Yu - Gi - Oh!

"Color del cielo"

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Notas1:

Capítulo final. -llorando de emoción- 73 R/R. ¡¡GRACIAS!! nn ¡¡Soy tan feliz!! ¡Tanto! ¡Tanto! xDD Es que, nunca pensé que la historia gustaría, y… ¡WOW! ¡¡73!! Increíble. Hasta Petra anda llorando. Jejeje.

También, y esto debe ir en mayúsculas, y resaltado, PERDóN POR LA TARDANZA. y explicaré el porqué. Como ya he traumado a toda persona que habla conmigo en el MSN (cuando le da la gana de entrar), mi computadora está que se cae en pedazos! n.n ¡Sí, señores! Tiene tantos virus, y tan poca memoria, que es desesperante hacer lo que sea aquí desde navegar en Internet, como tratar de escribir (¡¡Tuve que cerrar mi blog!! TT). Eso, ligado a que Petra tenía tanta vergüenza escribiendo, que si podía escribir algo, siempre resultaba ser poco! xD

¡PERDóN! Ofrezco mis más sinceras disculpas, pero, al menos aquí está! n.nU Jeje. Y espero de corazón que les guste.

ADVERTENCIA. ADVERTENCIA. ADVERTENCIA. Ojo: Éste capítulo a continuación es un Lemon Yaoi (Relaciones sexuales narradas con detalle, entre dos hombres). Sólo digo que es tú responsabilidad; pero si no te gusta el lemon, o simplemente el Yaoi no te va, por favor, NO LEAS. Evitémonos un inconveniente. También, nadie está diciendo que sea un buen Lemon Yaoi, sólo que es uno. (Nótese la gran diferencia).

Jejeje… ¿Ya dije todo lo que me emociona leer mis comentarios? n-n ¡¡UN TRILL"N DE GRACIAS!!

Eli-chan1: Épale!! Ay, Diox! Tantas gracias por llegar hasta aquí leyendo; ay, tengo emoción y tristeza a la vez! (xD Como se ve, que no estoy acostumbrada a terminar fics); Wa… gracias por leer! n-n. Pues, me alegro que el capítulo pasado te haya gustado! Yo tenía miedo, de que hubiera quedado muy simple, para lo que fue al principio el fic, la verdad me da alegría el saber que te gustó. Y también la felicidad de saber que todo el fic te gustó (¿Ya te di las gracias?). Espero que estés muy bien, y que nunca pierdas las esperanzas de nada. Gracias por tu comentario, ojala éste capítulo no te decepcione (… mucho).

Alejamoto Diethel: Nihao!!! nn, gracias, gracias, gracias por leer!! Y por dejarme un comentario, también van las gracias. Jejeje, pues sí fueron a la playa! xD Sin embargo, no es lo aquí se narra, de hecho, éste capítulo está unos meses después de la ida a la playa (al punto, de que es invierno). Perdona si te decepcioné, xD pero, mantengo esperanzas de que éste capítulo no esté muy lejos de lo que consideras 'aceptable' para un lemon, ¡uf! Ojala te guste. Nuevamente, gracias por leer y por todo el apoyo; nunca pierdas las esperanzas!

Malale: Hola, kawaii Malale!!!!!! (ay, si supieras lo emocionada que ando), gracias, GRACIAS por haber llegado hasta aquí, tú siempre apoyándome y dándome ánimos a seguir, con tus comentarios satisfactoriamente largos (oh, los extrañaré), GRACIAS!! No hay más palabras! xD. A ver cuando nos volvemos a encontrar en el MSN!! (Sin causarte alteraciones serias en tu sueño! P), espero que sea pronto!. Wa, gracias por los comentarios tan lindos de mi fic, xD y gracias pro tranquilizarme, "Muy fue un final cursi"… ya lo registré. Jajaja, síe, Ryu jurando que estaba dormido, pero, yo creo que le fue mejor que Bakura estuviera despierto; yo sigo imaginándome al mayor muy zurdo en esas cosas de expresar sus sentimientos, y fue un detalle que no quise cambiar (xD Ciertamente, ¡¿¿amable Yami Bakura con Yami Yuugi??! Se acabó, se acabó el mundo..). Síe! Las interrupciones siempre llegan en los peores momentos, y yo que detesto el teléfono, anyway, creo que ellos tienen una maldición, o algo así! xD (A la cual le seguiré sacando jugo). Bueno, espero que éste capítulo te guste, Petra se esforzó. Manten siempre tu ánimo!! n-n Muchas gracias por todo!!!

Palimpsesto: Hello cute girl! Gracias por leer!! T.T Oh, por mantenerte aquí, dándome y dándome ánimo, ¡gracias!. Si supieras que uno de los comentarios que más me encogió el corazón fue el tuyo; no chica, no me des las gracias, ¡yo te las doy a ti! Gracias por leer, y dejarme tus comentarios, ¡gracias x 10 elevado a la décima potencia! Yay… me sonrojé!! Espero que te guste éste epílogo, de verdad eso espero; tal vez no esté muy bien, pero quiero cumplir tus expectativas! Siempre mantén esperanza!! Y muchas gracias, nuevamente, por haber leído, y dejarme un R/R.

VALSED: La li ho!! Gracias por leer!! Y por dejarme un comentario!!! Y, y… por tantas cosas!! xDD. Síe!! Las interrupciones están a la orden del día, y no cesan. Me gustan mucho tus interpretaciones, tienes razón con lo de los humanos, uno va creciendo y desarrollándose según su entorno, debemos seguir nuestro camino, para tratar de ser libres de la mente, y pintar nuestros sueños. Ciertamente, el cielo siempre estará allí para recordarlo. Aprovecho la oportunidad, para decirte que me he leído tus fics de SK!! Pero no he podido dejar un R/R, mas seguiré tratando, por que me gustaron mucho! (Oh, Diox, el de Hao embarazado… la risa, la risa en mí). Muchas, muchas gracias por leer!! Y por dejarme un comentario. Nunca pierdas tus esperanzas!!! Y espero que éste epílogo te guste!!

Kaiba Shirou: Hola!!! n n Aaay!! Gracias por leer esto!! Y también gracias especiales por dejarme un R/R (Síe, yo sé que da fastidio a veces… Lo he vivido! xD). Ok, no sé que cosa decir primero, bueno, tu comentario por poco y me hace llorar (Oh, y no miento), es que me emocioné que dijeras que por primera vez te había gustado un BakuraRyu, y yo "Waaaaah!! T---T Me siento especial!!!" Jejeje, es en serio (Todo el mundo me miró raro, xD), pero es que sentí una gran emoción. También, porque me leído tus fics, y de decir que me han gustado mucho, y cuando mi PC se digne, te dejaré un comentario en todos ellos! xD (Sobre todo en el AtemuBakura, y el del pasado de Yami) Ay Dios, sigo sonrojada; gracias por decir cosas tan bonitas de mi fic!!! Espero que éste lemon te guste, o al menos no te decepcione. Nunca pierdas los ánimos en nada!!! Gracias otra vez.

