Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de WB y demas parentela.

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic es YAOI (y será slash)y este se da entre los personajes de Osmosis Jones y Thrax, ademas de algún posible competidor de creación propia, si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.

Capitulo 3. Hogar, horrible hogar

Habían sido castigados. Ambos.

¿Quién iba a decir que un glóbulo blanco iba a saber tanto de tortura psicologica?

Thrax era una vacuna, pero debía permanecer al menos un mes bajo observación, en régimen de libertad condicional vigilada. Tenía papeles que legalizaban su estancia pero aun no eran definitivos. El jefe de policia había sido tajante, un solo desliz y saldría de Frank por la vía rápida y preferiblemente por el recto.

Y Osmosis había estado a punto de ser temporalmente suspendido, pero al final habían tenido una horrible idea.

Jones iba a ser el agente de la condicional de Thrax. Y este viviría en su apartamento hasta que se le adjudicara un hogar propio.

Por primera vez los enemigos estuvieron de acuerdo en algo, eso era una locura. Discutieron hasta la saciedad sin obtener resultado alguno.

Y allí estaban, delante de los apartamentos donde vivía Jones, en un barrio del bazo, logicamente un barrio de polis. No estaba mal, teniendo en cuenta la música y el acento de Jones, Thrax casi había temido un piso de protección oficial en el intestino grueso.

Antes de quitar el seguro del coche, Jones se dignó a hablarle por primera vez desde que habían salido de comisaría ambos enfurruñados.

- Escuchame bien, rojillo.- Espetó con aquel aire fanfarrón.- Mi piso es un mundo aparte con sus propias reglas, ¿de acuerdo?

Thrax elevó la vista con desesperación, como había temido una infantilidad por el estilo.

- Regla número uno, no se toca nada sin mi permiso.

¿Se podía ser mas crio? Thrax supuso que Jones debía sufrir algún tipo de regresión a la infancia porque era ridículo.

- Regla número dos, hay lo que hay, no se comprarán caprichos. Regla número...

- Jones, si pones una sola regla mas te voy a...

- Ooooh, amenazas al agente de condicional, tengo que apuntar eso.

Thrax se puso rojo carmesí al ver que Jones sacaba una libreta y escribía lanzándole miradas de burlona superioridad.

- Pequeño gusano, traidor, chivato, Judas...

- Insultos... vaya, que interesante informe entregaré el lunes.

Thrax se obligó a si mismo a callar y se cruzó de brazos fulminando con la mirada a cualquiera que pasara ante el vehículo. Esa situación era insostenible.

- Bien, parece que ya has terminado. Podemos subir a mi piso.

Jones se sentía mucho mejor, empezaba a ver el lado bueno de tener que soportar al virus esnob, él seguía teniendo la autoridad, es más, Thrax dependía de lo que él dijera o le largarían del cuerpo de Frank de una patada en el culo.

Y que fantástico sería.

Subieron andando hasta el doceavo piso, naturalmente había ascensor pero Jones ni lo mencionó, a el le gustaba andar y sería divertido ver si al virus le faltaba el aire al llegar.

Thrax se obligó a mantenerse erguido y no emitir ni un quejido. Sus múltiples heridas y cicatrices aun tiernas le estaban torturando desde que llegó pero era peor aun después de esa caminata. Necesitaba una ducha y dormir, sobre todo dormir, estaba exhausto.

Finalmente llegaron al piso de Jones y este abrió la puerta como si fuese un castillo.

Una pocilga. Eso era ese piso.

En la sala de estar se veían revistas tiradas en el suelo y los sofas, una caja de pizza sobre la mesa, tres o cuatro cascos de cerveza tirados al azar, uno sobre la tele, otro en una mesilla... las cortinas tenían manchas de alguna sustancia sin identificar y el techo había sido decorado a mano con manchas de pintura al azar, como arte psicodélico.

Thrax cerró los ojos, los abrió y comprobó que no se equivocaba. Aquello era la personificación del piso de un soltero, ya podía imaginarse la pila de platos sucios en la cocina, las cajas de comida precocinada amontonada, el olor a mugre del lavabo y la cama sin hacer desde la última visita de mama Jones.

- Bueno, admito que está un poco desordenado. Pero no te importa, ¿verdad?

Si la sonrisa de Jones hubiese sido mas cínica se hubiese parecido a la suya. Thrax solo tuvo que mirar la enorme cadena de música y supo que no iba a dormir en mucho tiempo.

- ¿Dónde está el lavabo?

