Atención: Este fic contendrá sexo, drogas y movidas de adolescentes en alguno de sus capítulos. Si tu corazón es débil o si eres demasiado impresionable y cerrado al mundo exterior no lo leas, si por el contrario quieres ver mi visión sobre cosas reales léelos.

Lo típico: Estos personajes pertenecen a la Rowling…. Bla bla (no me comáis la cabeza, va?)

Yop: Buenas nena, jeje, a ver es que Harry representa a mi exmejor amigo que es así, jaja así que nada no le voy a poner como un mojigato porque no lo es, y Draco representa a un pive… con el que he tenido mazo de movidas, pero nunca nada serio y por eso no sé que haré, si dejarles juntos o no jjee. Bueno espero que te guste también este capítulo. Y muchas gracias por leer!!! Besos.

Chica-Cosmo: Aquí está la continuación.

Alici@ M@lfoy: Bueno, gracias por leer el fic, jeje, sí este es otro de los tantos con los que estoy jugando jaja. Espero que te guste esta continuación y las de los demás fics. Gracias por leer.

Lira Garbo: Yei a mí también me gusta ver así de pasional a Draco jaja. Claro que lo seguiré nena!

punk15(): Aquí tienes la continuación.

Lil Granger ^^(): Hola, gracias por leerlos!!! Uy me alegro de que te guste la manera en la que escribo, jeje y bueno en mi país también los hay recatados, pero yo llevo ese tema con mucha naturalidad jeje, por eso escribo y hablo sin problema sobre ello. Entre Ron y Hermione claro que va a haber, no te preocupes jeje que te la voy a dedicar además ;-) Bien aquí tienes la actualización. Saludos!!

Siento el retraso :S buf se me fue el santo al cielo y no conseguía terminar el capítulo jeje, bueno espero que la espera haya servido de algo y que os guste el capítulo. Disfrutar!

VIDA NUEVA

3. Baño perfumado

Me levanté cuando la luz del día me daba en la cara, me froté los ojos para acostumbrarme a la luminosidad y me estiré. Mi mano chocó con un cuerpo tibio, que emitió un sonido molesto. Me giré y me quedé mirando el rostro pálido de Draco, sus ojos estaban cerrados, sus labios entreabiertos y respiraba pausadamente, pude ver sus hombros pálidos y perfectos descubiertos, su torso desnudo era hipnotizante.

Posé un dedo sobre sus labios y lo deslicé por su barbilla, su cuello, hasta llegar a su pecho, su cuerpo emitía calor mientras mi dedo seguía bajando y yo seguía con la mirada el recorrido. Cuando la superficie de mi dedo estaba llegando más abajo de la manta, debajo de su cintura, levanté la cabeza y le miré, él estaba despierto, me miraba con esos ojos fríos.

- ¿No vas a seguir? –dijo agarrándome la mano que estaba retirando.

Me encogí de hombros y como respuesta le quité la manta de encima, dejando al descubierto todo su cuerpo y me acerqué y comencé a besar sus labios, el cuello, siguiendo el recorrido que mi dedo había hecho antes, cuando le miré vi que estaba sonriendo, últimamente sonreía y eso me agradaba.

Mi boca llegó a los lugares prohibidos y le oí como un suspiro salía de su boca, sentí su excitación cuando mis labios comenzaron a besar aquella parte.

Sonó el despertador mágico y yo me separé de él.

- ¡Había quedado en llamar a Ginny! –dije dándome cuenta de la hora que era. Cuando me iba a levantar Draco me agarró por la cintura y mientras me daba un beso en el cuello me dijo:

- Hay tiempo para todo.

Él tenía razón, pero no era lo más conveniente, esa noche sólo había logrado confundirme y ahora mi cabeza estaba dando tantas vueltas como si tuviese una resaca bestial. Le acaricié la mano y le di un beso en los labios.

- Ahora no –dije poniendo cara seductora, por lo que él miró al techo y mientras se reía se tumbó en la cama, dejándome un perfecto plano de toda su perfección escondida para algunos ojos. Me mordí el labio y luché contra mis instintos para lograr levantarme y ponerme la primera camiseta que pillé. Luego fui hacia la puerta.