Guerrera lunar: Epa!!! Gracias por leer!! Gracias por seguir hasta aquí. Gracias por tus comentarios. Gracias por tus ánimos! T-T Damn, verdaderas gracias!!! A ver cuando trabo tu MSN, nada más dándote las gracias por todo, a ti y a Rex. -Abrazo- Con lo de los tazos… ¡¡En estos días compré paquetotes de comida asquerosa, anda más esperando el tazo, y no vinieron!!!!! Me traumé… al menos soy feliz con los 8 pelagatos que tengo! xD. Sacto, debes comer azúcar por mí, porque a veces me da una de "no comeré, hay que rebajar" (Jajajaja!! Rebajar! Jajajaja!!), tonces si tú comes por mí, tamos resueltos todos! xD -Ahorca a Rex en un abrazo- Uuf! Que bueno que les gustó el capítulo anterior, y mientras me digan que no fue cursi la confesión, podré morir tranquila! xD Aquí podrás ver el gravo de perversión de los albinos; pero el pobre moreno… sí, se traumó (y no le importa, él sigue llamando). Jejeje, de verdad… Ryu tiene suerte de poder degustarse con el modo "soy-más-dulce-de-lo-que-aparento" de Bakura, debe aprovechar!! xDD Tengo tanto sentimiento porque ya se me acabó el fic… ANyway, seguiremos viéndonos, y cuando publiques el Titanic, haré estallar la PC, pero de que te dejo un comentario, LO HAGO. Jejeje, también, gracias por los ánimos con el lemon! xP. Nunca pierdas las esperanzas!! Gracias por todo!! (Y a Rex!!), espero que éste capítulo te guste. Gracias!!

Diosa Atena: Nihao!! Ay, chica, ¿cómo le hago para agradecerte? xD Mira que fuiste tu la primera en pedir el lemon (Y explicarme como hacer uno! ¿me crees que al sol de hoy, me sigo sonrojando?). Que bueno que no te pareció cursi el capítulo pasado!! Al menos; perdona por no subir esto antes, me fue difícil, pero cumplí, y gracias por decir cosas tan lindas de mi persona (a ver cuando nos vemos en el MSN), la verdad es que a veces me dicen que soy antipática, se me hace lindo, que alguien piense que soy tierna y amable (… al menos me sale natural, eso es bueno, ne?). GRACIAS!. Síe, yo tampoco he tenido ése tipo de experiencias, y sin embargo, estoy conciente de que la primera vez es muy importante, además de que uno tiende a quedar cansado (xD Bueno, ok, Ryu no fue al colegio ése día, ¿cómo iría si Bakura no lo soltaba?). Tengo miedo de que el lemon te desagrade, ya que… bueno… puede ser que los puse un poquito fuera de su carácter (¿poquito?), al menos espero que te no te decepcione. Jajajaja!! xDD Pues, al verdad, es que no estás tan errada a como es Petra, ella es una cabra, y es quien escribe (Ojo, cuando le hablo así a mi hermana, me mira de un raro…! xDD), es lo que le gusta, y se hace la que tiene vergüenza. Perdona por no haber subido esto antes, sin embargo, MUCHAS GARCIAS POR TODO: por tu apoyo y tus ánimos. GRACIAS POR LEER, y dejar tu comentario. Nunca pierdas las esperanzas.

Sólo para saber, ¿alguien sabe qué fue de Shi? o.óU.

Gracias especiales, a las personas que me aguantaron: Peque-san, Ina-k, Carly, Gaby, Oriana y Adriana. (los 4 últimos son familiares, y sólo me callaban después de 5 minutos dejándome hablar!! xD). Peque, espero te guste.

Wow… Sólo puedo decir una cosa: ¡Luchen por pintar de verde su cielo!

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Epílogo. (Vedde / Calor.)

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I've found a reason for me

to change who I used to be,

A reason to start over new

and the reason is you.

Hoobastank - The Reason

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-Tengo frío, hikari.- Apenas pudo articular Bakura, con los dientes totalmente apretados, y con las manos dentro de los bolsillos; minutos antes había estado temblando, ahora estaba totalmente quieto, haciendo estudiar la posibilidad de que se hubiera congelado.

Ryu sólo pudo atinar sonreír.

-Eres muy friolento, Bakura, no te preocupes, pronto llegará el autobús.

El albino menor, volvió a repasar el cuerpo de su yami, y no pudo evitar que se le ensanchara la sonrisa, mordiéndose la lengua para no burlarse más de lo debido. El espíritu de la sortija del milenio, traía puesto unas mayas bastante pegadas a sus piernas, solamente, que sobre éstas llevaba su jean azul pálido, para cubrir más la piel.

Portaba también un guarda camisas, una camisa manga larga, un suéter, una chaqueta, una bufanda, guantes, orejeras y un típico gorrito que te cae sobre los ojos.

-¡¿Y qué quieres que haga?!- Empezó exasperado el albino mayor, recuperando repentinamente la movilidad del cuerpo -En Egipto no había invierno. Había algunas noches frías, eso sí… ¡¡Pero nunca de ésta forma tan desagradable!!

El hikari, no pudo más que volver a reír ¡Se le hacía tan divertido salir con Bakura cuando era invierno! Claro, nada tan divertido, como ver a Malik y a Mariku; su yami parecía estar totalmente libre de prendas, si se les compara con los morenos psicópatas.

Sin embargo, él sí estaba acostumbrado al frío, no en vano era inglés. Japón era un país de clima cálido en comparación, y a pesar de tener fuertes inviernos, él no se sentía para nada incómodo, lo que hacía que con ropa abrigadora y una chaqueta, pudiera ir a cualquier parte sin quejarse.

Por cuarta vez en el día, se giró para comprobar si el autobús que esperaban realmente pasara por ahí. Llevaban más de 10 minutos esperándolo, y empezaban a cansarse.

El cielo, por su parte, se notaba tranquilo por esos días. Tendía a amanecer nublado, cada vez haciendo más grande la posibilidad de que nevara la mañana siguiente. Parecía brillar a los ojos humanos, con ése hermoso color plateado que portaba. Se mostraba majestuoso y mágico, con un toque alegre y a la vez melancólico; toda una gran combinación.

-¿No tienes nada de frío, Ryu?- Le preguntó Bakura sonriendo de medio lado, de forma seductora.

Un escalofrío recorrió la espalda de Ryu, mientras que sus labios eran contagiados por la sonrisa del espíritu. Giró los ojos al cielo, y suspiró pensando en la posibilidad de que el autobús no pasara nunca.

-Bueno… Ahora que lo dices, me pude haber puesto una chaqueta más gruesa.

Apenas el albino menos había dicho la mitad de la oración, cuando su yami ya estaba enredando sus manos a su cintura, y atrayéndolo a su cuerpo.

Una sonrisa mucho más feliz y sincera se asomó en el semblante del hikari, mientras que recargaba su peso, en el pecho espíritu milenario y correspondía el abrazo.

La sensación de calma creció con fuerza dentro de su corazón. Definitivamente, estar abrazado a su Yami, era la solución a muchas penas, a todas sus inquietudes. Los temores se evaporaban, cuando apenas rozaban la cálida atmósfera de protección que entre ellos había.

¿Qué era la tristeza? ¿Qué era la soledad, la desesperanza, las ganas de morir?

Ryu lo sabía muy bien, justo en estos momentos, entendía a la perfección qué eran, porque el contraste entre sentimientos tenía tal magnitud, que no cabía en sí la alegría, de por fin verse y sentirse a sí mismo feliz.

Casi siempre que pensaba en eso, le daban unas extrañas ganas de llorar, puesto que se sentía tan bien, tan en calma. ¡Por cualquier dios! Aquello debía ser el significado de paz interior.

