Clases para Amar

Lección 9.-

Mr. Sandman, hazme soñar...

- Bueno nosotros ya nos vamos - Dijo Kasumi, junto a Nabiki. Soun, Genma y Nodoka ya se habían marchado anteriormente. Y finalmente las hermanas también se marchaban. Ranma sabia que esto pasaría, puesto que ya todos habían anunciado sus planes hace una semana. Pero sin embargo, aun así le seguía dando miedo la idea de estar a sola con Akane. ¿Por qué? Pues porque él y Akane ya no tendrán nadie que les interrumpan, prácticamente no tiene sentimientos que ocultar, y supuestamente, tendrían una cita. ¿Alguien sabía que pasaría? Ranma no tenia ni un solo plan, ni una sola intuición. Su mente no podía imaginarse como acabaría la noche. Y eso le daba miedo.

- Todo ha salido bien al final ¿no? - Le dijo Nabiki, mientras Kasumi empezaba a irse.

- No se lo que consideras tu "bien" - Respondió Ranma.

- Vamos hombre, que no se diga que ella lleva los pantalones - Nabiki sonrió - Todos esperamos mucho de ti -

- ¿Todos? -

- Si no gritarais tanto, quizás abríais pasado inadvertidos anoche... - Al oír esto, Ranma se quedo de piedra.

- Me siento algo presionado... -

- No pienses en eso ¡Con valor y adelante! - gritó Nabiki, antes de marcharse corriendo. Ranma seguía de piedra delante de la puerta. Suponía que en el hipotético caso de que pasara algo, pues nadie se enteraría. Y ahora no sabía que pensar. Más encima Akane se había ido esta después de comer, y ahora estaba solo en el Dojo con sus paranoias. No había mejor manera de empezar la ansiada nochebuena.

Ryoga y Ukyo habían terminado recién de comer. Habían comido tarde, porque a ultima hora, Ukyo había decidido abrir y, por su afán de conseguir ingresos, pues no cerraron hasta que el último cliente se fuera. Ryoga, que pensaba tener una navidad tranquilita, pues no había comenzado el día con sus positivas expectativas. Pero por fin había terminado de recoger, y podría descasar un poco. Ukyo, sin embargo, tenía todo planeado. Decidió abrir, para relajar el ambiente. Quería que todo fuera perfecto. Y así, después de comer, envolverían regalos, donde seguramente las risas y la alegría perduraría, y finalmente comerían una cena de navidad, donde llevaría el plan a su gran clímax. Declararía su amor, o forzaría a Ryoga a declararle el suyo. Eso es según le conviniera.

- ¡Ja, ja, ja! ¡No puede fallar! - Reía sola Ukyo, mientras lavaba los platos.

- ¡Hola, chica de espátula! Yo pasar por aquí, y venir a ver que es tan gracioso - Shampoo apareció de improviso, y saludo desde la ventana de la cocina. A Ukyo por poco se le caen los platos del susto.

- ¿Que demonios haces aquí? - pregunto Ukyo

- Buscar a Mousse, el muy pato no aparece desde ayer. Mi bisabuela estar furiosa, dejar mucho trabajo sin hacer -

- ¿Seguro que es solo eso? -

- Seguro... - dijo Shampoo con rostro serio. Ukyo intentó intuir sus intenciones, pero Shampoo pocas veces muestra su aprecio por su enamorado, así que, dejo de hacerlo. Además, ¿que le importaba a ella?

- Pues aquí no está... Aunque no te lo creas -

- ¿Segura? - preguntó Shampoo

- Sin lugar a dudas... - respondió Ukyo, volviendo a sus quehaceres. Shampoo la miraba mientras esta sonreía. Parecía muy feliz, demasiada feliz según lo que ella sabía de Ukyo. A no ser, que algo hubiera cambiado. Los cambios no malos, e incluso a veces puedes mejorar ¿no?

- ¿Que hacerte tan feliz? - pregunto Shampoo, a una Ukyo que borro su sonrisa un momento para mirarla sorprendida. Pero rápidamente volvió a sonreír.

