Titulo: La Venganza

Bueno lo de siempre aunque dudo que alguien se de el trabajo de demandar a un fanático... este fics está basado en una novela Bianca de Susan Napier... (no recuerdo el nombre ^^) y los personajes tampoco me pertenecen... Muchas gracias por todos los reviews...

Este capítulo esta dedicado a Reiko... muchas gracias hermana...

Capítulo N° 6: Verdades del pasado.

Kaede recorrió con la vista la cálida arena de la playa. Sentado en la arena podía sentir su textura entre los dedos de sus pies... sacudió los granos de arena pegados en su ropa y miro la enorme extensión de mar que se presentaba ante sus ojos. El viento y la marea provocaba que las chispas de mar y espuma chocaran con su rostro... se acercó a la orilla de la playa y comenzó a jugar con la espuma de mar que le mojaba... finalmente se retiró y sacudió la punta de sus pantalones azules que se habían mojado... La brisa marina le enfrío las salpicaduras de agua y se metió la mano vendada en la chaqueta para luego darse vuelta e ir a desayunar...  subiendo a través de la arena de la playa observo la pendiente rocosa que separaba esta playa con las cercanas. Seguramente ese sería un día soleado y despejado, pese a la bruma mañanera... El lugar en el que se encontraba era bastante tranquilo y no recibía una avalancha de gente con los días soleados. Solo una carretera que parecía estar habitualmente desocupada lo comunicaba con el resto del mundo... no había desarrollo comercial, solo residencias particulares cuyas familias poseían desde hace generaciones atrás... la población era bastante amistosa y pequeña, pero al mismo tiempo con la capacidad de dejar a cada uno de sus habitantes llevar el tipo de vida que más le acomodara...

- Era el lugar perfecto...

Kaede paso a través de la playa y llegó hasta su propio refugio. LA casa no era bonita, era más bien una serie de rectángulos unidas de manera aleatoria... era particularmente fea. Sus paredes estaban pintadas de un horrible color mostaza ahora descolorido. Algunas ventanas estaban trizadas y el tejado estaba corroído... pero el tener un techo sobre la cabeza era más de lo que esperaba a esas alturas... además era gratis y lo más importante estaba lejos de Hanamichi Sakuragi...

Su enemigo

Su amante

Y la verdad no sabía cual de las dos cosas le preocupaba más. Aun no creía que había logrado escapar de él... después de tantas peleas, era demasiado fácil... ¿ o sólo lo había logrado porque Hanamichi se lo había permitido?... la verdad a estás alturas ya no le importaba... sin embargo aún le atormentaban los recuerdos vívidos de la escandaloso noche en que se había comportado sólo como un objeto sexual... aunque bien podría culpar a la mezcla de alcohol y analgésicos, pero sentía que sólo era la máscara que le había puesto para ocultar sus más bajos instintos y no sentirse tan culpable después... sin embargo no había funcionado...

Lo primero que notó al despertar esa mañana había sido su mano izquierda palpitante. El dolor no había sido tan fuerte los días después de la lesión, pero ahora sentía que la mano se le estaba despedazando... ¿acaso se habría dormido sobre ella? ¿qué había pasado con el vendaje de los dedos?... Había entreabierto pesadamente los párpados y había fruncido el seño al no reconocer el techo bajo el cual había estado durmiendo... tenía la boca seca, le dolía la cabeza y entonces como un chispazo recordó donde estaba y que había estado haciendo... su corazón casi se detuvo al darse vuelta y ver la cama vacía... mientras él se encontraba completamente desnudo bajo las sábanas de la enorme cama adolorido en todos los lugares posibles... una oleada de vergüenza hizo que sus pálidas mejillas se tiñeran la recordar la manera desinhibida en la que se había comportado la noche anterior... Hanamichi parecía no tener fin en cuanto a energías y ambos se habían entregado a una orgía de placer sin ataduras... Kaede había respondido de manera extraordinaria al increíble de safio de hacerla a la par a las energías del pelirrojo... había hecho cosas que jamás se había imaginado hacer con ninguna persona... mucho menos un hombre e imposiblemente con Hanamichi Sakuragi...

