Atención: Este fic contendrá sexo, drogas y movidas de adolescentes en alguno de sus capítulos. Si tu corazón es débil o si eres demasiado impresionable y cerrado al mundo exterior no lo leas, si por el contrario quieres ver mi visión sobre cosas reales léelos.

Lo típico: Estos personajes pertenecen a la Rowling…. Bla bla (no me comáis la cabeza, va?)

Lira Garbo: Te pido que me perdones!!! Es que he tardado un montón en actualizar este fic, buff jjaa a saber donde tenía la cabeza. Yei, yo también quiero un baño con nuestro Draquito aisss que mono que es!! Jeje Ron no las tiene tan perdidas ehhh, jeje tu sigue leyendo. Un besazo!!! Disfruta de este capítulo.

Shumara: Me alegro de que te gustase jeje, bueno, a mi también me encanta Draco!!! Jeje, es que es irresistible. Jajaja, digamos que tengo muchas coincidencias con los góticos, lo sé tengo una obsesión con el negro, jaja, y sí, visto totalmente de negro, jaja bueno, yo no he tenido épocas de colorines, jaja siempre he vestido de colores oscuros, hasta que me empecé a comprar yo la ropa, vamos hace ya muuuuchos años, jaja y toda negra, en fin, me gusta jeje. Besos!!!

Nenuf@r: Buenas nena, sí al fin conseguí acabar el capítulo anterior para subirlo, jeje, aisss si es que son muy muy viciosillos jaja. Ah y lo de Ron y Hermi… jaja por supuesto que habrá de ellos. Y claro que será una fiesta loca jajaja, observa y verás ;-) Sí ya tenía ganas de escribir con Draco una historia en la que fuese protagonista y ya está ahí subida jeje. Seguiré escribiendo. Espero que te guste este capítulo. Besos!!

Lil Granger: Me alegro de que te guste mi redacción y mis ideas. Yo fumo tabaco, marihuana y hachís. Y Sí, jejeje las historias que escribo están basadas en mi vida jejeje. Bueno aquí tienes la actualización, espero que te guste. Saludos!

VIDA NUEVA

4. Cambios

Me encontré con Ginny, ella iba vestida con unos pantalones rojos y ajustados que resaltaban su figura y hacían juego con su pelo, y una blusa blanca atada sobre el ombligo. Nos dimos un abrazo y nos sonreímos al observarnos.

- A romper con todo y todos esta noche –le dije mientras le guiñaba un ojo y nos encaminábamos hacia la discoteca.

Llegamos a una calle en la que la gente estaba esperando en una fila para atravesar unas grandes puertas de color azul fosforito, nos pusimos detrás de un grupo que estaba al final de la cola y esperamos a que llegase nuestro turno. Entramos sin complicaciones, la música nos dio de lleno en la cara, recibiéndonos con melodías y notas que se mezclaban y hacían que tu cuerpo se moviese incluso solo.

Decidimos subir al tercer piso donde siempre había menos gente y variaban un poco más de canciones. Nos acercamos a la barra y pedimos un par de copas, cuando nos las dieron nos encaminamos hacia unos sillones rojos que estaban al lado de la pista de baile de ese piso.

Bajamos unos escalones y vi como un chico castaño y de ojos verdes seguía fijamente a mi amiga, sonreí y aceleré mi paso para que Ginny se quedase sola y vulnerable. El chico comenzó a acercarse cuando Ginny se sentó a mi lado y puso su copa sobre la mesita de color negro. Abrió su bolso para comprobar que seguía teniendo las llaves mientras yo veía como el castaño se quedaba de pie delante de nosotras.

- Hola –Ginny levantó la cabeza y miró al chico, luego me miró a mi que estaba observando al joven y luego volvió a posar su vista sobre el buen cuerpo del chico- soy Daniel –dijo inclinándose para darle dos besos a Ginny.

- Yo soy Ginny –dijo algo ruborizada.