- El polvo de los sueños ha hecho que vuelva a creer en ellos -

- ¿Qué? -

- ¿No has ido la canción? Mr. Sandman... -

"Mr. Sandman, bring me a dream
Make him the cutest that I've ever seen
Give him two lips like roses and clover
Then tell him that his lonesome nights are over.

Sandman, I'm so alone
Don't have nobody to call my own
Please turn on your magic beam
Mr. Sandman, bring me a dream."

Ranma apagó la radio. No sabía mucho inglés, pero esa sintonía de tranquilidad le empezaba a parecer bastante incomoda. Pareciera que todo el mundo estuviera tranquilo menos él. Para todo el mundo, esto era tan inevitable como normal. Y lo único que hacían era mirar, y algunos ni siquiera eso. Incluso, era sorprendente que Genma y Soun no tuvieran nada planeado. O se dieron por vencidos, o vieron que las cosas mejor no podían ir.

- "Esto es estresante..." - Pensó Ranma antes de soltar un suspiro. Suspiro que por poco se vuelve a tragar al ver como Akane volvía a casa por la calle. Traía un paquete, y una cara de felicidad que no podía con ella. Y Ranma estaba temeroso de lo que podía pasar, y no sabia porque.

- "Tengo que controlar yo la situación, o si no, no estaré tranquilo" - Dijo, bajando al portal, intentando prepara la frase que decir. Una frase de seguridad, pero sin advertir un parcial olvido de la cita. Pero no la encontraba, y Akane se acercaba. Un saludo, un acercamiento, o una clara advertencia de que se acordaba de su promesa. Y Akane seguía acercándose. Y su controlada frase, no llegaba, ni llegaría, porque antes de que Akane llegara a la puerta de su casa, Ranma había saltado al exterior de la casa, escapando de la visión de Akane. La chica, que había sentido una presencia, no dudo en girarse y mirar a todos lados, pero no pudo ver a Ranma, dado que ya había huido del lugar. Sin embargo, esta pequeña sospecha no rompió su felicidad. Lo tenía todo planeado. Prepararía una cena deliciosa, se vestirían elegantemente, y pasarían la noche buena en casa. Pensó en salir a cenar, pero seguramente Ranma no tuviera dinero, ademas que seria mucha presión para los dos el salir en una indiscutible cita delante de todo los conocidos que se podrían encontrar. Ahí que creía que esa sería la mejor opción. No parecería una cita, pero los dos sabrían que lo es, además...

- "Espero que el idiota de Ranma sepa ya que es LO que hay que HACER en una cita romántica..." - Dijo, algo dudosa, pero aun contenta, mientras entraba en casa.

Ryoga y Ukyo estaban en el salón al lado del árbol de navidad. Ukyo convenció a Ryoga para envolver regalos de navidad, dado el rechazo que este tenían a hacerlo. No tanto ha hacerlo, sino por la cantidad considerable que había. Él apenas regalaba unos tres regalos por navidad. Pero allí no había solo tres, sino más de diez, esperando ser envueltos y adjuntarles sus correspondientes felicitaciones. ¿Cuantas personas debía conocer Ukyo?

- Este es para Akane... - Dijo Ukyo pasándole el paquete a Ryoga para que lo envolviera.

- No sabía que le hicieras regalos a Akane, se supone que sois rivales... - Al oír esto, Ukyo susurró algo, con un tono de desesperación. Ryoga no se daba cuenta de nada.

- Este año he ampliado la lista de personas, je - dijo Ukyo, guiñándolo un ojo. Ryoga miró a el paquete, y empezó a envolverlo. Ukyo le había echado una indirecta ¿o no? Tenía aun sus dudas. Por eso tendía a hacerse el tonto.

- Este es para Yukino... - dijo Ukyo pasándole otro paquete. -

- ¿Pero a ti Yukino no te caía mal? -

- Bueno, siempre viene a ayudar, además, es sola una niña. ¿Porque no habrá venido hoy?-

- Se quedo esperando a Santa Claus... -

- Vez, al fin y al cabo es una niña pequeña -

- Dijo que iba a capturarlo para sonsacarle información y cosas así... - Dijo finalmente Ryoga, ante una estupefacta Ukyo.

