summary: los cambios están en el aire y Draco descubre algo sobre él, que cambiara todo.
La mansión Malfoy no era lo que esperarías que fuera despues de conocer a sus habitantes. No era espeluznante, tampoco había cosas oscuras en las repisas. No era un lugar frío. No parecía el hogar de un mortigafo. No parecía el hogar donde vivía Lucius Malfoy y su hijo.
La blanca mansión era casi alegre, con tulipanes en el camino hacia la puerta, por dentro era casi normal. Aun que solo pudiera imaginar lo que la casa ocultaba en sus otros cuatro niveles. De todos modos la casa era muy comoda. Y ese era el efecto que tenía en Draco Malfoy cuando regresaba en el verano.
Se pasó el verano sacando los restos de la mascara que llevaba en Hogwarts. En su casa podía ser el mismo, podía ir descalzo por los pasillos, no se peinaba con capas de gel y tampoco vestía trajes perfectamente planchados. Miestras que su padre rodaba los ojos al verlo vistiendo jeans, Draco bajaba corriendo las escaleras para ir al patio trasero a practicar quidditch.
Si algo estaba mal en la mansión de los Malfoy, era el hecho de que solo 3 personas, con sus elfos domesticos vivían ahí. Si esto molestaba o no a Draco, nadie lo podría decir, al parecer no le molestaba estar solo, aun que en el colegio sus amigos o guardaespaldas lo seguían, el era mucho mas feliz estando solo en su cuarto.
Fue en la última semana de las vacaciones cuando Narcisa Malfoy encontro a su hijo justo ahí, sentado frente a la ventana, contemplando las nubes perezosamente. Ella rió para sus adentros y entrando en el cuarto se acerco hasta su hijo.
Draco, querido- su voz no mostraba emocion alguna- arreglaste ya tus cosas para Hogwarts?
Si, mamá- respondió Draco sin quitar sus ojos del cielo. Narcisa se sentó a su lado, mirandolo a la cara pensativamente, antes de hablar otra vez.
Estas bien, Draco?- un miníno tono de preocupación demostró en su voz. Draco la miró de vuelta.
Estoy bien, por qué?- Draco se extrañó con la pregunta de su madre. Normalmente ella se contentaba con que dejar que Draco hiciera lo que quisiera, él nunca la había visto actuar maternalmente con él. Al menos no antes de ir a Hogwarts.
No lo se... acabas de cumplir 16, y, bueno, es una época de cambios para la gente, estas creciendo- Narcisa obviamente se sentía muy incomoda con la conversación en la que se había metido- solo me quiero asegurar de que todo está bien.
A que quieres llegar, mamá?- preguntó Draco con una voz que no mostraba nada de respeto.
Sere honesta contigo, Draco, pasó algo...inusual recientemente?- prenguntó Narcisa
Yo...-Draco se detuvo, pensando. Él había notado cambios, sus ansias sexuales se habían multiplicado en el último tiempo, pero no era algo que le diría a su madre- algunas cosas, tal vez.
Como qué?
Ehh...he estado oliendo cosas...pero probablemente no es nada. Tu sabes, esos mugrientos elfos domesticos, alguien devería obligarlos a bañarse- bromeó Draco sin resultado.
Ya veo...- Narcisa se pusó rigida de repente, pero le dedicó una media sonrisa a su hijo- bueno eso es todo, termina de hacer tus maletas, y nada de malas palabras, no es algo muy refinado-
Draco vió a su madre salir del cuarto y cerrar la puerta tras ella. Qué había sidó eso?
Dos días despues Draco se encontraba esperando en el vestíbulo con su baúl. Había hablado con su padre esa mañana y habían quedado de acuerdo en que el lo llevaría a la plataforma nueve y tres cuartos. Draco paseaba por el pasillo cuando oyó voces que venían de la puede...no...veela-
Draco se alejó de la puerta cuando se abrió. Su padre apareció en el pasillo, su cara de nuevo estaba tras esa fria máscara.Draco tragó saliva pero no dijo nada. Lucius miró a su hijo fijamente durante un momento, como si pudiera ver a travez de el, y caminó hacia la puerta principal. Draco lo siguió en silencio, sabiendo que era mejor no hablarle a su padre cuando estaba de mal humor.
El viaje fue tranquilo. Al de subirse al expreso de Hogwarts, despues de encontrar un compartimento dejó a Crabe y Goyle en su conversación para mirar por la ventana. Su mente descansaba, pero no podía dejar de oír las palabras de su padre. Qué tenía que ver él con una veela?