- Ey, esa es mi camiseta.

- Luego te la doy –cerré la puerta tras de mí y respiré hondo varias veces.

Cogí el teléfono y marqué el número de Ginny.

- Siento no haberte llamado antes.

- No es nada –me contestó una voz algo afónica.

- ¿Qué tal estás?

- Mejor que ayer.

- Bueno, eso es un progreso –hice una pausa para pensar- ¿quieres que vayamos de tiendas y hablemos de la salida de esta noche?

- … -una pausa breve- vale –su voz sonó algo más animada.

- Genial, te veo en un par de horas en Picadilly Circus.

Cuando colgué deseé que Ginny estuviese bien, no se merecía que Harry la hiciese daño, pero al fin y al cabo la mayoría de los chicos acaban haciendo daño. Fui hacia la cocina y con un movimiento de varita puse la tetera en marcha y mientras se hacía me quedé mirando por la ventana, hacía un buen día, el sol alumbraba todo con reflejos resplandecientes, en el parque que había cerca de nuestros pisos los niños jugaban, se balanceaban, hacían guerras de bolas de barro cuadradas, mientras los ojos de las preocupadas madres los observaban con disimulo.

La tetera emitió un ruido, como un quejido, me acerqué a ella y atraje una taza con un hechizo, cuando empecé a verter el contenido dentro de mi taza, otra vino levitando a mi lado y se quedó en la encimera esperando a ser servida, llené ambas y me giré, viendo a Draco despeinado y con un pantalón de deporte únicamente apoyado en el marco de la puerta.

Se acercó a la mesa y tomó asiento, yo hice lo mismo mientras cargaba con las dos tazas, puse una delante de él y de la otra comencé a dar pequeños sorbitos. Una lechuza parda picó en la ventana, me levanté y deposité las monedas en la bolsita que llevaba en una pata mientras cogía El Profeta.

Lo abrí cuando me hube sentado y me perdí en los titulares, mientras escuchaba a Draco hacer ruido con la taza cuando la depositaba sobre el platito.

- ¿Cuándo vas a ver a la comadreja y al cabeza rajada? –me sacó de la lectura, aparté el periódico y le miré, tenía una expresión aburrida en la cara, mientras miraba el poco café que le quedaba y lo removía con una cucharilla.

- No lo sé –dije doblando el periódico y depositándolo sobre la mesa. Sus ojos grises se posaron sobre mi con firmeza- ¿quieres venir cuando quede con ellos? –pregunté con burla. En sus labios apareció una sonrisa sarcástica.

- Sí claro, así podré ver como la comadreja trata de llevarte al huerto –dio un último sorbo y acabó el contenido de la taza. Yo le miré retadoramente- no me mires así Hermione, sólo soy realista, siempre te lleva al huerto… -esas palabras hicieron un efecto sobre mí que nunca habría esperado. Carraspeé sonoramente y me levanté, recogiendo todo con prisa.

- Me voy a duchar que he quedado con Ginny –dije saliendo de la cocina con rapidez.

Fui hacia el cuarto de baño y abrí las llaves del agua caliente, esperé a que la temperatura estuviera aceptable y me desnudé, metiéndome en la ducha. Dejé que el agua caliente borrase la imagen de Ron que había aparecido en mi cabeza.

Acabé rápidamente y fui con la toalla hasta mi cuarto para cambiarme. Cuando estuve lista volví al salón, en donde Draco estaba leyendo el periódico que yo había dejado.

- Hasta luego –para responderme, él hizo un movimiento de cabeza sin despegar los ojos del Profeta.

Cerré la puerta tras de mí y bajé las escaleras para salir a la calle, una ola de calor me dio de lleno mientras caminaba hacia el metro. Estuve en el vagón viendo pasar paradas hasta que llegó la mía, bajé y salí directamente a la plaza en donde había quedado con Ginny.

