Bajo la luna nueva

Capítulo III

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Sango miraba las estrellas solitarias, recargada sin fuerza sobre una cerca de madera, sin la luna que las opacara, las estrellas se veían mas brillantes y hermosas, como inspirando vida. Pensativa, no se dió cuenta cuando Miroku se situó junto a ella. Él la observó por el rabillo del ojo, vió como se abrazaba a si misma tratando de infundirse calor.

La miró tiernamente mientras se despojaba de la pieza color morado que formaba parte de su vestuario de monje y cubría con ella a Sango. Ella lo miró con sorprendida

- No me había dado cuenta de que estaba aquí, excelencia

El rostro de Miroku se ensombreció al notar la ausencia de vida en la voz de Sango, ella sufría al ver a su amiga sufrir. Sin pensarlo abrazó a Sango atrayéndola hacia sí, haciéndola entrar en calor con la calidez de su cuerpo. Miroku levantó su cabeza para observar la de Sango, ella estaba sonrojada y sus ojos brillaban de nuevo. Sonrió dedicando esa sonrisa solo a ella, fue entonces cuando tomó por asalto su boca. Sango se sorprendió bastante, pero no se alejó sino que correspondió ese beso con toda la pasión que se había guardado desde hacía tanto tiempo...

Inuyasha miraba tristemente el lugar donde Kagome había desaparecido, o mejor dicho, donde Kagome se había ido con Sesshoumaru. Él tenía la culpa, y todo por no saber controlar su estúpido orgullo ¿Irse con Kikyou?, ¿Que tonta amenaza había sido esa? Kagome pidió perdón, de corazón ¿Porqué demonios él no podía? Todo era cosa de decir "Kagome, lo siento" ¿Que tan dificil puede ser eso? Mucho, se respondió él mismo, mucho.

Se levantó pesadamente del suelo, en sus ojos había un brillo especial de desición. Miró fijamente hacia adelante y con paso firme se internó en el peligroso bosque, sin importarle que la luna nueva lo hubiese privado de todo su poder...

Jaken miraba angustiado a la pequeña, su débil cuerpecito estaba flácido y sin vida, su respiración era apenas audible y el gris muerte que tintaba su piel no se había alejado. Levantó la vista y miró el cielo plagado de estrellas, aunque siempre dió muestras de desprecio hacia Rin en esos momentos lo preocupaba y es que la verdad, tenía envidia de ella, de que el amo Sesshoumaru prefiriera la compañía de la dulce niña a la de él, que las pocas sonrisas que el amo intentaba ocultar fueran causadas por ella, tenía envidia que de que ella podía encontrar la forma de ser útil mientras que él sólo era un estorbo.

"Dése prisa, amo Sesshoumaru" -imploró al oscuro cielo, presa de la angustia

En eso, un tenue brillo anaranjado iluminó por segundos el oscuro firmamento, pasos apresurados resonaron por el desolado pasillo y Jaken vió como Sesshoumaru entraba seguido de una temblorosa y nerviosa Kagome que no paraba de mirar a todas partes.

-¡Amo Sesshoumaru! -exclamó Jaken alegremente- ¡Que bueno que volvió!

-¿Como se encuentra Rin?

-Pues... -Jaken desvió la mirada y Kagome pudo ver que miraba hacia un bulto gris colocado sobre unas cuantas hojas.

Ella se acercó un poco y se llevó las manos a la boca para ahogar un grito, aquella cosa que había tomado por un bulto era la pequña Rin, pero lo que más le impactó fue que no tenía aspecto de estar viva. Se acercó aún más, hasta colocarse a un lado de ella, en verdad que su situación era lamentable. Ahora comprendía a Sesshoumaru. Se hincó y comenzó a examinar su cuerpo, si podía hacer algo para salvarla mejor era comenzar de una buena vez.

Dejó de caminar por un momento y examinó el cielo cuidadosamente, esperando un milagro que le permitiera saber donde se encontraba Kagome. Densos nubarrones comenzaban a acercarse, acabando poco a poco con la poca iluminación de una noche sin luna. Sin duda, el cielo había decidido representar su vida oscura, triste... y solitaria. Bajó la cabeza y clavó su mirada en el piso, ahora que ella no estaba por fin se daba cuenta de cuanto la amaba. Si, ahora lo aceptaba, la amaba con tal intensidad que estaba dispuesto a dar su vida por ella, a interambiar su propia felicidad por la de ella... aún y cuando esa felicidad fuera compartida por su hermano. Una rodó por su mejilla al colarse estos pensamientos en su mente, tenía que aceptar que su hermano era mejor partido para ella... si, era mejor aceptarlo. Levantó la cabeza hacia el cielo y suspiró. Al menos... al menos... tenía que verla una vez más, sólo para averiguar si era la realidad o una cruel jugada de su mente enamorada. Reanudó su camino.

