Capítulo 17: VIRUS I LOVE YOU

Llegó el 19 de febrero, y el día no podría haber sido peor, una fuerte lluvia azotaba los terrenos del castillo, pero a pesar de esto el partido de quidditch debía llevarse a cabo así que se jugó a las diez de la mañana. La lluvia no dejaba ver nada y en muchas ocasiones los jugadores resultaban golpeados por las bludgers lanzadas por el equipo contrario o por sus propios compañeros. Era sumamente complicado para Harry buscar a la pequeña snitch en esas condiciones pero no sería un buen jugador si no era capaz de ganar jugando de esa manera, afortunadamente media hora después Harry tenía aferrada en cu mano izquierda la pequeña pelotita y gryffindor ganó por un marcador de 270 a 50.

Días después todo el equipo de quidditch sufría de un fuerte resfriado a causa de semejante mojada y no les quedó de otra más que ir donde la señora Pomfrey para que les diera una poción contra la gripe, Harry tuvo que guardarle un poco de poción a Hermione porque sin querer él la había contagiado con el virus.

-De verdad lo siento – le decía Harry, que aún tenía la nariz congestionada –, no pensé que te fueras a contagiar "así".

-Harry... – Hermione empezó a hablar en susurro –, fue muy irresponsable de nuestra parte hacer el amor esa noche, después del partido cuando empezabas a tener los síntomas... y en la piscina del baño de los prefectos... ¿en qué pensábamos?

- En amarnos mucho – le respondió Harry en el oído –. ¡Tómate un sorbo de la poción!

Y mientras Hermione bebía un poco aparecieron en el lago Ron y Ginny.

-¡No me digas que también te resfriaste! – le dijo Ron entre risitas mientras él y Ginny se sentaban al lado de ellos.

-¡No es para reírse Ron! – le reprochó Hermione que lo fulminaba con la mirada

-¿Pero... cómo es que te contagiaste? – le preguntó Ron.

-Por andar con ustedes – a Hermione le dieron un vuelco las tripas y observó que Harry se colocaba un poco pálido.

-¡Entonces es por nuestra culpa! – le reclamó Ron, en tono despectivo.

-¡Sí!... con ustedes dos tosiendo y estornudando todo el día dejaban esos gérmenes por ahí y yo pagué el pato – terminó de decir ella y bebió otro poco de poción.

Ron pretendía responderle para seguir con la discusión pero Harry intervino con rapidez para que en una rabieta a él mismo o Hermione no se les escapara algo que los comprometiera.

-Al menos Ginny tuvo suerte... – le dijo Harry a Ron –, ¡se salvo de que la contagiaras, Ron!.

-Es que yo casi no estoy con ustedes – dijo Ginny mientras se ponía roja.

-De todas maneras toma un poco de poción – le dijo Hermione pasándole la petaquita donde estaba el liquido –. ¡Por si las moscas!.

Y mientras Ginny asentía con la cabeza recibió de las manos de Hermione la poción.

Marzo arribó junto con la primavera y lentamente fueron floreciendo las plantas y los rosales de los jardines del colegio y los invernaderos. La temperatura del ambiente fue pasando del suave frío al agradable clima templado de esa época del año y Harry comenzó a aprovechar las clases de herbologia que tenían los miércoles en la mañana para robar con mucha cautela una flor, luego hechizarla y colocarla dentro en la mochila de Hermione en las horas de la noche cuando tenían la clase de astronomía para que nadie se diera cuenta, así cuando ella la cogiera, la flor expedía un suave y dulce aroma y aprovechando que todo el mundo estaba entretenido mirando el cielo, Hermione podía besar a Harry con toda tranquilidad... claro esta, pillados de vez en cuando por Ron.

-Phisssss – les dijo Ron en susurro y luego puso los ojos en blanco.

-¡Que! – le replicó Harry en susurro.

Ron solo señaló con la cabeza a la profesora Siniestra para que pusieran atención y evitar así que los descubrieran.

-Gracias – le dijo Hermione con los labios y Ron le hizo un signo de despreocupación con la mano.

