Clases para Amar

Lección 7.-

Por fin, la Ansiada Cita (Parte Seconda)

Ranma corría después de deshacerse del señor que le pedía desesperadamente que le ayudara. Todavía tenía la esperanza de que Akane siguiera con Ryoga, y este no hubiera intentado nada. Pero también quería que la cita hubiera acabado, sin que nada más que una salida de amigos hubiera sucedido (NdA: Joder, si es una continuación directa del capítulo anterior, parece mentira...). Puede que estuviera confuso de lo que quería, pero lo de lo que estaba seguro, es de que tenía que darse prisa. No debía llegar tarde, y es que, desde que Ryoga decidió ir a por Akane, esto se había convertido en un carrera contrarreloj por el corazón de Akane.

- Ranma... - Una voz le detuvo. Ranma se dio la vuelta sin dejar sus prisas, hasta que la divisó. Akane estaba con su vestido, debajo de un árbol. Probablemente se estuviera cubriendo de la nevada anterior. Pero eso no dejo de sorprender a Ranma - ¿A donde vas tan apurado? -

- Esto... Yo... - Akane se acercó al chico, y le tomó del brazo.

- Da igual... Vámonos a casa, no son horas para estar rondando por ahí - dijo, y los pos emprendieron la marcha. Akane estaba algo afligida. Su plan era el averiguar los sentimientos de Ryoga, y consenciarlo de que no estaba enamorado de ella. Y de paso dar algo de celos a Ranma. Pero ahora se sentía algo mal. Le estuvo dando consejo a su amigo sin ni siquiera saber lo que ella propiamente sentía. No sabia lo que es estar enamorada, sin embargo, juró que Ryoga lo estaba de Ukyo. ¿Era eso hipocresía?

- Akane... - Ranma tomó la iniciativa de la conversación - ¿Te pasa algo?

- No, no es nada - respondió la chica.

- ¿Te ha hecho algo ese cerdo? -

- ¿Como se te ocurre pensar eso? Ryoga siempre ha sido muy amable -

- Entonces no veo sentido a que estés triste - aseguró Ranma. Él también, en el fondo, sabía que Ryoga no le haría nada a su querida Akane. Pero no entendía lo triste que estaba, sin motivo aparente.

- Ranma, ¿tu crees que estaría bien... - empezó Akane - ... Aconsejar a alguien sobre un tema que tu desconoces totalmente? Me refiero, ¿Tu que pensarías si yo empezara a explicar a la gente lo que se siente al tener una maldición como la tuya sin tenerla? -

- ¿Ryoga te confeso sobre su maldición? -

- ¿Que maldición? -

- Nada nada, fue un lapsus mental... - rió Ranma. Por poco complicaba más las cosas de lo que estaban, y eso seria un desastroso tanto para Ryoga como para él - ...Lo importante, son tus intenciones. Si son buenas, no pasará nada. Si es erróneo el consejo , el mismo se dará cuenta. Y si es acertado, también. Lo importante, es que le des apoyo a las personas que lo necesitan. No obstante - Ranma le dio un coscorrón a Akane - no vuelvas a aconsejar de temas que no te conciernen, ¿ok? - Le dijo Ranma a Akane. Akane le sacó la lengua.

- Estúpido, ya he aprendido la lección... - Dijo Akane. De repente, Ranma sintió que Akane apretaba más su brazo - Me gustaría que Ryoga y Ukyo fueran felices... -

- ¿A que viene eso? -

- A nada... Simplemente, es algo que me gustaría - Dijo Akane, mientras veían como su casa se alzaba a la vista.

Ryoga caminaba por las calles de Nerima, con la misma posición que había salido del Uchan's, con las manos en los bolsillos. Ya no sabía que pensar. De acuerdo de que el pudiera estar enamorado de Ukyo. Pero de que servía si Ukyo no lo estaba. Estaría en la misma posición que con Akane. O puede que peor, dado que vivía con Ukyo. Quizás lo mejor en ese momento era marcharse. Todo el esfuerzo para declarase a una chica no había servido para nada, y estaba en las mismas.

