Yu - Gi - Oh!
"Color del cielo"
[-------]
-
Notas1:
Wepa! Pasen al quinto capítulo del fic, el cual para mi total emoción, tiene el gusto de portar 44 reviews, ¡¡wow!! Les digo que (¡¡Por fin!!) en éste capítulo se nota, se siente, se aspira, y se entusiasma el Bakura/Ryu [xD 500 años después]; espero les guste.
nn ¡¡Gracias a todos los que me dejaron un R/R!!
Eli-chan1: Hello moto! n.n Eeey, gracias por leer!! xD Me alegro que el capítulo pasado te haya gustado; o.óU síe, la verdad es que nunca me gustó la idea de suicidar a Ryu, cuando el fic es esperanzado! xD Me alegra mucho que te guste [además de que me da pena]. Bueno, yo no he visto "Gravitation", pero sí me la conozco más o menos! [xD Y déjame decirte, que yo adoro a Suuichi!], pues ánimo!! Cuando estés triste, piensa en lo que puedes hacer para no estarlo! [xD Duhg!], o sea, siempre hay una razón, para seguir; a sí que no se me deprima!! Mire que tan buena lectora [y escritora] no se consiguen de repente. ¡¡Así que ánimo!! No, claro que te doy las gracias por leer!! Y espero que éste capítulo te guste! XD
Alejamoto Diethel: Hi!! n.n Muchas gracias por leer el capítulo pasado!!! xDD Que bueno que te gustó, eso me da ánimos. Tienes toda la razón, fíjate que el detalle de la ropa húmeda y el riesgo de contraer pulmonía, se me pasó, pero, es que el pobre Bakura estaba desesperado por consolar a su hikari! xD Creo que no le importó, porque a la final se secaron xDD. No digas que tus fics están abandonados, yo me leo los de SK! [Perdona por no poder dejar un comentario, mi PC no está de buenas conmigo], así que ánimo!!! Arriba ése espíritu, mira que tú siempre terminar alegrando, así sea por medio de un R/R! [A mi me pasa! nn]. Gracias otra vez por leer, y espero que éste capítulo te guste.
Seto: Hellos! nn Gracias por leer, y le doy gracias a Ra porque te gustó. Claro, me gustaría saber qué te gustó más, o que parte odiaste! [xD Tú sabes, por no dejar]. No obstante, gracias por leer!! Espero que el resto de los capítulos te siga gustando! n.n
Malale: Nihaos!!! Weeeh!! Gracias por seguir leyendo!!! nn Te lo agradezco en el alma. Síe!! xDD Bakura hizo lo propio en el capítulo pasado; yo también me parezco algo a Bakura! xD Jajaja! Y claro que Ryu no se morirá! 99 No aquí, por lo menos! xD ¡¡Oh, no te disculpes!! Si los locos dominarán el mundo algún día!! [u.u Ahora es de políticos hijos de su…], por lo que usted no se disculpe, ¡disfrute su locura! xD Claro que la parte de las pastillas fue para ti, porque tú me diste la idea; muchas gracias n.n!. xDD Síe!! Los dos egipcios locos, tienen un gran papel en el fic, que es cambiar poco a poco a Bakura [claro, que ésa parte no la traté en el fic, está más centrado en los pensamientos raros de Ryu =P], y seguirán siendo importantes en sucesivos capítulos [aunque falta poco], aquí, por fin, aparecerán. xDD Ésa fue mi misma imagen mental de Bakura contra el cielo!! Jajaja, se me hizo muy cómica! =PP, además, con el bello léxico de Kura, no te quiero contar. Espero que éste capítulo te guste, porque ya se ve el BakuraRyu! Y tenías razón! n.ñ el verdadero nombre de Kura, es una preocupación existencial! NUEVAMENTE, gracias por leer, y ojala éste capítulo te guste. Grax!
Narcisa: Jola! n.n Muchas, muchas gracias por leer mi fic! Petra te agradece también! xD. Me alegro que te gustara el capítulo pasado, ciertamente, ya lo necesitaban, además, ya tenía que resolver la situación, para pasar a lo más importante, ne? xD Pues, ésa es la gran interrogante del fic, ¿por qué no verde? En éste capítulo doy mi punto de vista, está todo loco! xD Pero, eso pienso yo [Para que sepas, es el que dice Bakura, el de Mariku, aún no me lo creo! xD], ¿nunca le has prestado atención al cielo? ¡Wou! No sabes de todo la belleza que te has perdido [Ok, es opinión personal], ojala lo veas. Nuevamente, gracias por leer, y espero que éste capítulo cumpla tus expectativas.
Kimmy Angy: Épale!! Muchísimas garcias por haber leído!! Oh, que bueno que te gustaron!! xD Tienes razón, imaginarlos hablando así, puede ser raro, sin embargo, a mi me gustó [xD Y me alegra que a ti también], porque se me hace todo tiernito!! Gracias por decir que el 3 y el 4 no son tan horribles; ojala que éste capítulo te guste. Gracias por leer.
Pandorak-chan: La li ho!!! Muchas gracias por leer, y también por decir cosas tan lindas de mí! xDD [Que me sonrojo]. Síe, ¡por fin hablaron los dos! Ya era necesario; siempre he pensado que la falta de comunicación causa muchísimos problemas [Jumh… Aunque, creo que no tengo moral para hablar de la comunicación! xDD]. Me alegro muchísimo que te gusta, espero que éste capítulo también te guste! O mínimo te deje satisfecha. Muchas gracias, de nuevo.
Shi: Épale!!! nn Gracias por seguir aquí! De pana gracias. Síe! xD Bakura se portó todo lindo con Ryu, y tienes razón, el pobre Kura es psicópata por órdenes de otra persona que no es el faraón, pero algo tiene que ver, sólo que no tengo idea muy bien de quien fue, pero ojala se muera!! òó9 Pero, hizo a nuestro Kura de lo más psicópata, claro que Malik y Mariku lo cambiaron de nuevo! xDD Wuhajajaja. Jejeje, de hecho, Yoh es uno de mis grandes ídolos [Son cuatro la verdad es: Tai-Kun, Radical Edwarts, Yoh Asakura, Seto Kaiba =P Porque el tipo es un genio], y, ¿qué importa lo que piensen los demás? La cosa es que TÚ te sientas bien, y el calma [¿qué mejor que la tranquilidad y paz del ambiente? xD La risa y la alegría en el ambiente! … Wue…]. Bueno, pero al menos tus amigas se dieron cuenta! =P No importa que fuera obvio, lo vieron [créeme hay cosas más allá de obvias, y pasan años sin ser descubiertas]. Jajaja, que curioso, yo puedo ser irónica, y me encanta burlarme [xD Wuhajaja!], pero es cuando estoy deprimida, que me da por tratar mal a medio mundo,… eh, creo que Ryu está basado en mí! [u.u Que patética extraña confesión, ne?]. ¡Pero no se preocupe! xD Mire que el mantra funciona, no importando de donde salió. Oye chica, y no has oído que "Los que hacen reír merecen el cielo", la gente quiere reírse!!!! xDD Así que más bien, alégrese de que saques sonrisas con tus fics, yo creo que la risa es lo mejor que ahay. Ey! Adoro tus R/Rs largos y explicativos, y además, no des gracias por los ánimos; pero ánimo! xD. Gracias por haber leído, ruego que éste capítulo te siga gustando.
