Wolaaaa! u

Aquí estoy otra vez!!! Reciví varios reviews, creo. No puedo acceder a mi cuenta de correo pero sé que estais ahi asi que...MUCHAS GRACIAAAS!!!! Así me animo.

En estos momentos estoy acatarrada (Brrrr) asi que si me sale un capi espeso, lo siento :(

Esta vez me meto de lleno en lo que ocurre fuera de la burbuja de amor entre Fred y Hermione, tmb sale Ginny ( q me olvidé de ella) y a ver que mas cuento q no teeengo idea xD

Wen, el capi se titula igual que una canción de la "Mala Rodrígez" Y es muuuy buena, asi que tenéis la oportunidad de escucharla, ESCUCHADLA!

Capítulo 13

ComO uN títeRe

- ¿Qué-me–estas-contando?

- Sí, si, ¡que anoche el pelirrojo ese de Gryffindor me propuso ir con el a Hogsmeade el próximo día!

- ¿Y qué le contestaste?

- Ja! Que no, por supuesto. Apenas le conozco. Me han dicho que lo acaba de abandonar su novia, la sabelotodo que siempre anda por la biblioteca. Al parecer lo ha pasado fatal, aunque a mi no me lo pareció. Me miró las tetas como si fuera un muerto de hambre.

- ¡Eres una exagerada!

- ¡No no no, en serio! Yo creo que se intenta recuperar de la peor manera posible. Me parece un desgraciado sin moral.

Ginny dejó de escuchar la conversación al no poder soportar tales cosas sobre su hermano. No podía saber si lo que decía esa chismosa Ravenclaw era verdad, pero Ron no era un desgraciado sin moral. Abandonó la esquina desde donde había estado espiando desde que oyó el nombre de su hermano, sigilosamente para que no la viesen, y salió corriendo camino de Gryffindor.

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En el cuarto de los chicos, dos de los mejores amigos en la escuela de magos estaban discutiendo, esta vez muy en serio. sus gritos se oían hasta en la sala común, aunque a esas horas la casa estaba vacía. Todo el mundo se encontraba disfrutando del espléndido sol de la tarde. Después de toda la mañana dando clase tras las paredes de piedra de aquel castillo, nadie se quería quedar ahi encerrado.

- ¡¡¡Ron, apenas ha pasado un día desde... ya sabes, lo de Herms. No quiero recordártelo ni hacertelo pasar mal, pero te lo estás tragando todo, no sueltas nada!!!

- ¿Qué coño pretendes que me heche a llorar como un mariquita delante de tí?

- ¡Somos amigos! Deberías exteriorizarlo todo o acabarás muy mal.

- Siempre he sido un desgraciado, no puedo acabar peor. Además para tu información estoy perfectamente. No me importa lo que haga ella. Es feliz ¿no?

Harry se quedó callado un momento. Su amigo estaba recogiendo toda su ropa y hechándola a un saco enorme situado encima de su cama. Empezaba a tener ciertas dificultades para meterlo todo.

Su semblante era tranquilo. Y esta mañana había obrado de una forma muy diferente a lo que solía demostrar su amigo ante la mínima que le ofendían o le hacían sentir mal. El comportamiento de Ron era demasiado extraño.

- ¿Qué estás haciendo con toda tu ropa?

- George me ha dejado dinero de lo que ganaron él y Fred con los artículos de broma en la escuela. Como ya paso de los dos me lo voy a grastar. estoy harto de toda esta ropa de segunda mano vieja y lanuda.

Le pegó varios puñetazos al último jersey de navidades de la Señora Weasley, el cual no quería meterse en el saco. Con un resoplido Ron desistió y sacó la varita, apuntó al jersey.

- " ¡Redductio!"

Toda la ropa del interior del saco menguó al instante, dejando casi todo el espacio del saco libre. El pelirrojo sonrió satisfactoriamente y siguió sacando su ropa de los cajones.

Harry ya no sabía que hacer.

- De acuerdo Ron, haz lo que quieras. Aunque te estés muriendo por dentro al menos no te vas a liar a puñetazos con todo el mundo que te mencione a Hermione.

Ron hizo una extyraña mueca que Harry no logr apreciar.

- Sabes que ella no va a hacer nada que te haga más daño, aunque parece que entiendes a la perfección que ella puede seguir con su vida.- Harry seguía con la mirada todos los pasos de su amigo por la habitación desde la puerta.

- Por supuesto. Igual que yo con la mía.

- Claro...

El moreno abrió la puerta.

- ¿Ron?

- ¿Sí?- éste levantó la mirada del saco.

- No dejes de ser Ron ¿de acuerdo?´

No respondió. Harry salió por la puerta y la cerró sin mucho ruido.

El pelirrojo metió los últimos pantalones demasiado cortos para lo alto que era él, cerró el saco, y a algunos metros de la cama, volbi a sacar su varita y con una media sonrisa irónica dijo para sí:

- Seguir siendo Ron es lo último que pienso hacer.

Y con un movimiento de varita, hizo volar por los aires el saco lleno de ropa.

Mientras la habitación se llenaba de pequeñas pelusas de todos los colores, el pelirrojo se hechó a reir.

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"No debería estar así... El Ron que conozco desde hace tanto estaría deprimido, y no podría ni en pintura ver a Hermione a su hermano juntos... Por cierto, ¿dónde estará Herms?"