- No estarás pensando en ahuecar el ala ¿verdad? - Mousse apareció y calló encima de Ryoga, al igual que hacia Ranma continuamente. Ryoga se zafo de él, y empezaron a pelear, hasta que se relajaron.

- ¡No hagas eso! - gritó Ryoga.

- No grites, que los vecinos se quejarán... - advirtió Mousse haciéndole callar. Los dos se silenciaron un momento.

- ¿Que quieres a esta hora? - pregunto Ryoga.

- Solo paseaba... -

- Te vas a constipar... -

- Voy bien abrigado -

- Eso no es excusa - Finalizo Ryoga. Sentía que necesitaba conversar un poco, y dejar de pensar.

- ¿Y bien? No me has respondido a mi pregunta - Continuó Mousse.

- ¿Cual? -

- Si piensas en abandonar Nerima - acusó Mousse.

- Bueno... No puedo decir que no lo he pensado -

- Mira, no se que es lo que paso en la cita con Akane... - Empezó a explicar Mousse - Pero no creo que sea la solución huir. Sea quien sea la persona que quieres, no es nuestro estilo abandonar a la primera de cambio ¿no? Todos estamos aquí por ese motivo, porque no nos rendimos tan fácilmente -

- Lo dices muy fácil, pero no lo es, dadas las nuevas circunstancias... -

- Eso quiere decir que algo ha cambiado ¿eh?... - Mousse le dio un par de golpes en la espalda - En cualquier caso, ya lo hablaremos en otro momento, tengo algo de prisa -

- ¿Pasa algo? - pregunto Ryoga, mientras veía a su amigo marchar.

- Mas o menos lo mismo que a ti... - respondió Mousse, antes de desaparecer por los tejados.

Ukyo corría por las nevadas calles de Nerima, rumbo al Dojo Tendo. Ya estaba más que harta. Harta de que Akane siempre se lleve los triunfos de las cosas. Y esa furia no le hacía pensar ni en el frío, ni en el ruido que hacia, ni en las quejas de los vecinos lanzándole material de cocina. Solo pensaba en la venganza contra Akane. Era ella la culpable de todo. De todo el sufrimiento que tenía. Y por ello, no le importaba que todo el vecindario si despertara para saberlo.

- ¡Sal de una vez Tendo, te reto a una pelea! - grito, nada más llegar a la puerta del Dojo. Venía jadeando por la carrera, y el humo caliente salía por su boca, muestra de la temperatura que hacía. De repente, la puerta se abrió.

- Soy.. Ranma Saotome, el encargado de responder los retos en... - Ranma salía bostezando, y quitándose las legañas de los ojos. Aún estaba con pijama, y con una manta, para protegerse del frío - ¿Uchan?... ¿que haces aquí? -

- ¡A ti no! ¡Quiero pelear con Akane! - respondió Ukyo, alzando su espátula. Ranma asintió con la cabeza, y se volvió a meter en el Dojo. Subió despacio, sin hacer ruido, y medio sonámbulo, al piso de arriba, y toco la puerta de Akane. Al ver que no respondía, abrió la puerta, y encendió la luz. Allí estaba Akane, despatarrada en la cama. Ranma se acercó, y la toco en el hombro, moviéndola un poco, intentando que se despertara.

- Akane... Ukyo viene a jugar contigo... - dijo, todavía medio dormido. Akane se volteó en sueños, mientras Ranma seguía agitándola.

- Akane... - repetía el chico. Pero un brazo lo agarró de sopetón, echándole a la cama con Akane. La chica le había agarrado del cuello por sorpresa, y los dos ahora se encontraban en una posición bastante comprometida. Ranma no sabia donde apoyarse sin tocar a Akane, y esta parecía dormir como un lirón. Difícilmente, se consiguió librar del abrazo, algo alterado. Pero cuando iba a sacarse el brazo derecho de Akane de encima, esta volvió a abrazarlo y a apretarlo contra su pecho. La cabeza de Ranma daba algo de vueltas, y el perfume de Akane le embriagaba.