Diosa Atena: Hola!! Muchas gracias por seguir aquí leyendo!! xDD A veces [y sólo a veces], creo que te gusta hacerme sonrojar, porque, a éste paso, me voy a quedar sin sangre!!! ¬¬U XD No vale, gracias por decir todas esas cosas bonitas sobre el fic. Síep, Bakura es un psicópata lindo, y RYu no se queda atrás [por alguna razón, para mí los dos tienen algo de maniáticos por ahí! xD] Jejeje, pues la verdad es que sí sabía que te gustaban los celos [¿No te dije que he leído tus fics? O.óU], y a pesar de que a mí también me encantan no creo que pueda ponerlos mucho en éste fic, pero algo haré; ya que creo que Bakura sería muy protector con respecto a su hikari [¡Porque es su linda lucecita!]; a mi me gustan los celos, pero cuando el otro se aprovecha [… a de ser porque me gusta la comedia, y termino poniendo cosas estúpidas e incoherentes! xD], a ver que haré por ahí. Con lo del lemon, todavía Petra lo está pensando, porque vamos contra el reloj. xD El fic no lo pararé, y por eso, espero terminarlo pronto, sino se verá 3 semanas interrumpido! xD. Otra vez, gracias por leer!! Trata de convencer a la cabra, y ojala éste capítulo te guste, porque Bakura se porta todo cute! xD
Palimpsesto: Epalex!! Cuantas gracias por no dejarme sin tus bellísimos y provocadores de sonrojos comentarios [xD GRACIAS!], gracias por leer. Me alegro muchísimo que te hayan gustado los dos últimos capítulos, es un gran alivio y ánimo. Bueno, si te gustó lo tierno del 4º, ojala te guste éste, porque me parece que excedí a Bakura de sus límites de cursilería, por lo que traté de hacerlo cortante! xD. Gracias por leer, y ojala te guste!!
Guerrera lunar: -Volviendo a abrazar a Rex- Yay, hola!! nn Gracias por leer!! Gracias!! Gracias, porque cuento con ustedes, que lindos!! -Abraza más a Rex- Es que es un lobo tan besho =3. Bueno, con lo del cielo, aquí va una extraña explicación del porqué nos e pone verde. xD Que cómicos son ustedes, que bueno que entendieron los títulos, ya estaba preocupada. Gracias por darme tantos ánimo -más fuerte al lindo, y cute Rex- xD Bakura dio la talla el capítulo pasado, a ver si en éste sigue así. xD A mi me dan mucha risa tus fics [El del CEO durmiente, fue lo máximo]; Petra les envía saludos u.uU Ya saben, en realidad para ella todos los halagos. -Abraza más a Rex- No! Ésta besheza no se comerá a Petra, claro que no ncn. xDD Pensaré lo de 'Kura [Así le decimos todas], sin embargo, ya me imagino su reacción [Y la burla de los egipcios!] TT Comes azúcar! Adoro la azúcar! Tomemos azúcar con café! [xD Bueno, me gusta más el café sólo, pero, ¿qué más da?]. Con lo del lemon, muchos lo han preguntado, y la verdad no sé… ¬¬ Bueno, Petra aún no se decide! xD Ya tiene bonitas ideas, pero sigue con vergüenza a la hora de escribir [lo cual es increíble]. Muchas gracias por todo!! En serio!! Dan muchos ánimos!! Espero que éste capítulo les guste!! Grax!!
Hasta aquí las bellezas hechas R/Rs [xD bueno, yo las amo]. Nuevamente gracias a la primas que se calan la lectura del fic; a la Peque-san, que para ella va, quien ya está en el colegio, y espero que Ina-k se mejore, y que Petra escribe el fic que le debe.
Gracias a todos los que leyeron, pero más a los que se tomaron la molestia de dejar su comentario.
Espero les guste…
-
[-------]
-
-
Capítulo 5: Llovizna.
-
-
Calor interno y externo, eso era. Por una parte, podía sentir tranquilidad real en su pecho, al igual que cierta alegría y libertad; por otra, sentía su cuerpo envuelto en calientes mantas, y una muy ligera sonrisa en su semblante.
Definitivamente, aquello era paz, porque sino no lo era, lucharía por saber qué se sentía estar en un estado aún más calmado y alegre que ése. Porque bien tenía los ojos cerrados, y sus cabellos alborotados, pero se sentía extrañamente feliz. ¿Hace cuánto que no se sentía así? Desde hace muchísimo tiempo; tanto, que hasta dudaba haber tenido antes ése sentimiento.
Reforzó su sonrisa, porque ahora lo estaba viviendo, o como diría Malik, se lo estaba gozando con todo, y eso lo hacía sentirse aún más relajado.
Bien sabía que estaba atrapado en frazadas, pero no pasaba desapercibido otro cuerpo que estaba a su lado; con el detalle Ryu sonrió de forma mucho más amplia, pero sin querer abrir los ojos todavía.
Su Yami había dado la talla la noche pasada. No sólo lo consoló, sino le dio ánimo, esperanza y fuerza, en pocas palabras: una razón para vivir.
No era sólo el hecho de que ahora quería pasar con Bakura todo el tiempo que pudiera, sino que el espíritu le hizo entender por medio de sus palabras, que una vida (o todas) tratando de encontrar la felicidad, o la tranquilidad del alma (a pesar de todos los problemas), nunca sería en vano. Nunca.
"Se puede decir, que los humanos están aquí para ser felices, es sólo que no lo ven, o se quedan enfrascados en cosas pequeñas." Recordó, que Bakura le había dicho la noche pasada, mostrando a luz su sabiduría; luego comentó algo de que no era fácil, y que ni él mismo podía hacerlo.
