Los personajes utilizados aquí no son de mi propiedad, así que antes de meterme a la cárcel piensen eso, además, Yo no gano nada por medio de esto, simplemente criticas.
Gracias. Ahora si, lean, por favor!
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Capitulo 3: Caminando de regreso.
"Hola, Saga." Dijo, con una sonrisa anhelante y esperanzada, rogando a los Dioses que Saga le respondiera.
"Hola." dijo el caballero de Géminis, estoicamente.
Mu sintió la necesidad de explicar por qué se encontraba ahí, pero prefirió no hacerlo… cuando alguien da explicaciones sin que se las pidan es como claramente decir que estas mintiendo.
"Eh…" Mu no había tenido tiempo de planear las cosas (muchas gracias, Afrodita) "¿Vas hacia la Casa de Géminis?" Saga asintió. "Creo que yo también pienso regresar ya a mi Templo… ¿te molesta si te acompaño?"
"No…" dijo Saga, tratando de parecer indiferente. "Vamos…"
Emprendieron el camino de regreso. Mu debía decir algo, y rápido, o de nada le serviría el paseo. Levantó la vista, e hizo un comentario sobre lo primero que vio.
"¿Has visto lo azul que es el cielo?" Saga lo miró, interrogante. ¿Qué clase de pregunta era esa? "Quiero decir… algunas veces estamos tan encerrados en nuestro interior que pasamos por alto cosas… cosas en nuestro alrededor que son importantes… y por eso debemos tener un poco más de atención." Bajó la mirada, apenado. "Deben parecerte tonterías mías… No me hagas caso…"
"No son tonterías." Se limitó a decir.
Esas diminutas respuestas no le daban a Mu una gran oportunidad para entablar conversación. Debía preguntarle algo complejo… algo a lo que no podría simplemente esquivar con un sí o un no.
"Algunas veces me pregunto que habría sido de nuestras vidas si no fuésemos caballeros de Atena…" las palabras de Mu estaban atrayendo la atención del santo de Géminis. "¿Tú dónde crees que estarías?" Saga lo miró de manera curiosa unos momentos antes de responder.
"No lo sé." Respondió Saga, y Mu por un momento pensó que el tema quedaría a un lado y se perdería en cuestión de segundos, pero el hombre a su lado continuó hablando. "Y realmente nunca lo he pensado. Solo me importa donde y como estoy ahora. Estoy conforme con eso, no necesito más."
Esa última frase fue como un balde de agua helada para el santo de Aries. 'No necesito más' ¿Acaso había descubierto sus intenciones de acercarse a él de manera sentimental y estaba dándole una indirecta de que no le correspondía?
"Vaya… supongo que tienes razón… Pero yo si necesito algo más…" Mu levantó la vista, enfrentando la mirada de Saga. "A alguien más… a…"
"¡Hola, muchachos!" saludó Dohko, apareciendo de la nada frente a ellos. Era de esperarse, ya que estaban cerca del Templo de Libra. Su atención se centró en el santo de Aries."Vaya, Mu, te ves muy bien así." pasó un brazo sobre los hombros de Mu. "Cualquiera que te viese te confundiría con un semidiós…" lo acercó hacia él. "Y nadie podría culparlos por eso." Para cuando terminó de hablar, ya se encontraba tan cerca del rostro del caballero de Aries que estaba prácticamente hablándole al oído.
"G-gracias…" murmuró Mu, apenado. La manera en que Dohko se le acercaba lo estaba incomodando un poco, y gracias a esa maldita camisa casi transparente que Afrodita le dio el asunto estaba mucho peor.
Saga no supo por qué, pero extrañamente sintió la necesidad de arrancarle el brazo al caballero de Libra. Por alguna razón, el hecho de Dohko tocando a Mu le molestaba demasiado. Mejor se iba, o podía hacer algo de lo que después se arrepentiría.
"¿A dónde vas, Saga?" preguntó Dohko, al ver que el santo de Géminis se alejaba.
"¿A dónde crees tu que voy?" gruñó Saga, girando para verle. Dohko aún continuaba en la misma posición, Saga vio algo en sus ojos que no le gustó.
"Vamos ¿Por qué no los invito a ustedes dos un rato a mi Casa? Ya encontraríamos algo con que divertirnos…" una sonrisa maliciosa apareció en los labios de Dohko, mientras sus ojos miraban de soslayo a Mu.
