"Por lo menos no ayudo al chico que me gusta a ligar con otras, no soy tan estúpida ¡Ja ja ja ja!"

Ukyo corría sin parar, hasta que llegó al hospital. No preguntó, no dudó, y siguió corriendo. Subió pisos, tomo ascensores, y abrió varias habitaciones. Hasta que al fondo de una sala silenciosa, pudo ver a los señores Makimura.

"No te preocupes hermanito, juntos podremos derrocarla y hacernos con el poder"

Casi no tuvo fuerzas para saludar, y con una reverencia, se hizo notar. Los padres de Yukino asintieron también con el rostro. Los cigarrillos se amontonaban en el cenicero, y las vistas se perdían en algún punto de la sala.

"Parecéis marido y mujer..."

Ukyo no dudó más tiempo, y pidiendo permiso entró en la habitación. Estaba oscura, las cortinas estaban echadas, y solamente una pequeña lámpara de sobremesa alumbraba el lugar. Pero Ukyo pudo distinguir el sombrío rostro de Yukino, antes de que una persona la tapara entre las sabanas blancas.

"Poderosa Makimura-san para ti"

Era Ryoga el que, dándole la espalda a Ukyo, tapaba a la pequeña de los Makimura. Lo hizo con mucha delicadeza, como sin querer hacerle más daño a Yukino, a la pequeña Yuki-chan. Finalmente, y con rostro perdido, Ryoga se dio la vuelta.

"Tenia que ir al médico, pero me he escapado"

- Hola, Uchan - Dijo el chico de la pañoleta.

- Ryoga... - Respondió Ukyo. Mientras corría hacia el hospital, intentaba darle una explicación a todo lo que estaba pasando, para poder dársela a Ryoga. Pero finalmente, no encontró ninguna. Y se encontraba delante de él, sin ninguna palabra que objetar. Sin nada que decir.

"Sabes hermanito... Siempre me has gustado"

- Parece mentira ¿a que sí? - Dijo Ryoga, sentándose en una silla que había cerca. Ukyo podía ver una tímida sonrisa en su rostro, a pesar de la oscuridad. Pero más que sincera, parecía un esfuerzo de su rostro - Todavía tengo el regalo en el bolsillo. Su regalo -

"No vemos pasado mañana, hermanito...

- Me dijo que pasado mañana iría al Uchan's... para... seguir ganando dinero y conquistar el mundo - Ryoga, con el regalo de Yukino en la mano, lo apretaba con una fuerza conmovedora, mezcla de seguridad y suavidad - Me dijo... que la próxima semana volvería a la escuela, y que empezaría a hablar con los chicos de su clase de su plan... -

"¡Hermanito! ¡Ya estoy lista!"

- Pero ahora se ha ido... - dijo, finalmente, dejando el regalo encima de la cama donde Yukino reposaba - Se ha ido, y no volverá jamás... Mi pequeña Yuki-chan - Ukyo, se acercaba poco a poco a Ryoga, intentando buscar las palabras adecuadas. Pero seguía sin encontrarlas Quizás, porque dentro de ella, también le dolía, y no quería decir nada.

- ¿A que sí? - preguntó Ryoga. Ukyo, sonrió levemente, también haciendo un esfuerzo.

- Tienes razón, Ryo-chan... Parece mentira.... - Ukyo, finalmente se sentó al lado de Ryoga.

"Te quiero, hermanito..."

Clases para Amar

Lección Final .-

Feliz Navidad, hermanito.

Ryoga Hibiki no se presentó al funeral de Yukino Makimura. O por lo menos, no lo hizo oficialmente. Esa tarde de Navidad, muy poca gente tenía fuerzas para asistir a un funeral. Pero Ukyo lo vio, detrás de los árboles, observando el entierro bajo la nieve. Más, no quiso molestarlo. Antes de que no le molestó. Ranma, Akane y Mousse también asistieron al funeral. No tenían una gran relación con los Makimura, pero se presentaron por respeto, y también, por ver a Ryoga y Ukyo. La cosas se habían desencadenado tan rápidamente, que esto podría afectar a su relación. Sin embargo, sol pudieron acompañar a Ukyo, dado la ausencia de su amigo.

- ¿Y Ryoga? - preguntó Ranma, después de saludar a Ukyo.

- No lo sé... No lo he visto desde que nos separamos en el hospital - respondió la chica. Akane la mirada algo decaída. Aunque era normal dado que, probablemente no hubiese dormido en toda la noche. O eso pensaba Akane.

- ¿No sabía lo del funeral? - preguntó Mousse.

