
Tu mente a todas horas
Soy como una esponja vacía
Soy la luz que apenas brilla
Voy sin ti...sin animo a la deriva
Si tan solo él no hubiese jugado con ella, o simplemente rechazar los sentimientos, sería más fácil. Pero lo que estaba viviendo era un auténtico infierno. A veces se cruzaban y percibía que él la miraba con dulzura y su toque amargo en los ojos, pero otras, él le dedicaba una asquerosa sonrisa de superioridad. Esa sonrisa que tanto amaba.
Pero ahora... ¿Quién le calla? ¿Quién le cambia? ¿Quién le calma? ¿Quién le cansa? ¿Quién le quita? ¿Quién le carga? ¿Quién le canta? ¿Quién... le ama? ¿Quién? ¿Quién?
Ella deseaba poder aferrarse a ese chico, pero tan solo en los sueños su anhelo podía cumplirse.
Lo necesitaba para vivir, para respirar, para caminar firmemente y para no derrumbarse. Mirar al frente y oponerse al dolor.
Cada mañana se despertaba y abría la ventana dejando que el viento rozase su piel. A cada lugar al que se dirigía lo buscaba con la mirada. Se ahogaba si no lo veía. Pero cuando por fin lo encontraba, su respiración se entrecortada y era peor. Debía rehuir y esconder sus alocadas ideas. Estaba cansada de tantos juegos, cansada de tanta soledad.
La soledad me matará.
Es una jaula de cristal,
no me consigo acostumbrar.
Es otra la ciudad sin ti.
Aunque su camisa blanca hubiera sido ensuciada por las lágrimas, podría limpiarse. Pero su sangre no. La sangre que los separaba. Él era un importante sangre limpia y ella solo era... una pobre sangre impura.
Ella deseaba poder aferrarse a ese chico, pero tan solo en los sueños su anhelo podía cumplirse.
Sin él no era nada.
Las gotas de lluvia empequeñecían comparadas con las lágrimas de ella, ahora produciendo un llanto ahogado entre sus sábanas.
Se sentía tan perdida y vacía sin él... las estrellas podían oír su llanto, pero él sol siempre secaba sus lágrimas. No debía llorar. No por él. Ni una lágrima derramaría en el día, solamente la noche era testigo de su sufrimiento. Su secreto estaba a salvo con la luna.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO
-...Mione... Hermione... -se escuchó una voz tierna.
-¿Ginny? –susurró ella frotándose los ojos.
-¡Vamos, levántate! ¡Hoy es la excursión a Hogsmeade!
-¿Hogsmeade? –repitió bostezando. –Esta vez ir vosotros solos.
-Pero Hermione...
-Quiero dormir, no insistas –sentenció volteándose y agarrando fuerte la sábana.
La pelirroja suspiró. «Nunca cambiará» pensó.
Todos se habían ido ya, solamente quedaban en Howarts algunos alumnos –pocos, para ser exactos –y otros tantos profesores. La chica se levantó con los ánimos por los suelos. Miró su reflejo en el espejo todavía empañado por el vaho del agua caliente, y se dio cuenta de que tenía un aspecto horrible. Hizo algunas muecas, pero con ninguna de ellas conseguía ocultar lo que sentía.
Fue hacia la Biblioteca antes de almorzar, quería repasar los deberes de Pociones y Transformaciones para el día siguiente. Se sentó algo alejada de las inmensas estanterías, junto a una ventana de tamaño considerable. Respiró hondo y se sentó allí, cerrando los ojos. Esa noche tampoco había dormido bien.
De pronto una chica de Hufflepuff pasó por allí y Hermione la detuvo con el brazo.
La soledad me matará.
Espero y se que no vendrás,
si llamo dicen que no estas.
El mundo es un infierno gris
-Perdona –dijo la castaña. -¿Sabes quienes no han ido a Hogsmeade?
-Hannah Abbott, Terry Boot, Cho Chang y su amiga... -pensó –ahora no recuerdo su nombre. Creo que nadie más.
-¿Nadie más? ¿Estás segura?
-¡Ah! También se quedó en Howarts un Slytherin... -la cara de la prefecta se iluminó, esperanzada. –Blaise Zabinni.
-Ah... entiendo... -murmuró.
-¿Te encuentras bien? Tienes mala cara...