Como siempre aquella zona estaba llena de extranjeros, un italiano se me acercó para pedirme un "cigarette", escuché a un grupo de franceses y a unos cuantos españoles, mientras me iba a sentar se me acercó un chico negro que comía una hamburguesa con la boca abierta, enseñándome los dientes amarillos y torcidos, el chico con el pelo en trencitas me ofreció marihuana, como ya tenía le dije que no.

Entonces vi acercarse a una figura menuda con el cabello rojo largo, cayendo con delicadeza sobre su espalda. Nos acercamos y nos dimos un abrazo.

- ¡Qué guapa estás niña! –Ginny sonrió con su típica sonrisa angelical y me lo agradeció.

Estuvimos andando por las calles y entrando a todos los sitios cuyos escaparates nos llamaban la atención, nos probamos ropa estúpida simplemente por la diversión de vernos algo puesto que nunca nos pondríamos en público. Pasamos un rato agradable y acabamos en un restaurante italiano, pequeño y silencioso.

Frente a nosotras había una gran pizza apetitosa a la que ya le faltaban un par de trozos que degustábamos Ginny y yo. Hablamos un poco sobre la noche y decidimos ir a un local que yo conocía, por Londres no había mucha marcha a altas horas, había que buscarla y yo era especialista en ello.

La pizza fue disminuyendo y nuestros estómagos se quedaron más llenos, fue cuando decidí abordar el tema de Harry.

- ¿Has vuelto a hablar con él? –ella supo de inmediato a quién me refería porque sus ojos se apagaron y se olvidó de llevarse a la boca el trozo de comida que tenía.

- No –hizo una pausa- no quiero verle ni hablar con él Hermione, ya estoy cansada de sus jueguecitos.

- Tienes razón, hay que olvidar el pasado –ella asintió y me miró de pronto con una sonrisa cómplice.

- Está muy guapo Malfoy –me atraganté y ruborizada le dije que sí- ¿qué hay entre vosotros dos?

- Nada –me miró con el entrecejo fruncido- somos amigos Ginny.

- Ya –contestó sarcásticamente- y ayer os pillé en medio de una charla sobre el tiempo, ¿no?

- Bueno, no era exactamente sobre el tiempo –las dos nos empezamos a reír- no lo sé Ginny, en serio, a veces surge…

- Con tal de que no te haga daño como antes…

Me acordé de antes, de cuando me enamoré de Draco, Ginny era la única que lo sabía y Draco simplemente me veía como una amiga que acaba de conseguir, bueno, como una amiga de algo más, pero nunca para algo serio. Fue doloroso esa época de sentir que le quería y él solo tratarme como una colega con la que divertirse de vez en cuando, pero ahora todo eso había cambiado, al menos me había convencido yo misma de ello, y ahora disfrutábamos los dos, sin que ningún sentimiento se metiese por medio en nuestras noches de locura, pasión, desenfreno…

Nos despedimos dándonos besos y abrazos mientras nos reíamos, quedamos en vernos por la noche en la calle en la que estaba situado el local al que íbamos a ir. Entré en el metro tras verla marchar y me subí a mi vagón, mientras me sumí en mis propios pensamiento llegué por fin a mi parada.

Nada más salir a la calle, una nube gris escondía los rayos solares que esa misma mañana habían adornado la ciudad, la humedad era notable y se pegaba a tu piel como una segunda ropa.

Llegué al piso justo cuando las primeras gotas comenzaban a caer y mojaban el asfalto. No había nadie en casa, fui al cuarto de Draco, pero la puerta estaba abierta. Decidí prepararme un baño caliente con esencias mágicas.

El golpeteo del agua sobre la bañaba sonaba mientras yo me movía por la casa y ponía en marcha un poco de música, alguien llamó a la puerta, fui hacia ella pensando que sería Draco. Cuando abrí, la toalla que tenía en los brazos cayó al suelo.

- Harry me dijo que podía venir a verte –un chico pelirrojo, alto, atractivo y con unos intensos ojos azules me miraba desde la puerta.

- Pasa –bajé la música con un movimiento de varita y le guié hasta el sofá.

- Bonita casa –asentí mientras fijaba mi mirada en las uñas de mis manos- ¿la has decorado tú?

- Con Draco –levanté la cabeza y vi que sus ojos se ensombrecían.

