Buscando un futuro

Capítulo 3: El Concilio

Dos semanas pasaron antes que los restantes miembros de la comunidad comenzaran a llegar. "Debe ser un lugar muy extraño de donde usted viene"- comentó Gimly al oír mis quejas respecto a las demoras- "Son varios días a caballo hasta la Comarca, por no decir, el Bosque Negro"-Lo mire incrédula, en mi dimensión eso era una locura, autos, trenes, aviones, ni hablar de las tele-transportaciones con las que contábamos en la Agencia, nos permitían trasladarnos de una punto a otro del globo, en mas tardar un día.

"Pues sí que lo es Señor enano, las cosas no nos toman tanto tiempo- dije caminando de un lado a otro y pisando el borde de mi vestido- ni hablar de la ropa- me quejé- no entiendo porque Elrond insiste en que use estos estúpidos vestidos- el enano me miró asombrado- en mi hogar las mujeres también usamos pantalones"- explique para su sorpresa

"Pues sí que debe ser un lugar raro"- dijo Aragorn entrando a la sala

"Sí, es bastante complicado de explicar"- asegure para no provocar mas su curiosidad.

"Los hobbits han llegado"- me aseguró con una sonrisa- "ya solo falta Legolas para que podamos saber cual es tu secreto"- reí con ganas ante el comentario

"Ni que fuera tan complicada?"- pregunté entre risas

"Pues lo eres"-me notifico el rey de Gondor "Desde que llegaste no supimos mas que tu nombre, dices venir de un lugar muy distinto que este, pero no dices donde"- continuo Gimly poniéndose de pie y dando vueltas a mi alrededor mientras me observaba.

"Además la expresión de Elrond al verte"- continuo Aragorn.

"Bueno, ya basta- reí- es esto un interrogatorio coordinado?"- los dos amigos rieron

"no quisimos ser descorteses"- aseguró el enano

"ES solo que eres muy extraña"- continuo Aragorn, como leyendo sus pensamientos- "no podemos soportar los misterios, y al parecer, eres uno demasiado grande en esta casa"

"Calma, mis señores- aseguré riendo, mientras salía en dirección a las habitaciones de los hobbits- no tendrán mucho que esperar, solo a su amigo del bosque"

No pude llegar hasta mi destino pues Elrond me interceptó y me pidió que lo acompañe a su despacho, cuan grande fue mi sorpresa al encontrar a los cuatro hobbits, junto con un "anciano" quien por lo deduje de anciano tenía poco, era Gandalf el Blanco.

"Mis queridos hobbits- me presento Elrond- ella es la Dama Lamia, quien nos trajo las noticias del porque se esta oscureciendo nuevamente la Tierra Media"- los hobbits me saludaron sonrientes, presentándose uno por uno, Merry, Pippin, Sam y Frodo, este último preguntó con voz triste, apagada:

"Por que vuelven a involucrarnos en esto? No hemos padecido mucho ya?"- sentí ternura ante la preocupación del hobbit, parecía ido, cansado, me arrodille a su lado y tome su manita

"No hay nada que quisiera más que no tener que preocuparlos con estas noticias, pero desafortunadamente no puedo hacerlo, y el porque deberá esperar hasta el Concilio" -Sentí sus miradas comprensivas a lo que sucedía mientras salía de la habitación.

En las dos semanas que transcurrieron hasta la llegada del último miembro de la comunidad había entablado una relación excelente con los hobbits, además de la ya adquirida con Gimly y Aragorn, y hablaba bastante con Gandalf, cosa que según supe después era todo un logro. Por lo que no dudaba me llevaría de maravilla con el elfo, no sabía aún todo lo que me tocaría compartir con esos compañeros.