-Si, estoy bien.
Con un movimiento de mano se despidió y de nuevo se sentó junto a la ventana. Se sentía la chica más desafortunada del mundo, él se había ido.
Volando en un espacio imaginario, creía haberse perdido entre los meteoritos y los cometas que pasaban a gran velocidad. Sola, estaba completamente sola.
Sabía que los sentimientos de él estaban dispersos en varias personas. Amistad, cariño, odio, comprensión, etc. Ella no quería ser dueña de su amor, no pedía algo tan grande. Solo quería tener su propio rincón –por muy pequeño que fuese –en el corazón de Draco.
-Draco... -suspiró.
-¿Qué quieres, Granger? –preguntó con burla una voz fría a su espalda.
Ella se giró con el corazón en la mano, y ahí estaba él, Draco Malfoy, con su cabello rubio platinado y su sonrisa deslumbrante. Él se acercó cada vez más a ella. No podía resistir la tentación de rozar sus labios, pero no debía hacerlo. Se observaron unos instantes. Lo vio en sus ojos. Lujuria.
-Te odio –masculló la Griffindor.
-¿De verdad me odias? El otro día no decías lo mismo.
-Tú tampoco. Yo he cambiado mis sentimientos –mintió la chica.
-Hermione, Hermione –murmuró él -¿No ves que es inútil que mientas?
-No miento –repuso.
-Está bien, como prefieras, ocultas la verdad.
-Y tú... ¿acaso eres sincero conmigo?
El chico adquirió una expresión que ella nunca había visto en él, tristeza y asombro. Los latidos de sus corazones eran intensos y a veces, secos. La muchacha se sonrojó levemente, pero Draco lo notó y emitió una risa.Pétalos de rosa en mi diario
Par de corazones flechados
Un mechón de tu pelo rubio
Mil fotografías viejas
Es lo que el amor ha dejado atrás
Todos lo notan estoy mal
Soy una extraña en mi propia ropa
Mil vueltas en una noria que sube y baja... ¡Ya estaba harta de tanto pensar y esperar! Necesitaba besar sus labios a toda costa. Sí, a pesar de que como un juego la tomase, si resistía a cada caída algún día podría lograr ser algo más en la vida de él. Aceptaría ser un simple y divertido juego para él, aunque tuviera que compartirlo con otras no se echaría nunca atrás. Ya lo había decidido, no quería vengarse, tan solo disfrutar del último curso. Después de acabar su estancia en Howarts trabajaría para el Ministerio de Magia y quizás conocería a un apuesto y encantador hombre que esté dispuesto a dárselo todo. Pero por ahora, haría cualquier cosa por intentar conquistarlo. Aunque eso conllevase a un cambio radical.
Estaba completamente decidida. Lo intentaría por última vez, arriesgaría todo lo que le quedaba, apostaría su corazón.
-¿No has ido a Hogsmeade? –preguntó interesando, rehuyendo la pregunta.
-No –contestó Hermione secamente.
Él le dedicó una sonrisa pícara y ella no aguantó más. Se colgó suavemente de su cuello, acariciándolo con delicadeza y tomó sus labios. Los besó lenta y tiernamente. El Slytherin no salía de su desconcierto, pero de algo estaba seguro, el rubor de sus mejillas se podía ver a kilómetros de distancia. Apoyó sus manos sobre la cintura de ella, quien al separarse lo miró maliciosamente.
-¿Y esta actitud? –interrogó intentando alejarse, para no caer en la tentación de besarla. Se veía tan bonita...
-No te disgustó –declaró satisfecha.
-Claro que me disgustó –hizo una mueca de asco, pero ni siquiera él sería tan tonto de creérselo. –Pero fue tan repentino que no me dio tiempo a reaccionar.
-¿Entonces prefieres a la chica mala?
-De ti no prefiero nada –dijo tragando saliva.
-¿Y tú, precisamente tú, me llamas mentirosa?
Aquella situación estaba sobrepasando el límite. ¿¡Como podía hacerle eso Hermione Granger!? Estaba desquiciado por besarla, tocarla, amarla, pero no debía. Tenía que olvidarse de ella, pero no se lo ponía nada fácil. La separó bruscamente y miró a otro lugar, mientras que la joven estaba totalmente avergonzada por lo que acababa de hacer. Nunca se hubiera creído capaz de poder hacer algo así, pero había dado resultado, él estaba nervioso.
