De Búsquedas, Peligros, y Oscuridad
James descansaba en la plaza donde, un año atrás, él y Sirius se habían enfrentado a los magos del Ministerio.
Estaba intranquilo y preocupado: las noticias de El Profeta cada vez eran peores, y nadie sabía lo que estaba pasando. Muertos por doquier, desaparecidos, torturados, y ningún sospechoso.
Pero lo que mas lo ponía nervioso era Lily Evans: no podía quitarla de su cabeza. Y mucho menos desde que su contacto se hizo nulo. Cada vez se la imaginaba más y más...
Decidió volver a su casa, y esquivar a Evans por unas horas. Escribió a Sirius, quien no había contestado ninguna de sus cartas.
Se sentó a su escritorio y releyó su carta: era corta y concisa:
Que pasa Canuto, que no respondes las cartas? Estoy preocupado por todo, y pienso buscar a Evans mañana. Dime que opinas.
James
-Indiana! Ven aquí!-una lechuza marrón oscura respondió al grito ululando, y salió de su jaula, tomando la carta de James con las patas.-Encuentra a Canuto. No pares hasta encontrarlo.
James se acercó a la ventana y soltó a su lechuza, pero ésta volvió a entrar a la casa, y bajó volando las escaleras.
-Hey! Es por aquí! Indiana!
De pronto, escuchó unos pasos en la escalera: Un muchacho de 17 años, con pelo por encima de la pera y barba apareció en las sombras del rellano.
-Sirius! Que haces aquí!?
Sirius Black apuntaba con su varita por encima de su hombro (tres baúles enormes lo seguían) y leía la carta que James había enviado segundos antes.
-Eres un suicida-le dijo-vas a ver a Evans?
-No importa eso ahora, que ha pasado que no respondiste las cartas?
-Ahh...pelea familiar...escucha Cornamenta, puedo vivir contigo?-lo dijo sin darle importancia, como algo que pasa todos los días.
-Pues claro que sí! Pero...que es eso?!
Sirius había salido de las sombras, y su amigo vio como su ojo estaba hinchado, su brazo tenía sangre seca en una zona, y como rengueaba
-Por Merlín!, Ven que te ayudo!
-No, está bien...sólo toma mis baúles si puedes. No sabes lo feliz que estoy de poder usar magia fuera de Hogwarts. Me hubiera muerto ahí si no fuera por ello.
Los tres baúles cayeron por las escaleras, y Sirius se hechó en la cama de James.
-Sirius, mis padres no están...quieres ir a San Mungo?
-No...esperaré. Tengo cosas para contarte amigo mío.-la cara de Sirius se ensombreció.-Estuve encerrado todo el mes en un calabozo. Mi queridos padres pensaron que yo era un peligro ahora que la prohibición terminó, así que confiscaron mi varita cuando llegué de Hogwarts.
James se quedó atónito.
-Escuché cosas. Están utilizando mensajeros. Buscando gente.
-Sirius que está pasando?.
-Hablaban de la limpieza de los magos, de los sangre sucia....fue terrorífico. Tuve que soportar que mi padre me escapaste de allí?
-Ah...lo difícil fue conseguir la varita. Después fue pan comido....mis padres son magos a la miseria, no pueden contra mi. Sólo conocen encantamientos tenebrosos que ni siquiera saben utilizar en su máximo potencial...Todo lo que tuve que hacer fue esperar un momento de distracción por parte de Regulus, mi hermano, que cuidaba mi celda. Luego rompí la cerradura en forma de perro sin que me viera y conseguí mi varita. Creé un doble estático y trate de juntar todo lo que verás, me descubrieron.-Sirius sonrió de una manera macabra-Ahhh....Que hermoso momento. Tendrías que haber visto a mi padre sin poder controlar sus piernas, y a mi hermano tratando de matarme con el Avada Kedavra. Lo único que logró fue que le devolviera el Puñetazo de Gigante que me dio mi padre el año pasado. Sin embargo, mi madre tuvo más resultados.-dijo, y señaló su pierna-, hice todo el revuelo que pude (cuando mi padre despierte se enojará bastante al ver el living) y escapé en la confusión.
Sirius rió con ganas
-Ahora...el problema más acuciante...Lily Evans.
Con el relato, James casi se había olvidado de lo que pensaba hacer al otro día...
-Sabes donde vive?
-No tengo ni idea.
-Te recomiendo que robes la guía telefónica de algún muggle.
-Esperaré a que vengan mis padres.
Sirius reflexionó un segundo.
-Sabes? Tuve suerte de que mis padres tuvieran conocimientos mágicos muy pobres. Podrían haberme matado fácilmente.
