n/a: Sé que esto parece no tener nada de angst, pero apenas esta empezando.
No sean malos y leanlo y dejen un review, aunque sea para decir pestes de
mí.
Titulo: "Situaciones del pasado. No existen las coincidencias, solo lo inevitable"
Capitulo 2. El encantamiento fidelio y la promesa rota.
-¡¡¡Debbie!!! Que haces saliendo de la chimenea con Ann, ¿que hacían ahí? Era su marido quien la llamaba.
-¡Ja! No hacíamos nada, solo... solo la limpiábamos, esta muy sucia.
-¿Limpiando vestida así?
-Pues si, ¿Qué hay de malo?
-Nada, jajaja, siempre tan ocurrente mi amor. –añadió en tono risueño el señor al momento en que abrazaba a su esposa.
"Vaya, no creí que fuera a creérselo" pensó al momento en que le correspondía al abrazo.
Una hora después...
Riiiinggg Riiiiiiiinggggggg el teléfono comenzó a sonar.
-Yo contesto –dijo una vocecilla que pertenecía a Joan, que tenia cinco años. –Mamá, te habla mi tía Lily.
-Ya voy. –al llegar al teléfono escucha la voz de Lily.
-¿Hola? Debbie, ¿Qué paso? ¿Qué te dijo Sirius?
-Hola Lily, pues lo de siempre, ya sabes.
-No, no se.
-Me dijo sucia Slyterin, traidora...
-¡Es un hijo de ...!
-Tranquila, tranquila, que después Harry aprende esas groserías.
-Pero es que... ¡ahorita me va a oír!
-Ya basta, entiende que a mi no me importa lo que el diga... en absoluto.
-Si no te importara, no te hubieras ido así.
-Bueno, eso ya pasó, ya ni enojarse es bueno, a todo esto, tú deberías estar en la fiesta con Harry.
-Es que Dumbledore llego.
-¿Y que?
-Pues pidió hablar con nosotros, fuimos al despacho y ahí nos platico lo que me acababas de decir.
-¿El si se lo tomo en serio?, ¿o es igual de testarudo que tu?
-Sí, el sí se lo tomo en serio y dijo que era uno de los amigos de James, tal y como tu lo habías dicho.
-¿Y que van a hacer para evitar que los...?
-¿Qué nos maten? Haremos el encantamiento Fidelio.
-¿A quien van a usar para el encantamiento?
-Pues, Dumbledore se ofreció, pero James esta obsesionado con que sea Sirius y yo con que seas tu.
-¿Yo?
-Si, tú, eres en quien más confió.
-Gracias amiga, pero no quiero ocasionarte problemas con James y yo no me puedo esconder pues dejaría a toda mi familia, así que, tal vez, si seria mejor que Sirius sea el elegido.
-¡Que mala eres!
-Sabes que no es eso, es solo que no puedo abandonar a mis hijas ni a Jonathan.
-Si, lo se y no te preocupes, te entiendo.
-¿De verdad?
-Si, ya no te preocupes. El punto es que si después de que estemos ocultos, quieres hablar conmigo, pidele a Sirius y usa el hechizo comnicate y ahí podremos hablar. Luego te digo en donde se esconderá él por si necesitas algo, lo mas probable es que se esconda en...
-Espera, no me digas.
-¿Por qué?
-Por que ya se demasiado y si Voldemort usa Veritaserum conmigo, ustedes podrían morir.
-Pero eso no importa, se que a ti ni con esa poción te podrían sacar ninguna información.
-Es mejor no arriesgarse.
-Pero...
-Upss, adiós, tengo que colgar, adiós, hasta luego, bye.
Luego de colgar el teléfono, fue a su habitación, lejos del bullicio de las niñas y de las continuas preguntas de su esposo, recogió el Profeta que estaba bajo su almohada, donde se leía en los encabezados frases sobre las múltiples desapariciones, asesinatos y ataques por parte del innombrable y sus mortifagos.
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11:58 p.m.
Dos días después, mientras la noche obscurecía y dejaba todo en penumbra, en Hogwarts, justo en el despacho de Dumbledore, los Potter, Sirius Black, Peter Pettigrew y el mismo Albus, estaban alrededor de un caldero que burbujeaba y despedía un aroma dulce y un humo verde. A su alrededor, James y Sirius discutían acaloradamente.
-¡¿Es que no lo entiendes?!, estarán mas seguros con Peter, es tan débil, que nadie sospecharía de el.