A pesar de estar tan calientitos, una corriente de aire sumamente frío, hizo remover incómodamente al albino menor, al sentir sus orejas sumamente frías.

-Debí ponerme orejeras.- Comentó, mientras pegaba la cabeza con más fuerza, hasta su yami, tratando de buscar calor.

-¡Sí debiste, baka!- Respondió Bakura, con fingida molestia- Ahora te puedes quedar sordo, o algo as

Ryu sonrió divertido.

-¿Cuándo una persona que ha quedado sorda gracias al frío?

En respuesta, el ladrón milenario se acercó lentamente a su oído:

-De todas formas, no deberíamos correr riesgos- Y con total calma, pero tomando a su hikari desprevenido, sus labios se apoderaron del lóbulo de la oreja del menor.

Pequeños suspiros llenaron el aire, pero cuando en vez de labios y dientes, pasó a jugar la lengua caliente y siempre audaz del mayor, Ryu se contenía, para no gemir.

Bakura se tomaba en trabajo con calma, totalmente concentrado en la labor, de calentarle la oreja derecha al menor. De la parte baja, se fue a la de arriba, a veces succionando fuertemente, y siempre con alto nivel de seducción.

Ryu ya no reprimía los gemidos, sintiéndose agradecido, de que ningún otro peatón esperara con ellos el autobús que nunca llegaba. Tener la respiración de su yami, totalmente dedicada en su oído, no era cuestión cotidiana.

Sin embargo, a lo lejos escucharon unos neumáticos acercándose, lo que hizo al espíritu separarse de su reciente nuevo chupón, para posarse al lado de Ryu, sonriendo sensualmente.

El chico albino, recibió una fuerte y helada brisa en su oreja derecha, (la que fue previamente estimulada), al cambiar de clima tan rápidamente. Primero frío, luego calor, ahora frío de nuevo. Además, a pesar de haber sido la única probada, una parte de él reaccionó a la cercanía.

-¿No quieres llegar ahora mismo al apartamento, hikari?- Preguntó Bakura con un tono dulce, que cualquiera identificaría como una burla.

Al minuto siguiente, abordaron con rapidez el dichoso autobús, que los llevaría hasta su hogar. El albino mayor no tardó en hacer la nota mental, de que Ryu parecía estar apurado en llegar.

Cuando se sentaron en los asientos de la parte de atrás del autobús, Bakura andaba muy sonriente, sin embargo, todo rastro de sonrisa se borró, cuando se tuvo que morder los labios, al sentir las manos de su hiakri, por encima del pantalón, moviéndose de arriba hacia abajo, frotando su entrepierna.

-Eso… es trampa.- Le reclamó el espíritu, tratando de no soltar ningún tipo de gemido.

-Sí… ¡claro!- El peliblanco más chico, sonrió.

Cuando por fin, pudieron llegar hasta su respectivo inmueble, prácticamente se estaban comiendo con los labios, y sus manos tenían vida propia, tratando de despojar al otro de sus prendas.

A Ryu le tomó muchos minutos quitarle todas las prendas a su yami (¡Éste hasta las contaba, por amor a Ra!), pero cuando por fin lo logró, no pudo estar más complacido, al verlo ya sudando.

Bakura tomó la ventaja, ya que el desvestir a su hikari, era cosa fácil en comparación. Cuando ya dio por terminada su labor (regando mucha ropa), empujó sin mucha ceremonia a su novio, al sofá azul de la sala.

-Eres sólo mío, Ryu.

-¡Mmmmh!... Claroh…

El albino mayor, empezó a moverse sobre el más chico, causando que todo su cuerpo se rozara, en una danza de ritmo indescifrable, donde los coros, podían ser considerados como los gemidos.

Se besaron con fuerza y necesidad, juntando sus lenguas a cada respiración, buscando aire en la boca del otro.

Ryu aprovechó el momento, para darle vuelta a la situación, y el quedar arriba de su yami, cosa que consiguió, después de un intento errado. Sonrió en medio del beso.

-No, no,… mmm… no,- Escuchó rezar al espíritu- ¡Uhm! Yo voy arriba siempre, mí… ahh… muy querido Ryu.

El mayor juntó sus labios contra los del menor, en un beso francamente kilométrico, (de esos que roban el aliento, y por lo general, dejan al albino menor tonto), y empujó para poder quedar sobre Ryu, nuevamente.

Debido a la fuerza de empuje hecha por Bakura, rodaron del sofá al piso, sin embargo, él fue quien recibió el golpe.

-Jumh…- Le sonrió Ryu burlonamente, dejándolo de besar- ¿Ves lo que pasa, cuando tratas de tener el control para ti solo? No resulta, Bakura.- Se acercó a su cuello, con intensión de darle largos y húmedos besos- No resulta…

A pesar de que la mente del espíritu del milenio no reaccionó en seguida (Tal vez, fue por el tono hipnotizantemente sexy que había utilizado su hikari), luego pudo darse cuenta de la clara burla que le había hecho. Sonrió perversamente. Ah… ¿Qué no resultaba cuando él quería el control? Jah… ¿Aquello era un reto?

Le costó tiempo reunir toda su fuerza, en separar la placentera y fiera lengua de su contraparte, del área de su cuello, no obstante lo logró. Y no pudo evitar una sonrisa maniática, al ver el semblante extrañado de Ryu.

-¿Mmh?- Preguntó- ¿Pero qué…?

Pero el albino menor no pudo continuar su oración, porque justo en ése momento, el espíritu lo sentó en el suelo frío del departamento, y muy rápidamente, tomó el ya bastante duro sexo del joven, mas no hizo algún tipo de movimiento. La primera reacción de Ryu al contacto fue arquearse, lo que lo hizo quedar casi acostado.

-¿Ba… Bakurah…?- A penas pudo articular el más chico, tratando de hacer que el ladrón milenario moviera su mano, a todo lo largo de la extensión, pero éste seguía sonriendo de manera loca, mirándolo totalmente a los ojos.

-¿Qué sucede, mí hikari?- Preguntó con extraño cinismo.

Al ver la clara intensión del espíritu de hacerlo sufrir, Ryu inmediatamente alzó sus caderas para empezarlas a mover a un ritmo acelerado, cosa que ya necesitaba puesto que se le estaba yendo la cordura, al sentir la caliente y fuerte mano de Bakura sobre él, sin ningún tipo de movimiento. Sin embargo, apenas y pudo rozarse una vez, porque al segundo siguiente, ya tenía la mano sobrante del yami, sobre su estómago, evitando así, cualquier tipo de movimiento de su parte.

-Aahh… pero… ¡aaah!... Baku…

Soltando su miembro (y aún sonriendo), el nombrado hizo acostar completamente al más pequeño, para luego acercarse a su oído, y hablarle de una forma lenta y sensual:

-Yo sí puedo tener el control; es más… haré que se pierda todo t control.- Aún cerca de la cara de Ryu, quien le observaba un tanto sorprendido, tomó lentamente sus dos manos, y con sutileza, las fue bajando, hasta volver a llegar a la entrepierna.

-¿Qué…?

-Déjate guiar.