-¿¡Qué se supone que haces!? –gritó furioso, y ella retrocedió dos pasos quedando contra la pared. -¡Te dije que no me interesas! ¿Acaso no oyes?
La prefecta bajó la mirada y sollozó. Sus mejillas entornaban un color sonrosado, ahora bañado en lágrimas. Se las limpió antes de que el Slytherin pudiese bromear al respecto. Hacía tan solo unos minutos tenía un motivo firme, pero toda esa seguridad en sí misma se esfumó. Nunca daría resultado ningún plan. Él jamás sentiría nada por ella.
-¡A mí no me importa ser tu juguete! –chilló ella desesperada.
-¡No digas tonterías! ¿Quién querría tener un juguete como tú?
Draco paró en seco al ver la reacción de ella, la contempló dolorido, no había querido pronunciar aquellas palabras, pero estaba en apuros y no tenía otra escapatoria. Al ver las lágrimas de la muchacha, se hirió a él mismo. Su corazón se rompió en diminutos pedazos, había hecho llorar a la chica a la que más había querido en el último tiempo en Howarts. Lentamente colocó una mano sobre la barbilla de ella, haciendo que lo mirase a los ojos.
Se sentía hipnotizada, prisionera, encarcelada de esos ojos grises. Cada vez el aliento de Malfoy estaba más cerca, sus manos se colocaron en la cintura de Hermione y ella todavía confusa, sollozó por última vez. Él la besó primero despacio, pero el beso fue tomando fuerza y pasión. Sus labios sedientos no querían separarse. En ese beso se mezclaron varios sabores y sensaciones agradables, pero también poseía un toque amargo causado por las lágrimas.
La soledad me matará.
Es una jaula de cristal,
no me consigo acostumbrar.
Es otra la ciudad sin ti
Ya nada podía ocultarse, los dos se quería con locura. Draco la atrajo más hacia sí apretándola fuertemente contra su pecho, sin permitir que se alejase de su lado. Deseaban estar así siempre, sin ningún obstáculo, juntos. Con dificultad se separaron, jadeando.
-Todo empezó cuando te vi en el expreso de Howarts. Pensé «El estúpido hurón ha cambiado mucho, pero no logró ocultar su arrogancia.» Te veías muy distinto, y sin querer reconocerlo me parecías guapo. Días después, cuando estabas acompañado por muchas chicas, no podía dejar de maldecirlas. Me convencí a mí misma de que yo no quería estar ahí, solo que parecían perros detrás de ti. Cada vez que te veía quedaba embobada por tus ojos. –Hermione hizo una pequeña pausa en su relato. –Pero todos mis sentimientos se confirmaron en Octubre. Llegaba tarde a Encantamientos, por lo que decidí correr, y tropecé contigo. Tú no parecías el mismo, tan solo bajaste la mirada y seguiste tu camino. Me extrañé demasiado, y como una curiosa te seguí. Te encontré rápido, pues estabas en un aula cercana. En tus manos había un pergamino, y tenías expresión de dolor.
-En ese pergamino mi padre me explicaba cada detalle de la enfermedad de mi madre. –emitió una risa herida y la Griffindor acarició su mejilla.
-Nunca pensé que Draco Malfoy podría estar sufriendo, parecía tan absurdo... pero era cierto.
-Arrugué el pergamino y apareciste tú. –continuó Draco, riendo al recordarlo. –Dijiste que habías perdido tu pluma favorita.
Flash Back
-¿Qué diablos haces aquí, Granger? –preguntó un joven rubio evitando mirarla, pues estaba demasiado dolido y ella podría notarlo.
-He perdido mi pluma. –se excusó.
-Coge otra, ¿Acaso la sabelotodo solo tiene una pluma?
-Esa me gustaba. –hizo ademán de buscarla.
-Aquí no está, lárgate. –ordenó Malfoy.
-¿Te ocurre algo? –preguntó ocultando inútilmente su preocupación.
-¿Te importa? –sonrió irónico.
-Claro que no ¿Por qué debería importarme lo que una serpiente como tú sienta?
-Si encuentro tu pluma te la daré, pero ahora vete.