- Ranma... - Susurró Akane en sueños, y esto hizo que Ranma diera un salto, cayendo al suelo, y haciendo que Akane se despertara de golpe. Esta se limpio un poco los ojos, y miró al chico.

- ¿Que haces aquí Ranma? - Le preguntó. Ranma respiraba nerviosamente, pero al ver que Akane no parecía atentar contra su bienestar físico, empezó a relajarse.

- Esto... Ha venido alguien a hablar contigo... -

- ¿Alguien? -

- ¡Baja de una vez Akane! - Se oyó afuera, Akane se asomó y vio a Ukyo esperando mientras movía el pie derecho dando golpecitos contra el suelo.

- Bueno yo me encargo de esto... Tu puedes irte a dormir Ranma... - dijo Akane, agarrando la manta de su cama y poniéndosela de abrigo.

- No... Si ya me he desvelado - dijo Ranma mientras veía a Akane marchar.

Ukyo esperaba en la el jardín de los Tendo. Calentaba los puños y pegaba brinquitos, esperando la lucha. No podía aguantarse más, y estaba segura de su victoria.

- ¿Que pasa Ukyo? - pregunto Akane saliendo al jardín.

- ¿Que haces aquí? ¿Pasa algo?, ¿para que lo preguntas si es obvio? Me las pagarás Akane Tendo. ¡Sufrirás en tus carnes la furia de una chica enamorada! -

- Hablas como Kodachi... - Akane seguía algo dormida, a pesar del aura de Ukyo.

- Me... ¡Me da igual! - gritó Ukyo mientras lanzaba unas espátulas a Akane. La chica, medio somnolienta, se esquivo zarandeándose de un lado a otro, y se sentó en porche del jardín, donde siempre se sentaba a ver el cielo. Bostezó un momento, y se tapó con la manta.

- ¿No podrías esperar hasta mañana? -

- ¡No! -

- ¿Y si hablamos un poco? -

- ¡No! -

- Déjame ir a por café al menos... -

- ¡No!... Bueno, de acuerdo, pero tráeme uno a mi también - respondió Ukyo, guardando las armas por el momento.

Ryoga seguía paseando por Nerima. Tenía mucho que pensar, y sin lugar a dudas, no quería entrar al Uchan's sin tener las cosas claras. Ahora no solo pensaba en los sentimientos de Ukyo, sino que como Mousse había dicho, los sentimientos de ella no deberían interferir en su decisión de quedarse o irse. Había estado tanto tiempo detrás de Akane, aún sabiendo que estaba enamorada de Ranma, que no debería suponer ningún esfuerzo el cambiar de objetivo, e intentar enamorar a Ukyo, sea cual sea la persona que ame ella. Al fin y al cabo, ¿no es eso es lo que había hecho hasta ahora?

- "Pero volver a empezar de cero, es bastante difícil..." - pensó Ryoga, mientras daba un salto a un tejado.

- ¡Hermanito! ¡Estoy aquí! - se oyó. Ryoga giró la cabeza y vio a Yukino dándole de comer a un gato, mientras le saludaba con la mano.

- Yuki-chan, ¿No es muy tarde para que estés jugando en la calle? - Preguntó a Ryoga.

- Este es el tejado de mi casa, hermanito - contesto la niña, señalando hacia una ventana que salía del tejado - Por ahí se entra a mi habitación -

- Eso no es excusa... -

- No podía dormir... Igual que tu... -

- ¿Igual que yo? - Pregunto Ryoga, mientras se sentaba al lado de la chica.

