La apuesta

Draco salió volando, seguido por Ginny, lo cual dejo a Harry tremendamente sorprendido. Ginny salió menos dañada que Draco, ya que esta había caído arriba de el.

¿Pero que...? –se pregunto Malfoy, algo aturdido por el golpe -. ¡Eres un idiota, Potter!

No te vuelvas a acercar a Ginny, maldito - dijo Harry que echaba fuego por los ojos -. ¿Y por que diablos Ginny tambien salió volando contigo?

Bueno, Potter, eso de que no me le acerque a tu querida noviecita, va estará algo difícil ¿sabes?

¿Qué insinúas, Malfoy? –pregunto Harry desconcertado -. Ginny, aléjate de el.

Es que no puedo, Harry –dijo Ginny, arreglándose la falda.

¿Cómo que no puedes? –pregunto Potter -. ¿Que quieres decir con eso de que no puedes? ¿Este estúpido te hizo algún hechizo?

¡Por favor, Potter! ¿Tu crees que YO haría un hechizo para no poder separarme de la pobretona? ¡Ni que fuera tan tonto como ella para no saber hacer un hechizo!

Después de ver que intentaste violarla ¿Qué me puede sorprender de ti, imbécil? –dijo rempujándolo y tumbándolo al suelo, por lo tanto Ginny tambien se callo

¡Ginny! –exclamo Harry, ayudándola a parar e intentando alejarla de Draco

- ¡No, no, no! –dijo ella, como una carretilla, antes de que pudieran alejarla mas de un metro de Draco -. ¡No me alejes de Malfoy!

¿Pero que diablos esta pasando? –pregunto Potter, atónito

¿Es que no ves Potter? –pregunto Draco con arrogancia -. Tu querida noviecita me quiere tanto, que ni separarse de mí puede

¿Que esta pasando, Ginny? –pregunto Potter, ignorando por completo a Draco

¡Es que no me puedo separa de Malfoy! –exclamo Ginny

¿Ves, Potter? –dijo Draco, arreglándose la túnica -. Te lo dije –agrego con una sonrisa maliciosa

¡Explícame esto, Ginny! –dijo Potter, mirándola Ginny, fijamente a los ojos

Lo que pasa es que...–iba diciendo, cuando fue interrumpida por Draco

Lo que pasa es que me hizo un encantamiento para no poder separarme de ella hasta que no lo besara –dijo Draco -. Se quedo tan fascinada conmigo después del baile –agrego

Potter estaba mas que sorprendido, lo cual complacido mucho a Draco.

No hace ni una semana que terminas conmigo y ya te estas besuqueando con otro –dijo Potter, mas que celoso, lo cual le dio una gran satisfacción a Draco. Estaba pasando justamente lo que e quería que pasara -. ¡Con razón estabas bailando tan a gusto con Malfoy en el baile! Eres una cualquiera

No bien termino de decir esto, y Ginny le estaba ando una tremenda bofetada.

¡No voy a permitir que me insultes! –dijo Ginny, enojada -. ¡A ti no te importa lo que yo haga o deje de hacer ni te importa con quien salga o deje de salir! ¡Lo de nosotros termino, Harry! ¡¡Entiéndelo de una vez!! ¡¡Y todo por tus estúpidos celos!! ¡¡Ahora, te pediré que te vayas de aquí Harry!

Potter se fue totalmente indignado de allí.

¡¡Y tu, maldito imbécil!! –dijo Ginny dirigiéndose a Draco -. ¿¿¿Quién te dio derecho a besarme??? ¡¡Eres un canalla!! ¿¿Por qué le dijiste a Harry todo eso?? –pregunto, pegándole una bofetada a Draco tambien

Si una bofetada es el pago de ver a Potter tan enojado y celoso de MÍ, deberé hacerlo mas seguido –dijo con voz burlona

¡Uy! ¡Eres una idiota! ¡No te quiero volver a ver en mi vida!

Uy, uy, uy, uy, eso si que lo veo medio difícil –dijo Draco -, ya que tu querida profesorcita nos puso este maldito hechizo y ahora no nos podemos alejar mas de un metro ¿Te parece razonable?

¡¡No!! ¡¡No me parece para nada razonable!! –exclamo Ginny

Si Snape hubiese estado aquí, esto no estaría pasando –dijo Draco -. Snape nunca me hubiera dejado estar al lado de una estúpida Weasley que no sabe hacer bien un hechizo.

