2. Una visita inesperada

Pero... ¿qué estas haciendo aquí? – una chica se apeaba mientras dirigía una mirada inquisidora a Ron, como si quisiera comprobar que no se había confundido de casa. Tenía el cabello liso y largo hasta la cintura. No había podido reconocerla a simple vista, el cabello un mes atrás rubio, se había vuelto castaño, lo que hacía que su piel blanca resaltara.

Vaya Ron, a mí también me da un gusto volverte a ver –dijo la chica como si en verdad, no le importara como lo había recibido Ron.

Eh, perdón...es que ¿cómo es que estas aquí?. ¿Y Harry?. ¿Qué le hiciste a tu pelo?

¿Qué tiene mi cabello?- se dio la vuelta y se miró al espejo que había sobre la chimenea, Ron pudo ver una mirada de sorpresa pero cuando giró estaba totalmente serena, lo cual no era raro tratándose de Luna- Solo pensé en hacerme un cambio.

Ah... ya, y estas aquí porque...

Digamos que le estoy haciendo un pequeño favor a Harry. Aunque... a decir verdad no creo que sepa que estoy aquí.

¿Cómo es eso?

Le dije que me iba de compras –respondió con un tono eufórico, parecía que la idea de mentirle a su enamorado la emocionaba.

Bueno Luna...bienvenida a la madriguera

Ron se dirigió al sillón de la esquina donde se había encontrado hace una hora, mientras Luna inspeccionaba las fotos que estaban sobre la chimenea, y sé metió el marco de fotos bajo la camisa.

Eh...Luna, que tal si pasamos a la cocina quieres algo de tomar?, jugo de calabaza frío? – Se sentía muy raro ofreciéndole algo de beber a Luna dentro de su casa.

Sí claro, con mucho hielo porfavor – ambos pasaron el marco de la puerta hacia el pasillo y entraron en la cocina. Ron se fijo en el reloj de la pared, de todos modos le extrañaba que la manecilla del reloj hubiese cambiado a "viajando" y que sus hermanos no hubiesen aparecido por la chimenea. Pero todo quedó aclarado en un instante, tal parecía que sus hermanos y su mamá habían decidido darse una vuelta por el trabajo de su padre, puesto que ahora todas las manecillas, a excepción de la suya que marcaba "en casa", marcaban "en el trabajo".

Bueno Luna todavía no me has dicho exactamente a que se debe que estas aquí - dijo mientras servía de una jarra de vidrio, dos vasos, con jugo de calabaza.

Pero si ya te lo he dicho le estoy haciendo un favor a Harry – le espeto mientras agarraba el vaso que el otro le alcanzaba.

Ya, pero que clase de favor

Bueno, Harry me contó el otro día sobre la carta que le había mandado Hermione, el no se había dado cuenta del engaño que le hiciste a ella, sino yo, yo fui quien le dije que te escribiera para que te dieras cuenta de tu error, y espero que hallas pensado en ello, porque no creo que Hermione haya quedado contenta.

Ya me parecía raro que Harry entendiese mejor a las mujeres que yo. Bueno sí, lo he pensado y ya le había escrito una carta a Harry se la iba a mandar cuando Hedwig se recuperará. Pero creo que no tiene mucho sentido si tu fuiste la que entendió a Hermione y no él.

No, no digas eso. Le sería muy raro que no respondieras su carta, después de todo yo no estoy aquí sino de compras –le dirigió una mirada suspicaz, como si pensara que Ron la pudiese traicionar.

Esta bien, sí se la mando no te preocupes. Pero en fin ¿cómo piensas realizar ese favor?.

Simple, voy a sacarte la verdad de una vez por todas.

No te entiendo – empezaba a ponerse nervioso

Vamos Ron, ya no eres un chiquillo estas por cumplir 18, no crees que ya eres lo suficiente maduro para aceptar tus sentimientos.

¿Qué sentimientos?- trato de aparentar que no sabía que estaban hablando pero un quiebre en su voz lo delató.