… Pero bien que lo intentaba. (Aunque, según él, debía humillar hasta el llanto al faraón, para sentirse tranquilo)
Aún con la sonrisa en sus labios, sintió un movimiento poco brusco en la cama, lo que le hacía intuir que Bakura se estaba levantando.
Para el espíritu no era cosa fácil quitarse de la cama, sin hacer ningún movimiento exagerado, ¡pero era su hikari, por Ra! No había dormido bien en tanto tiempo, y no quería ser él quien le despertara.
Con un paso increíblemente lento y hasta ridículo, dado que caminaba en puntillas y moviendo los brazos para mantener el equilibrio, el albino mayor se encaminaba hasta la puerta abierta de la habitación de su contraparte, sorteando los obstáculos del camino. (O sea las cosas regadas por el suelo)
-Buenos días, Bakura.- Escuchó la voz dulce de Ryu, decirle a su espalda, lo que provocó un pequeño susto en él. Tanto trabajo para que el niño ya estuviera despierto, bah…
Volteándose, respondió sonriendo de medio lado.
-Buenas tardes, hikari.
-¿Tardes?- Preguntó Ryu extrañado. Inmediatamente, volteó su cabeza hasta la ventana, pero la encontró cerrada, y a penas pasaba la luz; ya que no podía ver el cielo, tenía que encontrar el reloj. Paseando su mirada por todo el suelo, lo halló en una esquina oscura, en donde resplandecían los números 15:03.
Abrió totalmente los ojos sorprendido. ¡¡¿¿Ya eran las 3 de la tarde??!! ¡¿Qué?! ¡¡¿Había dormido tanto?!! … Además, ¿qué día era hoy? ¡Por todos los cielos, era viernes! Es decir, no había asistido a clases. Adiós a su bonito record de 'Sin faltas'.
Giró los ojos, pensando en que luego tendría que llamar a Yuugi, para que le diera a grandes rasgos, lo que habían visto. (Porque ahora se le hacía importante)
¿Alguien notaría su ausencia? No pudo evitar preguntarse el albino menor, mientras que hacía un ademán de querer subir la persiana, para contemplar el cielo. Es que, después de todo, el nunca hablaba con nadie en su salón, tal vez ni falta hacía.
El Yami no tardó en notar la extraña agitación en el semblante de Ryu, ¿Y ahora qué demonios estaría pensando? Cuando la luz entró completamente por la ventana, sólo tuvo que esperar un segundo para acostumbrarse; al parecer la tormenta de la noche no había sido suficiente, y aún tenía algunas ganas de llover. Al menos, ésas nubes no se veían tan amenazantes, (¡¡Y tampoco eran verdes, las muy infelices!!), pero era mejor ver lo positivo.
-Porque faltes un día a clases, no será el fin del mundo hikari.- Le dijo Bakura, adivinando el primer pensamiento del otro.
-Lo sé; es todo, menos eso.- Le respondió Ryu, con extraña melancolía.
El albino menor se preguntaba, ¿a dónde se había ido toda la alegría que tenía hace unos minutos? porque ahora sentía cierta tristeza. Sí, definitivamente él lucharía por ser feliz, y pasar más tiempo con su Yami, pero…
El pensar en Bakura, lo hizo alzar la vista, para encontrarse de frente al albino mayor, quien turnaba sus ojos del cielo a Ryu, de Ryu al cielo, y así iba. Pero el chico no era tonto, y podía reconocer ciertos sentimientos, por ejemplo, la mal disimulada preocupación del espíritu milenario.
Sonrió, volviendo a sentir alegría: ¡por supuesto que sería feliz! El próximo lunes, lo primero que haría sería saludar a Yuugi y a sus amigos con una gran sonrisa, y empezar a fortalecer los lazos. A pesar de que ya no se sentía solo (Su sonrisa de amplió), quería que sus amigos confiaran en él; y cuando faltara a clases, hiciera falta en el grupo.
Ésa era su felicidad, podía luchar hasta contra el cielo mismo, con tal de tenerla.
… Bueno, el cielo no; a menos que sea indispensable.
El Yami se relajó un poco, al ver como el semblante de Ryu volvía a estar tranquilo. ¡Que bueno! Por un momento pensó que tendría que tomar sus creyones, y pintar la ventana, para que su hikari se contentara de ver el cielo verde artificial. Pero un ruido en su interior lo distrajo.
-Ehh… ¿hikari?
-¿Sucede algo, Bakura?- Preguntó Ryu dulcemente.
-Tengo hambre, y odio cocinar.- Explicó el espíritu, tragándose la frase "Hazme el desayuno, con un demonio", porque, bueno, sentía que podía herir al chico.
-Oh, claro.- Dijo Ryu mientras que se levantaba de la cama, y se dirigía a la puerta- Luego subiré,… debo ordenar esto.
"Que bueno que no ha visto la sala" Pensó el espíritu, mientras seguía a su hikari hasta la cocinar.
Luego de entrar al salón antes nombrado, Bakura se sentó en la mesa, y se cruzó de brazos esperando, a su vez, Ryu empezó a preparar la comida (desayuno/almuerzo/merienda) con lentitud.
-Ehh… ¿Quieres un omelet?- Preguntó el albino menor casi con vergüenza.
-……… Claro.- Respondió el espíritu, volviéndose a morder la lengua. ¡Por amor a Ra! Quería hablar como normalmente hablaba, ¡¿Cuánto tendría que esperar para hacerlo?! ¿Cuándo se sentiría lo normalmente libre, como para responder con sus típicos "¡Feh! Como sea"?
Con extraña actitud Ryu se dio la vuelta para proceder a sacar los ingredientes necesarios para cocinar un buen platillo. Se sentía el ambiente raro, porque no sabía como actuar para que Bakura no sintiese que se había puesto triste de nuevo. ¡Es que ni si quiera sabía como no lanzarle ciertas ironías al espíritu!
Aquella amistad era muy acogedora y reconfortante, pero, no podía negar, que se sentía extraña. ¿Los dos tendrían que cambiar tan radicalmente, para poder convivir en paz?
-Oye Ryu,- Bakura interrumpió su tren de pensamientos, con brusquedad: tal como era el espíritu - yo sé que es extraño, pero, no quiero fingir que soy una especie de niña de la montaña, que es amable y todo lo demás, ¡porque bien que odio a la maldita montaña! ¡¡Por no hablar de la estúpida niña ésa!!- Frunció el entrecejo- Además, en la canción parecía que está drogada: 'Abuelito dime t ¡¡Por amor a Ra, mis neuronas!!
