Capítulo Catorce

Soñé que venías por mi.

Los días pasaron y nuevamente estos se convirtieron en meses, Sofía con el constante estudio de la cultural de los fines de siglo anterior había tenido casi suficiente para estar todo el tiempo ocupada, el casi lo había dedicado a su familia. La veía más que nunca porque tenía miedo de no volver a verlos, de quedarse atorada en otra época. Entonces una tarde de finales de mayo Draco se acercó a ella.

Hay algo que tengo que decirte.- Draco dudaba en que Sofía creyera en sus palabras.- Hace casi un año empecé a tener sueños muy extraños, veía a una mujer que me llamaba, al acercarme a ella me abrazaba con tanto amor, amor que nunca sentí. Me dedique a buscarla por todo el mundo mago sin éxito. Al darme por vencido y después de mucho buscar casualmente encontré a esta mujer en una foto que guardó mi bisabuelo en la bóveda de los Malfoy. Era Regina. Creí que me estaba volviendo loco, decidí bloquear mis sueños pero su imagen fue más fuerte cada vez, al principio sus atuendos me parecieron extraños y algo viejos, pero después de ver la foto entendí el porqué. Era la imagen de una mujer del siglo pasado. Seguí sin entender que quería de mí y después de mucho indagar me dí cuenta que era debido a todo lo que te conté que paso mi bisabuelo. Yo no relacionaba por que me llamaba pero me dí cuenta que poco a poco mi orgullo, mi "superioridad" ya no eran tan importantes para mi. Era desesperante no saber como ayudarla y que así descansara desapareciendo al fin de mis sueños. Un día sin embargo ya no la soñé, al menos no a ella, te soñé a ti. Todas la noches llorando, suplicando por amar a la persona que tenías a tu lado porque sabías que aunque lo desearas, la persona por la cual siempre soñaste sin conocer su rostro no aparecería. Te veía triste, cansada y fastidiada rezando diariamente por encontrar una ilusión para seguir viviendo.

Espera.- Decía Sofía al tiempo que las lágrimas volvían a aflorar de sus ojos.-No digas más, no fue un sueño, es real, quería cambiar mi vida. Me siento tan culpable por eso, me siento desleal a Daniel, él me ama y nunca he sabido corresponderle bien. Es doloroso darte cuenta que tú eres responsable de la felicidad de alguien más y resignarte a seguir viviendo así por que hay un ser pequeñito de por medio.-Sofía sollozaba, empezaba a temblar del sentimiento que la invadía de culpabilidad. No podía creer que Draco hubiera visto todos sus momentos de depresión, ahora el iba a pensar que era una debilucha y no iba a poder seguir adelante.

Sofía por favor permíteme terminar, yo pensaba que eras irreal o producto de mi imaginación pero te seguí soñando en las noches por tanto tiempo que un día decidí buscarte. Te encontré y en esos momentos pensé que estabas a punto de cometer una locura. Empezaste a hablar sola, a decir que la magia no existía, de pronto recordaste a tu abuela y cuando reaccioné estabas a punto de estrellarte con otro auto.- Draco la miraba interrogante como si dudara de que ella quisiera seguir viviendo.

Recuerdo ese día, tu me salvaste, vi tus manos y seguí creyendo que todo era un cuento mío, un sueño para salir de mi realidad, una fantasía más para desentenderme de mi rutina diaria. Para evitar la monotonía. Te soñé mil veces, rogué por encontrarte o que me encontraras. Soñé que venías por mi y que era feliz finalmente feliz por anteponer mis sentimientos a Daniel, a mi familia y aunque me duela reconocerlo a Lucía. Al despertar de uno de mis sueños me dí cuenta que los remordimientos estaban matándome, empecé a pensar en magia y en lo que yo haría con ella para poder ser feliz por mi parte y lograr que Daniel fuera feliz por la suya. Entonces recordé a mi abuela y la extrañé tanto, a mi pensar no existía tal magia, nunca había existido pues si hubiera sido así yo habría alcanzado a verla, me dolió más perderla sin despedirme sin darle las gracias por que al menos ella trató siempre de comprenderme, ella creyó en mi, me apoyó, para ella yo era alguien. Me admiró y me quiso por ser quien soy sin esperar nada a cambio. Yo estaba solamente acordándome de ella pero nunca fue mi intención hacer algún daño a mi persona.-Sofía ya empezaba a llorar de manera incontrolable, quería irse de ahí, desaparecer y en ese instante se dio cuenta que unos brazos la rodeaban tiernamente.