Clases para Amar

Lección 6.-

Por fin, la Ansiada Cita (Parte Prima)

Ryoga caminaba una tarde fría de diciembre. 23 de Diciembre, para ser exacto. Y seria probablemente una fecha que recordaría el resto de su vida. La nieve caía, y tenía frío, su paraguas empezaba a incomodarle, pero sin embargo, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Hoy, a las 4 de la tarde, después de que Akane saliera del colegio, Ryoga le pidió la cita que tanto esperaba. Para sorpresa de él, Akane no lo pensó mucho, y sonriendo, le dio la contestación. Y dentro de él, sabía que estaría alegre, cual sea que fuera la respuesta.

- Bueno y ¿que tal? - Se oyó una voz. Ryoga vio a Mousse, sentado en un banco, mientras se rascaba la cabeza. Ryoga se sentó al lado de él, y dejo el paraguas abierto en el centro, para que los dos se refugiaran.

- Pues... Se lo pedí... - Respondió Ryoga

- ¿A quién? -

- A Akane, hombre ¿A quien si no? -

- A Ukyo... - respondió el chico de gafas, Ryoga se enfado.

- Últimamente vas muy directo al grano. Ya habíamos hablado de eso ¿no? -

- Es... Es que me resulta sorprendente tu manera de actuar. No entiendo el porqué, si no estas seguro de la chica que te gusta, has decidido dar el paso -

- Digamos, que la discusión de ayer, me abrió los ojos. Yo vine para pedirle una cita a Akane, y Ukyo se ha esforzado por eso. Creo que, lo más conveniente, es que lo haga, dado que ese era el motivo de todo esto -

- ¿Aun si os hacéis daño mutuamente? -

- No va a pasar eso... -

- Parece que lo tienes todo controlado, pero sabemos que no es verdad. Puedes decir lo que quieras, pero tu cita con Akane solo se da por el hecho de que te has enfadado con Ranma. Sabemos muy bien, tu y yo, que no deberías haberlo hecho. Por lo menos, no tan pronto... -

- Lo hecho, hecho esta - respondió Ryoga, a la acusación de Mousse. Para el le había sido muy difícil a petición, como para ahora sentirse desgraciado por lo que su amigo le decía.

Akane volvía a casa con una sonrisa. Puede que ayer no supiera bien lo que hacer, pero unas horas de meditación, le hicieron bien, y creía que aceptar la proposición de cita de Ryoga, era lo mejor.

- Vienes muy contenta ¿no? - preguntó Ranma, que había salido del patio del Dojo Tendo. Se veía que nada más llegar, se había puesto a entrenar.

- ¿Hay algún motivo por el que no deba de estarlo? - preguntó Akane, algo coqueta.

- La pregunta es si tienes algún motivo para estarlo - Ranma se rascó la cabeza, y se subió sobre la casa de pájaros que había en el patio. Le gustaba subirse ahí, pero nunca tuvo claro el porqué.

- Pues sí, tengo mis motivos ¿Acaso te interesa saberlos? -

- Aunque no te lo creas, ya me los imagino... - Ranma alzó una ceja, y miro a su prometida - Pero a diferencia de ti, prefiero cerciorarse de que mis conclusiones son las correctas, antes de plantar un veredicto - Los dos chicos se quedaron en silencio. Akane sabía que Ranma le pedía que le digiera que va a salir con Ryoga, y dadas las circunstancias, y su plan trazado, era necesario que lo supiera. Suspiró y se giro para dejar de mirar a Ranma.

- Ryoga me pidió una cita, para esta tarde -

- Vaya, ¿no te resulto bastante incomodo decirle que no? -

- ¿Quien te ha dicho que le dije que no? - pregunto Akane, aún con su sonrisa traviesa. Ranma se quedo un momento asombrado, pero después se enojó de inmediato.