- Supongo que sí... - respondió finalmente Ukyo - Disculpadme, pero tengo que ir a darle el pésame a los padres de Yukino... - señaló, antes de marcharse. Mousse y Ranma miraban a la joven cocinera algo sola, sin ya su habitual Ryoga. Y es que era un misterio que Ryoga, quizás la persona más unida a Yukino del grupo, no hubiera ido al funeral.

- Mousse, aún no me has dicho como supiste lo de Yukino - Akane, algo curiosa, preguntó a Mousse. Anoche, le había explicado quien era Yukino, y su hospitalización. Pero no les dijo como.

- Pues... - comenzó Mousse - Realmente no me lo dijo Ryoga personalmente. Lo único que vi fue al tonto de Ryoga correr rápidamente. Parecía algo perdido. Intenté seguirlo, pero no lo alcancé. Solo recogí la nota que había dejado en su huida.

- ¿Qué nota? - preguntó Ranma.

- Esta - Mousse mostró la nota, que aún llevaba en el bolsillo - Anoche, se la mostré a Ukyo antes de que se fuera - Ranma y Akane leyeron la nota. Explicaba la urgencia del abandono del hogar por parte de los Makimura, dado el fallecimiento de su hija. Supusieron que Era la nota que Ryoga se encontró en la casa de Yukino.

- Supongo que con esto esta claro la exaltación que tuvo que recibir Ryoga al leerla - dedujo Ranma - y que no fuera ni a avisar a Ukyo -

- No se si es una excusa muy convincente - reclamó Mousse, mientras veía como Akane leía y releía la nota.

- Pobre Ryoga... - Dijo finalmente, la pequeña de los Tendo.

- Señores Makimura... - Ukyo se acercó a los padres de Yukino, que portaban la foto de su hija.

- ¿Tu eres la cocinera del Uchan's? - La señora Makimura se levantó reverenciándose - muchas gracias por haber venido... -

- Reciban mis más sentido pésame... - Dijo Ukyo, devolviendo la reverencia. El señor Makimura fumaba mirando el suelo. Se le notaba muy afectado. Sin embargo miró a Ukyo, y también la saludo, asintiendo con la cabeza.

- Queremos darte las gracias por cuidar de nuestra hija cuando iba a molestaros al restaurante... - El padre de Yukino le hizo un sitio en el lugar donde estaban sentados. Ukyo agradecida se sentó.

- No, realmente era muy agradable sus visitas - Ukyo recordaba las continuas peleas que tenía con la pequeña Yuki-chan. Ahora, hasta se sentía culpable - Siempre les agradecemos que la dejaran venir a ayudar -

- Aunque se lo hubiésemos prohibido, no nos habría hecho caso. Yukino era una chica muy activa. Era imposible pensar que tuviera un problema de vitalidad - La señora Makimura acariciaba la foto de su hija.

- ¿Problema? -

- Yukino nació con un corazón de un tamaño menor que el normal. Los médicos nos advirtieron que su cuerpo podría dejar de producir latidos en cualquier momento. Después de que naciera, tardaron meses en que nos dejaran llevárnosla a casa. Y venían a visitarla cada semana. Después fueron meses. Después no venían, y teníamos que llevarla nosotros. No le dejaron entrar a clases, alegando que las secciones eran muy duras para su físico. Yukino creció necesitando a amigos. Decía que conquistaría el mundo, y así todo el mundo sería amigo suyo... - Ukyo veía con mirada triste el relato de la madre descorazonada. Recordó como Yukino les había dicho que no iba a clase porque estaba cerrada. Nunca pensó que era una mentira como otra cualquiera, de una niña que deseaba que la vieran como una niña normal.

- Lamento que Ryoga no pudiera venir... - dijo Ukyo, disculpándose por parte su amigo.

- ¿Ryoga? ¿Te refieres al chico que trabaja de camarero? - preguntó El padre de Yukino - si vino, y ya nos dio el pésame.

- ¿Vino? No sabía que hubiera asistido. Disculpe el mal entendido -

- No pasa nada. Es un buen chico - Respondió la señora Makimura. Ukyo no sabía el porque del comportamiento de Ryoga. Supuso que esto le había afectado, pero no creyó que tanto como para no saludar siquiera.

- ¿Me podrían decir donde está? - preguntó finalmente Ukyo, con ganas de hablar de nuevo con su enamorado.