-Pero, confío en ti más que en nadie.
-Si confías tanto en mi, entones hazme caso.
-Esta bien, lo haré, pero prométeme que te cuidaras tu también.
-Claro que lo haré hermano.
-¿Están listos ya? –pregunto Dumbledore con impaciencia. –ya casi es media noche
-Si, es hora.
Los Potter, Sirius, Peter y Dumbledore se reunieron alrededor del caldero que hervía delicadamente en el fuego mágico, todos aguardaban sin respirar, escuchando todas y cada una de las palabras que Dumbledore pronunciaba.
-...Pedimos... a las criaturas mágicas del bosque y a la gente de buena fe que nos ayude con este hechizo, le pido a el unicornio, cuyo cuerno esta aquí, que con su bondad los proteja -dijo mientras hechaba polvo de cuerno de unicornio en el caldero, que cambio a un color azul como el del cielo –al dragón, que le de la fuerza a esta poción –metió unas escamas y el corazón de un dragón, mientras la mezcla se hacia roja –y por ultimo, pido al fénix, para que nunca los abandone y para que a pesar de las adversidades, siempre renazcan de sus propias cenizas y llene del fuego de la valentía sus hermosos corazones. –Luego de que agrego varias plumas de Fawkes, la poción se hizo blanca y llenaba de humo toda la habitación. Dumbledore mantenía sus ojos cerrados, tomo un poco de la poción, la levanto y dijo –que así sea.
Luego de esto, Peter metió su varita en la poción, la varita tembló de manera frenética al igual que su portador, a pesar del evidente temor que sentía, Colagusano hizo un círculo con su varita y dijo con voz potente ¡¡¡Fidelio!!! Toda la sala se lleno con un misterioso brillo blanco que rodeo a los Potter y que los unía con su "amigo", quien aun mantenía la varita levantada, el brillo duro un par de segundos, durante los cuales, la familia entera desapareció, dejando como único recuerdo el oso de felpa que segundos antes el pequeño Harry tenia en sus manos. Peter esbozo una siniestra y veloz sonrisa que solo Sirius pudo notar.
-¿Qué pasa Peter, por que esa sonrisa?
-Ja, por nada en especial, solo recordaba un par de cosas.
-Bueno muchachos –intervino Dumbledore que acababa de abrir los ojos. –Me siento un poco cansado, lo mejor será que vayan al lugar que ya habíamos acordado, yo enviare una lechuza para los demás. Sirius, cuídalos.
-Aun no le avise a Remus, aun sospecho de el. –dijo Sirius seriamente.
-Esta bien, le avisare mañana.
Sirius y Peter salieron rumbo a Hogsmeade montados en los carruajes que eran tirados por thestrals, pero no se detuvieron en alguna casa en especial, siguieron hasta las lejanías del pueblo y subieron la montaña, ahí en una pequeña cueva, Colagusano entró.
-Prométeme que los protegerás y te protegerás a ti mismo y que no le dirás a nadie, ni a Dumbledore que tu tienes a James.
-No te preocupes Sirius, estaré bien, al igual que ellos, tu vete o puede resultar muy sospechoso, en un par de horas iré a Valle de Godric, vete tranquilo. –insistió.
-Tienes razón, no sabes cuanto te agradezco que hayas hecho esto, tú sabes cuanto estimo a Lily, a James y al pequeño Harry.
-Igual que yo.
-Nos vemos mañana.
-Adiós.
Sirius se alejo por el mismo camino que había tomado anteriormente, esta vez el carruaje lo dejo en las tres escobas, tomaría una cerveza de mantequilla y después iría a su vieja casa por unas cosas que había dejado cuando huyó a los 16 años. En su rostro se veía una expresión alegre, aunque por dentro, su mente no dejaba de repetirse la misma escena:
"Peter esbozo una siniestra y veloz sonrisa que solo Sirius pudo notar.
-¿Qué pasa Peter, por que esa sonrisa?
-Ja, por nada en especial, solo recordaba un par de cosas."
¿Por qué habrá sonreído de esa manera, estaría ocultando algo? Pero que tonterías estoy pensando, es Peter, ni Voldemort confiaría en él, mejor regreso a casa, esto ya me esta afectando... Sin embargo, yo sí confíe en él.
Mientras, en el 90 de la calle Privet, Debbie se arreglaba de lo más apurada.
