Horokeu de Ren
Cap.4: Comprensión
¿Qué es verde por dentro y negro por fuera y atraviesa las paredes? Un aguacate fantasma...
-Había un pollito que se llamaba resistol, se cayó y se pegó.
-Va el ratoncito corriendo con su mamá después de haber visto un murciélago:
Mam� mam� he visto un ángel.
Y...el fic.
La peliazulada chica tomo dos hogazas de pan y se las guardo en la pechera de su vestido. Silenciosa, salió de la tienda en donde se encontraba y se dirigió a la parte posterior del campamento.
La luz de la luna caía sobre ella haciéndole parecer un fantasma. Blanca como la leche, recorrió todo el camino trazado por las salvajes botas de sus captores. Las habían hecho caminar descalzas a todas sus compañeras, incluyéndola; sus delicados pies estaban llenos de heridas y raspones. Era un suplicio tan solo el ponerse de pie, así que sus pasos eran torpes a causa del dolor, pero a pesar de eso no se detuvo ni un solo instante hasta salir del campamento.
Estuvo cerca del bosque, aunque no sabia muy bien cual, y creyó ver luces de una aldea a lo lejos; tal vez era una de las aldeas que acababan de saquear los soldados, sin embargo, si todavía quedaban algunas casas en pie, podría conseguir un refugio y descansar por un tiempo antes de ir en busca de su hermano.
Débil era y débil se creía. A sabiendas de que era una tontería el querer escapar, y que si la encontraban, sabe Dios que harían con ella, quería estar con su hermano para que no se preocupara, mostrarle que no era una inútil, que no quería estar bajo su cuidado siempre; había estado esperándolo hacia ya varias semanas y aunque no quería mostrarse desesperada por su ausencia, decidió que lo mejor era salir de allí.
No lo soportó, a pesar de que el campamento no era algo muy grande y que llevaba tan unos minutos caminando, se desplomó en la entrada del bosque, alarmando a un guardia ebrio que estaba tomando con unos cuantos hombres más.
Temerosa de lo que pudiese ocurrir, trato de arrastrarse detrás de un árbol con el objeto de no ser advertida, pero el guardia la había visto ya.
"Eh, tú ¿tratas de escapar...?" Pregunto el hombre tambaleándose cerca la de chica.
Pilika se quedo muda y en un último intento por recuperar su libertad, trato de incorporarse con la ayuda del árbol y echar a correr. Y pudo haber sido aquello si quizás no hubiera estado tan flaca y tan débil. Alcanzo entonces apenas a levantarse y por el repentino esfuerzo que la adrenalina le había otorgado, pero que finalmente su cuerpo no estaba configurado para soportar, perdió el equilibrio cayendo irremediablemente en los brazos del hombre con horrible hedor a licor.
"Ya veo...", dijo el hombre sonriendo siniestramente con su lúbrica mirada clavada en los pechos de la pobre prisionera "...te sentías sola..."
Se puso más pálida de lo que podía estar, tenso todo su cuerpo y un grito ahogado se atoro en su garganta.
Quizá el intentar hacerse la valiente fue la peor idea que pudo haber cruzado por su mente. Quizá realmente debió quedarse esperando a que su hermano llegara a salvarle. Quizá debió resignarse a ser asesinada junto con su madre y su padre...
Comenzó a temblar en los brazos de ese hombre, que no quitaba su lujuriosa mirada de ella. Sosteniéndola, con su mano izquierda aparto unos mechones de cabello que caían cerca de la mejilla de la chica; los oculto detrás de su oreja y con su tosca mano recorrió una buena parte del curveado cuerpo de Pilika, desde su cuello hasta debajo de su cadera.
"Relájate..."
-
Grácil y veloz, Kororo, como había llamado Horohoro a su linda yegua café, corría hábil por entre los árboles y los arbustos a pesar de la oscuridad que se cernía sobre ellos.
En la tarde habían visto luces y humo, así como un olor a comida recién preparada relativamente cerca de ellos, Horokeu pensó que ahí Ren podría descansar y seguir con su camino hacia Gidel.
No era que ya no quisiera estar con el, de hecho se había vuelto algo interesante y divertido, mas ahora su prioridad era verse junto a Pilika, a ciencia cierta no sabia exactamente cuanto tiempo había pasado lejos de su hermana, pero para el era bastante tiempo y no pensaba gastar mas de lo requerido en llegar a Fares y volver con su hermanita.
¿Y después...?
El ejercito había destruido por completo su aldea, según sus recuerdos sobre la invasión, todo estaba en llamas y completamente destrozado. Puede que volviese a ver a su hermana y puede que no, sobre todo si la invasión se había extendido más hacia el norte, hacia Harim, entonces sería más complicado volverla a ver.
Pero perder la esperanza sería lo último que haría. Debía encontrar a su hermana ahora; ya solucionarían juntos lo demás...
