Konichiwa!!! bien volví a ver la película y que creen me dio ganas de hacer el segundo capi, díganme de cuantos capis quieren que sea, porque ahora va estar a estilo, entrevista con el vampiro de Anna Rice y lle vado al cine con Tom Cruce, Antonio Banderas y Brad Pit. Ya le hice la propaganda, es que no he visto casi nada de Horo x Len ultimamente y eso no me gusta mucho que se diga y como que este fic ya tenía que continuarlo aquí está. Muchas gracias a los que me enviaron reviews que no se arrepentirán pues no quedé muy conforme con el primer capi.

Cap 2 Los primeros sucesos

ADVERTENCIA-YAOI de 1-40 capis más o menos.

-Uf! hasta que llegamos-Bajaban carrosa a caballo en una acienda antigua dos jóvenes hermanos. Mansión de oro blanco se ceñía al frente jardines de rosas de capullos cerrados, alumbrando el cielo posábase una joya de plata encima de la acienda. Al portón se hacía presente el dueño, su hija, su prometido y las sirvientas y mozos que allí trabajaban a merced del patrón.

-Bienvenidos- Saludo animado su nuevo tutor, que mostraba su invisible alegría tras de la frialdad concebida desde pequeño en su caracter.

-Que bueno volver a verlos, cuando me lo contaron no me lo creí-Se acercó a la pequeña niña y la vió detenidamente para saludar como todo un caballero británico, pues lo era. Y luego tan gentíl como era se acercó a su veijo amigo. Yoh Asakura era aquel joven, era tan bello el reeecuentro que aunque quisieron algo más familiar su educación sólo permitía un apretón de manos.

-¿Cómo han estado?-Preguntó al fin alguien quien se distinguía de toda aquella fila de criados que se formó afuera para recibir a los nuevos "patrones" o "visitantes"

-Tamao, cuanto me alegra verte-Saludó sin prejuicios Pilika, pues aquella chica con la que se había criado en el horfelinato era su mejor amiga

-Nunca cambiaran-Habló demandante y fría, como solía ser el caracter de su familia, Anna Kyoyamada prometida y, como tanto le gustaba repetirlo, futura esposa de Yoh Asakura.

-Bueno será mejor entrar-Adelantó el dueño.

-Disculpen-Apareció allí una muchacha que vestía como Tamao, cuyo uniforme blanco y rojo resaltaban sus cabellos plateados y combinaban a sus ojos rojos, extrañamente-El té está listo señor-

-Gracias Jeanne-Para asegurarse de que era la hora del té miró un reloj de oro que sacó de su bolsillo-Puedes retirarte-dirigió a la pequeña que dio una sutil reverencia y se marchó a la cocina-Pueden entrar, Chocolov será quien lleve sus cosas a sus respectivos dormitorios-Luego de la orden más que petición, entraron por el portón antes mencionado a un vestíbulo muy elegante, y tal como su dueño, controvertido, extraño y misterioso, decorado en adornos de los más finos y costosos.

-Pero antes-Anna Kyoyamada les dirigió una mirada gélida- deberán lavarse las manos, Tamao guíalos por favor- Para cualquier noble pudo parecer un insulto, pero Anna Kyoyomada tenía una forma para hacer parecer todo como una simple conversación, palabra, frase, acto o comentario como bueno e inocente y serio.

Los guió por uno de los tantos pasillos que se construyeron en la casona. Todos iluminados con antorchas colocadas estratégicamente, aún por la luz de estas Tamao llevaba una vela en su mano, se preguntaban el por qué, pero era mejor no dar importancia a esos detalles. De su cinturón rojo colgaba un llavero con innumerables llaves tan pesadas como se veían, sacó una y abrió la puerta que daba al baño.

-Aquí es-Hizo otra de las reverencias que había hecho la criada Jeanne y se marchó con vela en mano.

-Me parece que estaremos muy bien aquí-Dijo de repente su hermana, mientras se lavaba las manos y con un poco del agua humedecía y arreglaba su cabello peliazul.

