SILVER WOLF KRIEGER
Capítulo 22: Abrazada por el Mal.
"Todo es silencio, todo es quietud. El tiempo parece haberse detenido a mi alrededor, encerrada en una oscuridad tan profunda que parece pegarse a mi piel, meterse por mis heridas, hasta volverme parte de ella. Siento mis manos pero no las veo, lo único que sé es que hay suelo, suelo frío y pétreo sobre el cual yace mi cuerpo lastimado.
¿Tan importante soy para ti? Sé que me buscas; aunque todos te ayudan porque también desean volver a verme, ninguno tiene esperanzas de encontrarme. Ninguno, excepto tú, atado a mi existencia por un tratado que ninguno de los dos firmó… Pero que como un dulce deber envenenado aceptaste sólo por amor.
La oscuridad sigue a mi alrededor. El frío de este suelo intensifica el dolor de mis heridas, pero más que ello, lo que duele aún más intensamente es mi alma. No hay nada en este momento que desee más que estar contigo, que cures mis heridas, que sanes mi alma con tu infinita paciencia y amor.
Cambio de forma. El dolor es fuerte, y en crinos es aún más debilitante, mis heridas vuelven a sangrar. Adopto mi forma lupus, en la cual a pesar de tener sentidos muy agudos no puedo siquiera oler el rastro de quién o quiénes me trajeron hasta acá.
Huir a través de la Umbra también es imposible; lo sé porque también lo intenté. Pero esta oscuridad es más fuerte, y ni siquiera un portal del tamaño de la cabeza de un de alfiler se abre en este lugar.
Sólo confío en que vuelvas con tu luz, porque sé que nos encontraremos pronto…Te prometo no rendirme, quizás mi cuerpo no resista más batallas y esta para mí sea la última, pero mi alma siempre estará contigo, dándote fuerza para enfrentar el poder maligno del Wyrm.
Todo esto… Simplemente en honor a nuestro amor"
Son las siete de la tarde. Eru despierta sobresaltada, estaba acostada en su cama, en su habitación, en su casa. Al principio no lograba entender cómo había llegado asta ahí, pero luego recordó todo. El cambio, dar con la casa, recordar cada detalle.
Nada era fácil después de lo que le había tocado sentir.
Eru se levantó, tropezando un poco. No había comido desde hace mucho tiempo, bueno, mucho para ella, que controlaba muy cuidadosamente su dieta, de la cual pocas veces se salía. Escuchó pasos provenientes del pasillo, así es que abrió la puerta, encontrándose frente a Ohgaru.
- ¿Se siente mejor? – Ohgaru la miró preocupada, Eru había llegado y él se había limitado a subirla en brazos a su habitación, descuidando un poco la herida que él tenía en su propio brazo derecho. La había dejado sobre la cama, y como ella se quedó dormida sin más prefirió no molestarla y simplemente se había limitado a cubrirla con un cobertor.
- Sí… Sabes, voy a tomar un baño, creo que me hará bien – El tono de voz de Eru seguía siendo algo distinto, pero Ohgaru siguió sin tomarlo en cuenta. ¿Para qué, si sólo se debía a todo lo que había pasado? Ella tiene motivos para estar cansada.
Mientras tanto, en otro lugar...
- Bien, esos salvajes lycans están en su lugar. ¿No era eso lo que querías, Ririeh? – Dybbuk adopta una actitud relajada, sentado sobre un sillón tapizado en terciopelo.
- Ya te dije, planeo convertir a Catherina en uno de nosotros. Aunque aún algo me detiene.
- ¿Qué cosa, si se puede saber…?
- La lycan es poderosa, en eso estamos de acuerdo. Sobretodo si consideramos que, si tengo éxito, al convertirse en una abominación ella tendrá aún más poder… Incluso podría superarnos, y lo que en un principio sería beneficioso para nosotros podría volverse en nuestra contra.
- Comprendo. Así es que temes que al ser abominación, Catherina te mate…
- Algo peor. Que tome nuestro lugar y se haga dueña de todo, y que siga con sus tonterías de aliar vástagos y lycans… Que todo el trabajo no sirva de nada.