Ya estuvo bueno, así no vamos a llegar a ningún lado y la verdad es que no me queda mucho tiempo. Te doy a decidir, me lo dices por las buenas, o me lo dices por las malas –saco del bolsillo de su blusa una pequeña botella que contenía un líquido transparente, parecía agua mas no lo era. Era Veritaserum

Bueno, si me lo dejas así...-su voz salió como un pequeño chillido, se dio media vuelta para alcanzar su varita que estaba sobre la alacena.

Oh, Ron ya veo que te gusta jugar. En ese caso, juguemos – y saco su varita para estar a la par con él.

Qué tanto tiempo se quedarían peleando el uno con el otro, bueno si a eso se le podía llamar pelea. Era bastante gracioso de presenciar, mas que usar las varitas, Luna giraba alrededor de la mesa tratando de coger a Ron, pero Ron hacía lo mismo y no podían cojerse.

Vamos Ron ¿sólo puedes hacer eso?, ¿Qué tal un poco de magia? –levanto la varita y dijo -" hechizo para hacer cosquillas " – al instante Ron calló al suelo se cogía el estómago y no paraba de reír, pero tomando un respiro apunto hacia si mismo y dijo- Finite Incantatem

Muy bien Ron así me gusta, pero ¿tanto te cuesta decir la verdad?

No, simplemente no quiero que tú la sepas.

Bueno, aunque sea ahora admites que si hay una verdad. Pues veamos- volvió a levantar la varita, pero esta vez Ron estaba preparado.

Rictusempra – dijo Luna

Expelliarmus –se defendió Ron y los dos rayos de luz rebotaron en el aire.

Ron empezaba a sentir algo raro en eso, no sabía como explicarlo, había algo que lo mantenía alerta como si Luna estuviese preparando algo maligno para él. Pero Luna sería incapaz. Solo trataba de ayudarlo pero el no sedería tan fácilmente, ya se había guardado todos esos secretos por mucho tiempo como para dejarse vencer en ese mismo instante.

Luna, vamos, porque tanta insistencia en saberlo, no veo porque hay que llegar a tanto.

Ron, esto lo hago por Harry, soy su novia y tengo él deber de hacerlo feliz, y si eso implica tener que amarrarte a una silla para que te tomes esto lo haré.

Mira Luna, esta bien que quieras ayudar a Harry pero, sabes no tengo ganas de tomar Veritaserum por el momento, otro día con mucho gusto – se dio media vuelta pero al llegar al marco de la puerta un rayo de luz lo alcanzó y se calló de espaldas.

Vaya Ron ¿darle la espalda al enemigo que clase de ejemplo es ese?- dijo mientras le alargaba la mano para ayudarlo a levantarse.

Esta bien Luna, tú ganas dame esa porquería y acabemos con esto de una buena vez - respondió con resignación habría llegado el momento de contarlo todo - Luna puso cara de felicidad saco nuevamente la botella se la tendió a Ron para que la bebiera.

Parece que no confías mucho en mí – le comentó mientras abría la botella.

Bueno si has corrido así para esconderte, como podría hacerlo –al momento que Ron bebió un sorbo, sintió que el cuerpo se le iba, todo se nublaba y sé sentida muy tranquilo. De lejos una voz le preguntaba- Dime Ron y responde con sinceridad, que solo te haré dos preguntas, ¿quién te gusta y porque?

Hermione Granger, la quiero desde siempre, me encanta su forma de ser, su inteligencia, su sonrisa, su cabello castaño, sus bellos ojos, su forma de ver el mundo, el cómo sabe ayudar, me gusta porque es la persona más perfecta del mundo. Y sabes una cosa me encantaría que fuese mi novia- todo lo dijo sin darse cuenta derrepente volvió a la realidad, tenía a Luna frente a él, había caído al suelo.

¿De verdad sientes eso?- le dijo luna con una gran sonrisa.

Pues sí.

Oh, Ron no sabes lo feliz que me haces – se fue acercando poco a poco hacia él, se sentía aturdido, que demonios le pasaba a Luna, sabía lo que iba a pasar, pero era la novia de su mejor amigo, ¿cómo le podía hacer eso?...