- ¡Como se te ocurre hacer eso! -

- ¡¿Por qué no debería de hacerlo?! - Grito Akane, ya más enfadad. Ranma se quedo callado ante la pregunta - Dime, ¿porque debería de haberle dicho que no? - repitió Akane. Ranma no conseguía pensar en una respuesta acertada, así que decidió huir por el momento.

- Bah, has lo que quieras... -

- Oh, ¿Estas celoso? Si solo es una cita hombre... - Dijo Akane, riéndose y golpeándolo en la espalda.

- ¡Déjame en paz! - grito Ranma, antes de marcharse al Dojo. Akane aun sonreía de oreja a oreja.

- Perfecto... - dijo la chica, antes emprender la marcha a la cocina.

Ryoga se arreglaba algo apresurado en su habitación. Por fin había llegado el momento, pero increíblemente no estaba muy nervioso.

- "Ya lo estaré cuando la vaya a buscar..." - se dijo a si mismo. La verdad es que todavía le parecía increíble que Akane hubiera aceptado sin poner algo de resistencia. Incluso, se sorprendía de su propia manera de pedírselo. Fue increíblemente directo. Le pido salir solos, a donde ella quisiera. Algo como lo que había usado con Ukyo, pero más nervioso y temblando.

- Te ves bastante bien... - Ukyo estaba mirando a Ryoga desde la puerta. Ryoga se lea quedo mirando un momento - Oh, lo siento - dijo la chica mientras daba unos golpes a la puerta - ¿Se puede? -

- No creo que tenga sentido hacer eso ahora... - sonrío Ryoga, Ukyo también sonrió.

- Bueno, creo que vas a impresionar. No te vayas con la primera chica que te tire los tejos ¿eh? -

- ¿Por quien me tomas? - respondió Ryoga. Ukyo observó al chico. Por una vez, se había quitado su habitual ropa, y había dejado paso a unos vaqueros, y un jersey amarillo. La bandana se había quedado en su sito, pero aun así estaba bastante presentable.

- Ojalá te hubieras vestido así para nuestras prácticas... -

- Vamos, si fuiste tu quien me pidió ir con kimono... -

- Es verdad - dijo Ukyo finalmente. Los dos si quedaron mirando un rato, mientras sus rostros se volvían poco a poco más rojos. Algo en ellos le hacía sentirse nerviosos, pero también había algo que le impedía romper el momento.

- Oye Ukyo... -

- ¿Qué? -

- Yo quisiera... Quisiera decirte una cosa... -

- Pues... Dímela - respondió Ukyo. Ryoga estaba bastante nervioso, y se lo contagiaba a Ukyo. Dentro de ellos, los dos esperaban una frase, pero Ryoga al final se echó para atrás.

- Quería... Agradecerte todo lo que has hecho por mi estos días. No lo olvidaré... Cuando tengas un problema no dudes en avisarme - Ukyo se quedo callada un momento al oír a su amigo, pero al final sonrío.

- No pasa nada, aunque te tomare la palabra... - Ukyo le lisó una arruga del jersey a Ryoga, y le colocó la bandana.

- Parecéis marido y mujer... - Dijo Yukino, que había entrado a la habitación. Ukyo y Ryoga se separaron rápidamente.

- Yuki-chan, no tendrías que subir... - le dijo Ryoga.

- Es verdad... Nadie te ha dado permiso... - continuó Ukyo.

- Cállate bruja, da gracias a que llegue yo a cerrar la puerta, que si no cualquiera entra y roba cualquier cosa - se quejó la chica. Ryoga, tomó su abrigo, y de dirigió a la puerta.

- Bueno, yo ya me voy... - Dijo antes de empezar a bajar las escaleras. Las dos chicas dijeron adiós a la vez, mientras veían como Ryoga se marchaba. Yukino no tardó ni un momento en saltar sobre la cabeza de Ukyo y agarrarle el lazo.

- Hay va tu enamorado con otra... Si esperabas el momento para pedirle que se quedara, pues era ese... - dijo Yukino, mientras le desataba el lazo.