Había salido de Vyla y se divisaban unas pocas cabañas nada dignas de ser llamadas 'pueblo' y en seco detuvo a su yegua. Se bajó de ella con cuidado y la dirigió sujetándola por las riendas y haciéndola caminar a su lado.
Llamó a la puerta de una de las cabañas, y pronto, un hombre de edad avanzada le recibió con lo que supuso Horokeu era una sonrisa.
"¿Se te ofrece algo, hijo?" Pregunto el hombre con una mirada cálida.
"Buenas noches, señor, disculpe que lo moleste tan tarde, es sólo que estoy perdido y hace días que no he tenido una comida decente. Asesinaron a mis padres y no tengo un lugar al cual regresar, así que me preguntaba si podría darme asilo por lo menos esta noche" dijo Horokeu.
El anciano sonrió y abrió la puerta completamente en señal de aprobación.
"Puedes quedarte el tiempo que desees, chico, pero a cambio te pediré que me ayudes con la leña, yo ya no puedo, estoy muy viejo"
"Muchas gracias" y Horokeu muy quitado de la pena entró sin más a la casa del hombre.
"Por cierto, chico" dijo el hombre cerrando la puerta tras sus espaladas "¿De dónde eres?"
"De la capital, vivía en el centro de la ciudad, pero mis padres tuvieron un problema con los guardias y los tuvieron que matarlos, pero tuve la suerte de escapar"
"Ya veo, entonces vivías cerca del castillo ¿no?" Horokeu asintió "Entonces has visto a las chicas de la capital ¿no?" Horohoro volvió a asentir con una sonrisa juguetona.
"¿Es verdad que son muy bonitas?"
Esta vez Horokeu rió "Claro que lo son, de hecho tuve una novia que era la hija de un guardia, y me iba a casar con ella en unos meses".
"Pero tuviste que huir" dedujo el hombre. "Si..." respondió el con algo de congoja.
"Bueno y ¿como te llamas?"
"Yoh"
"¿Y ella?"
"Anna"
"Bonito nombre"
"Lo sé..."
-
Ren abrió los ojos.
Miró a su alrededor y se encontró completamente solo, salvo su por caballo blanco y su equipaje.
Aletargado y no completamente consciente se levantó, dejando caer la cobija que estaba encima de él.
El sol estaba justo en medio del cielo, entonces era medio día... ¿Cuánto tiempo había estado dormido?
"¿Horohoro?"
Caminó un poco, creyendo que lo encontraría como la vez pasada.
Esperó, pero no encontró a nadie.
Se fue...
Ren frunció el ceño y se dirigió al pueblo que habían visto el día anterior.
Trato de pensar en cualquier otra cosa que no fuera Horokeu, pero no podía evitar hacerse preguntas y reproches por su estupidez.
¿Cuándo¿En la noche¿Después de que me dormí¿En la mañana¿Por qué se fue¡Maldito sinvergüenza¿Entonces me acompañó sólo para deshacerse de mí¿Así nada mas¿No le da vergüenza...so torpe…¡Sabía que no debí haber confiado en él! Ese…ese…bárbaro del norte…/ Pero en el pecho sentía una punzada equiparable al dolor que sintió aquella vez de la boda de Jun…
Cuando se hubo encontrado mas cerca del pueblo, su cabeza estaba tan llena de esas mismas preguntas, que era imposible seguir formulando más, pero Ren encontraba la forma de preguntarlas una y otra vez con sus deferentes variantes. Una y otra y otra y otra vez...
La entrada del pueblo decía algo como 'Bienvenidos a Poqueret', solo que el señalamiento estaba bastante golpeado por el tiempo y el clima (sobre todo porque estaba tallado en madera y parecía que iba a caerle encima a cualquier visitante).
Decidió entrar, pero antes creyó que lo mejor era que 'ensuciara su ropa un poco' para no parecer 'económicamente MUY estable' y dar pie a 'conflictos con personas de baja posición económica'. En pocas palabras, decidió verse un poco mas pobre para que no le robaran, así que arranco un retazo de ropa aquí y all� y mancho sus onerosas ropas de heredero.
Así, medio desaliñado, y despeinándose un poco en el proceso, entro en el poblado tratando de no llamar la atención.
Vago un poco por el pueblo hasta encontrar una hostería. Ahí, amarró a su caballo y fue con las señoritas encargadas de una cantina, quienes le proporcionaron un cuarto enseguida.
"¿Vienes solo, dulzura?" preguntó coqueta una de las muchachas que estaban llevando las cervezas, a lo que Ren respondió con una mirada un tanto antipática, pero dándose a desear, respondió con un "Por supuesto" seductoramente. Lo que causo un ligero rubor en las mejillas de la chica que hizo una especie de chillido que denotaba algo de vergüenza.
"¿Quieres que te acompañe en la noche?" dijo la misma chica que ahora iba tras él dejando pendientes las bebidas de los clientes.
