Entré a leer fics para escapar al inevitable estudio y me encontré con algunos bastante interesantes, que prendieron las ganas de continuar con el mío propio

Y bueno, espero que después de un año alejado de Hogwarts esto siga gustando.

Agus

Un Sexto Año Oscuro

Más cuatro meses habían pasado desde la debacle de Rebbeca Watson y el Día de la Bestia. Remus había cesado en sus intentos de re-enamorar a la rubia de Ravenclaw, pero nada intervino entre los Merodeadores. A la semana, Remus volvía a adoptar la felicidad que lo caracterizaba, reconociendo que fue "gaje del oficio de licántropo".

Quinto había terminado relativamente bien: ninguno había suspendido materias, los TIMOS habías sido bastante equilibrados (ninguno habría aprobado Adivinación) y Gryffindor había ganado la copa de las casas por sexto año consecutivo, al igual que la Copa de Quidditch.

Sin embargo, una pelea se había originado entre Lily y James, ocasionando una casi irreconciliable ruptura. En un momento, James había optado por molestar a Snape enfrente de Lily. No supo el motivo por el cual la chica se había ofendido sobremanera, insultándolo y diciéndole que en realidad no había cambiado, sino que seguía comportándose como el centro del mundo. Lamentablemente, Sirius también se encontraba en la broma, y su relación ínfima con Jane se esfumó completamente.

Así que los cuatro andaban nuevamente de novia en novia, al igual que antes. Excepto por un hecho, sucedido a un mes de la vuelta a Hogwarts. En las vacaciones de verano un día de lluvia, Sirius apareció en la puerta de la casa de James. Tenía un armario detrás de él, aparentemente lleno, que venía cargando desde la estación de tren.

-Hola James...te molesta si paso a quedarme un tiempo?

-Que pasó Sirius?

-Te lo contaré cuando me seque-le dijo con tono gracioso, entrando empapado.

-Nunca odié tanto la prohibición a los menores de edad como hoy-dijo Sirius, una vez dentro del cuarto de James-ese tren muggle apesta de gente y casi me roban la bolsa de galeons.

-Que pasó Sirius?-James no podía reírse de lo extrañado que estaba: Mas de una vez Canuto había caído en su casa sin aviso, pero nunca con un armario que, al final, resultó tener todas sus pertenencias.

-Pelea familiar, casi definitiva.-Sirius se sacó la remera y James descubrió un moretón grande en su espalda.

-Fue tu padre?

-Que cosa?-su amigo no lo miraba todavía.

-El de la espalda

-Si...mira James: no le des importancia. Le di su merecido.-Sirius esbozó una gran sonrisa- En cualquier momento vendrán a buscarme, sabes?. Los del Ministerio, digo. Quieres que me vaya? Realmente no quiero meterte en nada...

-Ni loco. Tu te quedas aquí, nos divertiremos un poco.

-Este es el Ministerio James...

-Será como divertirse con cualquier Slytherin....-James sonrió y sacó su varita.

Sirius se puso ropa muggle que guardaba para una ocasión así, igual que James, y salieron a la calle.

Había parado de llover, y la noche se acercaba. Fueron hasta una plaza, donde unos muchachos muggles fumaban entre las hamacas. Todo se oscurecía...

-Deben estar por llegar, quedémonos aquí...

-Me pregunto porque tardan tanto...

-Ja...los esquive en el tren muggle...deben andar retrasados...

De repente, un estallido se escuchó y los chicos muggles se encontraban desmayados.

Seis magos habían aparecido en la plaza ahora solitaria, rodeando a James y a Sirius.

-Sirius Black, te advertimos que ya has violado dos cláusulas de la Prudente Restricción de Magia en los Magos Menores de Edad...No violes más, y lo que es peor, no arrastres a otros.-le dijo uno con tono grave.

-Disculpe señor funcionario de la Prudente bla bla, pero yo no estoy aquí atado a una cuerda no? Por suerte, mis pies siguen funcionando bajo mis órdenes.-James señalaba sus piernas como si el mago no lo entendiera.