- Y tu que vas a saber de esto... -

- Por lo menos no ayudo al chico que me gusta a ligar con otras, no soy tan estúpida ¡Ja ja ja ja! - rió Yukino mientras, lazo en mano, corría hacia el restaurante, perseguida por Ukyo.

Akane, se probaba cada uno de los tres conjuntos que había seleccionado. Llevaba unos 15 minutos en esa contienda denominada "elección de ropa", cuando se decidió por la primera opción. Una falda y un jersey, aunque llevaría medias, dado el frío que hacia. Pero ese tiempo que había pasado en su habitación, noto perfectamente la mirada de su prometido, que observaba por la ventana. Por eso siempre tuvo cuidado de no desvestirse delante de él. Puede que acostumbradamente, ese acto de espionaje fuera recompensada por un mazazo, pero hoy era diferente. Hoy sería ella la que tuviera todo planeado. Estuvo pensando toda la tarde en lo que haría. Tenía que tener en cuenta la petición de Ukyo, el hecho de que Ranma planease pedirle también una cita, y como no, los sentimientos de Ryoga. Puede que se arriesgara un poco, pero dentro de ella, algo le decía que todo saldría bien, y que ayudaría mucho a sus amigos, tanto como a si misma.

- Akane, Ryoga esta abajo... -

- De acuerdo Kasumi - Respondió Akane, mientras notaba que Ranma dejaba su lugar y se iba. Akane se vistió rápidamente y bajó. Allí le espera Ryoga, en la puerta. Estaba bastante bien vestido.

- Yo estoy lista... ¿nos vamos? - pregunto Akane. Ryoga asintió con la cabeza, y los dos se encaminaron.

Ranma estaba siguiendo a la pareja desde que salieron. Aunque lo bastante lejos como para que no se percatasen. Le saca de los nervios que Akane aceptara la cita. Tanto decía que esperaba su cita con él, y sin embargo, se va con el primero que se la pide. Era muy desagradable cuando se lo proponía, y esto no ira a quedar impune. Haría todo lo posible para que saliera mal.

- Perdona muchacho... - so oyó detrás de él. Ranma se dio la vuelta, para ver a un hombre de pelo negro y barba. Tendría la misma edad que su padre.

- Lo siento... No tengo tiempo... -

- No digas eso... Necesito que me dirijas a una sitio... Estoy buscando a una persona... -

- ¡Ya le he dicho que no tengo tiempo! - gritó Ranma, pero el hombre le agarró del brazo, y lo dirigió a su lado, mientras le enseñaba un mapa.

- Este es el mapa que tengo. No se si esta bien hecho, porque es según las indicaciones de mucha gente... -

- Pero... ¡Si esto parece un laberinto! ¡Ni siquiera se donde estamos! -

- Bueno... En un rato nos localizaremos... - dijo el hombre, mientras tirando de Ranma. Este, desesperado veía como Akane y Ryoga se perdían de vista. Sin embargo, después de un rato, Ranma calló en la cuenta de que ese hombre le era familiar.

Ryoga y Akane caminaba mirando tiendas por la zona comercial. Akane reía al ver la cantidad de cosas que habían, mientras Ryoga le sonreía cada vez que ella le miraba para enseñarle algo. Ryoga también miraba varias cosas. Estaba acostumbrado a mirar souvenirs de los lugares que visitaba, y nunca se había percatado de las cosas que a Akane realmente le interesaban. Ni en ella ni en nadie. Si tuviera que regalar algo a alguien, a cualquier persona que conocía en Nerima, probablemente no sabría que hacer.

