Capítulo 24: Conteniendo suspiros
Cuando entramos en la sala del palacio pudimos ver una extraña escena, tanto Aragorn como los demás generales estaban con sus armaduras listos para la batalla, una cuadrada tela de color rojo se encontraba en el centro con una mesa ratona sobre ella, en la mesa distinguía perfectamente un inciencero del que se desprendía un dulce sabor, un pequeño recipiente, en el que el fuego nacía en una cálida llama, un jarrón con unas hermosas flores y una gran copa de cristal con pura agua. Mis amigos me miraban sonrientes, con aquellas extrañas ropas blancas.
Micael vestía una amplia remera tipo túnica, y un cómodo pantalón, ropa tradicional de los derviches, aquellos danzantes que llegaban al éxtasis en su danza, uniéndose a Dios y llegando a levitar en sus bailes; Karim en cambio llevaba un extraño pantalón tipo babuchas, y unas botas de piel, también blancas, una camisa sujeta por una amplia faja, y un lago chaleco, según la tradición de los tuaregs, la antigua secta que peregrinaba por el desierto, guardando los secretos de la diosa blanca; Salomé llevaba un hermoso vestido blanco, muy similar a los que veníamos usando desde que llegamos a la Tierra Media, la ropa de los alquimistas, que buscaban no solo el oro material, sino que este era la consecuencia del oro espiritual, la purificación del alma humana, su liberación de los poderes materiales.
"Llegó la hora"-comentó Micael con una traviesa sonrisa entregándome un bulto blanco, se lo saqué de las manos, me encamine hacia mi habitación donde me puse el extraño vestido, era una especie de túnica recta, sin mangas y con un amplio escote, por no mencionar el tamaño de los tajos en cada lado falda, que subían hasta mis muslos, para entallarla, dos plateados ribetes salían debajo del escote en v y daban varias vueltas alrededor de mi torso, para volver a unirse con un nudo en mi espalda.
Pude notar las miradas sorprendidas de mis amigos, esa ropa era por demás de atrevida, Legolas parecía por demás de embobado, por lo que le sonreí y expliqué
"Si bien todos tenemos todos tipos de entrenamientos, cada uno tiene una mayor relación con alguno de los grupos, el mío son las sacerdotisas de Afrodita"- me senté junto a mis amigos uno en cada lado de la mesa, ante la mirada extrañada de los demás generales comenzamos el extraño ritual
"Somos los hijos de la luz"- comenzó Micael,
"Nacimos con el poder de la luz"- continuó Salomé
"Poseemos el poder de la naturaleza"- murmuró Karim
"Y debemos enfrentarnos a la oscuridad"- concluí, para comenzar todos juntos
"A la luz que nos creó le rogamos protección, y poder para llevar a cabo a nuestro cometido"- Micael tomo la copa y bebió de ella, pasándola luego hacia Salomé que se encontraba a su derecha, quien la imitó, luego bebí yo y Karim, este tomo el incienso, y aspiró su perfume, volviendo a pasarlo a la derecha, yo tomé el fuego, y agregué llamas con mi poder, cuando cada uno de mis compañeros tomo la llama, al igual que ocurrió con la flor que paso Salomé, esta fue cambiando de color. Este ritual simbolizaba la unidad de los elementos
Cuando terminamos cada uno se colocó la joya que le había obsequiado la Dama Galadriel, tomo sus armas y nos dirigimos hacia fuera
"Es que no piensan llevar mas armas que esas?"- preguntó Gimly incrédulo
"Van a necesitar armaduras"- apoyó Eowen, mirándonos sorprendida
"Luchamos más cómodos sin ellas"- explicó Micael con calma- "somos guerreros de la luz, nuestra magia es nuestra mayor defensa y apoyo"
Después de eso partimos a nuestras posiciones, Micael pelearía a cargo de los magos, como cada uno de los generales a cargo de su ejército, Karim, Salomé y yo nos acomodamos sobre unas torres, donde podríamos ver todo lo que ocurría, desde allí dirigiríamos los ejércitos con telepatía.
Cuando vi las multitudes ahí abajo sentí escalofrío, la vida de esos seres dependía de cómo lleváramos acabo nuestra misión.