Todavía con las manos de Ryu aprisionadas entre las suyas, Bakura las posesionó sobre el ya más levantado sexo del pequeño, quién se tomó a sí mismo temblando. ¡Oh, Ra! No recordaba haber sudado tanto por anhelo y satisfacción incompleta (Porque si algo hacía bien Bakura, era satisfacerlo totalmente, en todas las maneras posibles). Prácticamente temblaba de las ganas que tenía porque su novio dejara de jugar, y le prestara real atención.

Ahora que tenía su miembro aprisionado entre sus dos manos, reprimiendo todos los deseos que sentía de empezar a masajearse salvajemente, sintió como las manos libres de su yami, ahora reclamaban sus muñecas.

Con increíble lentitud, guiaba las manos de Ryu arriba y abajo, marcando el ritmo que debía seguir. Lento, muy lento y desesperante para la cordura de cualquiera. El hikari reprimió infinidades de remedidos, y sus mejillas se colorearon totalmente de rojo.

Y seguía el lento movimiento. Se sentía, y había en su espalda espasmos de placer, pero definitivamente no era suficiente. Si el espíritu quería volverlo loco, lo estaba logrando,… sin embargo, aún no pensaba darle el gusto. Tal vez podría resistir.

-Mmmh…

-Ahora… mmm… Ryu- Empezó Bakura, soltándole las muñecas, y dejándolo totalmente libre de ataduras-, seguirás ése ritmo tú solo.

-¿Qué?- Fue lo que a duras penas pronunció, después de muchos intentos.

-Muy lentamente…- Ahora entendía la gran sonrisa psicópata, que lucía el psicópata. (¡¡Porque se valía redundar cuando había tanta psicopatía junta!!).

Sin entender muy bien porqué lo hacía (tal vez, la mirada retadora de Bakura, lo había incentivado), empezó el loco tocar. De arriba hacia abajo, sin absolutamente nada de prisas en sus manos increíblemente temblorosas, pero casi gritando que aquello era una tortura.

Y una de las peores.

-No llegas del todo a la punta y la base, Ryu…- Sonrió Bakura, quien estaba sentado a su lado, captando todo el espectáculo desde los mejores ángulos: el semblante y las manos de su novio.

-Waah…- Mordiéndose los labios, con las mejillas totalmente sonrojas, y con todo su autocontrol, para no arquearse, Ryu captó la orden, y la puso en marcha.

Sus manos, iba desde la base hasta la punta de su pene con lentitud, dolorosa lentitud; porque ya le dolía, y sin embargo, parecía gustarle esos pequeños toques, que apenas y le brindaban placer, ya que sabía que el espíritu también se estaba excitando de sobre manera, y eso, lo hacía disfrutar el momento.

-Aaah… ¡Aaah!- No pudo reprimir más gemidos, mientras que seguía bailando a tan loco ritmo. Empezaba a sentir que necesitaba más YA; empezaba a doler, y a volverlo loco, aún más de la cuenta.

Si hubiera tenido su mente más clara, y con otro objetivo que el de buscar placer y satisfacción, tal vez se hubiera dado cuenta, de que al espíritu también le estaba costando lo suyo, no tocarse.

-¡Bakurahhh!- Prácticamente gritaba, mientras que sentía como todo su cabello se pegaba a su nuca, debido al sudor de su cuerpo.- ¡Aaah! ¡Aaah! ¡Más! …- Se mordió los labios con fuerza, sintiéndose temblar aún más, y ésta vez sin mover las manos.

-¿Más… mmm, mi… ¡aah!, hikari?- Bakura, se pegó totalmente s su estómago para hablarle, y ya conociendo los puntos débiles de Ryu, sabía que no resistiría sentir su aliento, sobre la piel de sus costados. Para éste punto, totalmente desesperado y fuera de sí, Ryu retiró sus manos de si mismo, dejándose caer vencido sobre el suelo.

-¡¡Más!! ¡¡Sí!!- Mientras casi gritaba, movía su cadera, de un modo rápido contra el aire; tal vez así, lograra un poco de atención, por parte del espíritu- ¡¡Baku… raahhh!! … ¡Hazlo! ¡Hazlo! ¡¡Ya no me importa!!! ¡Sólo…!

Gracias a cualquier dios, que ni siquiera dejó terminarlo de suplicar, cuando sintió las fuertes manos de su yami, sobre su miembro, masturbándolo rápidamente, presionando un poco más en la base, y halando la punta.

-¡¡Aaah!!- Gritaba Ryu, quien con sus caderas, marcaba el paso, casi sonriendo, debido a que por fin sentía como el placer lo llenaba completamente; no podía pensar, no podía respirar, no podía abrir los ojos; sólo podía sentir las manos de su novio, y como el calor de su pecho se hacía cada vez más fuerte.

Sin embargo, los gemidos entrecortados de Bakura, también eran audibles, lo que hacía que el albino menor, se sintiera bastante satisfecho, con su trabajo de provocar al ladrón milenario.

Terminó explotando en manos de Bakura, y tan jadeante, que se sentía falto de aire. Se volvió a dejar caer el suelo, tratando de recuperar un poco de su cerebro desconectado del mundo.

¡¡OH, DIOS!! Si hasta las torturas sabían a gloria, cuando era Bakura quien se las hacía. Pero, había algo que no estaba bien. Ya no temblaba, y el sonrojo de sus mejillas ya debía haber bajado un grado; el corazón le galopaba en la garganta, y su mente seguía subrayando la idea de que algo no estaba del todo bien.

En ése momento, oyó nuevamente la voz de Bakura, y lo supo.

Definitivamente, el espíritu le había ganado ésa. ¿Qué si había perdido el control? ¡Claro que lo había perdido! El espíritu se había regocijado al verlo suplicar por su toque (Como sabía el condenado, que sin él no puede vivir…).

Y no podía permitir, que el albino mayor ganara la batalla por el control ése día. (Ése día, Ra sabía muy bien, que a veces estar totalmente sumiso, podía ser extremadamente placentero). Se sonrojó al tener una imagen mental, de sí mismo como un drogadicto del sexo.

¡¡Pero si tu novio es alguien tan bueno en la cama, no podía ser para menos!!!

-Has sido… muy malo, Bakura.- Dijo cuando por fin pudo regular su respiración.

-Sí, hikari- Ahora era el mayor el que parecía burlarse-, ¡soy malo, muy malo! Jaja, pero bien, que te encantó, ¿o me lo niegas? Sé que te encanta volverte loco.

Sonrió de medio lado, tratando de poner en práctica algo que el mismo espíritu le había enseñado a explotar: su lado tierno.

-Tienes razón, Bakura…- Dijo mostrando unos ojitos inocentes, que sabía que el nombrado no resistiría-… Más bien debería darte las gracias.

A pesar de haber fruncido el entrecejo, Bakura recibió muy contento a su hikari, cuando éste se aproximó a él, con claras intensiones de besarlo. La lengua del menor, ni siquiera pidió permiso, cuando entró a recorrer toda la parte interior de la boca de su Yami, con calma y ternura; robándole el aliento.

Con cuidado se obligó a levantarse del suelo, teniendo cuidado de no romper nunca el beso, halando como podía a Bakura consigo, a gracias a la succión de su lengua.

Cuando ya estuvieron del todo levantados, Ryu abrazó con cariño al albino mayor, mientras que ponía toda su atención, en nunca dejar de utilizar tiernamente su lengua (para dejarlo respirar), sin embargo, sus ojos recorrían toda la extensión de la sala, buscando algo en especial, y casi sonrió al darse cuenta que las cosas estaban justo donde las quería.