- ¿Quieres bailar? –el chico señaló la pista, que estaba llena de parejas que estaban bailando r&b en esos momentos. Así que decidí levantarme y dejar a Ginny que decidiese ella sola.

Me apoyé en una especie de balcón que daba la pista de baile y me bebí la copa mientras vi contenta como Ginny se levantaba y seguía a Daniel hacia la pista. Me giré cuando empezaron a bailar y dejé la copa vacía sobre unos huecos que había para dejar los vasos.

Me crucé con un chico que yo conocía, se paró delante de mi y me dio dos besos, Seamos Finnigan, que iba con unos amigos suyos, el chico había cambiado desde que le vi la última vez, ahora tenía algo más de buen cuerpo y su pelo estaba peinado en forma de punta, de un color entre rubio y castaño.

- Dios mío Hermione, casi no te reconozco –se giró hacia sus amigos y comenzó a presentármelos- has cambiado mucho ¿eh? –asentí- te invito a una copa ¿de que la quieres?

- De vodka con lima –me miró y sonrió.

- Ácido –me susurró en la oreja- ¿vienes sola? –miró a mi alrededor.

- Vengo con Ginny, está bailando.

- ¿Ginny Weasley? ¿la hermana de Ron Weasley? –preguntó sorprendido.

- Si, esa misma

- ¡Hace mucho que no les veo! Bueno, también hacía mucho que no te veía –pidió la copa- ¿qué tal os va a todos? –preguntó emocionado- ¿Qué tal con Harry y Ron? –se me ensombreció la cara.

- No hablamos –dije moviendo despectivamente la mano, por lo que él abrió mucho los ojos.

- ¿Cómo? ¡¿El trío magnífico de Gryffindor no se hablan?! –asentí- quién lo hubiese dicho… ¿entonces a quién ves? ¿A alguien de Hogwarts?

- A alguno –dije pensando un tema de conversación para cambiar, ya que no me apetecía decir que todos mis nuevos amigos de Hogwarts eran los slytherins amigos de Draco- ¿me acercas la copa? –agradecí silenciosamente al barman su buen momento para poner la copa en la barra. El me pasó mi copa y luego cogió la suya.

- ¿En qué trabajas? –preguntó mientras daba un trago.

- Bueno, estuve trabajando en varias revistas con artículos y algo de poesía y escritos –me miró atónito- pero ahora estoy intentando abrir nuestra propia revista.

- ¡No me digas! ¿con quien? –estaba sorprendido y emocionado a la vez.

- Con Draco Malfoy –su sonrisa se borró de golpe.

- ¿Estás de coña? –al ver que no sonreía y estaba seria siguió- no me lo puedo creer, pero si él… él… es Malfoy… ¿y todos esos años que os estuvo molestando? ¿y no se si habrás olvidado que a ti te llamaba sangr…?

- No lo he olvidado –corté secamente- bueno encantada de haberte visto –le di dos besos y despedí con la mano a sus amigos- me voy a la pista –dejé la copa vacía y fui en busca de Ginny –notando la mirada de Seamos en mi espalda.

Bajé las escaleras y en cuanto me vio se alejó de Daniel y se acercó a mi. Venía sonriendo pero algo contrariada, con las cejas fruncidas.

- Oye, vamos a un bar, me gusta más que estas discotecas de babosos –dijo Ginny- además ahí ponen mejor música que ésta, que no se parece en nada al r&b que se supone que hay en este piso.

- Lo prefiero –dije sonriendo. Avanzamos hacia las escaleras para bajar a la salida- me he encontrado a Seamos Finnigan –al ver como se sonrojaba continué- no, no estaba Dean Thomas.

Me miró burlonamente aunque en sus ojos se veía que le hubiese molestado encontrárselo. Salimos a la calle, en la puerta aún había algunas personas esperando pasar. Giramos por una calle y andamos todo recto hasta llegar a una calle lateral llena de bares. Decidimos probar ese día con uno que tenía en la entrada unas letras en cursiva que rezaban: "Habo". Atravesamos la puerta y entramos a un bar amplio aunque estaba abarrotado de gente.

