"El corazón del caballero"

Basado en la historia "La princesa del Cerezo y el lobo rebelde"

Por Crystal.

Para que no se diga que no he trabajado.  Aunque si me ha tomado mas tiempo del debido. 

Los personajes pertenecen a CLAMP:  yo hago esto con fines de entretenimiento y por tanto, sin fines de Lucro.

Iniciado el 23/04/03.

Tenéis que leer el fic de "la princesa del Cerezo y el Lobo Rebelde, para entender este sidestory"

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Unas niñas estaban delante de la enorme chimenea de su cómodo hogar mientras la nieve cubrían los campos, valles y alrededores con su blanco manto. No encontraban que hacer ya pues, la nieve les había arruinado un posible día de exploraciones, viajes a mundos y fronteras inimaginables e incluso, algún día de campo que sería planificado a ultimo minuto.

En ese momento, dos chiquillos ingresan estrepitosamente al salón luchando con unas espadas hechas de madera.  Sus movimientos y ademanes era como si sus vidas incluso se jugaran en cada movimiento equivoco o certero.

-¡¡Te voy a Derrotar!!- gritaba un niño de cabellos castaños y mirada grisáceo.

-¡¡No si puedo evitarlo!! – gritaba el otro que tenía una mirada azulada y pelo plomizo.

-Ah no se van a matar- gritó quien parecía por su físico la hermana del de mirada azulada.- ¡¡Ya basta ustedes dos!!

A pesar de tener once años, su mirada azulada se encontró con la imagen de que su hermano menor se lastimaría. Era muy respetuosa y educada y lo ultimo que les gustaban eran los enfrentamientos de cuerpo a cuerpo y mas si el segundo cuerpo era su hermano.

Cosa distinta de su hermano: Este le gustaban los enfrentamientos e incluso rogaba día con día al poder cumplir los quince años (la edad mínima requerida) para ingresar en los servicios de cuerpos tropas del reinado del Sur.  A pesar de que con su sangre, no era necesario.

-¡¡Cuidado!!- gritó otras de las niñas al ver a uno de ellos subirse ágilmente a una mesa larga de centro de la habitación mientras atacaba al otro que continuaba defendiéndose desde abajo.

-Esos dos- dijo una de larga y abundante cabellera negra y ojos intensos negros mientras vestía un traje de color rojo en sus listas y con tonos en crema y en su cabello unos hermosos listones color vino. – No se hasta cuando continuarán con sus revueltas...

-La corona del Norte exige que te rindas- gritaba el de cabellos castaños y ojos grises. Todo esto era escuchado por los niños allí presentes. Sin nadie percatarse un pequeño de igual edad ingresó con silencio al lugar observando a todo y todos.

-Jamás Maroshi.- Gritaba sonriéndole- el príncipe del  Sur jamás se rendiría...

-¡¡Me casaré con tu hermana Loriel!!- dijo Maroshi al joven de ojos azules provocando que este le gritara algo muy inapropiado y atacara con mas violencia aun.

-¡¡Una princesa no se casa con un hijo de soldado!! Piénsalo de nuevo... – gritaba de nuevo con ira el sujeto. El sonido de la madera chocando hacían eco en el salón al compás de las quejas de las niñas y el atizar del fuego de la chimenea.

Sin embargo la pobre victima de aquella rencilla gritaba con todas sus fuerzas- Por favor Maroshi... deténganse... hermano... – ya incluso de tan sensible que era, comenzaba a sollozar por sus hermosos ojos azulados.

-Cálmate- dijo por fin otro niño que había permanecido inadvertido en el lugar- Siempre terminan igual: Discuten quien es mejor: si el Norte o el Sur... – cruzándose de brazos. Sus ojos verdosos y cabellos marrones observaban a los contrincantes.- Y la verdad me están desesperando... llevan toda la batalla desde el salón de juegos hasta aquí...

-¡¡De todos los salones del palacio!!- gritaba otra de las niñas ahí presentes.- ¡¡Ya es una situación exasperante!!! ¡¡Parecen una partida de idiotas!!- su vestido color azul pálido contrarrestaba con aquella mirada marrón y cabellos platinos su nombre era Yayoii- ¡¡¡Maroshi: debería darte vergüenza!! ¿Qué diría mi padre o mi tío si te vieran ahora?? – Viéndole enfrentarse al hermano de Loriel.

 -Diría que se lo tiene bien merecido – gritó Maroshi.

-Ya dejen eso- decía el joven de nombre Fujien que era el de mirada verdosa y lo que parecía la voz de la lógica del lugar- Se van a lastimar...

En ese momento Maroshi desconcentra su atención del hermano de Loriel y observa a Fujien y le coloca la espada en su pecho y con una sonrisa algo orgullosa y llena de cierta ironía dice.- ¿Y supongo que tu lo evitarás?

-¿Qué intentas?

-Nada...—dijo Maroshi sonriendo.- Solo me quiero casar con Loriel cuando crezca- Sonriéndole a la victima y mirando al hermano (Quien por cierto respiraba con dificultad debido al tiempo que llevaba en eso).- Cosa que este necio no permitirá... o dice que no permitirá...

-Y le grito que una Princesa no se casará con un soldado... no es lo suficientemente bueno...- Gritaba el chico apoyándose por la falta de aire en la espada. Su mirada azulada fue a dar a la muy reprochadora de su hermana, quien se acercaba para verificar si estaba bien.

-¿Estás bien?

-Si lo estoy- respondió el chico a su hermana.- esto aun no termina...- observando a Maroshi y levantando su espada.

-Niños- dijo otra de las niñas presentes.- No se cual es el alboroto... ¡¡Apenas tienen doce años!!

-me casaré con Loriel, lo quieras o no...- gritaba Maroshi a su atacante.- Así que tendrás que aceptarlo Meriel...

-Jamás... primero ¡¡La guerra!!

-Basta Meriel...- decía Loriel gritándole. Ahí su hermano sabía que ella estaba molesta.

Una mujer de aproximadamente cuarenta años ingresó al salón.  Su pelo castaño y ojos del mismo color chocó con la imagen de los niños y el desorden que estaban ocasionando en el salón.

Había estado en el servicio de esa familia desde siempre.  O antes de eso, a su amo.  Pero es parte de un pasado o una historia, parte en si, de un hermoso cuento de hadas.

-¡¡¡¡SILENCIO!!!!- gritó ni corta ni perezosa la mujer al entrar en aquel salón y ver tal desorden y para que su voz fuera escuchada.  Todas las miradas infantiles (E incluso las otras niñeras que venían con ellas les surgió una gota).- Pero caramba: Ustedes causan mas alboroto que los rebeldes en sus tiempos...

Mientras ante todo esto Fujien asentía en silencio siendo observado muy de cerca por la pequeña de ojos negros y pelo negruzco.

-Pero es que él quiere casarse con Loriel...- gritaba Meriel.

-Basta...- dijo la mujer sonriéndoles -¿Tanto alboroto por eso?

-Y le digo que primero la guerra.—dijo Meriel mientras era sujetado por las axilas por la mujer con fuerza antes de que se abalanzara de nuevo contra de Maroshi. 

-¿LA guerra?- dijo la amable mujer observándole sorprendido e incluso su tono de voz llamó la atención de los pequeños.- ¿guerra por amor? Ahhhh... – soltando a Meriel y este extrañándose que le dejara ir, miró detrás donde la mujer que era su cuidadora desde que era un bebé, contenía una sonrisilla algo sospechosa e incluso boba.

-¿Qué le pasa?- preguntó Fujien observándole igual de extrañado.

-Creo que al fin perdió el juicio ...- comentó Yayoii  observándole en tal comportamiento.

-¿Nakuru??- gritaba el niño de mirada azulada y su hermana agitaba la mano delante de la vista de la joven para hacerle reaccionar.- ¡¡Akizuki!!- haciéndole despertar.

-Ah lo siento...- decía la mujer sonriéndole y sacando su lengua de manera divertida, como hacía en su juventud. –Es que me recordaron una historia que conozco...

-¿Si?- dijo Loriel sonriéndole y mirándole divertida y juntando sus brazos comentó.- ¿Con princesas, dragones y valientes príncipes que la rescatan?

-¿Con barcos piratas, troles, gigantes atroces y mucha sangre?- preguntaba Maroshi.

-¿Con princesas y caballeros que las rescatan?- preguntó la de mirada negruzca con corazones y abrazando a Fujien con ánimos.

-Oyeee suéltame que me asfixias ...- gritaba el chico de mirada verdusca ante el cometido de la joven.

-Pero es que...- decía Meriel.- ¡¡Interrumpiste un combate!!

-Ah esto es mejor...- dijo Nakuru haciendo que los pequeños se sentaran en la alfombra, sillones y tapices a su alrededor.  Ella tomó asiento en el sillón alto de la sala.- Es una historia que tiene: Batallas, redencillas, enfrentamientos...

-¿Y princesas? – interrumpió Yayoii sonriéndole por igual.-¿Príncipes?

-Mejor aun: Princesa y reyes y reinas...

-¿cómo eso puede ser mejor?_ dudaba Maroshi dudando ante lo dicho por la mujer.-¡¡Eso es imposible!! Nada es mejor que un enfrentamiento...

-No cuando tiene muchos mas enfrentamientos en si mismo...- sonrió Nakuru a los niños.- Pero les contaré...

-Esto tiene que ser bueno.- reclamó Fujien...

-Escuchemos entonces...- dijo Yayoii.

Nakuru sonrió complacida una vez tuvo la atención de los niños.

Tosiendo... y de esa manera, con la atención de los niños, las otras niñeras y dos soldados ubicados en la puerta, capturó la atención de los presentes...

-Bien... Erase una vez...

-Un momento- dijo Meriel interrumpiendo a su nana.- ¿Tiene titulo esta historia o es algo que te inventaste para evitar el duelo?

-No mi querido niño—reclamó defendiéndose la dama.- Pero si tienes dudas de la veracidad de la historia, pregúntale a tu padre...- sonrió complacida.- O al alguno de los suyos...- señalando a los demás niños.

-¿Ellos saben la historia?- preguntó Fujien.

-En tu caso mi querido niño...- sonriéndole al de mirada esmeralda- es mas bien un recuento de tu pasado...

su mirada inocente se contrarrestó con la de sabiduría de la mujer. 

-No comprendo.- decía entonces Yayoii – Por favor, comienza la historia...

-Bien aquí voy de nuevo... ... Erase una vez...

"Era pasada de la media noche.  Una joven princesa no podía dormir.  Al otro día su sueño se haría realidad. Se casaría con una de las personas mas poderosas de las nuevas comarcas, pero mas que todo y que cualquier titulo, era alguien a quien ella, amaba.

Se dio por vencida a la décima vuelta en la cama en tratar de conciliar el sueño.  Serían tal vez los nervios por convertirse en reina.   Respiró profundamente y encendiendo un candelabro que había al lado del lecho, iluminó la habitación. 

En un extremo y sujetado en un cómodo sillón estaba ahí, aquel vestido.  Sus ojos azules se iluminaron al ver la delicada tela color marfil, adornada con cristales. Era en aquel vestido que aceptaría y se casaría con el galante y guapo rey del Sur.

Pero no sabiendo que, la conversación y la futura boda, daría apertura a ciertos eventos que pondrían a prueba, el amor, la fidelidad y la verdad entre las parejas de esta historia."

*     *    *    *     *     *

*    *    *   *     *    *

-Sencillamente, no puedo dormir...- dijo Sakura a Yukito quien la seguía escoltándola por los pasillos hasta la habitación de su prima- no tienes que acompañarme...- sonriéndole al gentil soldado de la familia Kinomoto- Ve a dormir...

-Mi misión es, siempre protegerla...

-No siempre estarás a mi lado...

-Es mi deber- concluyó el soldado- Y ordenes de su hermano...

-¿De mi hermano?- sorprendiendo con esto a la joven- ¿Acaso piensa que me atacarán?

-No alteza- dijo Yukito- pero no quiere que según lo que él llama "enemigo inminente" se pase de listo con usted...

Una gota surgió en la cabeza de Sakura.  No tenía la mas mínima idea de que o a quien se refería con ese comentario.   Deteniéndose al final del pasillo dijo- Ya basta... de aquí puedo llegar sola y a salvo- Con su vela en mano y ropa de dormir – Hasta mañana Yukito.

El soldado dudó en dejarla sola.  Pero por lo que parecía, Sakura estaba decidida en no moverse un paso mas, si el soldado no se iba.  Dándose por vencido, Finalmente Yukito hizo una reverencia y dejó a la joven a solas en el pasillo. 

Sakura comenzó a avanzar con su vela en mano.  Por aquella área no habían soldados.  Aun no era la media noche.  El cambio de turno había ocurrido unos minutos antes.  La nueva guardia se trasladarían a sus puestos en 15 minutos.

No llevaba un par de minutos caminando en los algo oscuros pasillos (de cuando en cuando, habían antorchas y candelabros iluminando). Podía en su trayecto, observar pinturas al óleo de sus padres, de Touya el día de la coronación y de ella cuando cumplió 15 años.

Sonrió en particular al detenerse enfrente de uno de los cuadros, iluminado por una de las antorchas,  en donde era su madre sosteniéndola a ella y su hermano estaba de pie al lado de ellas.  Sakura era en ella, una bebé, pero se notaba el parecido por sus ojos. 

-No la recuerdo- extendiendo su mano al retrato.- envidio a Touya por eso... él la recuerda...

-A mi también me gusta mucho ese cuadro- Dijeron detrás de ella, a pocos pasos.  Tremendo susto que se llevó pensando que estaba sola en el pasillo.   De las sombras y la oscuridad, avanzó un galante joven de ojos café.- ¿Te asusté?

-Por dios santo... ¿no se te quita esa costumbre, cierto?- con mano en su pecho y una gota en su cuello.  El le dedicó una sutil sonrisa mientras observaba sus hermosos ojos y su rostro iluminado por las luces de las antorchas y de la vela que llevaba la joven en la mano.- Tratando de recuperar el aliento y la postura mientras él se colocaba a su lado, vistiendo aun el traje que utilizó para la fiesta, ella recobró la cordura y dijo- ¿Qué haces aquí?

-No podía aun irme a dormir.- dijo el joven Li—Estuve hace una hora con Eriol hablando mas que todo en los jardines... pero su doncella, Akizuki vino por el, diciéndole que alguien lo buscaba en sus aposentos... entonces, comencé a pasear por los alrededores... y terminé viendo los cuadros- Señalando detrás de él. - Estaba impactado por este.- señalando el de Sakura aun bebé con su madre.- y me he quedado viéndole.- Y observando a su interlocutora, agregó- Aunque no pensé que viendo este cuadro tan hermoso, me encontraría con alguien mas hermosa aun...

Sakura se sonrojó impetuosamente.  Li le observaba con un brillo especial en los ojos. La verdad era que, el joven quien era su prometido, se veía tan galante. Desde su llegada no habían podido estar juntos y a solas por mas de cinco minutos.  Touya aun no le agradaba la idea de su Hermanita comprometida y mas aun, con él.  Sabía que, ya no sería su protector y la persona mas importante en la vida de su hermana.  Ya ese papel le correspondería a Shaoran.

-Tu hermano es problemático- dijo Li dirigiendo su mirada al cuadro nuevamente.- No nos ha dejado conversar tranquilamente desde mi llegada...

-No le prestes atención...- dijo Sakura disculpándose por él- es un molestoso...

-Te protege- dijo Li dirigiéndole una dulce mirada- no lo culpo. 

-¿Ah no?

-No.- dijo Li acercándose a ella- Yo te celo hasta de mi propia sombra...