La mansión Malfoy no era lo que esperarías que fuera despues de conocer a sus habitantes. No era espeluznante, tampoco había cosas oscuras en las repisas. No era un lugar frío. No parecía el hogar de un mortigafo. No parecía el hogar donde vivía Lucius Malfoy y su hijo.
La blanca mansión era casi alegre, con tulipanes en el camino hacia la puerta, por dentro era casi normal. Aun que solo pudiera imaginar lo que la casa ocultaba en sus otros cuatro niveles. De todos modos la casa era muy comoda. Y ese era el efecto que tenía en Draco Malfoy cuando regresaba en el verano.
Se pasó el verano sacando los restos de la mascara que llevaba en Hogwarts. En su casa podía ser el mismo, podía ir descalzo por los pasillos, no se peinaba con capas de gel y tampoco vestía trajes perfectamente planchados. Miestras que su padre rodaba los ojos al verlo vistiendo jeans, Draco bajaba corriendo las escaleras para ir al patio trasero a practicar quidditch.
Si algo estaba mal en la mansión de los Malfoy, era el hecho de que solo 3 personas, con sus elfos domesticos vivían ahí. Si esto molestaba o no a Draco, nadie lo podría decir, al parecer no le molestaba estar solo, aun que en el colegio sus amigos o guardaespaldas lo seguían, el era mucho mas feliz estando solo en su cuarto.
Fue en la última semana de las vacaciones cuando Narcisa Malfoy encontro a su hijo justo ahí, sentado frente a la ventana, contemplando las nubes perezosamente. Ella rió para sus adentros y entrando en el cuarto se acerco hasta su hijo.
Draco, querido- su voz no mostraba emocion alguna- arreglaste ya tus cosas para Hogwarts?
Si, mamá- respondió Draco sin quitar sus ojos del cielo. Narcisa se sentó a su lado, mirandolo a la cara pensativamente, antes de hablar otra vez.
Estas bien, Draco?- un miníno tono de preocupación demostró en su voz. Draco la miró de vuelta.
Estoy bien, por qué?- Draco se extrañó con la pregunta de su madre. Normalmente ella se contentaba con que dejar que Draco hiciera lo que quisiera, él nunca la había visto actuar maternalmente con él. Al menos no antes de ir a Hogwarts.
No lo se... acabas de cumplir 16, y, bueno, es una época de cambios para la gente, estas creciendo- Narcisa obviamente se sentía muy incomoda con la conversación en la que se había metido- solo me quiero asegurar de que todo está bien.
A que quieres llegar, mamá?- preguntó Draco con una voz que no mostraba nada de respeto.
Sere honesta contigo, Draco, pasó algo...inusual recientemente?- prenguntó Narcisa
Yo...-Draco se detuvo, pensando. Él había notado cambios, sus ansias sexuales se habían multiplicado en el último tiempo, pero no era algo que le diría a su madre- algunas cosas, tal vez.
Como qué?
Ehh...he estado oliendo cosas...pero probablemente no es nada. Tu sabes, esos mugrientos elfos domesticos, alguien devería obligarlos a bañarse- bromeó Draco sin resultado.
Ya veo...- Narcisa se pusó rigida de repente, pero le dedicó una media sonrisa a su hijo- bueno eso es todo, termina de hacer tus maletas, y nada de malas palabras, no es algo muy refinado-
Draco vió a su madre salir del cuarto y cerrar la puerta tras ella. Qué había sidó eso?
Dos días despues Draco se encontraba esperando en el vestíbulo con su baúl. Había hablado con su padre esa mañana y habían quedado de acuerdo en que el lo llevaría a la plataforma nueve y tres cuartos. Draco paseaba por el pasillo cuando oyó voces que venían de la puede...no...veela-
Draco se alejó de la puerta cuando se abrió. Su padre apareció en el pasillo, su cara de nuevo estaba tras esa fria máscara.Draco tragó saliva pero no dijo nada. Lucius miró a su hijo fijamente durante un momento, como si pudiera ver a travez de el, y caminó hacia la puerta principal. Draco lo siguió en silencio, sabiendo que era mejor no hablarle a su padre cuando estaba de mal humor.
El viaje fue tranquilo. Al de subirse al expreso de Hogwarts, despues de encontrar un compartimento dejó a Crabe y Goyle en su conversación para mirar por la ventana. Su mente descansaba, pero no podía dejar de oír las palabras de su padre. Qué tenía que ver él con una veela?
