Crónica de una Muerte

Capítulo 2: Ahora es demasiado tarde...

Han pasado 3 horas más desde que me vi al espejo... 3 horas desde que me vi obligada a recostarme en la bañera para esperar... apenas si siento mi cuerpo, mi visión se ha vuelto borrosa, y mi mente no hace más que reproducir sucesos del pasado... quiero descansar ya... quiero que mi mente deje de pensar y se cierre para siempre... ha sido largo el suplicio, ahora creo que deliro porque escucho voces, no sé de donde provienen, pero las escucho una y otra vez, se ríen de mí, pero también me llaman... me dicen que todo será mejor si estoy con ellos, y yo sólo quiero cerrar mis ojos y no sentir ni escuchar nada... pero siguen ahí... mi respiración se ha empezado a dificultar, sé que ahora he perdido la mayor parte de la sangre de mi cuerpo, a mi corazón se le ha dificultado bombear sangre para funcionar, lo sé porque siento mis latidos en mis oídos, unas veces demasiado rápido luchando por mantener mi cuerpo funcionando, otras veces lo he sentido casi dejar de moverse mientras caigo en un aletargado sueño... ven a mí dulce muerte, no puedo evitar pensar mientras siento que mi cuerpo flota... Ven dulce muerte....

-Pero... ¿qué es lo qué está pasando Kenji?-

-Por dios, ¡¡qué es esto!!... oh... que no sea nada grave... que no lo sea... Ikuko, ayúdame a abrir esta puerta, trae las llaves...- sin decir nada, así lo hizo la mamá de la rubia.

-Kenji...- decía entre lágrimas la señora, al ver las gotas de sangre, esparcidas por el piso del cuarto de su hija –Apresúrate, ¿quieres?-

-Eso intento mujer, eso intento...- decía nerviosos, mientras las llaves resbalaban una y otra vez por sus manos temblorosas, tenía una enorme opresión en el pecho que le decía que algo muy malo había ocurrido. Después de varios intentos, por fin la puerta cedió, pero lo que sus ojos vieron, no lo alentaron más... - Serena!!!- gritó al ver el cuerpo de la rubia bañado en sangre, al mismo tiempo que corría para acercarse a ella –Serena, hija... ¿qué has hecho?... ¿por qué?...¿por qué?...- decía llorando mientras acunaba y mecía a la chica en sus brazos, las enormes cortadas en sus muñecas le aterraban. Mamá Ikuko sólo permaneció estática al pie de la puerta del baño, no podía moverse, su cuerpo no le respondía... era simplemente un sueño, no podía ser cierto... no, un sueño no, una pesadilla...

-¿Papá?... – susurro al verlo entrar al cuarto de baño. –Papá... no, ¿qué haces aquí?... vete, no quiero que me veas así... no, yo... yo no quería... No llores papá, por favor... no...-

-Rápido, Ikuko... ¡¡llama a una ambulancia!!- gritó Kenji reaccionando de su shock, haciendo también reaccionar a su esposa que aun permanecía en el umbral de la puerta. De inmediato Ikuko abandonó el lugar para ir junto al teléfono. –Hija... mi niña...- decía mientras le apartaba algunos mechones de pelo de su cara pálida –Lo siento... sé que yo noté desde hacia mucho tristeza en tus ojos pero no hice nada...- ahora tenía la cara bañada en lágrimas, si volvía sus recuerdos a instantes pasados, podía ver los inicios de lo que desencadenó el suceso que le hacía encoger el corazón ahora.

-No, papá... no te culpes... tu no tuviste nada que ver en esto...yo soy la culpable...-

-¿Cuanto puede demorar una ambulancia?- dijo al aire desesperado. –Aguanta mi niña, aguanta... vas a estar bien... ¿me oyes?... vas a estar bien y vivirás mucho más... aquí esta tu papá contigo, tu papá que te quiere mucho...-

-oh.... Papá, estoy aquí... Lo siento, lo siento mucho...- me acerqué a él para abrazarlo, pero para mi sorpresa no pude hacerlo. -¿qué sucede papá?... ¿porqué no me oyes?- estoy confundida, qué es lo que pasa, de pronto me sentí adormilada, y vi solo oscuridad, y cuando desperté me sentía bien... pero ahora parece que nadie me oye... ¿a quién abraza papá si yo estoy aquí?...-

Afuera se oyeron sirenas, pero todo se oía muy lejano para el papá de la rubia que sólo quería susurrarle cosas a su hija para que se mantuviera con él. Sólo cuando la voz de su esposa lo llamó se dio cuenta de lo que pasaba.

-Kenji, la ambulancia...-

-Permítame señor- oyó que le dijeron mientras lo apartaban de su hija casi a la fuerza, no quería dejarla ni un solo momento.

-Oigan, a quién atienden... ¿por qué me ignoran?... Yo estoy aquí...-

-¿Por qué no se apresuran?...No ve que mi hija está grave...-

-Lo siento, señor...-

-¿Lo siente, señor?... ¿por qué lo siente?...-

-Su hija está muerta...- dijo con profundo pesar uno de los paramédicos.

-¡¿Qué?!... -exclamó Kenji –Pero, ¿qué dice?... usted está loco... mi hija aún vive, lo sé...- decía con incredulidad y horror

-Señor... tiene que aceptarlo, no tiene pulso, su corazón dejó de latir hace mucho rato...-

-No, mi hija no...-

-SERENA!!!- gritó mama Ikuko, mientras se abalanzaba sobre el cuerpo de su pequeña –Hija... ¿verdad que vas a estar bien?...- decía entre sollozos abrazando a su hija, mientras toda su ropa se llenaba de sangre.

