CAPITULO 4. HARRY VS. UTER: 1er ROUND.
Harry salió del baño con la mejilla enrojecida por el golpe que había recibido. Bufando todavía se dirigió a su habitación.
Tonks que había escuchado lo que pasó, subió apresuradamente hacia la habitación de él.
-¡Rayos!, olvidé decirte que Ginny se encontraba en el baño.
-¡Pues gracias por la información!. ¡Demonios esa niña pega como patada de mula!.
-No deberías de quejarte tanto Harry.
-¿A qué te refieres Tonks?
-Una bofetada me parece justo castigo después de verla desnuda ¿o no?.
-No es gracioso Tonks –Dijo Harry ruborizándose-
Sin embargo, al cerrar los ojos por un instante, se revelo ante el la figura de Ginny completamente desnuda. Se estremeció sólo de pensar en eso, y prefirió pensar en otra cosa.
-Bueno, me voy a cambiar ¿podrías dejarme solo Tonks?
-Esta bien te espero abajo para desayunar.
-Ahorita bajo.
-No tardes.
Harry sacó su nueva ropa del armario para cambiarse, cuando inesperadamente la puerta se abrió dando paso a Ginny.
-Harry yo... este... bueno he venido a pedirte perdon por haberte golpeado.
-No te preocupes Ginny, fue mi culpa por haber entrado sin preguntar. Pero es que como he estado estos últimos días solo, me acostumbré a entrar sin preguntar.
-¿Y te duele mucho?
-No mucho.
Ginny se acercó a Harry y le tocó el sitio donde lo había golpeado. Lentamente y como si fueran atraídos con un imán, sus labios se fueron acercando... un poco más... cada vez más...
-¡HARRY GINNY YA BAJEN, EL DESAYUNO ESTA LISTO!
-Me voy. Te veo abajo para desayunar.
Harry puso los ojos en blanco y salió bufando de la habitación mientras lanzaba una imprecación bastante soez en contra de Tonks.
Cuando Harry bajó al pequeño comedor de la casa, alguien llamó a la puerta.
-¡Hermione!, mamá, papá, Ron Uter, ¿qué hacen aquí?
-Encontré a tus padres cuando venía para acá Ginny.
-Hemos venido por ti hija, se que podemos habalar.
-Yo... papá... tengo que pedirles perdón se que no debí actuar de ese modo.
-No hija la que debe de pedirte perdón soy yo... no debí gritarte de ese modo.
-¡Oh mamá!- Ginny corrió a los brazos de su madre llorando.
Harry apenas se dio cuenta de lo que pasaba su mirada estaba con el joven alto que había llegado con los padres de Ginny. Uter dirigió una desagradable mirada a Harry y este se la devolvió.
Ginny pareció darse cuenta a tiempo y tomó del brazo a Uter y lo besó, quizás para tranquilizarlo. Sin embargo esa visión de Ginny besando a Uter fue como si hubiese recibido un golpe en el estomago. Aunque trató de disimularlo.
-¡Oh Harry! Gracias por haber dejado a Ginny quedarse anoche. No se que hubiera sido de ella de no ser por ti.
La señora Weasley abrazó y besó a Harry en la mejilla.
-Así que tu eres Harry.
-Si. Harry Potter para servirte.
Uter no respondió sólo le lanzó una mirada de desdén.
-El niño bonito del ministerio.-dijo con burla después de una pausa.
-Así es, el niño bonito del ministerio.
Harry no sabía porque pero la manera de hablar de ese tipo lo exasperaba.
-Bueno te doy las gracias en nombre de Ginny por haberla "alojado anoche en tu casa", pero en lo sucesivo deberías tener cuidado en alojar a chicas que están comprometidas.
-Yo sólo quise ayudar a Ginny.
-Yo no digo que no, sin embargo te encontrabas solo en esta casa cualquier cosa hubiera podido suceder.
-¿No confías en tu prometida?
Por el tono que estaba usando Harry ahora Ginny, Ron y Hermione sabían que significaba peligro. Lo conocían lo suficiente para saber cuando estaba molesto y ahora lo estaba.
-Creo que será mejor que nos vayamos ya –dijo el señor Weasley que también había intuido el peligro de la situación.
-Es obvio que confío en ella Potter, ¿pero se puede confiar en ti?.
-Pregúntaselo a ella .
¡Ja! De cualquier modo creo que no eres el tipo en el que Ginny pudiera pensar como pareja. No tienes lo suficiente...
Antes de que pudiera decir algo más un hechizo aturdidor le dio de lleno en el pecho para sorpresa de todos. Las cosas comenzaron a estallar en mil pedazos Harry estaba de verdad enfurecido.
