El siguiente capítulo puede contener material sensible para los menores de edad, se recomienda la supervisión y orientación de un adulto.
Capítulo 28: TIEMPO AL TIEMPO
La pregunta de Harry le había caído de sorpresa y Hermione solo se limitó a mirarlo algo contrariada y parpadeando con rapidez; hasta que por fin, de sus propios labios, dijo con la voz temblorosa:
-¿Cómo...?
-Entonces es verdad – interrumpió Harry –. ¡Dios mío, no puede ser!... ¿qué haremos?
-¡Pero Harry...!
-¡No me refiero a que cometamos una locura! – volvió Harry a interrumpirla –. Pero es muy pronto – complementó mientras caminaba de un lado para otro –. Quiero decir que... somos muy jóvenes... aunque problemas de dinero no tenemos, ¿pero un bebé en estos momentos?
-¡Harry, cálmate por favor!
-¿Cómo me pides que me calme?, te das cuenta de todo lo que se nos viene, en especial la reacción de tus padres...
-¡Harry!- le dijo Hermione cogiéndolo por los hombros –. Tranquilízate, que no estoy embarazada.
-¿No? – dijo Harry dudando –. ¿Estas segura?
-Totalmente segura no, pero... ¿cómo se te ocurrió semejante idea?
-Ron me dijo que...
-¡Ron! – exclamo Hermione –. ¿Qué sabe Ron?
A Harry le dieron un revolcón las tripas, sin querer y por puro descontrol había metido la pata, logrando de esta manera delatar a su amigo, ¿y ahora que haría?. Después de unos segundos en los que Hermione lo miraba con los brazos cruzados y el entrecejo fruncido, al fin dijo:
-Ron no sabe nada.
-¿Y entonces?
-Pues... él me dijo el curso pasado que cuando la señora Weasley estaba embarazada, mediante un hechizo se daba cuenta hasta cuatro días después de... ¡ya sabes! – mintió Harry, diciendo todo sin siquiera respirar.
-¿Eso es todo? – le dijo Hermione bastante escéptica.
-¿Piensas que te miento? – dijo astutamente Harry –. ¿Cómo crees que llegue a la conclusión que estabas embarazada? A mí me pareció muy extraño que quisieras habar conmigo en privado y más en el tono con que me lo dijiste.
-Bueno, porque en realidad es importante lo que tenemos que hablar... por lo menos para mí.
Con un poco más de tranquilidad en sus venas, Harry le preguntó:
-¿De qué se trata?
-Es sobre nosotros.
-¿A qué te refieres?
-Bueno... – Hermione dudó unos segundos – desde hace unos días he notado que estas distante conmigo, cuando te hablo siento que estas en otro planeta y no aquí. Es como si me estuvieras desplazando.
-¡Yo no te estoy desplazando! – le dijo él bastante sorprendido por lo que ella le dijo. Conociendo como conocía a Hermione olvidó lo lista que era para darse cuenta de las cosas.
-Eso es lo que yo siento.
-Lo que ocurre es que... – Harry no sabía qué decir, el corazón le latía a mil por hora y no quería angustiar a Hermione; si no le contó a Ron sobre sus crecientes temores, mucho menos se los diría a ella.
-¿Qué?
-No sé si llegues a comprenderme – le dijo él para ganar tiempo, necesitaba tiempo.
-Si no me lo dices, no te podré comprender.
-Es que... estoy confundido, no sé que hacer con mi vida.
Hermione lo miraba con cara de no creerse nada, indudablemente presentía que Harry se le estaba yendo por la tangente, o en otras palabras, le estaba metiendo cuento. Así que Harry no le quedó mas de otra que seguir mintiendo:
-¿No sabes que hacer con tu vida?... ¿Me estas hablando en serio?
-Para ti es muy fácil decirlo, tú tienes una familia, tienes un hogar, alguien que te espera en casa, incluso sabes qué harás en cuento egresemos de Hogwarts; pero yo no tengo nada, el único que podía considerar de mi familia ya no está. Tengo muchas dudas acerca de lo que me puede esperar el día de mañana, en el fondo tengo miedo.
-No estas solo, Harry – le dijo Hermione con tristeza –. Ya te lo dije una vez, te acuerdas, en la casa de tus padres.