- Lamentablemente ya se ha ido... - respondió el señor Makimura. Ante la cara de preocupación de Ukyo, sonrió. - Dijo que se iba a casa... -

- ¡Ryoga! - Se escuchó un grito. Ryoga caminaba bajo la nieve, con su sombrilla sostenida por su mano derecha, y su mochila en sus hombros. El chico se giró para ver a Mousse, que recién salía del funeral. Había visto partir a Ryoga antes de que se acabará, y decidió seguirlo. Pero Ryoga no parecía tener ganas de conversar.

- ¿Qué pasa? - pregunto el chico cerdo.

- Te acompaño a casa... - dijo Mousse, algo fatigado por la carrera. Los dos chicos se quedaron mirando unos momentos.

- Mi casa está muy lejos de aquí... - respondió Ryoga. Mousse lo miró a los ojos, y entendió rápidamente el mensaje.

- Bueno, un hogar, al fin y al cabo, es un sitio al que llegar - Mousse se rasco la cabeza - Y tenía la esperanza que después de esto, tu lugar siguiera estando en Nerima... Más concretamente en el Uchan's - Ryoga sonrió ante el comentario.

- Bueno, supongo que a alguien como yo, que se pierde tanto, le es difícil encontrarlo - Ryoga sacó un paquete que tenía en la maleta - Sin embargo, estoy seguro que mi hogar, por ahora, no esta en el barrio de Nerima... -

- ¿Qué es eso? - preguntó Mousse al ver el paquete. Estaba envuelto en una tela marrón, con unas cuerdas. Se veía que había varios objetos en su interior.

- Es un regalo de Navidad - dijo Ryoga, mientras se ponía en marcha - Acompáñame. Haremos de Santa Claus estas navidades - Mousse, no sabía a que se refería Ryoga, y por curiosidad, le siguió.

Ukyo entró finalmente a su restaurante. Ya no sabía que pensar. O no quería pensar nada más. Dentro de sí misma , sabía que hiciera lo que hiciera Ryoga, ella podría hacer algo al respecto. No era la típica chica que se mantenía callada, tomando el rol de mujer abandonada. No era su estilo. Ni mucho menos. Puede que no fuera la chica perfecta, pero sabía querer a una persona, y más a una persona que ella sabía que la amaba. Puede que por eso, no se sorprendió mucho al ver la ropa que le había regalado a Ryoga, y encima una nota y un regalo. Era la ropa que le había dado para que asistiera a clase. Era el símbolo de su estancia aquí, y ahora Ryoga se lo devolvía. Tomó la nota, y la abrió.

" Querida Ukyo:

Puede que esto te duela más a ti que a mí, pero tengo que marcharme. Hasta ahora mismo no sabía que pensar, y tenía clara mi situación. Pero la muerte de Yukino, me ha hecho darme cuenta, de las muchas cosas que he dejado inacabadas. Tantas, que puedo no acordarme. Y temo que, igual que la pequeña Yuki-chan, termine mis días sin finalizarlas. Sé que te prometí quedarme las navidades contigo, pero esta es mi decisión. No me siento preparado para estar contigo, sin antes acabar muchas cosas. Espero que lo entiendas, y que algún día llegues a perdonarme. Aunque puede que sea mucho que pedir. Aún así, gracias por todos estos momentos, y en temor a que no nos volvamos a ver, te pido que seas muy dichosa, y que encuentres tu felicidad.

Atentamente:

Ryoga"

Ukyo, con mirada seria, leía la carta, casi sin expresión. La dobló igual que había estado doblada todo este tiempo, y se la guardó en el bolsillo. Tomó el regalo de Ryoga, y lo abrió, sin más demora. Un expendido anillo había en su interior. Era el anillo que Ryoga había comprado ayer, junto a una nota que señalaba "Feliz Navidad, Uchan". Ukyo seguía sin saber que pensar, pero algo le hizo sonreír. No sabía si era una emoción antes de llorar desconsoladamente, o simplemente se estaba volviendo loca. Puede que, solamente quería sonreír. Sin embargo no dejaba de hacerlo, y empezaba a empaquetar sus cosas, sin perder su sonrisa. Sin perderla, se puso el anillo que Ryoga le había regalado en el dedo dedicado al anillo de compromiso. Sin perderla, dado que, aunque no sabía que pensar, sabía lo que tenía que hacer, y estaba decidida a ello.

Ryoga y Mousse caminaban bajo la nieve hasta la salida de Nerima. Ryoga le había pedido a Mousse que le ayudara a salir de la ciudad. Y curiosamente, Mousse no se ha hacerlo negó.