Maldición, adelantaron el hechizo, yo me quería despedir de Lily, tal vez aun la alcance en su casa, me voy a aparecer y así llego mas rápido, solo que en silencio, porque si Jonathan se da cuenta, viene el divorcio Se termino de abrochar los botones de su capa de viaje, tomo su varita y con el sonido de un latigazo, desapareció. Apareciendo en la cocina de la casa numero tres del Valle de Godric. Las luces estaban apagadas, solo se escuchaban unas voces en la sala, en silencio y con la capucha aun sobre su cabeza, se acerco hacia el lugar ya antes mencionado esperando ver a sus amigos, pero en su lugar, vio a tres Mortifagos riendo distraídamente.
-Ja, al fin los Potter morirán a manos del señor tenebroso.
-Todo gracias al cobarde de Colagusano.
-En unos minutos vendrán y morirán...
¡¡¡Crash!!!
Al escuchar la ultima palabra del mortifago, Debbie retrocedió y por accidente rompió un espejo, al darse cuenta de la tontería que había hecho, se cubrió la cara lo mejor que pudo y huyo de los ataques que sus dos perseguidores le lanzaban, decidieron separarse, cosa que ella aprovecho.
Se apareció tras el que estaba mas cerca, ahora sabia todo lo que necesitaba, así que le aplico el obliviate tres veces seguidas, para impedir que lo hicieran recordar, luego hizo lo mismo con el segundo y al final con el tercero, sin embargo, quedo helada cuando escucho un par de voces que acababan de entrar a la casa.
-Si mi señor, aquí están –decía Colagusano señalando su cabeza, justo aquí.
-Que bueno, ahora veamos donde están los otro... -Voldemort acababa de ver a la primera victima de Debbie.
Oh no, es Voldemort, van a matar a Lily, debo ir por ayuda, pero ¿por quien?, en Hogwarts no me puedo aparecer, así que Dumbledore queda descartado; hoy es luna llena, así que tampoco Remus me puede ayudar, tendré que ir con Sirius, no me sé la dirección de su apartamento, espero que este en su antigua casa Debbie buscaba frenéticamente la dirección en su cabeza, mientras escuchaba unas pisadas que se acercaban lentamente a ella, en el ultimo instante recordó: 12 de Gimauld Place y con un chasquido desapareció.
Titulo: "Situaciones del pasado. No existen las coincidencias, solo lo inevitable"
Capitulo 2. El encantamiento fidelio y la promesa rota.
-¡¡¡Debbie!!! Que haces saliendo de la chimenea con Ann, ¿que hacían ahí? Era su marido quien la llamaba.
-¡Ja! No hacíamos nada, solo... solo la limpiábamos, esta muy sucia.
-¿Limpiando vestida así?
-Pues si, ¿Qué hay de malo?
-Nada, jajaja, siempre tan ocurrente mi amor. –añadió en tono risueño el señor al momento en que abrazaba a su esposa.
"Vaya, no creí que fuera a creérselo" pensó al momento en que le correspondía al abrazo.
Una hora después...
Riiiinggg Riiiiiiiinggggggg el teléfono comenzó a sonar.
-Yo contesto –dijo una vocecilla que pertenecía a Joan, que tenia cinco años. –Mamá, te habla mi tía Lily.
-Ya voy. –al llegar al teléfono escucha la voz de Lily.
-¿Hola? Debbie, ¿Qué paso? ¿Qué te dijo Sirius?
-Hola Lily, pues lo de siempre, ya sabes.
-No, no se.
-Me dijo sucia Slyterin, traidora...
-¡Es un hijo de ...!
-Tranquila, tranquila, que después Harry aprende esas groserías.
-Pero es que... ¡ahorita me va a oír!
-Ya basta, entiende que a mi no me importa lo que el diga... en absoluto.
-Si no te importara, no te hubieras ido así.
-Bueno, eso ya pasó, ya ni enojarse es bueno, a todo esto, tú deberías estar en la fiesta con Harry.
-Es que Dumbledore llego.
-¿Y que?
-Pues pidió hablar con nosotros, fuimos al despacho y ahí nos platico lo que me acababas de decir.
-¿El si se lo tomo en serio?, ¿o es igual de testarudo que tu?
-Sí, el sí se lo tomo en serio y dijo que era uno de los amigos de James, tal y como tu lo habías dicho.
-¿Y que van a hacer para evitar que los...?