- Mira Ryoga... - dijo Akane, enseñándole un kimono a Ryoga - ¿Es bonito verdad? -

- Si... - dijo Ryoga instintivamente. Mirándolo un poco, ese kimono le recordó una cosa - Vaya, si es el kimono de Ukyo... -

- ¿Ukyo? -

- Si, Ukyo tiene uno igual... Una vez se lo puso, pero no se arreglo el pelo, y discutimos bastante por eso -

- Porque no se arreglo el pelo -

- Más bien porque ella me obligaba a arreglarme a mí, y yo contraataque con el hecho que ella no lo hacia... ¿Que tontería no? -

- No tanto... - Sonrió Akane. Para ella todo iba según lo planeado, y no le molesto en lo más mínimo la comparación.

Ukyo, estaba sentada encima del tejado, done Ryoga solía ir. En parte, sentía que si lo hacía, estaría cerca de él. Pero el frío, y saber que estaba con Akane en ves de con ella, le produjo el efecto contrario.

- Que paso Ryog... ¡Ah! eras tú - dijo Mousse, que se acercaba por los tejados. Al ponerse las gafas, se dio cuenta de que no estaba delante del chico cerdo, sino de su jefa, Ukyo.

- ¿Que haces aquí Mousse? -

- Pues... Venia a observar la situación... -

- ¿La situación? -

- Digamos que todavía tenía la esperanza de que Ryoga no hubiera cancelado la cita - Sonrió Mousse, mientras se sentaba al lado de Ukyo. Esta por su parte, negó con la cabeza.

- Era lo que él quería... Tener una cita con Akane. Me alegro mucho por él - respondió Ukyo. Mousse la miró un momento y suspiró.

- Ryoga es tonto, pero tu no te quedas corta. ¿No crees que es bastante exagerado asegurar lo que quiere cada uno? Ninguno de los dos sabéis lo que deseáis, y aun así, decís lo que quiere el otro -

- ¿A que viene eso? -

- Los dos estáis bastante inseguros, se os ve en la cara. Pero lo estáis porque no sabéis lo que piensa el otro. Por eso tenéis miedo. Y si seguís así, no llegareis a ningún lado... - Dijo Mousse, en un alarde de madures. Pero cuando quiso darse cuentas, Ukyo le miraba con cara entusiasmada.

- Entonces ¡¿Te ha dicho que le gusto?! ¡¿Que más te a dicho?! -

- Solo oyes lo que quieres oír... - Suspiró Mousse - Además, se supone que eso ya lo sabias ¿no? Lo averiguaste el primer día de clases... -

- ¡¿Se preocupa por lo que pienso yo de él?! ¡¿Que es lo que más le gusta de mí?! -

- ¡Ah! ¡No sé! ¡Pero esta situación es culpa tuya! ¡¿Como quieres que reaccione el chico si prácticamente se ha confesado a ti, y ni siquiera sabe lo que piensas tu de él?! - La afirmación de Mousse, hizo callar a Ukyo. En parte tenía razón (NdA: ¿Solo en parte?). Lo único que estaba haciendo ella hasta ahora, es esperar una decisión de Ryoga. Le había rogado a Akane que lo rechazara, pero nos e había planteado el declararse ella. Ni siquiera le había dicho claramente que le gustaba. Solo de vez en cuando le mandaba indirectas, que probablemente solo confundiera más a Ryoga. Por muy cerca que estuvieran de darse un beso, ese tema no lo volvieron a sacar más.

- ¡Es culpa suya por no saber captar las indirectas! - respondió Ukyo, atosigada por sus propios pensamientos.

- ¿Indirectas? ¡Tu no lanza indirectas; tu lanzas son saques de puerta, por lo menos! - Mousse, se tranquilizó un poco - Ryoga es un chico muy inocente, y no entenderá nada hasta que se lo digas claramente. Además, tiene una tendencia pesimista, que le hace pensar lo peor en cada caso. Por ello, necesita a alguien que le hable claramente y sin tapujos, y que sepa sacar una idea positiva de esa cabeza dura que tiene... -

- Oye, no te metas con Ryochan... - Dijo, Ukyo, algo enfadada.