- Bueno, hasta aquí te dejo... - dijo Mousse, ante la entrada del bosque. Ranma solía irse a entrenar a ese valle cuando le entraba la necesidad de hacerlo. Puede que por ello, Mousse pensara en ese lugar para salir lo más rápidamente de Nerima.

- Es suficiente, gracias - Dijo Ryoga, echándose a caminar unos pasos - ¿No me vas a decir nada? -

- ¿Que quieres que te diga? - respondió Mousse - ¿Pretendes que te detenga? Estos días he descubierto que eres demasiado estúpido como para escuchar consejos ajenos. Además... No es la primera vez que te vas de Nerima con la intención de no volver... -

- Puede que tengas razón... -

- No me des la razón ahora que no sirve de nada... - Suspiró Mousse. Las cosas no habían salido como el deseaba. Puede que su objetivo fuera unir a Ranma y Akane para su alegría, pero la relación entre Ukyo y Ryoga se convirtió en algo muy suyo. Algo que no quería que se rompiera tan fácilmente. Pero no podía pretender que un perro callejero como Ryoga se quedara en un hogar. Sin embargo ante esta despedida, sonrió. Porque al fin y al cabo, lo perros siempre vuelven cuando tienen hambre.

- ¿Podrías hacerme un último favor? - preguntó Ryoga.

- No tengo dinero - respondió el chico pato. Ryoga le miró con cara de desesperación.

- ¡No es eso! - Ryoga se relajó un poco - Cuida de Ukyo ¿de acuerdo? -

- No me eches el muerto a mí ahora. Eso era y es asunto tuyo. Además, puede que yo también me vaya a dar una vuelta por ahí -

- ¿Me vas a acompañar? -

- No te hagas ilusiones, no pienso cargar contigo... La unión hace la fuerza en tiempos de necesidad - Mousse se guardó las manos en las mangas - Pero ahora mismo no necesitamos de nada en especial, ninguno de los que aquí vivimos - Ryoga no supo que pensar al oír sus palabras. Sabía perfectamente que su partida, afectaría a Ukyo. Y la de Mousse afectaría a las personas que a él estuvieran relacionadas. Sin embargo, hasta ahora, Mousse siempre llevó razón, y supuso que algún día lo entendería. Así que, sonriendo y sin más dilación, emprendió camino.

- Bueno, hasta la vista - Dijo el chico de amarillo, mientras partía a adentrarse al bosque.

- Que te lo pases bien... - Añadió Mousse, y partió de vuelta al Nekohanten, sin antes volverse por última vez a la salida de Nerima. Pero Ryoga no estaba allí. Sin embargo, sus pisadas en la nieve, se perdían en el bosque.

- ¿Estas segura de esto Uchan? - Pregunto Ranma, mientras veía a Ukyo cerrar definitivamente el restaurante. Levaba sus cosas en una bolsa, además de un puesto de Okonamiyakis andante, igual que el de su padre. Akane la protegía de la caída de la nieve con un paraguas.

- No te preocupes Ranma, las cosas están bien así - Dijo Ukyo, echándose la bolsa a la espalda y atándosela - Es la decisión que he tomado -

- ¿Y no será demasiado pesado para ti? Al fin y al cabo, Ryoga siempre vuelve a Nerima - Preguntó Akane, preocupándose de la chica.

- Hace diez años, partí de casa en busca de Ranma. En esa ocasión era por venganza. Creo, que el hecho de que ahora sea por amor, me da fuerzas para estar otros diez años buscando. Para eso y mucho más - respondió Ukyo, mientras tomaba su carrito y echaba a andar. Ranma y Akane la siguieron.

- Te echaremos de menos, Uchan - Ranma intentaba no parecer demasiado melancólico, para no forzarla a nada.

- Si te encuentras a Ryoga, dile que esperamos que vuelva a saludar - dijo Akane.

- No te preocupes. Le encontraré, y le traeré de vuelta - Ukyo se detuvo un momento, para darse la vuelta y despedirse - Así que... Ya nos volveremos a ver - Dijo, sonriendo. Akane y Ranma también sonrieron.

- Os estaremos esperando - dijo finalmente Ranma. Ukyo hizo una reverencia, y emprendió el camino, esta vez sola. Al principio, cuando les anuncio su ida, tuvieron sus dudas. Pensaban que era un capricho, algo que no sería bueno para ella. Pero su decisión al explicárselo, les hizo ver que no tenia ninguna duda, y que ese era el camino que había tomado. Lamentablemente no pudieron despedirse de Ryoga, pero Ukyo aseguro que le obligaría a volver. Esperaban volver a ver a Ryoga y Ukyo algún día. Y con esa esperanza, finalmente, Ranma y Akane vieron a la joven cocinera manchar, sonriendo, bajo la nieve, hacia el horizonte.