Ryu simplemente no pudo evitar una carcajada divertida, ante las divagaciones por parte de su Yami, ¿por qué será que siempre se iba por las ramas el espíritu? Y lo peor, es que no se daba cuenta de lo graciosas que algunas resultaban. Sin embargo, no tardó en notar, lo que su contraparte quería decir realmente.
-Tienes razón, Bakura- Empezó el albino menor, tratando por todos los medios de no volverse a reír-, no tenemos porqué cambiar nuestro trato, porque ya sabemos porqué nos comportamos así, y lo que el otro siente.- Le sonrió dulcemente, aunque por dentro, seguía revolcándose de risa- Tienes la libertad de ser tú mismo, ya no me sentiré mal.
-Si tú lo dices.- Pero, no pudo evitar una sonrisa.- Hikari, ¡sigue el desayuno! ¡Hace hambre!
-Tú y tu estómago, son el uno para el otro.- Le respondió Ryu, sonriendo, mientras que se giraba, a hacer el famoso omelet para ambos.
Sin embargo, pudo sentir al espíritu tararear la canción de Heidi, sin que éste se diera cuenta; luego, un golpe de su cabeza chocando fuertemente contra la tabla de la mesa, mientras decía algo que sonaba a: "¡¡No, por favor Anubis!! ¡¡Mi cerebro superdesarrollazo!!"
Ryu prácticamente se atragantó, tratando de tirarse al piso a reírse, pero sabía que lo delataban los ligeros espasmos en sus hombros: había cosas imposibles, y una de esas era un reírse de las psicópatas divagaciones del espíritu.
"Si te quieres reír, ¿por qué no lo haces?" Ryu escuchó la voz de su Yami en su cabeza, parando de golpe su risa.
-¿Cómo hiciste eso de hablarme en la mente?- Dijo mirando al otro albino directamente.
"Ya lo habíamos hecho, sólo que no en éste situación, además es muy fácil, tú sólo piensa algo, que quieras hacer llegar a mi mente."
-¡Ooh!- Dejó salir el chico, antes de percatarse que debía pensarlo.
"¡Ooh!" Dijo ahora de forma mental.
"¿Ves que no es difícil?" El espíritu sonrió muy complacido.
"Cierto, ¿por qué podemos comunicarnos así?" Preguntó el albino menor.
"Todos los Yamis, puedes comunicarse con sus respectivos hikaris; desde el imbécil con el enano, hasta los dos egipcios locos. Tú y yo, no somos la excepción." Explicó Bakura con calma, mirando fijamente los ojos cafés de su hikari.
"Ya veo, así es será más fácil localizarte."
"Así es." Respondió el espíritu.
"¡¡¡Jajajajajajajajajaja!!!! ¡¡Estabas cantando Heidi!!" Se empezó a burlar Ryu, antes de reír con total libertad.
-¡¡Jajajajajajaja!!
-Oye, hikari.
"¿Dime? ¡¡Jajajajajaja!!"
-Se está quemando la comida.
"Sí, es que lo puse con fuego alto…" Luego de un segundo, el más bajo reaccionó.
-¡¡El omelet!!- Gritó, y fue su contraparte, la que se burló, de sus intentos de apagar la llama de fuego, y tratar de salvar su comida.
-
[-------]
-
No llevaban mucho tiempo afuera, pero ya se encontraban relativamente lejos de su apartamento.
Luego de comer (Pan con millones de cosas para untar, porque todos los huevos se quemaron), Bakura había tenido la maravillosa idea de salir a dar un paseo; según él, le mostraría a su hikari, una forma sana y segura de divertirse. El albino menor por su parte, no estaba muy seguro de querer aceptar la invitación, pero su Yami se veía tan ilusionado, que no pudo negarse.
No habían hablado mucho mientras caminaban, pero Ryu tenía la certeza, de que si quería poner un tema, éste se desarrollaría con fluidez. Sin embargo, el silencio no era pesado o incómodo, más bien acogedor, y lleno de calma. Ya se había creído completamente, que entre ellos se complementaban.
El cielo, estaba de un azul pálido, que por trozos era tapado por plateadas nubes. De vez en cuando soltaba pequeñas gotas, sin intensidad alguna, apenas un rocío para sus caras.
Hablando de caras, hoy cuando entró al baño, se sintió muy bien el darse cuenta, de que no quería romper el espejo, como anteriormente pasaba; él sólo entró, se reflejó y sonrió. Luego, pasó a darse cuenta que por el bien de su figura, debía comer.
¡Vaya que estaba delgado! Si Mariku lo viera en ése instante, lo obligaría a comer todo dulce o comida chatarra que encontrara, importando bien poco, si era recogido de la calle. (Porque ya lo había vivido).
Sonrió al ver a Bakura: Él también era todo delgaducho. ¡Al menos era un consuelo! Sobretodo si contamos, de que Bakura tenía un buen cuerpo (a pesar de todo), y verse así, podría ser otra meta a lograr.
Se sonrojó un tanto luego de pensar en eso, volteando la cara hacia otro lado, simulando estar viendo las distintas vitrinas de tiendas sin importancia. Sí, era mejor ponerse fuerte, además, así su Yami no se preocuparía tanto por él, y tal vez… llamara su atención su cambio físico.
¡¡A comer proteínas se ha dicho!!
-Mira, hikari- Le asustó un por el espíritu, mientras señalaba la entrada al parte de la ciudad-, entremos aquí.
-¿Aquí?- No pudo evitar preguntar. Le gustaba mucho el parque, no sólo por la alegría en el ambiente, sino también porque ahí había muchas colinas, en dónde ver el cielo, era un verdadero regalo; sin embargo, no pensaba que al espíritu le gustase tanto, como para despedir tanta emoción.- ¿Qué haremos?
-¡Oh, ya verás!- Sonrió Bakura mostrando los caninos- Sólo quiero mostrarte algo, hace tiempo que no lo hago.
A paso seguro entraron a dicho parque, en donde luego de caminar silenciosamente, con rapidez Bakura haló a su hikari tras un árbol, y le hizo señas de que permaneciera callado, y no se moviera. (Luego se regañó, porque pudo habérselo dicho mentalmente)
El albino menor lo observaba sin entender exactamente lo que pasaba, pero pudo distinguir la sonrisa maniática que su Yami traía, por lo que supo que lo iban a hacer atentaría contra sus principios de niño bueno.