-¿Qué quieres decir?

-Que no te dejaré sola un solo minuto mañana.  Pienso pasar el mayor tiempo de mañana a tu lado.  Y cuando nos casemos, siempre estarás todos los días solo para mi... ¿o no le agrada la idea, su Alteza?- tomando con su mano el rostro de la joven.

Un sutil tono rosa se encontraban en las mejillas de Sakura.  Le sonrió y sus ojos tenían e irradiaban todo aquel cariño que solo tenía para Li.

Él adoraba los ojos de Sakura.  Creía que, eso fue lo que le llamó la atención desde un primer instante de ella.  Del momento que abrió el carruaje de Norte, la primera vez que se encontraron en el bosque.  No podía olvidar ese recuerdo de su mente...

*-*-*-*-*-*-* Flash Back *-*-*-*-*-*-*

-Solo queremos pasar – dijo Yukito- déjenos ir en paz, y no ocasionaremos problemas...

-Ustedes- se escuchó una voz decir- ¿Son comerciantes?

-Así es- dijo Yukito- llevamos una mercancía en el carruaje...no queremos problemas...

-Podríamos robársela- se escuchó otra voz decir- y venderla o utilizarla para nuestra causa...-muchas voces se escucharon a favor.

-Lamento decirle Señor que no lo puedo permitir- dijo Yukito desenfundando su espada- tengo que llegar hasta la ciudad y a la mercancía no puede pasarle nada.

-¿Qué es la mercancía? ¿ oro? ¿Diamantes? ¿o armamento para que Xiao pueda pelear con nosotros?-preguntó el sujeto en el caballo.

-No puedo decirle- dijo Yukito.  Pudo observar como el sujeto del caballo miró a su acompañante y sonrió sutilmente.

-Ustedes no son de por aquí- dijo el del caballo bajando la guardia.- son del norte...

-¿Disculpe?-preguntó Yukito sin bajar la guardia.

-Los del norte son muy educados, y hacen cualquier cosa para evitar una guerra...incluso hacer tratos con el diablo- dijo el sujeto.  Sakura y Tomoyo podían escucharlo acercarse al carruaje.  – ustedes son pacíficos. Mientras los demás territorios se tuvieron que rendir ante Xiao...y colocarse bajo su yugo, ustedes o su rey, no fue tocado. Aunque nadie sabe de que se trata...solo que un acuerdo fue hecho...-sus pasos se detuvieron.

-Por favor- dijo Yukito- esta es su ultima oportunidad de salir vivo...usted y toda su gente.  No nos importa los problemas que tengan con el Rey Xiao. Pero es importante para nosotros llegar a la ciudad antes del atardecer...

Todos los rebeldes allí presentes rieron. Incluso escucharon una risa proveniente del sujeto que escuchaban Sakura y Tomoyo acercarse.

-No.- dijo el que supuestamente parecía estar a cargo- no robaremos su pertenencia-dijo él mirándoles- tampoco tienen ustedes la culpa de ser tan débiles cuando el momento de defender su soberanía se refiere.  Pero lo que si soy, es justo- mirando a Yukito- escoge a alguien de tus hombres para que se bata en una pelea con mi mejor hombre- señalando a otro que estaba en el otro caballo.  Si el tuyo gana, los dejaré ir.  Si el mío gana, todos morirán.

Yukito asintió.  Sabía que tenía que buscar una manera de sacar a Sakura y a Tomoyo de las inmediaciones del bosque.  Sino ellos les harían daño. No lo permitiría.  Dijo- bien. Zhang, tu pelearás.

-Bien- dijo el sujeto- Yamasaki, hazte cargo.-el sujeto del segundo caballo bajó y dio su espada a un compañero. Pasó al frente y esperó a Zhang.  En pocos momentos, se podía escuchar al interior del carruaje los puñetazos que se propinaban y los ánimos dados a sus representantes cada lado.

-Esto es atroz- dijo Tomoyo- majestad tenemos que hacer algo.  Si se percatan quien es usted, estará en peligro.  Tenemos que hacer algo.

-pero ¿Qué recomiendas?-preguntó a su amiga.

Esta guardando silencio unos momentos dijo- Quítese la ropa y colóquese la mía,  rápido.

-¿Qué?-

-Es lo único que se me ocurre.- dijo despojándose de su ropa que era un vestido bastante sencillo y adecuado a su estatus. – no la lastimarán viendo que es una dama...no la prometida de Xiao. Deprisa – mientras ayudaba a quitarle el vestido, la tiara y todo lo demás.  Solo se quedó con la cadena que tenía el sello del reinado del Norte.  Una estrella incrustada en la base de una llave, que perteneció a su madre.  Pronto, ambas chicas estaban ocupando los lugares contrarios.  Justo cuando la princesa Sakura, se ajustaba el listón color azul de su vestido, alguien abrió la puerta del carruaje.

-¿Chicas?- dijo  a quien reconocieron como la voz que comandaba a los demás- ¿Esa es tu mercancía? ¿Chicas? –pensando lo peor- ¿acaso comercializas con chicas?- no fijándose en el vestuario de ambas jóvenes. 

Sakura aterrada se percató que era un joven.  Vestía ropas humildes y su rostro estaba cubierto por un antifaz. Estaba su ropa limpia lo cual daba a entender que no era un común ladrón, aunque ella nunca en su vida había visto un ladrón.  O un vagabundo de todas maneras.  Podía percatarse que tenía el pelo color café y revuelto,. Algo despeinado. Pero lo que mas le impactaron fueron sus ojos, aquellos ojos color café intensos que por unos momentos no le retiraron la vista de encima.

-Déjenlas en paz-dijo Yukito tratando de adelantarse pero uno de los hombres del joven, le colocó una espada en su cuello.

-Mejor dígale a sus hombres que bajen las armas o no respondemos- dijo uno de los sujetos.

-Bajen las armas- dijo Yukito. En momentos, las armas de todos sus hombres estaban en el suelo.

-¿Quiénes son ustedes?- dijo el sujeto quien aun estaba en la puerta del carruaje.  A diferencia de momentos antes, ahora su tono de voz era mas pausado y bajo.

-Por favor- dijo la princesa Sakura (pero él no sabía que era la princesa)- déjenos ir. Tenemos que llegar a la ciudad. Es muy importante.

-¿por qué haríamos eso?- dijo el segundo en comando acercándose.

-por que es importante- dijo ella.

-Bajen señoritas- dijo el joven a cargo.  A ver que ellas no se movían extendió su espada y la colocó en el cuello de Sakura.

-No- dijo Yukito viendo lo que pasaba.

-Esta bien- se escuchó la voz de Tomoyo- bajaremos-.  En esos momentos, el joven retira la espada del cuello de la chica y ella baja.  Detrás de ella, baja otra que se percata que trae ropas reales se percata que fue ella quien habló.

-Miren eso- dijo el otro chico de cabellos color café- si no estoy equivocado y si por lo que dice, jefe... que estos son del norte, apostaría mi cabeza a que esa es la princesa Sakura, hermana del rey Touya- señalando a la chica vestida con ropa real.

-¿por qué están en el sur?- preguntaba el joven a Sakura. Yukito se percató que ambas chicas cambiaron sus identidades.

-vengo a negociar un tratado con el rey Xiao en representación de mi hermano, el Rey.

-¿El rey Touya manda a chicas a negociar?- dijo el que respondía por Yamasaki quien en esos momentos tenía el labio roto dado por el encuentro con Zhang, el cual no terminó, debido al descubrimiento de su jefe.-Eso si que es moderno- todos estallan en carcajadas –pero si lo único que hacen las mujeres, es ser bonitas y cocinar...

-Una princesa no sabe cocinar- gritó uno de los rebeldes que ocasionó risas entre sus compañeros.

-Las mujeres somos tan buenas líderes como los hombres- dijo Tomoyo lo que provocó que los demás guardaran silencio.

-Una princesa que tiene espíritu de lucha.- dijo el líder- me sorprende. Tiene la valentía de enfrentarnos, cosa que su hermano no la tiene.

- Su hermano es un hombre justo que supo que para evitar que miles mueran, a costa  una sola tiene que sacrificarse- dijo Sakura mirando al sujeto.  Sus impactantes ojos verdes era lo que mas llamaba la atención en su mirada.- su padre también lo hizo cuando firmó la paz con Xiao.

EL sujeto guardó silencio por unos momentos, analizando lo dicho por la chica de pelo color café y dijo.- los dejaré ir con una condición: los soldados inferiores, tendrán que regresar por donde vinieron.  Usted – señalando a Yukito- será el único que irá a donde Xiao y le dirá que tenemos a  la embajadora del norte con nosotros- mirando a Tomoyo y luego a Sakura- y a su amiga. si quiere volver a verlas con vida...

-No voy a dejar a su alteza a solas- dijo Yukito- ninguno de nosotros lo hará...

-Lobo- dijo  Yamasaki- ¿qué es lo que quieres hacer?-dirigiéndose al joven con el antifaz.

-Molestar un poco mas a Xiao- dijo el joven y dirigiéndose a Yukito dijo- si te niegas o los tuyos.- dirigiendo su espada a Sakura- la chica se muere.

-No- dijo Yukito inmediatamente- está bien- mirando a sus hombres.

 

En pocos momentos, Yukito subía a un caballo por un lado, mientras sus hombres, sin armas, se iban por el otro, con ruta al norte. Cuando Yukito y su corcel se perdían en la distancia, Lobo dijo- Tardarán dos días en llegar al rey Touya con las noticias.

-Damas- dijo Yamasaki cordialmente a las dos jóvenes. – y su alteza- haciendo reverencia a Tomoyo- será mejor que se cambie de ropa. El lugar no es seguro para realeza.-  Todos los rebeldes se sonrieron.

 Bajaron todas las maletas del carruaje y comenzaron a buscar, joyas y algo de valor. Sakura tomó uno de los vestidos de Tomoyo y dijo.- Vístase dentro del carruaje.  Yo vigilaré la puerta. – Haciendo lo que Sakura le dijo, se introdujo al interior de carruaje.

-Bien hecho-dijo quien se hacía llamar Lobo- una excelente idea.- guardando su espada- no voy a lastimarla...no lastimo chicas...

-¿A que se refiere con eso de buena idea?- preguntó ella hablando autoritariamente.

-Será mejor que mantenga este perfil por un tiempo- dijo él mirándole y hablando por lo bajo para que los demás no escuchen y sin responder a su pregunta.- se quien es usted en verdad.  –dijo él mientras ella abría los ojos sorprendida.-¿cómo se llama? Pues no puedo llamarle su alteza ni nada por el estilo.

-Si sabe quien soy, debería entonces tratarme con mas respeto...

-no lo creo- dijo él dejando de mirarla—aquí somos todos iguales...no somos realeza.  El bosque es nuestra guarida... dígame su nombre.-insistiendo.

-no quiero- dijo ella mirándole- además usted lo sabe ¿No? Si sabe quien soy...

-Bien- dijo él de mala gana-si quiere que juguemos,  es cierto. usted entonces es Ying Hua.

-¿Disculpa? ¿qué clase de nombre es ese? No me gusta para nada.

-¿Sabe lo que significa?- mirándole curiosamente.

-no- dijo ella y pensando unos instantes- ¿Qué significa?

-Te lo diré cuando seas mayorcita.- dijo el joven – tienes mucho que aprender acerca de respeto- en ese momento Tomoyo desciende del carruaje vistiendo un vestido muy sencillo de seda y listones aguamarina y azul celeste. –su majestad- dijo el haciendo reverencia.- bienvenida al bosque de los forajidos. Nuestro humilde hogar. –aun tenía su antifaz puesto.- le sugiero que no se separe del resto del grupo.  Se perdería....mientras usted como realeza al fin, cabalgará en ese caballo.- señalando uno de los caballos blancos del carruaje.- usted Ying Hua- mirando a Sakura- cabalgará conmigo.  No quiero que ambas se les ocurra escapar.

-¡¡Es usted un insolente!! –dijo Sakura alzando la voz.  Los rebeldes guardaron silencio ante lo dicho por ella—no nos puede tratar así. ¡¡le ordeno que nos trate con respeto!!

 - le recomiendo que no le hable así a Lobo, señorita- dijo Yamasaki- el es el rey aquí...

-No soy rey- dijo Lobo mirando por unos instantes a Sakura, esta volteó su mirada al otro lado.- Solo soy quien guía a la senda de la libertad...

-Ustedes lo que son, son comunes ladrones que no hacen otra cosa que robar...ni siquiera trabajan...- dijo ella de mala gana.

-Tiene que aprender mucho del mundo, señorita- dijo Lobo.

-¿Y supongo que piensa enseñarme?- dijo ella ofendida- no gracias, prefiero ir al pueblo, - comenzando a alejarse de Lobo. El hace una señal para que no la lastimen los demás hombres.

-No sobrevivirá hasta mañana- dijo Yamasaki- no es chica de espacios abiertos...es solo una muñequita de palacio. 

-¿Qué cosa dijo?- preguntó Sakura.  Esa era la gota que colmó el vaso. Su paciencia para discutir había terminado. Los demás rebeldes estaban riéndose ante la ocurrencia de su compañero.

En ese momento el que se hacía llamar Lobo, sube ágilmente a su caballo, de color marrón. Avanzó a donde Sakura estaba caminando. Tomando a Sakura por la cintura, la sube a su corcel y dice-será mejor que se sujete a las riendas bien- y susurrando en su oído- no quiero que se rompa su real cuello.

-¡¡Pero que insolente eres!!- dijo ella . él sonrió.  Nunca había conocido a alguien que le gustara discutir y desafiar tanto.  Y mucho menos, que fuese realeza, o en todo caso linda. En ese momento Yamasaki dijo -¿por qué no matamos a esa insolente chica?- señalando a Ying Hua- no la necesitamos...

-¿Cuestionas acaso mi decisión, Yamasaki?- preguntó Lobo mirándole-

-No señor- dijo Yamasaki – jamás pero ¿Qué haremos con estas dos chicas?

-Le daremos un buen susto a Xiao- dijo Lobo comenzando a cabalgar con Sakura delante de él.- además no lastimamos mujeres ni niños ¿recuerdas?

-¡¡Que suerte la mía!!- dijo Ying Hua enojada- un insolente y prepotente...

-Tranquila- dijo Tomoyo- todo estará bien- comenzando a cabalgar al lado de Lobo.  Este sonrió sutilmente.

-Eso es lógica, majestad- dijo Lobo mirando a Tomoyo- Veremos como lo toma Xiao una vez no vea a su invitada llegar hoy.

-¿Qué piensa hacer?- preguntaba Tomoyo.

-Tranquila alteza- dijo él- no les pasará nada....solo que tengo que enviar un mensaje y quiero aprovecharlas a ustedes para ello...

*-*-*-*-*-*-*-* Fin del Flash Back *-*-*-*-*-*-*-*

Shaoran se sonrió sutilmente pero que fue percatado por Sakura que algo pasaba por su mente. La joven preguntó.-  ¿Qué ocurre?

-Solo pensaba en la primera vez que nos conocimos... si que eras insolente...

-Y tu salvaje, corriente, mal educado...

-¿ah si? Entonces ¿Qué te hizo corresponderme?

Sakura se quedó en silencio unos instantes.  Era cierto. Desde el primer momento, no se llevaban.  Discutían mas que todo. Pero eso con el tiempo, fue cambiando pero ¿Cómo? Li interrumpió sus pensamientos.

-No te mortifiques con la idea... – adivinando lo que por la cabeza de su prometida pasaba.- yo tampoco se con exactitud cuando sentí todo lo que siento por ti...