¡Ya cállate, Malfoy! ¡¡Me tienes harta!! –exclamo Ginny, dándole la espalda

¡Ah, no! ¡Aun Malfoy nadie le da la espalda! –dijo Draco, volteándola.

¡No me toques! –dijo Ginny, separándose de el, mas de la cuenta, por lo que termina pegada a el–. ¡¡Maldito hechizo!! –exclamo Ginny, separándose de el rápidamente -. ¿¿McGonagall no se le pudo ocurrir otra idea?? ¡¡Pero no!! ¡¡¡Tuvo que ponerme con la peor escoria de todo Hogwarts!!!

¡¡Yo tampoco estoy muy contento de que tengo que pasar tanto tiempo contigo, Weasley!! –exclamo Draco -. ¡¡¡Preferiría pasar tiempo con Parkinson...!!!

Draco paro rápidamente. ¿Había dicho que preferiría pasar tiempo con Parkinson? ¡¡Dios mío!! ¡¡La Weasley no era tan mala!! Tal vez si estuviera pegado a Potter fuera otra cosa...

¡Deja de discutir! ¿Quieres? ¡¡Que me haces decir tremenda disparatadas!!

¿Y se puede saber cuando no dices disparates? –dijo Ginny

¡Cuando no estoy con una tonta Weasley!

¡Eres un idiota!

¡Comadreja!

Los dos se pusieron de espaldas con el entrecejo fruncido.

A veces me pregunto por que los Gryffindor son tan estúpidos–dijo Draco–. Nunca le encuentro una razón lógica.

Bueno, pues más estúpidos son los Slytherin–dijo Ginny tranquilamente–. Por que si los Gryffindor somos tan estúpidos como dices, los Slytherin por lo menos nos podrían ganar en el quidditch ¿no?

¿Cuánto te apuestas en que el próximo partido Slytherin les ganara?–pregunto Draco con una sonrisa maliciosa.

¿Con Harry como buscador? ¡Ja! No lo creo–dijo Ginny

¿Cuánto te apuesta?–pregunto Draco otra vez

A ver... Si yo gano, que es lo mas seguro, tu tendrás que hacer todo lo que yo te diga en todos este condenado tiempo que pasemos juntos, y si tu ganas, cosa que dudo, yo haré todo lo que tu digas ¿Que te parece?

¡Oh, Weasley! Te acabas de matar –dijo Draco riendo maliciosamente–. ¿Cuándo es el próximo partido?

Justamente en una semana.

¡Una semana!–exclamo Draco–. Vaya, Weasley parece que tendrás que obedecer mis ordenes antes de lo que yo pensaba

Solo en tus sueños, Malfoy, en tus sueños.

En el resto del día no se dirigieron la palabra. Draco estaba desesperado por que llegara la noche e ir a donde la profesora McGonagall para que les quitara el maldito hechizo y poder volver a su sala común. Miro el reloj para ver cuanto faltaba para que pasara la tortura. ¡Las cuatro de la tarde! Increíble. Realmente increíble.

Draco sintió como su estomago pedía comida, y recordó que no había comido nada.

¿Tu tambien tienes hambre? –pregunto Ginny de repente

¿Que te importa?

¡Ay, perdóname! Solo intentaba ser amable, pero ya veo que contigo es imposible. Bueno, aunque tu no tengas hambre, yo si tengo, y mucha así que vamos a las cocinas a pedirle algo a los elfos. ¿Sabes donde quedan las cocinas?

¡Obvio!–dijo Ginny, parándose– Ahora parate ya, que quiero comer.

Draco se paro de mala gana, y siguió a Ginny hasta un retrato de frutas. Ginny le hizo cosquillas a la pera y esta comenzó a reírse, dando paso a la cocina.

¡Señorita novia de el señor Harry Potter! –exclamo un elfo acercándose a Ginny. Ese elfo vestía de una forma muy extraña, y se le hacia vagamente familiar

¡Hola, Dobby!–exclamo Ginny

¿Dobby? –pregunto Draco. Ya se acordaba donde había visto el elfo, era el estúpido elfo que su padre había llevado el colegio y que el estúpido de Potter lo había dejado en libertad

¡Sé... Señor Ma... Malfoy! –exclamo el elfo, alejándose asustado

¿Que haces aquí?–pregunto Draco

Yo... Yo tra... Trabajo aquí –respondió el elfo

No te asustes, Dobby –dijo Ginny amablemente–. Malfoy no te va a hacer nada conmigo aquí. Por favor, Dobby ¿Nos das algo de comer?

