Capítulo 27: HIPOTESIS
Conforme pasaban los días, las dudas en el alma de Harry iban creciendo, todo gracias a ese extraño sueño que tuvo la noche de la final de quidditch y a la frecuencia con que éste se presentaba en las noches de descanso del muchacho. Además, en su cabeza se posaba la misma pregunta una y otra vez... ¿Voldemort estaría al tanto de la relación que él tenía con Hermione? Y si así era ¿qué clase de peligro estaría corriendo la muchacha por éste hecho?... Indudablemente el más grave.
Luego, más dudas, ¿qué haría ahora que saliera de Hogwarts?... de algo si estaba seguro, era de su habilidad para jugar quidditch, al fin y al cabo lo estaba practicando desde hace 7 años, en los cuales le había ido bastante bien, aunque el nivel de competencia en una liga profesional era mucho más alto que el de un campeonato escolar, aún así, ser deportista era una buena opción.
Pero su principal preocupación seguía siendo Hermione y ni modo de esperar un consejo de alguna persona, ni siquiera de Ron que pese al estar al tanto de la verdadera relación de la pareja aún no sabía de los intranquilos sueños de Harry, algo que siempre lo caracterizó, guardarse las cosas por más graves que fueran cuando afectaba a personas diferentes a él.
Gracias a esto, y sin proponérselo, fue levantando una barrera con Hermione. A menudo estaba tan sumergido en sus pensamientos que no prestaba atención a lo que la muchacha le decía, cosa que la hacia enfadar bastante; cuando un día de mediados de mayo, al salir de la clase de DCAO Hermione con tono de preocupación le dijo:
-Tenemos que hablar.
-¿Ahora? – preguntó Harry.
-No, es algo privado – le respondió ella mirando de reojo a Ron mientras él ponía los ojos en blanco.
-Si, ya sé, hago mal tercio – opinó Ron algo fastidiado.
-¡No seas idiota!... No haces mal tercio... Sólo es algo privado entre Harry y yo.
-Si, como digas – le dijo Ron levantando las cejas y se marchó.
-Bueno, como te decía... tenemos que hablar, y es importante.
-¿Qué tal esta tarde?.
-No puedo, me dedicare a estudiar en la biblioteca.
-Pues... que te parece depuse de la comida y aprovechamos para salir un rato del castillo.
-Me parece bien, así nadie nos interrumpirá.
-Ok, ahora... ¿podemos ir a almorzar?... me gruje la tripa – dijo Harry mientras aceleraba el paso hacia el gran comedor.
Una vez finalizaron el almuerzo, Hermione se despidió tanto de Harry como de Ron.
-Adiós, me voy a...
-La biblioteca – le interrumpió Ron –. ¡Que te rinda!
-Deberían seguir mi ejemplo – le reprochó ella.
-¿Para qué?... Nosotros no pensamos trabajar en el ministerio – le dijo Ron señalando con su cabeza a Harry que estaba sentado a la derecha.
-Al menos para que saquen buenas calificaciones en los EXTASIS...
-No te preocupes, encárgate tú de sacar las mejores – le cortó Ron moviendo la mano derecha en señal de total despreocupación –, y nosotros nos encargamos de sacar justo las que necesitamos.
-Así sea – intervino esta vez Harry.
Así que con un poco de aire de indignación en su orgullo, Hermione desapareció de la vista de ambos chicos.
-Me intriga el hecho que Hermione quiera hablar conmigo en privado – le comentó Harry a Ron mientras caminaban por los terrenos del colegio.
-Ya la conoces... arma una película con cualquier cosa.
-¿Y si se dio cuenta?
-¿De qué?
-¿De que tú sabes?
-¿Saber qué?
-¡No te hagas el tonto!... sabes a lo que me refiero.
-Ahhhhhhh... No creo... – le contestó Ron despreocupado.
-¿Y por qué?
-Porque donde ella lo supiera me hubiera dicho – Y realizó una aclaración en su garganta para luego comenzar a hablar como mujercita –: "Eres un pervertido, ¿cómo te atreves?" o "Deja de ser tan metido, busca oficio, Ron".
-Entonces, ¿tranquilos por ese lado? – dudó Harry.
-¡Claro! – le respondió Ron muy convencido.
-Y entonces... ¿qué será? – dijo Harry en voz Baja.
-¿Y sí...?
-¿Qué?
-No sé... – dudó Ron y miró que nadie estuviera cerca para después bajar la voz –. ¿Y si está embarazada?
Con ese comentario a Harry se le heló la sangre mientras abría los ojos como platos.
-No... no, no, imposible – le dijo Harry como quien medita la cosa.
-¡Cuál imposible!... como si nunca... bueno, sabes a lo que me refiero – le contradijo Ron mientras su cara tomaba un color rosado.
-Pero... no es tiempo... me refiero a que es demasiado pronto para saberlo, ¿no crees?
-Harry, ¡No somos muggles!, una bruja puede saber si esta en estado incluso 4 días después del "acto".
Entonces Harry se dejó caer sobre la hierva, sentado, mientras trataba de recuperar un poco la compostura respirando profundamente y con lentitud, Ron se sentó a su lado lamentando para sí mismo el comentario "embarazoso" que hizo.
-Hermione se muere si tu conclusión es cierta – le dijo Harry con un tono de pesadumbre en su voz.
-¿Es que ustedes no se cuidaron? – le preguntó Ron como si fuera un reproche.
Después de unos segundos de tenso silencio Harry negó lentamente con la cabeza y con cara de circunstancia.
-¡¿Nunca?! – le dijo Ron abriendo notablemente los ojos.
-No...
-¡En que demonios estaban pensando!, por Dios Harry, ¡qué irresponsables!
-Si me vas a pegar no me regañes.
-No te estoy regañando, te estoy reprochando. Has de cuenta que "YO" soy tu conciencia perdida.
Más silencio. El viento movía suavemente el césped y de vez en cuando podían oír el canto de los pájaros. Luego, Harry se cogió la cabeza con ambas manos mientras las apoyaba en las rodillas y dijo:
-Esto no me puede estar pasando a mí... no ahora.
Camarones en salsa bavara, arroz al puerro y en las copas de oro servido zumo de lima, una deliciosa comida, pero a Harry le sabia a cacho. Si eran ciertas las dudas de Ron, que haría ahora con Hermione embarazada, correría más peligro que antes, no solo ella, también su hijo. Sin comer prácticamente nada Harry esperó a que Hermione terminara su ración de comida. Luego salieron a dar un paseo en las afueras del castillo, hablando cosas completamente triviales para disminuir la tensión por parte de ambos, hasta que Harry frenó en seco y dijo intempestivamente:
-Hermione... ¿Estas embarazada?