Sonriendo la princesa dijo- Por lo que parece, tenemos algo en común, pero creo que si se cuando me comenzaste a gustar...- sonrojándose y sorprendiendo con eso a su prometido.

-¿Cuándo?- Dijo Li pero vio que Sakura comenzó caminar por el pasillo, dejándolo a él solo.- Ah no ... dime cuando- alcanzándola y colocándose a la par en su caminar, dejando el área de las pinturas detrás. 

-¿Aquel día que nos conocimos? Yo comencé a caminar por el camino con el propósito de huir de ti... tu, en contra de mi voluntad, me subiste al caballo ¿recuerdas?

-Si... no la mejor forma de tratar a una princesa...

Sonrojada agregó- Era la primera vez en mi vida, que alguien se dirigía a mi en esa forma tan informal... me agradó.- mirándole a los ojos y con vela en mano dijo- Y tus ojos...

Shaoran se acercó a ella y la besó profunda y largamente en los labios, sonrojando nuevamente a la joven.  La ultima vez que la había besado así había sido mucho tiempo atrás. La noche del baile de compromiso.

Separándose de sus labios dijo- Tenía tanto tiempo por hacer esto...

-Tenemos suerte que nos amamos y nos vamos a casar...

-Si- dijo Li apoyando lo dicho por Sakura- Primero Hiraguizagua y tu prima, y después, nosotros...  – y soltándola un momento dijo- Sabes, antes de que nos diéramos nuestro primer beso- aquí Sakura se sonrojó ante el recuerdo y continuó escuchando a su prometido- estaba tan celoso de Hiraguizagua...

-¿por qué?

-Porque se llevaba mejor contigo que lo que jamás nosotros nos llevábamos... No creí que me mirarías mas allá de ser tu soldado personal.  Pero esa noche, la noche del baile de compromiso tuyo con Xiao- Aquí Sakura frunció su rostro ante el recuerdo- Mis dudas fueron aclaradas, aunque si me enojaba cada vez que, Eriol pronunciaba tu nombre con ese acento que solo él sabe dar, cuando algo le interesa...

-Hemos llegado- dijo Sakura.  Sin darse cuenta, habían caminado hasta la puerta de su amiga, quien dormía, pues al otro día sería el gran día.   Deteniéndose ambos Sakura agregó- no puedo dormir.  Veré si duermo con Tomoyo y nos hacemos compañía.

-Me alegro que no hayas podido conciliar el sueño...

-¿por qué?

-Porque tuve toda tu atención, mi querida Sakura.—Tomando su mentón y besándole nuevamente y separándose de ella, dijo- Me veré en problemas si la guardia me encuentra contigo... no se vería bien para tu reputación...  que estés en la oscuridad de la noche y sola conmigo.  Aunque seas mi prometida... no me permitiría que dijeran algo malo de ti...

Sakura sonrió ante esto.  La verdad era que, Shaoran la cuidaba mucho. En un momento ella dijo- ¿Puedo hacerte una pregunta antes de que te vayas?

-¿Cuál?

-Dijiste momentos atrás que, celabas a Eriol por la amistad que llevaba con él.  – Shaoran asintió- eso quiere decir que, ¿Siempre me celarás?

-Depende del momento.  De quien esté interesado en ti.  Eres muy hermosa Sakura.- sonrojando aun mas a la joven- Jamás que nadie te diga lo contrario. Alguien que no se de cuenta, estaría ciego.  Creo que por eso, tu hermano te protege tanto.  Eres diferente a las otras chicas con poder.  Eso te hace especial y distinta.  Me atrae eso de ti, y no dudes que te amo.  Pero tampoco perdonaría a quien posara tus ojos en ti... – besándole ahora en la mano- Te amo y que no se te olvide... y espero pronto que sea nuestro turno de casarnos, porque siempre estarás a mi lado, y te protegeré de ojos de desvergonzados que traten algo contigo...  porque se  que, tu me amas tanto como yo... buenas noches mi querida Sakura.

-Buenas noches- dijo ella despidiéndose del joven.  Lo vio hasta que se perdió por los oscuros pasillos del palacio.  Miró antes de girar la puerta de su prima que no viniera nadie por el pasillo.

En el interior de la alcoba, Tomoyo no podía aun dormir. 

En ese momento escuchó la puerta abrirse de su alcoba.  Se sorprendió ¿Quién estaría en la alcoba de la futura reina y a tales horas? Después de todo, la boda, su boda, no sería hasta el día siguiente. 

La invitada venía con una vela en su mano y llevaba su ropa de dormir.  Iba con unos sencillos zapatos y su pelo estaba amarrado en una redecilla para dormir.  Sus ojos verdes intensos hicieron contacto con los azules de la chica.  Al ver de quien se trataba, se calmó.

-Santo cielo Sakura- dijo Tomoyo al descubrir de quien se trataba y llevándose una mano a su pecho- Me matas del susto...

-Lo siento- dijo la joven princesa preocupándose pero sonriéndole sutilmente- ¿Puedo pasar? .- aun estaba de pie en la puerta.

-Claro que si- dijo Tomoyo sonriéndole y dirigiéndole una dulce mirada.

Sakura cerró la puerta tras de si y se dirigió a donde su prima, ambas dejando las velas y los candelabros a un lado y sentándose como dos chiquillas en la cama de la joven Dairujij.

Y es que a partir del siguiente día, se convertiría en "Reina Tomoyo Hiraguizagua" . sus nervios no podían ser para menos.

-¿No puedes dormir?- preguntó Sakura.

Tomoyo sacudía su cabeza en forma negativa y después sonriéndole a su prima dijo- ¿Y tu? Yo tengo excusa, pero ¿Cuál es la tuya?

-Creo que es la emoción ...- dijo Sakura sonrojándose.

-Pues me parece que tiene que ver con la visita de nuestro invitado ¿o me equivoco alteza? – riéndose ante la cara roja de Sakura.—es que los noté a ambos muy callados en la hora de la cena de celebración...

Horas antes, Touya para celebrar el compromiso de su prima y de ahora la Princesa Tomoyo (titulo dado como obsequio para que la joven contrajera nupcias con Eriol quien era el rey del Sur), y su prometido, había celebrado una cena en su honor.  Y el prometido de Sakura estaba ahí.  Su nombre por supuesto era Li Shaoran y había además de haber jugado un papel muy importante en el reestablecimiento de las nuevas naciones, era el rey del Este. 

-No es su culpa- dijo Sakura rojita como su rostro podía permitirlo- Imagínate al pobre Shaoran tratando de hablarme pero mi hermano prácticamente queriéndolo fuera del lugar...

-¿Aun no lo acepta?

-Por supuesto que no- dijo Sakura sonriéndose ante las ocurrencias de su hermano- Ahora dice que, tenemos que estar comprometidos al menos un año, antes de casarnos...- Solo habían pasado tres meses desde la propuesta de matrimonio. – Y por sus ocupaciones como rey, solo lo he visto esta ocasión después de tres largos meses y mi hermano no le quitó la vista de encima- exhalando- Durante toda la cena... eso lo puso bastante nervioso... pero suerte para mi, la madre de Shaoran quiere que nos casemos lo antes posible.- viendo sonreír a su prima- Está muy emocionada incluso, quiere participar en los preparativos... ha convencido a mi hermano de que sea antes...

 -Con la mirada de tu hermano, no es para menos- dijo Tomoyo - ¿y? ¿Por lo menos pudieron hablar, no??

-Algo...- dijo Sakura y sacudiendo su cabeza dijo- Tratemos de dormir... algo- cubriéndose al mismo tiempo que su prima con las frazadas de la cama. Tomoyo apagó las velas acostándose al lado de su prima. Un silencio momentáneo reinó hasta que Tomoyo dijo- ¿Recuerdas la ultima vez que hicimos esto?

-Claro que si- dijo Sakura sonriendo ante los recuerdos. – cuando tenía 11 años... era tan cobarde.  Era una noche que había tormenta... rayos y truenos... no podía dormir...

-Así que, fuiste a mi habitación... y me despertaste... nos quedamos hablando hasta quedarnos dormidas...

-¿Recuerdas el alboroto a la mañana siguiente?

-Recuerdo al joven Yukito, buscándole en todas partes... recuerdo que su alteza, sugirió que fuesen a mi alcoba porque ahí estarías... conocía que la noche anterior había tormenta.. sus suposiciones no eran incorrectas...

-Cómo ha pasado el tiempo. En un momento, jugábamos en el jardín y al otro, contraes matrimonio... y con mejor partido no podía ser...

-Eriol es tan galante y refinado... me gusta eso mucho de él, Sakura...

-No olvides que te ama tanto...

Tomoyo se quedó en silencio.  Sakura respetó ese silencio. Después de todo, recordaba una conversación que tuvo momentos antes de ingresar a la alcoba de su prima.  Mientras su prima pensaba, Tomoyo meditaba lo dicho por Sakura: "te ama Tanto"- pero... lo amaré tanto como él a mi ¿No?- acomodándose a un lado de su cama para tratar de conciliar el sueño.- pero ¿Que pasará si se da cuenta de que no me amaba tanto para casarse conmigo? ¿si no sirvo para esto de ser esposa? Y mucho menos de un rey ¿Qué pasa si se cansa de mi, soy torpe en eso de reina, o se arrepiente?- comenzando a estremecerse. – Oh cielos ¿Qué pasaría si ama a otra de la corte? Hay chicas mas hermosas... pero .-sacudiendo su cabeza- lo amo tanto ¿O no? 

Se sentía inquieta.  Tenía segundos pensamientos acerca de que si había hecho lo correcto en aceptar su proposición.  Entonces comenzó a pensar en la importancia que tenía el joven rey en su vida.   Era apuesto, galante, respetuoso, romántico, un buen ser humano a quien le importaban los demás... y según Nakuru, la amaba por sobre todas las cosas... Recordando una historia de la noble doncella del Rey del Sur, Nakuru, le narró cuando llegaron ambos a palacio días antes.  De todas maneras, la ceremonia se llevaría a cabo en el Norte, donde la joven era originaría.  La coronación oficial como Reina del Sur, se llevaría a cabo dos semanas después en las tierras del joven Rey y sería presentada como la soberana ese mismo día de su llegada, con un baile al cual estaban los reyes y nobles de todas las naciones, incluyendo al misterioso rey del Oeste.

Asustada como un gorrión, Tomoyo respiró profundo, tratando de controlar aquella inquietud y pensó por unos instantes- si sigo pensando esto, no me casaré con él...- tratando por nueva vez, conciliar el sueño.

Lejos de los pensamientos de su prima, la joven Sakura tenía preocupaciones y dulces pensamientos por su parte.  No hacía mucho, mientras caminaba por los oscuros pasillos del palacio que se encontró con una de las personas que no esperaba ver hasta la mañana siguiente, pero que en su corazón, deseaba acercarse, oportunidad que no había tenido, gracias a su hermano y a las tantas formalidades de ese día.

Mientras esto pasaba en la alcoba de la joven novia, un sujeto pensaba en meses atrás.  cuando siendo recién coronado rey del Este, una visita inesperada apareció en su palacio...

--------------- flash Back -------------

Estaba en esos momentos con sus consejeros e incluso, Yamasaki estaba presente cuando un soldado se acercó.

-Majestad.- haciendo una reverencia.- El embajador del Norte solicita una audiencia con usted...

-hágalo pasar.- dijo ante una cabezadita y una orden a sus consejeros comentó.

-¿Embajador del Norte?_ preguntó Yamasaki algo confundido.- la ultima vez que tuvimos un embajador de esa nación,  produjo un problema de faldas insospechado...- mirando a Li sonrojarse.- ¡¡Ah: dos mujeres luchando por su cariño!!- perdiendo toda formalidad al dirigirse al soberano de esa nación.- ¿Lo recuerda? No sabía si Lady Meiling, iba a explotar cuando se lo conté.

Li no pudo evitar esbozar una sutil y momentánea sonrisa.  Recordó a Sakura.  Ella era aquella vez, la famosa "Embajadora del Norte" pero al pensar en esto, recordó a Xiao. No quería recordar aquel terrible episodio. Quería solo recordar el color de sus ojos.  Esmeraldas.  Era lo único: Su sonrisa, sus ojos y sus labios.  ¡¡Como deseaba abandonarlo todo!! Formalidades, banquetes, acuerdos, contratos, audiencias. Todo solo por estar con ella, sentados en aquella pradera, como aquel día: Solo para ellos. Nada mas que ellos.

Ahora, fronteras y miles de kilómetros en camino, los separaban.  Creía a veces de noche y con las ventanas de su alcoba abierta, escucharla. Pero era su imaginación.  Tenía un deber, una obligación.  Aunque debajo de sus trajes reales, llevaba aquella cadena que ella le obsequió.   Así la llevaba a ella y a su recuerdo, cerca de su corazón.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando ingresó al salón una comitiva.  Reconocía a cada uno de los soldados. Muchos de ellos, eran fieles a su reina y a su embajador. Pero cual era la sorpresa al distinguir la figura alta y gallarda del hermano de la mujer que ocupaba sus pensamientos, su corazón, su alma.

La imponente presencia del hermano de la Reina Kinomoto (Como se conocía en esos momentos) ponía nervioso a Shaoran.  La ultima vez que le vio, fue detrás de Sakura, mientras este, débil, herido y muy agotado físicamente, le profetizó amor eterno a su hermana.  Ahora, estaba allí como el máximo representante de las tierras del Norte para traer paz a sus tierras.

Pero no olvidaba algo: él enamoró a su hermana siendo un soldado ¡¡Un mero soldado!! Y un rebelde.

¿Acaso Touya Kinomoto pasaría ese detalle por alto?

-Su alteza- dijo Touya haciendo una reverencia y seguido por la comitiva de soldados y asistentes provenientes del Norte.

-Bienvenido.- dijo Li con una cabezadita y su voz.  Se acercó lo suficiente para estrechar su mano. Pero lo sintió: como Kinomoto quería fulminarle con su mirada ¿o era en realidad, su imaginación? – Sean bienvenidos a las nuevas e instalado reino del Este...

-Muchas gracias por su recibimiento..—dijo Kinomoto fría y formalmente.  – Solo como debe su alteza de estar enterado, estamos en los tratados de paz entre las cuatro naciones: Por supuesto, su alteza, la Reina Sakura Kinomoto, desea que todo sea instaurado con justicia, verdad y honestidad entre los reinos, sus gobernantes y por supuesto sus reyes.

-Por supuesto que si.- dijo Li seriamente.  No habló de amor a la reina. No pidió su mano en ese instante.  En realidad era como, si hablaran dos representantes de dos reinos que unidos, luchaban por una causa común.-¿ Cuanto piensa quedarse en nuestras tierras? Espero que, si lo llega a hacer, considere el palacio como su hogar...

-Muchas gracias por el ofrecimiento majestad.- Dijo Touya secamente y respetuosamente.- En realidad, nos pondremos en marcha tan pronto como lleguemos a los acuerdos necesarios con sus consejeros...

-Pues haremos que los instalen en sus alcobas.- dijo Li tocando una campana e inmediatamente un sirviente entraba por la puerta, haciendo una reverencia mientras Li decía.- Prepárenles a nuestros invitados del Norte sus habitaciones.  Y por supuesto, que la cena esté lista a la hora acordada. – observando a Touya.- Es hora de hacer una cena de Paz.

El sirviente se retiraba con las instrucciones cuando Touya dijo.- Un momento...- deteniendo el caminar del mismo.  Ahí dirigiéndose a sus hombres.- Acompáñenlo e instálense...- frunciendo su mirada y endureciendo su voz comentó.- Su majestad y yo, tenemos que hablar...