- ¿No será entonces que la bruja te ha echado? -

- ¡No es eso! -

- Je je, la respuesta era obvia - dijo Yukino mientras hacía cara de despreocupada - Es tonta, pero no imbécil... -

- Yuki-chan, deberías tratar de no insultar a tus mayores... -

- Entonces no puedes dormir ¿no? -

- Algo así... -

- ¿Y porque hermanito? -

- Eso debería preguntártelo yo también a ti... -

- Es que tengo problemas adúlteros... - dijo algo sonrojada Yukino, ante un sorprendido Ryoga.

- ¡¿Qué?! -

- Tome algo del café de mi madre esta tarde, y ahora no puedo dormir, je je - sonrío Yukino ante Ryoga. Este, se tranquilizó un poco, y suspiro aliviado.

- Ah, era solo eso... -

- A saber que idea pervertida se te pasó por la cabeza, hermanito... -

- Es que se dice problemas adultos, no adúlteros... -

- También se puede decir así... - contestó Yukino alzando el gato al que daba de comer por los aires. El gato, aparentemente se asustó, araño la mano de la chica, y salió corriendo por los tejados. Ryoga sonrío por no reír, y con una de sus pañoletas, ató la mano de la chica.

- ¿Y bien? - preguntó Yukino, sobándose la mano.

- ¿Y bien que? -

- ¿Por qué no estas en la cama hermanito? - Ryoga quedó en silencio. Supuso que una niña como Yukino no entendería aun los problemas que le surgen ahora.

- Digamos, que tengo tantas cosas en las que pensar, que estoy seguro que no dormiría... -

- Sabes... - dijo Yukino mientras se frotaba la mano - A menudo no es bueno pensar mucho en los problemas, ya que no harás nada con eso. Es mucho más eficaz el actuar y pensarlo a menudo que lo resuelves, porque si te quedas meditando mucho en ello, llegaras a una situación en la que no estarás de acuerdo con ninguna de las soluciones que has pensado. Y eso no sirve para nada ¿no? - Ryoga estaba avergonzado de sí mismo. Una niña pequeña le estaba dando una lección, y se sentía como un chico inmaduro delante de una persona que brotaba experiencia por todo los lados. Pero finalmente sonrió, y se puso de pié.

- Gracias por el consejo Yuki-chan - dijo el chico acariciando la cabeza de la niña - Ahora vete a dormir.

- Mmm.. Creo que me quedaré aquí planeando una estrategia... -

- He dicho que te vayas a dormir... -

- Y yo que me quedaré, primero Nerima, luego ¡el mundo!... - Y así siguió la discusión un rato más.

Ukyo esperaba sentada en el porche a Akane. Aunque al principio había llegado con un instinto asesino que rompía piedras, al ver a la tranquila Akane, se le fue pasando poco a poco. Dentro de ella, sabía que Akane probablemente no tuviera la culpa de nada. La culpa era suya, por no ser capaz de confesarle sus sentimientos a Ryoga, e intentar que los demás actuaran como ella quería. Se unió a la esperanza de que Ryoga se fijara en ella con el paso del tiempo, forzando a Ryoga a tomar una decisión. Su cobarde actitud fue la causante de esto, y ahora lo único que hacía era desahogarse con una persona que no tenía culpa de nada. Pero necesitaba odiar a alguien por esto, porque Ryoga no le ame a ella.

- "No soy más que una tonta..." - Pensó la chica, jugando con sus espátulas. Pero al tiempo, se extraño de que Akane no volviera. Ya había pasado bastante tiempo, y un café no tarda en hacerse ni 5 minutos. Ukyo se puso de pié, y caminó hacia la cocina. Allí vio como la cafetera se desbordaba, y apresuradamente la saco del fuego. Después vio a una Akane dormida plácidamente en la mesa de la cocina.

- ¡No te duermas ahora! - gritó Ukyo, mientras Akane se despertaba poco a poco.

- Lo dices fácil, pero ¿sabes que hora es? -

- ¡Se supone que eres una adolescente! ¡Deberías saber trasnochar un poco! -

- Calla, calla, y dame un café - dijo Akane, mientras recibía de Ukyo una taza de Café. Le hecho azúcar, y se lo tomo poco a poco.