-Sirius...eres uno de los mejores magos que hay...lo sabes.
-En cierta forma si...pero recibí algunos conjuros que en mi vida había conocido. Sino fuera por el escudo, no hubiera salido vivo.
-No te preocupes más, Canuto. Ahora, lo importante es que Dumbledore se entere de lo que escuchaste.
-No escribiremos ninguna carta. Es peligroso. Hagamos una cosa-se escuchó la puerta de la calle, y a los padres de James gritando "James, llegamos!"- tus padres vendrán, se enterarán de todo. Si pueden contactar a Dumbledore, lo harán. Si no, lo haremos nosotros. Mañana: Lily Evans.-los padres de James ya subían las escaleras.-Hecho?
-Hecho
-James, llegamos queri-Linda Potter se frenó en seco-Sirius, Dios mío!
-No te preocupes Linda, no es grave.
-Jack! Jack ven! Es Sirius!
El padre de James subió corriendo las escaleras.
-Malditos. Fue tu padre?
-Si. Todo fue así...
Sirius contó la historia tal como la había oído James, obviando la parte en la que él confesaba ser un animago ilegal. Al final, Linda abrazó a Sirius, y Jack dijo en voz baja.
-Linda...Dumbledore tiene que saber de esto.
-Lo sabrá.
-Muchachos: traten de no salir mucho. Yo informaré a Dumbledore. Y recuerden: siempre con la varita cerca de la mano. Sirius, Linda te curará las heridas. Bien hecho muchacho.
-Gracias Jack.
-Adiós.-El padre de James salió raudo a la calle, mientras que la madre atendía a Sirius.
-Tuviste mucho valor, querido. Lo hiciste bien.
-Gracias...
Pasada media hora, Sirius estaba listo, y James había conseguido la guía telefónica.
-Evans...Evans...
James abrió los ojos al máximo
-Que pasa?-preguntó Sirius.
-Hay cincuenta y tres Evans en esta parte de Inglaterra.
-Entonces, mañana tendremos trabajo.
-Tendremos? Pensé que iba a ir solo.
-No, no nos moveremos solos hacia ningún lugar. Lamento muchísimo que Peter y Remus no estén aquí.
-No te preocupes...todo saldrá bien.
Al otro día., Jack había vuelto sin éxito de labúsqueda de Dumbledore. Ambos chicos salieron a la mañana temprano, James vestido con una camisa y unos jeans, y Sirius vestido de remera negra y pantalones rotos.
-Los tuve que sacar de la basura-le dijo a James como respuesta a su mirada.-Te prometo que la madre de Evans no me verá.
-Jaja...no hay problema...
Las primeras cuarenta casas contenían familias amables que le respondían cortésmente y familias desagradables que al ver a Sirius llamaban a la policía. Uno hasta buscó un rifle.
-James...-le dijo Sirius cuando probaban en la casa cuarenta y cinco- Es posible...que Lily Evans...viva en otra ciudad?
-No...-James estaba horrorizado.-No no...tiene que ser una de éstas...
Llegaron hasta una casa amarilla con rejas blancas, y un pequeño jardín en el frente.
-Sirius, escóndete.-dijo James después de llamar a la puerta. Una señora mayor canosa y sonriente la abrió- Que desea joven?
-Ehh...Disculpe la molestia. Se encuentra Lily Evans en la casa?
-Ohh...quien eres?- a la señora se le iluminaron los ojos
-James Potter. Un amigo del colegio.
-Ella está durmiendo James...-Ambos amigos se habían olvidado que eran las ocho de la mañana-Podrías volver más tarde?
-Si no hay problema
-Gracias, querido.-La señora cerró la puerta suavemente.
-Y?
-Es aquí Canuto! Volveremos más tarde.
-Por favor vamos a dormir...
-Enfrente está el parque...vamos.
James y Sirius se dedicaron a hacer una siesta en el pasto tierno del parque frente a la casa de los Evans. De repente, James escuchó un grito, proveniente de la casa amarilla.
-SIRIUS! Levántate!
Su amigo estaba durmiendo profundamente, pero se levantó de un salto.
-Que pasa?!
-VAMOS!-lo apremió James.
Ambos corrieron en dirección a la casa, cuya puerta estaba abierta. En el hall de entrada, la señora que había atendido a James se encontraba tirada en el piso, aparentemente desmayada.
-Maldición! Arriba Sirius!-Subieron de tres en tres la escalera que se encontraba en frente de la puerta de entrada. Buscaron a ambos lados de ella, y vieron a un mago grande y encapuchado vigilando la puerta cerrada de un cuarto.