Li, no esperaba menos, del hermano de Sakura. Asintió aceptando la petición del embajador y dijo.-._ Todos retírense...- y agregó.- También tu, Yamasaki...

-Ehhh ¿Estás seguro Jefe? – como aun el sujeto se dirigía al soberano de esa nación, a pesar que, Yamasaki era el jefe de la guardia real de Li.  Incluso, Touya fulminaba con la vista a ambos.- Es decir... ¿recuerda lo que hablamos? ¿lo que dijo usted "ya sabe cuando"? – hablando del día del ataque final cuando, le prometió a Sakura que nada ni nadie los separaría.

En realidad, Yamasaki sabía de la sobreprotección y fiereza de Touya.  ¿Cuántas veces cuando instauraban los tres reinos, no escuchó las historias entre Eriol Hiraguizagua y Shaoran acerca de este sujeto.

-Estaré bien- dijo Shaoran seriamente.  Al fin y luego que Yamasaki, cerró la puerta detrás de él, ambos hombres quedaron a solas.-  Usted dirá...

Touya miró todo con atención. El porte del sujeto era de un total caballero, conocedor de las costumbres. Era también un inteligente estratega.   Con ingeniosidad e inteligencia, logró conseguir que los rebeldes, derrotaran un ejercito de miles, armados e incluso, logró que, los consejeros de Xiao aceptaran su "renuncia voluntaria" y volverse a instaurar los cuatro Reinos: El Norte, por la familia Kinomoto, El Sur, por Hiraguizagua, El Este, por los Li y finalmente el oeste, gobernado por Yamamoto.

-Eres muy listo...- dijo Touya observando la lujosa habitación.  Puso sus manos en sus espaldas.  De ahí dirigiéndole la mirada al rey.- supiste con astucia, sonsacar a Sakura, cortejarla, y con ello, obtener su fiel apoyo para que rechazara a Xiao como pretendiente. No con eso, lograste que estando ella de tu lado, estuviera también todo el ejercito del Norte.  Pero mira ahora: Eres Rey del Este... tu familia, siendo tu solo un soldado, ahora es la mas poderosa de todas estas tierras y el principal aliado comercial del Norte.  Lo has logrado: El máximo poder...

-Un momento.- le cortó Li.- ¿Acaso quieres decir que, utilicé a Sakura?- no arrepintiéndose que la llamase por usted.  Incluso, Li daba señales de molestia ante la confesión de Touya.- ¿Crees que todo fue un desplante de mi parte, para obtener su favor? ¿o el suyo como rey? ¡¡Se equivoca!!

-No la has contactado...

-¿Usted como lo sabe? Según tengo entendido, ha pasado todos estos meses, entre el oeste como Yamamoto, el Sur con Hiraguizagua y por supuesto a Kaho Mitzuki como su contacto entre todos... no puede saber que pasa entre Sakura y yo y que no.

-¡¡nada pasa entre tu y mi hermana!!.- dijo perdiendo la paciencia- Y así seguirá siendo...

-¿Por qué? ¿por qué usted lo dice?

-Porque lo se...- dijo Touya apuntándole.- Eres el rey del Este y ella la reina del Norte.  Eso es definitivo.  No puedes buscarla y ella, no te busca a ti... ella tiene deberes, misiones, personas por quienes preocuparse... 

-No hay necesidad que la protejas...- dijo Li cruzándose de brazos. – cuando todo aquí, esté en orden, iré a allá a poner las cosas en claro...

-¿Qué cosas serán esas?- preguntó Touya mal humorado (N.A: Cuando no) – No tendrás a Sakura... ella es reina.  No dejará el Norte. Ella sabe lo que es el deber...

-Pero me quiere a mi...

-¡No. No es así! Lo que siente por ti es una mera ilusión... Un capricho... ve en ti el héroe que la salvó.  Mas nada. No tienen nada en común. Y si llega a algo (cosa que dudo mucho), no durará.  Eres Rey y ella reina de dos tierras distantes una de otra. Verán el error de sus actos y será muy tarde...

Li le miró sorprendido. ¿Acaso le daría la razón a Touya Kinomoto en ese punto? ¿acaso el "Embajador del Norte" tenía razón en que, no tenían nada en común? Ambos eran gobernantes de tierras desligadas una de otra.

-Unión entre reinos es mala idea- dijo Touya,- Lo que hablamos de territorialmente... –haciendo una pausa. Ahí Li le observó.-  los cuatro reinos fueron instaurados nuevamente para mantener el equilibrio. Un equilibrio necesario...

-Estoy consciente de ello.- Dijo Li seriamente y mirándole fijamente agregó.- Y estoy consciente de algo mas: Amo a Sakura. No porque sea reina. Tu pensamiento de que, la utilicé es sucio y ruin... y no tengo miedo de decírtelo._ Ahí era observado reciamente por el sujeto. – Pero.. por el otro lado, quien debe decidir eso es Sakura.  Si me caso con ella o no, es su decisión, no la tuya.  Además, el hecho de que sea rey, es la excusa que utilizas para tratar de alejarme de ella.  Así lo harás conmigo y con todo aquel que se acerque a ella ¿no?- sin esperar respuesta agregó – Pues déjeme advertirle algo: Puede inventarse cada excusa, puede inclusive, levantar muros alrededor de sus tierras, pero al final, la respuesta será la misma: quiero a Sakura, la amo y nada me impedirá que la vea nuevamente, le declaré claramente mi amor e incluso, la convierta en mi esposa...- apuntándole.- Pero por otra parte, usted, Tukishiro y yo, queremos lo mismo: su felicidad.  Ella no consentirá aceptarme a mi, teniéndolo a usted, en nuestra contra.  Lo quiere. Mucho.- Ahí Touya comenzó a suavizar su amenazadora mirada, así como Shaoran suavizaba el tono de su voz. – Se preocupaba mucho por ella meses atrás, mientras era prisionero de Xiao.  No creo que, acepte casarse conmigo, si sabe que, usted, está en contra.  Así de bueno, generoso y gentil es el corazón de la mujer que amo...

Touya se quedó en silencio.  Solo asintió firmemente y haciendo una reverencia, se retiró de aquel salón, solo siendo escuchado el eco de sus pasos al salir del lugar. 

En pocos momentos, una mujer ingresaba a aquel salón buscando la figura varonil de su hijo.  Ahí lo vio: Erguido,  observando a la ventana y con la mirada perdida.

-Una moneda por tus pensamientos.- dijo Ieran Li al acercarse a su hijo.  Este hizo una reverencia ante la figura de su madre delante de él.  Ella sonrió al gesto.- ¿Algo que te preocupe? ¿acaso las cosas no van bien con los otros reinos?

-Otros reinos no;  mas bien, con un déspota... y su hermosa hermana...- suspirando.

Ieran sonrió para decir.- vamos hijo: no piensas eso.  Tienes muy en alto, a Touya Kinomoto.- haciendo una pausa para agregar.- Lo he visto salir de aquí... es en efecto, alguien que infunde respeto y temor... pero alguien en el fondo, muy educado y bondadoso.

-¿Qué quieres decir con eso?- preguntó Shaoran Intrigado.

-Mi querido hijo: la guerra que tienen ustedes dos, es por el corazón de una mujer en común: él como hermano sobre protector, no quiere perderla; y tu como el conquistador de su corazón, no quieres perderla ante su hermano...  su misión es común.  Acabo de encontrarme con él.  Me saludó muy afablemente y por supuesto me dijo las cualidades que tienes y que yo se...- sorprendiendo con esto a Li.  – Si su aprobación era lo único que necesitabas para el siguiente paso, ya la tienes...

-¿Qué me quieres decir con eso?

-Quiero decir que, si lo que quieres es casarte con Sakura...- sonrojando al sujeto.- o cortejarla ya, a su mismo nivel, adelante entonces... no creo que, tengas ya mas resistencia.  Creo que, ante sus ojos, ya eres digno para tal premio...- después de esto, se retiró dejando a su hijo solo en sus pensamientos.

Pero él dirigió su mirada a la ventana. Ya el atardecer se aproximaba y entre abriendo la solapa de su camisa, extrajo la cadena y se puso a rememorar cada momento con ella y cuanto la amaba.

 --------- Fin del Flash Back --------

Tomoyo suspiró largamente mientras las doncellas terminaban de acomodar el hermoso encaje de tul sobre su larga melena.  Sus ojos brillantes pasaban cada centímetro del blanco lino reflejando la pureza de su espíritu.  De vez en cuando su sonrisa era vista por una que otra de las doncellas quienes junto a su madre, observaban como la hermosa joven era trasformada en una preciosa joven ilusionada y enamorada que caminaría momentos después del brazo del rey Touya al altar.

Se escuchaban las risillas de aquellas jovencitas, lideradas por las dos doncellas de Eriol: una de ellas Nakuru y otra Rei,  mientras el vestido era terminado de ceñirse a su cuerpo quedando como un guante.  Perfecto.  Su madre incluso, no pudo evitar que un par de lagrimas se asomaran sobre sus ojos.  Rei, después de la coronación, sería la dama de compañía de la joven reina mientras Nakuru sería la mano derecha de Eriol, junto a Shinji quien era su gobernador mientras, Yue Tuksihiro, el prometido de Rei,  era el jefe de su guardia real.

Tocaron dos veces a la puerta antes que una hermosa joven de cabellos cafés y ojos verdes observara con ilusión a su prima en tales galas.   La princesa Sakura, iba vestida de un tono rosa pastel con incrustaciones en sus orillas de la parte superior en piedras rosa claro y blancas.  Pero portaba una hermosa tiara de color blanco y adornado con perlas. 

-Tomoyo...- dijo la joven al ingresar y verla tan hermosa y radiante.  Tomoyo no sabía si mirar a Sakura o a su reflejo en el espejo.- estás hermosísima...

-Usted...- viendo la cara que Sakura ponía, corrigió.- También te ves hermosa Sakura...

Sakura sonrió y otra doncella entró cerrando la puerta. Esta ultima llevaba una caja cerrada en sus manos.

-Mi madre, usó muchas tiaras y coronas...- dijo Sakura sonriéndole a su prima.- y le mencioné semanas atrás a mi hermano de prestarte una para la boda. pero, Touya pensó que, esta era mucho mejor...- abriendo delante de madre e hija, la preciosa caja de roble tallado y mostrando en su interior una tiara de incrustaciones en azul turquesa claro y diamantes y corrigió.- él dice que además de tu titulo, es tu obsequio de bodas... la mandó a crear especialmente para ti,  y espera que, te guste...

-¿Mi obsequio?- preguntó ingenuamente.

-Por supuesto; ¿Qué sería de una princesa sin una tiara?- sonrió la muchacha con alegría. En verdad, consideraba a Eriol, uno de los mejores.  Touya también lo pensaba así.  Y que era un afortunado él por haber conquistado el corazón de la chica.

Pero mientras su madre y la joven princesa le ayudaban finalmente a estar lista, Tomoyo temblaba.  Sentía que el corazón se le saldría por la boca. Así como muchas veces imaginó a su prima e incluso le ayudaba a vestir, ahora ella lucía un traje de novias de igual magnitud e incluso mas, que los que usaba Sakura.

Pero en su corazón se preguntaba ¿Eriol se sentía igual de nervioso que ella?

---------- En otra parte del castillo.

Un sujeto de mirada castaña y pelos platinos cortos daba las ultimas instrucciones.  Todo debía de quedar perfecto, de todas formas ¿cuántas veces en una misma generación en el reino del Norte se tenían dos bodas? Una por la princesa Tomoyo, la que se celebraba en esos momentos y otra por la princesa Sakura.

Se tenía planeado que la ceremonia iniciaría a las doce en punto del medio día y con ello, sonarían las campanas en todo el reino 12 veces. 

Después de la ceremonia, saldrían en un recorrido por la calle principal en carruajes en donde la pareja recién casada, saludaría al pueblo seguidos de la princesa Sakura con su prometido y por supuesto, el día había sido declarado "Fiesta y júbilo real": habría después del atardecer un enorme banquete en el salón principal del castillo, seguido de un baile. Para los habitantes del reino y los plebeyos, habían una fiesta con bebida y dulces para los niños, después de la boda.

Aunque y durante casi un mes, primero la celebración del festival de la primavera.  Después, el anuncio del compromiso de Sakura y Shaoran y ahora la primera boda.  Tomoyo ya sabía quien era Eriol, lo que la ponía aun mas inquieta, pero no tanto como estaba el novio.

El castillo era el punto central de las celebraciones.  Uno de los detalles en que Sakura, puso mas énfasis es en que, todo debía estar decorado con colores alusivos al azul, por el uniforme del Norte y así mismo porque era el color favorito de los novios y a pesar que no representaba en si un color real, era en sí, lo que ellos quisieran.    Entre Sakura, Meiling, Sonomi y sus doncellas, dieron rienda suelta a su imaginación, olvidándose durante los preparativos, las posiciones sociales, jerarquías y títulos.

Pero mientras se escuchaban los murmullos e inclusive los vítores por los recién casados dentro y fuera del castillo, cierto novio estaba hecho un manojo de nervios, por mas tranquilo que trataba de aparentar.

-Su alteza- dijo Yue irrumpiendo en los aposentos de Eriol quien ya estaba vestido con sus atuendos reales y dado que era su boda con atuendos alusivos por supuesto al acontecimiento.- El rey Touya pregunta si todo está en orden...

-Yue, por el amor de los Dioses...- reclamó el sujeto con una gota en su cuello dado el susto que le acababa de dar.- No vuelvas a hacer eso...

Yue se percató de lo nervioso que el novio se encontraba. No todos los días se casaba uno.  Y mucho menos con alguien tan hermoso y tan inteligente como era la dulce e inocente Tomoyo.

-Lo siento alteza- dijo el sujeto disculpándose.

Eriol le miró un instante para decir.- ya veremos cuando te cases... me vengaré...- hablándole como si hablara con su hermano menor. De todas maneras, le debía mucho a Yue: Este defendió, protegió a Tomoyo, a Nakuru y sus propiedades, cuando los soldados negros invadieron su casa.  En realidad e incluso, Yue insistió permanecer a su lado y así lo había hecho fielmente: como una promesa al Rey Touya y como una prueba de amor a cierta castaña que era la doncella de compañía de la futura reina del Sur.

Yue no respondió. Tal vez por respeto.  Después de todo, siempre había tratado con reyes.  A pesar de que, Eriol con sus consejeros y demás, se comportaba firme, recto y respetuoso, con él, con Nakuru y Li Shaoran era mas relajado y con mas libertad en expresarse.

-Dile al rey que todo va en orden... y sobre el horario...

-Si majestad- dijo Yue antes de retirarse.

Pero Eriol, volvió a inquietarse.  Hasta que no la hiciera su esposa, no estaría tranquilo.  Tomoyo la noche anterior había estado inquieta durante la cena de compromiso.   Sabía que tuvo que insistirle mucho para que lo aceptara como pretendiente y tuvo prácticamente que seguirle (en realidad si la siguió), hasta el Norte en donde le propuso matrimonio.

Yue y Yukito estaban cada uno formados de lado y lado de los representantes del Norte y del Sur.  Shaoran estaba en un asiento especial como rey del Este. Ingresó Primero Sakura con su sorprendente traje, trayendo suspiros de admiración de los invitados, tanto hombres como mujeres.  Que decir de Shaoran Li: Al verla entrar ella en efecto, le buscaba con la mirada y al encontrarse con la de él, se sonrojó. 

Pero en los pensamientos de Shaoran. "ella se veía como un sueño hecho realidad".