¡Por supuesto, señorita novia del señor Harry Potter! –dijo el elfo, saliendo a buscar comida. Dobby regreso con comida.

Ginny le pregunto a Dobby si se la podían comer ahí mismo, y el inmediatamente le busco una pequeña mesa y dos sillas. Ginny no hablo para nada en toda la comida, cosa que Draco agradeció por que no tenia muchas ganas de discutir.

Al terminar de comer, se dirigieron otra vez a los terrenos del colegio. En el camino se encontraron con Ron Weasley.

Ginny, ¿Se puede saber que diablos haces con este imbécil?–pregunto

Draco iba a contestarle lo mismo que le contesto a Potter, pero la pelirroja adivinando su intención le puso una mano en la boca para que no hablara.

La profesora McGonagall considero que seria buena idea que pasáramos tiempo juntos–explico Ginny–, y nos puso como castigo un hechizo para que solo nos separemos para ir a clases y dormir, nada más.

McGonagall esta loca–no era una pregunta–. ¿No se le ocurrió otra mejor idea para castigarte, por ejemplo mandarte a vivir al bosque prohibido?

Bueno, al parecer no–dijo Ginny

Ginny me tengo que ir. Tengo que verme con... Una persona, pero te aseguro que si tuviera que hacer algo nunca te dejaría sola con este imbécil.

Ron se fue mirando constantemente hacia atrás con el entrecejo fruncido.

Le ibas a decir ese cuento chino que le dijiste a Harry ¿Verdad?

Bueno, no sé si era chino o japonés, pero me gusto mucho hacerlo–dijo Draco sonriendo al recordar la cara de Potter

Estas loco–dijo Ginny con desprecio

Pues a ti no te falta mucho para alcanzarme, Weasley

¡Dios! No se como le voy a hacer para pasar tantos días cerca de una escoria como tu–suspiro Ginny

¿Pero que dices, Weasley? ¡Deberías sentirte afortunada de pasar un rato conmigo!

¡Nadie querría pasar un rato contigo!

¡Draquito! –exclamo una Parkinson salida de quien sabe donde, colgándose del brazo de Draco

Bueno... A excepción de los estúpido, claro esta –dijo Ginny, mirando a Parkinson con el ceño fruncido

¿Quién es esta, Draco? –pregunto Pansy

Esta tiene nombre, querida –dijo Ginny sonriendo cínicamente–. Virginia Weas...

Y ya nos tenemos que ir –dijo Draco a Ginny -. Así que vámonos –le envío una mirada escalofriante a Ginny

¿Tan rápido, "Draquin"?–pregunto Ginny inocentemente–. No quieres pasar un rato con tu amiga.

¡Weasley! –exclamo Pansy de repente

¿Que? –pregunto Ginny

¿Qué haces con Weasley, Draquilin? Mira que es una vergüenza muy grande dejarse ver con esa gentuza

Nadie pidió tu opinión, Parkinson –dijo Draco cortante–. Ahora, por favor, ¡Lárgate!

¿Prefieres quedarte con esa que conmigo, Draco? –pregunto Pansy, haciendo un puchero

¡Prefiero quedarme con quien sea que contigo! –exclamo Draco, cogiendo a Ginny por la mano y llevándosela lejos de Pansy

¡¡No me toques!! No me quiero arriesgar a que se me contagie la...

¿Inteligencia?–pregunto Draco, sonriendo

¿Qué inteligencia?–pregunto Ginny–. ¿En ese cerebro hay inteligencia? ¡Eso es nuevo!

Muy graciosa, Weasley –dijo Draco sarcásticamente–. ¿Pero se te olvida por que tienes el pelo negro? ¡Por que no sabes hacer un hechizo! Bueno, parece que la que no tiene ni pizca de cerebro eres tu ¿No, Weasley?

¡Ya! ¿Que sabes tu que hechizo utilice yo? –pregunto Ginny exasperada–. ¡Ni siquiera sabes si fue uno sencillo o uno difícil!

Fue uno sencillo –aseguro Draco

¿A sí? ¿Y como puedes estar tan seguro?

¿Fue un hechizo difícil? –pregunto Draco, mirándola a los ojos

¡Sí!

