Inmensas tempestades, tu mano y la mía.
Tienes algo...no sé qué es.
Hay tanto de melódico en tu fantasía...
un toque de misterio, mi límite
James Potter estaba sentado en la sala común mirando fijamente a un punto. No quedaba casi nadie en la habitación: dos niños de primero jugaban al ajedrez mágico en una esquina; sus tres amigos se reían en un sofá, justo a su lado; él, en otro sofá, dejaba volar su imaginación; y por último una pelirroja leía un libro tumbada en el suelo, cerca de la chimenea. James la miraba fijamente , conocía a aquella chica, ¡vaya que si la conocía! Se había pasado todo el curso mirándola, buscando excusas para hablar con ella, para acercarse...nunca en su vida había ido tanto a la biblioteca... Realmente siempre se habían odiado, cada vez que se cruzaban por los pasillos uno de los dos acababa mal parado, pero este año era distinto... muchas veces se había sorprendido en clase mirando su roja melena, queriendo apartarla para poder besar su cuello, sus hombros...y seguir esa cadena que llevaba y que se perdía por sus pechos y quien sabe si llegaba hasta su ombligo...¡le estaba volviendo loco!
Lily se levantó y se apoyó en un sillón que seguía estando cerca del fuego sin apartar la vista de su libro. De pronto sintió una fija mirada sobre ella. Levantó la vista y sus ojos verdes se encontraron con los castaños de James. No era la primera vez que la miraba. La chica se sonrojó y sonrió sutilmente al merodeador
Conservo algún recuerdo que no debería,
lo sé, ¿qué puedo hacer?
A todos nos ocurre: la monotonía
nos gana la batalla alguna vez
alguna vez, alguna vez, alguna vez...
- Vamos Prongs, ya es tarde- dijo Sirius devolviendo a James a la realidad
- ¿eh?...¡ah! sí vámonos- Apartó la vista de la pelirroja y siguió a sus amigos hacia el cuarto.
Era ya la una de la madrugada, así que al llegar a la habitación se acostaron directamente. Al poco rato, en tres de las cuatro camas ocupadas dormían placidamente tres jóvenes. En la cuarta cama, un chico de pelo negro azabache daba vueltas pensando en cierta chica de ojos verdes.
"Lily, Lily, Lily...no puedo sacarte de mi cabeza..., tus ojos; tu pelo; tu espalda que me hace perder el sentido cada vez que me imagino siguiéndola hasta su fin...¡me estás volviendo loco!"
Su mente empezó a viajar en el tiempo, deteniéndose a cada momento porque un recuerdo de su pelirroja le venía a la cabeza: la primera vez que la vio, que la oyó, que le habló, que le sonrió, que le gritó....una vez más se sorprendió a si mismo al pensar en la cantidad de recuerdos que inconscientemente guardaba de ella, prácticamente tenía tantos como momentos habían compartido, y mirarla ya se había convertido en parte de su rutina.
Por eso vida mía, por el día a día,
por enseñarme a ver el cielo más azul,
por ser mi compañera y darme tu energía;
no cabe en una vida mi gratitud...
Seguía dando vueltas en su cama. Miró el reloj que descansaba sobre su mesa de noche...las 2:00. volvió a pensar en Lily... ¿aun estaría en la sala común? En un impulso se puso la ropa que acababa de quitarse y bajó a ver si seguía allí. No sabía bien por qué lo hacía, pero estaba seguro de que tenía que hacerlo. Llegó a la sala común y... AUN ESTABA ALLÍ, sola, dormida con su libro sobre las piernas. James se acercó y cogió el libro
- como agua para chocolate- leyó
Miró a la pelirroja, seguía dormida, de pronto sintió la necesidad de tocarla. Se acercó lentamente a ella y le acarició con suavidad el rostro. Ella se movió. James la miraba. Era tan bonita. Alargó su mano y le retiró el pelo de la cara. Parecía un ángel. Lily abrió los ojos, vio a James delante y automáticamente los volvió a cerrar
- Dios mío...no quiero despertarme nunca- dijo con una voz casi inaudible y con los ojos aun cerrados como si quisiera evitar el acabar de un bonito sueño. James sonrió ante el comentario. Lily volvió a abrir los ojos para comprobar que el capitán de Gryffindor seguía allí... seguía... los volvió a cerrar
James sintió en eso momento que necesitaba besarla, le acarició la cara y ella abrió temerosamente los ojos... estaban tan cerca...