- Amigo mío, hemos sido camaradas desde las cacerías de lycans en el valle de Aurantia, hace trescientos dos años. Los Byâko, Seiryu, Suzaku y Genbu de Nevrast nos jodieron la fiesta durante los cien años que duró esa batalla, una y otra vez, hasta expulsarnos de dicho territorio, que fue convertido en un túmulo por los cuatro clanes. Así es que te ayudaré, no podemos perder la doble ganancia que significaría vengarnos de los Seiryu que nos dieron tantos problemas, y destruir el túmulo que Catherina construyó en este territorio que debería pertenecerte.
- ¿Crees que resultaría si la controlas mentalmente?
- Supongo que si pude controlar a otro vástago, una lycan debilitada será más fácil…
- Bueno, acepto tu ayuda. Sólo asegúrate de que siga TODAS nuestras órdenes… Ya que será ella la que ensucie sus manos de sangre lycan por nosotros…
Más tarde, Kiri estaciona su automóvil frente a la casa de Eru y Ohgaru. Luego se baja y toca el timbre un par de veces. Ohgaru está en la cocina limpiando un poco, y se dirige a abrir la puerta, pero Eru se le adelanta. Cuando Kiri la ve en la puerta, al principio no cree pero después reacciona.
- E… Eru-chan… – Kiri deja salir involuntariamente algunas lágrimas – Estás viva… ¡Auuuuhhhh! – Kiri se abraza de una ciertamente sorprendida Eru, quién no sabe cómo reaccionar. Tras ella viene Ohgaru.
- Hola señorita Kiri… – Dice Ohgaru, al ver que ninguna de las dos dice nada – Es muy bueno que haya venido, como puede ver, Eru volvió con nosotros…
- Awww… Ciertamente estoy emocionada – Responde Kiri, sin soltar a Eru – Estaba muy preocupada por ti, preciosa… – Kiri coquetea un poco con Eru, la cual sigue con una expresión bastante… No, más bien sigue inexpresiva – Nos diste un buen susto – Kiri lloriquea, entrando a la casa. Ohgaru deja que Kiri siga abrazada de Eru, después de todo también estaba muy preocupada y triste al saber de su desaparición.
Las dos se sentaron en el sofá más grande del living, mientras Ohgaru va a la cocina, volviendo con un poco de jugo de naranja para los tres.
- ¿A qué se debe su visita, Kiri?
- Bueno, la verdad sólo estoy de paso, tengo una cita con Dennie, pero quería saber si usted tenía información sobre nuestra niña regalona… – Kiri sigue coqueteándole a Eru, la cual no responde a nada – Eso sí preciosa, creo que volviste un poco distinta… – El comentario hace que Eru la mire algo asustada y confundida – ¿Te hicieron algo esos malditos cadáveres? – Pregunta Kiri, preocupada.
- N… No, nada – Dice Eru, nerviosa – Escapé antes de que Ririeh intentara convertirme en una abominación…
- ¿Qué querían hacerle qué cosa? – Pregunta alarmado Ohgaru – Eso no me lo había contado…
- ¿Cómo lo supiste, pequeña? – Kiri también se sorprende.
Eru se dio cuenta de que había dicho algo incorrecto, pero lo supo arreglar.
- Bueno, yo… Este… La verdad es que fue lo que escuché, es por eso que decidí no esperar a que me fueran a rescatar, además estaba plagado de Black Spiral Dancers… No quería arriesgarlos – Eru se entristece un poco – Perdón, creo que me iré a mi habitación… – Dice, dejando sobre la mesa de centro su vaso con jugo de naranja a medio beber.
Kiri y Ohgaru quedan mirándola sorprendidos.
- Algo raro le pasa a Eru – Comenta Kiri – Ni siquiera se tomó su jugo de naranja que tanto le gusta…
- No sólo eso… Incluso su forma de hablar… Todo… Está muy extraña… – Contesta Ohgaru – Pero creo que debe ser el cansancio y por todo lo que tuvo que pasar…
- Sí, tiene que ser eso… Porque no creo que le hayan hecho algo a Eru, ¿O sí?