-¿Draco Malfo siendo amable? –se le escapó una carcajada. –Claro que no me voy, esto no se ve todos los días.
-A ver Granger... ¿Cómo te lo explicó? ¡Déjame solo! –gritó furioso acercándose a la chica.
Flash Back end
-Entonces comprendí que tú también tenías sentimientos.
El chico no respondió, tan solo la besó de nuevo. Días atrás habían anhelado tanto esos besos... dulces, locos, suaves, apasionados. El Slytherin mordió seductoramente el labio inferior de la castaña, y ella gimió bajito. Se separaron hasta quedar a dos centímetros de distancia.
-No me importa ser un juego. –confesó la prefecta, olvidándose de su orgullo.
-Tú no eres... -pero el rubio no pudo terminar la frase, pues los pasos de alguien los sobresaltaron.
No tuvieron tiempo a reaccionar, ni siquiera se molestaron en alejarse lo más posible uno del otro. Se quedaron ensimismados observando con atención la persona que se aproximaba. Draco dejó caer su mano de la nuca de ella. Ante sus ojos apareció la silueta de un moreno con ojos verde intenso.
-¿¡Zabinni!? –exclamó el Slytherin ahora alejándose de la chica.
-El mismo ¿Una foto? –preguntó burlón.
-Desaparece de aquí, ¿no ves que estoy ocupado insultando a Granger?
-Sí, lo veo. Muy ocupado. –rió –¿Me ves cara de tonto?
-También tienes cara de mono. –comentó Hermione y el prefecto sonrió.
-Tu sentido del humor no te salvará, Granger. Lucius Malfoy no acepta bromas.
Blaise salió de la Biblioteca triunfal.
-Esta noche en la sala de trofeos. No faltes. –susurró Draco al oído de la chica.
Ella se estremeció. Vio como el Slytherin sonreía con picardía y se distanciaba de ella para salir por donde segundos antes había pasado Zabinni.
Estaba demasiado nerviosa con la llegada de la noche ¡Por fin había ocurrido un milagro! Sus ruegos y súplicas habían formado una realidad. Aunque solo fuese un juego para él, estaba dispuesta a aceptarlo.
La soledad me matará.
Espero y se que no vendrás,
si llamo dicen que no estas
y todo me parece gris.
Solo había pasado una hora desde su encuentro en la Biblioteca y ya lo extrañaba. Suspiró hondo, estaba muy nerviosa y alterada por los besos de su amante.
Cuando por fin cayó la noche, sonriente se dirigió hacia la sala de trofeos, donde su encuentro con Malfoy quedaría sellado dentro de poco. Esperó y esperó. Ocho. Nueve. Diez. Once... ya era media noche, y el rubio no daba señales de aparecer. ¿Le habría ocurrido algo? Y si... ¿Lo habrían descubierto? ¿Quién? ¿Blaise Zabinni?
Todo eran preguntas y más preguntas en su mente, pero no hallaba ninguna respuesta. Se recostó en sus piernas, abrazarse a sí misma con todas sus fuerzas.
¿Y si tal vez todo había sido una absurda broma?
No quería darle más vueltas, por lo que intentó dejar su cabeza en blanco y se calmó. Seguro que todo era parte de su imaginación.
Se quedó dormida.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO
¿Luz? Eh... pero si es de noche... ¿de dónde viene esa luz?
Hermione abrió los ojos y dio un brinco. Se inmovilizó al ver los rayos del sol filtrarse entre las rendijas de las ventanas de la Sala de Trofeos ¡Ya era de día! ¡Había estado toda la noche esperando por él!
Por él... Draco Malfoy... él... no había aparecido.
Un sentimiento de rabia la invadió, aunque quizás también preocupación. Corrió a la sala común. Perfecto. Nadie estaba despierto todavía.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO
-¡Eh, Hermione! –la llamó la voz de su amigo entrando en el Gran Comedor.
-¡Ron, Harry!
-¡Hermione! ¡Te hemos buscado por todas partes! ¿Dónde diablos te habías metido? –preguntó Harry.
-Verás... estuve estudiando en la Biblioteca, los exámenes de este año son mucho más difíciles.
-Claro... debimos haberlo supuesto –se burló Ron.