Sakura, con un brillo en su mirada y una sonrisa a flor de piel,  caminó lentamente todo el recorrido hasta colocarse al lado de Yukito quien le sentó en su silla correspondiente.  Los demás súbditos, representantes del Sur, del Este (Entre ellos Meiling y su esposo Meiko), Kaho estaba también ahí, permanecían de pie mientras el séquito de la familia de la novia hacían su aparición.   Lady Sonomi ingresó portando una sencilla tiara mandada a hacer para la ocasión.   Eriol estaba de pie esperando con impaciencia a que la novia hiciera su aparición.  El único no presente era el rey Yamamoto.

Ahí estaba: Siendo escoltada por Rei, quien usaba un sencillo pero precioso traje y unos adornos de diamantes en su cabellera.  Ya no era una sirvienta: era una dama de compañía. Yue al verla,  se quedó estático al ver sus movimientos perfectos  y su caminata que parecía que flotaba sobre el alfombrado camino.

Cuando dieron las doce en punto, las campanadas (incluso la proveniente de la torre mas alta del palacio), fueron escuchadas repicar.  Cuando la penúltima sonaba, una nerviosa novia, venía hermosamente ataviada y del brazo del representante masculino mas cercano de su familia: su primo, El Rey Touya.

Nakuru Akizuki lloraba de felicidad pero escandalosamente al verla caminar el recorrido hasta el novio quien le esperaba ya menos nervioso ante la presencia de la chica (un presentimiento le decía que, Tomoyo como era, se atrevía a huir con tal de no pasar por todo eso).

Todos los allí presentes fueron testigos de cómo, Touya Kinomoto, entregaba la mano al joven y gallardo rey del Sur, mientras una nerviosa novia lo observaba a través del velo que reflejaba su inocencia.  La verdad era que, en ese vestido se veía como toda la reina que sería en pocos días.

En susurro y mientras el que oficiaría la ceremonia daba su introducción Eriol le dijo.- Estás hermosísima...- aun observándole embelesado.

-Majestad- dijo Yue en susurro acercándose a Eriol.- preste atención a la ceremonia, o no entenderá que está haciendo...

Y es que, Eriol solo observaba a la bella Tomoyo sin tan siquiera prestarle atención al sujeto que los declararía marido y mujer.

Touya suspiró largamente y dijo algo como Estos jóvenes mientras Sakura y Li no se quitaban las miradas de encima.

Y es que Shaoran nuevamente, estaba hipnotizado ante la hermosa presencia de la princesa.

**************** 

Después de la ceremonia y todo el calendario de actividades de aquella tarde, fueron agotados, ahora solo faltaba el gran baile de bodas.

Los novios aun después de haber dado el paso mas importante aun se encontraban inquietos. ¿quién podía culparlos? El inicio del principio de sus vidas juntos, daba inicio esa noche.

El salón, bellamente decorado con flores blancas y la mantelería en los colores que Sakura escogió alusivos al azul, contrarrestaban magníficamente con la velada que daba inicio. 

Una vez la pareja fue presentada ante los invitados, y dieron su primer baile, fue que las interrogantes se expresaban. 

"yo te amo:

cuando lloras; cuando ríes.

yo te amo

Cuando estas dispuesta a herirme;

Ciudad de Ángeles "Yo te Amo"

-Dime Tomoyo.- dijo él en un momento que ambos bailaban en silencio. Ya incluso el primer baile entre ellos había pasado- ¿eres Feliz?

Tenían la atención de todo el salón sobre ellos; Incluso de aquellos que bailaban a su alrededor después.

La música era lo único que se escuchaba melodiosamente atrás.  Ella observaba los labios de él moverse ante la pregunta.  Pero la pobre estaba tan nerviosa que, tuvo que pedirle que repitiera aquella pregunta.

-Estás asustada- dijo él en un susurro cerca de su oído. Se pegaron aun mas.  – créeme: la peor parte pasó.- y haciendo una pausa agregó.- Y estoy tan asustado o mas que tu...

-¿Asustado?- preguntó la joven sorprendida e incluso mirándole a los ojos.- ¿Por qué lo estarías?

-Porque conociendo lo sencilla que eres, y ante todo este movimiento por esta boda y aun la coronación en el Sur, creía que huirías... no te gustan las cosas tan escandalosas... pero para los reyes es lo correcto.

Ella le observó un instante para decirle.- Aprendiste a conocerme bien...- soltándose un poco y notándose menos nerviosa, gracias a la declaración de su ya esposo.- no me gustan las cosas tan estrafalarias...

-Eres una mujer sencilla, una mujer de la pintura mi querida Tomoyo...- dijo él. – Espero que, en nuestro hogar te dediques  a pintar...

-Creo que tendré deberes de reina que ocuparán todo mi tiempo...- pero él negaba con su rostro.

-Quiero que hagas lo que tu quieras. Quiero que tu seas feliz. Si tu lo eres, yo lo seré...

yo te amo

Como a nadie sospeche que yo amaría

yo te amo

24 horas al día...

Ciudad de Ángeles "Yo te Amo"

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

-Por aquí.—decía Li Shaoran llevando de la mano a una joven princesa para escapar de las miradas inquisidoras de su hermano sobre protector.  Pronto y evitando los guardias estaban en los pasillos laterales tratando de pasar desapercibidos mientras las celebraciones ocurrían en los principales,  del palacio del Norte.

Sakura no podía evitar sonreír suspicazmente. Después de todo, no debía de estar a solas con él después de estar comprometidos. Pero la verdad era que, eran pocas las ocasiones desde que él llegó con motivo de las nupcias de Tomoyo, que han podido estar juntos.

-Es por allá—decía Sakura guiándolo. Por fin ambos salieron al aire libre.  Era una especie de jardín lateral. Lejos del jardín interior donde Sakura y él se reencontraron en aquella fiesta del cerezo.  O donde Eriol y Tomoyo se encontraban.  En realidad, no quería que nadie los interrumpieran.

-La verdad es que, prácticamente no te he quitado la vista de encima, mi estimada princesa.- dijo el sujeto.  Pasando su dedo con muchachada no digna de un rey.  Pero este era un joven enamorado.  Pasaba la yema de su dedo por el contorno de los labios de la joven y por su barbilla con tanta la dulzura que donde movía su dedo Sakura seguía el ritmo con sus ojos cerrados.  Él le besaba con pausa y ternura. 

-No puedo esperar  a que seamos los siguientes en casarnos- declaró él haciendo que ella abriera los ojos. Estaba sonrojada. 

-Pues la verdad es que, la idea de irme a otro reino me aterra.  Es decir, Tomoyo en el Sur; mi hermano y Yukito aquí.  Son mi familia.

-Allá en el Este hay muchas personas que te estiman y yo te sabré hacer muy feliz Sakura... confía en mi...

-Confío en ti- sonrió ella traviesamente.- Después de todo, nos hemos escapado a Yue, Yukito y mi hermano y estoy a solas contigo ¿no?

El sonrió para luego  mirarle con ternura infinita.  Ella se sonrojaba ante aquellas miradas. Y aun no se acostumbraba a como se besaban cuando lograban hacerlo sin que le ganara el sonrojo.

-Pienso que, deberíamos escaparnos...- dijo Shaoran sonriéndole de manera traviesa y observando la mirada sorprendida de Sakura.- ¿Qué opinas? Irnos...

-Ah si... que buena idea- dijo ella y sarcásticamente respondió.- Y que mi hermano mande por nosotros y quedar viuda antes de esposa ¿no?

-Estoy cansado de tantas formalidades... en el bosque, no las teníamos recuerdas... solo Ying Hua y Lobo...- ahí ella no pudo evitar reírse.- ¿Qué pasa?

-no recordaba aquel nombre que me colocaste cuando nos conocimos... caramba que te gustaba ese nombre...

-Era tu nombre...- se defendía él.- Pero aun así, me gustaba nuestra relación cuando cabalgábamos. Yo solo era Li y tu Sakura... y en el bosque...

-No me recuerdes el bosque...- decía ella con mirada melancólica- A veces, son tantas las formalidades y compromisos que añoro la vida de Naoko, Chiharu o Rika...

-¡Recuerdas sus nombres!!

-Claro que debía de recordarlas... ellas ayudaron a mi hermano. Y eran fieles y valientes colaboradoras a la causa.

-Me alegro...- dijo él sonriéndole.- He escuchado por Yamasaki, que ellas piensan en ti, frecuentemente...

-Quiero que estén en nuestra boda presentes.  – haciendo sonreír a Li con esto.- Después de todo y gracias a ellas, conocí lados de ti, que no estaría enterada cuando nos conocimos...

-Y usted alteza, su deseo es un comando para su humilde servidor.- haciendo una reverencia.

Pero a ambos era claro algo: Si estaban seguros de que querían permanecer juntos el resto de sus vidas.

-Al menos, disfrutemos de esto, antes de que manden a alguien por nosotros...- dijo él tocando la mejilla de la chica. Pronto estaban besándose mas profundamente. Pues debían aprovechar el tiempo que les quedaba antes de que Yue o Yukito, fueran mandados por Kinomoto en su búsqueda.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

En un momento a otro, escapándose por igual, ya estaban en los jardines y a solas, escapándose incluso de Yue (Claro que este andaba ocupado pretendiendo a cierta castaña que ganó su corazón y admiración), "Estupenda distracción" Le decía Eriol a Rei.

-Estoy nerviosa y lo admito...- dijo ella sonrojada.- Hay mucho mas en la vida de una esposa y mas aun de una reina, que solo una sorprendente ceremonia como la que Sakura y Touya han arrojado... hoy es, nuestra noche de bodas...

sus mejillas las sentía que ardían.  Pobre chica.  Era natural su nerviosismo.

-es mi noche de bodas también- dijo él buscando su mirada en donde la noche le daba un toque mágico a su alrededor.- Y como tu, estoy igual que tu... nunca he amado a alguien como te amo a ti...

-Quiero que esta noche sea, especial...- susurró ella.- Pero.- Entristeciéndose.- Te vas mañana...

-Tu partes a la mañana siguiente con tu madre y Rei ¿No?

-Pero no es lo mismo...- abrasándose finalmente a la figura de su esposo. Para Eriol, el sentirla en sus brazos después de esas agotadoras ceremonias y festividades y formalidades era reconfortante. La ultima vez que la tuvo en sus brazos fue la noche del compromiso de Sakura y Shaoran, y fue porque se les escaparon a Yue y a Sonomi para presenciar la declaración de Li a Sakura.

yo te amo

cuando eres un día lluvioso

o cuando eres un atardecer hermoso.

Yo te amo...

Con tus miedos, tus locuras, tus manías

Yo te amo 24 horas al día

Ciudad de Ángeles "Yo te Amo"

Pero una vez la luna de miel se terminara, vendrían lo que se podría decir la "verdadera batalla"

El reinado del Oeste estaba un poco inconforme dado el nivel territorial correspondido durante la restauración de los cuatro Reinos.  Después que Tomoyo,  fuese coronada reina del Sur, ante la presencia del Rey del Norte y de Sakura (Li, no estaba presente debido a que tenía compromisos que cumplir con el Oeste), Tomoyo se enteraría una tarde, de lo que ser Reina llevaba como carga.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

-Majestad- escuchó decir mientras pasaba por el salón del consejo.  –Debe de tomar una decisión ahora...- incluso, Rei estaba con ella.  Sonaba a los consejeros quienes estaban reunidos en el salón con su esposo. 

La joven doncella y el jefe de la guardia real del Sur, habían contraído matrimonio, tres semanas atrás.  en ese momento se dirigían escoltadas para sus aposentos después de un largo día de tratar asuntos con las damas de la corte y las esposas de los demás Lores. Tampoco había tenido tiempo, incluso de ver a su madre, quien habitaba en unos aposentos privados en el interior del castillo.

Habitaba el castillo como su nuevo hogar desde dos meses ya.  Sakura le había comunicado que, Shaoran y ella, aun no fijaban fecha del compromiso, debido a ciertos eventos, como el sujeto le describió en una carta que le mandó a la princesa del Norte.  Ahora y por preocupación, Tomoyo, se enteraría de esos eventos.

Tal vez, el tono que utilizó el consejero hizo que Tomoyo detuviera sus intenciones. Por etiqueta, sabía que, al rey no se le podía interrumpir mientras estuviese en consulta con sus consejeros. Nakuru quien siempre había sido sirviente de Eriol, cuando era un Lord, sabía todo aquello y Tomoyo como dama de compañía de Sakura, había adquirido los conocimientos por igual.  Pero que se abstuviera de tocar a la puerta, no evitó que ella escuchara la conversación en su interior.

-No voy a tomar una decisión de tal magnitud sin el consejo de los demás reyes...- respondió Eriol en un tono bastante preocupante para Tomoyo.- No voy a hacerlo...- negándose. Por lo que parecía, la discusión era de un tiempo hasta aquí.

-le hemos dado todas las oportunidades al Rey Yamamoto que se abstenga de amenazar al Sur...- dijo otra voz, que incluso con este comentario hizo que Tomoyo se preocupara.

-Su alteza- dijo Rei preocupada por la forma en que Tomoyo, a la vista de los soldados que resguardaban la puerta, les observaban de reojo.  – Debemos de retirarnos... esto, no nos concierne... son asuntos del rey...

-Lo comprendo Rei.- dijo Tomoyo observando a su fiel dama- Pero es mi esposo y este es nuestro reino. Me concierne a mi también...

-No es el papel de una reina preocuparle asuntos de estado... vamos a sus aposentos...- tratando de convencerla. Pero Tomoyo, no se movió de su lugar.

Rei suspiró largamente ante la insistencia de Tomoyo.


       Pero la Reina del Sur, conocía la etiqueta ¡¡Cuantas veces no había encontrado a su prima en la misma situación!! Escuchando secretamente los asuntos del rey Touya.  Ahora, Tomoyo se preocupaba por lo que escuchaba.  Lo último que su corazón deseaba era otra confrontación.  En donde casi pierde a seres amados en la primera.

-La decisión del rey Yamamoto de no ceder es definitiva- se escuchó provenir de una tercera persona.- Majestad: si decide declararnos la guerra, tendremos que responder...

-Estas tierras, han sido manchadas de sangre lo suficiente...-  declaró el joven rey del Sur.- una respuesta de tal magnitud, agravaría la crisis económica, política e incluso, flagelaría la comercial con el Norte y el Este... no estoy dispuesto a poner hombres en la línea de fuego si, podemos resolverlo sin derramamiento de sangre...

Tomoyo ante esta respuesta, sonrió.  Admiraba eso de Eriol.  No derramaría sangre de inocentes si podía evitarlo. En ese momento, se percató de cuanto mas lo amaba. 

Pero en ese instante, la puerta se abrió siendo descubiertas, la reina y su dama por el jefe de la guardia real.

-Majestad- dijo Yue reciamente haciendo una reverencia una vez cerró la puerta detrás de él para que mas nadie se percatara de la presencia de ambas mujeres.- ¿Se le ofrece algo?

Tomoyo negó con la cabeza algo azorada.  Por un instante se olvidó que no era la dama de compañía de Sakura.  Pero es que la situación le trajo tantos recuerdos.

Rei permanecía en silencio y detrás de Tomoyo.

-¿Qué es lo que pasa Yue?- preguntó Tomoyo al fiel soldado de su esposo.- ¿Por qué los consejeros recomiendan al rey todo ese asunto...

Yue le observó indiferentemente.  Tenía que hacerlo. Ya no era aquella chiquilla que jugaba con la princesa Sakura en los Jardines del castillo en el Norte.  Era una reina.  La esposa del Rey del Sur.  Debía obedecer en todo lo que ellos ordenasen.