Mostrando un poco de su fuerza física, el peliblanco más chico, guiaba con pequeños empujones a su contraparte, hasta una silla de madera bastante amplía, con respaldo incluido, donde empezaba su verdadero plan.

Teniendo al espíritu bastante desprevenido, bajó sus manos con increíble rapidez que contrastaba la ternura de sus labios, y masajeó salvajemente el miembro erecto de su yami.

-¡Aah! ¡¡Ryu!! ¡Mmmh!- Dejaba escapar Bakura en casi gritos, mientras que trataba por todos los medios, de seguir de pié.

La lengua de Ryu volvió a su cuello, en donde empezó a saborearlo, y después succionarlo con fuerza, tratando de acelerar el proceso del orgasmo en su peliblanco novio.

Y luego de unos segundos de muchos gemidos, y manos rápidas, la respuesta deseada no se hizo esperar más.

Contemplando a Bakura temblar gracias al placer, logró empujarlo con certeza, hasta la silla de madera ya descrita, en donde el espíritu seguía con los ojos cerrados, tratando de volver a tener control sobre su cuerpo.

Sin perder tiempo, tomó todos los cinturones que pudo (que en realidad, eran bastantes, dado que ellos dos eran lo suficientemente delgados, como para que toda ropa debieran utilizarla con correa, y la extraña manía que tenía el espíritu de desvestirse y desvestirlo en la sala, regando todo por aquí y por allá), y aprovechando el momento de inestabilidad de Bakura, procedió a atarlo con rapidez a la silla.

Lo último que quería era lastimarlo, sin embargo, los cinturones debían estar lo suficientemente amarrados como para que el que vivía gracias a la sortija del Milenio, no pudiera moverse (Porque si de fuerza física hablamos, Bakura siempre será el ganador); por lo que ató una correa en sus muñecas, y las llevó hasta atrás de la silla, en donde ató los hombros del espíritu al respaldo.

Para éste punto, el yami abrió los ojos totalmente extrañado. ¿Qué Ryu le estaba haciendo qué…? ¿Qué su lindo, puro, inocente, perfecto, tímido y muy sensual hikari lo estaba atando a una silla? Cuando sintió sus pies atados a las patas de la silla, supo que la respuesta era obvia.

-¡¡Oye!!- Le gritó- ¡¡¿Qué rayos me haces?!!

Por reacción, Ryu sonrió aún inocentemente, con un dejo de ternura.

-Te pediría perdón,…- En ése momento, se sentó sobre las piernas atadas de Bakura, para terminar de abrochar el cinturón que había puesto en su estómago,- … pero…- Buscó el último cinturón, y sin prisa, lo ató en la parte baja de sus muslos-… ¡no te lo mereces!- Su mirada pasó a ser, totalmente perversa.

Bakura, quien hacía ratos llevaba haciendo intentos para liberarse, casi se reprochaba por haber caído en una trampa tan obvia. ¡¡Claro que su hikari no se iba a poner tan tierno luego de una tortura!!... ¡¡Ryu empezaba a pensar como él!! Aprovechaba el momento más débil de la persona, para abusar de la misma. Se debatía entre felicitarlo, o decirle que era un idiota, y debía desatarlo.

Pero aunque le costara, debía admitir, que en ésta segunda parte, su hikari le había ganado en ingenio. Curiosamente, tenía inmensas ganas, de saber qué era lo que Ryu haría.

Aún sonriendo, el hikari pegó su cuerpo todo lo que pudo al del espíritu milenario, dejando escapar suspiros en el proceso. Oh, Osiris, Ra, Anubis (Porque las caricias que le propinaba Ryu no podían ser de éste mundo), aquello se sentía tan bien…

Con las piernas a los costados de las sillas, y moviendo todo su cuerpo de arriba hacia abajo, para que rozara con el de Bakura, el albino menor volvió a besar al espíritu, ésta vez con mucha pasión y abrumante fiereza, lo que contrastaba de sobremanera, a los besos antes dados.

Pero él sólo buscaba una cosa: Volver a excitar al espíritu, y por los gemidos de éste, podía notar que lo estaba consiguiendo.

Su lengua seguía muy entretenida dejándose succionar por la fuerza de su novio, y su cuerpo continuaba con su vaivén, pero ahora sus manos se adueñaron de los rojos pezones del albino mayor. Tironeaba de ellos, los masajeaba, los movía en círculos… Todo esto fue haciendo que los pulmones de Bakura trabajaran más rápido en busca de aire, y estuviera totalmente excitado, en cuestión de segundos.

Dejando de moverse, y por fin despegándose de los labios de su yami, Ryu lució una sonrisa divertida y maniática; Bakura casi estaba seguro, que él sonreía de igual manera, hace unos minutos atrás, cuando su hikari se estaba tocando lentamente.

¿Debía prepararse psicológicamente para una tortura? Porque el destino le había enseñado, a nunca subestimar la mentecilla de Ryu… Sus manos, boca, cadera, piernas, cuello, y otras partes, tampoco podían ser vistos confianzudamente. ¿Quién le habría enseñado a su hikari, a ser perverso en esto?

-A ver, Bakura- Empezó a hablar el albino menor, aún sentado sobre el espíritu, y con sus manos, ahora recorriendo los hombros del mayor-, como todos saben, todo chico malo tiene su castigo; y yo creo que te mereces uno, ¿no?

-¿Ca… castigooah?-A pesar de que las mejillas de Bakura ya estaban rojas debido al calor, estaba seguro que después de mostrarle a su hikari de forma audible que su obra estaba funcionando, lo hizo enojarse consigo mismo.

Pero, ¿qué es el enojo, cuando ves y sientes los labios y la lengua de la persona que más quieres, haciéndote sentir corrientes eléctricas de placer, sólo por estar jugando con tus pezones?

Y aunque tenía mucho autocontrol, sentía que ya venía siendo tiempo, de que su hikari se divirtiera un poco más abajo.

-Aaah.. ¡asssh! .. Ry… mmm… Ryu…

-Tú dime…- Sin dejar de sonreír, quitó su peso de su yami, para sentarse en el suelo, con la intensión de quedar a la altura de las piernas de Bakura, cosa que nerviosamente, no pasaba desapercibida para el mayor.- … ¿quieres que te haga algo en especial?

Procuraba hablar sensualmente, y bastante pegado a las piernas de su novio, para que éste percibiera el calor de su aliento. Cuando sintió temblar la silla, casi moviéndose de su sitio, pudo darse por complacido.

… Pero aún no era suficiente.

-¡Mmmmh!- Se limitaba a dejar escapar el ladrón milenario, cada que no podía reprimir un suspiro, ya que tenía los labios fuertemente apretados.

-Aahh…- El menor pareció desilusionado- ¿No quieres que te haga nada? Sabes que sólo tienes que pedirlo…- Ahora, subió sus manos, hasta la parte internas de los muslos de Bakura, dónde empezó a masajearlos haciendo pequeños círculos.

-… ¡Grrr… aah! … Mmmh…

-¿Aún no lo pedirás?- Bakura bajó su cabeza, tratando por todos los medios de no temblar (fallando espectacularmente), y se deleitó con la imagen de Ryu entre sus piernas, con una mirada para nada inocente, y sus manos masajeando.

Ahora sí que no pudo reprimir un gemido prolongado.

-Estamos reacios en pedir cosas, ¿eh? Experimentemos un poco.