- Harry me lo dijo, no pensé nunca que podrías llegar a cruzar palabras con ese tío, y menos aún vivir con él.

- La vida da muchas vueltas Ron, y Draco es un buen amigo.

- ¡Dejaste a tus mejores amigos por una serpiente que hasta hace poco te llamaba sangresucia! –dijo molesto.

- No tengo por qué dar explicaciones de lo que hice, ni de con quien me voy –dije sin alterarme- ya os dije todo lo que os tenía que decir en las cartas.

- Ah, sí… la carta… -bajó el tono de voz- ¿vida nueva? ¿qué pretendías? ¿romper con el pasado?

- ¡Sí!, no quería volver a saber nada de vosotros –exclamé ya algo más enfadada. Ron cerró los ojos como si le hubiese dado una bofetada, los volvió abrir y ya no había el brillo amable característico en él.

- Pues el pasado siempre vuelve, Hermione, tarde o temprano –se levantó y se dirigió hacia la puerta, cuando llegó a ella volvió a girarse mientras yo me acercaba- espero poder volver a hablar contigo –asentí con la cabeza y le miré fijamente. Cuando se daba la vuelta logré articular palabra.

- Ron… te he echado de menos –el pelirrojo se paró y se volteó para mirarme, sin que me diese cuenta, sus labios estaban pegados a los míos y me abrazaba con fuerza, mientras me tocaba con ansias, de forma algo brusca. Conseguí apartarme de él y miré al suelo negando con la cabeza.

- Bueno… yo, yo también te eché de menos –sonaron sus pasos mientras bajaba por las escaleras.

Volví al interior de la casa y me metí en la bañera ya llena, cerré los ojos y descansé la cabeza mientras seguía escuchando las notas musicales. Las burbujas lamían mi piel y el olor a perfumes mágicos inundaban la estancia.

Un carraspeo me sacó de mis ensoñaciones, abrí los ojos y vi a Draco dentro del baño, con la puerta cerrada tras él.

- ¿Se puede saber…? -me metí más abajo para cubrir mis pechos con la espuma- ¡Draco! ¿Qué narices haces…?

- Llevas más d una hora ahí dentro y yo quiero ducharme también –me cortó y se quedó mirándome- aunque a decir verdad, me encantaría un baño así –le miré retadoramente.

- Pues te esperas a que termine, ahora sal del baño –cogí un poco de agua con jabón y se la tiré. Con horror vi como se daba media vuelta y en vez de abrir la puerta comenzaba a desnudarse- ¿Dra-Draco?

- Dime –se giró y me dejó ve su cuerpo completamente desnudo. Se fue acercando sensualmente al borde de la bañera, tragué saliva cuando estuvo justo al lado y me sumergí completamente para borrar la imagen de su cuerpo desnudo de mi cabeza e intentar pensar con claridad, pero un pie se introdujo entre los míos.

Saqué de nuevo la cabeza y vi como se estaba metiendo en la bañera, poco a poco, sonriendo ante la cara que debía tener yo en esos momentos. Se fue sentando entre mis piernas, que abrió cuidadosamente para no aplastarme al entrar en la bañera, en ese momento me sentí realmente incómoda.

El agua le llegaba por los abdominales, vi como se ponía a cuatro patas y se acercaba a mi cara, cerré los ojos y sentí su respiración en mi hombro cuando cogió la esponja que estaba detrás de mi cabeza, cuando los volví a abrir, él estaba pasándose la esponja por su cuerpo, enjabonándose delicadamente la superficie que quedaba sin vestirse de agua.

Vi como cerraba los ojos y una sonrisa angelical y a la vez diabólica surcaba sus labios mientras deslizaba la esponja más debajo de su ombligo. "Por Merlín, no hagas eso…" mi cabeza era lo único que atinaba a pensar.

Paró la mano y sonrió al haber llegado a una zona extremadamente delicada, abrió los ojos y fijó su gris penetrante en los míos, volví a tragar saliva y le mantuve la mirada.

- ¿Me ayudas? –preguntó inocentemente- ¿o prefieres que primero te ayude yo a ti?