-Yo también tengo ese presentimiento, aunque la rubia esa me hace estremecer-

-Hermano, no es propio de un caballero hablar de semejante forma de una señorita, piensa que pasaría si la señorita Anna, o peor Don Fausto te escucharan hablar así, ten más cuidado con tu vocabulario-Regañó Pilika, que con paso rápido fue a la sala para tomar té-Te esperaré allá-

-De a...-pero ya se había marchado y ni su sombra se podía observar-cuerdo-Hermana rara la que le había tocado, pero en algo tenía razón (a parte de muchas cosas más) este lugar lo sentía como su hogar y tenía la corazonada de que aquí se quedarían para felicidad suya. Trató de abrir la pileta de donde salía el agua, pero nada salió, la abrió al máximo y ni una gota se asomó al exterior. Extañado tuvo que lavarse del tarro donde su hermana había agarrado agua y se había lavado, luego preguntaría, más sabía que sería una falta llegar tarde al té, en especial cuando el que lo invitaba era un inglés, esto en realidad le dio gracia, pensar que se creó en china y se hizo más popular que en ningún lugar en Inglaterra.

Algo interrupió sus pensamientos y borró la sonrisa divertida para dar paso a la preocupación, en el espejo frente suyo apareció detrás de él un joven de pelo y ropa negra que sonreía de una manera que daban escalofríos. Volteó asustado a donde se suponía que se encontraba pero no había nadie, respiró hondo, ese sujeto daba mucho miedo. Volteó de nuevo para asustarse de nuevo, en el mismo espejo se volvía a reflejar ese joven de piel muy blanca y ojos dorados que brillaban asechantes, pero estaba muy cerca, pegado a él lo tomó por el cuello y abrió la boca dejando ver sus colmillos filosos.

Horo estaba pálido por el pánico y un frío invadió la habitación, respiraba más agitado que nunca y seguía viendo como se acercaba más y más por el espejo, hasta que antes de morderlo dio la vuelta como golpenado al supuesto sujeto, pero otra vez no había nadie. El frío se extendió hasta poderlo ver en el aire y sus ojos siguieron con la mirada todo en el cuarto, los cerró y los abrió para ya no sentir que lo observaban y que el frío de la habitación se había esfumado, pero tuvo miedo. Miedo de voltear de nuevo y ver algo más allá, pero lo hizo, para percatarse de que ya no veía nada extraño, o más precisamente no veía a ninguna persona, ni siquiera su propio reflejo, estaba ahí pero no estaba en el reflejo. Tocó este con su mano pero esta no se vió. Esta vez el frío vino de golpe y el terror asotó su cabeza como ráfaga. Y se sintió entre mucha gente, todas diferentes, todas viéndolo, riendo y asechándolo. Tomó el tarro con agua y hundió su cabeza en el y la sacó, toda empapada y mojada, pero fue suficiente para que todo volviera a la normalidad. El espejo lo reflejaba, pero ya nada más. Se secó con una toalla y rió. Se estaba por ir, es más estaba cerrando la puerta pero una penetrante y escalofriante voz le habló.

-Ya te vas- Aterrorizado volteó para ver en el mismo espejo al joven de ropas negras tan cerca, tan tenebroso, tan escalofriante y sonrió con aquellos colmillos blancos que observaba detenidamente, y eso se convirtió en una carcajada mientras estiraba la mano de uñas negras, como para querer llevárselo consigo. Pero cuando parecía que la iba a sacar el espejo se rompió como si alguien lo hubiese hecho explotar, los pedazos cayeron salpicando el suelo de mármol.

Horo estaba aterrorizado y sin cerrar la puerta salió corriendo del cuarto hasta llegar a la sala, entró de golpe cerrando la puerta tras de sí, como queriendo evitar que algo entrara también se apoyó a ella de espaldas. Un comedor elegante, como lo eran todas las cosas del lugar, era iluminado por unas velas que colgaban de un candelabro colgado arriba de una mesa color café donde tomaban té los recidentes de la mansión.

-Hermano-Fue lo único que dijo Pilika al ver el comportamiento de su hermano, incluyendo la respiración acelerada y la mirada de pánico.

-¿Qué sucedió?-Preguntó Asakura.