Kiri y Ohgaru se miran asustados. Pero Kiri sonríe nerviosa, sin dejar de mirar a Ohgaru.
- Eh… Vamos, no puede ser eso, yo sólo decía… – Continuó Kiri.
- Lo… Lo sé – Dice Ohgaru, nervioso también – Seguramente mañana ya estará bien…
- Si… Si mañana se siente bien, no la vayas a dejar ir a clases ¿De acuerdo Tsukioka?
- Aeh… ¡sí, por supuesto! – Kiri y Ohgaru se ponen de pie al mismo tiempo, y Kiri decide irse.
- Bueno, ya es hora de que vaya a mi cita con Dennie, así es que me voy. Cuide bien a Eru, ¿Ok?
- Claro… No se preocupe, quizás mañana Eru ya se sienta mejor…
- Eso espero… ¡Bye Tsukioka!
- Adiós señorita Kiri, vuelva cuando guste…
- Gracias…
Kiri se va y Ohgaru cierra la puerta tras de si. Luego mira hacia la escalera que da al segundo piso, subiendo por ella. Vio que la puerta de la habitación de Eru estaba ligeramente abierta. Se asomó discretamente y pudo ver que Eru dormía tranquilamente. Bajó al primer piso para ordenar un poco y después regresó a su habitación, pero como no podía dormir se quedó viendo televisión hasta tarde. Casi a medianoche, comenzó a sentir sueño, así es que apagó la televisión y decidió dormir.
Cerca del parque Elèntarï, Inari y Shuichi recorren la zona para advertir a tiempo sobre la presencia de Black Spiral Dancers u otros seres.
- Hoy a mediodía, Ohgaru me dijo que Eru había regresado a casa durante la mañana – Comenta Inari – Dice que está bien, un poco lastimada y cansada, pero al parecer está bien…
- Eso me tranquiliza mucho – Contesta Shuichi – Souji no ha dejado de preguntarme por ella…
- ¿Y cómo está él?
- Bueno, ya se ha recuperado bastante; ya mañana en la noche estará listo para ir de caza y ayudarnos en nuestros recorridos… Eso sí, estaba enormemente preocupado por Eru…
- Sé que la quiere mucho… La considera casi como una hermana menor…
- La verdad es que eso es para él. Algo que nunca pudo superar fue que Dybbuk matara a su hermana menor… Y Eru se parece mucho a ella…
- No tenía idea… – Dice Inari, mientras ambos caminan hacia el centro del túmulo – Aunque para mí Eru también se ha convertido en una hermana menor, jeje…
Inari y Shuichi llegan cerca del lago que estaba al centro del parque, mirando a través de las caídas ramas de los sauces que ocultaban la pequeña isla que los humanos comunes nunca habían sido capaces de ver, desde que el túmulo se había construido.
Como es costumbre, los túmulos construidos por garou u otros cambiaformas generalmente son zonas llenas de vegetación o de alguna connotación mística, lo que por consiguiente sitúa túmulos en medio de reservas ecológicas o santuarios de diversa índole. En este caso, no se podía plantar una reserva natural en medio de la ciudad o instalar un enorme santuario; así es que Kiri adquirió los terrenos circundantes a lo que había sido la enorme casa de los Blacklazuli, antes de ser destruida por los Black Spiral Dancers. El terreno, de ser el equivalente a una manzana de casas, pasó a ocupar cuatro veces esa cantidad. Kiri mandó a construir el parque, aprovechando los recursos que posee, y Eru convenció a los garou de la ciudad para ayudarle en la creación del túmulo, cuya parte más importante estaría en el centro del lago artificial construido en el parque. Era una isla de no más de unos treinta metros de diámetro, más o menos, en la cual había un árbol… Un árbol enorme, que casi ocupaba toda la isla, y que por dentro era una extraña sala de reuniones.