Y no se equivocaba.
No tuvieron que esperar ni un minuto, para que un chico de débil aspecto, tomara la decisión de tomar el camino de cemento, que estaba justo al lado del gran árbol en el cual ambos albinos estaban escondidos. Ryu pudo ver claramente, toda la psicopatía de su Yami, expresada en una sonrisa.
"Tú sólo observa."
De repente, el ambiente empezó a oscurecerse, y al parecer, las nubes se voltearon, dejando todo el alrededor sin color alguno; no sólo la oscuridad reinaba, sino que una espesa niebla de color púrpura flotó en el aire, haciendo que el inocente joven temblara.
-¿Qui-quién anda a-a-ahí?- Preguntó al sentir, un ruido de pasos, pero luego, se arrepintió de haber abierto la boca.
A frente suyo, estaba un chico un poco más alto que él, con expresión de locura en su semblante, cabello plateado y ojos rojos, que pedían sangre.
-¡¡Wuhajajajaja!!- Dejó escapar exageradamente, mientras su pecho se movía a gran velocidad.
El joven débil, dejó salir de su garganta un grito bastante fuerte, mientras se abrazaba a sí mismo, y tartamudeaba algo que sonaba a "Ayúdenme".
Un extraño adorno comenzó a brillar en el pecho del chico que antes reía, y sacó algo de su bolsillo (que el otro no alcanzó a ver, y estaba seguro de que no quería hacerlo).
-Bienvenido al reino de las sombras, niño.- Empezó el lunático- De aquí, no escaparás ¡nunca!
Y en un segundo, una extraña armadura sin casco apareció de la nada, y ni lenta ni perezosa, desenvainó una larga y brillante espada.
El pobre tipo, soltó un grito aún más fuerte y agudo que el primero, y quedó paralizado en el puesto. El que reía pudo ver claramente, como dos pequeños ríos de agua, se deslizaban por las piernas del otro, lo que hizo que sonriera más.
-Te presento, a mi Jinete sin cabeza.- Dicho esto, el Jinete sin cabeza, se lanzó sobre el chico muerto de miedo, quien tuvo la reacción de correr, todavía suplicando por ayuda.
Luego de 5 segundos de correr, la oscuridad desapareció, así como el mounstro nombrado. No obstante, alrededor del joven cobarde, estaban muchas personas mirándolo extrañados, y muchas otras señalando sus pantalones mojados.
Un poco más adelante, Bakura se tiró al piso riendo, mientras sostenía en su mano, la carta de duelo del "Jinete sin cabeza". Ryu se hizo corregir mentalmente, su Yami no estaba sólo riendo: ¡¡Su Yami se estaba ahogando en toda la lucha que sus pulmones hacían por llenarse de aire!!
No pudo evitar sonreír, y luego de eso, empezar a reír, hasta contagiarse con la risa del espíritu, y reír también a todo lo que le daba su garganta.
Otra refrescante y casi imperceptible llovizna cayó sobre ellos, como si el cielo tratara de recordarles a los albinos que él también había participado en la broma.
-¿Viste su cara?- Preguntó Bakura con dificultad, mientras se sujetaba el estómago con una mano, signo de dolor.
-¡¡Hasta se orinó!!- Ryu volvió a reírse.
Luego de que se calmaran, dejó de caer ése rocío, al cual ya se acostumbraban. Bakura sonrió, mostrándose muy orgulloso y complacido. El Yami se levantó del suelo en dónde estaba sentado, para luego oír que su hikari se lanzaba al suelo gracias al cansancio de reír de pié.
-Me alegra que te gustara, por un momento pensé que te aterrorizaría.- Le dijo Bakura sonriendo.
-Yo también- Se notaba que la sonrisa del albino menor no se iría en algún tiempo-, pero, no pude contenerme. Fue divertido ver su cara.- Se sonrojó.
Sin previo aviso, alguien se metió en la conversación, usando un tono bastante divertido.
-¡Ya decía yo! Ver a un chico corriendo por el parque, gritando algo de un mounstro sin cabeza, no podía ser sino obra del buen Bakura.
Ambos albinos no tuvieron que hacer el intento de mirar la cara del que les hablaba, porque reconocerían ésa voz ronca en cualquier parte.
-Mariku,- Sonrió el Yami de cabello plateado- ¡de lo que te perdiste!
-¿Ah, sí?- Ahora el que apareció fue Malik, luciendo una gran sonrisa, pero agachándose hasta quedar a la altura de Ryu, quien le dedicó una cálida sonrisa- pensé que habías invocado magia de la sombras, pero al verlos juntos a ustedes aquí, me dio cuenta de que tal vez se asustó al oírlos insultarse mutuamente.
Ryu rió un poco, antes de explicarles:
-No, Bakura invocó a un mounstro, y asustó al pobre chico.
Cabe mencionar, que las expresiones en los semblantes de ambos egipcios cambiaron a una de asombro.
"Hikari, ¿oí bien?" Preguntó Mariku a través de su conexión mental "¡¡¿¿Ryu llamó a su yami 'Bakura'?!!"
Y el asombro se hizo aún más extenso cuando el albino mayor, ayudó a Ryu a levantarse del suelo. Sus mentes estaban atrapadas en un lento proceso de aceptación ante lo que pasaba. Pero cuando Ryu comentó que quería ser instruido para aprender a asustar a los otros pobres mortales, los morenos no sabían a ciencia cierta que pensar.
Por lo que Bakura muy amablemente, les recordó que debían cerrar la boca, que desde hace rato les guindaba.
"Son amigos," Empezó Malik con emoción. "¡Por fin! ¿Sabes lo que eso significa, mi muy querido Yami?"
-Séh…- Dejó salir al aire Mariku, sonriendo de forma maniática- ¡Y que empiece la diversión!
-Porque cuatro, es mejor que tres.- Le siguió Malik, antes de tomar a Ryu por las manos, y empezar a correr de aquí para allá, sin sentido alguno. (Tal vez, agotar la paciencia del albino, pero, éste respondía con venganza).
Sin embargo, en la destrozada sala del departamento de los 2 albinos, el teléfono sonaba por cuarta vez, y a la quinta, se activó la contestadota automática, la cual estaba botada en algún sitio de la habitación.