- James- susurró
- sssshhhhh- dijo rozando sus labios
ya no podían más... se besaron. Fue un beso dulce y tierno que poco a poco fueron profundizando para explorar la boca ajena y que fue adquiriendo lentamente un significado. Ese beso era la forma de decir todas las cosas que nunca se habían atrevido a decirse. Para Lily fue su forma de demostrar al chico que no le odiaba, si no todo lo contrario, que lo amaba con locura, que era el único capaz de desestabilizar toda su organizada vida, fue la forma de vencer sus miedos y dejarse llevar por sus sentimientos hasta el sitio en el que quería estar. Para James fue la mejor forma de agradecer a Lily el haberle hecho el hombre más feliz del mundo, haberle dado fuerzas con su sonrisa cuando nadie más lo hacía, haberle hecho reír con su risa, todos esos días que habían sido buenos simplemente por haberlos compartido con ella, por hacerle sentir que todo iba bien aunque nada lo fuera...
el beso se iba calmando poco a poco, los dos gryffindors por fin se separaron. Se miraron a los ojos y en las mejillas de ambos apareció una nueva tonalidad más roja de lo habitual.
- Lily yo...yo...- James no sabía que decir- Lily, no sé...
- sssshhhh- Lily le puso un dedo en los labios- No digas nada. Todo está bien- una sonrisa triste se dibujó en su cara
- gracias- fue lo único que James alcanzó a decirle antes de que la chica desapareciera por la escalera de los dormitorios.
por aguantar mis malos ratos y manías,
por conservar secretos en ningún baúl.
Quiero ser por una vez,
Capaz de ganar y de perder
Durante los siguientes días los chicos se evitaban mutuamente. James estaba de muy mal humor y lo pagaba con sus amigos que no entendían qué era lo que le pasaba, pues el merodeador no les había contado nada, y Lily tampoco debía habérselo contado a nadie porque el rumor no se había extendido, y eso, tratándose de Hogwarts y de un merodeador , era bastante raro.
Habían pasado ya cinco día y James y Lily habían conseguido evitarse lo máximo posible. No obstante, cada vez que se encontraban, en clase, en el gran comedor...las miradas se cruzaban y la tensión se notaba en metros a la redonda.
Era viernes por la tarde y Gryffindor tenía doble clase de pociones con Hufflepuff . Lily se había sentado con Amos Diggory y ambos preparaban animadamente una poción. Dos mesas por detrás James fruncía el ceño mientras los observaba... "¿qué le pasaba a Lily? ¿por qué no le había contado ya a media escuela que la había besado? ¡todas lo hacían! Aunque Lily no era como todas, a ella nunca le había importado que el fuera James Potter heredero de Godric Gryffindor, si había tenido que chillarle lo había hecho; o quizás era porque ese beso no había significado absolutamente nada para ella..."
El timbre sonó y la clase se terminó. James salió disparado pasando por delante de la pelirroja y empujándole.
- ¡pero ¿qué le pasa ahora a éste?!- preguntó al aire. Miró a Sirius pero éste solo se encogió de hombros.
Lily salió detrás de James
- ¡Potter!- le gritó mientras corría para alcanzarlo.
- déjame- el chico tenía la mirada fría.
Lily corrió más y se puso delante suyo dedicándole una dura mirada a modo de reprimenda- ¿se puede saber qué coño te pasa a ti?
-no me pasa nada- la apartó y siguió caminando. Pero la chica no se dio por vencida y se volvió a poner delante cortándole el paso, él intentó apartarla de nuevo.
- ¡James no pienso quitarme!- gritó.