Al levantar su cabeza se percato que su ropa estaba tirada en el piso junto con la de Hanamichi y al ver la puerta del baño cerrada y escuchar el ruido de la ducha una oleada de pánico lo invadió... entonces pensó que lo mejor era escapar de la habitación mientras Hanamichi no se encontraba... se incorporó, sin embargo una fuerte punzada de dolor en su mano izquierda le hizo caer desplomado sobre la cama mientras dejaba escapar un leve gemido...entonces vio hinchada que estaba su mano... en un acto de venganza el efecto de los analgésico había pasado... se reprimió mentalmente por haber sido un estúpido al haberse tomado todos los analgésicos de una vez... se enfado consigo mismo al ver lo patético de su estado... algo que no soportaba en si mismo era verse débil... colocó suavemente su mano sobre las heladas sábanas...

- Si te sientes entumecido te sugiero que te des una ducha caliente – le llegó una voz aterciopelada desde la puerta del baño... – a mi me ha encantado...

Kaede se puso a la defensiva instantemente... y sintió que el dolor que le embargaba no sólo era sólo de la parte física. No quería mirarlo, pero la tentación fue demasiada y desvió la vista sutilmente... gracias a dios Hanamichi llevaba una toalla amarrada a la cintura, que sin embargo estaba lo suficientemente baja para darle ver algunos vellos de la parte baja de su vientre... piel aun estaba con algunas gotas de agua después de salir de la ducha y resplandecía con la luz que entraba por las ventanas... su aspecto era duro y seductor mientras unos mechones pelirrojos caían despreocupados sobre su frente... Entonces Hanamichi se acerco a la cama y se hundió con su peso, mientras uno de sus muslos rozaba la cadera cubierta por la sábana de Kaede...

- Deja de esconderte Kaede... – dijo él con sequedad... – no voy a esfumarme sólo porque tu no me mires...

Como mirarlo a la cara y no recordar la frenética explosión de aquella noche tras lo cual Hanamichi apago la luz haciéndole fácil olvidar lo poco que le quedaba de control...

- ¿Kaede?... – dijo al momento que se le acercaba y le tiraba un mechón de su negro cabello... – no puedo creer que un hombre como tu que venda sus favores sexuales de esta manera sea tan tímido, o quizás es la forma que tienes de provocarme...

Hanamichi dio un leve tirón a las sábanas y cuando Kaede intentó subirlas se vio expuesto a la penetrante mirada ámbar del pelirrojo mientras sus sensuales labios se curvaban en una sonrisa de satisfacción...

- Buenos días kitsune... – le susurró con demasiada cortesía...

El cabello negro de Kaede caía sobre las blancas sábanas y algunos mechones contrastaban perfectamente con sus ojos azules y su blanca y cremosa piel... una perfecta porcelana que le daba una aire sensual indescriptible a la mirada del pelirrojo... él enarcó las cejas cuando Kaede no respondió y se inclinó para rozarle los labios. Estaba casi apoyado en su mano lastimada que se encontraba oculta bajo las sábanas y Kaede se tensó frente a la perspectiva de más dolor. La expresión de Hanamichi se volvió toscas al notar el aumento de la palidez (si era posible), los labios apretados y el pulso palpitante de Kaede en la base del cuello...

- ¿Te arrepientes Kaede?... – sus ojos se deslizaron por el cuerpo del joven antes d volver a su rostro aun trastornado frente a la perspectiva del aumento de dolor en su mano... – me temo que ya es tarde para arrepentimientos. Te dije que después de esto no habría vuelta atrás. Tu mismo te has formado en esta cama anoche y ahora te encuentras conmigo en ella...

Entonces le dio un profundo beso de posesión...

- Y ya puedes quitarte esa cara de mártir de la cara porque los dos sabemos que eso sería una mentira... un hombre no jadea y grita a menos que lo este disfrutando. No te preocupes... no te pediré el dinero, anoche te has comportado como un profesional y te mereces hasta el último centavo...

Se reclinó hacía tras en un movimiento que le rozó la mano a Kaede... sus ojos se abrieron y la sangre desapareció completamente de su piel excepto en la mano que se encontraba roja y parecía que estaba ardiendo... en ese momento el dolor físico y mental se mezclaron y dejo escapar una leve gemido de sus labios que se mantenía apretados... sentía como las lágrimas le subían por la garganta, pero jamás las dejaría escapar, antes prefería arrojarse por la ventana y morir......

- Maldita sea kitsune, no creas que vas a suavizarme por... – Hanamichi recién se detuvo y observó la mano de Kaede... enormes frunció el ceño en una mueca de disgusto... – jamás pensé que anoche te haría daño... ¡santo cielo! ¿por qué no me lo dijiste?... no puedo creer que te haya dañado de esta manera sin enterarme, yo controlo mis fuerzas...