No se necesitaba ser un genio para deducir las intenciones de Dohko. Sabía de que manera le gustaba divertirse a ese hombre… y esa mirada que le dedicaba a Mu descartaban toda posibilidad de que fuera una invitación sin otras intenciones. Seguramente no quería 'algo' para divertirse, sino 'alguien'.
"No, gracias." Negó Saga, sin intención alguna de parecer agradecido con Dohko. "Nosotros ya nos vamos." Mu se sorprendió por las palabras del caballero del Tercer Templo, pero no hizo nada. "Ahora." Continuó su camino de regreso. El santo de Aries se separó de Dohko quitándose el brazo de encima, y corrió en dirección a Saga.
"Vaya…" dijo Dohko, cruzándose de brazos en la entrada de su Templo, sonriendo para sí. "Así que Kanon tenía razón… algo le está pasando a Saga… y creo saber exactamente lo que es."
"¿Ocurre algo, Saga?" le preguntó Mu con cautela cuando logró alcanzarlo.
"No." Fue la fría respuesta que le dio.
"Me pareció que estabas molesto con Dohko… ¿Pasa algo malo entre ustedes dos? ¿Tienen algún problema?"
"No."
"¿Entonces por qué no aceptaste su invitación?"
"No confío en él."
"¿De qué hablas?" preguntó, confuso. "¿Por qué dices que no confías en él, si tu lo conoces bien?"
"Exactamente por eso no confío en Dohko." Dijo Saga. "Lo conozco demasiado bien."
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Milo acompañaba a Afrodita de regreso a su Templo, ya que de todas maneras él iba hacia la Casa de Acuario, y era una buena oportunidad para enterarse de cómo estaba la situación.
"¿Y tienen algo planeado en especifico?" preguntó Milo. "¿Una 'estrategia de ataque'?"
"Nada aún…" dijo Afrodita, en un suspiro. "La verdad es que no se me ocurre nada para que Saga se interese en Mu… ¡Ese hombre es más cerrado que nada! No tengo idea de que es lo que Mu vio en él. Simplemente, no lo entiendo."
"Bueno, pues hablando de cosas incomprensibles tu también tienes tus puntos." Dijo Milo, llevándose las manos detrás del cuello. "Bien que te mueres por Death Mask, pero no le dices nada."
"Me gusta el hecho de tenerlo así, deseándome." Dijo, riendo abiertamente. "No puedes culparme por eso, Milo… pero nos estamos desviando del tema principal. ¿Qué rayos podemos hacer para que Saga se enamore de Mu?"
"Veamos… ya hicimos lo de un encuentro casual entre ellos, pero sinceramente no creo que eso funcione con Saga… también ya lo hiciste lucirse frente a él en la mañana, pero tampoco dio resultado… y mira que con esos atuendos que le has impuesto se pone a trabajar la imaginación de cualquiera…" el santo de Piscis se detuvo en seco.
"Te parecerá que estoy loco, pero acabo de tener una gran idea…" dijo Afrodita, sonriendo divertido. "Creo que encontré la manera perfecta para que Saga no se pueda sacar de la cabeza a Mu…"
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Llegaron al Templo de Géminis, y de su interior podía escucharse mucho ruido, como si alguien estuviese escuchando un estereo en alto volumen. Mu vio cerca el momento de separarse de Saga, y no quiso hacerlo. No todos los días tenía la oportunidad de acercase tanto a él, así que buscó la primera excusa posible para alargar el encuentro.
"Dioses, siento como si hubiera recorrido todo el santuario…" dijo Mu, tratando de parecer cansado. No le fue tan difícil fingir, dado el hecho de que en verdad había hecho un recorrido relativamente amplio, pues fue desde su Templo hasta el del Escorpión, e inmediatamente lo mismo de regreso. "¿Te molesta si me siento un momento?" preguntó, señalando los escalones a la entrada del Templo de Géminis. Saga negó con la cabeza y, curiosamente, tomó asiento junto con él. Ninguno de los dos hablaba, y ese silencio tan molesto los encerró. Solo se escuchaba el estruendo dentro del Tercer Templo. "Kanon es bastante alegre. Supongo que debe ser muy divertido para ti ser su hermano."
"Seguro." Dijo, con un tono de sarcasmo, recordando cientos de recuerdos en los que su hermano menor se divertía fastidiándolo. "No te imaginas lo divertido que es tenerlo cerca todo el día."
