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La tormenta era fuerte, pero la cabaña que Iris había encontrado no se encontraba lejos, solo deseaba que su mascota se encontrara bien, de pronto, escucho algunos rugidos que parecían provenir de mas arriba.

-¿Qué será eso?- dijo, mientras prepara algunas armas, por si acaso. Continúo con su camino, y mas rugidos fueron escuchados, parecía que esa criatura estuviese herida, al parecer...

-¡El cazador!- dijo algo asustada –Ese idiota, debe estar en problemas.- Y, con pasos mas largos continuo subiendo.

La tormenta parecía estar calmándose y los rugidos se escuchaban mas cerca, pudo observar que su halcón se acercaba a ella y luego se dirigía hacia un punto lejos del camino que ella llevaba, decidió seguirla.

Al llegar al acantilado, encontró a una enorme criatura, cuya "piel" era solo músculo que se veía blanquecino por la nieve que parecía haberse congelada sobre ella. Observo las cosas tiradas y mas adelante encontró a D que en ese momento perdía la conciencia.

Se acerco a toda prisa hacia el cazador, parecía que se encontraba muy mal herido, al llegar al cuerpo, observo con asombro las terribles heridas que tenia sobre su cuerpo, pero mayor fue su asombro al ver su rostro.

-An... ¡Ángel!-

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Tristeza...

Hacia ya mucho tiempo que vivía lejos de toda aquella gente que lo lastimaba, ya se había acostumbrado, pero, aun así, se sentía solo.

Un bosque...

Habitaba el bosque, nadie se acercaba, todos le temían al bosque.

Gritos...

Se escuchaban gritos, alguien pidiendo ayuda. Fue corriendo hacia el punto de donde se escuchaban los gritos.

Lobos...

Lobos alrededor de alguien. Comenzó a atacarlos con flechas, pero eran muchos, debía hacer algo o él también moriría.

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-No te preocupes, los lobos ya se han ido.-

-Gracias, me has salvado la vida, mil gracias.-

- .U De nad.... ¡Oye! ¿Qué te pasa?- en ese momento la niña se desmayo.

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-Y ¿Por qué estas solo? ¿Acaso te gusta vivir aquí?-

-No-

-¿Entonces?-

-Para que nadie pueda lastimarme-

-¿Y no te sientes solo?-

-Eso es algo que no te importa-

-Ya veo... Yo también me sentiría sola, ¿tienes amigos?-

- ¬¬ No-

-Entonces... - ¡seamos amigos! ¿Te parece bien?-

- O.O (N/A: jajajaja, se supone que es un sonrojo :P, que niña tan preguntona)-

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-¡Ya se! ¿Y si nos ponemos un apodo? Así, la gente del pueblo no sabrá que te conozco y no vendrán a lastimarse, aunque... ellos se lo pierden, porque tengo al mejor amigo del mundo - -

- .U Gracias... Me parece bien-

-¡Bien! Porque ya había pensado uno para ti-

- o.o ¿En serio?-

-Sip, había pensado que, cuando nos conocimos, tu me salvaste de los lobos, te llamaras Ángel, como si fueras mi ángel de la guarda, pensé que seria bonito, ¿te gusta?-

-ah... si, es muy bonito, gracias-

-Que bueno que te guste, Ángel. Y ¿cual crees que me quede a mi?-

-Mmm... No lo se, déjame pensar... ¿Qué te parece... Crystal?-

-¿Crystal?-

-Si, como tu nunca te callas nada (N/A: entiendase el sarcasmo XD), pensé que eras tan transparente como el cristal, además, con el sol, siempre reflejan colores muy bonitos, ¿te gusta? Porque si no te gusta puedo cambiarlo.-

-¿Crystal? Mmm... - Si, es muy bonito, gracias (N/A: jajajaja, no entendió el sarcasmo --).-

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Comenzó a sentir el dolor recorrer su cuerpo, pero no tenia frió; abrió los ojos, se encontraba en una cabaña al parecer. Intento levantarse de la "cama" en la que se encontraba pero el dolor en su hombro no lo permitía.

-¿Qué fue lo que me paso?- pregunto D a la nada.

-¿No lo recuerdas?- dijo una voz, que sorprendió un poco a D –Estuviste peleando con una criatura en la nieve, perdiste en el conocimiento cuando llegue, tuviste mucha suerte de que Iris te encontrara.- Esa voz era familiar, giro un poco su cabeza y vio el cuerpo de una persona en contra del fuego, pero la luz del mismo no le permitía ver su rostro.

-¿Ah, si? ¿Que te hace pensar que necesitaba tu ayuda?- dijo, mientras volvía a incorporarse, pero una mano no lo permitió, adicionándole el dolor que sentía, claro.

-Siempre tan independiente Ángel-

-¿¡Que dijiste!?- abrió los ojos, se sorprendió al escuchar que aquella mujer lo llamara por ese nombre. Vio como la mujer no tenia puesta ni su capa ni su sombrero, ni siquiera la bufanda, que al parecer había usado para cubrirlo a él.

-Lo que oíste, ¿o acaso ya no te acuerdas de mi?- dijo la mujer mientras se sentaba a lado de D. La luz del fuego ilumino su bello rostro, su cabello era rubio, largo hasta la cintura, y sus ojos eran los mismos que él recordaba de aquella persona que había llegado a ocupar un lugar muy especial en su corazón.

-¿¡Crystal!?- no podía ser, acaso estaba soñando, o, quizás, estaba muerto.

La chica solo esbozó una sonrisa y se puso a revisar las heridas de D. –Veo que sanas rápidamente, aunque por un momento CREI que morirías. Esa criatura era espantosa, me pregunto que más cosas habrá hecho ese ser.-

-Pero tú...- dijo D, tomando a la chica por la muñeca- tú...-

-¿Yo que Ángel?-

-Tú deberías estar muerta-

-Pues ya ves que no- dijo Crystal, soltándose de D y yéndose a sentar cerca del fuego.

-Pero como, ¿Cómo saliste con vida de aquel... día?- esta vez, D se sentó sobre las mantas que constituían su cama.

La chica suspiro. –Fue por mi mamá-

-...-

-Fui al bosque, a buscarte como siempre lo hacia, pero esa vez era diferente, porque ella sabia a donde iba yo y sobre todo con quien estaba.-

-¿Ella lo sabia?-

-Si, me dijo que nunca se puede engañar a una madre, pero no me dijo nada malo, al contrario. El caso es, que cuando ya había salido del pueblo, comencé a escuchar los gritos, decidí regresar pero fue cuando comenzaron las explosiones.-

-Si, yo también las escuche-

-Cuando llegue, había gente muerta por todas partes, las casas se quemaban y fue cuando lo vi, era un vampiro, mataba a todo aquel que se le pusiera enfrente, su risa, aun la recuerdo. Estaba paralizada, no podía moverme y fue cuando me vio, se dirigió a mi, pero mi madre salio de algún lado y me llevo a la casa, cerro la puerta y me metió en el sótano, me pidió que no hiciera ni un solo ruido; me dio dinero, y después cerro, yo quería salir y estar con ella, pero no lo hice.-

-Lo siento-

-No importa, ya paso. Ella murió, y eso es todo. Será mejor que descanses un poco mas, estamos cerca del palacio, y de seguro el vampiro ya sabe que estamos aquí, así que no hay que confiarnos. Duerme, yo estaré vigilando.- dijo la chica, mientras hacia que D se recostara. No se encontraba con las fuerzas suficientes como para discutir, estaba impresionado por el relato de su amiga. Pero, ¿Cómo sobrevivió después de eso? Bueno, tal vez se lo preguntaría después.

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