Con gran sensualidad, se levantó del suelo, para volver a estar sobre Bakura, sin embargo, ésta vez no fue sentado sobre las piernas del mayor, sino a penas recostado, sobre el sexo erecto de éste, que si quiera y rozaba su entrada.

Para éste momento, no moverse contra las cadenas de cuero, resultaba totalmente imposible.

-Aah… Entonces… mmm… sí quieres.- Le decía Ryu, al tiempo que su lengua pasaba por los labios de su novio con lentitud.- Pídeme lo que quieres, Bakura- Se bajó un poco más sobre el espíritu, haciendo temblar al nombrado, ya que tenía la punta de su pene, casi adentro de su novio.-, vamos… ¡aaah! … pí…. Pídemelo…

-¡¡Aaah!! … ¡Ryu! ¡Grrrmmmmh!! ¡Aaah!- Tenía la certeza que nada más que eso, podría salir de su boca. Volvió a luchar contra la fuerza que lo mantenía atado a la silla.

Prácticamente no estaba pensando, sólo tenía una cosa en el cerebro: poseer a su hikari al tiempo de ya. Sin embargo, el menor, no tenía esas intensiones aún.

Retirándose nuevamente del ladrón, Ryu se volvió a sentar en el suelo, con su cara entre los muslos de Bakura: tenía que hacer pronto funcionar su plan, o él mismo no resistiría mucho con cordura.

-¿No lo pedirás?- Volvió a hablarle, teniendo cuidado de que el espíritu oyera y sintiera sus cálidas palabras.

-¡¡Aah!! …¿Qué … mmm… qué cosa… te… pido… mh?

-Lo que quieres hacer, o lo que quieres que te haga, justo ahora.- Sonrió inocentemente- Digo,… ya que estoy aquí abajo.

Con un poco de recobrado cerebro, el espíritu tenía intensiones de pronunciar correctamente una frase completa:

-¡¡Ryu, yo no voy a…!!- Pero las palabras murieron en su garganta, para dejar escapar sin retención alguna un largo gemido, para luego tener unos cuantos arqueos frustrados. La lengua del albino menor, había hecho de las suyas justo en la punta de su miembro, y aquello fue un choque muy fuerte para su autocontrol.

Jadeando totalmente, y prácticamente entregado a la derrota, Bakura trató de calmarse un poco.

-Pide lo que quieres… mi muy querido yami…

Casi gruñendo, y sintiendo temblar todo su cuerpo, pudo sentir como su orgullo moría, y su cerebro dejaba de coordinar más de un pensamiento bien: La lengua de su hikari, sobre él.

-Hazlo, Ryu…- Pidió, por fin, entre jadeos.

-¿El qué… Bakura?- Y ahora el aliento del menor, estaba mucho más cerca de su entrepierna.

-¡¡No eres baka, no te hagas!! Hazlo con tu boca… ¡ah!... ¡hazlo, hikari! … Mmm… hazlo…

Eso fue suficiente, como para que Ryu pensara, que la tortura había llegado a su fin.

Con gran rapidez tomó el miembro de su pareja con su lengua, primero recorrer la punta. Se degustó al oír los ya no reprimidos gemidos de Bakura, que rezaban su nombre, con increíble pasión, lo que fue suficiente, como para que su propio cerebro, se saliera de control.

Tomándolo completamente en su boca, Ryu trataba de sincronizar sus manos, labios, dientes y lengua, para escuchar los gemidos de su novio, pasar a ser gritos.

Bakura a penas y podía seguir el ritmo de su hikari, pero eso ya poco le importaba, ¡por fin podía sentirlo! No podía abrir sus ojos gracias a la fuerte despedida de energía que se apoderaba de su columna vertebral, así como no podía hacer nada para cerrar la boca.

Era como estar medianamente libre, totalmente esclavo de las emociones y sensaciones.

Se sentía tan bien…

Ryu se dio cuenta de que ya se acercaba el final, gracias a que su yami estaba temblando mucho más, y sus movimientos hacían saltar la silla a la cual estaba atado; cuando Bakura estalló, apenas y pudo tragárselo todo.

Dejando salir un fuerte suspiro, y uno que otro gemido más, Bakura pudo descansar todo su peso sobre la silla, la cual parecía ser bastante resistente a su fuerza; sin embargo, él ni si quiera se había dado cuenta de ése detalle, lo único que quería hacer ahora, era controlar su respiración, y tratar de calmar su cabeza y su estómago.

Porque las descargas de placer, siempre dejaban secuelas en su ser, y vaya que ésta vez, eran especialmente fuertes.

-… Eso…- Pudo jadear, abriendo los ojos por fin, para encontrar a su hikari, sentado en el suelo, lamiéndose los labios- … fue muy perverso de tu parte…

Una risa apagada se escuchó, mientras que Ryu se levantaba del piso del departamento con lentitud. Lo que hizo que Bakura, pudiera observar gustoso, que sus gemidos habían tenido efecto en su contraparte. (Porque ya no estaba seguro de poderle decir: pura luz)

Aún con la cabeza dándole vueltas, pero al menos, un poco más conciente de lo que sucedía a su alrededor, el espíritu de la Sortija sintió las tibias manos de Ryu desabrochar los cinturones que sujetaban sus pies, sus muslos y su cadera. Antes de continuar su tarea para dejarlo totalmente libre, se sentó nuevamente sobre sus piernas, denotando verdadera dulzura.

-¿Te enojaste, Bakura?- Preguntó, casi viéndose preocupado.

-¿Qué… tonterías preguntas?- Respondió el yami, un tanto confundido, pero al menos agradeciéndole a Ra, porque su respiración empezaba a normalizarse, al igual que la tonalidad de sus mejillas.

-Sé que normalmente, no hago cosas como éstas.- El albino menor se abrazó tiernamente a su novio, con la intensión de peinarle un poco la cabellera a su novio, sin embargo, no previó que sus miembros volverían a rozarse- Y tenía mieehdo,… de… haberme pasado de la raya.

Sintiendo el caliente aliento de Ryu en su cuello, al igual que gentiles dedos moviéndose en su cabello, empezaba a sentir renovadas fuerzas dentro de sí, justo en el instante que se pegaron totalmente.

¡Por el amor de Ra! Ryu era provocador en todas y cada una de sus modalidades.

-¡Jumh!- Sonrió de medio lado, mientras su mente maquinaba una forma de hacer que la confianza volviera a recorrer a su hikari. Si bien el pequeño era ahora mucho más confiado, y cada vez un poco más atrevido, a veces ataques de inseguridad le recorrían, y Bakura quería darse la tarea, de suprimir al mínimo (Léase: erradicarlos), esos ataques.

¡¡Él no tenía conciencia para ser pervertido...!! Y definitivamente, no quería que su hikari sufriera ésa enfermedad.

Pero tampoco admitiría abiertamente que ésa sesión de tortura, le había encantado, al punto de que la calentura, le había cocinado los sesos. ¡Ya había perdido el orgullo una vez, como para volverlo a hacer…!

Aunque, el orgullo siempre sobraba, cuando Ryu era el tema principal. (Menos cuando decía: "Él es mío, lo tocas y mueres; lo miras un poco más de lo normal y mueres; te le acercas un poco más de lo normal y mueres; ¡Es mío, mío!" El orgullo al decir eso, siempre era gigante.)