-¿Qué nos maten? Haremos el encantamiento Fidelio.
-¿A quien van a usar para el encantamiento?
-Pues, Dumbledore se ofreció, pero James esta obsesionado con que sea Sirius y yo con que seas tu.
-¿Yo?
-Si, tú, eres en quien más confió.
-Gracias amiga, pero no quiero ocasionarte problemas con James y yo no me puedo esconder pues dejaría a toda mi familia, así que, tal vez, si seria mejor que Sirius sea el elegido.
-¡Que mala eres!
-Sabes que no es eso, es solo que no puedo abandonar a mis hijas ni a Jonathan.
-Si, lo se y no te preocupes, te entiendo.
-¿De verdad?
-Si, ya no te preocupes. El punto es que si después de que estemos ocultos, quieres hablar conmigo, pidele a Sirius y usa el hechizo comnicate y ahí podremos hablar. Luego te digo en donde se esconderá él por si necesitas algo, lo mas probable es que se esconda en...
-Espera, no me digas.
-¿Por qué?
-Por que ya se demasiado y si Voldemort usa Veritaserum conmigo, ustedes podrían morir.
-Pero eso no importa, se que a ti ni con esa poción te podrían sacar ninguna información.
-Es mejor no arriesgarse.
-Pero...
-Upss, adiós, tengo que colgar, adiós, hasta luego, bye.
Luego de colgar el teléfono, fue a su habitación, lejos del bullicio de las niñas y de las continuas preguntas de su esposo, recogió el Profeta que estaba bajo su almohada, donde se leía en los encabezados frases sobre las múltiples desapariciones, asesinatos y ataques por parte del innombrable y sus mortifagos.
^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^_^
11:58 p.m.
Dos días después, mientras la noche obscurecía y dejaba todo en penumbra, en Hogwarts, justo en el despacho de Dumbledore, los Potter, Sirius Black, Peter Pettigrew y el mismo Albus, estaban alrededor de un caldero que burbujeaba y despedía un aroma dulce y un humo verde. A su alrededor, James y Sirius discutían acaloradamente.
-¡¿Es que no lo entiendes?!, estarán mas seguros con Peter, es tan débil, que nadie sospecharía de el.
-Pero, confío en ti más que en nadie.
-Si confías tanto en mi, entones hazme caso.
-Esta bien, lo haré, pero prométeme que te cuidaras tu también.
-Claro que lo haré hermano.
-¿Están listos ya? –pregunto Dumbledore con impaciencia. –ya casi es media noche
-Si, es hora.
Los Potter, Sirius, Peter y Dumbledore se reunieron alrededor del caldero que hervía delicadamente en el fuego mágico, todos aguardaban sin respirar, escuchando todas y cada una de las palabras que Dumbledore pronunciaba.
-...Pedimos... a las criaturas mágicas del bosque y a la gente de buena fe que nos ayude con este hechizo, le pido a el unicornio, cuyo cuerno esta aquí, que con su bondad los proteja -dijo mientras hechaba polvo de cuerno de unicornio en el caldero, que cambio a un color azul como el del cielo –al dragón, que le de la fuerza a esta poción –metió unas escamas y el corazón de un dragón, mientras la mezcla se hacia roja –y por ultimo, pido al fénix, para que nunca los abandone y para que a pesar de las adversidades, siempre renazcan de sus propias cenizas y llene del fuego de la valentía sus hermosos corazones. –Luego de que agrego varias plumas de Fawkes, la poción se hizo blanca y llenaba de humo toda la habitación. Dumbledore mantenía sus ojos cerrados, tomo un poco de la poción, la levanto y dijo –que así sea.
Luego de esto, Peter metió su varita en la poción, la varita tembló de manera frenética al igual que su portador, a pesar del evidente temor que sentía, Colagusano hizo un círculo con su varita y dijo con voz potente ¡¡¡Fidelio!!! Toda la sala se lleno con un misterioso brillo blanco que rodeo a los Potter y que los unía con su "amigo", quien aun mantenía la varita levantada, el brillo duro un par de segundos, durante los cuales, la familia entera desapareció, dejando como único recuerdo el oso de felpa que segundos antes el pequeño Harry tenia en sus manos. Peter esbozo una siniestra y veloz sonrisa que solo Sirius pudo notar.
-¿Qué pasa Peter, por que esa sonrisa?
-Ja, por nada en especial, solo recordaba un par de cosas.