Los tres amigos desayunaron animadamente, aunque puede que ella fingiera todas sus sonrisas. Pero el pelirrojo y el moreno no parecían percatarse, y si ya se habían dado cuenta no querían sacar el tema. Sabían que le dolería hablar.
El día transcurrió con normalidad, excepto por lo horrible que resultaba ver al Slytherin tan cerca, y sin embargo... tan lejos. De vez en cuando se miraban con complicidad, pero ella todavía estaba molesta. Necesitaba una explicación.
Consiguió escabullirse de entre sus compañeros, aunque no le era nada fácil aproximarse más de dos metros a Draco. Lo intentó tres veces, pero todas ellas falló. En la primera, apareció Parkinson antes de que pudiera decirle nada. En la segunda sus amigos fueron los que impidieron que el acercamiento se produjese. En la tercera vez los dos se cruzaron, pero la profesora McGonagall los envió cada uno a sus clases. Pero a la cuarta vez, consiguió que intercambiaran al menos varias frases.
-¿Qué quieres, Granger? –preguntó pesadamente el prefecto, algo cansado y... diferente.
-¿Te estas burlando de mí?
-¿Tú que crees? ¿Esperaste mucho ayer, sabelotodo? –rió con crueldad.
-¿En serio creíste que iría? –esta vez fue ella quien sonrió –No soy tan estúpida de caer en tus trampas una y otra vez. Pasé toda la noche hablando con Ron.
-Estúpida comadreja –pensó, y siguió en voz alta –Seguro, Granger...
-En todo caso, quiero que sepas que tengas cuidado, no me caen bien los hurones como tú.
-¿Me amenazas?
-Tómalo como quieras.
-Que molesta eres, Granger... -masculló.
Ella había perdido toda su dignidad el día anterior diciendo aquellas cosas tan sinceras, no estaba dispuesta a ser pisoteada. Claro que no. Tenía que odiarlo, con todo su corazón. Lo odiaría. Lo conseguiría. Era una Griffindor en corazón y alma.
-No pienso perder más el tiempo contigo –anució Draco.
-Como si tuvieras mejores cosas en las que pasar el tiempo... aguantar a esos dos gorilas y a Parkinson.
-¿Celosa?
-Claro que no –dijo rotundamente.
-Mientes...
-¡No miento!
-Mientes... -murmuró el Slytherin acercándose con peligro a la chica.
-No miento...
-Sí, si lo haces... mírame a los ojos y dime que no estas celosa.
Él cogió la barbilla de la castaña y la atrajo hacia sí, obligándola a perderse en sus ojos grises. Deseaba que confesara. Quería oír que todavía sentía algo. Algo. Cualquier cosa. Pero algo.
Era inútil. Todo era en vano. Absolutamente todo.
Se deseaban. Se anhelaban, se querían. No podían esconderlo.
Si tus padres pusieron
Ese mar de por medio
Para hacerme olvidar
El color caramelo de tu cuerpo en invierno,
No les pudo salir peor.
Con furia se lanzaron uno encima del otro, besándose hasta no poder más. Sus lenguas entrelazadas, sus cuerpos candentes, sus manos temblorosas, sus labios sedientos, sus cabellos revueltos, sus dedos delicados, sus respiraciones entrecortadas, sus rostros sudorosos, sus ojos cerrados. En ellos todo había sido perdido. Una batalla sin fin, unos besos adictivos.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO
Aunque intentara no pensar en ello, era imposible, estaba preocupada. Hacía ya tres días que no se le veía el pelo a la serpiente. Aunque habían tenido una conversación Un tanto extraña, y habían vivido una situación que los delataba, sentía algo distinto. Algo muy interno, y lo anhelaba.
-Hermione, debes alegrar esa cara... nadie está tan pendiente de los exámenes. Te pasas los días estudiando y tus notas han bajado consideradamente... ¿Qué ocurre? –comentó su amiga Ginny en la sala común de Griffindors.
-Te presionas demasiado. Intentas hacer más de lo que puedes. –añadió Harry.
-Siento preocuparos... pero estoy bien, de verdad.
Sin duda no estaba bien.
-¡Chicos! –Ron entró gritando eufórico de alegría en la sala común –¡Seamus me ha contado la última noticia que corre por Howarts! ¡¡No os lo podéis ni imaginar!!
-Tranquilízate, Ron.
-¿De qué e trata? –preguntó curiosa la castaña.