-Lo siento Majestad- dijo Yue disculpándose.- no puedo decirle todo... es confidencialidad...

-Créeme que se el concepto de la palabra... pero... es nuestro reino el que está en juego.  Vida de inocentes también...

Yue miró la decisión y la preocupación en la mirada de la soberana del Sur.   Suspiró largamente y le indicó que caminasen un poco mas allá, de la mirada y los oídos de los soldados postrados en las puertas de aquel salón,  una vez se ubicaron lejos de oídos curiosos dijo.- El rey Yamamoto está inconforme por el nivel de territorios que les fue otorgado durante la reubicación y reinstalación de los reinos... le ha dado un ultimátum a su alteza para que, acepte la oferta de mover sus fronteras kilómetros atrás de la línea original...

-¿por que no llegan a un acuerdo? – preguntó Tomoyo.- Eriol es bastante comprensivo al igual que Touya Kinomoto y Li Shaoran...

-Los consejeros no sirven de nada. Supuestamente el consejero Akiyoshi, fue a negociar el acuerdo con Yamamoto de si interceder y llegar a un acuerdo.   Pero Yamamoto no está conforme con el acuerdo; Quiere tener el río y un poblado dentro de su propiedad y además de todo, lograr que, Su Alteza le de una compensación por Daños y Prejuicios.. es como una oferta de venta.  Pero quien tiene que pagar es su majestad... igual pasa con los del Norte y El Este.  Yamamoto quiere para él un 25% de los impuestos de ambos reinos como compensación por su intervención en la disputa y mas tarde revolución con Xiao.   Aportó mucho dinero de su familia en la revolución.  No quiere perderlo todo.

-¿Pero siendo soberano del Oeste, no adquiere y recuperará el dinero con los impuestos? Además de todo que él es rey ahora...

-Si pero cree que, él quedó con las de perder...- dijo Yue.- algo ambicioso es este sujeto...

-Creo que Eriol debería invitarle para que resuelvan las cosas cara a cara...- dijo la joven Reina.- así mediante representantes y embajadores, las cosas no se resolverán... o por lo menos, se evitarían conflictos...

-Si pero sus consejeros dicen que, no debe arriesgarse e ir al Oeste si, es considerado arriesgado.  Tampoco Yamamoto querrá venir.

-¿Cómo lo sabes?

-Pues ha enviado un mensaje con un ultimátum amenazando la estabilidad de ambos reinos... una amenaza de tomar armas si es necesario...

-¿Una guerra?- preguntó con un temblor en su voz.- ¿Otra? – temía por todos. Después de todo, no hacía mucho acababan de pasar por algo muy difícil.  –Pero...

En ese momento, fueron interrumpidos cuando uno de los consejeros se acercó a ellos con un rostro muy serio y haciendo una reverencia dijo.- Su majestad- saludando a Tomoyo y esta respondiéndole.- Yue: su alteza desea intercambiar unas palabras con usted...

Pero observaba de reojo a Tomoyo y a Rei, quienes tenían caras muy reflexivos y algo confundidos.

--Muy bien- dijo el fiel sirviente y disculpándose con Rei y Tomoyo dijo.- Si me disculpan..- yéndose y dirigiéndose a las puertas de aquel salón. Los demás consejeros salían dirigiéndose por el otro lado del pasillo.

-Su alteza- se despidió el consejero, yéndose por donde iban los demás.   Se escuchaban los murmullos de aquellos hombres.

-No puedo acercarme al salón- dijo Tomoyo algo entristecida- No puedo... ¿o si?- preguntaba a su compañera.

-No majestad. La etiqueta le prohíbe asistir  al salón del consejo sin ser llamada o invitada por el rey.

Pero Tomoyo observaba con énfasis las puertas de aquel salón. 

Pasó la tarde y el atardecer nerviosa. Por mas que conversara con Rei (quien le colocaba temas de conversación para que no pensara en lo que escucharon por Yue aquel día, no podía), no se distraía.  El pensamiento de perder a su esposo en una absurda guerra que consideraba sin sentido, no era para ella.

Tomó papel y tinta y escribió a Sakura: utilizaría uno de sus mensajeros y este apresurándose obtendría respuesta de tres a cinco días.   Le pondría urgente.  Pero no conforme con eso, se le ocurría en esos instantes algo.  Arriesgado, peligroso pero necesario.

-Necesito que lleves esto a un mensajero Rei- le pedía la reina en esos momentos.  Ambas se encontraban en un pequeño estudio que ella tenía, convenientemente anexada a un lado de los aposentos reales. Mientras, escribía con énfasis las líneas, al mismo tiempo que, con rapidez.- La Boda de Sakura aun no está programada... tenemos tiempo.... dile al mensajero, que esto debe ser entregado inmediatamente.  Es urgente...- terminado de escribir, la dobló y colocó su sello con cera en su cierre. 

- Rei confío que lo entregues esta noche, si es necesario.- recibiendo la joven de mirada castaña el documento de sus manos. 

-Majestad- dijo ella antes de retirarse y observándole con tristeza- Sepa que, siempre estaré con usted, sea cual sea su decisión y lo que haga- haciendo una pausa.  Sostenía el mensaje sellado con ambas manos sobre su pecho.- Porque, es un ser querido el que perderé si, si...- algo acongojada.- .. . si se desata una guerra... no quiero perderle...

Tomoyo sonrió sutilmente, comprendiendo sus sentimientos y de quien se trataba.  No había que ser adivino.  Sin decir mas nada, hizo una reverencia, retirándose del lugar.

Pero Tomoyo se quedó sola, en silencio e iluminada por las luces del lugar.  por instinto, tocó su vientre y sonrió diciendo.- No te preocupes... pronto lo sabrá...

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

El reloj de aquel salón estudio, tocó la una de la madrugada. Estaba con un bosquejo de dibujos sobre su pecho y sus manos manchadas de carboncillo de dibujo.  Desde siempre le gustó dibujar y Eriol nunca se lo negó después de su boda.  Después de todo, también se enamoró y casó con Tomoyo, la artista. Ya las velas estaban extinguiéndose.   Sintió como le tocaban, pero le costaba abrir los ojos. De pronto sintió como estaba en un lugar cómodo, suave y mullido.  Abriendo sus ojos con pesadez, se encontró en su cama. 

-Ya te he dicho que no te quedes tan tarde...- escuchó la voz de su esposo. - ¿Cómo pasaste tu día?

-¿Eriol? – preguntó ella media dormida.  Ahí se encontró abrazada por el joven rey de mirada azulada y este besándole su cabellera.  Sus miradas se encontraron para ella decirle.- ¿Qué hora es?

-Pasada la media noche... – dijo sonriendo.- Aunque tu dibujo me encanta cada vez mas, no deberías esforzarte tanto...- besándole en la mejilla.-  Tu lindo rostro adquirirá unas ojeras horribles si te sobre esfuerzas...

-Es que, te estaba esperando... pero es que.- azorándose un momento (que fue notado por su esposo)- Me quedé dormida. Últimamente estoy cansadísima...

-Puedo comprenderlo...- respondió él. Se veía su amor y atenciones por aquella joven quien era su esposa.  También ella, era la encargada de coordinar las actividades para los huérfanos y los ancianos del reino. – Es muy difícil esta vida a la que llevabas en el Norte...- dijo sin evitar mirar a la ventana.  El cielo estaba estrellado y las cortinas se movían al compás de la suave brisa. – Debes de descansar un poco mas...

-Te noto preocupado- dijo la joven mintiendo en parte; si se notaba preocupado pero ella le ocultaba que sabía lo que pasaba con el Oeste.- ¿Ocurre algo?

Él dudó decirle. No sabía si decirle. La joven aun yacía en los cojines del lecho. Su  largo cabello estaba trenzado y cruzaba por su hombro cayendo con suavidad sobre su cuerpo.  

Miró con ternura aquel rostro que le devolvía la mirada con melancolía. Odiaba la idea de guardarle un secreto. El primero. Pero, no quería que se preocupara.  Pero ¿que pasaría si las relaciones con Yamamoto se convertían en hostiles? ¿acaso habría una guerra? ¿qué ocurriría entonces con la paz que todos ansiaban?  ¿cómo respondería ella a esto?

Él tocó aquel rostro blanquecino con una ternura infinita.  Como recordaba aquellos días. La primera vez que la vio.  Cuando Li llegó con ella a la casa para que la curase pues estaba enferma. Aun recordaba aquello como si fuera ayer.  Cuando la vio adormecida y siendo cuidada por Sakura.  Cuanto resistió no besar aquellos labios carnosos y rosáceos.  Ahora la joven era su esposa.  Añoraba su rostro, su mirada, su voz.  Todo de ella amaba. 

Pero ella guardó silencio ante aquel momento de intimidad que había entre ellos. Siempre hubo y ha existido ese detalle de complicidad entre ambos.  Tal vez fue eso, que los atrajo uno al otro en un principio.

Eriol recorrió con su mano, su mejilla, sus ojos que ella cerró. Finalmente acercó su rostro, besándole con aquella, dulzura, ternura y pasión que siempre había demostrado una vez y estando a solas.

-"Cuanto me gustaría, OH querida mía, no tener secretos contigo..."- pensaba Eriol, como a su mente llegaban esas palabras mientras tocaba sus labios –"pero he de conocerte, amarte y adorarte, inocente chiquilla que me conquistó de primera instancia y se que, una preocupación en tu alma es algo que no concebiría en entregarte..."

Tomoyo no pudo interrogarle mas.  Simplemente los detalles entre ellos y el hecho de que, eran pocos los momentos en donde se tenían solo para si, era aprovechados  por ellos.  Siempre había algo en el día que les impedía mirarse, tocarse o besarse.  Siempre deberes, reuniones, juntas, el consejo, las damas de la corte o el mismo protocolo.  Eran contados los momentos que los tenían para si.  Para ambos.  Olvidándose que eran rey y reina. Simplemente, una pareja enamorada. Una pareja que se amaba.  Fuera de cortes, fuera de protocolos. Fuera de la corona misma.  Pero adoraban estar siempre para ellos.  Entregándose uno al otro y vivir su amor, como si fuera la primera vez.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

------------ Días después -----------

-Estos no son los mejores momentos de organizar este viaje al sur, Alteza- decía Yukito Tukishiro a su princesa al verle con sus doncellas, recoger lo necesario para partir aquel mismo día.  – Por lo menos, déjeme decirle a su majestad el verdadero propósito de su viaje.

-No.—dijo Sakura observando a su fiel sirviente.- Simplemente, si se entera, hará lo imposible por detenernos...

-Pero Alteza.- discutía el fiel soldado viéndole en negativa total ante su plan.  Después de todo, necesitaban de ella. 

-Pero nada Yukito.- dijo ella terminando la discusión.- Lo ultimo que quiero es, traer el pasado nuevamente a nosotros.  No puedo permitirme, que otro error comience.  Si acaso, los pierdo a ustedes...- dudando.- A uno de ustedes, no se lo que haría...

-Bien, no le diga  a su alteza- viendo sonreír a la princesa- Pero... su prometido tiene conocimiento de esto ¿no?- viéndole negar con el rostro.- ¿El rey del Norte?- negando nuevamente.- ¿Mi hermano?- viéndole sacudir sus brazos en señal de "no se".

-Yukito...- viéndole poner el rostro en negativa ella agregó_ Tomoyo y yo, tenemos mucho que perder si esta supuesta rivalidad inicia o avanza... sabemos como detenerla... necesito de tu fidelidad, servicios y por supuesto tu confianza para saber que, no le dirás nada a mi hermano o al Rey Shaoran...

-Sus nupcias son en menos de tres semanas- discutía Yukito.- Lo han acordado finalmente...- observando la nota de la reina del Sur, en el tocador de la princesa. – Por favor considérelo... si algo le pasa...

-No nos pasará nada- sonrió ella confiada a su fiel sirviente.

-Por lo menos, déjeme acompañarle.- dijo el soldado preocupado.

-No.- dijo ella definitivamente.- No... mi hermano, te necesita aquí... no es que te vaya a necesitar ni vaya a pasar nada, pero...

-Piensa ir al Sur, fingiendo que visita a la reina, para luego, dirigirse al Oeste con ella... a fungir como representantes de ambos reinos.

-No se te olvide, también del Este...- respondió ella.- Soy princesa del Norte pero prometida del rey del Este.

-Princesa- dijo él aun no convencido.-No puedo detenerle, pero por lo menos, infórmele a su prometido...

-Si le informo a Shaoran, le dará un ataque.  Además, Yamamoto necesita una seguridad de que, no queremos la guerra, ninguno de los tres reinos...

-¿Y ustedes creen convencerles? ¿Cómo?

-Aun no lo sabemos.  O yo por mi parte, no se.- Dijo Sakura siendo sincera.- Lo que si se es que, no quiero ser, reina del Este, para luego convertirme en viuda si la guerra con el Oeste se abre.

-Dejen las relaciones diplomáticas a los consejeros y representantes del Rey Hiraguizagua, su hermano o Li Shaoran.

Ella mirándole fijamente y borrando toda sonrisa, dijo muy decidida.- Los consejeros, aconsejan que respondamos las amenazas con guerra.  Ni Tomoyo y mucho menos yo, deseamos eso. Siempre hay sangre de inocentes derramada.- Mirando la nota enviada por Tomoyo agregó mirando nuevamente al soldado.- No nos vamos a arriesgar a perder nuestros seres queridos. Hay mucho en juego. No volveremos a dejar huérfanos a hijos y viudas a las mujeres de los tres reinos. No lo permitiremos.

Yukito admiraba en silencio la decisión y fidelidad de Sakura.  Sabía que podrían haber posibilidades que tuviesen éxito.  Así como posibilidades de que, fallaran e incluso, las tomaran como rehenes para que Yamamoto, obtuviera lo que quería.

No conocía a Yamamoto en persona.  Solo lo que había escuchado en las conversaciones de Touya con sus consejeros.  Este no atacaría a Yamamoto solo basado en rumores y indirectas.  Sin una comunicación de Eriol Hiraguizagua o del Este, no actuaría.     Había demasiado en juego y en riesgo para ir a la guerra. Aun las naciones estaban muy susceptibles y recuperándose apenas de la caída y derrota de Xiao y sus seguidores.

-Mi hermano es sabio.  Sabrá que hacer cuando el momento llegue o nuestro plan falle...

-¿Tienen un plan?.- preguntó Yukito incrédulo.

-Bueno, lo tendré cuando me reúna con Tomoyo a las afueras del Sur... nos reuniremos en cuatro días en el camino principal que se va al Oeste.   Por supuesto, como la ultima vez que viajamos juntas...

Yukito abrió los ojos sorprendido a lo que entendió. La ultima vez que Tomoyo y Sakura viajaron juntas, fueron asaltadas y secuestradas por su ahora prometido.

-Además,- dijo ella respondiendo a su reacción.- No es como que todo salió mal la ultima vez... ¿no crees?

-¿Acaso cree que, pasará las fronteras y los puestos y llegará al palacio del Oeste, dada la hostilidad entre reinos, disfrazadas? ¿Le tengo que recordar que la ultima vez, bajo un mismo gobierno, la secuestraron?

-No me lo tienes que recordar- azorándose ante los recuerdos, los pensamientos y la declaración y momentos entre ella y el Líder de los Rebeldes.  – Además, no duraremos mucho y estaremos bien...

-Majestad: por favor, considere todo nuevamente... ustedes, viajarán con un mínimo de soldados.  No sabemos que les espere en el camino...y no estamos hablando de Li Shaoran si me permite decir con toda libertad- su tono era preocupado.- No sabemos esta vez que puede ser.