¿Sabes que eres muy mala mintiendo?

¡Uy! ¡Eres un caso! –exclamo Ginny

¿Qué hechizo hiciste para volverte el cabello negro? –pregunto Draco

No te importa.

Si, es cierto ¿Qué me importa a mí lo que haga una tonta Weasley?

Si no te importa ¡no preguntes! –exclamo Ginny

Bien

¡Bien!

¡Bien!

¡Uy!–Ginny se sentó en el árbol, y cerro los ojos. Draco la miro con el cejo fruncido, y se sentó al otro lado del árbol.

Draco se quedo pensando en que podría hacer para asesinar a la Weasley y que pareciera un accidente y sin darse cuenta, se durmió.

Sintió como algo le tocaba la cabeza y se levanto sobresaltado. Era solo una hoja. Noto que estaba oscureciendo ¿Tanto había dormido? Miro su reloj, las seis y media. Miro hacia atrás y vio a Weasley acostada en el suelo, en un profundo sueño. Draco se la quedo mirando.

Se ve muy hermosa cuando duerme –murmuro Draco–. ¡Un momento! ¿En que estoy pensando? ¡Es una Weasley, por Dios!

Draco desvío la mirada de la ex–pelirroja. ¿Que diablos estaba pensando? Pasar tanto tiempo con esa tonta Weasley le había afectado el cerebro.

Sintió como Weasley se despertaba. Miro a Draco con cara soñolienta y se acostó de nuevo.

Y yo que pensaba que había sido una pesadilla –dijo Ginny

Ginny se levanto otra vez y vio a su alrededor

¿Que hora es? –pregunto Ginny

Las siete menos diez –dijo Draco

Tal vez McGonagall nos quite el hechizo–dijo Ginny esperanzada–. Vamos a su despacho.

Draco la miro fríamente y se paro de mala gana. Al llegar al despacho de la profesora McGonagall Ginny toco suavemente la puerta.

Puede pasar, Weasley –dijo la voz de la profesora McGonagall.

¿Cómo sabia que era yo, profesora?–pregunto Ginny al entrar

Yo sé muchas cosas, señorita Weasley

Profesora ¿Puede...?

Ya se pueden separar–dijo la profesora McGonagall–. Como ya saben, mañana serán unidos automáticamente salgan de su sala común para que desayunen juntos. Luego van a buscarme a mi despacho y yo les quitare el hechizo para que puedan ir a sus clases. Ahora, Weasley, la acompañare a su sala común, usted puede irse solo Malfoy.

Cuando Draco se levanto le costo un poco recordarse por que estaba de tan mal humor. Se ducho y se vistió y bajo a la sala común. No había rastro de locas maniáticas.

Se sentó cerca de la chimenea. Estuvo muy tentado en no salir de su sala común el resto del día. Y además... ¿Por qué tenia que salir? No, no iba a salir. Pero... McGonagall había dicho que si saldrían en un tono muy seguro ¿Por que lo había dicho tan segura? ¿Qué haría ella para que el y la tonta Weasley salieran de su habitación? ¿Que podría hacer esa vieja loca? No lo sabia.

¡Draco! –exclamo Pansy sentándose al lado de Draco

Ya veo por que McGonagall estaba tan segura de que saldría de mi sala común–murmuro Draco–. ¡Déjame en paz, Parkinson!

Draco salió rápidamente de su sala común esperando ser llevado por arte de magia donde se encontraba la Weasley, pero para su sorpresa no fue así.

¿Todavía existe la posibilidad de que haya soñado una pesadilla?–se pregunto Draco esperanzado

Camino hacia el Gran Comedor, cruzando los dedos por que no se viera juntado con la tonta Weasley. Pero lamentablemente sus rezos no fueron escuchados ya que casi sin darse cuenta ya tenia a su lado a la Weasley.

Esta no es la mejor forma de comenzar la mañana –dijo Ginny, dirigiéndole una mirada asesina a Draco

Yo tampoco estoy muy contento de tener que pasarme el día contigo –dijo Draco con desprecio–. Gracias a Dios que este día tenemos clases y no tenemos que pasar TODO el día juntos.