-Sé que no te enojaste…- Pudo decir el albino menor sin tartamudear, a pesar de que su cuerpo temblaba débilmente.- Pe… pero…

-No digas más- Respondió el mayor rápidamente-, porque no debes dudar de nada. Tú lo dijiste, los chicos malos, reciben su castigo… y tuve que recibir el mío. Mmm… pero…

En ése instante, el mayor elevó un poco su cadera, con la intención de que se rozara contra la de su contraparte, y por el gemido del nombrado, y el escalofrío en sus hombros, brazos y manos, supo con certeza de que lo había hecho muy bien.

-¡Mmmh! .. Ba…ku…ra….

Con algo que puede ser traducido como desesperación, ambos se buscaron los labios, para empezar a casi tragarse.

-Desátame.- Pudo articular el mayor, luego de mucho intentar. Luchar contra la lengua de su hikari en ése estado de excitación, siempre resultaba placentero.

Obedientemente, el menor ejecutó la orden, demostrando la misma fuerza de su boca, en la rapidez de sus manos. Los cinturones que antes le sujetaban dejaron de estorbar, al caer al piso, y sin esperar nada más, el espíritu abrazó al chico, juntando totalmente sus cuerpos, y tragándose gemidos de satisfacción.

Por fin sus manos podían volver a tocarlo. Ya toda su piel empezaba a reclamarle, al tener tan cerca de su hikari, y no degustarse con su tacto. La nívea epidermis del menor se sentía suave bajo sus desesperadas caricias.

Piernas, pecho, brazos, cara, nuca, espalda. Recordaba a la perfección todas y cada una de las partes físicas de Ryu, de tantas veces que sus manos las habían trazado. Si alguien le pidiese hacer una representación a escala del cuerpo de su hikari, él la haría sin defecto alguno, ya que conocía mejor que nadie, desde el más sobresaliente músculo, hasta la profundidad de los husos al principio de su pecho.

No obstante, estaba conciente, de que al menor le encantaba las caricias en la espalda, y lo sentía estremecer cuando recorría delicadamente su columna vertebral.

Ya estaba completamente duro de nuevo, y todo gracias a las constantes caricias, que también su chico le propinaba.

Volviendo a besarse furiosamente, y sintiendo todo el aire cargado de increíble calor, sus manos recorrían caminos ya bastante trazados antes.

La mano ya no tan tímida del peliblanco más bajo, llegó a la base del miembro del mayor, haciéndolo soltar un gemido.

-¡Aaah!- No pudo resistir decir, cuando dejaron de saborearse, para verse totalmente.- ¿Eh… mmm… estás… listo… hi…. ¡aaahh! Hikari?

-¡¡Mmh!! ¡¡Uhjumh!!- Los ya hincados labios del menor, volvieron a los de su novio, después de responder, buscando más humedad- … Sí… ¡Sí!

Y sin más ceremonias, el yami se levantó de la silla, cargando al menor con cuidado, para llevarlo al sofá, para una mejor posición, debido a que ya se encontrar lo suficientemente ansiosos, como para no contar totalmente con su fuerza física, para hacerlo de pié. (Cosa que Ryu recordaba, como algo muy placentero, por cierto).

No dejaron de besarse, hasta que el espíritu se lanzó sentado al ya frío sofá, con Ryu encima, totalmente excitados y con grandes ganas de dejar de jugar, y empezar a entrar en la materia.

Volviendo a sonreír, y tratando de no temblar de emoción (empezaba a desesperarse, de nuevo), Bakura tomó los pies de su hikari, y los llevó hasta el respaldo del sofá, para una posición más cómoda. O sea, el mayor estaba entre las piernas extendidas del menor, para dejar mucho más libre su entrada.

Viendo el cuerpo de su hikari temblar de excitación y grandes ansias, llevó sus dedos hasta su entrada; estaba casi seguro de que Ryu no requería de ésa preparación, en aquel estado, sin embargo, no correría ningún riesgo.

Sacando un lubricante de entre los cojines del sofá (Porque ambos estaban muy preparados, y el "Lubricante G", debía estar presente en toda área), a penas y tuvo la coordinación de mojar 3 de sus dedos en él, para luego ponerlo sin delicadeza alguna por ahí.

Llevó sus dedos hasta la entrada del pequeño, en dónde invadió con sólo uno, con extraña delicadeza. El gemido que dejó escapar el menor, no parecía absolutamente nada doloroso.

-¡¡Mmmh!... ¡Aah!- Dejó escapar el hikari, tratando de controlarse, y sintiendo sus mejillas arder mucho más que antes.

Con más prisa, y casi sin reprimir suspiros, Bakura agregó un segundo dedos, para moverse como tijeras. Pero, cuando enterró el tercero, prácticamente el albino menor, marcaba el ritmo de sus movimientos.

Ya sin reprimir muchos sonidos, y totalmente complacido, el yami retiró los dedos, y se untó muy rápidamente un poco de lubricante sobre su sexo. Definitivamente, ya andaba desesperado, su cerebro sólo le pasaba una orden una y otra vez, a todas y cada una de las células de su cuerpo: Hacer suyo a Ryu, una vez más.

Y cuando por fin, se encontró enterrando su erecto miembro en él, no pudo reprimir un largo y prolongado gemido, que acompañó al de su hikari, aunque el último fue en escala mucho mayor.

-¡Ah! ¡Ah!... Mmm…

-Ryu… ¡grrr… ah! Siempre tan…

Totalmente enloquecido y sin razonar correctamente, tomó las caderas del peliblanco menor, y empezó a moverlas de arriba hacia abajo, manteniendo un ritmo lento, que al cabo de unos segundo, el hikari siguió por sí sólo, aumentando la velocidad.

Y sus propias caderas también danzaban al compás de las de su novio. De arriba hacía abajo, sintiéndose coloreando el cielo de verde.

Una lluvia de gemidos se convirtieron en gritos, mientras aumentaban la velocidad, al punto de que los vecinos de abajo, podían sentir el crujir del sofá en su techo, pero, en realidad, poco importaba aquello.

Ryu podía sentir, como era penetrado cada vez más profundamente, haciendo que el espíritu se separara totalmente de él, para así volver a entrar con más fuerza. ¡Dios! Respirar siempre era tan difícil, y a la vez casi superfluo en éste tipo de situaciones con su yami.

Podía decir que su aire era Bakura, su alimento era Bakura, sus fuerzas, sus ganas, su vida. Todo. Absolutamente todo, era su novio, por eso, cada vez que podían demostrarse su afecto carnalmente (cosa que pasaba con frecuencia, para la molestia de vecinos cercanos), trataba de poner todo su empeño, en satisfacer a su yami.

Porque él, se sentía lleno en todas y cada una de las formas existentes.

¡Por cualquier Dios! Estaba totalmente conciente, de que lo que en realidad lo excitaba hasta tal punto, no era sólo el hecho, de tener el mejor sexo del mundo, sino de tenerlo con su yami; entonces, dejaba de ser sólo sexo, y pasaba a ser amor.

Amor. Ése era el sentimiento, que le derretía el pecho en estos momentos, cuando se sentía temblar tan violentamente, al igual que el cuerpo debajo de él.

-¡Mmmh! ¡Ryu! ¡Ryu! ¡Ryu! ¡¡Aah!!