-Ven, Ikuko, déjala ya...- dijo Kenji mientras apartaba a su esposa forzosamente de la rubia.

-Por dios, Kenji, esto no puede ser cierto.... No, no, no...- decía mamá Ikuko mientras se llevaba una mano a la cara y dejaba que las lágrimas bañaran su rostro. Kenji abrazó a su esposa aprestándola fuerte, mientras se negaba a creer lo que le decían.

-Pero... ¿qué pasa?... yo estoy aquí...no sé porqué dicen que....- miró hacia donde antes había estado papá y no puedo creerlo, ahí estoy yo, es mi... mi cuerpo...-pero ¿qué es lo qué está...?-


Estamos aquí reunidos para honrar a la memoria de nuestra querida hermana Serena Tsukino que ha abandonado este mundo para ir al lado de nuestro señor...

El lugar estaba lleno de gente, amigos, conocidos, familiares... a todos les había tomado por sorpresa, nunca pensaron en que la niña dulce e inocente que conocía pudiera terminar así...

No se explicaban los motivos que tuvo para hacer tal cosa...nadie lo vino venir...pero allí estaban, despidiendo a la rubia que siempre les había hecho sonreír, a la niña caprichosa que nadie pensó con problemas,

-ahora que no puedo tocarte, ahora que sé que te irás para siempre, me doy cuenta de lo equivocado que estuve siempre, siempre pensando que te tenía ahí para mí cada vez que estirara mi mano, que siempre vería tu linda sonrisa alegrarme el día... y ahora ya no puedo hacer nada, por más que me arrepienta de haber sido tan frío contigo, de haberte dejado sola en muchos momentos que no supe ver que necesitabas mi ayuda, de haberte hecho a un lado cuando lo que querías era estar conmigo, ya no puedo, YA NO PUEDO, ya no puedo decirte que te amo, no puedo abrazarte ni darte un beso, se ha ido para siempre tu presencia, jamás volveré a escuchar tu linda voz que me decía te quiero, Serena.... No me di cuenta, pero eras mi sustento, mi soplo de vida... ¿y ahora que haré sin ti?... amor, mi niña, te amo y me resulta imposible arrancarme este sentimiento del corazón, pero ahora ¿qué hago con él?... sólo tu eras mi dueña, y sin embargo me perdí dentro de mí mismo sin saber que mi felicidad eras tú... y Ya no puedo....- decía en un susurro el joven de cabellos negros cuando se quedó solo frente a la tumba de la rubia, mientras las lágrimas iban surcando su rostro –Serena, mi alma se ha ido contigo, ¿porqué?... ¿porqué?..¿POR QUÉ?..- repetía una y otra vez como si fuera una súplica, hasta que la súplica se convirtió en gritos dejándose vencer por el peso que llevaba sobre sí mismo, cayendo al piso mientras un torrente de gotas saladas se deslizaban por sus mejillas, apretó fuerte el césped, hasta obtener un puñado de hierba en su mano en medio de la desesperación... su corazón se sentía desolado... el dolor era inmenso, desgarrador, casi insoportable, solo podía llorar... mientras las gotas de lluvia que habían empezado a caer empapaban su ropa.

-La muerte de la rubia le ha afectado...-

-..¿y?...¿ apenas se vino a dar cuenta que la necesitaba?...¿Qué la quería?-

-Pero...-

-No hay peros, ya es tarde...-

-Sí, es cierto... será un nuevo comienzo para todos...- decía una de las dos figuras vestidas de negro que estaban situadas a lo lejos observando a Darien.

-Tenemos trabajo que hacer...- dijo desapareciendo con su compañero.


Logré lo que quería, separe mi alma de mi cuerpo y ahora soy ¿libre?... pero entonces... ¿por qué me siento más prisionera que nunca?... destruí mi corazón, mis memorias, ahora ya casi no quedan recuerdos y pronto mi vida pasada será solo nada... no puedo recordar mi nombre ni quien soy, sólo queda el vacío... pero ¿qué es este sentimiento que aún después del ensueño me hace "sentir" mal?.... Es porque... sé que volveré a vivir... y.... me siento cobarde... sólo puedo hallar en mí este sentimiento horrible de culpabilidad por haber dejado algo empezado, algo que debí continuar, soy una cobarde... y lo seguiré siendo por el resto de la eternidad... mañana será otra vida y ¿acaso haré lo mismo?... no puedo con esta carga sobre mí... una y otra vez veo la escena de mi muerte y me parece horrible... y ¿acaso puedo arrepentirme?... mentirosa, les hiciste creer que los querías y a la primera los dejaste solos, ingenua, creíste que con dormir para siempre se iba solucionar, pero sabías que no era así, inepta, ahora tendrás que quedarte sumergida en el hoyo que tú misma has creado para ti. ¿Y ahora tienes el descaro de arrepentirte?... ahora es demasiado tarde....

NOTAS DE LA AUTORA: Espero que dejen reviews, de ellos depende si continúe escribiendo o no... puesto que últimamente me cuesta más plasmar las ideas... el compromiso con ustedes es el que me hace continuar...

Todo es bien recibido, tomatazos, críticas, lo que sea menos virus.

Con cariño,

Moonligth8