Perra...
"Si eso es lo que gustas..." respondió sin voltear a ver a la joven que al comentario hizo el mismo ruidito molesto de hace unos momentos.
Ren subió las escaleras que se le habían indicado y se dirigió a una de las pocas habitaciones que había; se fijo que tuviera el número de habitación que le habían asignado. En realidad no había mucho sentido el ponerle número a 3 habitaciones pero en fin...
La habitación no era algo muy cómodo, pero era lo suficientemente aceptable como para pasar una o dos noches.
Desempaco lo que había en la maleta que Horokeu había dejado en el lomo del caballo blanco, había una muda de ropa para Ren y algo de comida, lo suficiente para el viaje, según él.
Pero, oh sorpresa, cuando vio algo que no era de su posesión; lo tomó y lo examinó, era una tablilla de madera tallada. Ren conocía ese estilo, pero en ese momento no recordó de qué parte del continente era, sin duda, no era de Canaan; en Canaan no tenían motivos tribales, debería ser entonces de alguno de los países del norte...pero no sabía cual.
Eso si, no cabía la duda de que era de Horohoro lo que lo hizo caer en su universo de cuestiones relacionadas con su esclavo.
¿Y ahora qué, me pongo a llorar como Magdalena...? pensó irónicamente y rió.
Sólo que mientras pensaba Ren que hacer con respecto a su esclavo, la chica con la que había hablado antes se apareció sin tocar la puerta.
"¿Que piensas?" inquirió la chica con un tono de voz meloso y fastidioso mientras casi saltando como cierta niña de caperuza roja se aproximó a la cama en donde estaba el príncipe. Se desplomó sobre la cama y puso su cabeza en el hombro de Ren que la miraba algo patidifuso.
"¿Entonces?" volvió a preguntar la chica.
"¿Entonces que?"
"¿En que piensas?" y enredó sus delgados brazos en el de Ren.
Ren volteó en dirección contraria a la chica y con un tono ligeramente molesto le dijo "En cosas...sin importancia".
"¿Cómo te llamas?"
"Elly ¿y usted?"
"Eh...Ren"
"Aah ¡te llamas igual que el príncipe¡me siento importante!" chilló.
Ren fingió una sonrisa "Pero no me gusta, prefiero 'Elly'"
Elly se sonrojó "Es tuyo"
La muchacha rodeo con sus brazos el cuello del príncipe y empujándolo suavemente hacia la cama, le susurró "Yo también...soy tuya". Y con eso comenzó a besarle detrás de la oreja y a bajarse un tanto el escote que estaba notablemente debajo de lo requerido.
Ren dejo a la chica hacer esto unos segundos, pero luego no lo soportó y la apartó de su cuerpo. Desconcertada, Elly volvió a intentar, pero fue rechazada nuevamente.
"¿Qué sucede ¿estás nervioso?"
"N-no es eso..."
Ren se puso de pie y salió de la habitación.
Maldita perra...
-
Para cuando salió de la hostería, sin duda ya estaba algo oscuro y las calles estaban vaciándose a cada momento.
Que asco, una prostituta...pensó Ren, sin preocuparse siquiera si su afirmación era real o no. Estaba algo entristecido, tenía una pesadez en el pecho que no permitía que su ironía lo dejara sonreír, en verdad era algo parecido a lo que sintió cuando Jun se fue. La única diferencia, era que dolía todavía más...mucho más... Caminó unos metros lejos de la hostería y al poco rato se dio cuenta del objeto que aún estaba en sus manos, le miró y pronto se dio cuenta...
Subió a su caballo y sin saber su destino, cabalgo como si su vida dependiese de ello.
TBC
¿De qué se dio cuenta Ren? Fuuhh, Ahh esta algo corto...yo lo veo corto ¿Uds. no? Ahhh, no sé, ojalá les haya gustado. Bien, cosas que pudieron no haber quedado muy claras:
1¿Por qué Horo huyó?
2¿Por qué la súper reacción de Ren al ver que estaba solo?
3¿Por qué Horo dejó su tablilla esa?
4¿Por que Horo mintió sobre si mismo?
5¿Qué era lo que traía Ren en las manos?
Pues no creo que no le hayan entendido...pero de todas formas...9.9 si les interesa saber...
1-Pos por su hermana (ehh no creo que alguien realmente haya preguntado esto pero pues...)
2-Pos ya saben...es que... Mt. se lanza por la ventana
3-Seguramente es igual de olvidadizo que yo...Mt. se lanza por la ventana
4-A ciencia cierta...no deben saberlo ¡JA, bueno, bueno no, en realidad es para que se den una idea de que Horo no es lo que parece . (a ver si la mentada cara esta sale T.T).
5-La tablilla de Horokeu...¿no, (Mt. alterego: no, tonta era un muñeco de Chabelo) Jajaja, muy graciosa ¿no?.