Transcurría la mitad de marzo cuando uno de los prefectos anunció el último partido de la temporada, se llevaría a cabo el día 21 de abril y sería contra slytherin. Así que aprovechando que tenían poco más de un mes para preparar el partido, decidieron entrenar día de por medio para así no llegar quemados a la final. De esta manera empezaron los exigentes entrenamientos, ya que a pesar de que iban a la cabeza de la copa, no podían permitirse perder porque los slytherin los seguían muy de cerca. Hermione ayudaba a Harry y Ron con los deberes los días en los que entrenaban y se quedaba hasta pasada la media noche con ellos explicándoles y guiándolos para completarlos. En varias ocasiones y debido al cansancio, Ron se quedaba dormido en una de las mesas de la casa común, rodeado de pergaminos y libros, Harry aprovechaba esos instantes para poder hablar con Hermione con toda tranquilidad ya que con Ron dormido y la sala común vacía podían sentirse libres.

-El entrenamiento de hoy estuvo muy pesado – le decía Harry a ella en tono cansado mientras se sentaba en uno de los sillones individuales de la sala.

-¿Por qué lo dices? – preguntó Hermione que miraba desde el otro lado de la mesa, con el entrecejo fruncido a Ron mientras éste dormía.

-Porque apenas estoy aplicando las nueva tácticas de juego y es un poco difícil acomodarse a ellas... – Harry observó que Hermione miraba con disgusto a Ron –. ¡Déjalo dormir un rato! Hoy lo exigimos bastante... mas bien ven acá conmigo – y señaló un lugarcito del sillón entre sus piernas.

-Si, creo que tu también mereces descansar un poquito – se sentó entre las piernas de Harry y se dejó caer sobre su pecho –, pero que solo sean 15 minutos... falta poco para que terminen esa tarea.

Harry abrazó a Hermione en el estomago mientras observaban como Crookshanks maullaba y se dirigía a los dormitorios.

-¿Dijiste que ya casi acabamos?... bueno, entonces déjalo descansar media hora – le rogó Harry en susurro.

-¡Media hora! – respondió ella también en susurro –. Harry, estas loco, eso es muc... ¡Harry, ahora no!.

-Tranquila – le respondió en susurro cuando colocó sus manos debajo del jersey y la camisa del uniforme de Hermione para acariciarle el estomago –. Solo déjame hacer esto, sé que no es el momento para lo otro.

-Ron se dará cuenta.

-No se dará cuenta, le estamos dando la espalda.

-¿Estas seguro? – le preguntó en susurro.

-Si, y sabremos que se despertó cuando deje de roncar... – entonces Harry colocó su mano derecha en el rostro de Hermione girándolo hacia el lado izquierdo de ella para comenzar a darle un dulce beso.

-Te amo... – le dijo ella con los labios mirándolo a los ojos cuando apoyaba su cabeza en el hombro derecho de Harry.

-Es la primera vez que me lo dices... – y él le sonrió

-Pero no es la primera vez que lo siento... – y diciendo esto volvieron a unirse en un dulce y largo beso. Entonces Hermione sintió como Harry apartaba su mano izquierda del estomago de ella y que con esa misma mano desabrochaba uno de los botones de su falda.

-¡Harry!... te dije que aquí no.

-Y yo te repito que lo sé... tranquila – y con su mano derecha volvió a acercar la cara de Hermione a sus labios.

Luego volvió a colocar la mano izquierda debajo del uniforme de Hermione, justo en el estomago y fue bajándola hasta llegar a su vientre.

-Es tan suave y cálido... ¿Algún día me darás un hijo, Hermione?

-Tal vez, lo más seguro cuando salgamos de Hogwarts – y volvió a unir sus labios con los de Harry.

Segundos después Harry fue bajando su mano izquierda hacia el sur y Hermione se estremeció cuando se dio cuenta.

-Harry... no – le dijo ella en tono suplicante.

-Déjame... te prometo que no pasara nada de lo otro.- y con la mano derecha aún libre, volvió a acercar a Hermione para seguirla besando pero esta vez de manera pasional.

Ella colocó su mano izquierda en la cabeza de Harry y le apretaba el cabello cuando sentía deslizar la mano de él más hacia el sur, hasta que llegó a su destino y lentamente y con mucho cuidado fue examinando el terreno hasta que encontró lo que buscaba y allí empezó a jugar con sus dedos. Cuando hizo eso, Hermione suspiró profundo y respiraba con dificultad, Harry le sonreía mientras volvía a besarla con pasión, y entonces metió su mano derecha debajo de la camisa y el jersey de ella y se dirigió a la zona de sus pechos donde comenzó a acariciarlos por debajo del sostén. Así estuvieron durante unos minutos hasta que Harry se detuvo y le dijo a Hermione en el oído:

-No te parece que hay mucho silencio... ¿Por qué ya no ronca Ron?