Sí,… cuando Bakura, se ponía a pronunciar su nombre con tanto frenesí, algo en él, se encendía al máximo, haciéndolo alcanzar velocidades casi imposibles, y su instinto le decía que pronto estallaría.

Pero aquello era lo suficientemente bueno, como para querer aprovechar todas y cada una de las sensaciones al máximo, a pesar de no ser eternas.

Pronto, el yami cambió el ángulo de penetración, y con la punta empezó a rozar cierta parte dentro de sí, que lo hacía gritar a lo que más daba su garganta, de tanto placer junto.

-¡Aah! Mmm… ¡Ah! ¡Aha! ¡Baaaahkuraaaah!

Sin perder tiempo, las manos impulsivas del mayor, se volvieron a enroscar en la entrepierna del peliblanco más chico, haciendo intentos por rebajarla, mientras seguían danzando tan pasionalmente.

Sus leguas se buscaron por fiebre, tratando de reprimir muchos más gemidos, suspiros y gritos, que adornaban el ambiente; casi queriendo realmente ser uno. Estar unidos en todos los sentidos.

Y no encontraban mejor manera de estarlo que ésta. Unidos en cuerpo, alma, mente y corazón.

Despegándose de la boca del mayor, Ryu se arqueó por última vez, sintiendo una descarga fortísima recorrer absolutamente todo su cuerpo; empezando en los pies, y explotando en su cabeza, causando grandes delirios, además de bocales pronunciadas largamente.

El orgasmo no se hizo esperar.

Sintiendo toda la tención del cuerpo de Ryu sobre el suyo, y a la vez siendo presionado por sus músculos, Bakura tampoco tuvo que esperar mucho para terminar dentro de su hikari, después de un largo suspiro. La fuerza de lo que sentía recorrer todo su físico, lo obligó a cerrar los ojos, y a recostarse del respaldo del sofá, en busca de su soporte.

Todavía con la cabeza dándole vueltas, y su cuerpo reclamando por un merecido descanso, Ryu se quitó a duras penas de encima de su yami, para pasar a sentar a su lado, totalmente agotado, y jadeante.

Bakura aún podía sentir ciertos estremecimientos en su piel, mas se obligó a abrir los ojos, cuando sintió la pérdida de peso de sus piernas. El ver a su hikari a su lado sentado, tratando de normalizar su cuerpo, fue una imagen que sabía que nunca se borraría de su memoria.

Soltando muchos otros suspiros de satisfacción saciada, poco a poco, se les fue normalizando el correr de la sangre por sus venas, haciendo que se sintieran totalmente fuera de combate.

Juntando pocas fuerzas, Bakura abrazó a Ryu con una mano, y luego se dejó caer en el sofá, trayendo consigo a su hikari, para descansar.

-Definitivamente…- Al menos, el albino menor, ya hablaba sin tartamudeos- … me gusta tu manera… de dar calor…

-Y el invierno es largo.- Respondió el yami sonriendo, mientras que abrazaba protectoramente a su hikari.- Y eso que aún no llega el tiempo de darte tu regalo de esa cosa que ustedes los ingleses celebran en invierno.

-¿Navidad, Bakura?

-Mm… ¿es cuando adornamos un pino en medio de la sala, e invitamos a todos para tratar de comportarnos como gente estúpidamente normal?

-Ehrm… Creo que sí.

-Entonces sí, esa cosa de navidad.

Ryu dejó escapar una risa cansada, pero contenta, a la vez que correspondía el abrazo recibido, casi posesivamente.

-Se me hace irónico esto…

-¿De qué hablas, hikari?- Quiso saber Bakura, a pesar de que el sueño, empezaba a llevarlo sin ningún tipo de delicadeza a su mundo.

-De que sea mi oscuridad, la que me da luz…- Sonrió notablemente feliz- Te amo, Bakura.

La respuesta del nombrado, fue acentuar el abrazo.

«Yo también, Ryu.»

Sin que ningún albino lo supiera, la máquina contestadota, prendía la luz roja en ése momento, que indicaba que un mensaje se estaba gravando. En éste, se escuchaba perfectamente la voz de Malik.

-¡BEEP! ¿Hola? ¿Ryu? ¿Bakura? ¿Desconectaron el teléfono otra vez? ¿O nunca lo conectaron de nuevo? ¿Holaaa? ¿Chicoooooooooooos? ¡¡¿¿Hooooooooolaaaaaaaaa??!! Imposible, Mariku, es imposible… ¿RYYYUUUUU? ¡BEEP!

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I've found a reason to show

A side of me you didn't know

A reason for all that I do

And the reason is you.

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-------»

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¡Finiquiten encantamiento!

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Notas finales:

Diox… No puedo creer que se me acabó éste fic. ¡Por fin mi familia dormirá en paz! xDD

Bueno, bueno, vuelvo a pedir disculpas por la inmensa tardanza, y ahora me disculpo por haber escrito ésta porquería! xD Pero, es que no soy buena con los lemons… Me cuesta un poco, y a la cabra le da vergüenza. Ya sé, pueden decir que soy hentai, y la verdad es que aún me quedaron muchas ideas divertidas, que me encantaría desarrollar, puede que con otras parejas. xD Nada más me queda practicar más, ne?

Pero, ¿qué les pareció? ¿Qué les gustó? ¿Qué no? T-T Fue muy rápido, ¿verdad? En un momento están en algo y de repente en otra cosa; y no está muy bien narrado. Anyway, así quedó. (Además, mi PC borró la parte entre la lamida de oreja de Bakura, hasta que se caen del sofá, por eso, la reescribí sin mucho ánimos. Sorry por eso también, fue por la rabia).

-Muy sonrojada- Gracias a todos los que me apoyaron, me dieron ideas, me guiaron, etc. xDD Miren que si no es por ustedes, no termino haciendo éste lemon (De hecho, no estaba para anda planificado).

Espero que les haya gustado, aunque sea un mínimo respetable, para ser mi primero del género.

Como especial, espero que le haya gustado a la Peque-san, ya que éste es su regalo de cumpleaños!! (Bueno, y el que te tengo, Pequis, es que aún no he podido mandarlo… xD). Pero, en verdad me esforcé en éste fic; y espero que te haya gustado.

La verdad, es que el tenía tan poca esperanza de que gustara el fic, que ver mi comentarios, me hacen sentir muy bien conmigo misma, ya que le tomé cariño a la historia, y al menos saber que le gustó a uno que otro, es una gran satisfacción. ¡Ojala lo haya logrado!

La canción, es porque, cada vez que se me iba Petra para seguir el fic, escuchaba ésa canción, y todo se hacía claro (xD La inspiración es rara), no pude resistirme a poner ése poco. Lo que dice arriba de 'Vedde' es por mi prima (Sí, Carly), porque sé que casi la volví loca con el fic, y ella pronuncia así el color (Sólo por no dejar, sí pronuncia la r de 'Verde'), y me dio por ponerlo: por sus ánimos, y su paciencia. Gabriela también fue flexible conmigo… ¡pero no se me ocurrió nada, sólo darle las gracias por todo!

Bueno… -Otra vez llorando- Me despido. GRACIAS POR HABER LEÍDO. Y también gracias por no dejarme morir, eh? P

Cualquier cosa, mi e-mail ---» zelshamada (arroba) hotmail (punto) com

¡GRACIAS POR LEER! (Infinitas gracias)

¡No te pierdas!

Zelshamada.

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--- Terminada el 17/10/2004 ---