-LILY!-gritó James
-Desmaius!-exclamó Sirius cuando vio moverse al guardia. Se escuchaban gritos y golpes dentro del cuarto. El hombre se desplomó en el lugar.
-Alohomora!- Por más que James intentó, la puerta no quiso abrirse. Adentro, una voz femenina gritaba su nombre.
-James, a la de tres!-Sirius contó hasta tres y ambos corrieron a embestir la puerta. Ésta se destruyó, y Sirius cayó encima de un mago enmascarado, golpeándolo con fuerza en el estómago.
-JAMES!-Lily estaba agachada al borde de su cama, en el piso, con un camisón de seda puesto. Otro mago encapuchado estaba frente a ella, tomándole el pelo, moviendo la varita:
-Ava-
-MALDITO!-James le dio un puñetazo en la cara tan fuerte que sintió dos dientes desprendiéndose de la boca del golpeado, y luego gritó- Expelliarmus!-el hombre fue expelido en el aire por el conjuro y enviado al otro lado del cuarto.
Sirius luchaba contra el otro mago con furia, hasta que éste desapareció sin dejar rastro.
-Tramposo.-dijo con un suspiro. Tenía la nariz sangrando-Desaparecieron los tres.-evaluó Sirius, mirando el corredor.
La pelirroja lloraba silenciosa en el piso. James se agachó y la abrazó, besándole la frente.
-Lily...estas bien? Te hicieron daño?
-Sólo...sólo me tomaron...del...cabello...-pronunciaba las palabra entre suspiro y suspiro, y luego, largó a llorar con más fuerza.
-Sirius, ve a ver si los demás están bien...
James quedó con Lily en el cuarto.
-Lily...es importante...tienes una lechuza?
-Si...debe estar por... llegar, le estaba... enviando una carta a...a... Jane-y nuevamente largó a llorar-por favor James no te vayas...
-No, me quedaré aquí, no te preocupes-el muchacho se sentó en el piso y ella se refugió en su pecho.
Sirius volvió unos minutos más tarde.
-Todos están bien Cornamenta...están desmayados nada más...Lily...son sólo tu padre, tu hermana, tu madre y tu abuela?
-Sí...No pude hacer nada...yo estaba durmiendo, mi varita estaba lejos de mi...Si la hubiera tenido cerca...
-No te preocupes, ya pasó...Ahí vuelve tu se llama?
-Victoria
-Victoria-llamó Sirius al ave, y luego de que ésta se posara en su hombro, intentó sacarle la carta que lleavaba en la pata. La lechuza lo mordió.
-Victoria! El es bueno!-le gritó Lily
Como respuesta, la lechuza extendió la pata hacia Sirius. Éste sacó la carta de Jane y la dejó en la mesa de luz.
-Sirius, escribe a Remus y a Peter. Rápido.
-No sería mejor que me aparezca en su casa?
-No...tú ve con mis padres. Que busquen a Dumbledore lo más rápido posible.
En respuesta, Sirius desapareció luego de enviar la lechuza con una breve nota para Remus.
-Remus y Peter viven cerca de aquí. Vendrán rápido. Lily...-James le levantó el rostro y le secó las lágrimas-que ha pasado?.
-No lo sé...yo dormía cuando escuché gritos, y de repente una mano me tomó el cabello con fuerza...y otro hombre dijo que no merecía hacer magia, que iba a pagar por hacer magia sin merecerlo...
James no dijo nada, pero cerró el puño con furia.
-Luego llegaron ustedes...James, gracias. Me hubieran matado. Que ha estado pasando?
-Es todo muy raro, pero no tardarás en enterarte. Ahora, Lily...no llores mas, que ya no te puede pasar nada...-le pasó las manos por los párpados húmedos.
-James, que hacían aquí?
-Ahh...eh...yo había decidido buscarte...para...pedirte perdón...por lo de Snape...
-Ah James, lo siento tanto, fui tan estúpida!.
-No, yo fui el tonto...no me daba cuenta lo imbécil que era...el orgullo me tenía ciego...
-James, quedas perdonado. De por vida-Lily largó a llorar otra vez y se hundió en los brazos de James. Así se durmió la niña. James miró el reloj de la mesita de luz: ya eran más de la una. En cualquier momento llegaría Remus.
Levantó a Lily y la acostó en su cama, tapándola. Escuchó un ligero "plop!" y miró por la ventana: Remus. James sacó la cabeza por la ventana y le dijo que pasara.
Cuando estuvo arriba, su amigo miró horrorizado la escena: los muebles destrozados por la pelea, y la familia de Lily desmayada en la cama de los padres de ella.
-Cornamenta...amigo mío, que diablos ha pasado?-exclam
-Shhh cállate, está durmiendo-dijo James, señalando a Lily-....donde está Peter!?