...Fin...

Fin del capítulo 10, capítulo final

Terminado a las 23:11 de la noche, horario de Greenwich

Cigarros en el cenicero: 5

Tazas de Café servidos: 2

Película de la semana: Idiot Scene - Sinopsis: H.Battosai es un director mujeriego y fracasado que no busca nada mas que dirigir su primera película. Pero un día, buscando explicación a su fracaso, conoce a Florence K-Ne, la presidenta del Club de Investigaciones de Relatos de Borrachos, que le asegura que todo forma parte de un complejo sistema alienígena para conquistar el mundo! H.Battosai, decidido a dirigir su película, tendrá que luchar y salvar la Tierra, para crear su film. Pero ni mucho menos será tan fácil - Hora: 20:00 Canal MQMF

NFutL (Notas Finales un tanto Largas): Final feliz o Final triste. Excepto el final de la vida, la muerte, que queda plasmado con la muerte de Yukino, todo final va unido a un nuevo principio. Puede que por ello, este final no sea ni muy triste ni muy feliz. Akane y Ranma están definitivamente juntos, por lo menos, dentro de sus corazones, y son felices. Ryoga tomó su propia decisión, decisión de arreglar muchos asuntos antes de estar con Ukyo. Y es feliz con su decisión. Y Ukyo, finalmente a encontrado a alguien a quién amar de verdad, y ser correspondida. Ha tomado sus bártulos, y a partido detrás de su amor, y también es feliz. Ninguno a tenido tristeza en sus corazones en esta conclusión de historia, y han sonreído al final. Sin embargo, Ranma y Akane han perdido a sus amigos, que se marchan solos por cada lado. Y están tristes por ellos. Ryoga a tenido que partir, dejando atrás a Ukyo, y le duele dejarla así. Esta triste por ella. Y Ukyo, sufre por ver partir a su amor, en total soledad, sabiendo que podrían estar juntos. Está triste por Ryoga. Son felices en si mismo, e infelices por los demás. ¿Es por ello un final feliz o uno triste? No se que decir, realmente. Supongo que eso es cosa de cada lector. Muchas veces me critican por que mis finales se repiten demasiado. Tengo tendencia a plasmar la muerte en ellos. Sin embargo también suelo hacerlo con la esperanza. Creo que un final sin esperanza, sin un sentimiento que te quede de que todo puede volver a ser como antes, no es un final. La esperanza nunca se pierde, y eso es algo que todos sabemos. Pero creo que todo los personajes han tomado la decisión acertada, dado el surgimiento de los acontecimientos. Nadie detuvo a nadie, y nadie intento persuadir a nadie. Todos hicieron lo que tenían que hacer, y dejaron a los demás que hicieran lo que creían conveniente. Era la mejor forma de actuar.

Releyendo el fic por encima, me doy cuenta de varias cosas. La mujeres son las mas seguras de su situación amorosa, y digamos que son las que llevan las riendas. Aunque también es verdad que Ryoga y Ranma no son chicos normales. También veo que tanto Ryoga como Ukyo, tienden a no saber lo que siente el uno por el otro, mientras que Akane y Ranma, desde el principio, van reafirmando su relación. No hay peleas de artes marciales, ni los padres de Ranma y Akane atosigándolos. No hay prometidas ni enamorados. Solo nieve cayendo. Esa tranquilidad que se da los diez días que ocurre el fic de cierto modo, no es normal en el mundo de Rumiko. Puede que este fic, esta posibilidad, nunca se diera en la historia original, simplemente, porque los personajes no tengan tiempo a replantearse las cosas. En ese punto, este fic es algo idealista, y sale de contexto. Pero me ha gustado escribirlo, y me he divertido muchísimo. Podría hacer segundas partes o terceras, pero lo dejaré así. Puede que me lo plantee más adelante. Por ahora, me dedicaré a admirar la historia terminada, como quien escucha una canción, y tararea su ritmo hasta cansarse. Ya habrá tiempo de oír otra canción. Y es que, después de tanto oneshots, me alegra terminar un fic largo, y no quisiera empezar algo que no terminaré.

Muchas gracias a los que habéis escrito reviews, mandado e-mails, o agregado al msn para hablar de la historia. Pero especialmente, a todos lo que habéis leído estas últimas lineas.

Hasta más ver.

H.Battosai.

Octubre del 2004

Publicado originalmente en