- Esta es tu casa... Deberías de servir tú... - se quejo Ukyo, tomando uno ella también. Akane se puso de pié, y junto a Ukyo, se dirigió al jardín.

- Las reglas generales no se tiene en cuenta a partir de las dos de la madrugada... Como con los semáforos. ¿Has visto a alguien hacer caso a un semáforo a estas horas? Pues es prácticamente lo mismo... - dijo Akane, mientras se sentaba junto a la puerta de su casa. Ukyo se sentó al lado, y tomo otro sorbo de café.

- No he venido a hablar de eso... - se quejo al chica de la espátula.

- Eso me recuerda ¿Porque estas tan enfadada? -

- Ya no lo estoy... -

- Pues ¿porque lo estabas? - Preguntó Akane. Ukyo suspiró y miró su taza de café.

- Ryoga, me ha dicho que has aceptado su proposición. Aunque te pedí que no lo hicieras, pues dijiste que sí. Al principio te culpaba por mentirme, y por robarme a todos los chicos que he amado, pero creo que solo fue el malestar por saber que mi sentimiento no será correspondido. Pero lo he pensado un poco, y creo que no tienes la culpa de nada. Más bien, la culpa es mi... -

- Espera, espera... ¿Ryoga te ha dicho que he aceptado su declaración? -

- Sí... -

- Pero, ¿te lo dijo él literalmente? -

- Bueno, realmente me dijo que se te había declarado, y que había salido todo bien en la cita... - contesto Ukyo, a lo cual Akane sonrió. La chica de lo cabellos azules tomo un sorbo de su café, y lo dejó a lado de ella.

- Ukyo, creo que en una parte de ti, tienes miedo de que Ryoga te rechace. Y es tal ese sentimiento, que tomas el rechazo como opción preferencial, como si ya no tuvieras nada que hacer. No deberías ser tan pesimista -

- ¿Que quieres decir? - pregunto la cocinera.

- Ukyo, es verdad que Ryoga se me declaró, pero yo no acepté su propuesta - Al oír esto, Ukyo se quedó de piedra.

- ¿Pero entonces...? -

- Parece ser que para Ryoga, el hecho de que lo rechace, no significó que la velada hubiera salido mal. ¿No te dice nada eso? - Ukyo estuvo callado un rato. Toda esa farsa que se había montado en su cabeza, no tenía razón existencial. Estaba tan asustada, que el rechazo fue en lo primero que pensó, sin analizar la situación detenidamente. Un simple pregunta a Ryoga, habría solucionado el malentendido. Puede que por eso Ukyo empezó a llorar.

- Ukyo... No llores... - le consolaba Akane.

- Soy... Una idiota... - sollozaba Ukyo, entre los brazos de su amiga. Ranma apareció de la espalda de Akane, y le dio unos toques de la cabeza. Akane le hacía con señas que dejara de molestar, y Ranma señalaba a la entrada de la casa. Ryoga se encontraba mirando la escena, dado que recién había llegado. Todos se quedaron callados, mientras oían a Ukyo llorar. Finalmente, Ranma hacía señales para obligar a Ryoga que digiera algo, pero el chico de la pañoleta no sabia muy bien como actuar. Akane también insistió en que hablara, mientras abrazaba a Ukyo. Ryoga seguía negando con la cabeza.

- ¡¿Vas a hablar de una vez?! - Gritó Ranma, fuera de sus casillas. Akane soltó a Ukyo y pegó un martillazo a Ranma.

- ¡No rompas el momento, idiota! -

- ¡¿Porque me pegas?! -

- ¿A quien se le ocurre gritar en un momento así? - se quejaba Akane a Ranma, los dos se detuvieron al ver que Ryoga y Ukyo no se decían nada el uno a otro.