-Peter no pasó su examen de aparición...tuvo que tomar el tren muggle.
-Maldición...Bueno, esperemos a Sirius.-James le contó la historia a Remus desde que Sirius había llegado a su casa. Escuchó impresionado.
-Demonios...Sirius debe de haber hecho una verdadera demostración de magia para escapar de allí...-fue su único comentario en el relato.
En la parte en la que ellos dos llegaban a la casa, casi sobre el final de la historia, Sirius se apareció con la madre de James:
-Dumbledore no tardará en llegar con tu padre..-le informó Sirius.
-Oh Dios mío James!
Linda Potter lloraba cuando abrazó a su hijo.
-Que le ha pasado?-preguntó ella, temiendo lo peor mientras miraba a Lily.
-Sólo está dormida. Ve a ver a su familia.
Sirius bajó a hacer guardia a la puerta de la calle, mientras que Remus fue a ayudar a la madre de James.
-Quien llegó James?-preguntó sobresaltada Lily, despertando de repente.
-Mi madre...es Sanadora, está ayudando a tu familia...Dumbledore no tardará en llegar...Vuelve a dormir...-James le acarició las mejillas y la niña no tardó en dormirse.
Pasada una hora, Dumbledore llegó con el padre de James.
-Dumbledore!-lo llamó la madre de James-no desperté todavía a la familia de Lily...quería esperar que llegara usted.
-Bien hecho Linda, no los despiertes todavía. Necesito primero hablar con Sirius.-dijo rápidamente.
-Está abajo, cuidando la puerta, profesor Dumbledore...-le dijo James.
-Lily, te encuentras bien?-le preguntó el viejo mago a la pelirroja.
-Si, gracias profesor.
Dumbledore dedicó media hora a la historia de Sirius, pidiendo que le explicara cada detalle una y otra vez. James se quedó cuidando a Lily, Remus había ido a buscar a Peter a la estación, y los padres de James habían vuelto a casa.
-Están muy viejos para esto-le dijo James a Lily, y la vio reír por primera vez en el día. En ese momento, James se enamoró perdidamente de ella, de su sonrisa, sus ojos, su boca.
-Escucha James...de veras siento mucho que nos hayamos peleado.
-Yo también lo siento Lily.
-Que es lo que ha pasado con Sirius?-le dijo ella, después de un silencio incómodo.
Entonces James contó toda la historia. Lily escuchaba angustiada.
-No sabía que ustedes dos tenían tanto poder como magos...-les dijo impresionada.
-Tu también eres una gran bruja-la reprochó James...Al instante, Dumbledore entró en el cuarto:
-Bien Lily. Sirius me lo ha contado todo. Necesitas agregar algo?
-No profesor.
-Sería mejor que vivieses en una casa de magos lo que queda de las vacaciones...la señorita Holmes tendrá algún problema?
-No, no lo creo.
-Bueno, junta tus cosas, en cualquier momento llegará la profesora McGonagall para llevarte allí. James ve a buscar a Sirius, está en la puerta. Dile que venga aquí arriba.
Cuando los cuatro estuvieron reunidos, Dumbledores habló claro:
-Magos tenebrosos se están poniendo en contacto, gracias a Sirius pudimos enterarnos en detalle. Chicos: tengan mucho cuidado. Sobre todo ahora, estén atentos en cualquier momento. Sobre todo tú Lily, tu sangre mezclada genera un motivo para que vengan primero a por ti.-Dumbledore miró a ambos lados del cuarto.-Y si ven éste símbolo-Y dibujó una pequeña calavera con una serpiente saliendo de su boca, ambas de color verde brillante. Luego lo borró con la mano- Corran por ayuda. Escucharán cosas raras, y en Hogwarts, cuídense lo más posible. Yo me quedaré aquí, Lily-Dumbledore hizo aparecer un biombo enorme-tendrás que cambiarte en nuestra presencia.
-No hay problema-les dijo. Salió detrás del biombo con unos jeans apretados y una remera corta, blanca. Se había atado el pelo.
-Muchachos, ayúdenla a juntar sus cosas, iré a vigilar abajo.
Mas tarde, Remus llegó con un Peter confundidísimo, y casi al mismo tiempo, Minerva McGonagall y James llevaron a Lily a la casa de Jane, luego de que ésta se despidiera y dejara tranquilos a sus padres. Remus, Peter, Sirius y Dumbledore abandonaron la casa y los tres muchachos se dirigieron a la casa de James.
Cuando James volvió, cerca de la madrugada, había empezado a llover. Faltaba un mes para el comienzo de clases, y Peter y Remus vivirían allí.
Esa noche llovió sin parar.