Harry andaba por el pasillo tras salir de la puerta de la Señora Gorda, tan ensimismado en sus pensamientos, preocupado por Ron, que no se percató del ruido de zapatos que hacía una veloz bola pelirroja que corria en dirrección opuesta a una esquina de distancia. Cuando éste cruzó la esquina, él y ella se chocaron sin remedio.

- ¡¡¡Ahhhh, joder!!!

Ella cayó al suelo de pleno y él se quedo medio sentado delante de ella, con las manos en la frente.

- ¡¡¡Harry!!! Lo siento mucho, yo... auuuu- la rodilla le dolía horrores- ¿Has visto a Ron?

El moreno se incorporó y miró a la chica espatarrada en el suelo. Se sonrojó. Se le veía una pequeña parte del muslo por encima del calcetín de colores, naranja y azul. La falda se le había subido peligrosamente debido a la postura en la que estaba.

- ¿Estás bien?- le preguntó a la chica. Le tendió la mano.

Ésta la aceptó, y no sin cierta dificultad de puso de pié a su lado. La rodilla dolorida le falló, y no pudo sino agarrarse al jersey de harry para no acabar otra vez en el suelo.

- ¡Cuidado!- gritó él, agarrándola mejor.- Será mejor que vayas a la enfermería.

- ¡Ron! Tengo que hablar con Ron, Harry. ¿Dónde está?

- Ahí dentro- dijo señalando con la cabeza al retrato de la Señora Gorda- Pero no creo que puedas hablar ahora con él. Tiene una especie de crisis paranoica. Sé que todabía no has tenido oportunidad de que te comente todo lo que pasó ayer, pero dale tiempo. Aunque está extrañamente tranquilo... Mortalmente tranquilo...

Ginny miró al moreno y también se sonrojó. Estaban ahí en medio del pasillo medio abrazados. Por poco se le olvida la causa de todo eso. Casi se le olvida el dolor de la rodilla también...

- No era eso... ya sé todo lo que pasó. En esta escuela nada queda en secreto. Esque... e oido a unas chicas hablar mal de él, y quería saber si lo que decian... era verdad.

Harry la miró extrañado.

- ¿Qué era lo que decían?

- Llébame a la enfermería, ¿quieres?

Harry no insistió, pasó su brazo derecho por la cintura de la chica, cagarró su mano por encima de su hombro, y paso a paso, llegaron a la enfermería. No hablaron más.

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En esos momentos, la mayoría de la gente de la escuela se encontraba fuera del castillo.

Las clases de la mañana habían sido horribles, los profesores parecían especialmente estresados, probablemente por la cercanía de las vacaciones de navidad.

Hacía una tarde preciosa. El sol brillaba entre nives esponjosas, nada parecido a la tromenta que azotaba hacía dos noches. La gente se agrupaba en los terrenos del lago, dando paseos, y en el campo de quiddich, atendiendo al entrenamiento del equipo de Slytherin: la presencia de Draco Malfoy hacía suspirar a féminas (y algún que otro chico ;D ) de todas las casas.

Y sentados frente al lago y obserbando como el calamar gigante ingería cientos de lubinas en la superficie, se hallaban Hermione y Fred. Si te acercabas lo suficiente, podías ver que, entre la hierba, sus manos apoyadas se encontraban la una sobre la otra.

Hermione apoyó su cabeza suavemente sobre el hombro del pelirrojo.

- ¿Te imaginabas que acabarías así?- preguntó la castaña.

Fred giró un poco su cabeza para observas su expresión.

- ¿Así, como?

- Me refiero... a que conocerías lo que sentía por tí, dejaría a Ron, y estubiésemos ahora así.

Fred perdió su mirada un instante en el horizonte.

- No.

Hermione bajó la mirada, para perderse otra vez en su ensimismamiento. Fred tras unos instantes, continuó.

- Me imaginaba un futuro siempre sufriendo por no poder estar a tu lado como yo quería. Un futuro con lágrimas y tristezas. Puede que corra por ahí el rumor de que soy un asaltacamas...

Hermione rió.

- ... pero no puedo estar con nadie si sólo es una persona la que ocupa mi mente. Me había imaginado esta escena, contigo, un atarde, en el lago... ufff, millones de veces, y tenerte aquí ahora... no es real. Parece que todo siga siendo uno de eses sueños que tenía despierto cuando...

No pudo continuar. Hermione le cerraba los labios con un profundo beso.

El pelirrojo la rodeó con sus brazos, sintiendo como paecía flotar en el aire, abandonando todo lo que tenían a su alrededor.

No era real. Para él todo eso era un sueño, demasiado hermoso para ser real. Y sin embargo ahí la tenía, rodeándole con sus finos brazos, besándole con sus labios de fresa, acariciando su cara con sus ondulaciones castañas.

No podía ver la lágrima que resbalaba por la mejilla de ella.

Una lágrima de felicidad. No de impotencia, de ésas que cayeron interminables sobre su almohada, no de las que derramó nunca, ni nunca derramaría. Una lágrima solo nacida de estar viviendo lo increhíble, y de estar viviendo un sueño compartido, que sin embargo, por mucho que los dos pensaran, era la realidad.

- ¡¡¡Ron!!! ¿¿¿Estás loco???

Aquel grito y ese nombre interrumpió la busbuja que envolbía la pareja y les hizo girarse rápidamente hacia el lugar de donde provenía aquella voz.

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¿qué? ¿interesante?Eso espero, jejeje....

Dejo como colofón una frase bellísima de Shakespeare, Romeo y Julieta

¡Bendita, bendita noche!

Pero temo

que al ser de noche sólo sea un sueño

demasiado hermoso para ser real...