- ...Esa cría está loca - añadió la chica de la espátula

- Ja ja ja, digamos que es su forma de disfrutar la vida - Rió Ryoga, mientras envolvía otro regalo. Su capacidad de comprensión, le hacía parecer un chico maduro. Por eso, en ese momento, Ukyo pensó que realmente Ryoga podría llegar a ser buen padre.

- "¿Pero en que demonios estoy pensando?" - Dijo Ukyo, bastante colorada. Ryoga se percató de esto, y la miró extrañada.

- ¿Te pasa algo? - pregunto el chico. Ukyo lo miró de reojo, y vio como una mano se ponía en su frente. Era la de Ryoga que intentaba verle la temperatura. Ukyo negó con la cabeza.

- Déjalo, estoy perfectamente - Dijo Ukyo, sobreponiéndose. Ryoga la soltó y volvió a tomar un paquete, pero este no sabía para quien era.

- ¿Y este para quien es Ukyo? - preguntó Ryoga. Ukyo miró el paquete, y lo tomó en sus manos rápidamente, casi abrazándolo.

- Este no lo toques... - Dijo Ukyo. Ryoga se asustó un poco, ante la acción de Ukyo - ¿no lo has visto verdad? -

- N...no - respondió el chico. Ukyo, que le vio cara de preocupación a Ryoga, sintió compasión, y sonrió.

- Idiota, este es tu regalo...-

- ¿Qué? -

- Tu regalo de Navidad. Pero todavía no puedes verlo - Ryoga se quedo sorprendido. Ukyo le había comprado un regalo de navidad. Por una parte se sentía alegre, pero por otra, algo presionado. Si tenía un regalo para él, es que Ukyo daba por su puesto que se quedaría las navidades, aunque ayer ni siquiera era algo seguro. Quizás Ukyo tuviera demasiadas ideas predichas, para una relación futura que el todavía no podía afrontar. Tenía dudas, ya no sobre ella, sino sobre si mismo.

- ¡Ryoga, despierta! Debemos seguir envolviendo regalos... - Grito Ukyo, que le desesperaba ver como Ryoga se hundía en sus pensamientos.

- Eh.. Sí, si, los regalos - Ryoga palideció al recordar una cosa - ¡Regalo! - gritó, poniéndose de pié. Ryoga se había olvidado completamente de comprarle un regalo a Ukyo. Y ya eran cerca de las 7 de la noche. Si no corría, no llegaría a tiempo.

- ¿Que pasa con los regalos, Ryo-chan? -

- Si... Bueno, que... le voy a llevar el regalo a... Yuki-chan... Porque se van mañana de vacaciones... Y... Creo que iré ahora... - decía Ryoga tomando el regalo y tomando una chaqueta.

- ¡Espera! yo te acompaño... - Dijo Ukyo mientras iba a buscar su chaqueta.

- No, tu quédate... Por si vienen ellos a despedirse... Por el viaje... Ya sabes -

- Bueno, pero felicítales de mi parte -

- Si, de acuerdo... - dijo finalmente Ryoga, que revisó sus bolsillos para ver si tenía la billetera, y salió disparado a la calle. Ukyo vio como Ryoga salía corriendo, algo decepcionada. Tendría que retrasar sus planes, pero al fin y al cabo la noche es larga, y podía esperar.

- "Aunque se pierda, terminará por volver" - dijo Ukyo mientras encendía la radio.

"Mr. Sandman, bring me a dream
Make him the cutest that I've ever seen
Give him the word that I'm not a rover
Then tell him that his lonesome nights are over.
Sandman, I'm so alone
Don't have nobody to call my own
Please turn on your magic beam
Mr. Sandman, bring me a dream."

Ranma salía de la tienda, dejando su olor a perfume y su música ambiental. Había comprado un regalo para Akane, un collar. Nunca no recordaba si Akane alguna vez usó alguno, pero la intención es lo que cuenta. Además, era un simple método para llevar el control de la cita. Cuando le entregue el regalo de Navidad, Akane se pondrá muy emocionada, y él y su sangre fría actuaran acorde a la situación. Será un perfecto caballero.