- Ukyo... - Dijo Ryoga, mientras veía como a Ukyo le saltaban las lágrimas aún.

- ¿Si?... - Pregunto Ukyo, mientras se limpiaba las lágrimas. A Ryoga le entro una chispa de valor de repente, y por un instante quiso acabar con sus penurias y decirle sus sentimientos a Ukyo. Pero al como Ranma y Akane les miraban con cara de expectación. Un miedo escénico le invadió de repente, alzando la mano a modo de invitación, miro a Ukyo.

- Ven... Vamos a casa... - sugirió Ryoga. Ukyo asintió con la cabeza, y tomando la mano del chico, salió del jardín junto a Ryoga. Ranma y Akane se quedaron bastante sorprendidos por la reacción de Ryoga. Para Ranma, Ryoga dio una muestra de sangre fría bastante inusual delante de una chica.

- Jo, tanto esperar la escena romántica para nada... - se quejó Akane, recogiendo las tazas.

- Quizás la escena romántica ya ha pasado... -

- ¿Como dices? -

- De tanto esperarla quizás no te has dado cuenta de ella... - Al oír esto, Akane alzó una ceja.

- ¿Porque me vienes con esto ahora?... - preguntó la chica. Ranma se rascó la cabeza.

- Lo aprendí una vez que fui al cine... - Ranma y Akane se dirigieron a la cocina a lavar las tazas de café.

- ¿No me digas que vas al cine a ver romanticismo...? - Akane rió en lo bajo - que romántico el chico... - Akane miró la taza de Ukyo, y de como seguía todavía llena. Después vio la suya, vacía - Vaya, ahora no podré dormirme... -

- Bueno, bueno... - Ranma bostezó un momento, y abrió la nevera en busca de algo - No te quejes, si no querías, no haber preparado... Donde estará la leche... - Akane le puso una taza en la cabeza de Ranma, y dio golpecitos con ella. Ranma la tomo y se dispuso a beberla.

- Gracias... - dijo antes de dar un buen sorbo. Miro a la cara alegre de Akane, y trago el líquido, dado que no podía escupirlo - ¡Pero si esto es café! Mierda, me lo he tragado sin querer -

- Ahora estamos los dos iguales, tendrás que quedarte a hacerme compañía hasta que me duerma... - Dijo Akane, sonriente. Ranma miró con caras de pocos amigos a su prometida, mientras esta le daba palmadas en la espalda.

- No te preocupes hombre, que mañana es domingo, y no hay clases... - dijo finalmente Akane.

Ryoga y Ukyo caminaban callados de vuelta a casa. Estaban agarrados por las manos, pero ninguno parecía querer iniciar una conversación. Los dos tenían muchas cosas en las que pensar. Finalmente, Ryoga, que empezaba a sentirse incomodo por la situación, fue el que tomo las riendas.

- ¿Que hacías en casa de Akane, Ukyo? - Ukyo miró a Ryoga a la cara, y se despidió de sus pensamientos.

- Nada, solamente fui a hablar sobre un asunto -

- Ya veo - contestó Ryoga. Ukyo esperó alguna otra pregunta, pero Ryoga parecía dejar la conversación ahí.

- ¿No me vas a preguntar mis motivos por los que lloraba? - pregunto Ukyo.

- ¿Quieres que te lo pregunte? -

- Todavía no... Pero quisiera preguntarte algo yo a ti, que se me olvidó decirte antes... -

- Te escucho... -

- Cuando te declaraste ¿Que fue lo que te dijo Akane? - preguntó Ukyo. Ryoga pensó un momento la respuesta.

- Pues, digamos que me dio un motivo muy importante para rechazarme. Tan importante, que no pude culparla ni a ella, ni a nadie - Ukyo se quedo muy sorprendida con la respuesta.

- ¿Y cual fue el motivo? - Ryoga sonrió, y soltó la mano de Ukyo.