-Solo espero que, no le digas a mi hermano o a Shaoran...- dijo ella seriamente.- Si acaso se enteran uno de los dos... cualquiera...- surgiéndole la idea en la cabeza- se acusarán mutuamente, cosa que no quiero que pase...

-Majestad...- dijo él con planes de seguirle discutiendo.

-Yukito, por favor... sírvele a mi hermano... si quieres estar mas tranquilo, mándanos con una comitiva de tus mejores hombres... solo diez. No queremos despertar sospechas.   Una vez lleguemos a las fronteras, solo me quedaré con cinco; Tomoyo tendrá a su disposición un grupo también.

-Le pido por favor que lo piensen... ambas...

-Estaremos bien...- dijo ella sonriéndole. Siempre lo conoció por protegerle mucho; incluso, de mas. –Tu no te preocupes...

él asintió mientras hacía una reverencia comentó.- Prepararé a mis mejores hombres... ¿qué cree su hermano?

-Que pasaré un tiempo con Tomoyo ... – dijo ella sonriéndole.- antes de mi boda con Shaoran...

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

"Y así lo hicieron"- decía Nakuru narrándole a los niños que estaban muy atentos a la historia. – "La princesa Sakura y la Reina Tomoyo, partieron de ambos reinos, encontrándose ambas en la frontera; pero la reina Tomoyo no partió sola, con solo la comitiva de soldados como fue en el caso de Sakura; de los diez soldados, cinco regresaron al Norte.  Sakura fue dejada con los mas fieles de los soldados de Touya Kinomoto, y ellos habían sido quienes defendieron a su rey durante la toma del palacio de Xiao durante la rebelión... Una vez se encontraron en las fronteras, Sakura se percató que la joven reina, viajaba con una hermosa, imponente, inteligente, graciosa, educada,..."- así continuaban los elogios.

-¿Quién era esa?- preguntó Miriel con una gota en su cuello al ver a su nana expresarse de tal magnitud del nuevo personaje que ingresó a la historia.

-¿Tu quien crees?- preguntó Miroshi aun observando el semblante de su Nana a la vez que aun continuaba diciendo elogios acerca del recién integrado personaje.

Por supuesto que ambos niños conociendo a la mujer, hablaba de si misma.

-¿Mi madre también?.- preguntó uno de los pequeños.

-Claro que si- dijo Nakuru- ella también estaba... pero no podemos dudar de la extrema inteligencia y belleza de la otra doncella...

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

"les tomó alrededor de una semana, llegar a las puertas del castillo del Rey del Oeste.  La verdad era que, no encontraron dificultades hasta ese momento. Por lo menos, podemos decir eso.  Apenas, el verdadero conflicto daría inicio en cualquier momento..."

-Su majestad- dijo uno de los consejeros apareciéndose mientras este tomaba el té de la tarde en los jardines.- Le buscan...

El castillo del Oeste estaba ubicado cerca de la costa.  Encumbrado en una colina desde donde se podía observar el mar.  Ninguno de los otros tres reinos tenía la ventaja de este.  Su cercanía al mar.

El rey del Oeste, no era tan joven como los de los otros reinos.  Era un hombre que pasaba de sus cuarentas ya.  Era viudo y tenía un hijo de seis años.  No fue rey hasta la rebelión. Mientras, reunió tropas, dinero y armamento, colocando todo a la disposición de Li Shaoran y sus ideales.  Esos ideales, se habían hecho realidad.  Ahora, esperaba pacientemente que los reyes del Norte, Sur y Este, se pusieran de acuerdo y accedieran a sus demandas territoriales.  Hasta  dos semanas, atrás, no tenía respuesta aun. Cosa que lo impacientaba.

-¿Quién?- preguntó con seriedad pero cierta pausa en su voz.  Dejó su taza a un lado y observaba en la distancia, mas allá a su hijo juguetear con una de sus tantas nanas. Sonrió al verlo rociarle agua a la mujer.

-Representantes del Norte y el Sur, Alteza...

-¿Así que los reyes ya se pusieron de acuerdo?- preguntó sin siquiera alterarse o expresar satisfacción con aquello. – Hazlos pasar al salón de reuniones...- poniéndose de pie, Así los sirvientes y soldados a su alrededor, se pusieron en señal de atención.

-Si majestad- dijo el sujeto.  Lo sorprendente es que, no les dijo quienes eran los representantes.

Con una calma sorprendente, se dirigió al salón de reuniones, pero su sorpresa no sería expresada hasta mucho después.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*  Ese mismo día *-*-*-*-*-*-*-*-*

-¡¡El Rey del Este está aquí!!!- anunció un soldado sorprendiendo con ello a Eriol, y así a sus demás sirvientes; a todos, excepto a Yue.

-Es extraño- dijo Eriol sorprendiéndose con aquello y terminando de sellar unos documentos en su salón.- Shaoran nunca viene sin anunciarse... será acaso que tiene problemas con Sakura... – se preguntaba como comentario. Miró a Yue buscando respuesta pero este simulaba indiferencia.

Media hora después, la comitiva del Este, con Shaoran a la cabeza, estaban delante de Eriol.

-Es una sorpresa tenerte aquí, Li- -dijo Eriol sonriéndole cortésmente, pero en verdad, alegre de tenerlo con él.- ¿A que debemos esta sorpresa?

-Pues, imagínate... voy al Norte,  en busca de mi prometida, acompañado por mi madre mientras Meiko se encarga de todo lo del reino. Mi madre quiere que, Sakura use el mismo traje de bodas que usan todas las Li, cuando contraen nupcias con el jefe de la familia... – suspirando profundamente.- entonces encuentro que Sakura no está en el Norte... con su hermano...- mirándole sonriendo mientras Eriol le miraba extrañado.- ¿Dónde está?

-Disculpa Li...- dijo Eriol algo aturdido.- ¿Dónde está quien?

-Sakura...- dijo el sujeto tranquilamente. – no la veo desde tus bodas y como anda sin su hermano, tal vez, podamos planear nuestra boda o fugarnos... – sonriéndose sutilmente.- Mi madre se ha quedado en el Norte, coordinando todos los arreglos de la boda... y esperando nuestro regreso.- Ahí notó la cara de confusión de su amigo y reclamó.- oye ¿Qué te pasa? ¿por qué tienes esa cara?

-Li: Sakura no está aquí...-dijo pausadamente.  Incluso ordenó a sus sirvientes que salieran de allí.  Shaoran lo imitó, dándole la orden a los suyos.

-¿Cómo que no está? Claro que está aquí... dijo al Rey, su hermano, que vendría al Sur para reunirse con su prima...

-Li: Tomoyo no está.- dijo Eriol seriamente.- Hace una semana, marchó con dirección al Norte, a donde Sakura...

Li tal vez como siempre Eriol le tomaba el pelo, pensaba que era una broma, como siempre hacía estando soltero y siendo cómplice de la rebelión. Pero la sonrisa la borró de su rostro, al notar su seriedad y como perdió el poco color que llevaba en su rostro.

-¿Qué clase de broma es esta?- preguntó el joven enseriando su mirada.   Eriol sin embargo se dirigió a la puerta llamando a Yue con la mano (por supuesto siendo saludado por todos los súbditos afueras del salón) -Te has confabulado con Sakura para hacerme esta broma... de seguro anda escondida con la Reina Tomoyo ¿no?

-Yue: ¿dónde está Tomoyo y Sakura?-preguntó Eriol con su mirada seria, cruzado de brazos y colocándose a la par de Shaoran.

-¿No está aquí?- preguntó Shaoran incrédulo y observando a Yue y a Eriol. En realidad, no sabía a quien mirar mas o quedarse observando.

-No lo se, alteza...- respondió el soldado.

-Sabes...- dijo Eriol seriamente.- Tu mujer es Rei... – dijo Eriol seriamente.- Y Rei es la dama de compañía de Tomoyo, quien es la prima de Sakura...- Diciéndole todo lo que ya sabía.- Supongo que tu lo sabes...

-No creo que Kinomoto lo sepa- dijo Li atrayendo las miradas de ambos hombres.- No hubiera permitido... lo que sea que ellas dos hacen...

-¿Dónde Meiling tal vez?-preguntaba Eriol sobre el paradero de su esposa y Sakura.

-no lo creo. Hubiera mencionado algo...- ya comenzando a preocuparse.- Nos mintió a ambos: a su hermano y a mi ... ¿Dónde estará?

-Conociendo a Sakura...- dijo Eriol.- ... sabes que ella, es autosuficiente... andan en algo...

-¿Y si algo les ocurrió?

-Ellas...- dijo Yue desistiendo.- ...están bien...- finalmente diciendo algo..-... su alteza o la princesa Sakura, no me dijeron nada...- observando ambas caras de ambos reyes.- Rei, antes de irse ambas, me contó lo que tratan de hacer...

-¿Lo que tratan de hacer?- preguntó Li.- ¿Qué es eso si se puede saber? 

-Fueron al Oeste...- viendo los rostros de incertidumbre de ambos hombres.- A Interceder ante Yamamoto...

-¿Qué cosa hicieron??!!!_ se escandalizó Li Shaoran. - ¡¡no lo puedo creer!! ¿y las dejaste marchar Yue? ¿Cómo pudiste permitirlo? ¿Y Sakura? ¡¡Sakura!! Si su hermano se entera, ahí habrá derramamiento de sangre...- tomando una decisión.- Voy al Oeste a su rescate...

-No hay necesidad de Rescate- dijo Yue bien confiado.- Hasta ahora, no hemos recibido noticias de la comitiva de soldados que van con ellas.  Según un comunicado de mi hermano, la princesa Sakura partió una semana atrás.  Los soldados que fueron solo escoltándola hasta la frontera (donde se encontraría con la reina Tomoyo), dicen que todo fue bien. Sin percances...

-Hay hostilidad entre nosotros y el Oeste... y a esas dos... – dijo Shaoran desesperándose ante lo inesperado que podría pasar.- Ay Sakura ¡¡Piensas en todos y menos en ti!! ¿Sabes por que lo hizo?_ observando a Eriol.- Porque de seguro lo sabe: Sabe lo que está pasando entre nosotros y Yamamoto...

-No.- dijo Eriol incrédulo.- no porque para que Tomoyo la acompañara, tenía que saberlo también...- ahí miró a Yue para que desmintiera eso ultimo.  Pero no encontró la mirada que esperaba. Adivinando lo que Yue decía con esa mirada preguntó.- Ella ¿lo sabe?

-Si Alteza- Respondió el fiel soldado._ Cuando se reunió con sus consejeros mas allá de una semana...- haciendo una pausa- la encontré escuchando detalles de la conversación en donde usted decía que no quería mas sangre derramada.  Escuchó cuando uno de los consejeros dijo "guerra"

-Se supone que eres mi soldado de mayor confianza, no el de ella... te confío mi bienestar y el de ella...- decía Eriol molesto ante todo lo ocurrido.- ¿Cuándo planeabas informármelo? ¿cuándo mandasen las notas de secuestro?

-Majestad, si me permite.—dijo Yue.- Comprendo que esté molesto... pero sepa que, sirvo a la reina por igual. Le soy fiel a ambos. La reina temía por su seguridad.  – y observando a Shaoran aclaró.- Ambas por todos nosotros.  Comprendieron que, una guerra, a estas alturas es lo ultimo que necesita nuestros reinos. Quisieron evitar las redencillas, disputas y por supuestos, posibles batallas...

-Debemos de ir por ellas- dijo Eriol decidido.- Debemos ir y traerlas a ambas...

-Cuenta conmigo.- dijo Shaoran.- Supongo que Tukishiro- hablando de Yukito.- debe de saberlo... por lo que nos ha dicho Yue...  iré contigo.

-¡¡no!!- dijo Yue interrumpiéndoles.- Su alteza dio indicaciones de que, nadie debe de ir por ella hasta que no haya una comunicación desde el Oeste indicando que están en problemas...

-¡¡Ah que lindas!!- dijo Shaoran sarcástico.- Nosotros aquí, muriéndonos de la preocupación por ellas y ellas ungiendo de embajadoras...- dándosele una idea en la cabeza, dijo.- La ultima vez que Sakura ungió como embajadora...

-Ellas estarán bien...-dijo Yue siendo escuchado por ambos reyes y atrayendo sus miradas.- Nakuru y mis mejores hombres de la guardia están con ellas. 

-Aun así, no confío...- dijo Eriol.—Iremos al Oeste...

-Majestad...- iba a discutir Yue pero Eriol le detuvo.

-Por favor, ahórratelo... mejor prepara mi carruaje y mi escolta... nada de lo que digas o hagas, me hará cambiar de parecer... voy a buscar a mi esposa-. Dijo decidido.- No la voy a perder...

-Ni yo a Sakura- dijo mirando al fiel soldado, Shaoran.- No la perderé...

Ambos reyes tomaron la decisión.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-* varios días después... *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Acompañadas de sus damas de compañía, dos mujeres importantes para esos países, tomaban té cómodamente sentadas en los balcones  con vista al mar.  El silencio se apoderó del espacio a su alrededor dada a que hablaban de tantas cosas que,  se quedaron en silencio. 

Habían decidido que, al otro día, ambas mujeres partirían a sus respectivas tierras.  Sentían melancolía.  No sabrían si se encontrarían antes de la boda de Sakura. O justo en ella.

-¿Cuándo le dirás a Eriol, Tomoyo?- preguntó Sakura sonriéndole.- Me imagino que la noticia lo sorprenderá...

-El saberlo me sorprendió a mi Sakura...- confesó la joven reina.- Pensé que no sería hasta un tanto después, pero ya ves...

-Pues la idea está del todo magnifica...- dijo Nakuru interrumpiéndoles.- Majestad: la llegada de un bebé es motivo de celebración... aunque a sabiendas de esto, no debió de partir de palacio. Por lo menos, no sin un doctor...

-Sabes que, no iba a quedarme en palacio a riesgo de dejar a mi hijo sin padre sin este nacer aun...

-Y yo no me iba a quedar de brazos cruzados... ya me conoces...- reclamó Sakura.

-Si majestad- dijo Nakuru no evitando sonreírle a Rei quien guardaba silencio. Al mirar con dirección al palacio, vio como el rey, con su comitiva de guardia personal se acercaba.  No parecía contento.

-Sus altezas- dijo el rey saludando a las jóvenes.- Lamento informarles de esto...

-¿Qué pasa Señor?- preguntó Tomoyo preocupada.- ¿Ocurre algo?

-unos soldados con insignias del Este y el Sur se aproximan...- sorprendiendo a ambas mujeres quienes se observaron entre si y que decir de las doncellas.- ... A gran velocidad...

-Ay Sakura- dijo Tomoyo –Nos descubrieron...

Tomoyo tenía un rostro compungido. No quiso nunca mentirle a Eriol acerca de su paradero.

-Es hora de recibir a los representantes....- dijo Yamamoto con una sutil sonrisa a ambas mujeres y atrayendo sus miradas- No se preocupen; todo estará bien.  Además, ellos les deben mucho a sus hermosas embajadoras...

Una vez los reyes del Este y el Sur caminaban por los hermosos pasillos pensaban cada uno en que había motivado a Sakura y Tomoyo en tomar esa decisión.  En verdad, lo que habían hecho todo ese tiempo era, esto: ¿Qué había hecho que ambas mujeres, arriesgaran sus vidas y corrieran al oeste a entrevistarse con un hombre cuyos consejeros decían que estaban amenazados al menos que "le dieran lo que correspondientemente era suyo".