Considerando todo lo que le había hecho pasar, Kaede pensó seriamente en dejarlo creer que él le había causado daño físico aquella noche, era muy tentador dejare en su error y hacerle maldecirse, pero la verdad estaba demasiado agotado y el dolor que tenía iba n aumento lo que le dejaba sin energías como para tortura a otros...

- ¡No fuiste tú!

- ¿Qué no?... – su expresión se relajo – claro que no, ya lo sabía... el moretón esta demasiado oscuro por lo tanto debe tener algunos días... debería haberlo notado anoche, pero llevabas guantes... me parecieron extraños, pero todo el atuendo lo era así que lo pase por alto... ¿lo escondías por miedo a que viera que estabas herido y débil, cierto?

- No soy débil, da´haou – murmuró

- No, eres demasiado terco,...

Hanamichi alcanzó el teléfono y maró un número...

- ¿Qué haces?...

- No se cómo ni cuándo paso, pero esa mano necesita atención médica

- Ya he tenido la atención que requería... – dijo mientras entrecerraba los ojos... – no soy un torpe...

Hanamichi lo ignoró...

- ¿ Kogure?... Hanamichi. Necesito que me ayudes...

- ¿Qué estás haciendo?... te dije que no necesitaba tu ayuda... – cerró la boca cuando Hanamichi se levantó y se sacó la toalla. Sus nalgas eran duras y musculosas como el resto de su cuerpo... – Ya tengo un médico da´haou... no pienso ir a ver a otro...

- No irás a ningún sitio... el vendrá para acá...

- ¿Qué?... ¿el doctor del hotel?... estas loco!!!!..- dijo perdiendo toda calma... la sola idea de que alguien en el hotel se enterara que él estaba en el mismo cuarto que Hanamichi Sakuragi lo horrorizo... lo poco que le quedaba de reputación desaparecía en los pasillos y pelambres del hotel...

- No... Mi doctor personal... el doctor Kogure es extremadamente competente y discreto...

- ¿Has llamado a tu médico particular?  - su agitación aumentó al ver que Hanamichi tomaba su ropa y la dejaba fuera de su alcance... – no pienso verlo... al menos déjame vestirme...

- ¡Por dios! Es un médico... ha visto a cientos de personas desnudas... – bufó Hanamichi desconcertado, mientras un sonrojo apareció en su rostro al mencionar la desnudez de Kaede...

- Si viene y me ve así.. pensará  que...

- ¿Qué hemos pasado una noche de duro y ardiente sexo?... – dijo con una mirada burlona... si te ve con esa extraña ropa ajustada a tu cuerpo no se hará una idea distinta. Hay una bata de baño tras la puerta... ¿por qué no te la colocas?...

Kaede aceptó a regañadientes y mientras se levantaba a buscarlo sintió como la mirada del pelirrojo se posaba en su cuerpo... finalmente tubo que dejarse ayudar para meterse la manga en la bata sorprendiéndole que no hubiera algún comentario sarcástico al respecto... entonces sintió que alguien llamaba a la puerta...

- Si es Klauss no quiero verle...

- ¿Me pides protección kitsune?... – dijo levantando una ceja...

Kaede se alejó de él con el ceño fruncido. Para su sorpresa Hanamichi le respondió con una sonrisa alegre y juvenil que le iluminó el rostro...

- Es el desayuno... lo encargué al despertar... – abrió la puerta y después de un breve murmullo entro con una bandeja y la deposito en una mesita. En ella había frutas, jugos y cereales... pan tostado y una cafetera... –

- No tengo hambre... – susurro Kaede...

- Pues yo sí... además hoy tengo trabajo... – dijo al momento que le hincaba un mordisco al pan...

Claro y él no... maldito da´haou... tenía que recordarle que estaba desocupado y restregárselo en la cara. Kaede apretó los labios mientras el pelirrojo comía en silencio se miles de dudas se agolparon en su mente y de vez en cuando se percató que el pelirrojo desviaba la mirada hacía el... Kaede intentaba poner su máscara de indiferencia que le había caracterizado hasta ahora, pero estaba demasiado cansado para ser valiente... ¿a quién quería engañar?... 