-Sirius Black, debes volver a tu casa o te verás en problemas...

-No voy a volver a esa casa, señor funcionario Prudente. Vaya usted ahí a vivir por mí...

-No nos obligues a usar la fuerza...

Los magos del Ministerio se acercaban cada vez mas, encerrando a James y a Sirius...Formando un círculo perfecto, aquellos levantaron las varitas...

-Black, vas a tener problemas legales, y no volverás a Hogwarts...

-Estoy tan preocupado...Mi amigo se pondrá a llorar...-ambos largaron carcajadas.

-James-dijo otro, a quien James reconoció como un amigo de su padre-tu padre tendrá problemas si te ves envuelto en esto...sal de aquí...

-Lo escuchas Sirius? Piensan que te dejaré solo....no...no tienen ni idea de lo que pasa aquí...-James rió francamente, levantando su varita.

-Muchachos, última advertencia....

-Cornamenta, me parece que estos hombre funcionarios tienen miedo de usar las varitas...amigos...quieren jugar una partida de Snap Explosivo o... o sino lo resolvemos con naipes mu-Sirius no terminó de contar el chiste cuando gritó-James abajo!

-Desmaius!- Gritaron los magos del Ministerio, pero los muchachos ya se encontraban en el piso.

-Bien hecho Canuto!- gritó James, mirando a los magos desmayados- Que idiotas que son estos tipos, y pensar que son parte de nuestro gobierno...volvamos...

Pero al darse la vuelta, James y Sirius se encontraron cara a cara con Albus Dumbledore y Susan Armanda, Jefa del Departamento de La prudente prohibición:

-Potter, Black...-suspiró Dumbledore tranquilo-creo que necesitamos hablar.

Luego de levantar a los magos desmayados, todos fueron a la casa de James, en la que los padres de éste escucharon la historia, horrorizados.

-Sirius...porque echaste ese conjuro sobre tu padre, y escapaste de tu casa de esa manera?

-Francamente, cuando a uno le aplican un encantamiento de puñetazo de Gigante en la espalda no se siente muy animado a irse a dormir...

Los únicos que rieron fueron James y Dumbledore...La madre de James abrazaba a Sirius, y los magos del Ministerio adoptaban una expresión resuelta:

-Dumbledore, señor, disculpe, pero estos dos chicos inflingieron las reglas, merecen un castigo...

-Susan, sé que conoce las reglas muy bien, pero por ésta vez, déjeme arreglarlo por favor...

-El muchacho utilizó un encantamiento peligroso en plena vigencia de su prohibición! Y Potter protegió a un mago que cometió un delito!

-Si le llamas crimen a proteger a un amigo, Susan, tendrás que irte de mi casa y no volver.

-Jack, sabes muy bien lo que pasó aquí!

-Sirius...-le susurró James, mientras Susan Armand gritaba como una histérica-que encantamiento usaste?

-Ése que aprendimos a fin de año...recuerdas?

-El de...achicar y... apretar...no...no lo hiciste...-James no podía contener la risa.

-Si, si lo hice...-una sonrisa de orgullo se extendió por la cara de Sirius...

Mientras, Dumbledore miraba seriamente a la señora Armand y a Jack Potter mientras discutían. Ambos frenaron cuando aquel levantó la mano para hablar

-Éste chico fue víctima de un ataque familiar, lo que justifica su acción de emplear la magia. Sin embargo, si esto se lleva a otros estratos del Ministerio, no dudo que no tardarían en amonestar a sus funcionarios, Susan, quienes intentaron aturdir a menores de edad, y que, por suerte, fracasaron....-Dumbledore sonrió un momento en dirección a los chicos, pero su sonrisa se esfumó cuando la señora Armand le dirigió la mirada.

-Está...-Susan suspiró-Está bien Dumbledore, pero la advertencia llegará igual. Donde se quedará Black?

-Dado el...problema...que les parece si el señor Black pasa los días que le quedan en casa de la familia Potter?