-¡BEEP! ¿Hola? ¿Ryu? ¿Bakura?- Sonó la voz de Yuugi, un tanto preocupada por el departamento, siendo grabada por la máquina- Bueno, sólo llamaba para ver si Ryu estaba bien, es que todos nosotros nos preocupamos, sabemos que a Ryu no le gusta faltar a clase. Puedes llamar a cualquiera de nosotros para saber de ti. (Menos a Kaiba, ya sabes como es; aunque, sólo en su mansión encontrarás a Joey) ¡BEEP!
-
[-------]
-
Treinta y cuatro amaneceres habían pasado desde aquella tarde en el parque, en dónde los albinos habían declarado su amistad al aire libre.
Muchas cosas habían pasado en ése tiempo. Ya Ryu no podía llevar la cuenta de cuantas veces la policía los persiguió por alterar el orden público, y ya empezaba a acostumbrarse a eso, hasta el punto de que la sensación ha llegado a gustarle. También había pasado por la rigurosa dieta de Mariku, la cual consistía en comer hasta que tu estómago explotara (o en el caso de Ryu, vomitara).
Malik se había hecho mucho más cercano a su persona, y cada vez que podían, trataban de jugarles bromas pesadas a sus Yamis, algunas eran fallidas, y otras muy acertadas; por obviar la parte en donde ellos caían en las trampas de sus yamis. (Que no eran más que situaciones ridículas ante muchas personas).
Con el grupo de Yuugi, podía decir que había hecho un gran avance, porque si bien no le gustaba tanto como estar con Bakura y los egipcios, disfrutaba de su compañía. Yami ya le sonreía (y trataba a Bakura como la peste y viceversa), y Joey venía emocionado hacia él con una buena noticia ("¡Pasé biología! ¡Pasé! ¡¡Voy a tener que ser el esclavo sexual de Seto por un mes, pero pasé!! Además, aquí entre nos, es algo que estoy dispuesto a pagar"), y podía decir que pasaban gratos momentos juntos.
También había notado que todos habían hecho entre sí cierta (muy extraña) cadena para interrumpir momentos. Por ejemplo: no podía haber un momento en que Bakura y él estuvieran jugando algo, o dormidos, en el cual Malik no llamara a decir lo que fuera.
Cuando Malik y Mariku estaban ocupados, era Tristán quien les llamaba. Pero cuando se trataba de un asunto entre el nombrado y Duke, salía Joey haciendo gala de su bocota, hablando por teléfono.
Sin embargo, el cachorro y Kaiba eran interrumpidos en sus labores por Yuugi y Yami; quienes en más de una ocasión fueron interrumpidos por alguna llamada de Ryu.
El albino menor sabía que ninguna de ésas interrupciones eran planeadas, o si quiera meditadas anteriormente; simplemente pasaban, ya que al universo, el cielo, y todo lo demás también jugaban a gastarle la paciencia a los humanos.
Su relación con Bakura, por otra parte, estaba viento en popa. Podía decir con toda sinceridad que adoraba y quería al espíritu con locura. Lo consideraba su gran amigo y mejor consejero (¿quién más podría haberle dicho dónde esconderse, después de jugarle una broma a Yami, y seguir con su reputación de niño lindo?). Le encantaba pasar tiempo con él, y no recordaba ni una vez que se sintiera triste en su compañía.
… En especial, por que Bakura siempre lo acompañaba.
Las caminatas en la tarde eran frecuentes en ellos, ya que desde que arreglaron el apartamento (otra odisea que contar, por no decir más), decidieron no volver a desordenarlo nunca más; por lo tanto, mejor ni verlo, para evitar.
Ésa tarde, parecía prometer un poco más que las otras, y eso era mucho decir. A pesar de que el cielo seguía a veces amenazando lluvia, ése día estaba con muy poco nubosidad. Tal vez, no llovería.
Bakura había convencido a Ryu para entrar a la escuela ésa tarde, lo cual, el albino menor pensó mucho, gracias a que era sábado, por lo tanto la infraestructura estaba cerrada. Sin embargo, nada se interponía entre albino mayor, y sus ganas de llegar hasta la terraza.
El hikari acabó por aceptar, gracias al extraño (Pero no psicópata) brillo en los ojos cafés del espíritu. El cómo llegaron hasta la azotea de la escuela, es una pregunta que Ryu aún no sabe contestar muy bien, él sólo sabía que había llegado ahí, y con eso le bastaba.
-¿Qué haremos aquí, Bakura?- Preguntó Ryu, observando a ambos lados de la terraza, antes de subir su vista al cielo anaranjado de la tarde.
-Ya verás, hikari, ya verás.- Le respondió el espíritu con firmeza, justo antes de tomar al albino menor por los hombros, y sentarlo en el suelo de la azotea sin mucha brusquedad.
A pesar de que Ryu prácticamente se mordía la lengua para no preguntar qué demonios hacía su yami, dejó guiarse por sus ojos, que sólo se posaban en las manos de Bakura.
Las pálidas pero a simple vista habilidosas manos del espíritu, se posaron sobre la Sortija del milenio que descansaba en su pecho, con gran altivez. Luego, cerró los ojos, e imaginó lo que estaba a punto de recrear, gracias a la magia de las sombras.
Todos los colores imaginables salieron en distintas tonalidades de la sortija del milenio, y rápidamente, todo se oscureció. Pero, no fue como la falta de color del reino de las sombras, por el contrario, parecía un cálido cielo nocturno, lleno de estrellas.
Ryu se fascinó, ante la cantidad de brillos a lo alto de su cabeza, incontables lucecitas en un solo lugar. Pero hasta ahí no llegó la magia. De repente, la parte Este del cielo, se tornó de un extraño y profundo color amarillo, mientras que las parte Oeste, se pintaba de un fuerte azul. Tragándose el negro que separaba a ambos colores, con lentitud se fueron acercando los dos colores.
Bakura, sonrió, y soltando su artículo del milenio, se sentó al lado derecho de Ryu, con la vista alta, en el cielo tricolor.
-Esto es hermoso- Dijo Ryu en un susurro atropellado, que el espíritu pudo haber clasificado fácilmente como sensual, pero inmediatamente le prestó toda su atención a lo que diría el chico- Wow… ¿Todo esto se puede hacer con la magia de la sortija?- Bakura asintió en silencio.- Nunca había visto un espectáculo como éste.
"Ni yo." Le transmitió mentalmente el yami, aunque estaba seguro de que Ryu pensaría que se refería al cielo. Pero, es que ¿quién vería al cielo, cuándo se puede ver a un lindo albino sonriendo alegre y con todas las estrellas reflejadas en sus ojos? Nunca había visto a Ryu tan… atractivo.