- "Eso no me lo creo ni yo. No va a salir bien..." - pensó Ranma, mirando el regalo. Le había escrito una nota: "Para Akane de Ranma". La dependienta le sugirió que pusiera más cosas. Pero no se atrevía, ni mucho menos, no delante de toda la tienda. Ranma intentó buscar un sitio donde sentarse y poder escribir. Pero buscando, vio como Ryoga salía de una joyería de al lado. Traía una cajita pequeña entre las manos, junto a un regalo más grande. Parecía bastante pensativo, así que Ranma hizo lo que siempre hacía.

- ¿Que pasa contigo, Ryoga? - dijo Ranma encima de la cabeza de Ryoga. Ryoga lo mandó a volar de un puñetazo.

- ¡Ni en nochebuena me dejas en paz! - Gritó mientras se limpiaba el puño. Ranma cayó y rápidamente se levantó.

- Vamos hombre, no te enfades tanto, que estamos en navidad -

- ¿Y que quieres? - Preguntó Ryoga, escondiendo los regalos.

- Venía a saludarte, que ¿no puedo saludar un amigo?

- ¿Desde cuando tu y yo somos amigos? -

- Desde que he ayudado a enamorar a Ukyo -

- Deja de decir tonterías... - se quejo Ryoga, prácticamente decidido a emprender la marcha.

- ¿Que llevas ahí? - Preguntó Ranma, registrando a Ryoga con la mirada. Un escalofrío recorrió la espalda de Ryoga.

- ¿A ti que te importa? - Ryoga apartó los regalos de la mirada de Ranma - Además, ¿Que es lo que tu llevas ahí? - Señaló el regalo de Ranma.

- Lo tuyo seguro que es para Ukyo ¿no? Je, je -

- Y lo tuyo para Akane, si no me equivoco - Respondió Ryoga. Los dos se quedaron callados un largo rato, algo colorados. Pero finalmente, en un alarde de decisión, apretaron sus manos.

- ¡Juramos no contar a nadie que compramos los regalos a última hora! - Gritaron a dúo. La gente les miraba extrañada a la pareja.

- Bueno, tengo que irme - Dijo Ryoga, al ver que empezaba a nevar.

- Je, se ve que tienes mucha prisa - Rió Ranma, sin embargo, esto hizo que Ryoga sonriera.

- Tu sin embargo no tienes mucha ¿no? - Ryoga se cruzó de brazos - Je, estas cagado de miedo -

- ¡No le tengo miedo a una estúpida cita! -

- ¿Quien ha dicho que sea a la cita? Te delatas tu mismo, Ranma -

- ¡Cállate, o recibes! - Ranma metió el regalo en su bolsillo - Me largo, paso de discutir contigo... - Dijo, para a continuación, marcharse. Ryoga lo vio partir. Y sonrió. Por una vez, estaba alegre de que Ranma y Akane se llevaran bien. Miró los regalos que tenía en la mano. Uno para la pequeña Yukino, y otro para Ukyo.

- "Supongo que tendré que llevarle el suyo a Yukino, ya que la utilicé como excusa." - Pensó Ryoga, antes de meterse los regalos al bolsillo, y ponerse a caminar.

Ranma estaba arto de que todos le digieran si tenía miedo, que si se tenía que tranquilizar, o que todo esto acabaría pasando. Y así lo pagaba con el suelo, donde pisaba fuertemente, como muestra de su furia. El no tenía miedo, solamente, se sentía algo agobiado, eso es todo. O por lo menos eso es lo que el pensaba. ¿Porque tenía que tener miedo?

- "No tengo miedo, de que iba a tenerlo" - pensó Ranma, mientras apretaba el reglo para Akane. Pero claramente estamos hablando de una cita romántica. Prácticamente Akane le había confesado su amor. O por lo menos, le había dicho que le gustaba. Y, el estaba en la obligación de confesárselo a ella.

- Ya estoy aquí... - dijo Ranma al entrar el la casa de los Tendo. Aunque teóricamente no había nadie. Todos se habían ido. ¿Para que saludar entonces?.

- ¿Ya estas aquí? Pues entonces ya está todo listo... - se oyó una voz. Ranma se paralizó un momento al entender que esa eran palabras de Akane, que seguramente le estaba esperando desde hace rato. Lentamente Ranma entro al salón. Poco a poco vio la decoración navideña en las paredes, y también la decoración de la mesa. Vasos de cristal, platos lujosos, velas... Tenía toda la pinta de un restaurante de lujo.