Sí, pero como sea todo mi tiempo libre lo tendré que pasar contigo–dijo Ginny con disgusto

A mi tampoco me agrada –dijo Draco fríamente

Oye, Malfoy ¿Dónde vamos a desayunar? –pregunto Ginny–. Por que ni creas que YO me sentare en la mesa de Slytherin

Pues yo tampoco me sentare en la mesa de Gryffindor

¿Vamos a las cocinas? –sugirió Ginny

Vamos –susurro Draco de mala gana.

Se dirigieron a las cocinas donde Dobby los atendió amablemente (aunque con un poco de temor a Draco). Desayunaron, y se dirigieron al despacho de la profesora McGonagall.

Ella les quito el hechizo y Draco se dirigió a su primera clase: Encantamientos. Las clases pasaron mas aburridas de lo normal, según Draco. Cuando se dirigió a pociones, vio que Snape no estaba ahí. Estaba un hombre que el nunca había visto, bajo y medio calvo. A la hora de la comida Draco y Ginny se juntaron otra vez y otra vez se dirigieron a las cocinas.

Después de la comida tenían unos minutos libres y se dirigieron a la biblioteca. Draco abrió un libro de lo primero que encontró. Noto que Ginny había abierto uno de pociones, y según la cara que ponía esta no entendía nada.

La tonta Weasley no entiende pociones –dijo Draco.

¿Te importa?

No, la verdad.

¿Entonces por que preguntas?

¿No entiendes pociones? ¡Es la materia más fácil!

¡Claro! Dices eso por que eres el alumno favorito de Snape ¿Cómo no?

La verdad pociones es muy sencilla –dijo Draco–. Déjame ver que es lo que estudias–dijo arrebatándole el libro–. ¡Pero esto es lo más fácil! ¿Cómo que no entiendes? Claro, estoy hablando con la tonta Weasley

Si es tan fácil como dice, a ver explícame –dijo Ginny

Mira...–Draco le explico todo, a Ginny le sorprendió lo fácil que era–. ¿Ves que es fácil?

Increíble–dijo Ginny–. Es más fácil de lo que pense.

¿Tu piensas?–pregunto Draco en tono burlón

¡Uy! ¡No tienes remedio!

Los siguientes días pasaron con una que otra pelea. Ninguno de los dos podían practicar quidditch con sus respectivos equipos, ya que ninguno quería que el otro supiera sus tácticas, así que se las tuvieron que apañar a practicar juntos, cosa que no fue nada fácil para ninguno de los dos, ya que Draco no tenia la capacidad de moverse bien en busca de la snitch y Ginny tampoco podía moverse con libertad.

El día del partido llego y los dos chicos convencieron McGonagall para que los dejara moverse libremente en el campo (Ginny era cazadora). La verdad que les costo mucho a convencer a la profesora para que les quitara el hechizo (quería que tuvieran el hechizo jugando al quidditch), pero Ginny le dijo algo en el oído que Draco solo entendió «Perderíamos... No querrá... perdiéramos»

Draco estaba en busca de la snitch, pero no había señales de ella. El marcador estaba muy parejo: Slytherin: 60 Gryffindor: 70. Pero como siempre Gryffindor estaba en la cabeza, y eso le hervía la sangre a Draco.

Creyó ver un destello dorado, pero solo era el reloj del estúpido golpeador de Gryffindor el cual no recordaba el nombre.

Siguió dándole vueltas al campo para ver alguna señal de la snitch, y la vio. Cerca de los postes de Slytherin, Draco salió volando tras la snitch a toda velocidad, pero lamentablemente Potter se dio cuenta, y voló hacia la snitch rápidamente. Potter era sorprendentemente rápido, ya estaba a la par con Draco. Ya se encontraba a cuatro metros de la snitch... Tres... Dos... Draco alargo la mano, Potter tambien... Y...

Notas de la autora: ¡Hola! Aquí esta el capitulo cuatro (al fin). Voy a tratar de actualizar lo mas rápido posible, no se preocupen.

Y muchas gracias a: Perla Mery, Arabella-G-Potter-Black, amsp14, brendaneko, hermiginny13, oscurity, mayreni, Diana, AzazelBlack, ginny-montero, ImmatureTeen, Angelina-Gave1, Andrea Cabrera, Saiko Katsuka y a todas las personas que leen mi historia y que no me dejan reviews (que no se que esperan para hacerlo).

Sigan dejando reviews, ¡¡¡por favor!!! Y a las personas que no me han dejado reviews, solo denle a "go" y pongan "Me gusta" "No me gusta" Y con eso me conformo.

¡Bye!