Sin haberle contestado, Draco volvió a poner a cuatro patas y se acercó a mi cuerpo, posó la esponja sobre mi cuello, el agua caliente hizo que la piel se me pusiese de gallina, comenzó a enjabonar la zona con movimientos delicados, y fue bajando hasta mis pechos, en donde sus movimientos se hicieron circulares. Comencé a respirar con dificultad, cosa que el notó y a mi no me hizo nada de gracia la sonrisa de superioridad que puso.

Cuando iba a protestar me encontré con un obstáculo, sus labios se habían adherido a los míos y me los chupaba para que dejase acceso a su lengua, sin más preámbulos lo hice y dejé que la poca cordura que conseguía mantener se esfumase. De nuevo estaba fuera de control, le respondí al beso lo más apasionadamente que pude.

Él tiró la esponja fuera de la bañera y comenzó a enjabonarme con sus propias manos, mientras yo recorra una y otra vez su cuerpo mojado, suave y lleno de espuma con mis manos. Me quitó la espuma del cuerpo y comenzó a recorrerlo con su lengua, mezclando su saliva con el agua que tenía adherida a mi piel.

En un momento noté que su proximidad era cada vez mayor, y su cuerpo estaba pegado al mío, sentí su bulto bajo el agua y me sonrió en el momento en el cual comenzó a penetrante, ahogué un gemido entre sus labios. Aquella sensación bajo el agua era realmente placentera.

Comenzó a moverse y el agua le siguió en sus movimientos, yo me agarré al borde de la bañera con las manos fuertemente apretadas, y me pegué aún más a él si eso era posible, me deslicé como una anguila de mar junto a él, moviéndonos al compás del agua y de nuestra propia imaginación desatada en ese instante.

El olor a esencias mágicas pronto nos embriagó y contribuyeron a hacer de aquel momento único e inolvidable. Me agarró más fuerte de la espalda cuando notó que estaba llegando al momento culminante, yo separé las manos de la bañera y las enlacé en su cuello. Nos dejamos sumergir en el instante en que llegamos al clímax, juntos, bajo el agua, enlazados, perfectamente unidos y besándonos.

Salimos a la superficie para tomar aire, respiramos con dificultad, jadeando, Draco me miró con la ceja alzada y una mueca irónica en su rostro.

- La que no quería un baño compartido –mi risa quedó agotada por un nuevo beso de aquellos tiernos y apetecibles labios.

- Mm Draco –dije después de habernos estado acariciando bajo el agua- es hora de cenar, hoy voy a salir por la noche.

Draco asintió y se levantó de encima mío, salió del agua y se envolvió en una toalla gris, luego me pasó una negra cuando estaba saliendo y nos secamos cuidadosamente, mientras mis ojos se desviaban de vez en cuando hacia su cuerpo perfecto e irresistible.

Me vestí con una minifalda ceñida y de color negro, me calcé unas botas con plataforma también de ese color y por último me puse una camiseta apretada con un descarado escote y corta, ya que enseñaba toda la tripa.

Salí al salón y Draco estaba sentado viendo la televisión y luchando con el mando, aún no se había acostumbrado a él, me miró y un silbido salió de sus labios, me senté a su lado y vi que encima de la mesilla había dos platos de comida, le sonreí y comencé a comer del mío.

- Bueno yo ya me voy –dije después de salir del baño y lavarme los dientes, al igual que aplicarme poco maquillaje, un poco de rimel, la línea negra del ojo y un brillo de labios- ¿qué vas a hacer?

- Va a venir algún colega –alzó ambas cejas- alomejor nos desmadramos –le miré con los ojos entornados mientras él se reía- pásalo bien.

- Tú también.

Cerré la puerta al salir y me quedé quieta con una sonrisa estúpida en los labios, no sabía el por qué aquel cambio de actitud de Draco, pero yo estaba como en las nubes, era perfecto, en todo, tanto él como todo lo que hacía.

Sacudí la cabeza "No seas tonta, no siente nada por ti…" Bajé las escaleras y me encaminé hacia el lugar en donde había quedado con Ginny.