Empujamos un poco para pasar entre la gente hacia la barra y pedimos un mini cada una, volvimos con él en la mano hasta que entramos un hueco lleno de sillas y mesas. Nos sentamos en una pasando por delante de un grupo de chicos que nos miraron atentamente.

Después de habernos sentado dejamos los vasos sobre la mesa y yo saqué el paquete de tabaco, un mechero, papel y una bolsita, luego cogí un cigarro, y saqué la piedra del interior de la bolsa. Deshice el cigarro sobre la palma de mi mano debajo de la mesa, y luego quemé la piedra con los brazos aún debajo de la mesa, y comencé a mezclarlo. Lo lié rápido por si venía algún camarero y nos echaba.

Bebimos un poco mientras escuchábamos buena música y reíamos al comentar cosas sobre los chicos que había. El grupo de al lado acabó acercándose y sentándose con nosotras. En un momento, a alguno de ellos se le ocurrió la genial idea de hacer alguna ronda de chupitos  y acabamos jugando a un juego y el que perdía debía beber.

Pronto el tiempo dejó de tener sentido, Ginny tenía todos los mofletes colorados y los chicos también estaban algo felices, de vez en cuando cantaban a grito todos agarrados alguna canción que ponían.

*Soldadito marinero conociste a una sirena

De esas que dicen te quiero si ven la cartera llena

Escogiste a la más guapa y a la menos buena

Sin saber cómo ha venido te ha cogido la tormenta*

Soldadito marinero –fito & fitipaldis

El chico que tenía a mi lado era bastante atractivo y cada vez se acercaba más a mi disimuladamente, tenía el pelo moreno y lacio que no era ni largo ni corto, unos ojos grandes de color marrón adornaban su rostro pálido, agradable y simpático, con unas pocas pecas al lado de la nariz que le daban un toque gracioso.

Me levanté para ir al baño y le lancé una mirada significativa, atravesé la multitud de gente hasta que llegué al final del local donde había un pasillo. Estaba oscuro y no me molesté en buscar el interruptor, me apoyé en la pared en el preciso momento en que alguien abrió la puerta y miró hacia el interior.

Era el chico que antes estaba sentado a mi lado, su nombre era Joan. Pasó al interior y me miró antes de cerrar, cuando la puerta se hubo cerrado de nuevo la oscuridad se cernió sobre nosotros, yo me moví lentamente y me acerqué a donde intuía que estaba, cuando mis manos hicieron contacto con su pecho, él me cogió de la espalda y me apretó contra él.

Comenzó a besarme mientras me guiaba hacia la pared del final del pasillo, cuando mi espalda tocó la superficie fría de piedra, sentí como una de sus manos se colocaba sobre mi pecho y la otra me agarraba el muslo, así que pasé la pierna por detrás de su cintura y él deslizó su mano hacia el interior de mi falda. Abrieron la puerta y nos separamos bruscamente, dos chicas reían y se metieron en el baño después de haber dejado encendida la luz del pasillo.

Sentí la mirada de Joan sobre mí, así que se la devolví, me sonrió haciendo que sus poquitas pecas jugueteasen sobre su nariz y se me acercó seductoramente, me agarró de la mano y tiró de mí hacia el baño de los chicos. Comprobamos que no había nadie en esos momentos y nos metimos en un lavabo. Joan echó el pestillo y se giró hacia mí.

Comenzamos a besarnos de forma fogosa, yo sentía los efectos del alcohol, había bebido mucho aquella noche. Cuando me di cuenta, Joan ya me había quitado la camiseta y me había subido la falda, se estaba bajando la cremallera de los vaqueros.

Vi como estaba excitado cuando su pantalón cayó hasta sus rodillas y se acercó a mi para volver a besarme, con una mano masajeaba circularmente uno de mis pechos y con la otra estimulaba mi parte íntima por dentro del tanga. Metió dos dedos y yo acaricié su erección.