La llegada del doctor Kogure con un elegante traje gris fue tan vergonzosa como Kaede había esperado. Le seguía un hombre conocido de cabello negro y ojos claros que hizo una rápida inspección al cuarto al entrar. Era el mismo hombre que le había ayudado con la puerta el día del puñetazo... el hombre abrió los ojos cuando vio a Kaede sentado en el borde de la cama y él alzó la barbilla cuando Hanamichi lo presentó como su asistente personal. Lo que no mencionó fue la especialidad de Akira Sendoh y los ojos del empleado se deslizaron entre la mano hinchado del joven de ojos azules y la barbilla del pelirrojo...

- Señor Sendo... – salud Kaede cortésmente...

- Llámeme Akira – dijo él con naturalidad y una perfecta sonrisa en el rostro sin desanimarse por el exceso de formalidad, lo cual hizo que Kaede se sonrojara levemente no pasando desapercibido para el pelirrojo que frunció el ceño... – parece una lesión bastante dolorosa señor Kaede. No me extraña que Hanamichi estuviera preocupado – la sonrisa se hizo más personal ... – es el metacarpiano... ¿verdad?...

Kaede se sonrojo nuevamente, pero antes de poder responder Hanamichi interrumpió impaciente...

- Gracias, Akira, pero creo que debes partir ahora... Kogure y yo nos las arreglaremos....

- ¿Espero afuera?...

- Tengo mi auto, así que no te preocupes... hoy llegare sólo a las oficinas un poco más tarde, así que no me hace falta que andes por aquí de manera innecesaria... solo dile a la secretaria que cambie las primeras citas de la mañana...

Hanamichi dio varias instrucciones más con rapidez tras lo cual Akira se despidió y salió... luego Hanamichi se acercó al médico que estaba sentado en una silla junto a la cama y frente a Kaede y había comenzado a tocar delicadamente la mano del joven que se esforzaba por no manifestar dolor y contestó las preguntas respecto al tratamiento previo...

- ¡Roto!... – explotó Hanamichi... – entonces ¿por qué demonios no lleva un condenado yeso?... maldición Kogure no debería dolerle tanto.. ¿Por qué no haces algo al respecto?...

Kogure que obviamente era amigo de Hanamichi paso por alto la explosiva reacción del pelirrojo y se enfocó en la lesión de Kaede regañándole por haberse quitado la inmovilización antes que soldara como era debido...

- ¿Cómo ocurrió el accidente?... – pregunto el doctor mientras miraba a través de sus lentes...

Por el tono de su voz Kaede asumió que él al igual que la doctora de la clínica sabía que había sido producto de un golpe...

- No fue exactamente un accidente... la verdad  fue un golpe... yo le di un golpe a algo duro... más duro de lo que yo esperaba-  dijo al momento que desviaba la mirada hacía una muralla...

- Si... a mi cabeza... – dijo Hanamichi con un dejo de enojo en su voz...

- Jajajajaja... – comenzó a reír Kogure ante el rostro atónito de los otros dos hombres... – así que fuiste tú... ya te me hacías familiar, veo que tienes mucha fuerza... tuve mucho trabajo para que pasara la hinchazón del rostro de Hanamichi... – dijo al momento que mostraba su afable sonrisa... – pero me parece que subestimaste la dureza de su cabeza... y has pagado un alto precio... dijo al momento que tomaba unas vendas de su maletín...

- No importa... - susurro Kaede... –

- Kitsune... –susurro Hanamichi...

Kogure sólo sonrió para si y se concentró en comenzar a vendar delicadamente la mano de Kaede... mientras lo hacía los ojos del joven se llenaron de lágrimas y el bajo su mentón hasta su pecho para ocultarlos con su cabello...

- Te vendaré nuevamente en la mano y te diré lo mismo que te dijo tu doctor... si el hueso no suelda de la manera adecuada la solución que te queda es la cirugía... y la verdad no creo que quieras entrar en un pabellón quirúrgico... ¿no es cierto?...

- No te preocupes Kogure - le interrumpió Hanamichi - yo me encargaré que este kitsune haga lo que debe... - dijo al momento que Kaede se trenzaba producto del vendaje... cuando finalmente terminó Kaede ya había controlado el dolor y Hanamichi parecía más tranquilo...

- Este no es problema tuyo... da´haou... - dijo Kaede recobrando la compostura...

Entonces Hanamichi sólo le lanzó una dura mirada mientras se despedía de Kogure y este salía de la habitación... Kaede no alcanzó a intentar levantarse cuando Hanamichi avanzó hasta él y lo acorralo entre su cuerpo y las sábanas de la cama

- ¿Por qué dijiste que no era mi problema?... – dijo el pelirrojo mirando profundamente los ajos azules de Kaede... – por supuesto que es mi problema.. y yo siempre me hago cargo de mis responsabilidades...