-Y quien hablará con el señor Black padre?

-Yo lo haré-se ofreció Dumbledore tranquilamente.-Puedo razonar con cierto tipo de personas...difíciles.-En ese momento el director guiñó un ojo a Sirius.-Linda, Jack, ustedes no tienen ningún problema en que Sirius pase el mes siguiente en su hogar?

-No Dumbledore, ningún problema...ya ha pasado...otras veces...-contestó la madre de James.

-Bueno, entonces queda resuelto. Nos veremos muchachos, el 1 de septiembre. Buena suerte.

Luego, todos los magos desaparecieron, dejando unas pequeñas estelas plateadas en el lugar donde habían estado parados.

-Bueno, prepararé la cena muchachos....Sirius merece una felicitación por esto...a propósito, que conjuro utilizaste?

Sirius le hizo a la madre de James un gesto con las manos de apretar con fuerza. Linda soltó una carcajada:

-Bien hecho Sirius!

-Esa Armand no entiende nada...Bien hecho muchachos.-dijo gravemente el padre de James, pensativo.

Y así habían pasado el verano esos dos Merodeadores, entre broma y broma, ya olvidado el incidente.

Y un mes más tarde, había llegado sexto año.

Luego de pasar la última noche reunidos en lo de James, Los Merodeadores estaban listos para un nuevo año escolar.

La plataforma Nueve y Tres Cuartos estaba abarrotada de chicos intentando subirse al tren, mientras que Los Merodeadores ya estaban instalados en un compartimiento, tranquilamente, planeando la primera visita clandestina a Hogsmeade.

A media tarde, Lucius Malfoy se les acercó, pero esta vez, controlando sus actos...

-Ahh....ya ha llegado la hora para ustedes, los valientes de Gryffindor...verán que...después de todo, están en el bando equivocado...-Se limito a decir, cuando los muchachos comenzaron a molestarlo. Sonreía abiertamente por todo el tren, y no tardaron en darse cuenta porque se encontraba tan alegre..

Mas tarde, mientras se subían a los carruajes, James vio a Lily...seguía igual de hermosa: su pelo rojo castaño, sus ojos verdes, brillantes. No podía creer que su amistad se había arruinado por esa tontería de Snape...

-Lily...-susurró Jane: se había cambiado el pelo a un color verde oscuro, le quedaba realmente bello-Potter te está mirando...Ja míralo al idiota...

-No gastemos saliva, si Jane?

-Como digas...

La noche estrellada revelaba un grado de hambre insospechable en los alumnos, quienes esperaban impacientes sentados en las mesas se sus casas.

Esplendorosas velas coronaban el Gran Salón, contrastando con el cielo negro cubierto de puntos blancos.

-Ey James...mira a Lovegood!-Peter señaló a Charlie Lovegood, el canoso y desgreñado alumno de séptimo, quien miraba las estrellas con los ojos abiertos al máximo, trazando líneas imaginarias con su dedo en el aire.

-Es un idiota...-terció James. Él solo estaba enojado con Lovegood porque le había ganado en Quidditch el año anterior.

-Vamos...recuerda que salvo a Peter el año pasado...

-Es que no se cómo hizo para atrapar la Sntich...-siguió Cornamenta, obsesionado.-Quiero decir...ustedes lo vieron! Estuvo dando vueltas en su escoba, veinte metros por encima nuestro, casi sin poder controlarla. Digo...volaba para atrás!-gritó James, indignado.

-Shh, tranquilo...

-Y de repente...zas! Se tira de su escoba, como demente que es, y atrapa la Snitch en el aire! No lo puedo creer!-exclamó, dando un puñetazo, haciendo que las copas de oro saltaran.

-Potter, si no puedes controlar tus ansias de molestar y golpear, tendrás un castigo-le ordenó Lily, sin mirarlo siquiera. Potter era tan idiota...

-Ohh...disculpa.-James esperó que Lily se distrajera para decir, en voz mas baja-Y saben que es lo peor? Que le dieron un premio por hacerlo!