-No ese tipo de soledad Hermione, es la otra, la falta de ese lugar al que puedes llamar hogar.
Entre verdades y mentiras Harry tuvo los argumentos necesarios para convencer a Hermione, al menos por el momento; pero la raiz del problema seguia siendo la misma, el temor a que algo le ocurriera por el odio de Voldemort. Y a Harry no le quedó más de otra que decir:
-Démonos un tiempo.
-¡Bromeas! – exclamó Hermione sin creer lo que escuchaba.
-No bromeo – le aclaró Harry muy a su pesar –. Es por el bien de los dos, de nuestra relación.
-¿Cómo me pides tiempo?... es como si quisieras alejarme de ti.
-Lo último que quiero es que nos alejemos – y acto seguido la abrazó con fuerza –, pero piénsalo... en estos momentos debes estar mas preparada a preparar los EXTASIS, no me perdonaría que descuides tus metas por mi causa y más por mis problemas, además en este tiempo podré pensar con cabeza fría qué hacer con mi vida.
-Esa no es la solución Harry – le dijo Hermione con la voz ahogada mientras trataba de contener inútilmente las lágrimas –. Al tú decirme que necesitamos tiempo es como si me dijeras que terminamos... ¿eso es lo que quieres?
-No, ¡nunca! – dijo Harry enfáticamente –. Pero, por favor, créeme... por este tiempo necesitamos espacio... después de los exámenes todo volverá a la normalidad – y en ese momento Harry pensó que no había nada que le garantizara la caída definitiva de Voldemort para cuando finalizaran las clases.
-Espero que no me estés mintiendo, Harry – y al decir esto a Harry se le encogió el corazón –. Y sobre todo, espero que esta no sea una excusa para dar por finalizada nuestra relación.
-El día que te pida que terminemos es porque te he dejado de amar... pero mientras aún exista este amor en mi corazón, ten por seguro que no te dejaré ir.
Permanecieron unos minutos más en silencio, abrazados, tratando de aceptar la decisión a la que habían llegado, un vacío en el estomago y varias punzadas en el corazón indicaban el dolor de la temporal separación. Al llegar a la sala común vieron que estaba vacía, solo la habitaba el sonido de la chimenea crepitando. Hermione se despidió con un tímido "Buenas noches" pero Harry, venciendo todos los intentos por resistir sus impulsos, la detuvo y comenzó a besarla con pasión y desesperación, al fin y al cabo, el último beso en mucho tiempo. Instantes después la conciencia los traicionó y fueron avanzando lentamente hacia uno de los sofás dejándose caer suavemente sobre él, dominados por el amor que los unía y el deseo de una nueva entrega, muy diferente a las que habían tenido.
Fueron despojándose de sus ropas: angustia, ansia, desesperación y sobre todo amor era lo que reflejaba cada movimiento por parte de los dos, Hermione derramaba amargas lágrimas mezcladas con sus constantes gemidos mientras Harry, con un latente temor en el corazón, le besaba desesperada pero delicadamente los pechos de la joven. Al instante ella se encontraba recorriendo con su lengua cada trozo de la piel de su amante, bañando en lágrimas el recorrido, Harry la miró a los ojos y no pudo evitar imitarla, silenciosas lágrimas bañaron sus ojos, en el instante la tomó de las caderas y con ansioso tacto se posó encima de Hermione introduciéndose de manera suave, como queriendo no dejar de sentir la cálida sensación de éxtasis que ello le producía. Los pensamientos de Hermione no estaban tan lejos, en un instante en que él bajo el ritmo, lo empujó suavemente, sin dejar de besarlo, en el espaldar del sofá, para luego aumentar el movimiento entre los órganos, sentía que su sexo ardía pidiendo más y más, puso sus manos en el borde de madera del sofá y subiendo el ritmo repetía constantemente al oído de Harry "te amo... te amo", ante esto el comenzó a besarla y acariciar con deseo esos senos que tanto le estimulaban, durante largo rato se perdieron el uno en el otro teniendo al fuego que los iluminaba como único testigo.
Tiempo después, Hermione desaparecía por las escaleras rumbo al dormitorio de las chicas, mientras Harry la observaba, terminando de acomodarse las prendas y diciendo para si mismo:
-Perdóname Hermione... lo hago por tu bien.