Cuando sintió que estaba próximo a sonrojarse, Bakura volteó su cara al cielo, en dónde el amarillo y el azul, seguían luchando contra el negro para juntarse.
-Parece que lucharan contra la oscuridad, para poder estar juntos.- Recalcó el hikari, con gran emoción en sus pupilas.
-Una vez me preguntaste, porqué el cielo no se ponía verde.- Ryu, giró sus ojos hasta su yami, quien era el que ahora veía las alturas con extraña fascinación.- La verdad, es que no tengo idea de porqué no lo hace, pero, sí me esforcé buscando una respuesta.- Torció el entrecejo- Bueno, según Mariku, es por puro contraste, es decir, ya que hay tantos árboles y plantas verdes, pues que el cielo se pusiera verde, se vería horrible, pero yo no creo eso.
Ryu seguía atentamente cada palabra dicho por el espíritu. No estaba seguro, pero parecía como si a cada oración dicha, hechizara su atención aún más, ¿Bakura también usaba la magia, para hacer que Ryu se pusiera tan atento a cada uno de sus movimientos y expresiones? Si era así, el albino mayor siempre usaba la magia, porque bastaba sólo con verlo algunos segundos, para querer seguirlo a donde fuera.
-Bueno,- Ryu dijo con calma, sonriendo- es su opinión.
-Sí, pero- Surgió Bakura con la vista empecidamente hacia arriba- creo que hay una razón más específica para que el cielo no se ponga verde.
-¿Cuál es?- Ryu se removió nervioso. ¡Por Ra! Nunca había sentido tanto nerviosismo en la boca de su estómago; eran como, mariposas volando dentro de sí. ¿Por qué no se había dado cuenta de que siempre le pasaba cuando su Yami lo miraba o le hablaba de forma especial?
-Sólo en lugares verdaderamente especiales, el cielo es verde; y no es el color del cielo, lo que hace a ése lugar especial, es una presencia constante, es una persona.- Algo de rojo tiñó sus mejillas- Sólo por personas especiales, el cielo se viste de verde.
El Yami señaló su cielo creado a base de magia de las sombras, por lo que Ryu no dudó en girar la cabeza.
¡El azul y el amarillo estaban a punto de alcanzarse! Y luego de esperar 3 segundos, por fin la oscuridad se fue, y ambos colores primarios se juntaron, tratando de fusionarse poco a poco. Ante los maravillados ojos de Ryu, el cielo, a paso lento, se tornaba verde, gracias a la unión de ambos colores.
Retuvo el aire con gran emoción, mientras que sentía su corazón con golpeándolo con gran fuerza. ¡El cielo estaba verde! Y ése color se expandía cada vez más ante sus ojos, y las estrellas seguían brillando en lo alto.
-El cielo está así, por ti, hikari.- Le susurró Bakura, con un tono rojo muy brillante en su semblante.
Los ojos del albino menor, empezaron a llenarse de lágrimas, que corrieron libremente por su rostro, sin siquiera tratar de secárselas, dándose un festín de diferentes tonalidades verdosas que se apoderaban cada vez más del cielo.
Con emoción se lanzó hasta su Yami, al punto que quedó sentado entre sus piernas, abrazándolo. Se sentía emocionado, esperanzado, querido, feliz. Todo eso, se expresaba en sus lágrimas, las cuales el espíritu observó preocupado.
-¿Ryu, por qué lloras?
-Gracias.- Le pudo decir el albino menor, en un tono de voz bajo, que para asegurarse de que el otro escuchara, le hablaba con la cabeza apoyada en su hombro, aún abrazándolo, y recibiendo un cálido abrazo de vuelta.- Gracias… ¡Gracias por esto! ¡¡Por todo!! Por estar conmigo, por no dejarme, por… ¡por hacerme entender que sí quiero vivir!- Se movió un poco- El cielo no está verde por mí, Bakura: es por ti. Tú tuviste el poder, de hacerlo vestir de éste color.
El espíritu intensificó el abrazo, con ternura, mientras hacía lo posible para que de su garganta salieran frases coherentes.
-Esto es por los dos, hikari.- Respondió con una ternura que estaba seguro que ya no volvería a tener con ninguna otra persona.
-Te quiero.- Le dijo Ryu, mientras que lloraba un poco más- ¡Te quiero tanto! No sabría qué hacer sin ti. ¡Gracias! ¡Gracias!
-No… Yo te lo agradezco. Disfrutemos nuestro cielo, está así por nosotros.
Y aún abrazados, pudieron ver como el cielo verde parecía haberse extendido por toda la tierra, y mucho más allá de los límites que ellos conocían.
La respiración de Ryu se había calmado, pero su corazón seguía latiendo con fuerza repleta de alegre emoción. Le gustaba el olor que percibía del cuello de su yami, además del protector abrazo que lo envolvía sin delicadeza (cosa que le encantaba). Le gustaba como todas las mariposas de su estómago revoloteaban más fuerte, y también sentirse tan inmensamente feliz.
Sabía que sólo su Yami podía lograr eso; sólo con su Bakura, él podría sentirse tan feliz.
En ése momento, Ryu abrió los ojos sorprendido, dejando salir la última lágrima, para de ver al cielo, pasar a ver al otro albino.
Por otra parte, Bakura estaba concentradísimo sintiendo como la respiración de su hikari, hacía que todo su cuerpo temblara en un escalofrío, y también, como el cuerpo del mismo, se moldeaba al suyo a la perfección. Se sentía necesitado, querido (como bien le había dicho Ryu), en calma después de tantos milenios.
Cuando su hikari le dijo que lo quería, pudo sentir como una gran emoción se apoderaba de todo su ser, y se sintió digno de que el verde del cielo también fuera para él. Por hacerlo sonreír, por hacerlo feliz; por darle la alegría de vivir, a su muy querido hikari.
De hace unos días atrás, le había puesto nombre al sentimiento que se apoderaba de su corazón, cuando estaba cerca o lejos de Ryu. Siempre dijo que amor era una palabra ridícula y de significados demasiados desfigurados,… Hasta el día en que necesit usarla para describir lo que él sentía.
No estaba seguro de lo que su contraparte sentía, pero él no se cruzaría de brazos, a esperar como cualquier otra persona le podría quitar a su hikari; lucharía por él, no sabía como, pero lo haría. Esto del cielo, hace tiempo que venía planeándolo, y le apreció un buen momento para hacerlo.