Los presentaron en la puerta.- Sus majestades: El rey Li Shaoran del Este y Eriol Hiraguizagua, del Norte.

Ambos hombres pasaron al salón del trono, cada uno con dos soldados de lado y lado.  Al final de aquel salón, muy bien decorado y con cortinajes de color verdoso, estaba el rey Yamamoto.  Este hizo un saludo a ambos soberanos, pero manteniendo un lenguaje y rostros sobrios.

-Sus altezas- dijo Yamamoto reciamente.  En un momento, a Shaoran, le recordó a su futuro cuñado. – Bienvenidos al Oeste... es un honor tenerlos en mis tierras y una sorpresa por igual, verlos aquí... pensé que nunca accederían a visitarme...

-Su majestad- dijo Li saludándole. Pero no así Eriol. Este se notaba preocupado.- Gracias por su bienvenida...

-Antes de que, me digan que es lo que quieren, tengo que preguntarles, cual es el motivo de vuestra visita...

-Es simple- dijo Eriol interrumpiendo y bastante serio.- Vinimos aquí para que, nos entregue a la princesa Sakura Kinomoto y a la Reina, Tomoyo Hiraguizagua... – el rey permanecía, serio, calmado y para nada sorprendido.- inmediatamente para continuar con nuestros caminos y regresar sin ningún pormenor...

-Me sorprende que, tengo meses invitándoles a venir a la mesa para que hablemos...- dijo el rey, haciéndole una señal a sus consejeros que se retiraran. Ellos, haciendo una reverencia, se retiraron.-... sobre el problema que ataña la división territorial; no lo hicieron. En vez de sentarnos cara a cara, han enviado un sin numero de consejeros y representantes, por cierto, no tomándome en serio y los que si, les informaron a ustedes, que quiero ¿La guerra?

Se puso de pie hasta llegar a donde estaban ambos jóvenes.  Indicándoles a un lado donde habían tres sillas sencillas pero con cojines, cerca de un balcón que daba a los jardines.

-Mas sin embargo, siguieron rehusándose a que nos juntásemos... incluso, enviaba notificaciones para informarles que, iría a sus reinos.   Kaho Mitzuki- atrayendo las miradas de los jóvenes- Está al tanto de lo que ha pasado aquí en el palacio en estos días... dos hombres que, trajeron la restauración de los cuatro reinos...- observando a Shaoran dijo.- "El famoso Líder de los Rebeldes" –luego mirando a Eriol dijo.- El Rey del Sur y descendiente de Clow.  Pero no se percataron de lo que dos mujeres comprendieron lo que ustedes no, por llevarse de consejeros... yo también, me llevo de los míos...

-No creemos comprenderle...- dijo Eriol mirando a Li y este tan sobrecogido como él.- ¿Qué dice?

-Algunos de los pocos seguidores de Xiao y quienes se nutrieron con las desgracias de otros, caballeros, planeaban instaurarse una vez, los cuatro reinos se destruyeran bajo una guerra.  Tenía dos en mi gabinete de consejeros.  Ellos mandaron aquellas cartas y se reunieron con sus consejeros...  los engañaron- mirándoles fijamente- todos, fuimos engañados...

-¿Cómo su alteza descubrió esto?

-Gracias a la visita inesperada de las "Embajadoras de buena voluntad".- sonriéndoles finalmente.- ¡¡Cual grande fue mi sorpresa al ver los dos embajadores!! Y mas aun, saber quienes eran.  La ultima vez que un embajador de sangre azul estuvo en palacio fue Touya Kinomoto... ahora, Sakura Kinomoto y Tomoyo Hiraguizagua, vinieron a mi con el propósito de llegar a un acuerdo y prevenir la guerra... ustedes, son muy preciados...

Li y Eriol se observaron uno con otro sin poder hablar si quiera.  Yamamoto se puso de pie y dijo.- me sorprendí cuando vi a esa hermosa mujer, inteligente y hábil en relaciones políticas como es su reina, Hiraguizagua.- ahí Eriol se puso de pie y observó a donde Yamamoto observaba.- Perdí a mi esposa y ver esas dos jóvenes y conocerlas y poder hablar con ellas, fue verla nuevamente.- ahí miró a la distancia para identificar la figura de Tomoyo quien con Sakura observan y jugueteaban con un niño pequeño.  Era el hijo del rey.  Nakuru y Rei los observaban por igual.- tienen mucha suerte sus reinos de contar con mujeres tan dignas y preocupadas por su pueblo y ustedes, como ellas... ellas, han evitado las guerras por venir... incluso hemos llegado a ciertos acuerdos comerciales.  Por supuesto, siempre y cuando ustedes estén de acuerdo...

Eriol observaba con admiración, melancolía y sin miedo aquella figura en la distancia.  La verdad era que, había estado muy equivocado.  

Debía decírselo.

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-Majestad- dijo una sirvienta de Yamamoto a Tomoyo haciendo una reverencia.- Un  caballero desea hablar con usted...- Tomoyo en esos momentos que no miraba atrás, sonreía ante las ocurrencias del pequeño niño.   Cuando observó mas atrás al sirviente, su rostro se puso pálido e incluso dejó de sonreír.

Ella no llevaba corona en esos instantes. Tampoco Sakura.  Solo los sellos y joyas reales, distinguían a las familias que pertenecían ambas mujeres. Sakura, observó por igual y vio en la distancia, la figura varonil y seria del esposo de su mejor amiga.

-¿Tomoyo?- preguntó Sakura Preocupada.  En realidad, querían que ellos, ni se percataran de sus presencias.  Pretendían una vez llegaran a sus respectivos hogares, declarar el hecho que habían estado en el Oeste.  Pero ahora, ellos se enteraron por su cuenta.

-Estaré bien...- sonrió la joven. Dejando a los demás atrás, se encaminó hasta llegar a centímetros del cuerpo de su esposo.  Este llevaba ropas finas y el escudo de la familia real, bordado en un extremo de su ropas. Pero no llevaba corona.  –Hola...- saludó algo apenada.

-Tomoyo...- dijo el sujeto no evitando abrazarle.  Ella le correspondió.- ¿cómo pudiste hacernos esto? Ustedes dos... ¿cómo?

-No quería perderte...  tenía que hacer algo... no quería...

-Debiste decirme tus temores en un primer instante.- dijo él en un susurro y aun abrazándole.- No se que haría si te perdiera.- exhalando finalmente con tranquilidad- No se que haría...

Tomoyo notaba su tristeza en su voz. Su melancolía y toda la preocupación que en esos momentos, el hombre declaraba.

-No debes guardar secretos...- dijo Eriol mirándole a los ojos. Ahí lo notaron ambos: El amor que uno y otro se profetizaban... debiste de...

-Lo se, lo siento.- declaró la muchacha.- Lo siento tanto—abrazándole nuevamente.

------ Al mismo tiempo --------

Mas atrás, una joven observaba el encuentro de ambos reyes y sonrió.

-Usted y yo tenemos muchas cosas que hablar, alteza- dijo una voz que ella conocía detrás de ella.  Al ver las reacciones de Nakuru y Rei de arrodillarse, supuso, sin equivocarse, que no estaba de un buen humor.

-Princesa Sakura...- dijo el chiquillo, hijo del rey. - ¿quién es este sujeto que le molesta?

Shaoran lo observó de reojo.  Era un chiquillo muy perspicaz para el tamaño que tenía.

-Estoy bien...- dijo la joven observando a su prometido con rostro de pocos amigos.- Hola Shaoran...

-¿Acaso perdiste el juicio? ¿te infectaste con malaria que te hace tener alucinaciones? ¿cómo se te ocurre no decirme nada a mi, a tu hermano, por lo menos a alguien Sakura?

Pero Sakura le miró con ojos llorosos y brincó a sus brazos diciendo- ¡¡Shaoran!! Lo siento... pero no quería perderte... te amo mucho... no quiero perderte... no quiero...

Solo eso bastó.   Solo esas palabras.  El rostro y el corazón del sujeto se emocionaron al escuchar tales palabras.  Sakura era alguien especial; lo sabía y era lo que mas admiraba de ella. En los momentos en que los reinos se vieron amenazados con una guerra por venir, apoyó a Tomoyo, ambas partiendo a lo desconocido y no temiendo por sus vidas.  Ahora y gracias a ellas, la paz era nuevamente el punto mas importante entre los cuatro reinos.

-Mi corazón siempre será tuyo.... mi "Ying Hua" querida.-  dijo el sujeto besándole sutilmente en los labios.

-Y el mío, siempre te pertenecerá, mi querido Lobo...- respondió ella sutilmente.

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-Tengo algo que decirte- dijo Tomoyo a su esposo.- Algo que, no supe como decirte antes de irme...

-Lo que sea, podemos discutirlo luego...- dijo Eriol mirándole con intensidad.- No me hubiera perdonado si algo, te pasa...

-Estoy esperando... –dijo ella de un respiro.

-¿Qué cosa?- no creyendo lo que decía. No a primera instancia al menos.- ¿Qué dijiste?

-Vamos... vamos a tener un bebé.- dijo ella sonrojadísima.- tendremos un bebé...

-¿Un bebé?- preguntaba incrédulo. - ¿un bebé?

Ella asentía nerviosa ante la mirada algo sorprendida del sujeto. No era para menos.

-Quería decírtelo antes, pero...- ahí no pudo decir mas nada.  El sujeto le besaba en los labios con una felicidad indescriptible.

-La verdad es que, eres algo especial "Mi Flor de Ciruelo" siempre te amaré...  siempre...

-Yo también te amo...- dijo ella simplemente, después solo guardando silencio.

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-Así la princesa Sakura, El Rey Li, El rey Eriol y la Reina Tomoyo, vivieron felices para siempre...

-¡¡Un momento!!- gritó Miroshi molesto.- ¿dónde están los dragones?

-Si... ¿Y la sangre?- preguntó Meriel igual de inconforme que su amigo.

-Dejen de quejarse... me hubiera gustado estar ahí... es decir ¡¡Una guerra por amor!!- decía Loriel.

-Personalmente, es algo sonsa, pero es mejor la paz que la guerra ¿No?- dijo Fujien.- Además, la moraleja de la historia es que, la paz y el amor por los demás consigue mas que la indiferencia...

-Exacto- decía Nakuru.- la verdad es que Sakura y Tomoyo, lograron mas usando la lógica, que cientos de consejeros.  Confiando sus asuntos a consejeros, dirigían sus reinos a una guerra... sabría Dios cuando iba a terminar...

-Aun así, no habían dragones ni duelos...- dijo Maroshi.

-Que linda historia... a mi si me ha gustado.- dijo Loriel poniéndose de pie junto a la otra de la niñas.

-ya es hora de dormir- decía una mujer ingresando con su dama de compañía a su lado. Sus ojos azules recorrieron cada uno de los rostros.

-Mamá...- dijo Loriel observándole con alegría.,- Nakuru nos contó la historia de cómo papá, los tíos y tu, lograron la paz con el Oeste...

Tomoyo observó a Nakuru quien tenía una gota en su cabeza y sonreía nerviosamente.  Después la reina observó a su alrededor en el salón: el lugar estaba parcialmente hecho un desastre cuando los dos jovencitos trasladaron su "Lucha de espadas hasta allá".

-¿Fue la única forma que encontraste de controlarlos?- preguntó Tomoyo algo cerca de la  realidad.

-Bueno...- decía ella con una gota aun mas grande en su cuello. Pero Tomoyo comprendía: bastante difícil era controlar a Meriel solo; Ahora con todos sus primos y amigos allí, la cosa era mas complicada.

-Mamá... Loriel quiere casarse con Maroshi...

-¿Queeeeeeeee???- Gritaba una azorada Loriel.- No es así.—sacudiendo su cabeza. – Es decir, estoy muy joven para eso ¿No?

-Claro que si hijita...- observó un instante a un azorado Maroshi que estaba siendo censurado por su madre bajito.

-ya te he dicho que nada de combates con el príncipe... hasta cuando Maroshi...

-Lo siento mamá- decía el chico cabizbajo.

-Deja que se entere tu padre...

-Ah no, mamá... papá no...- decía el chico.- Me amonestará hasta la primavera...

-Debiste pensarlo antes... ocasionando tal desastre...

Pero Tomoyo observó a Maroshi: Estaba consciente de que, cuando el momento llegara, iba a ser un fiel amigo y soldado de su hijo.  Estaba orgullosa de ello.

-mamá- decía Loriel aprovechando que Meriel estaba mostrándole otro tipo de ataque al tranquilo de Fujien.- ¿Eras princesa cuando papá decidió casarse contigo?

-No... era una dama de compañía... pero tu padre era un hombre poderoso... ¿por qué?

-¿Crees que dos personas que son diferentes pueden llegar a ser felices?

-Así es. Lo creo.- sonriendo a los recuerdos.

-Bueno...- dijo ella.  Antes de que pudiera decir algo mas, una chica le toma por el brazo y se la lleva.

-Vamos Loriel...- arrastrándola consigo y seguida de las demás doncellas.

Tomoyo miró a un lado. La habitación en su cabeza estaba sumida en un profundo silencio. Ahí delante de ella estaba un hermoso cuadro al óleo pero no pintado por ella.  Sonrió ante los recuerdos de aquello: rememorando cuando Loriel nació.  Un año después, nació Meriel. 

Sintió unas cálidas manos rodearle su cintura y besarle seductoramente por el cuello.

-Hola su alteza- dijo su esposo muy persuasivamente.- ¿Qué piensa?

-Pensaba en nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro.- volteándose a verle y sonriéndole aun mas agregó.- y que nuestro cuento de Hadas aun no termina ¿Verdad? – rodeándole por el cuello.

-No mi querida Flor de Ciruelo...- sonriéndole y respondiéndole.- Apenas inicia...- besándole en los labios.

Pues desde aquel día en donde Eriol, vio en Tomoyo mas aun que una reina y que tan importante era su pensar, dijo tal cual "La historia no terminaba; Apenas daba inicio".

Y así fue hasta el final de sus días....

------------------- Fin -----------------

¡¡¡¡MADRE SANTA!!! INICIADA EL 24 DE ABRIL DEL 2003 Y FINALMENTE DÁNDOLE FIN EL 17 DE DICIEMBRE DEL 2003, AQUÍ CULMINA LA HISTORIA DE LA PRINCESA DEL CEREZO Y EL LOBO REBELDE.  ¿QUÉ LES PARECIÓ?

ESPERO EN VERDAD QUE LES HAYA GUSTADO. LO HICE CON TODO MI CORAZON Y PENSANDO EN CADA UNO DE USTEDES QUE ME BRINDARON SU APOYO. Mas que todo, como parte de mi regalo de navidad.

LA IMAGEN USADA AQUÍ ES CORTESÍA DE BARBARA ALCAZAR. MUCHAS GRACIAS A ELLA.

La canción es de Ciudad de Ángeles (Grupo de Rep. Dom. ) titulada "Te amo"

SI QUIEREN LA VERSIÓN ORIGINAL DE ESTA HISTORIA,  PIDANMELA A SAKURA_JOURNAL@YAHOO.COM.  MUCHAS GRACIAS ESPECIALES A  NAIKO QUIEN SIEMPRE ME APOYA EN TODOS MIS PROYECTOS Y ME DA MI EMPUJONCITO.   A SERV, QUIEN ESTÁ SIEMPRE COMO MI BETA PARA LAS HISTORIAS DE CCS, A LLUNA QUIEN INSISTÍA EN ESTA CONTINUACIÓN Y A TANIA QUIEN SE HACE PRESENTE. POR SUPUESTO, BARBARA NO SE QUEDA ATRÁS.