-Cornamenta, amigo mío, lo escuchamos siete veces. Ganamos la copa de Quidditch igual, no se de que te quejas...

-No importa! Es indigno! Le regalaron un telescopio de primera por ganarle a Gryffindor! Es no se hace!.

De repente James se percató de que era el único que hablaba en el Gran Salón.

-Apreciamos muchísimo sus comentarios sobre la pasada copa de Quidditch-le dijo Dumbledore, que se había parado, y esperado que terminase.-Y espero que sigan jugando así, con tanta...vehemencia.

Todo el Gran Salón rió, y luego de las disculpas de James, Charlie Lovegood se puso de pie, se acercó a la mesa de los profesores, y después de susurrarle algo al oído a Dumbledore, salió por la puerta que había detrás de la mesa.

-Bueno, muy bien! El inicio de las clases! Me alegro de que algunos a pesar de los infortunios que sufrieron, se hayan podido desenvolver con gracia en las situaciones complicadas!-Y ahí miró a Sirius con complicidad- Les doy una bienvenida a los alumnos de primero, advirtiéndoles que serán intimidados por todo un año, sobre todo por nuestro respetable señor Filch, pero podrán superarlo.

Tengo que decirles que esperamos tiempos difíciles-dijo Dumbledore, seriamente. Unas mesas mas atrás, Mafloy, Sanpe, Crabbe y Goyle sonreían con maldad- pero supongo que mis figuritas de las Ranas de Chocolate seguirán intactas, así que, sigamos intentando que también Hagrid salga en ellas, así tendré compañía! Por cierto, tengo una de más de Marius El Magnífico que me encantaría cambiar, para más información, pueden consultar los avisos. Y ahora...-Dumbledore tomó con mucha delicadeza sus cubiertos y gritó con voz potente- AAAA COMEEEEEEEER!!!!!!!

-SI! BRAVO!-Gritaron todos, mientras las fuentes se llenaban de comida.

-Ahh....lo neitaba-comentó Sirius atacando una pata de pollo gigante.

-Escuchen...algo raro está pasando no les parece?-dijo Remus

-Que?-preguntaron los otros tres, distraídos en comer.

-Lo que dijo Dumbledore, iba a decir algo sobre tiempos difíciles...y eso de Lovegood...

-Remus, sabemos que ambos están chifladitos...no es raro que se hablen entre sí...-pero James quería ignorar esa parte del discurso en ese momento. Ya habría tiempo de hablar.

Al otro día, los cuatro se percataron de que Charlie Lovegood no estaba en el colegio. Luego de conversaciones con Hagrid y averiguaciones, vieron que nadie sabía donde estaba.

El año se extendía, y los Slytherins estaban más tranquilos que nunca. Las noticias en El Profeta cada vez eran más oscuras: había habido cinco muertos y seis desaparecidos con el correr del año, y varios de los finados tenían los signos de haber sido asesinados con el maleficio de Avada Kedavra. Dos culpables, acusados de magos tenebrosos, habían sido llevados a Azkaban.

-Nunca podría estar en ese lugar...-comentó Sirius ese desayuno-Me volvería loco de remate.

-No creo que lleguemos a ese punto, Canuto...-lo consoló James, leyendo el diario, preocupado.

Semanas más tarde, Hagrid también habría desaparecido, dejando a un suplente cuidando los terrenos de Hogwarts, alegando que tenía que "hacer un viaje de descanso".

Sin embargo, la ausencia de Hagrid no se prolongó. Volvió en Mayo y un día en el que los Merodeadores habían ido a visitarlo, lo vieron.

Charlie Lovegood había vuelto. Lo vieron desde la cabaña, y los cinco corrieron a verlo.

Estaba herido con gravedad. Sus brazos y piernas sangraban y su cara estaba hinchada. Tenía un ojo en blanco.

-Charlie, Dios Mío! Te he estado buscando!...Que ha pasado!?

-Rubeus, necesito ver a Potter...necesito ver a Potter...