- Cuando tu me digas porque llorabas, yo te diré el motivo... - Los dos chicos se quedaron mirando un momento. Ukyo, sonrió y le hizo una señal a Ryoga para que acercara la oreja. Ryoga así lo hizo, y Ukyo se posicionó para susurrarle al oído.

- Lloraba porque... estaba triste, Ryo-chan - Dijo Ukyo, ante la cara de piedra de Ryoga

- ¡Eso es obvio, Ukyo! -

- Llámame Uchan, hombre - Ukyo volvió a tomar la mano de Ryoga, y jalo de él, mientras corría de vuelta al restaurante. Yukino, que seguía mirando de su tejado, vio correr a los dos muchachos.

- Dios los cría y ellos se juntan... - suspiraba Yuki-chan, antes de estornudar.

Fin del capítulo 7

[Terminado a las 00:04 de la noche, horario de Greenwich]

[Cigarros en el cenicero: 5]

[Tazas de Café servidos: 2]

[Canción del Momento:

Dare da, dare da, dare da (Quien, quien, quien es)

sora no kanata ni odoru kage. (Esa sombra bailarina que vemos en el cielo?)

Shiroi tsubasa no Gatchaman. (Son las Alas Blancas de Gatchaman)

Inochi o kakete tobidaseba (El vuela bajo riesgo de su vida)

Kagakunimpoo (Es el Science Ninja System)

Hi no Tori da. (El Pajaro de Fuego)

Tobe tobe tobe Gatchaman! (Vuela, vuela vuela Gatchaman!)

Yuke yuke yuke Gatchaman! (Ataca, ataca ataca Gatchaman!)]

NdA: ¿Creíais que el día de la cita había acabado en el capítulo anterior? Pues os equivocabais wajajaja. Generalmente, habría acabado el fic en este capítulo, pero dado que no había dejado clara ninguna relación, y el apoyo de tiene el fic (bua! Songfic no ha recibido ni un review), pues lo decidí continuar. Al principio quería meter a Shampoo y al padre de Ukyo, para dar mas juego, pero desistí al final ¬¬, no se si después volveré a querer a usar la idea. Para los que se dieron cuenta, la conversación final de Akane a Ryoga, donde le aclara que está enamorado de Ukyo, es una mezcla entre la que Takashi le dice a Moemi en Video Girl Ai, y la que Itsuki le dice a Ichitaka en I"s, ambas obras de Katsura, que me parecieron fascinantes en lo que a romanticismo se refiere (en lo demás, se repetía mas que el ajo, pero bueno), por lo menos en la traducción que hizo Planeta de Agostini. El hecho de que en el título, este la división de parte en italiano, es porque cuando escribía el capitulo, estaba escuchando OSTs de Enio Morricone, donde muchos títulos de canciones están en Italiano. Y finalmente, el título del capítulo 5, es debido al libro de Neruda "20 Poemas de Amor, y una canción desesperada". Por lo demás, hoy no tengo ningún cameo mas que aclarar.

Emalteas): Al principio quise seguir con las típicas discusiones de Ranma y Akane, pero los personajes (sobretodo Ranma) han evolucionado lo suficiente, como para no tentar a la suerte, y estar algo más seguros de si mismos. Y en parte, el dejar a Akane y Ranma en una situación idéntica siempre, mientras evoluciona la relación de Ryoga y Ukyo, solo conllevaría a alargar la historia. Por eso he optado a que las parejas vayan evolucionando a un mismo nivel. Aun así, no rechazo la idea.

Shaka DV): lo del ayudante era una simple broma, que suelo poner al final de los capítulos XP Puede que alguna vez me plantee escribir un fic en grupo, pero por ahora, con este tengo suficiente.

Siento mucho no actualizar muy seguido, pero a menudo que la historia avanza, se vuelve mas complicada de escribir, ademas que últimamente no tengo todo el tiempo que desearía para hacerlo.

Bueno hasta la próxima! Seguid mandando reviews! O mandadme un e-mail!

H.Battosai.