Los nazgûl estaban de vuelta, revoloteando con sus bestiales aves por los alrededores del castillo, fue en el momento en el que se escuchó el frió alarido en el que las asquerosas proles llegaron, montones y montones de seres oscuros, malignos, corrompidos por la perversidad, sus auras, contaminadas, inundaban todo el lugar, contrarrestadas por la magnifica luz de los elfos, y las auras puras de los enanos y hombres de nuestras tropas.
Un profundo y oscuro grito resonó en el lugar, en la lejanía oculto tras las trémulas tropas, con su oscura armadura se encontraba Asbet, sus profundos ojos rojos parecían carbones encendidos, ardientes, con el fuego inextinguible de su odio, las ola de ataques psíquicos fue detenida por el escudo de nuestros magos, en el momento en el que los vampiros y los orcos se preparaban para la primera oleada. Los ejércitos de Rohan y las Montañas Nubladas fueron los primeros en atravesar los muros, mientras los arqueros élficos creaban un muro de flechas que daban en el blanco
"Los zombis se acercan por la parte trasera de la ciudad"- me avisó telepáticamente Salomé desde una de las torres de aquel sector
"Subamos a las azoteas"- comuniqué de igual forma para ella y Karim, que se encontraba en otro sector- "desde allí podremos utilizar mejor nuestra magia- vi entonces la multitud de muertos golpeando sus re armables cuerpos hasta el hartazgo contra los firmes muros de la ciudad; el hechizo salió de mi boca- Llama oculta, que brotas en mi interior, destruye el mal, que los muertos descansen en sus tumbas y no se vuelvan a levantar"
En ese instante el fuego nació alrededor de aquellos seres, consumiéndolos, cuando otro grupos de no muertos tomaba su lugar.
Volví ni atención a las puertas, los vampiros atacaban a los arqueros sin tregua, por lo que las tropas de Gondor también tuvieron que salir al rescate de los amos de los caballos y los enanos. Un inmenso huracán arrastró los vampiros hacia la lejanía, provocando que muchos murieran golpeándose unos con otros. Al parecer Karim estaba por molesto.
Los desalmados se enfrentaban cara a cara con los soldados, intentado obtener un poco de aquella felicidad que a ellos les faltaba, podía percibirse su voraz apetito queriendo obtener las almas de los que estaban dispuestos a dejarse tentar por la oscuridad, las almas de los débiles, que eran reforzadas por las continuas energías de los magos.
Fue en ese preciso instante en el que comencé a percibirlo, una extraña energía parecía abalanzarse sobre nosotros, no estaba segura de que era exactamente, pero sabía que no era maligna, pude ver a la distancia el rostro de Micael, quien sonreía complacido, algo había cambiado, una fresca brisa inundó el campo de batalla, trayendo consigo perfumes de campos y flores, era una luz en aquella sombría carnicería que estaba comenzando, una extraña alegría inundo los corazones de todos los defensores de la luz, la esperanza renació en los que se estaba debilitando, y los que caían en manos de los desalmados se veían reconfortados.
Los espíritus de la naturaleza también deseaban participar de aquella lucha, y estaba claro de que lado estaban.
Pequeños seres, para muchos invisibles, acudían con sus alegres y coloridas ropas, desentonando con los colores de muerte que allí se veían, estaban dispuestos a defender su lugar en este mundo, a arriesgar su inmortalidad en una lucha que no era propia, pero sabían que sus consecuencias los marcaría para la eternidad
Una sonrisa acudió a mi rostro, ahora sí, estábamos todos
Ya les dejo otro capi más, espero que les guste y me dejen reviews, estoy bastante liada con cosas de la escuela, pero prometo actualizar lo antes posible, mínimo una vez por semana van a tener capi, no se preocupen...
Layla kyoyama: ya vez que si actualicé espero que te guste este capi, y ya tenes un poco de accion, pero en el proximo capi va a haber más, en cuanto a las parejas... todavia no lo tengo decidido :P
Hada: lo mismo que le dije a Layla, eetoy analizando que hago con ese par de gemelos, se aceptan sugerencias, en cuanto a los bebes, esperá, no seas impaciente, espero que tengas mejor suerte con los reviews, y Thanduril va a estar encantado con sus nietos, besis, hasta la próxima