- "¿Esto no debería haberlo preparado yo?" - Se preguntó Ranma, mirando toda la habitación.

- Ya estoy lista. podrías arreglarte un poco ¿no? - Ranma se giró para ver a su prometida. Vestía un traje de noche negro, algo escotado. Estaba maquillada de una manera tan cuidadosa, que parecía completamente adulta. Tanto, que Ranma se quedó hipnotizado mirándola - Que te pasa , no vas a cambiarte ¿O vas a negarme la promesa? - preguntó Akane.

- Eh... Sí. Me... Voy a cambiar - Dijo Ranma, y sonámbulo subió a su habitación. Akane le había dejado el esmoquin encima del futón. Era el mismo que vistió en la boda fallida. Estaba reluciente, y listo para ser usado.

- "Me esta llevando por donde ella quiere. Lo tiene todo planeado... " - pensaba Ranma mientras se ponía el traje. Realmente era él el que quería llevar la iniciativa en la velada, pero sinceramente, no tenia ninguna idea predicha. Quizás fuera mejor hacer lo que ella quisiese. Así por l menos, no tendrían que pelearse.

- Ya... Estoy listo - Avisó Ranma, al terminar de bajar las escaleras. Akane le esperaba con al radio puesta.

- Te queda muy bien... - Halagó Akane, sonriendo.

- Tu también esta muy guapa - Dijo Ranma sentándose en la mesa. Akane sonrió, y se sentó también.

- La comida no esta lista todavía -

- Podemos esperar... -

- Ya lo sé... - Akane, miraba a todos lados sin sabes que decir - ¿A donde fuiste esta tarde? -

- Salí... A dar una vuelta, simplemente ¿y tú? -

- A comprarme este vestido y... - Akane sacó un regalo de debajo de la mesa - Y esto... para ti - Finalizó La chica de cabellos oscuros. Ranma tomo el regalo, y se quedo mirándolo.

- ¿Puedo abrirlo? -

- Claro... Se que todavía no es el momento, pero me gustaría dártelo ahora - Ranma abrió el regalo, después de las palabras de Akane. Era una camisa de corte chino como la de él, pero más abrigado. Perfecto para el invierno.

- ¿Te gusta? -

- Es un buen regalo Akane - Sonrió Ranma. Pero cuando miró a Akane, vio como esta le miraba con ojos grandes y esperanzadores. Así que no tuvo que pensar mucho para suponer que Akane esperaba su regalo. Suspiro un momento, y saco la caja.

- Para ti... - dijo Ranma. Akane salto de alegría y abrió el paquete.

- Oh, es precioso Ranma... - dijo, viendo el collar que su prometido le había regalado. Lo saco de la caja y se lo paso a Ranma, ya abierto - Me, harías el favor.... -

- ¿Eh? Es... Sí claro - Correspondió el chico, acercándose a su prometida. Akane se levantó levemente el pelo, esperando que Ranma le pusiera el colgante. Mientras, el chico, que tenía el pulso en las nubes, intentaba luchar contra su tiembla-tiembla, para no hacer el tonto, y conseguir poner el collar sin equivocarse. Pero curiosamente, Akane se hecho sobre él.

- ¿Que te pasa? - pregunto Ranma

- Es que... No he parado en todo el día, y estoy algo fatigada - respondió Akane, sujetándose a su prometido. Ranma la tomo levemente para levantarla, pero Akane se agarró a su cuello, acercándole a su cara. Los dos se miraron, y especialmente a Ranma, el corazón le latía a mil por hora. Por un momento, esperaba que alguien, como siempre, interrumpiera ese momento. Pero no había nadie, y el lo sabía. Y sus boca cada vez estaban más cerca. Nada podía pasar, más lo que inevitablemente debía pasar. Todos le nombraban y repetían que su amor era algo obvio, y que solo era cuestión de tiempo. Era algo inevitable que acabaran juntos. Y ahora se daba cuenta de porqué. Lo que estaba pasando, ese beso, era algo que los dos esperaban, por mucho que lo negaran. Por eso, cuando menos se dio cuenta, ese beso había terminado. Tenía la mente en blanco, pero solo estaba seguro de una cosa.