Fue curioso cómo se consiguió que el túmulo no dependiese de un solo tótem, sino de prácticamente todos los existentes. Cuando Eru pidió a todos los garou de Lothlorien City que le ayudaran, cada manada decidió por su cuenta que pediría muy en el fondo de su corazón que un tótem en especial les eligiera. Así es que en el momento en que el túmulo debía ser escogido por un tótem, los avatares que respondieron al llamado fueron tantos y tan diferentes que al final los mismos espíritus decidieron que se aparecerían ante los garou que les habían elegido. Por lo tanto, el túmulo del parque Elèntarï es un lugar muy codiciado, tanto por Black Spiral Dancers, por perdiciones y por magos; ya muchas veces ha debido ser defendido por los garou de la ciudad de ataques de distintos seres sobrenaturales que ansían el poder del lugar; y ese es el motivo de la constante vigilancia que los aliados de Eru mantienen sobre el sitio. Muy pocos vampiros pueden entrar en él – después de todo, por siglos han sido enemigos de los garou – pero todos los que están bajo el mando de Shuichi lo defienden, pues saben que llegado el momento, Eru les ayudará si se presenta un problema grave con el Sabbat, del cual Eru también es enemiga; ya que, como en el caso de Ririeh y Dybbuk, tienen conexiones financieras con Pentex.
Y aunque la alianza entre Eru y Shuichi era para muchos garou y vástagos un tratado puramente estratégico, la amistad entre ambos era verdadera.
Ohgaru percibió algo cerca de él. Abrió los ojos, aún medio dormido, encontrándose con Eru. Ohgaru encendió la luz, pudiendo ver mejor la expresión de la joven, la cual se veía triste aún. Él la miró sorprendido, pues Eru no acostumbraba a entrar tan tarde a su habitación. Y menos vestida sólo con su corto pijama y en forma homínida.
- ¿Se siente bien? ¿Su herida volvió a sangrar? – Ohgaru la miró preocupado, mientras Eru se limitó a acercarse a él.
- No… No es eso…
- Puedo ir a comprarle un helado de vainilla con almendras y pasas si quiere… Pero antes, me gustaría que me regalara una linda sonrisa…
- No, no quiero un helado… Yo quiero… Me gustaría…
Eru se sienta en la cama, al lado de Ohgaru, mirándole con ojos suplicantes, seductores; Ohgaru no pudo resistirse a besarla. Eru rodeó el cuello del joven con sus finos brazos, mientras ambos seguían besándose dulcemente.
Sería la primera vez, sí… Después de tanto tiempo…
Eru acercó más su cuerpo al de Ohgaru, mientras él le dejaba un espacio en su cama mientras la abrazaba. Aunque se sentía bien al lado de Eru, le extrañaba que la joven no hubiese adoptado su forma lupus como de costumbre; y que no dijera algún comentario gracioso como siempre. Eru apagó las luces, quedando ambos abrazados en medio de la oscuridad.
Una sensación extraña invadió el corazón de Ohgaru. Ciertamente, esta no sería una noche como todas.
La joven Silver Fangs tomó las manos de Ohgaru, deslizándolas bajo la parte superior de su ropa, guiándolas a través de su suave cuerpo. Ohgaru se sonrojó; se dio cuenta de lo que Eru quería, pero no, no podía ceder, él es sólo su guardián y ella la princesa Catherina, es cierto que tienen una relación cercana pero ante todo, su deber es protegerla… Y como princesa, no debe deshonrarla… No… Eru…
Pero esa suave piel en contacto con sus manos le impide pensar claramente.
- Eru… – Ohgaru, nervioso, no logra coordinar sus palabras – Yo no puedo, usted es Catherina y yo tengo el deber de protegerla, además ambos somos garou y… Y el Código Litany prohíbe que…
- Por favor… Ohgaru… Es lo único que puedo darte antes de… – La voz nerviosa, triste y suplicante de Eru acabó por desarmar totalmente el autocontrol de Ohgaru, llevándole prácticamente al límite de su estoicidad.
- ¿Antes de qué? – Ohgaru habló temeroso, intuía la respuesta pero deseaba que fuese mentira, eso no podía estar pasando… ¿Acaso Eru presentía que ella…?