- Vez a eso es lo que me refiero. Tu lo llamas Ryochan ¿no? - Ukyo asintió a esto - Pero ¿Te ha llamado él alguna vez Uchan?.

- Pues... No -

- Lo ves, tu vas a tu ritmo, eso hará pensar a Ryoga que lo estas dejando atrás, y quedará más confundido que antes. En el amor, lo mejor es que los dos vayan de la mano... Intentando seguir el ritmo del otro. Y ahora mismo, Ryoga se encuentra solo en medio de un camino, acercándose a ti mientras se aleja de Akane. ¿Que crees que hará si ve que tu también caminas, y te alejas poco a poco de él? -

- ¿Que... Que haría? - preguntó temerosa Ukyo. Mousse sonrió.

- No lo sé, eso solo lo sabe Ryoga. Puede incluso, que ni el mismo lo sepa... - respondió el chico.

Ryoga y Akane estaban cenando en un restaurante de la ciudad. No era gran cosa, pero era muy acogedor. Akane solía reírse de lo que Ryoga decía, y los dos hablan de cosas triviales.

- También en Europa, comen las hamburguesas del revés. - señaló Ryoga, contando uno de sus innumerables viajes mientras comían. Hablaba bastante serio.

- ¿Del revés? -

- Sí. Según esta en el plato, la agarras poniendo los pulgares en la parte superior, y al comértela, enderezas la mano, dándole la vuelta -

- ¿Y porque hacen eso? -

- Dicen los médicos que es mejor así, para digerir los alimentos -

- Pero en las publicidades del restaurante Mc Donal, la gente como las hamburguesas con la pare de los granos de cebada hacia arriba -

- Eso es porque las publicidades son americanas, o japonesas. Además, en Europa, en los anuncios de comida pocas veces se ve a alguien comiendo. Son más rebuscadas. Además no suelen poner frases en las publicidades, excepto un logo o una cortita. Para ellos vale más la imagen que la palabra. -

- Entonces la gracia de la publicidad es lo que se ve en la fotografía... -

- Exacto... Justo hace unos días, Ukyo quería empezar a poner propaganda del restaurante por el barrio. Pero ella quería poner un simple cartel con le nombre del Uchan's y algo que llamase la atención, como "el lugar más barato" y esas cosas...- Dijo Ryoga, cambiando de tema nuevamente. Akane sonrió.

- ¿Y que decidió al final? - Ante la pregunta, Ryoga sonrió.

- Yo le sugerí poner una foto, pero ella se negaba en rotundo. Así que nos pusimos a discutir una media hora, y al final, se le fueron las ganas de poner publicidad -

- Je je, Ukyo es bastante testaruda cuando quiere (NdA: Ya ves tu quien fue a hablar...) -

- Ya ves... - Terminó Ryoga, mientras seguía comiendo. Akane también se puso en ello y el silencio apareció entre ellos. Ryoga llevaba pensando varias horas el hecho de declararse a Akane. Ya que había conseguido llegara hasta aquí, lo mínimo que podía hacer es decírselo. Ni si quiera habría falta una respuesta, con decírselo ya seria el chico más feliz del mundo. Se quitaría un gran peso de encima. Y obviamente, esta era su oportunidad más clara.

- Esto... Akane... Yo, quisiera decirte una cosa... -

- Dime... -

- Hace mucho tiempo... Que tu... -

- ¿Que yo...? -

- Me... Nada... ¿Quieres un café? - Dijo Ryoga, rascándose la cabeza mientras reía. Akane se sorprendió por la respuesta, ya que sabia muy bien lo que el pretendía decir. Y necesitaba que lo digiera para concluir la cita.

- ¿Seguro que eso es lo que me querías preguntar? - cuestiono Akane. Ryoga dio un suspiro he intentó sacar fuerzas de donde pudo.