- Quiero otro... - susurró Ranma. Akane sonrió al oír esto, y sacó la lengua.

- Je, je, lo tenía todo planeado - Dijo Akane mientras acercaba el rostro de su prometido, y le daba otro beso. Pero este si que fue interrumpido, por el sonido de un clic. Akane se soltó primero de Ranma, y después del beso.

- Ya está la comida - dijo Akane antes de irse. Ranma vio como la alegre Akane iba caminando a la cocina, por no ir saltando. Sonrió y se toco los labios.

- "Al final tampoco ha sido para tanto" - pensó Ranma, ya más alegre. La cita, por llamarla de algún modo, no podía ir mejor. Todo el miedo, perdón, la angustia, acabó con el primer beso. Ahora nada lo podía estropear.

- Ya puedes comer - dijo Akane, mientras se sentaba al lado de Ranma. Los dos probaron sus respectivos platos.

- "Siempre hay algo que falla." - pensó Ranma. Con tanta emoción, no había caído en la cuenta de que Akane había preparado la cena. Y como es natural, era incomestible.

- ¿Que te parece, ya que hemos roto el hielo, ir a comer afuera? - sugirió preguntando Ranma, con toda la amabilidad que su mente podía crear.

- Es mejor... - Contestó Akane, con un evidente rostro triste. Ranma la tomo por el hombro.

- Por fuerza, algún día te saldrá bien... - dijo, poniéndose de pié. Tomo la nueva chaqueta que Akane le había regalado, y una bufanda. Akane se puso una chaqueta larga.

- ¿Como que por fuerza? -

- Pues... Con tantos intentos, algún día tendrá que salir bien, digo yo... -

- ¿Dices que soy demasiada negada? -

- No he dicho eso... -

- ¡Lo has pensado! -

- ¡Que no! -

- Parece mentira... - terminó Akane, mientras salían por la puerta. Era increíble que hace un momento los dos estuvieran besándose, y ahora discutiendo. Pero Akane supuso, que esa era su forma de relación, y que a los dos le gustaba, en cierta forma, seguir así. Por ello, esa discusión no se interpuso en su camino, y la pareja, agarrada de brazo, salió de la casa, alejándose la radio encendida.

"Mr. Sandman, bring us a dream
Give him a pair of eyes with a come-hither gleam
Give him a lonely heart like Pagliacci
And lots of wavy hair like Liberace"

Ranma y Akane entraron en el Uchan's. El objetivo principal era pedir algo de comer y volver. Realmente no querían incordiar sin necesidad. Además, pareciera que iban a lucirse frente a Ryoga y Ukyo de su romance.

- ¡Hola chicos! - gritó Ukyo al ver a entrar a Ranma y Akane. Los dos sonrieron.

- Hola Ukyo - dijo Akane, saludándola. Ranma miraba alrededor. La decoración navideña era algo ostentosa.

- ¿Y Ryoga? - preguntó Ranma, cortésmente. Ukyo, se rasco el mentón.

- Se fue esta tarde, y todavía no ha vuelto - contestó Ukyo. Akane, al oír esto, se preocupó. Ukyo seguramente tenía mucha ilusión con esta nochebuena. Incluso, más que ella. Se debería sentir muy sola. Ukyo, que vio la cara de preocupación de sus amigos, sonrió y movió las manos en forma de negación - No, no pasas nada. Seguro que el muy tonto se habrá perdido... -

- ¿Seguro que es eso? - preguntó Ranma - Ryoga es el tipo de chicos que no se ve en la necesidad de despedirse... -

- No seas pájaro de mal agüero, Ranma. Ryoga no podría irse sin despedirse, por lo menos no de Ukyo - Añadió Akane.

- Además, dijo que iba a volver... Seguro que solo se a perdido - Ukyo tenía muchas esperanzas puestas en su Ryo-chan.

- ¿Y a donde fue? - preguntó Akane

- Pues... Dijo que a entregar un regalo, el de Yukino Makimura.

