Capítulo 21: VALORES INVISIBLES

Cuando Harry salió entre los arbustos pudo divisar a Malfoy corriendo un poco alejado de él, así que con todas sus fuerzas trató de alcanzarlo aprovechando la velocidad que adquiría debido a que era liviano, pero era inútil porque Draco llevaba bastante ventaja, entonces se le ocurrió hechizarlo aprovechando que no había nadie en los alrededores.

-Aguos Tsunami – dijo Harry apuntando al lago con su varita e inmediatamente una ola de 2 metros de alto se abalanzó contra Malfoy tumbándolo al suelo.

-Serpentus Ramus – agregó apuntando a los árboles que estaban cerca del camino e inmediatamente cientos de ramas cogieron a Malfoy y lo amarraron con fuerza al tronco de un árbol.

Harry estaba más que sorprendido, a decir verdad estaba bastante satisfecho de la eficacia de sus hechizos ya que mover esa cantidad de agua y utilizar las ramas de los árboles para detener a Malfroy era bastante complicado. Se fue acercando a paso normal hacia el tronco donde Draco estaba amarrado con las ramas encantadas y cuando ambos estuvieron frente a frente, Malfoy le dirigió una mirada del más intenso odio.

-¡Suéltame, Potter!

-Y por qué tendría que hacerlo, al fin y al cabo te lo mereces por metiche.

-No es mi culpa que tú y Granger estuvieran por hay exhibiéndose.

-Tienes razón, no es asunto tuyo lo que Hermione y yo hagamos, entonces por qué ibas a contarle a los profesores... ¿es que acaso lo que ocurra entre nosotros te perjudica en algo? – le dijo Harry alzando notablemente las cejas.

-A mi... no – le respondió Draco con todo su sarcasmo –. ¡Pero al colegio si!.

-A ti nunca te ha importado Hogwarts... – le reprochó Harry y después de una breve pausa agregó –. Mmm, ya se, ¡Tienes envidia!

-¡Envidia, yo!... ¿de qué?

-De que no tienes con quien compartir momentos especiales. A ti nadie te quiere.

-Lo que pasa es que yo no inspiro lastima como tú, Potter – le dijo Malfoy arrastrando las palabras y observó que Hermione se acercaba a ellos –. Tú recibes la lástima de los sangre sucia y los amigos de los muggles.

-No te atrevas a insultar a Hermione y a Ron - le gritó Harry, apuntando con la varita –. ¡Te arrepentirás!

-¡Vamos, hazme algo! – lo desafió Malfoy y señalando a Hermione con la cabeza dijo –. Hazlo delante de tú agarre.

-¡Agarrado estas tú, Malfoy! – le dijo Hermione mientras se paraba al lado izquierdo de Harry –. Fíjate que ese árbol no te quiere soltar.

-Dime Granger, ¿Qué se siente ser el juguete de Potter?

-¡Retráctate, Malfoy! – exclamó Harry con toda su furia, aún apuntándolo con la varita.

-Es la verdad. Dime, qué se siente ser la vergüenza de la familia. Tus pobres padres muggles imaginándose la hija perfecta que tienen, y tú revolcándote y manoseándote con Potter. ¿Dónde quedaron tus valores?

La expresión del rostro de Malfoy reflejaba completa satisfacción al decir la última frase, Harry se acercó más a él para lanzarle una maldición, pero Hermione se le adelantó.

-¡Y a ti que te importa mis valores! – chilló Hermione –. Al menos yo paso mi tiempo libre "revolcándome" con Harry, y tú estás tan frustrado que lo único que te queda por hacer es vivir de las experiencias de los demás.

-Sangre sucia – susurró Malfoy lleno de odio.

-Obliviate – dijo Harry bruscamente apuntando a la cabeza de Malfoy, y comenzó a modificarle la memoria. Y mientras Malfoy relajaba su expresión, Hermione lo liberó de las ataduras de las ramas.

-¿Qué paso?, ¿Por qué estoy mojado? – preguntó Malfoy mientras se palpaba la ropa.

-Te tiraste al lago, no sé con que intención – le contestó Harry como sin querer la cosa y observó que Hermione les daba la espalda.

-¡Yo, tirarme al lago!... estás loco.

-Entonces explícate por qué estas mojado – le dijo Harry pausadamente y moviendo la cabeza como si cantara.

-¡Idiotas! – dijo Malfoy en voz baja al cabo de unos segundos y emprendió el rumbo al castillo.

Cuando Harry comprobó que Malfoy estaba bien alejados de ellos, tomó a Hermione de una mano y la llevó hacia dentro de los arbustos donde había estado atado Malfoy, al tenerla frente a él vio que ella estaba llorando.

-No le prestes atención a lo que dijo ese canalla – le susurró Harry mientras cogía con sus manos el rostro de ella.

-Fueron horribles sus palabras, me humilló, me juzgó de la manera más cruel – y de sus ojos salían más lágrimas.

-Escúchame, tú no eres la vergüenza de nadie. Por el contrario, eres el orgullo de tú familia al tener por hija a una estudiante modelo y a un ser cariñoso. Eres el orgullo de tus amigos por tu lealtad y el valor que le das a nuestra amistad, además de la inteligencia que tienes para resolver los problemas. Y yo... yo estoy muy orgulloso de que seas mi mujer.

-Tienes razón, no vale la pena dejarme abatir por lo que dijo ese infeliz. – y diciendo esto miró a Harry a los ojos.

Si había algo que realmente enorgullecía a Harry era la valentía de sus amigos, y Hermione no era la excepción. Lentamente ambos acercaron sus labios y los unieron en un dulce beso que con el paso de los segundos se fue volviendo apasionado.

-Vamos a comer algo...A ver si Ron no se lo comió todo – le dijo Harry con una risita.

Y emprendieron el camino hacia el castillo, 20 minutos después estaban entrando en la cocina por el cuadro del frutero. Cuando Ron los vio y les habló lo hizo con la boca llena de comida:

-Po'ue se demolalon tanto... – Hizo una pausa para tragar –. Yo ya iba a empezar a comerme tus pasteles, Harry.

-Una demora llamada Draco Malfoy – le informó Harry mientras él y Hermione se sentaban al lado de Ron.

-¿Y qué hizo ahora ese idiota?

-Andar de metiche – le dijo Harry, pero no podía contarle todo a Ron, se daría cuanta que entre Hermione y él había intimidad –. Hermione y yo estábamos hablando sobre el articulo de El Profeta y él estaba cerca escuchándolo todo, así que le dí una buena lección mojándolo y posteriormente atándolo a un árbol, pero el pobre no se acuerda de nada ya que además le modifiqué la memoria.

-Valla espectáculo el que me perdí – dijo Ron en tono soñador y mirando hacia el vacío.