- Pues en verdad... Yo quería que supieras... -

- ¿El que? -

- Pues que... Me gustan mucho los fideos del Nekohanten - Ante la respuesta, Akane se quedo de piedra.

- ¿En serio? - preguntó la chica.-

- En.. En realidad no... - respondió Ryoga colorado. Akane empezaba a perder los nervios.

- ¡Dilo de una vez entonces, Ryoga! - grito la Tendo. Ryoga finalmente reacciono ante el grito.

- ¡Quiero que sepas que estoy enamorado de ti desde hace tiempo...! - dijo, bastante rápido. Aunque sabía que lo iba a decir, realmente le sorprendió la declaración. Al fin y al cabo, era el primer chico que se lo decía claramente.

- "Bueno... Ranma también lo dijo una vez..." - pensó para si Akane.

- ¿Y bien...? - La pregunta de Ryoga versión rojo, hizo que Akane dejara de pensar para si misma, y atendiera la situación. Inexplicablemente para Ryoga, ella sonrió.

- Realmente me halagas mucho Ryoga, pero quisiera que me escucharas antes de proseguir - Ryoga dejo su sonrojo y atendió a las palabras de Akane - Puede que yo te guste, pero ¿estas seguro de que estas enamorado de mí? -

- Bueno... Yo... -

- ¿Te has dado cuenta de que en todas las conversaciones que tenemos, siempre terminas hablando de Ukyo? Por muy desconectadas que estén, siempre las finalizas con Ukyo de protagonista... - Ryoga palideció ante esto, dado que era totalmente verdad. Desde que fue a recoger a Akane a su casa, hasta ahora, Ukyo era un tema bastante tocado por él. Ryoga meditó ante esto, con lo que Akane sonrió y siguió.

- Además, siempre que hablas de otras cosas, tu cara es seria; pero cuando tratas un tema relacionado con Ukyo, siempre sonríes de una forma casi instintiva... - Akane, vio como Ryoga cambiaba de meditar, a asentir. Parecía que estaba aceptando la verdad que ella le sugería. - Tu también me gustas Ryoga. Y mucho más cuando sonríes. Pero esas sonrisas no van dirigidas a mí, y lo sabes muy dentro de tu corazón. Puede que yo también te guste, como muchas otras chicas... - Akane tomo un suspiro y espero a que Ryoga la mirara a los ojos - ...Pero... no te engañes Ryoga... tu estas enamorado de Ukyo -

Ryoga caminaba con las manos en los bolsillos. Como había dejado de nevar, pues no tenía necesidad de sujetar su paraguas. Eran las doce de la noche. Había estado pensado varias horas en lo que Akane le dijo, pensando en la razón que sus palabras podrían llevar. Quizás, dentro de sí, sabía que tenía razón, que todos la tenían, pero solo Akane fue capaz de hacerlo reaccionar. Su forma tan directa de decirlo, su sonrisa y su sinceridad de buena amiga, fue algo que le negó el hecho de replicarla. ¿Porque no quiso creer las advertencias de los otros? Puede que Ukyo tuviera razón, y tenía a Akane idolatrada, de tal manera, que solo si ella le explicaba lo que pasaba, él caería en razón.

- Bueno y ¿que tal? - Se oyó una voz. Sin darse cuenta, ya había llegado al Uchan's. Ukyo lo miraba de la ventana, con lo que Ryoga tuvo que alzar el rostro para verla. Estaba en kimono, lista para dormir. Aún así, estaba extrañamente acicalada y arreglada. Pareciera que fuera a salir. Puede que por eso, Ryoga, más que verla la admiraba.

- Pues... Bien - Contestó Ryoga, mientras empezaba a nevar nuevamente. Ukyo, sorprendida por la contestación, miraba como Ryoga sonreía bajo los copos de nieve.

- ¿Bien?... - Preguntó de nuevo.

- Si... -

- ¿Te llegaste a declarar? - Pregunto la chica, con la esperanza de que esa "buena cita" se debiera que Akane no tuvo tiempo para rechazarlo.