Al cabo de un par de minutos él se separo jadeando y me miró a los ojos, luego se agachó y hurgó en su bolsillo del pantalón, sacó un condón y me lo puso delante, yo me encogí de hombros y entonces él se lo comenzó a poner. Yo nunca había visto aquello, ya que los magos utilizábamos un hechizo para no quedarnos embarazadas, pero observé como se adaptaba a la forma de su pene.

Cuando se lo hubo puesto me agarró de los muslos y me elevó mientras me besaba el cuello. Mi espalda chocó contra la pared del lavabo y él aprovechó ese momento para meterse en mi interior, me agarré a sus hombros fuertemente mientras comenzaba a moverse.

Empezamos a respirar ruidosamente entre jadeos, mientras nuestros labios se encontraban y se sorbían. Sus manos se desplazaban por mis muslos y mi trasero. Oímos que la puerta del baño de los chicos se abría y alguien entraba, un ruido de un líquido sonó fuera de la puerta. Me encontré con la mirada de Joan y ambos sonreímos.

Él comenzó a meterse más al fondo, haciendo que yo me moviese debido al placer y no pudiese evitar soltar algún gemido que seguro que fue oído por el chico que había entrado, ya que de pronto todo era silencio salvo nuestras respiraciones agitadas. La puerta volvió a abrirse y sonaron dos voces masculinas.

- Yo de ti me daría prisa, aquí hay gente divirtiéndose –se oyeron dos risas y la puerta que se cerraba tras ellos.

Miré la cara de Joan, tenía cerrados los ojos y una expresión de placer. Sonreí y volví a gemir cuando empezó a introducirse aún más hondo, con movimientos rápidos al meterla y lentos para sacarla. Rodeé su cuello con fuerza mientras sentía como llegaba al orgasmo.

Tras unos segundos, Joan se movió una última vez y un gemido de placer salió de su boca cuando se corrió. Me mantuvo un rato apretada contra él y luego se retiro de mi interior, bajándome lentamente. Nos dimos un beso y yo me coloqué bien las prendas, para luego salir del baño.

Llegué a la mesa en la que estaba Ginny, la chica hablaba animadamente mientras todos los muchachos la rodeaban. Me acerqué al grupo y fui hacia mi asiento, agarré el bolso y me lo colgué del brazo.

- ¿Qué haces? –me preguntó Ginny al verme.

- Me voy ya nena –dije buscando el tabaco sobre la mesa.

- ¿Por qué? –preguntó extrañada.

- Pues porque Draco está solo en casa y a saber a qué amigos ha traído –hice una pausa justo cuando encontré el paquete de tabaco, suspiré- son capaces de destrozarme la casa –la miré y la guiñé un ojo- tú quédate que te veo muy bien acompañada.

- ¿Draco? ¿qué clase de nombre es ese? –me giré y vi a Joan que se acercaba a la mesa- ¿te vas?

- Sí, no quiero encontrarme muchos destrozos.

- ¿Draco es tu novio? –preguntó un amigo de Joan, le miré y vi por el rabillo del ojo como Joan me miraba fijamente.

- No –saqué un cigarro y lo encendí- es mi compañero de piso. Bueno –dije mirando a todos- encantada de haberos conocido.

Recibí unos cuantos "igualmente" y "a ver si nos volvemos a ver", luego me acerqué a Joan, que inclinó su cabeza y me dio un beso en los labios. Antes de que me diese la vuelta para irme, me agarró del brazo y me pidió mi número de móvil. Se lo di, me había comprado un móvil hacia poco tiempo y me parecían unos utensilios muy cómodos.

Salí a la calle y recorrí el camino de vuelta hacia mi piso, hacía frío en la calle, el viento se colaba entre los huesos, caminé algo más rápido y agradecí el calorcito al entrar al vestíbulo del bloque de pisos en donde vivía. Subí las escaleras mientras buscaba la llave en mi bolso.

Abrí la puerta y una oleada de risas me recibió desde el interior de la casa, asomé la cabeza y escuché la música puesta y voces masculinas que localicé en los sillones del salón. Cerré la puerta tras de mi y se hizo el silencio.

