Capitulo 10: EL REGRESO AL VALLE.
Después de desenvolver todos los regalos, Harry y Ron bajador para desayunar y tuvieron que esperar hasta que Ginny y Hermione también lo hicieran. Estuvieron disfrutando toda la mañana de sus regalos y antes del almuerzo Harry les dijo a Ron y Hermione que a las dos de la tarde se irían a la casa de sus padres. Así que después de almorzar los tres ya estaban listos para irse.
-Aquí tienes, Ron – la señora Weasley le dio a su hijo una mochila –, para que coman si les da hambre.
-Señora Weasley, no nos esperen para cenar – le dijo Harry –, tal vez nos demoremos un poco.
-Bueno, si es así, lo mejor será que se queden a dormir allá – dijo la señora Weasley sorprendida.
-Mamá, trataremos de no demorarnos – dijo Ron y cogió una bolsita que contenía polvos flu, haciendo que Harry y Hermione cogieran un puñado.
Entonces Ron cogió un poco, se metió en la chimenea y tiró los polvos al suelo mientras gritaba "Casa Potter", la siguiente en hacerlo fue Hermione y por último Harry.
Cuando llegaron lo que vieron los dejó sorprendidos, habían llegado a una alcoba muy bonita, con una cama grande, un tocador y mesitas de noche, pero todo estaba cubierto de sábanas y en el techo habían telarañas, entonces Harry se estremeció.
-Esta es la habitación de mis padres – dijo en voz baja y empezó a caminar por ella, seguido de Ron y Hermione.
Salieron de allí y se dieron cuenta que estaban en el segundo piso de la casa porque pudieron ver unas escaleras que descendían, decidieron bajar y en las paredes de la escalera vieron cuadros de fotos que se movían y les sonreían, habían fotos del matrimonio de los padres de Harry, fotos de Harry con ellos, fotos de su época del colegio y fotos de sus mejores amigos, Sirius, Remus y Petter. Harry cogió la foto de colagusano y la tiró al suelo con fuerza.
-Es basura – dijo en voz baja mientras Ron y Hermione lo miraban con tristeza.
Llegaron al primer piso y vieron una sala preciosa, sencilla pero muy bonita, también estaba cubierta por sábanas y también tenía una chimenea.
-¡Valla! – se asombró Ron –, una casa de dos chimeneas. ¿por qué no habremos llegado por esta?
-Seguro el profesor Dumbledore pensó que lo mejor era llegar por la de arriba – opinó con sensatez Hermione –, Harry estaría más interesado en conocer esa habitación ¿no?
-Si, y fue lo mejor – dijo Harry mientras le quitaba a uno de los sillones de la sala una sábana – ¿me ayudan?
Y se pusieron en la tarea de quitar las sábanas que protegían los muebles hasta que oyeron gritar a Ron.
-¿Qué pasa? – dijo Hermione poniéndose pálida.
-A.aaa...arañas – dijo Ron señalando a una que pasaba cerca de él.
Y por primera vez desde que estaban en la casa Harry se rió.
-No es motivo de risa – dijo Ron, ofendiéndose.
-Bueno, es natural que hayan arañas Ron – dijo Hermione tratando de contener la risa –, la casa no ha sido habitada en años.
Pasaron el resto de la tarde quitando sábanas y moviendo objetos. En el segundo piso además de la habitación de los padres de Harry también habían dos cuartos más. Uno era sin lugar a duda un cuarto de huéspedes, tenía una cama sencilla con mesitas de noche, una silla mecedora, una ventana y un armario. Ron caminó hacia la ventana y la abrió, entrando por ella un viento helado que hizo que la cerrara de inmediato, aún así Ron se quedó en la ventana disfrutando del paisaje con nieve que se veía en ella. Pero Harry había salido de la habitación y Hermione lo siguió hacia la otra que no conocían y resultó ser la habitación que Harry tenía cuando era bebe. Despacio, él fue entrando y vio la cuna en la que dormía, fue directo hacia ella y antes de llegar se detuvo en seco y miró el piso, por su mente pasó la imagen de su madre tirada en el suelo, muerta. Segundos después fue hacia la cuna, le quitó la sábana y se aferró a ella con fuerza, entonces unas manos lo rodearon por el estomago y Hermione habló.
-No me puedo imaginar el dolor que te embarga en estos momentos, Harry – le dijo en susurro –, pero quiero que sepas que no estas solo, me tienes a mí.
-Lo sé – y se dio media vuelta para quedar frente a ella – y te lo agradezco – y le dio un fuerte abrazo.
-No es bueno que contengas las lágrimas, Harry – le cogió la cara con las manos –. Si acumulas toda esa tristeza te amargaras la vida, es mejor que lo dejes salir.
Y entonces Harry comenzó a llorar en silencio mientras se abrazaba con Hermione. Volvieron a la habitación donde estaba Ron y se pusieron a quitarle las sábanas, notando que se estaba haciendo tarde Harry les dijo:
-Nos toco quedarnos.
-¿Y cómo vamos a dormir? – le preguntó Ron.
-Bueno, Hermione se puede quedar aquí y tu y yo dormiremos en la habitación de mis padres, la cama es bastante grande.
-Bueno, pero me pido la cabecera – dijo Ron
Bajaron para poder comer lo que había preparado la señora Weasley, se quedaron hablando hasta tarde y cuando se disponían a irse a dormir Ron perdió la paciencia.
-¡Me largo! – chilló –, no puedo dormir con tantas arañas.
-¡No seas idiota Ron! – estalló Hermione – ¡No te van a hacer nada!.
-¿Y cómo lo sabes? – le replicó Ron –, no las conoces... son malas.
-Son arañitas Ron – le dijo Harry en tono tranquilizador.
-Esas son las peores – cogió la mochila y subió las escaleras corriendo seguido por Harry y Hermione.
-¡No te iras de verdad! – le dijo Harry.
-Claro que lo haré – sacó de la mochila la bolsa de polvos flu cogiendo un puñado de ella y dejando la bolsa encima de la chimenea, después sacó la varita y con un movimiento prendió la chimenea- que tengan buenas noches...!Adiós! – y diciendo esto se metió en la chimenea lanzando los polvos al suelo mientras decía "La Madriguera".
Mientras tanto Harry y Hermione intercambiaban miradas de sorpresa.