-James está aquí, vamos a la enfermería.

-Potter...ten cuidado! Necesitarás de todo tu valor, aún con el destino que cargas! Ten cuidado!-le gritó Charlie con sus últimas fuerzas.

Hagrid levantó con facilidad a Charlie y empezó a correr hacia el castillo.

-Chicos...será mejor que se vayan...

-Hagrid, que está pasando? Este año está pasando algo...y tú lo sabes...

-Esto es una emergencia...después les contaré todo. Vengan conmigo al castillo! Rápido!

Todos corrieron hasta llegar a las enfermerías. La noche evitó que todo el colegio se enterara del regreso de Charlie Lovegood al colegio, pero Los Merodeadores sabían que algo malo estaba pasando. No tardaron en exigirle explicaciones a Hagrid, mientras la señora Pomfrey atendía al herido.

-Vengan conmigo...Señora Pomfrey-llamó Hagrid-Llevaré a los chicos a la sala común. Dumbledore no tardará en llegar.

Sin embargo, los cinco salieron de vuelta del castillo y se dirigieron a la cabaña de Hagrid.

James no se anduvo con rodeos:

-Hagrid....que pasa? Desapariciones, muertes, avisos de peligro?

-Porque Charlie está así? –inquirió Peter.

-Que fue lo que me dijo? Y donde habías ido tú?

-Espera espera James...deben ir de a poco. Solo puedo contestar algunas cosas-Hagrid parecía preocupado-Escuchen, están pasando cosas que nunca antes habían pasado. Cosas...oscuras. Lo único que les puedo revelar con seguridad es que deben andar con cuidado. Mucho cuidado. Esto se va a poner peor en un tiempo, y deben estar atentos chicos.-Hagrid puso su expresión más grave-Tienen que mantenerse valientes, y sobre todo, conservar sus lazos de amistad.

Todos se quedaron callados...Hagrid nunca les había dado un discurso así. Hablaba como si fuera el fin del mundo.

-Hagrid...eh...de que estas hablando...y tienes que explicarnos lo de Charlie! Está casi muerto!

-Shhh baja la voz Sirius!-lo regañó-Se los diré, pero esto no puede salir de esta cabaña. Lo digo en serio, es importante.

-Si no te preocupes-le dijo James, ansioso.

-Este tiempo Charlie estuvo haciendo unos trabajos para Dumbledore, algunas averiguaciones...que sólo él puede hacer.

-Y puedes explicarme que demo-

James fue interrumpido por un portazo: Era Dumbledore.

-James! Ven conmigo. Rápido.

James salió anonadado de la cabaña, y fue llevado aparte por Dumbledore.

-James...lo que el señor Lovegood te dijo...

-Eso era lo que le preguntaba a Hagrid...

-Es una advertencia...sólo...ten cuidado. –Dumbledore lo miró tiernamente- ten cuidado. Y tus amigos también. Manténganse unidos.

Luego Dumbledore llevó a un James mucho mas aturdido que antes a las casa de Hagrid y dijo, en voz baja:

-Muchachos: Es mejor que esto no se sepa. Manténganlo entre ustedes. Y Hagrid, por favor, trata de no sacarlos tan tarde de la sala común. Black, a propósito, no encontré el momento para decirte...me podrías enseñar ese conjuro que utilizaste en el verano? Fue brillante...

-Si, no hay problema profesor Dumbledore-le dijo Sirius, extrañado.

Se acercaba el final del año, y todo estaba sumido en las dudas. Charlie Lovegood había sido internado en la enfermería. Los Merodeadores lo visitaban cada noche, pero no paraba de delirar. Había quedado tuerto, y eso le daba otro detalle tenebroso a su rostro.

Por otra parte, las cosas entre James y Lily seguían iguales...La muchacha ni lo miraba...

El año finalmente terminó, entre vítores de Gryffindor (tenían nuevamente ambos premios de fin de año) y dudas sin respuestas.

Todo se aclararía al siguiente año...