- No te necesito para cuidarme... Soy perfectamente capaz de hacerlo sólo... – respondió

- ¿Cómo puedes decir eso kitsune?... ¿acaso crees que actuaría así después de lo de anoche? – dijo Hanamichi con una mirada que le hizo sonrojar... - ¿por qué demonios te tomaste tantas molestias en ocultármelo?... dímelo Kaede... ¿por qué?... pudiste causarte una lesión grave sólo por tu maldito orgullo... pero estoy seguro que prefieres quedar lesionado el resto de tu vida a admitirlo... ¿verdad kitsune?...

- Yo..yo... eso no te importa da´haou ...

Entonces la mirada de Hanamichi paso de una con rabia a una completamente sensual que se paseaba por el rostro sonrojad de Kaede... en ese momento las palpitaciones de la mano fueron sustituidas por otras sensaciones más agradables en el resto del cuerpo... entonces recordó que estás sensaciones eran muy similares a las que había sentido esa noche...

- Yo también Kaede... – le susurro Hanamichi al oído... – la verdad no puedo retroceder lo que paso anoche... – dijo en tono sensual... – y creo que tu tampoco lo querrías...

- Yo...

- No... detente... no mientas en esto Kaede... en esto no debe haber mentiras...

Hanamichi deslizo uno de sus dedos por los delgados labios de Kaede y luego cubrió su boca con la propia... le beso de una manera suave, como su fuera una pequeña pieza de porcelana que se debía tratar con cuidado para que no se rompiera... lo beso como si lo estuviera perdonando con una ternura que Kaede jamás pensó que el pelirrojo poseyera... y eso lo desarmo completamente... podía enfrentarse al carácter explosivo y la ira de Hanamichi, pero jamás había pensado en sentimientos de ternura...

- Esto ha sido bueno para los dos Kaede... –dijo el pelirrojo rompiendo delicadamente el beso... – realmente excepcional... quizás es una señal que debemos dejar el pasado atrás y seguir para adelante... – dijo al momento que volvía a besarlo... – y ver que podemos hacer el uno por el otro... finalmente le dije a Kogure que te cuidaría...

- No necesito que me cuides Hanamichi... –dijo perdido entre los besos...

- ¡Oh si! Kitsune... todos necesitamos de alguien que nos cuide, y en este momento creo que tu lo necesitas más que nadie... por algo estuviste dispuesto a venderte anoche...

Kaede sintió como una furia ciega le llenaba los sentidos y separaba a Hanamichi de si...

- ¿Qué quieres decir?... – dijo Kaede.. – sabes perfectamente que yo estaba molesto... yo jamás...

- Lo se... lo sé... yo también estaba enfadado... – dijo Hanamichi al momento que se sentaba al lado de Kaede... – te conozco lo suficiente como para saber que jamás te venderías a nadie, sin importar nada... tienes demasiado orgullo para ello... creo que a ambos se nos escapó de las manos... – Tengo una casa en el distrito de Shizuoka... es muy privado y nadie se enterará que estás ahí...

- ¿Qué quieres decir?... – dijo al momento que levantaba la mirada y enfrentaba sus azules ojos con los ambarinos de Hanamichi...

- Estoy retirando los perros Kaede...

- ¿Me pides que vaya a vivir contigo?... – dijo Kaede abriendo los ojos

- Yo no vivo ahí... – dijo el pelirrojo... – pero te visitaré de vez en cuando... y pagare todo...

- ¿Me pides que sea tu amante?...- dijo Kaede con un gélido tono

- Eso es anticuado... esta será una relación moderna de placer mutuo e independencia...

- Puede que sea más moderna, pero no es igualitaria... tu trabajas, tu pagas... no es igualitario...

- Si quieres trabajar es problema tuyo... – dijo el pelirrojo notando que no había una negativa, sino una sirve negociación... – yo retiro los perros Kaede, ya no tendrás problemas para conseguir un trabajo... somos mejores amantes que enemigos, así que podemos disfrutar de esta nueva relación hasta que dure...

- ¿Hasta que dure? – preguntó Kaede... – y ¿qué pasará después Hanamichi?... ¿será lo mismo?...