- Al fondo derecha, como en los bares.

Solo esperaba que el baño no fuese exactamente como en los bares, diminuto, repugnante y con pintadas en la pared.

- ¿Y donde voy a dormir?

Jones extendió lo brazos con aire teatral.

- El sofá es todo tuyo, yo diría que cabes.

Si, cabía si se cortaba las piernas a la altura de las rodillas. Thrax supuso que incluso compartiría el sofá con el bacilo que se hubiese creado debajo de todas aquellas revistas.

Aquello era un castigo mayor del que hubiese imaginado.

Jones se quitó la chaqueta y la tiró en una silla antes de ir al dormitorio a ponerse ropa algo mas cómoda para estar en casa. No pensaba cambiar su vida ni sus costumbres, las riendas las llevaba él y no al contrario.

Thrax dejó la ducha para mas adelante, no podía soportar ver semejante desorden, era superior a sus fuerzas dormir en un sitio como ese. Puede que fuera un virus y que medrara en la suciedad pero eso no tenía porque gustarle, había evolucionado a un punto en que podía permitirse vivir en lugares decentes.

Se agachó con un ahogado gruñido de dolor y empezó a recolectar revistas.

La mitad eran de armas y la otra mitad de sexo. De eso había un monton.

Pentgen, XY, XX, Los mejores genes, Piernass, Los nucleos mas calientes...

Thrax vió tanto revistas heterosexuales como homosexuales y sintió que le subía la temperatura al ver todo un nucleo masculino al descubierto. Aquellas revistas no eran precisamente light, ¿es que a Jones no le preocupaba que las viera cualquiera que entrara en su piso?

- Ni se te ocurra tirarlas, déjalas sobre la mesa.

Thrax dejó caer la revista con irritación, Jones se debía pensar que iba a tener un criado. Pues se equivocaba. Comenzó a apartar las revistas y las amontonó a patadas debajo de la mesa. No pensaba irritar aun mas sus heridas agachandose para ordenar.

Jones salió del dormitorio y vió como el salón había adquirido un aspecto mas habitable, tal y como imaginaba Thrax no había soportado su casual estilo de vida y había recogido algo. Aquello iba a ser realmente divertido.

Thrax limpió como bien pudo las migas del sofá y ahuecó los almohadones hasta que su "cama" tuvo un aspecto medianamente saludable, aunque de seguro su espalda iba a sufrir lo indecible durmiendo en ese mueble. Se quitó la gabardina y buscó un perchero donde poder dejarla cuando Jones se la quitó de las manos, hizo una bola y la arrojó al fondo de un armario, donde la ropa de Jones tenía el mismo aspecto desordenado del resto de la casa. Thrax no pudo imaginar como iba a acabar su gabardina ahí dentro.

- Ya está. ¿Tienes hambre? ¿Pizza, hamburguesa? A mi me es igual.

El virus se cruzó de brazos y lanzó una mirada asesina a Jones, estaba claro que el policia lo estaba haciendo todo a propósito. No era que no le gustase la comida rápida pero no había comido decentemente desde hacía días y necesitaba imperiosamente algo mas alimenticio que grasas puras y duras.

- ¿No tienes nada mas en la nevera?

- No se, hecha un vistazo si quieres, pero no pienso cocinar.

- Tampoco lo esperaba, además no me gusta la comida quemada.

Jones sacó aquella maldita libreta y empezó a escribir de nuevo, sin duda notificando "falta de respeto a la autoridad" o alguna otra necedad parecida. Thrax se abstuvo de hacer comentarios y pasó a su lado hecho una furia en dirección a la cocina.

Thrax estuvo a punto de saltar cuando un ayudo chillido le sobresaltó. Una bacteria pequeña llena de ojos se subió a la alacena con auténtico histerismo.

- ¡La muerte roja! ¡Es la muerte roja! ¡Ozzyyyy!

Jones se precipitó en la cocina y miró con furia a Thrax, que solo pudo alzar las manos con exasperación.

- No la he tocado.

 Jones se acercó y la bacteria le saltó a los brazos sin apartar la mirada del virus, que bufó hastiado y miró asqueado la pila ya esperada de platos sucios en el fregadero.

- Tranquiiiila, aquí la muerte roja ya no es un virus, ahora es una vacuna y no va hacerte daño.

- Pero sigue dando miedo.- Se quejó la lastimosa criatura.

Thrax les ignoró, abrió la nevera y gruñó al ver únicamente cervezas, pizzas congeladas y un lastimoso paquete de salchichas. La vida alimentaria de Jones era básica.