"Oye, Saga…" el sonido de la música aumentó. "Yo quería decirte…"
"¿Qué?" dijo Saga, levantando la voz. "No te escucho." Giró hacia la entrada. "¡Kanon!" el ruido no disminuyó.
"¡Quiero decirte que…!" Saga hacía esfuerzos por escuchar, pero no lo lograba. Mu estiró su mano, decidido a tomar la del santo de Géminis. "¡…Desde hace ya mucho tiempo yo te…!" el sonido de cosas rompiéndose los interrumpió, y Saga se levantó de inmediato, para entrar a averiguar que tanto estaba haciendo su hermano. "¡No, espera…!" demasiado tarde. Saga se había ido.
Decepcionado, Mu se levantó de las escaleras y continuó su camino hacia el Primer Templo. Quizás después tendría otra oportunidad de hablar con Saga…
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"¡¿Qué demonios está pasando aquí?!" gritó Saga al llegar a la habitación su hermano menor. Sus ojos se abrieron todo lo que les era posible al descubrir lo que ocurría. "¡Kanon!"
"¡Cálmate, Saga!" se apresuró a decir Kanon, asustado. "¡No es lo que parece!"
"¡¿Ah, no?!" se le acercó, totalmente enfadado. "Entonces explícame que está haciendo él ahí." Dijo, señalando el suelo. A unos cuantos pasos de donde se encontraba Kanon estaba el cuerpo del santo de Leo, amordazado y atado de los pies (pues había logrado quitarse las ataduras de las manos, y así golpear a Kanon).
"¡Fue idea de Dohko!" se defendió Kanon. "¡Lo juro!"
Saga se acercó a Aiolia, y lo liberó. Quien en cuanto estuvo de pie, fue directo hacia Kanon para darle un puñetazo en la cara. El mayor de los hermanos tuvo que intervenir para que esos dos se mataran a golpes. No porque realmente le importase mucho, sino que si algo ocurría, mejor que no fuera dentro de su Templo. Finalmente logró separarlos.
"Esto no se acaba aquí, Kanon." Amenazó Aiolia, mientras era detenido por Saga. Cuando dejó de forcejear, Saga lo soltó. Totalmente ofendido, el santo de Leo salió del Templo de Géminis.
"Cielos, gracias por ayudarme." Dijo Kanon, acercándose aliviado a su hermano mayor. "Si no es por ti, seguro que Aiolia me mata a golpes."
"¡Eres un idiota!" le dijo Saga, mientras lo tomaba del brazo, y lo llevaba hacia fuera de la Casa de Géminis. "¡No sé que pudo haberle estado pasando a Atena por la cabeza cuando te trajo aquí!"
"¡Suéltame!" se quejó, tratando de zafarse. "¿A dónde me llevas?"
"¡Te quedarás afuera!" empujó a Kanon al exterior. "Así, si Aiolia decide regresar a buscarte estará en toda la libertad de hacerlo." Kanon quiso replicar. "¡Y pobre de ti si intentas entrar aquí por la fuerza!"
"¡¿Es que piensas dejarme dormir en los escalones?!" gritó Kanon, indignado. "¡¿Estás loco?!"
"Si tanto te molesta dormir ahí, ve a quedarte con tu gran amigo Dohko. Seguro que le encantará que pases la noche ahí." Dijo Saga, regresando al interior. "Lástima que su Templo esté tan lejos ¿verdad?"
"¡Maldición!" exclamó Kanon al darse cuenta que si quisiera ir a buscar a Dohko, forzosamente debería pasar por la Casa de Leo. Así que podía arriesgarse y tener un lugar donde dormir cómodo, o quedarse ahí. Seguramente Aiolia no regresaría esa noche a buscarlo, pero si se acercaba a su Templo, seguramente era hombre muerto. No tenía más opción que dormir ahí. ¡Saga era un maldito desgraciado! "Pero esta me la vas a pagar, hermanito. Me la vas a pagar…"
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NOTAS:
Hola! Capitulo tres terminado. Algo pequeño, pero es que no tengo tiempo de nada. El regreso a clases… y las clases extras a las que mi mamá me inscribió… ¡Apenas y puedo estar un rato frente a la computadora!