-Yo me estaba lavando y no salió agua...pero me lavé con el agua del tarro y...cuando vi en el espejo había alguien más- Dijo entrecortádamente

-¿Quién era?-Preguntó intrigada Anna

-No lo sé...nunca lo había visto...pero tenía unos colmillos...parecía un vampiro, y las ropas negras,con una piel blanca y los ojos dorados-

-Debe ser por el viaje-Dijo Fausto III con una sonrisa un poco peculiar, tal vez para tranquilizar a su asustado inquilino.

-Seguramente te afectó lo que nos contaron en el viaje-Dijo su hermana

-¿Y qué les contaron?-Preguntó Yoh

-Muchos cuentos sobre vampiros de esta zona-

-Entonces fue eso-Dijo Horo sonriendo tontamente por el alivio aún sin dejar de apoyarse en la puerta-Pero, ¿cómo fue que se rompió el espejo?

-Hermano ¿¡lo rompiste?!-

-No, se rompió solo-

-Igual, tendrá que pagarlo-Inquirió la rubia bebiendo refinadamente su taza de té. Metió la pata, pues lo delataba la mirada de rabia que le mandaba su querida hermana.

-No hija. Son nuestros invitados así que no nos deben nada-Pilika dejó de mirar a su hermano para poner su habitual sonrisa.

-Vamos Horo, siéntese-Invitó Yoh

Horo aceptó ya más tranquilo y empezaron conversaciones muy interesantes, la política los nuevos inventos, entre otras mientras se comía galletas de todos lo sabores, pasteles y postres dignos de reyes, y Horo se sentía en el paraiso, por así decirlo, ya que su fama de glotón era algo que lo caracterizaba, aún mas que su fuerza. Pero ¿quién era ese que vio? ¿por qué Tamao traía una vela? ¿por qué la tal Jeanne tenía ojos rojos? ¿por qué se rompió el vidrio? ¿por qué no había agua en el grifo? ¿por qué le pareció tan atractivo el vampiro? y sobretodo ¿por qué no pudo ver su reflejo? muchas preguntas para una sola noche, pero para aquella noche habrían más.

Apareció Jeanne con un carrito tan servicial como siempre, llevándose los platillos y las tazas bebidas a la cocina pero antes entregó a Fausto una carta de su amigo Hao Vanhausën, este según la carta leída a los presentes por el dueño de la casa, vendrí de visita dentro de una semana les había hablado mucho de él, pues era un gran doctor de la época tanto en cosas medicinales como en lo superticiosa. Jeanne escuchó todo eso ya que al salir de la sala se quedó un momento oyendo la conversación, una sonrisa apareció en su rostro, sacó de su bolsillo derecho un reloj, idéntico al de Fausto III y dio vuelta sus manecillas para que retrocedieran una y otra vez, luego cerró el reloj y siguió con el carrito que llevaba las tazas a la cocina.

-Usted cree, pero...-Seguían conversando aún después de terminado el té.

-Ahhhhhhhhhhhh....-Un grito de espanto, y casi de auxilio que provenía de la biblioteca los sacó de su amigable estancia.

Todos fueron de inmediato a la biblioteca, corrieron por los pasillos. Esa voz era muy familiar, más bien fue identificada como la de Tamao. Al llegar encontraron a la chcica, no tenía marcas de haber sido atacada, pero tenía la piel pálida, agarraba en sus manos un libro y un trapo para limpiar, tirada en el piso y en un sofá. No tenía sangre alguna en sus ropas, sólo una marca de mordida en su cuello.

Bien, por lo menos actualicé no? (lectores: --) si ya se soy un fracaso, no pasó nada importante, tomen en cuenta que el intro tal vez esté hasta el próximo capi, es que no me gusta hacerlo largos, y la mera verdad es que no se por que ok reviews de crítica, de aliento, de felicitación (aunque de eso dudo mucho que haya) y de sugerencias, ya ven, hasta parece que no tiene nada que ver con las pelis que mencioné o sea "muerto pero feliz" y "entrevista con el vampiro" pero ya se verá, habrán algunas partes. Sayonara gracias por sus reviews, en serio y espero que les guste que ya van a aparecer Hao, Liserg y los encuentros de Len y Horo, ustedes tranquilos.