- ¿Y bien? ¿Qué quieres?

Pregunta retórica sin duda. Thrax no dejó traslucir su furia y se limitó a encogerse de hombros. No iba a seguir dando a Jones la satisfacción de anojarle.

- Me es indiferente.

- Ya suponía que tu sentido del gusto sería inexistente.

Thrax estuvo a un paso de saltar con una ácida réplica cuando vió que la bacteria tendía a Jones aquella libreta y un boligrafo. El policia cogió ambos.

- ¿Siii? ¿Ibas a decir algo?

Thrax, abrió boca y la cerró haciendo rechinar los dientes, Jones devolvió la libreta a la bacteria y fue hacia el teléfono para hacer el pedido de pizza.

- ¿Y quien se supone que eres tú?

La bacteria parecía algo mas calmada por la presencia de Jones, pero temblaba como una hoja y Thrax esperaba que se pusiese a gritar de un momento a otro.

- Yo...yo s-soy Ne... nerd...

Magnífico. Compañeros de piso, un policia infantil y una bacteria hipernerviosa.

- Ehem... ¿hace mucho que vives con Jones?

Intentar conversar con ese tal Nerd sin duda era mejor que hacerlo con Jones por lo que decidió dar una oportunidad a aquella miserable forma de vida.

- Yo.. t-te vi cuando lle-llegaste a Frank... en el barco d-de saliva...

En ese momento Thrax recordo donde había visto antes a aquella cosa, pero no había sido en el barco de saliva, sino en la discoteca del Grano, la primera vez que se enfrentó a Jones camuflado de virus.

- ¿No eras esa escultura de hielo que estaba sobre la cabeza de la cápsula?

Nerd asintió nerviosamente y se encogió mientras sus ojos parpadeaban aleatoriamente.

- No voy a atacarte, estupida muestra de...

- No-insultes-a-Nerd.

Sin duda Jones intentaba parecer amenazador pero Thrax solo enarcó las cejas con cinismo y palmeó la cabeza de la criatura con falso cariño.

- Solo intentaba conversar con tu pequeño amigo.

- Ya, claro.

 Jones cogió en brazos a Nerd como si se tratara de un gatito y salió de la cocina. Thrax aprovecho la espera a que llegara la pizza para ir al lavabo y darse una ducha, si la higiene del lugar era aceptable.

- Supongo que puedo usar la ducha.

- Claro, de hecho me preguntaba cuando lo harías.

Thrax gruñó, allí lo unico que apestaba era el piso de Jones. Se dirigió al baño y se preparó para lo peor.

Estaba desordenado pero era aceptable dentro de lo que esperaba, había manchas de cal por todos lados y un desorden general, pero no había manchas de colores extraños o hongos habitando en las esquinas, aunque la taza del vater olía demasiado a orina.

Thrax se quitó cuidadosamente el sueter, ahogando gemidos de dolor hasta quedar completamente desnudo. Miró su reflejo en el espejo y frunció el ceño, aquello iba a tardar en curar. Tenía numerosas laceraciones frescas en el torso y la espalda en carne viva. Generalmente se regeneraba rapido, pero aquellas heridas las habían producido antibioticos e instrumental esterilizado, por lo que el daño sería difícil de reparar.

Y acelerar el proceso iba a dolerle. Mucho.

Thrax aguantó la respiración y abrió el agua. Su carne torturada siseó y humeo al contacto con el liquido elemento y Thrax mordió su propia uña para no gritar. El dolor era casi tan horrible como lo había sido el alcohol.

Tenía que hacerlo, volver a estar fuerte, sobrevivir al precio que fuera.

Estaba al borde de la inconsciencia. Se obligó a aguantar un poco más y cerró el grifo con un giro, para acto seguido caer en el suelo de la ducha, desmadejado y debil. Pero quedarse dormido alli no sería una buena idea. Se levantó y dejó de su piel absorviese todo el exceso de humedad, eso le provocó un fuerte escozor pero se sintió satisfecho al comprobar que las cicatrices ya no tenían un aspecto tan horrible y empezaban a asemejarse al resto de la piel. Llevaría dos semanas mas o menos volver a la normalidad.

- ¡Eh! ¿No estarás haciendo guarradas ahí dentro?

Al parecer ese maldito Jones no iba a dejarle tranquilo ni un segundo.

Osmosis sonrió cuando Thrax salió del lavabo echo una fiera. Curiosamente tenía mal aspecto, parecía realmente exhausto... a saber que había estado haciendo, ¿liberar tensión por el coqueteo con Leela? No quería ni pensarlo.