- ¿Hermione? –localicé a Draco entre los chicos, había varios antiguos alumnos de Hogwarts que pertenecían a Slytherin y luego algunos magos que Draco había ido conociendo en el trabajo, alguno de ellos me saludó con un movimiento de mano- ¿Por qué llegas tan pronto?

- Tenía ganas de llegar a un sofá y fumar un poco tranquila –dije mientras me acercaba a los sillones bajo la atenta mirada de los miembros masculinos.

- ¿Granger? –preguntó un chico que reconocí como una tal Nott de Slytherin, el chico miró a Draco- ¿cómo ha podido cambiar tanto? –dijo mirándome de arriba abajo, yo me sentí algo incómoda pero me senté en un hueco que me dejaron, crucé las piernas y mi falda se subió por los muslos.

- Todos cambian, tu menos mal que has sacado buen cuerpo al final –dije mordazmente, los chicos empezaron a reír- ¿qué? ¿no me pasáis el porro? –dije mirando al chico que tenía uno en la mano. Se inclinó y me lo dio, luego volvieron a hablar entre ellos animadamente.

- Hueles a alcohol –dijo Draco acercándose a mi pelo- y a Calvin Klein –se separó un poco de mi- colonia de hombre… –dijo girándose para entablar conversación con sus amigos.

Le miré mientras le daba una calada al porro, realmente era guapo, un chico de los que te giras para mirar cuando pasa al lado tuyo por la calle, ese día tenía el pelo despeinado y vestía con ropa de sport. No presté atención a lo que estaban diciendo de vez en cuando me preguntaban alguna cosa y contestaba, el tiempo y las horas fueron pasando, y el cenicero fue llenándose con chustas de porros.

Se me cerraron los ojos y sentí una superficie blandita y cómoda, me quedé dormida sin darme cuenta sobre el hombro de Draco. Sentí mucho frío, me levanté sobresaltada, estaba tumbada en el sillón con una manta de color morado clarito y únicamente en ropa interior.

Me levanté con la manta rodeada encima de mis hombros y me acerqué a la ventana, era una noche cerrada, no se veía nada debido a la lluvia, parecía que como siguiese así acabaría por inundarse algo. El cielo se iluminaba continuamente, seguido de unos fuertes ruidos de relámpagos. Me estremecí y miré hacia la puerta de Draco.

Caminé en la oscuridad y abrí silenciosamente la puerta de la habitación, asomé la cabeza y vi el rostro de Draco apoyada sobre la almohada, con los brazos metidos debajo de ella.

- ¿Draco? –susurré- ¿estás despierto? –el chico abrió los ojos de golpe y se giró hacia la puerta.

- Pues ahora sí –dijo molesto- ¿qué quieres?

- Lo siento –dije hablando algo más alto- ¿puedo pasar?

- Ya estás casi dentro –se incorporó en su cama y cruzó los brazos- no me apetece acostarme contigo.

- No venía por eso –dije bastante molesta y girándome para salir de su habitación.

- ¿Entonces? –preguntó rápidamente.

- Bueno… -me ruboricé pero con esa poca luz que entraba por la ventana dudaba que él lo hubiese notado- ¿puedo dormir contigo? –pregunté de golpe. Se hizo silencio hasta que Draco separó sus brazos y cerró la boca que se le había quedado abierta.

- Ehm… bueno –me acerqué a la cama por el lado contrario al que él estaba. Retiré el edredón y me metí dentro dejando caer la manta morada que había llevado sobre el cuerpo.

- Abrázame –le pedí cuando estuve dentro de la cama, y para mi sorpresa no titubeó nada, rodeó rápidamente mi cuerpo con sus brazos y se pegó a mi.

Cerré los ojos y apoyé mi cabeza sobre su hombro desnudo, Draco siempre dormía con boxers. Sentí como sus manos anchas y calientes se deslizaban por mi cuerpo, yo respondí a las caricias abrazándome más a él.

Me quedé dormida sintiéndome protegida y a gusto entre sus brazos.