-¡Es él! –soltó una carcajada -¡La asquerosa serpiente!
La soledad me matar
Es una jaula de cristal.
Apenas puedo ni llorar.
Quien sabe si tu estas igual
-¿¡Malfoy!? –Hermione saltó de su silla.
-¡Puede que no vuelva más! –chilló emocionado.
-¿Q-qué... estás... diciendo? –tartamudeó nerviosa.
-¡Lucius Malfoy ha venido a buscar a ese hurón! Parece que se ha enterado de algo grave –informó Ron.
-Eso quiere decir que Malfoy... está en problemas –dedujo Ginny –, en graves problemas.
-¡Me gustaría ver su cara!
-Si he de ser sincero... me gustaría saber qué clase de problemas. –comentó Harry, triunfal.
-¿Hermione? –los tres chicos la miraron atentamente -¿Qué ocurre? ¿No te alegras? ¿Por qué esa cara? ¿Hermione?
-Responde Hermione... no nos asustes...
¿¡Problemas!? ¿¡Lucius Malfoy!? ¿¡Draco fuera de Howarst!? ¿¡Qué estaba ocurriendo!? Acaso él... acaso su padre se enteró de... ¿su relación? No... imposible, no podía ser eso. Se habían escondido muy bien. No podía ser eso... ¿O sí? Y Draco... ya no estaba para aclararle las dudas. Ya no estaba.
La soledad me matara.
No salgo de mi habitación.
Me bate fuerte el corazón,
Y sueño con tenerte aqu
-E-estoy... b-bien... -consiguió articular esas dos palabras la prefecta.
¿Realmente estaba bien? No... pos supuesto y claramente que no. Toda ella estaba destrozada. Su mundo, sus ilusiones, su fe, sus posibilidades, su... esperanza. Quería verle. Lo necesitaba. Hablar y reír con él. Pelear –quizá –y abrazarle. ¿La había abandonado? Algo raro ocurría, tenía que averiguarlo.
Antes de ti no hay antes y el después,
Es un vulgar barco de papel.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo
Comentarios: ¡¡Siempre me sale como no quiero!! xD quería hacer que acabasen enfadados antes de que Draco se marchase.... Pero acabé por cambiar el final, no me convencía. Al principio Hermione se siente bastante sola, y aunque este capítulo no me salió muy "romántico" mas o menos quedó como quería. El objetivo era que Draky se fuera.... Jujujuju.... ¿volverá? ¿Irá Hermione a buscarlo? ¿Lucius se enteró de su relación?
¡Ya sé como acabará! Jujujujujuju.... Me costó mucho hallar un final que quedase decente, pero lo conseguí!!!!!! "Un ataque. Alguien muerto...¿o vivo? Su memoria... ella y Ron... Draco... "ese es el resumen. Creo que descifré demasiadas cosas xD Eske no kiero dejarlo demasiado claro.
Sobre mi otro fic: Ah, no es un sueño. Todavía no he empezado el siguiente capítulo. Sí... sí... lo sé... pero con tantos exámenes (la semana ke viene tengo 4 T.T) no me da tiempo.
En el siguiente capítulo todavía no estoy segura de la canción, solo sé que será de Busted (mis keridisimos Busted!!!!!!!!!! Woooow!!!) y será la de Losing You o la de When Day Turns Into Night.
A las contestaciones a los RVWS:
Dark zelda 013: Wola!! Tu rvw ha sido el primero del capítulo!! xD ¡gracias! Zabinni lo que quiere de Hermione no es muy bueno... es un aprovechado... va a lo que va... ¬¬
Kire: Gracias, preciosa!!! Así cualquiera se anima a escribir mas!! Xd uinss, por fin cuelgo el siguiente capítulo, lo tenía por la mitad y nunca encontraba tiempo ni inspiración para acabarlo. Espero que te guste!!
Lira Garbo: Holaa, wapísima!!!! Jujujujujuju... me he demorado un poco en escribir este capítulo, pero gracias por tus ánimos!!! Tienes razón, tanto juego tanto juego... es malo, acabarán rompiendose el corazón uno al otro... snif... sobre todo al final cuando ella.... Y él se quede.... Cuando pasa aquello... sniff (murmurando cosas extrañas) Draco se va con su padre, Lucius, supongo que a su casa. Parece algo grave... solo puedo decirte que tiene una ligera idea de lo de Hermione y Draco, pero es por otro asunto también. Yo espero impaciente el capítulo 18 del pianista!!! Ke me encanta!!!!!