Mucha gente los miraba... ¿Potter huyendo de Evans?... algo no estaba bien ahí. Lily vio que la gente empezaba a rodearles así que cogió a James por la muñeca y lo arrastró hasta una clase vacía
- mira James ¡ya estoy harta! No se que es lo que te pasa. No se por donde pillarte. Llevas una semana inaguantable. Tus amigos están preocupados. Eres borde con Sirius, indiferente con Remus, desagradable conmigo...cada palabra que me has dicho esta última semana era con un tono de reproche y de enfado, como si fuera yo la culpable de tus desgracias- Lily iba subiendo el tono- ¡oh! ¡por dios! Cada vez que me has dirigido la palabra me entraban ganas de pegarte una bofetada... mira, dos no hacen nada si uno no quiere, pero si te sientes mejor liberándote de culpas bien ¡LIBÉRATE! Pero no me la eches a mi- hubo un breve silenció- Mira Potter- Lily habló con la voz quebrada- no te voy a negar que para mí fue algo muy especial lo que pasó el domingo, y tampoco que te voy a negar que siento algo muy fuerte por ti- se calló- James – dijo mirándolo con dulzura y suavizando su voz- yo no te pido que me des nada. Para mi ese beso significó mucho, y aunque sospecho que para ti también no te voy a pedir que lo grites a los cuatro vientos, ni siquiera te pido que lo admitas. Pero tampoco voy a permitir que me trates mal para negar algo que tú y yo sabemos que pasó y que pasa. James vuelve a ser tú, a vivir tu vida como lo hacías hasta antes de ese beso. Y si para estar bien has de ignorarme, ¡hazlo!. Me dolerá, pero no quiero que me amenaces... –el chico iba a protestar- aunque inconscientemente con la mirada y el tono de voz para que no diga nada y no cuente lo que pasó. Tranquilo James, tu secreto está a salvo conmigo. Tu mundo no se va a derrumbar por mi culpa. Sigue con tu vida, pero por favor deja que yo siga también con la mía. Escucha – dos lágrimas cayeron de sus ojos verdes- yo te quiero, pero no te pido que tu lo hagas – sin quererlo Lily había derramado ya muchas lágrimas, y seguía haciéndolo- igual suena un poco egocéntrico todo lo que te he dicho, igual no estás así por el beso, pero...
James negó con la cabeza- no Lily, sí es por eso- la cortó
- bien- se miraron a los ojos, ambos expresaban tristeza a pesar de las sonrisas que llevaban en sus bocas- Adiós James- dijo secándose las lágrimas y saliendo del aula
James se quedó solo – de puta madre chaval!- se reprochó a si mismo- acabas de perder lo mejor que has ganado en tu vida...a la chica que quieres...y que te quiere.
Perdona si me ves perder la compostura.
En serio te agradezco que hayas sido mía.
Si ves que mi canción acaso no resulta
avísame y recojo la melancolía..., melancolía.
Otra vez era viernes, ya había pasado una semana desde su conversación, y desde que Lily salió por la puerta ese día no se habían vuelto a ver. Al menos no directamente. James la miraba , pero siempre desde lejos, detrás de una ventana, escondido por quinientas personas más en el gran comedor ...
Cada vez que la veía hablar con algún chico los celos le vencían y destrozaba algo dándole una patada. La miró desde la ventana, estaba en el lago con sus amigas. Siguió mirándole y vio como se separaba del grupo con Diggory. Bajó a los terrenos
- ¡Evans! ¿podemos hablar? – habló con una voz dura- "¿por qué siempre está con ése?"
Lily lo miró dudosamente – claro- dijo al final. Se despidió del castaño y se fue con James. El moreno la llevó lejos del castillo. No quería que los vieran. Mientras andaban se hizo entre ambos un silencio incómodo. Por fin James paró de andar.
- ¿qué hacías con Diggory?- preguntó intentando parecer desinteresado
- eso a ti no te importa- Dijo enfadada, pero enseguida se sintió mal por haber sido tan antipática- es....es mi..amigo
- ¡JODER LILY!- dio una patada a una rama que había en el suelo dando la espalda a la pelirroja
- ¡Joder nada James!- le gritó – ya te dije que siguieras con tu vida que no iba a imped...
pero no puedo acabar su frase. James se había vuelto a girar hacia ella y la estaba besando. Ella al principio quiso apartarse, pero él no le dejó, y lentamente fue sucumbiendo mientras ella misma hacía el beso más íntimo. Se separaron para tomar aire y entonces Lily reaccionó alejándose dos pasos de él.
- lo... lo siento – dijo James - Lily..solo quería decirte que... "te quiero, que sí, que ese beso significó demasiado para mí, que de verdad eres tu quien me da fuerzas cada mañana, que te amo con locura"...tienes razón. Tú no eres la culpables de lo que pasó, y si hay culpables somos los dos y... – todo lo que quería decir se perdía en su garganta – que espero que podamos llevarnos bien.
- Sí James. Claro que podremos llevarnos bien, pero cuando dejes de pasarte tanto conmigo y aprendas a controlar tu genio. Yo no soy como esas tías de tu club de fans. Tú para mi no eres un premio que se gana. Así que cuando te des cuenta de eso creo que entonces podremos ser buenos amigos- sonrió. Se giró y empezó a caminar hacia el castillo - ¿vamos? -preguntó
-vamos- dijo siguiéndola