- No... esto se ha acabado kitsune... no podrás recuperar la empresa, pero no volveré a hostilizarte con las deudas... – entonces Hanamichi se levantó y se dirigió hacía el maletín que le había dejado Akira... – además creo que estás de acuerdo conmigo en que una noche de pasión no ha apagado las llamas... ¿verdad?...

- ¿Quiero saber algo?... –

- mmm –

- Nunca me expliqué porque me perseguiste de esa manera tan despiadada... esto no es sólo por lo del matrimonio con Haruko... aquí hay algo más...

- Déjalo Kaede... eso ya no importa...

- No... si importa... esto no sólo tiene que ver conmigo... es con mi apellido... cada vez que mencionas "Rukawa" o a mi padre tu voz y tu semblante cambia... – dijo Kaede taladrando a Hanamichi con su azul mirada... – tu conociste a mi padre... ¿verdad?...

- Si... – dijo Hanamichi con hielo en la voz... – y conocerlo era odiarlo... pero olvídalo... ya no importa...

- Ayer importaba y quiero saber por que... – dijo Kaede... – merezco saberlo Hanamichi...

- Esta bien... – respondió el pelirrojo... – pero antes vístete... de otra manera será difícil concentrarme... – dijo al momento que miraba el cuerpo de Kaede y este se sonrojaba... – mientras yo haré algunas llamadas... y después de eso hablaremos...

Kaede se quedó en el porche de la maltrecha casa en la playa en Kanagawa... de no haber insistido tanto en preguntar quizás ahora estaría en Shizuoka con Hanamichi en una relación algo más que casual... pero ya no podía volver atrás... entonces se enteró que la maltrecha boda había abierto viejas heridas en el pelirrojo... para Hanamichi siempre sería el hijo del hombre que mató a su padre... desde luego el poderoso empresario presidente de las empresas "Rukawa" no había empuñado ningún arma, pero eso no lo hacía menos responsable... conciente de las palabras de Hanamichi no se había inmutado frente al relato... conocía lo bastante a su padre para saber que pasaba por sobre la ley y otras personas sin contemplaciones... quienes no lo soportaban eran unos "débiles y perdedores"... "Nobu Sakuragi" era un débil y perdedor frente a los ojos del padre de Kaede, demasiado honrado para echarse para atrás en las dificultades que había tenido en su pequeña empresa constructora cuando esta asociada a las nuevas empresas "Rukawa habían tenido problemas"... cuando Nov se presentó frente a Rukawa para solicitar su cooperación este se rió en su cara y le dijo que mostraría papeles que demostraba que sólo el era el culpable de los problemas financieros... poco después y en medio de grandes problemas económicos Nobu Sakuragi murió electrocutado en su taller y el rumor de un suicidio hundió su ya maltrecha reputación... dejó a tras  a su esposa embarazada y su pequeño hijo de trece años... con escaso dinero y con penurias durante años apenas les alcanzaba para comer incluso cuando la madre de Hanamichi tenía dos trabajos, mientras las empresas "Rukawa" crecían gracias a las ganancias...

Ahora la mujer estaba casada, pero había vivido con el peso de la reputación de su marido desecha mientras su hijo crecía saludable hasta un hombre furioso de venganza por la muerte de su padre... sin embargo para cuando Hanamichi había amasado una fortuna suficiente, el padre de Rukawa estaba demasiado enfermo y decrépito para enfrentársele así que había abandonado sus planes... hasta que Kaede se había manifestado como un maldito embustero tan falto de conciencia como su padre... entonces Hanamichi había atacado sin piedad... ¿quién podía culparle?.. Kaede no...

Por eso no se había quedado con él... no podía creer que lo quisiera en su vida a menos que fuera para coronar su venganza.... quizás  ni siquiera fuera conciente, quizás realmente él creía que la atracción entre ellos podía enterrar la búsqueda de justicia... pero Kaede no se consideraba tan especial para apagar la sed de justicia de tantos años... pensaba que sólo quería completar su venganza... tener al hijo y además la empresa del hombre que había matado a su padre...

Kaede había desperdiciad gran tiempo de su niñez entregando amor a un hombre que no había apreciado aquel profundo sentimiento... no haría lo mismo ahora...

Esa mañana había dejado irse a Hanamichi dejando que pensara que  estaba de acuerdo con su preposición... luego se puso la chaqueta y tomó el teléfono... marco el número de Haruko y para su sorpresa lo que él creía que era un secreto era de conocimiento general...

Notas de la autora: ojala les guste, cada vez queda menos... cualquier comentario dejen reviews...