De repente, se sintió totalmente observado por el chico a quien abrazaba, por lo que inconscientemente bajó la mirada. Luego, no supo si maldecir o agradecer la vista de los ojos cafés de Ryu brillando a más no poder, porque sabía que no iba a poder retirar la mirada ésta vez.
Al momento en el que Bakura correspondió la vista del albino menor, el corazón del último dio un tremendo salto, y las mariposas festejaron revoloteando mucho más en la boca de su estómago.
En el nombre de Ra… Entonces, ¿ése sentimiento quería decir que él estaba…?
Sonrojado, paseó sus ojos por todo el rostro de su Yami, como si de una obra de arte se tratara. Cuanta diferencia había entre los dos; sin embargo, los labios ligeramente abiertos del espíritu, parecían ser aún más hipnotizantes que su voz.
En éste punto, Ryu no sabía qué hacer: ¿Se acercaba o no? Si lo hacía, era jugársela de todo o nada, y él no quería perder. Lo último que quería hacer, era volver al antiguo trato con su Yami.
Porque hasta el cielo verde perdía belleza, al verse reflejado en sus ojos cafés. ¿Eso tenía sentido? ¿Eso quería decir, que el cariño que sentía hacia Bakura, iba más allá de un simple 'Te quiero'?
Luego de ver, la muy pequeña sonrisa que el yami tenía en el rostro, no había duda de la respuesta. Por supuesto que sí lo quería más allá del simple cariño, aprecio o control.
El cielo está así por los dos.
Bakura podía nombrar fácilmente más de 5 situaciones en donde su autocontrol era puesto a prueba; pero no podía recordar, una tan dura como ésta.
Tener a su hikari, a menos de 15 centímetros de distancia, mirándolo con esos ojos en donde todo lo bello y brillante se reflejaba, y no poder hacer nada, era una ocasión de dura prueba, para todo su ser.
Y lo peor, tenía ésa mirada inocente y cariñosa, que lo hacía ver aún más adorable, que cuando se volvía sarcásticas y divertida. (O, bueno, la verdad es que las dos se le hacían atractivas, seguramente era la cercanía).
Por un momento dejó de pensar correctamente las cosas, y empezó una guerra interna donde las opciones no eran muy variadas: o se inclinaba, o no se inclinaba. Qué fácil, ¿no?
De su ensueño, lo sacó su propio hikari, quien lentamente dejo de mirarlo, para volver su mirada hasta el cielo, el cual, cabe destajar ya no estaba verde, sino estaba variando sus tonalidades entre el rojo hasta el negro.
¿Desde hace cuanto se le había olvidado conservar el hechizo de magia de las sombras, para que el cielo estuviera verde un rato más? Habían vuelto a la realidad, y con eso, Ryu se levantó de su regazo, para sentarse a su lado.
-Gracias.
-Ya lo dijiste, no tienes porqué seguir agradeciendo.
-Es que, me has dado mucho más de lo que crees.
Minutos en silencio.
-Tú también, hikari.
-
[-------]
-
Riendo como locos sin causa, Yuugi, Joey, Tristán y Malik iban caminando hasta la tienda de juegos del primero, en dónde pasarían lo poco que quedaba de tarde.
Luego de algunos minutos de conversar y volverse a reír, pudieron distinguir como dos figuras salían de la escuela, y a paso lento pero seguro y relajado, volvían a su departamento sonriendo, uno al lado del otro.
-Chicos, ¿esos no son Ryu y Bakura?- Preguntó Tristán señalándolos.
-¡Sí son, viejo!- Respondió el rubio de ojos cafés con emoción, saltando arriba de Malik, para alzarse un poco más, y ver completamente la escena.
-Joey… ¡¡Has estado haciendo la dieta de Mariku, ¿cierto?!!- Casi gritó el egipcio, justo antes de dejar caer al rubio al suelo: Por amor a Ra, tan delgado que se veía, y pesaba una tonelada.
Las mejillas de Wheeler se sonrojaron.
-Vaya, me alegro que Bakura y Ryu por fin se lleven bien.- Sonrió Yuugi.
-Era lo mejor- Opinó Tristán-,… pero, ¿no se ven como demasiado bien juntos?
-¿Qué quieres decir?- Preguntó el dueño del Rompecabezas del milenio.
-Es obvio,- Respondió Malik- se nota que se gustan; pero, creo que los dos son medio idiotas, y no se han dado cuenta.
-¡¡Pues yo me alegro que se gusten!!- Empezó Joey con ánimo- Hasta hace más de un mes, Ryu se veía bastante mal.
-Es cierto.
-Y nunca nos comentaba nada- Siguió Yuugi, como si le contara la historia al Ishtar-, por lo que no sabíamos que le sucedía.
Malik sonrió a todo lo que le daban sus dientes, sin llegar a parecer maniático.
-Lo dejamos en buenas manos- Luego, su sonrisa cambió a su modo travieso-, a Bakura lo debe estimular un empujoncito, para que ya tome cartas en el asunto, ¿no lo creen?
Los otros tres chicos, lo observaron interrogantes.
-
[-------]
-
Fin del capítulo 5.
-
Notas:
o.óU El quinto episodio, donde ambos albinos se dan cuenta de lo que sienten: Weehi. XDD Jejejeje. Ok, no diré lo que me pareció, porque luego mi prima empieza a ironizar! ¬¬U [=P Pero, intuyan mí opinión, ¿síep?]
A ver, a ver. El título es porque, bueno… llueve de cuando en vez! xD Pero, ¿qué se hará? No lo vi tan fuera de foco. ¿Les gustó la broma de Bakura? La verdad es que Petra se secó el cerbro pensándole [-.-U Y sin embargo, no le quedó muy bien a la cabra xD]. La parte del cielo verde… ¡Por Ra! Ya quisiera yo que hicieran esa belleza por mí. [Y nótese que no soy cursi; detesto lo hiper-cursi, ¿eso es malo? 0=)].
Ok, no se besaron, pero ya se dieron cuenta! o.óU Algo es algo. xP
[Para la Peque-san: Ya te debe parecer trillado lo del cielo verde, pero así pienso! xD Las personas hacen que el cielo se ponga verde]. Sin embargo, sigo esperando la respuesta de porqué el cielo no se viste normalmente de éste color nn.
Perdonen el atraso [¿Cuál? No sé, yo que me puse una fecha, y la violé], y todo lo horrible que quedó éste capítulo. También, por mi manía de poner 'psicópata esto, psicópata aquello'.
Ya saben mi e-mail, y que está abierto a todo.
¡¡Gracias por leer!!
¡No se pierdan!
Zelshamada.