Aquella tarde me encontraba leyendo en el balcón de mi dormitorio, cuando sentí un escalofríos en mi espalda, levanté la vista hacia la entrada y lo vi, el ser más perfecto que mis ojos hayan visto nunca, el dorado cabello caía ordenadamente en su hombros, junto a su piel transparente parecían atraer hacia si toda la luz circundante, sus ojos eran dos oscuros fosos marinos, en los que una podía ahogarse en un instante, me miraba atentamente, por lo que no pude evitar turbarme y saludar desde la distancia con la cabeza, intentando volver a enterrarme en la lectura de la historia de Gondolin, a pesar de todos mis intentos no pude concentrarme, sentía aun su hermosa mirada, no podía sacarla de mi memoria.

Qué me estaba pasando? Lamia sácate esas cosas de la cabeza, vos no podes amar, no podes amar a nadie, no podes permitirlo, no de nuevo. Salí de mi habitación directo al comedor donde mis amigos me esperaban, gracias a todos los dioses, no había vuelto a cruzarme con aquel ser.

"Mañana realizaremos el concilio- aseguró Elrond durante la comida- "cuando llamen las campanas nos reuniremos"- asentí meditando sus palabras.

"Legolas llegó hoy, me pidió que lo disculpen pero se encontraba fatigado por el viaje"- aseguró Aragorn. Genial, ahora sí podría encargarme de arreglar todo aquello, tanta espera me volvía loca, pero al menos ya me había acostumbrado a los vestidos.

"Primero yo me encargaré de explicarles el panorama general, luego Lamia se encargará de explicar la información que trae desde su hogar"- explicó el señor de la casa

Por alguna estúpida razón, esa mañana estaba sumamente nerviosa, me había tocado enfrentarme a todo tipos de seres, pero siempre lo había hecho sola, y no era muy buena a la hora de hablar en público, decidí que mi aspecto podría influir en ello, por lo que no dudé en ponerme un bello, pero discreto vestido negro, con largas y anchas mangas, que tenía como único detalle un hermoso bordado élfico alrededor del cuello y las mangas.

Tenía que admitir que tenían razón en lo que decían los psicólogos de la Agencia, el cambiar de vestimenta puede ayudar a dar fuerzas, en todo caso, no me sentía yo misma vestida con esa ropa tan fina y elegante, que fue la que me ayudo a sobrellevar aquella situación. En cuanto salí de mi habitación oyendo las campanas y me tope con una hermosa mirada gris a mi puerta

"Dama Lamia, me haría el honor de permitirme acompañarla hasta el concilio?"- pregunto un apuesto elfo que me esperaba, realmente no sabía como reaccionar ante tal pedido

"Será un placer, Elladan"- respondí tomando el brazo que me ofrecía, en ese mes nos habíamos hecho buenos amigos, era realmente un ser muy dulce, y simpático, con mucho mejor carácter que su hermano, y más amigable. Por lo que no pude evitar, a pesar de lo grave de la situación llegar riendo al lugar del concilio. Este se realizaría en una hermosa terraza, donde podíamos ver el espectacular valle, había un sillón principal en el que se ubicaba Elrond, a su derecha Elrhoir, seguido de Aragorn y Gandalf, luego dos lugares libres, al lado izquierdo se ubicó Elladan, luego de ubicarme a su lado, junto a Frodo y Sam, Merry y Pippin llegaron corriendo en ese instante deshaciéndose en disculpas, no pude evitar reírme al ver sus caras.

"Tanto preocuparnos y Legolas y Gimly no llegaron"- se quejó Pippin

"Bueno, al menos por una vez no somos los últimos- comentó Merry mientras se ubicaba en su lugar. "

Eso es porque no quisimos hacerlos sentir mal"-dijo el enano apareciendo de improviso en el lugar, no pude dejar de reír ante tal comentario, pero mi sorpresa fue mayor al ver al elfo que lo acompañaba, el hermoso ser de los ojos azules se sentó junto al mago. Así que ese era Legolas, sentí ese pequeño escalofrío en la espalda cuando su sorprendida mirada se clavó en mí, lo salude con la cabeza como el día anterior, en el momento que Elrond se levantó y dijo con su profunda y dulce voz:

"Los hemos vuelto a reunir porque a ocurrido algo que no esperábamos, tanto Gimly como Aragorn vinieron desde sus tierras en busca de consejo respecto a la oscuridad que vieron en sus reinos, a los demás los hemos mandado a llamar, por las noticias que han llegado desde lugares muy lejanos, que Lamia procederá a explicar"- el señor de los elfos se sentó dándome la palabra, tome aire profundamente y me puse de pie

"Desde que llegue aquí tanto Gimly como Aragorn, y luego el resto quisieron saber de donde venía, y que era lo que sabía- sentí el pánico invadirme, no sabía que decir, como encarar el tema- les molestaría si camino?, es que necesito caminar para poder expresarme- Elrond asintió, por lo que comencé a ir y venir por el semicírculo deteniéndome y gesticulando mientras hablaba-como les decía todos querían saber de donde vengo, la verdad es que vengo de otra dimensión- sentí los ojos de todos observándome como un bicho raro- es por eso que me veo tan distinta, hablo, y me visto, de otra forma también- recalque dirigiendo mi vista al enano ya al rey de Gondor- Todas las dimensiones deben mantener cierto equilibrio, para que ninguna sea destruida, para mantener el orden existe una organización que reúne a seres de todas las dimensiones y que procura proteger a todas las dimensiones cuando algo esta por romper su equilibrio"- me detuve un momento para observar sus caras, para ver como entendían, que pensaban de lo que había dicho, al no recibir contestación alguna continué:

"No podemos intervenir en cualquier momento, debemos permitir que lo que deba ocurrir ocurra, solo se nos autoriza en momentos en los que un suceso pueda destruir esa dimension. La anterior guerra con Sauron es un claro ejemplo, existiendo la posibilidad de la destrucción del anillo nosotros no podíamos intervenir, pero si este llegaba a caer en sus manos si podríamos hacerlo"- al parecer todos estaban a punto de preguntar sobre eso, porque sus caras parecían afirmar algo.

"Debe ser muy grave lo que esta sucediendo- comentó Aragorn con seriedad- sino no estarías aquí, ¿que puede ser peor que Sauron?"- tome aire, como les explicaría todo aquello?

"Sauron y Morgoth juntos te parece suficientemente malo?"- pregunté con seriedad viendo cara de espanto los presentes- "Boca de Sauron sobrevivió, y pretende devolverles sus poderes- continué- él es quien esta guiando a los orcos, que no estan atacando porque sí, estan buscando las ruinas de Gondolin, allí hay una fuente en la que puede revivirlos, devolverle sus poderes"- pude percibir como había disminuido mi nerviosismo luego de largar todo aquello, pero veía el pánico en los rostros de los demás

"Y que tiene que ver eso con nosotros?- quiso saber Frodo – no por nada estamos nosotros ocho aqu

"Buscando entre muchos profecías Elrond y yo encontramos algo que confirmó las sospechas que yo traía desde mi hogar"- el señor de los elfos sacó un pergamino, el escrito original, que se guardaba en su casa desde tiempos inmemoriales

"cuando la oscuridad parezca dormida- leyó con voz potente- renacerá en la ciudad escondida, solo aquellos que pudieron detenerla, los compañeros y amigos lograrán hacerlo de nuevo. Los nueve eran, nueve ahora serán, uniéndose un ángel en el oscuro pesar"

El aire podía cortarse literalmente con una tijera, los amigos comprendieron que otra vez deberían marchar, otra vez el destino de la Tierra Media descansaría en sus hombros, espadas, arcos y hachas, otra vez estarían frente al peligro, un peligro mas fuerte, mas oscuro que cualquiera que podía haber existido en las dos edades anteriores.

"Pero solo somos ocho- preguntó una voz desconocida a mi espalda, voltee hacia los ojos azules y concluí con seriedad

"Yo ire con ustedes"

yo sigo de viaje pero aca les dejo otro capi espro que les gust y me dejen rviews