Capítulo 4: PASEO POR EL PUEBLO
Solo habían pasado 4 semanas desde su entrada al colegio pero parecían más, y es que los deberes que les ponían a los alumnos de 7º curso eran realmente agotadores, una tarde en medio de la clase de transformaciones, Seamus se quejó ante la profesora McGonagall.
-Pero profesora, ¡por qué nos exprimen tanto, si ya casi nos vamos del colegio!
-Precisamente por eso, Finnigan – le contestó de manera severa McGonagall –, porque es su último año de educación mágica y tienen que saber todo lo necesario para defenderse en la vida, y déjeme decirle que usted al paso que va nunca va a recibir su carne de aparición. A propósito, la próxima clase tendrán su primera prueba de aparición así que espero que todos ustedes cumplan un buen desempeño, en especial las personas que presentarán la prueba de los EXTASIS – esto lo dijo mirando a Hermione con orgullo.
-Entonces vas a presentar los EXTASIS – le dijo Harry a Hermione cuando salían de clase –. ¿Y para qué?
-Pues para trabajar en el Ministerio.
-¡Estas loca!... en el Ministerio – le dijo Ron quien no daba crédito a sus palabras.
-Si, quiero trabajar en el Departamento de Regulación de Criaturas Mágicas y así darle más fuerza al movimiento de la P.E.D.D.O.
-Cuando te vas a hartar con la vaina esa de la peddo – le dijo Harry
-Es P.E.D.D.O. – lo corrigió Hermione –, y nunca me voy a hartar, punto.
-Oye – interrumpió Ron –, mañana tenemos salida a Hogsmeade así que aprovecharemos para celebrar tu cumpleaños, aunque allá sido hace días.
-Vale – dijo Hermione con alegría –, pero no me vallan a jugar ninguna broma en la tienda de los gemelos.
-Donde lo hagamos primero nos regaña... y luego nos pega – le dijo Ron a Harry tratando de contener la risa y hablando lo más bajo posible para que Hermione no pudiera escucharlos.
Al día siguiente, después del almuerzo se dirigieron a Hogsmeade y entraron en una tienda de colores alegres que se llamaba "Sortilegios Weasley", dentro habían más de 20 estudiantes de Hogwarts comprando animadamente toda clase de bromas: desde varitas mágicas hasta galletas de canario. Cuando George los vio les hizo una adornada reverencia.
-Pero bueno, han llegado los clientes del mes... pasen, pasen y compren o se van.
-Ja, tan chistoso, me río o espero el otro – le dijo de manera sarcástica Ron.
-¿Cómo van chicos? – preguntó Hermione.
-Muy bien mi querida premio anual – le respondió Fred y le ofreció una exquisita galleta – ¿gustas..?.
-¡No! – dijo ella y miró con duda el comestible.
-Aquí tienes Hermione, por tu cumpleaños – le dijo George pasándole un paquetito –. Son mentas congeladoras, las chupas y lanzas aliento de hielo, las lanzamos este mes y esperamos que las pruebes en alguien... ¡que tal en un Slytherin.!
-¡Que tal en ti! – dijo Hermione –. No puedo hacer eso George, aunque estaré preparada para cuando Malfoy intente decirme algo... Gracias.
- Bueno, vámonos – interrumpió Harry –. Aún hay cosas que hacer.
Así que se despidieron de los gemelos y se dirigieron a Las Tres Escobas. Se sentaron en una de las mesas cerca de la entrada y la señora Rosmerta les llevó una jarra de cerveza de mantequilla a cada uno. Estuvieron ahí por una hora y al salir de la taberna Ron se dirigió a ellos:
-Tengo que volver donde mis hermanos, ya vengo.
-¿Podemos ir contigo? – inquirió Hermione.
-No hace falta, ya vengo – les dijo, abriendo los ojos como platos.
Así que empezaron a caminar Harry y Hermione y se acercaron a un árbol para disfrutar de su sombra. Entonces Harry no pudo aguantar más:
-Oye Hermione, ¿Estas enamorada de alguien?
-¿Qué?
-¿Qué si estas en...?
-Te entendí, pero a que viene esa pregunta... – Hermione frunció el entrecejo –, nunca te interesaste por mi vida sentimental, ni siquiera cuando me cortejaba Victor Krum.
Harry no sabía qué decir, no se esperaba esa respuesta.
-¿Por qué te quedas callado?
Pero Harry no solo estaba callado, también la observaba como perplejo y entonces... una mano la puso en su cintura y la otra en la nuca, la apoyó contra el árbol y la besó. Todo había sido tan rápido, Harry no sabía como lo había conseguido, pero estaba ahí, besando los cálidos labios de Hermione y ella no se resistió, fue un beso único, sobrecogedor y se estaba transformando en pasional.
-¡Qué crees que haces! – le dijo Hermione cuando lo apartó bruscamente.
- Nada malo – dijo Harry con una sonrisa –, nos estábamos besando.
-Te equivocas, tú eras el que me est...- se calló Hermione cuando vio regresar a Ron.
-¿Qué hacen por acá?, ¿por qué no me esperaron en la taberna? – les dijo Ron mientras se acercaba a ellos.
-Es que queríamos caminar un poco y nos refugiamos del sol en la sombra de este árbol – le dijo Harry con una sonrisa.
Entonces Ron se fijó en Hermione que tenía la mirada hacia el suelo.
-¿Y a ti qué te pasa? – le dijo a ella.
-Nada – respondió Hermione en susurro –. Quiero regresar al castillo.
-¡Pero todavía nos quedan dos horas! – exclamó sorprendido Ron
-Entonces quédense aquí, yo regreso sola.
Y emprendió a zancadas el camino hacia el castillo.
Entonces Ron miró a Harry y le dijo:
-Que...
-Te lo explico cuando lleguemos, y apúrate que no quiero dejarla sola.
Y se apresuraron a alcanzar a Hermione y durante todo el camino de regreso ninguno de los tres dijo nada.
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Hola Lilyen, muchas gracias por tu mensaje. A la próxima te lo contesto como se merece.Voy a actualizar con muchisima frecuencia ya que este fict ya está en otras páginas de fanfiction... Besos.