-Bueno muchachos –intervino Dumbledore que acababa de abrir los ojos. –Me siento un poco cansado, lo mejor será que vayan al lugar que ya habíamos acordado, yo enviare una lechuza para los demás. Sirius, cuídalos.
-Aun no le avise a Remus, aun sospecho de el. –dijo Sirius seriamente.
-Esta bien, le avisare mañana.
Sirius y Peter salieron rumbo a Hogsmeade montados en los carruajes que eran tirados por thestrals, pero no se detuvieron en alguna casa en especial, siguieron hasta las lejanías del pueblo y subieron la montaña, ahí en una pequeña cueva, Colagusano entró.
-Prométeme que los protegerás y te protegerás a ti mismo y que no le dirás a nadie, ni a Dumbledore que tu tienes a James.
-No te preocupes Sirius, estaré bien, al igual que ellos, tu vete o puede resultar muy sospechoso, en un par de horas iré a Valle de Godric, vete tranquilo. –insistió.
-Tienes razón, no sabes cuanto te agradezco que hayas hecho esto, tú sabes cuanto estimo a Lily, a James y al pequeño Harry.
-Igual que yo.
-Nos vemos mañana.
-Adiós.
Sirius se alejo por el mismo camino que había tomado anteriormente, esta vez el carruaje lo dejo en las tres escobas, tomaría una cerveza de mantequilla y después iría a su vieja casa por unas cosas que había dejado cuando huyó a los 16 años. En su rostro se veía una expresión alegre, aunque por dentro, su mente no dejaba de repetirse la misma escena:
"Peter esbozo una siniestra y veloz sonrisa que solo Sirius pudo notar.
-¿Qué pasa Peter, por que esa sonrisa?
-Ja, por nada en especial, solo recordaba un par de cosas."
¿Por qué habrá sonreído de esa manera, estaría ocultando algo? Pero que tonterías estoy pensando, es Peter, ni Voldemort confiaría en él, mejor regreso a casa, esto ya me esta afectando... Sin embargo, yo sí confíe en él.
Mientras, en el 90 de la calle Privet, Debbie se arreglaba de lo más apurada.
Maldición, adelantaron el hechizo, yo me quería despedir de Lily, tal vez aun la alcance en su casa, me voy a aparecer y así llego mas rápido, solo que en silencio, porque si Jonathan se da cuenta, viene el divorcio Se termino de abrochar los botones de su capa de viaje, tomo su varita y con el sonido de un latigazo, desapareció. Apareciendo en la cocina de la casa numero tres del Valle de Godric. Las luces estaban apagadas, solo se escuchaban unas voces en la sala, en silencio y con la capucha aun sobre su cabeza, se acerco hacia el lugar ya antes mencionado esperando ver a sus amigos, pero en su lugar, vio a tres Mortifagos riendo distraídamente.
-Ja, al fin los Potter morirán a manos del señor tenebroso.
-Todo gracias al cobarde de Colagusano.
-En unos minutos vendrán y morirán...
¡¡¡Crash!!!
Al escuchar la ultima palabra del mortifago, Debbie retrocedió y por accidente rompió un espejo, al darse cuenta de la tontería que había hecho, se cubrió la cara lo mejor que pudo y huyo de los ataques que sus dos perseguidores le lanzaban, decidieron separarse, cosa que ella aprovecho.
Se apareció tras el que estaba mas cerca, ahora sabia todo lo que necesitaba, así que le aplico el obliviate tres veces seguidas, para impedir que lo hicieran recordar, luego hizo lo mismo con el segundo y al final con el tercero, sin embargo, quedo helada cuando escucho un par de voces que acababan de entrar a la casa.
-Si mi señor, aquí están –decía Colagusano señalando su cabeza, justo aquí.
-Que bueno, ahora veamos donde están los otro... -Voldemort acababa de ver a la primera victima de Debbie.
Oh no, es Voldemort, van a matar a Lily, debo ir por ayuda, pero ¿por quien?, en Hogwarts no me puedo aparecer, así que Dumbledore queda descartado; hoy es luna llena, así que tampoco Remus me puede ayudar, tendré que ir con Sirius, no me sé la dirección de su apartamento, espero que este en su antigua casa Debbie buscaba frenéticamente la dirección en su cabeza, mientras escuchaba unas pisadas que se acercaban lentamente a ella, en el ultimo instante recordó: 12 de Gimauld Place y con un chasquido desapareció.