Bueno, bueno… díganme que les pareció ˆˆU
Es que yo amo los reviews! Lo que hago es guardarlo, y mientras escribo los leo, porque eso es lo que me da ánimo ˆ-ˆ
Gracias. Ahora si, lean, por favor!
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Capitulo 3: Caminando de regreso.
"Hola, Saga." Dijo, con una sonrisa anhelante y esperanzada, rogando a los Dioses que Saga le respondiera.
"Hola." dijo el caballero de Géminis, estoicamente.
Mu sintió la necesidad de explicar por qué se encontraba ahí, pero prefirió no hacerlo… cuando alguien da explicaciones sin que se las pidan es como claramente decir que estas mintiendo.
"Eh…" Mu no había tenido tiempo de planear las cosas (muchas gracias, Afrodita) "¿Vas hacia la Casa de Géminis?" Saga asintió. "Creo que yo también pienso regresar ya a mi Templo… ¿te molesta si te acompaño?"
"No…" dijo Saga, tratando de parecer indiferente. "Vamos…"
Emprendieron el camino de regreso. Mu debía decir algo, y rápido, o de nada le serviría el paseo. Levantó la vista, e hizo un comentario sobre lo primero que vio.
"¿Has visto lo azul que es el cielo?" Saga lo miró, interrogante. ¿Qué clase de pregunta era esa? "Quiero decir… algunas veces estamos tan encerrados en nuestro interior que pasamos por alto cosas… cosas en nuestro alrededor que son importantes… y por eso debemos tener un poco más de atención." Bajó la mirada, apenado. "Deben parecerte tonterías mías… No me hagas caso…"
"No son tonterías." Se limitó a decir.
Esas diminutas respuestas no le daban a Mu una gran oportunidad para entablar conversación. Debía preguntarle algo complejo… algo a lo que no podría simplemente esquivar con un sí o un no.
"Algunas veces me pregunto que habría sido de nuestras vidas si no fuésemos caballeros de Atena…" las palabras de Mu estaban atrayendo la atención del santo de Géminis. "¿Tú dónde crees que estarías?" Saga lo miró de manera curiosa unos momentos antes de responder.
"No lo sé." Respondió Saga, y Mu por un momento pensó que el tema quedaría a un lado y se perdería en cuestión de segundos, pero el hombre a su lado continuó hablando. "Y realmente nunca lo he pensado. Solo me importa donde y como estoy ahora. Estoy conforme con eso, no necesito más."
Esa última frase fue como un balde de agua helada para el santo de Aries. 'No necesito más' ¿Acaso había descubierto sus intenciones de acercarse a él de manera sentimental y estaba dándole una indirecta de que no le correspondía?
"Vaya… supongo que tienes razón… Pero yo si necesito algo más…" Mu levantó la vista, enfrentando la mirada de Saga. "A alguien más… a…"
"¡Hola, muchachos!" saludó Dohko, apareciendo de la nada frente a ellos. Era de esperarse, ya que estaban cerca del Templo de Libra. Su atención se centró en el santo de Aries."Vaya, Mu, te ves muy bien así." pasó un brazo sobre los hombros de Mu. "Cualquiera que te viese te confundiría con un semidiós…" lo acercó hacia él. "Y nadie podría culparlos por eso." Para cuando terminó de hablar, ya se encontraba tan cerca del rostro del caballero de Aries que estaba prácticamente hablándole al oído.
"G-gracias…" murmuró Mu, apenado. La manera en que Dohko se le acercaba lo estaba incomodando un poco, y gracias a esa maldita camisa casi transparente que Afrodita le dio el asunto estaba mucho peor.
Saga no supo por qué, pero extrañamente sintió la necesidad de arrancarle el brazo al caballero de Libra. Por alguna razón, el hecho de Dohko tocando a Mu le molestaba demasiado. Mejor se iba, o podía hacer algo de lo que después se arrepentiría.
"¿A dónde vas, Saga?" preguntó Dohko, al ver que el santo de Géminis se alejaba.
"¿A dónde crees tu que voy?" gruñó Saga, girando para verle. Dohko aún continuaba en la misma posición, Saga vio algo en sus ojos que no le gustó.
"Vamos ¿Por qué no los invito a ustedes dos un rato a mi Casa? Ya encontraríamos algo con que divertirnos…" una sonrisa maliciosa apareció en los labios de Dohko, mientras sus ojos miraban de soslayo a Mu.