-Eres muy hermosa, Sango

Sango bajó la mirada, ruborizada. Los cálidos brazos de Miroku la estrechaban contra él, permitiéndole escuchar sus latidos y los de él, permitiéndole saber que ambos corazones latían a un mismo ritmo. Las suaves y blancas manos de Sango dibujaban circulitos sobre el pecho de Miroku, temblorosas, nadie más que su padre le había dicho cuán hermosa era.

-Yo... no...

-Claro que sí -le susurró Miroku al oído- La más hermosa mujer que haya visto

-Miroku... -murmuró Sango mientras, con una sonrisa en los labios, apoyaba su cabeza contra el hombro de él y cerraba los ojos.

Miroku miró enternecido la espesa mata de cabellos negros que descansaban sobre su hombro.

-Me has llamado por mi nombre, Sango

Miroku sintió una ligera presión en las ropas de su pecho y sonrió mientras escuchaba a Sango, nuevamente ruborizada, tartamudear tímidas excusas

-Excelencia..., yo... su nombre... perdone..

Pero Miroku acalló sus palabras con un suave beso del amor recíproco recién descubierto. Ya no fueron necesarias las palabras, lo hechos decían mas de lo que jamás en una eternidad podría decirse.

Kagome tomó la muñeca y midió el pulso de Rin, por debajo de el veneno letal de Naraku, las débiles pulsaciones de vida podían sentirse bajo las yemas de los dedos de Kagome. Ya Sesshoumaru le había explicado, a detalle, todo lo referente al incidente de Naraku; ahora Kagome estaba haciendo lo que podía.

No sólo se trataba de purificar el fragmento y ya, como Kagome pronto pudo constatar, la niña tenía fiebre y la sangre, al no poder circular bien, formaba dolorosos moretones en articulaciones. Primero tenía que aliviarla de estas enfermedades.

-Puedo purificar el fragmento y liberar su alma, pero primero... tengo que aliviar su cuerpo -declaró Kagome, volteándose a mirar los ojos de Sesshoumaru.

Él asintió con un inusual brillo de esperanza en sus ojos ambarinos.

-Necesitaré algunas hierbas medicinales que puedo encontrar en el bosque, pero necesitaré luz para poder encontrar las adecuadas

-Jaken te acompañará -contestó Sesshoumaru, mientras se acercaba a Rin

Kagome se incorporó y salió por la semidestruida puerta de la habitación. Jaken volteó a ver a su amo, quien tenía una de las manitas de Rin agarrada suavemente mientras susurraba muy bajito, y salió trotando tras Kagome. Avanzaron juntos por el castillo (iluminado con unas cuantas antorchas que Jaken había fabricado) hasta los límites del mismo, antes de fundirse con la densa vegetación del bosque. Kagome tomó cuidadosamente una de las toscas antorchas y se la pasó a Jaken, mientras se internaban en el bosque.

-¿Podremos encontrar aquí las cosas necesarias para curar a Rin? -preguntó el torpe demonio

-Si se busca bien, si -Kagome hizo una pausa para después agregar-.Se ve que le tienes mucho cariño, debes quererla mucho para preocuparte

-¿¡Quéeee!? -exclamó Jaken-. Yo, el gran Jaken ¿Tenerle cariño a esa mocosa humana? No, no, no, no y no

Kagome reprimió una risilla que amenazaba con escaparse y se limitó a sonreír, ese tipo verde quería mucho a la niña.

-Mira

Kagome señaló un árbol torcido y trozado seguramente por el fuerte impacto de algún rayo.

-¿Ese árbol negro y roto?

-Acerca la llama y verás

Jaken se acercó tambaleando e hizo lo que Kagome le había pedido, creciendo en un costado del árbol, había una colonia de extraños hongos de un color morado intenso. Jaken los miraba maravillado, si movía la antorcha para un lado, el reflejo de la llama creaba la ilusión de que el hongo tenía vida, y si lo movía para el otro lado...