Zckpotter: Wola!! Al final puse la que decías, sis, me pareció la más indicada. Muchas gracias por tus animos!!! Espero que sigas leyendo este fic! Cuídate mucho tu también!
Sweet-ally: cuanto tiempoooooooo!!! Snif.... Hacía mucho ke no nos comunicábamos mediante rvws... snif... pero como tú escribirás pronto de tus fics, ya podremos hablar más.... Verdad????? (no acepta un NO por respuesta) y sobre yo... pues... o.o ..... (sin palabras) claro.... Sí... escribí... ves? Aquí está el siguiente capítulo.... (habla con miedo, pues ha tardado mucho en escribirlo y a lo mejor a Sweet-ally no le hace ninguna gracia eso...) Pero bueeeeno!! ¡Por fin lo puse! Me había quedado atrancada a mitad del capítulo... y... jojo... la tumba claro que la cavaré, porque la vas a necesitar como no escribas pronto el siguiente capítulo de tus fics Without Knowing y Juntos a pesar de todo. Anda!!!! Pero si ya has puesto el 3º capítulo de este último!!! (acaba de verlo) y no me dices nada.... Yo sin saberlo y sin dejarte review... ¬¬... ahora lo leo mismo te dejo uno!!!!!!!! Yupiee!!! A leer, a leer, laralaaa!!!! Como lo dejes interesante... ya sabes lo que te espera... jujuujuajuajuajua (risa cínica) puedo ser muy sádica cuando quiero!!! Tú también me estas cayendo súper simpática!!!!! Eres genial!!!!
Lialy: Xikilla!!! Hace mucho también que no hablamos por el msn!! Tú también tienes que seguir TODOS tus fics... ¬¬... ke sino me enfado!! El de Ginny y Harry está precioso! En este capítulo Gin aparece más.... No mucho más... pero sí algo xD ¡¡hasta pronto!! ¡Espero que te guste este capítulo!
Lady Black Malfoy: Muchas gracias, xika!!!
Black Mermaid: Siii!!! Un día de estos Draco se dará cuenta de que la extraña mucho!!! Y aceptará que está perdidamente enamorado... tanto orgullo, tanta dignidad para no reconocer lo que realmente anhela... pche, pero al final su corazón lo salvará!! Hasta prontoo!!!
Ninde Boot: Weee!! Thanks!!!! Sie sie, "Draco está en su máximo esplendor" xD estoy totalmente de acuerdo!!! Y el fic tiene algunos defectos... pero me alegro de ke no los notaras y te guste, jeje. Sis, he recibido muchos reviews que querían la canción de la soledad me matará, incluido el tuyo! Y la puse. Lo de los personajes... XDDDD no es una paranoia tuya... ke va... si son muy coherentes!!! (nota: A Xiaoyu se le sube el ego a la cabeza) tralara!! A veces como la pagina está en inglés io también me hago un lío, para registrarme casi sufro un atake de nervios, jej. Yo me pasaré a leer tu fic!!! Espero ke hayas puesto nuevos capítulos.. ke sino... ¬¬
Isilwen: Wola!! Gracias!! Claro, Draco debe ser orgulloso y no aceptar sus sentimientos. Aunque en el fondo... es muy bueno, eso también tengo que plasmarlo XD es difícil escribir sobre este personaje. Que a veces muestre sus sentimientos, otras no, otras se abra completamente... buff... demasiado lioso xddd Pues me gustaría que me dieses tu opinión sobre este capítulo!!!
Nopocks: Wola!! Sis, akí está la continuación!
A. Fanel Grandier: jajaja. Sis, suelen suceder esas cosas si uno se keda atascado. La canción creo que si es la de Do you remember love? Muchas personas me lo han comentado, y he llegado a la conclusión de ke es esa, pero en español XDDD está muy bien esa canción, sis, bastante pegadiza (el otro dia me puse a cantarla en clase y mi amiga diciéndome "estas bien?? o.oUUU" y yo "sisi.. solo canto.... Larala.... ") bueno, cuídate!!!
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo REVIEWS!!!!!!!