No se necesitaba ser un genio para deducir las intenciones de Dohko. Sabía de que manera le gustaba divertirse a ese hombre… y esa mirada que le dedicaba a Mu descartaban toda posibilidad de que fuera una invitación sin otras intenciones. Seguramente no quería 'algo' para divertirse, sino 'alguien'.
"No, gracias." Negó Saga, sin intención alguna de parecer agradecido con Dohko. "Nosotros ya nos vamos." Mu se sorprendió por las palabras del caballero del Tercer Templo, pero no hizo nada. "Ahora." Continuó su camino de regreso. El santo de Aries se separó de Dohko quitándose el brazo de encima, y corrió en dirección a Saga.
"Vaya…" dijo Dohko, cruzándose de brazos en la entrada de su Templo, sonriendo para sí. "Así que Kanon tenía razón… algo le está pasando a Saga… y creo saber exactamente lo que es."
"¿Ocurre algo, Saga?" le preguntó Mu con cautela cuando logró alcanzarlo.
"No." Fue la fría respuesta que le dio.
"Me pareció que estabas molesto con Dohko… ¿Pasa algo malo entre ustedes dos? ¿Tienen algún problema?"
"No."
"¿Entonces por qué no aceptaste su invitación?"
"No confío en él."
"¿De qué hablas?" preguntó, confuso. "¿Por qué dices que no confías en él, si tu lo conoces bien?"
"Exactamente por eso no confío en Dohko." Dijo Saga. "Lo conozco demasiado bien."
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Milo acompañaba a Afrodita de regreso a su Templo, ya que de todas maneras él iba hacia la Casa de Acuario, y era una buena oportunidad para enterarse de cómo estaba la situación.
"¿Y tienen algo planeado en especifico?" preguntó Milo. "¿Una 'estrategia de ataque'?"
"Nada aún…" dijo Afrodita, en un suspiro. "La verdad es que no se me ocurre nada para que Saga se interese en Mu… ¡Ese hombre es más cerrado que nada! No tengo idea de que es lo que Mu vio en él. Simplemente, no lo entiendo."
"Bueno, pues hablando de cosas incomprensibles tu también tienes tus puntos." Dijo Milo, llevándose las manos detrás del cuello. "Bien que te mueres por Death Mask, pero no le dices nada."
"Me gusta el hecho de tenerlo así, deseándome." Dijo, riendo abiertamente. "No puedes culparme por eso, Milo… pero nos estamos desviando del tema principal. ¿Qué rayos podemos hacer para que Saga se enamore de Mu?"
"Veamos… ya hicimos lo de un encuentro casual entre ellos, pero sinceramente no creo que eso funcione con Saga… también ya lo hiciste lucirse frente a él en la mañana, pero tampoco dio resultado… y mira que con esos atuendos que le has impuesto se pone a trabajar la imaginación de cualquiera…" el santo de Piscis se detuvo en seco.
"Te parecerá que estoy loco, pero acabo de tener una gran idea…" dijo Afrodita, sonriendo divertido. "Creo que encontré la manera perfecta para que Saga no se pueda sacar de la cabeza a Mu…"
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Llegaron al Templo de Géminis, y de su interior podía escucharse mucho ruido, como si alguien estuviese escuchando un estereo en alto volumen. Mu vio cerca el momento de separarse de Saga, y no quiso hacerlo. No todos los días tenía la oportunidad de acercase tanto a él, así que buscó la primera excusa posible para alargar el encuentro.
"Dioses, siento como si hubiera recorrido todo el santuario…" dijo Mu, tratando de parecer cansado. No le fue tan difícil fingir, dado el hecho de que en verdad había hecho un recorrido relativamente amplio, pues fue desde su Templo hasta el del Escorpión, e inmediatamente lo mismo de regreso. "¿Te molesta si me siento un momento?" preguntó, señalando los escalones a la entrada del Templo de Géminis. Saga negó con la cabeza y, curiosamente, tomó asiento junto con él. Ninguno de los dos hablaba, y ese silencio tan molesto los encerró. Solo se escuchaba el estruendo dentro del Tercer Templo. "Kanon es bastante alegre. Supongo que debe ser muy divertido para ti ser su hermano."
"Seguro." Dijo, con un tono de sarcasmo, recordando cientos de recuerdos en los que su hermano menor se divertía fastidiándolo. "No te imaginas lo divertido que es tenerlo cerca todo el día."