- Ha llegado la pizza. Por cierto, ya me la pagaras cuando te llegue el subsidio del estado.

Las expresiones de ira contenida de Thrax no tenían precio, era realmente satisfactorio borrar de su cara la sonrisa de sarcasmo y superioridad que tanto le enervaba. El olor de la piza llegó hasta ellos cuando Nerd abrió la caja y en ese momento un rugido profundo y ancestral surgió ahogado desde Thrax.

Oh, cielos, maldito fuera su estomago, Thrax intentó mantenerse serio e impreterrito cuando sus tripas resonaron exigiendo alimento y Jones pasó de la confusión a la risa en el lapso de un segundo.

- ¡¡JA JA JA JA!! ¡Parece que falta comida en Vacunalandia!

- ¡Deja de reirte!

Thrax esgrimió su uña con su mas mortifera expresión y obtuvo la satisfacción de ver a Osmosis pasar un momento de absoluto pánico antes de recuperarse y esgrimir su maldita libreta.

- Adelante, dejame apuntar "asalto al agente de condicional", ¿quieres que te saque los billetes al recto?.

Thrax bajó su temperatura y bajó su uña lentamente, intentado recuperar el control, debía recuperar la calma, su supervivencia dependía de ello. No había probabilidades de obtener refugio seguro en otro cuerpo y no quería hibernar eternamente en las cloacas.

Osmosis no dejó traslucir su alivio al ver que Thrax recuperaba la sensatez. Pero realmente le aliviaba, casi había olvidado que aquel tipo habia sido un virus, un asesino y un genocida. No debía forzar demasiado la nota, aunque ahora Thrax ya no era letal para ningun habitante de ciudad Frank, aun podía causar mucho daño sin poder matar.

Una cosa era que Osmosis pudiese regenerar el daño y otra que aquella zarpa no doliera.

Finalmente ambos se dirigieron al salon lanzandose miradas desconfiadas a casa paso y se sentaron en el sofa que iba a ser la "cama" de Thrax. Nerd se posicionó estrategicamente en medio de ambos mientras se repartían la pizza.

Thrax no se sorprendió cuando Jones encendió la tele para ver el baloncesto. Thrax nunca había tenido tiempo ni interes en los deportes, los cuerpos en los que había estado no habían sido muy asiduos a ese tipo de actividades, a excepción de un hombre en el que había encontrado todo un repertorio de archivos referentes al futbol. El resto de los individuos en los que había habitado habían mostrado unos archivos mas variados, de hecho su segunda victima había sido una estancia muy agradable debido a su afición a la ciencia y a los extensos conocimiento de medicina y literatura, Thrax debía admitir que se había demorado mucho en aquel huésped ,llevado por la curiosad ,hasta que casi fue descubierto en una de sus visitas a la memoria.

Sus memorias fueron rotas por un bote en el sillón y los gritos de Jones y Nerd celebrando la victoria del equipo de Los Toros del Intestino.

- ¿Has visto eso? ¡¡Que canasta!! ¡Y sin estirarse!

Thrax le dirigió una mirada esceptica ante aquel absurdo intento de hermanamiento mediante el deporte.

Osmosis sintió que le hervía la sangre al ver que Thrax mandaba silenciosamente al cuerno su intento de ser amable. Le estaba bien empleado por pensar que aquel snob podía ser minimamente normal o al menos estarle agradecido.

Nerd evitó una nueva tanda de insultos y réplicas bostezando sonoramente y provocando replicas de bostezo en Osmosis y Thrax.

Osmosis se levantó y se dirigió al dormitorio.

- Hasta mañana... vacuna.

Thrax le dirigió una mirada asesina y Osmosis entró en el dormitorio con una sonrisa de satisfacción por el deber cumplido. Tenía a Thrax exactamente donde quería.

Thrax apartó la caja de pizza y se acomodó como bien pudo en el sofá, Jones no le había proporcionado ni una manta y no tenía ropa de dormir, tendría que usar lo puesto. E intentar conciliar el sueño en aquel incomodo mueble. Aquello iba a ser horrible.

Nota de la autora:

No se como disculpar mi vergonzoso abandono de mis obligaciones de escritora de fanfics, unos problemas tecnicos me alejaron de este hobby y luego me olvidé por completo de esta historia. Hasta ahora, para obtener el perdón de los dos revisores que he tenido me dispongo a subir varios capitulos en breve. Muchas gracias.