- Se podría decir que sí... - Respondió Ryoga.

- ¿Y? ¿Todo bien? -

- Sí... - Respondió finalmente el chico. Ukyo estaba sorprendidísima ante la declaración del chico, y este, esperaba que Ukyo le preguntara la respuesta de Akane. Pero esa pregunta no se llevo a cabo. Ukyo, haciendo un esfuerzo, cerró los ojos, impidiendo salir las lágrimas, y sonrió.

- Me alegro... - Dijo, mientras cerraba la ventana y tiraba la llave de la entrada a Ryoga. Ryoga veía como la llave caía y se hundía un poco en la nieve.- "¿Me alegro?" - se preguntó el chico. ¿Eso era todo lo que tenía que decir?. Algo en su interior se rompió, emergiendo una idea de ella.

- Se le ve muy contenta... - Susurró. Y en ese instante le vino a su cabeza montones de consecuencia a causa lo que paso hoy. El se marcharía, Akane sería oficialmente libre para salir con quien quisiera, y Ranma también. ¿Ukyo se alegra por eso? Quizás Akane tenía razón, y el estuviera enamorado de Ukyo, pero Mousse no la tenía. Ukyo no estaba enamorada de él.

En la habitación, Ukyo lloraba en la cama. Lloró un buen rato, igual que cuando ayer le había suplicado a Akane que no aceptara la declaración de Ryoga. ¿Por qué? ¿Por qué también Ryoga? ¿Porque no conseguía ella ser feliz? Se sentía en la necesidad de odiar a alguien, y en ese momento, por todo lo que había pasado, solo podía odiar a una única persona. Tomó su espátula, y se levantó de la cama, de un salto. Se vistió, rápidamente y abrió la ventana.

- Akane Tendo... ¡Te juro que me las pagarás todas juntas! - gritó, antes de saltar hacia la calle, aunque no se dio cuenta, que la lleve seguía en el sitio donde calló.

Fin del capítulo 6

[Terminado a las 01:34 de la noche, horario de Greenwich]

[Cigarros en el cenicero: 3]

[Tazas de Café servidos: 0 (increíble)]

[Conversación telefónica:

- ¿Sabes que estoy escribiendo un fic de Ranma?

- ¿De Ranma?

- Si trata sobre un chico que recibe clases de parte de una chica, para enamorar a otra chica. Pero resulta que el chico se enamora también de la que le da clase, y tiene un royo mental de cual de las dos elegir. Eso sin contar de que hay otro chico, enamorado de la chica por las cuales el primer chico recibe clases, y que se niega a aceptarlo, y... -

- ¿Se niega a aceptar que recibe clase de ella? -

- No hombre, esta enamorado de la misma chica que esta enamorado el chico que recibe clases -

- Pero no era que ese estaba enamorado de dos -

- De la primera... Mira, ¿sabes qué?, déjalo. ¿Para que te llamaba yo? -

- Llamas a Pizza Domino's -

- ¿En serio? Pues mándame una con queso, tomate, jamón, champiñones, no con queso no, que me sienta mal. El tomate me lo cortas en rodajas, ¿Sabes que si vas por la carretera a 80 km. por hora y...?]

NdA: Sorani sobieru kurogane no shiro. Super robot Mazinguer Z! Waa!, que friki soy. En el próximo pongo la canción de Gatchaman :P. Bueno Akane y Ryoga por fin tuvieron una cita. Curiosamente son los dos únicos personajes que no han hablado directamente en el fic, sin embargo, de sus conversaciones los dos aprendieron cosas, y aclararon otras. A veces, la persona menos pensada es la que te da la mejor lección ¿no? Pero esto no acaba aquí. ¿Que hará ahora Ryoga? ¿Y Ukyo?

Bueno hasta la próxima! Seguid mandando reviews! O mandadme un e-mail!

H.Battosai.