"Oye, Saga…" el sonido de la música aumentó. "Yo quería decirte…"
"¿Qué?" dijo Saga, levantando la voz. "No te escucho." Giró hacia la entrada. "¡Kanon!" el ruido no disminuyó.
"¡Quiero decirte que…!" Saga hacía esfuerzos por escuchar, pero no lo lograba. Mu estiró su mano, decidido a tomar la del santo de Géminis. "¡…Desde hace ya mucho tiempo yo te…!" el sonido de cosas rompiéndose los interrumpió, y Saga se levantó de inmediato, para entrar a averiguar que tanto estaba haciendo su hermano. "¡No, espera…!" demasiado tarde. Saga se había ido.
Decepcionado, Mu se levantó de las escaleras y continuó su camino hacia el Primer Templo. Quizás después tendría otra oportunidad de hablar con Saga…
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"¡¿Qué demonios está pasando aquí?!" gritó Saga al llegar a la habitación su hermano menor. Sus ojos se abrieron todo lo que les era posible al descubrir lo que ocurría. "¡Kanon!"
"¡Cálmate, Saga!" se apresuró a decir Kanon, asustado. "¡No es lo que parece!"
"¡¿Ah, no?!" se le acercó, totalmente enfadado. "Entonces explícame que está haciendo él ahí." Dijo, señalando el suelo. A unos cuantos pasos de donde se encontraba Kanon estaba el cuerpo del santo de Leo, amordazado y atado de los pies (pues había logrado quitarse las ataduras de las manos, y así golpear a Kanon).
"¡Fue idea de Dohko!" se defendió Kanon. "¡Lo juro!"
Saga se acercó a Aiolia, y lo liberó. Quien en cuanto estuvo de pie, fue directo hacia Kanon para darle un puñetazo en la cara. El mayor de los hermanos tuvo que intervenir para que esos dos se mataran a golpes. No porque realmente le importase mucho, sino que si algo ocurría, mejor que no fuera dentro de su Templo. Finalmente logró separarlos.
"Esto no se acaba aquí, Kanon." Amenazó Aiolia, mientras era detenido por Saga. Cuando dejó de forcejear, Saga lo soltó. Totalmente ofendido, el santo de Leo salió del Templo de Géminis.
"Cielos, gracias por ayudarme." Dijo Kanon, acercándose aliviado a su hermano mayor. "Si no es por ti, seguro que Aiolia me mata a golpes."
"¡Eres un idiota!" le dijo Saga, mientras lo tomaba del brazo, y lo llevaba hacia fuera de la Casa de Géminis. "¡No sé que pudo haberle estado pasando a Atena por la cabeza cuando te trajo aquí!"
"¡Suéltame!" se quejó, tratando de zafarse. "¿A dónde me llevas?"
"¡Te quedarás afuera!" empujó a Kanon al exterior. "Así, si Aiolia decide regresar a buscarte estará en toda la libertad de hacerlo." Kanon quiso replicar. "¡Y pobre de ti si intentas entrar aquí por la fuerza!"
"¡¿Es que piensas dejarme dormir en los escalones?!" gritó Kanon, indignado. "¡¿Estás loco?!"
"Si tanto te molesta dormir ahí, ve a quedarte con tu gran amigo Dohko. Seguro que le encantará que pases la noche ahí." Dijo Saga, regresando al interior. "Lástima que su Templo esté tan lejos ¿verdad?"
"¡Maldición!" exclamó Kanon al darse cuenta que si quisiera ir a buscar a Dohko, forzosamente debería pasar por la Casa de Leo. Así que podía arriesgarse y tener un lugar donde dormir cómodo, o quedarse ahí. Seguramente Aiolia no regresaría esa noche a buscarlo, pero si se acercaba a su Templo, seguramente era hombre muerto. No tenía más opción que dormir ahí. ¡Saga era un maldito desgraciado! "Pero esta me la vas a pagar, hermanito. Me la vas a pagar…"
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Hola! Capitulo tres terminado. Algo pequeño, pero es que no tengo tiempo de nada. El regreso a clases… y las clases extras a las que mi mamá me inscribió… ¡Apenas y puedo estar un rato frente a la computadora!
Bueno, bueno… díganme que les pareció ˆˆU
Es que yo amo los reviews! Lo que hago es guardarlo, y mientras escribo los leo, porque eso es lo que me da ánimo ˆ-ˆ