-Jaken...

Jaken salió de su ensimismamiento, al oír la voz de Kagome.

-¿Vienes? -le preguntó ella, a una distancia de 20 metros de donde él se encontraba

Jaken abrió la boca estupefacto y corrió hasta donde ella estaba agachada inspeccionando un arbusto con pequeños racimos de bayas.

-¿Puedes alumbrar aquí, Jaken? No estoy segura si son de color rojo

Jaken acercó la antorcha, obediente.

-¡Son rojas! -exclamó Kagome alegre-. ¡Y además encontramos las raíces que necesitaba!

Kagome se arrodilló en la tierra y comenzó a seleccionar las mejores. Jaken la observaba pensativo.

-¿Que más necesita?

-Mmm... pues sólo unas hojas grandes, no sé como se llaman pero son mu útiles para vendar las heridas

Kagome se internó un poco más en el bosque mientras observaba minuciosamente a su alrededor; Jaken la seguía tambaleándose por el peso de la antorcha y su báculo sagrado. Nadie se dió cuenta de los ojos que se acercaban, atraídos por la luz del fuego.

Inuyasha seguía caminando sin rumbo fijo por el bosque, estaba agotado y además, perdido. Se recargó contra él tronco de un árbol y se dejó caer lentamente. Jamás encontraría a Kagome, jamás podría pedirle que regresara con él, jamás podría decirle cuánto la amaba. La cabeza comenzaba a dolerle y sus ojos ya habían perdido el deseo de vivir, sin Kagome sólo era una concha vacía. Seguía sumido en sus pensaientos cuando unos gritos a lo lejos quebrantaron el silencio. Escuchó con atención, eran gritos de una mujer... ¡Eran los gritos de Kagome!

Continuará.
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Blue inclinándose ante una turba de lectoras furiosas, suplicando por su vida Gomen, gomen, gomen, gomen perdóoooooooon, de veras lo siento, perdónenme... no tengo excusa para suplicar por su perdón..

Le juro que muchas veces intenté seguir con el fic, pero nomás no se me ocurría nada y aparte Blue comienza a suplicar de nuevo como que me había aburrido un poquito del fic (eso no significa que no me guste, al contrario pensaba tantos finales que ninguno me convencía) bueno ahora que he vuelto (con un capítulo tan corto uu y es que creí que era mejor un cap corto a nada, no me maten, onegai TTTT) quiero darles las gracias a todas las que me enviaron un review y también a las que se sintieron tentadas de mandarme antrax por e-mail y no lo hicieron (porque no dudo que haya habido alguna).

Prometo que el siguiente capítulo no tardará tanto (o al menos no tanto como éste). De nuevo gracias a:

.-Crystal-dono: Jeje bueno lo que pasa es que creo que en el fondo, Sesshoumaru tiene un corazón y la prueba feaciente de ello es Rin, por eso... lo pongo así tan lindo y preocupado por ella gracias por tomarte la molestia de escribirme

.-Inukagoart ) : pues va a ser un Inukag, creo que lo había especificado en la introducción o en el primer capítulo

.-Yokotsuno: jeje bueno no, nome siento bien... jeje pero lo pensé mejor (mas bien se me ocurrieron muchas cosas) y creo que todavía faltan uno o dos capítulos, eso si, prometo que el próximo estará mas largo, que bueno que te haya gustado, me pone muy feliz

.-Kimy (kimposible16): bueno ya está la continuación... pero sigue en suspenso (a mí me encanta, claro como yo sé que va a pasar jajaja), Arigato!

.-Pan-nany11: Gracias!! Me has elevado mi autoestima en uanto a Rin, pues no puedo dejarla morir (es un amor!! esa niña me encanta), y sobre Inuyasha y Kagome.... espera el sig capi

.-Hanna: blue con mirada asesina Aquí la única que puede matar soy yo, me has amenazado y ahora sufre las consecuencias risa psicótica JKAJAJAJAJa... era broma gracias por instarme a continuar el fic y espero tu review con ansias no soy tan genial como piensas... uu

.-Rerry: Wau! muchos halagos en un solo review oo es demasiado para mí, me va a dar un infarto pues aquí esta la continuación, espero que te guste

Matta ne! . Blue ningyo