IX.-LO QUE SOY EN VERDAD
-Es la hora Kary – me dijo Sephir y me volteó a ver - no te vayas a asustar pero tú no eres una temu como todos nosotros-¿perdón?- al parecer pensé no haber captado, había dicho ¿que no soy como ella?
-Ya la escuchaste no eres lo que crees que eres- me dijo Rage con voz áspera y algo temblorosa.
-Pero mi padre era un temu, escuchaba a todos contarme sobre él y de donde nació – al parecer trataba de arreglar todo- y aparte todos me decían que era una gran persona y....
-dime ¿sabes algo de tu mamá?- me preguntó Sephir con las cejas arqueadas.
- Yo... - en mi interior debía de saber algo pero no, no sabía absolutamente nada de mi madre, ni de lo que había hecho incluso quien fue, así que solamente guarde silencio con el alma herida.
- ¿Qué? ¿No hay respuesta? – Me dijo Sephir muy fríamente- así que no me puedes decir absolutamente nada, pero yo si..., tu madre fue una saiyajin
-Al escuchar eso sentía como mi estómago subía y estaba a punto de desmayarme- pero... yo no puedo serlo, eso es ¡¡imposible!!
-Eso es la explicación de cosas anormales sobre ti, como por ejemplo el que tengas mas fuerza que nosotras – explicó Rage
-Para eso había venido la primera vez que me viste, pero me sorprendí mucho de que tú no supieras nada – Me recordó Pan, que ciertamente cuando la vi por primera vez sabía que no había venido por esa tontería de preguntarme cosas absurdas sobre mí.
-Pero ¿una saiyan?- No sabía que hacer en ese momento, sólo tal vez rendirme y ¿admitirlo? - ¿Acaso soy la única?
-No, - Dijo aquel joven que acompañaba a Pan- yo también lo soy
-Y yo – Dijo Pan con tono de orgullo
¿¡QUE!?- me quedé incrédula al escuchar eso - ¿saben lo que su raza le hizo a la nuestra?
-Sabemos que en algún oscuro pasado los saiyans eran malos pero por si no lo sabías en nuestra raza quedan muy pocos y nosotros somos de esos – Dijo Pan tratando de hacerme razonar, pero yo no lo entendía aún me sentía como todos aquellos habitantes de aquél planeta.
- Lo siento, si sirve de algo disculparse por todo lo que nuestra raza haya hecho- comentó Trunks que parecía lamentarlo demasiado.
-Creo que no- Todavía sentía odio, todo lo que habían causado, muertes, dolor y sufrimiento a todos, casi todo quedó destruido solo con ellos - los saiyans son muy despreciados y cualquiera que fuera tiene que...
-Irse –Aclaró Sephir con voz muy golpeada - y tú lo eres – con un tono frío lo mencion
-No es verdad yo no lo soy - ¿Acaso era verdad todo lo que decían sobre mí era cierto?
-¡¡LO ERES ADMÍTELO!! ¡¡ SIEMPRE LO HAS SIDO!! – Trató de hacerme razonar Sephir, que ya desde un punto de vista parecía herida y molesta.
-Pero yo no quiero que te vayas – Me dijo Rage, y sus ojos ya estaban húmedos y en un momento a otro rompería en llanto.
-Pero así tiene que ser- me dijo Sephir y ella también se empezaba a lamentar- lo siento mucho Karin
-no... – En ese momento ya no pude soportarlo mas, al fin unas lágrimas se desprendieron de mis ojos y mis manos me cubrían el rostro, luego me levanté de la mesa y me fui hasta mi habitación.
-Ella no quiere irse, tendrá que quedarse con ustedes, creo que sería lo mejor para ella – Dijo Pan, que ya parecía bastante angustiada.
-Ya conoce la regla tiene que irse y aparte si descubren todos que es una saiyan, entre todos la matarían aquí no les importa nada, ni quien.- dijo Sephir con voz cortante- Pero... por otro lado no quiero que se vaya
-Yo hablaré con ella- Rage se levantó de la mesa y se dirigió al cuarto -Se que te dio un gran golpe. – Escuché a Rage que ya se encontraba en la puerta y se dirigía hacia mí.
-Eso parece- dije con voz temblorosa, todavía no me podía calmar.
-Pero tarde o temprano te enterarías y no sabríamos que hacer pero ahora se nos ha presentado una oportunidad con ellos – Dijo Rage tratándome de consolar.
-¿¿¡¡Ellos!!?? Son unos asesinos... - Le aclaré, todavía seguía ardiendo por lo que aquella raza había hecho hace años.
-No es verdad, nosotros también matamos a muchos de ellos y ellos no están enojados- me dijo para que me calmara- y aparte ellos son buenas personas – me dijo mientras limpiaba mis lagrimas con un pañuelo.
-Creo... - medité sobre los visitantes, que era cierto, ellos no habían venido para hacer ninguna clase de escándalo, sino para decirme la verdad - que no tengo otra salida ¿verdad?
-Así es, oye, aunque ya no nos vamos a ver porque si te veo me matan... ejeje – fingiendo una risa- quería decirte que te quiero mucho y que te voy a extrañar demasiado así que esto es un adiós...- Sus ojos se volvieron a humedecer, ella tomó el pañuelo y limpió sus ojos.
-Eso parece... una despedida... ¿pero que hago ahora?... – Le pregunte confundida.
-Afrontarlo y talvez...- volteando a ver toda la habitación- empacar
-Si tienes razón- Me levanté de mi cama, fui a buscar una gran maleta azul, y empecé a guardad todas las cosas que tenía en aquella habitación, claro como siempre Rage ayudándome a guardar.
-¿Podría conservar eso?- me preguntó señalándome un pequeño oso café con un parche en la cabeza.
-Claro- Se lo di, y ella lo tomó y lo vio con ternura.
Después de un tiempo terminamos de empacar todas mis cosas, ya no quedaba nada, luego Rage y Yo bajamos, para que al fin me pudiera ir con ellos.
-Entonces, ¿si vienes? – Preguntó Pan que parecía asombrada.
-si- afirmé con voz firme
-Te quiero mucho y te voy a extrañar demasiado, verás que lo que hice no es para hacerte infeliz, si no es para que mejores en todo – Me dijo Sephir que parecía herida.
-Yo igual, te extrañaré demasiado, Kary... - dijo Rage con voz cortada y muy temblorosa hechicero
Todos salimos de la casa en forma de castillo, luego me volvía hacia Sephir y a Rage dándoles lo que sería el último abrazo, luego me fui con los demás y llegamos a mitad de lo que es Ritzuko.
-¿Y ahora que?- les pregunt
-Tenemos que ir a una casa- Me indicó Pan que al parecer estaba buscando una dirección
-Si es un poco lejos de aquí- Me dijo Trunks, luego caminamos hasta llegar a una casa de madera y algo rústica y luego, luego la reconocí.
-Esta es la casa de Rober el siempre sale- Les indiqu
-Ya me di cuenta- dijo Pan entrando a la casa
-Pero es malo que entremos sin permiso- le dije con nerviosismo
-Aja – me expresó mientras tomaba mi muñeca y me metía a la casa de mi amigo, luego nos dirigimos a su desván y ahí encontramos una máquina muy extraña que nos teletransportó...
Continuará....