- ¿Yukino? -

- Sí. Es una niña pequeña que de hace una semana que viene a ayudar por aquí. Le tiene mucho cariño a Ryoga -

- Ah, una niña... - Akane suspiró. Lo que faltaría ahora es que Ryoga tuviera un triángulo amoroso. Pero solo era una niña pequeña.

- ¿No era esa chica que esta todo el rato llamándole "hermanito"? - Preguntó Ranma, mientras Ukyo asentía.

- La misma... -

- Pues si que son raras las niñas de este barrio - Finalizó Ranma, recordando el extraño comportamiento de la pequeña Yukino. Aunque estando en Nerima, esto podría resultar hasta normal en cierto modo.

- No estaría de más que fuera a ver si sus cosas están en el sitio que las dejó... - susurró el chico de la trenza a Akane. Pero después de eso, se oyó golpes a la puerta. Akane sonrió y le dio un codazo a Ranma, en señal de que ella tenía razón, y de que no había de que preocuparse. Ukyo mientras se reglaba un poco, fue a abrir lentamente. No estaba mal hacerle esperar un poco a él también. Pero se oyeron más toque a la puerta. Y más aún. Toques que parecían ser desesperados. Ukyo, Ranma y Akane corrieron a la puerta, y no tardaron más en abrirla. Mousse estaba detrás de ella, sudando.

- Ukyo... Menos mal... Que te encuentro... Él está... esto... Ryoga - Mousse estaba ahogado por correr bajo la nieve, tanto que casi no podía respirar. Ukyo nerviosa tomó un papel que Mousse traía. 5 segundos tardó en leerlo. Y menos de uno en echarse a correr. Corrió rápidamente, olvidándose de todo. Ranma, Mousse y Akane miraron a su amiga marchar velozmente bajo al nieve. Nunca supieron porque se quedaron. Quizás, por hacerse cargo del restaurante, o por intentar buscar una explicación a lo que ocurría. O simplemente, por seguir esperando a Ryoga.

"Mr Sandman, someone to hold
Would be so peachy before we're too old
So please turn on your magic beam
Mr Sandman, bring us, please, please, please
Mr Sandman, bring us a dream."

Fin del capítulo 9

Terminado a las 00:42 de la noche, horario de Greenwich

Cigarros en el cenicero: 4

Tazas de Café servidos: 1

Un día cualquiera:

- Despertarme y mirar que hora es

- Volver a dormir

- Despertarme y hacer la comida

- Hacer algo de ejercicio

- Perseguir a algunas chicas

- Después de varios golpes, regresar a casa y ver una película

- Ir a la autoescuela

- Buscar trabajo en el periódico

- Intentar escribir algo, o mirar otra película, o una serie, o leer algún manga.

- Volver a dormirme.

NdA: Porque Ryoga no llega a ningún sitio a tiempo cuando se lo propone? Bueno todo se verá, seguro que no es culpa suya :P. Quise, antes de terminar la historia, volver un género que me gusta bastante, pero que no utilizo desde hace tiempo, el Songfic. Digamos, que fue un último capricho, antes del final. Aunque esta vez utilice la canción como enlace entre escenas, cosa que me pareció muy curiosa. La canción, por si alguno no la reconoce todavía, es la clásica "Mr. Sandman" de los Chordettes. Siempre que la oigo, me recuerda el cómic de The Sandman, de Neil Gaiman. Sobretodo el capítulo en donde Sandman recupera su arena mágica, cuando John Constantine se despide cantando esta canción. Bueno, frikadas mías. Lo que si es verdad, es que plasma muy bien los sentimientos de los cuatro personajes principales, pidiendo al rey de los sueños que les haga soñar con acabar sus noches de soledad. Aunque los sueños son sueños ¿o en realidad no? Convertir los sueños en realidad es algo que todos quieren, y al fin y al cabo todas las historias se basan en ese hecho, ¿que son los deseos, mas que sueños no consentidos? ¿Que son las esperanzas, mas que sueños de futuro? Con estas pregunta dejo este ultimo comentario, antes de la despedida final. Intentaré subir el próximo y último capítulo lo más rápido posible. Mientras tanto, hasta la próxima. (Jo, que salió la vena filosófica)

H.Battosai.