- Antes… De no poder… Volver a verte nunca más… – Los ojos de Eru se llenaron de lágrimas, lo cual enterneció a Ohgaru. Él quitó sus manos del cuerpo de Eru y la abrazó tiernamente, acariciando el cabello de la chica y besando delicadamente su rostro.
- Eru… No, usted no puede abandonarme así. Sé que va a superarlo, aunque usted no crea es muy fuerte, puede resistirlo… Además, si usted muere, yo moriría con usted…
Esas palabras sorprendieron a la joven. ¿Era este realmente ese mismo garou que había matado algunos de los Black Spiral Dancers que acompañaban a Dybbuk? Sí, lo es, pero su forma de ser… Un fenrir es violento, salvaje, o al menos eso dicen… ¿O es sólo mito? Porque éste fenrir es tierno, cariñoso, delicado…
Sin embargo, sí se trata del fenrir destinado a proteger a Catherina…
- "¡Ohgaru-chan!"
Catherina aún no podía recuperarse para volver a intentar una huida. En forma homínida, tirada en el suelo, el cual estaba empapado de su propia sangre, sentía que la vida se le iba poco a poco. No recordaba la forma en que había llegado a ese lugar, primero recordaba que Ohgaru la llevaba en sus brazos, luego a Lila y Omi, una habitación… Una sombra que la llevaba a través de lugares muy altos, la oscuridad… Y nada más, en ese momento sus recuerdos se hacían confusos, vagos. Y desde hace algún rato, una sensación muy dolorosa se apoderaba de su ser. No era su cuerpo, era su alma, eran sus sentimientos los que estaban siendo atacados, sutil pero mortalmente, llevándola a la desesperación.
La joven garou miró a Ohgaru, acercando aún más su cuerpo hacia él. Le besó nuevamente; Ohgaru respondió ante Eru, aunque su mente seguía diciéndole que no debía. Eru se hizo a un lado para quitarse la ropa, lo cual tomó por sorpresa a Ohgaru. Desvió su mirada hacia otro lugar, mientras trataba de impedir que el roce del cálido cuerpo de Eru le hiciese caer en la tentación; pero poco después las delicadas formas del cuerpo de Eru provocaron el despertar de su instinto. Ansiosa, ella se le acercó, besándole apasionadamente, tratando de capturar la total atención del joven fenrir. Ohgaru se dejó llevar, pero esa sensación de inseguridad se presentó otra vez.
- "¡Ohgaru!"
El dolor aumentaba poco a poco, el frágil cuerpo de la princesa se debilitaba a cada momento, y lo peor es que aún usando toda su fuerza de voluntad no podía oponerse al daño que le hacía ese dolor… Porque la verdad, sus enemigos la estaban atacando justamente en aquello que más le dolía.
A causa de tanto dolor, Catherina quedó inconsciente. Pero su alma aún intentaba resistir… O incluso luchar.
Si al menos algo los detuviera…
Si al menos algo los despertara…
Si algo impidiera que sus instintos los dominaran…
Ohgaru seguía intentando luchar contra sí mismo. Pero ya no había vuelta atrás, él y Eru estaban juntos, no con la inocencia de otras veces…
- Ohgaru… Déjate llevar, es tan simple como que dejes que tu propio ser te guíe… Quiero que nunca olvides esta noche…
Eru hablaba con una voz inusualmente seductora, y ello incitó a Ohgaru a continuar. Delicadamente, besó el cuello de Eru, buscando sentir esa esencia tan amada. Pero al percibirla, extrañas sensaciones acudieron a su mente, muy diferentes de las que usualmente podía sentir, sensaciones teñidas también de perturbadoras visiones.
- "Ohgaru… Ayúdame, ¡por favor!... Soy Catherina… Necesito tu ayuda… Mi guardián…"
Era Catherina, a la cual el joven fenrir pudo ver por un segundo, que ciertamente le pareció eterno. Ella estaba en su forma homínida, atada a la oscuridad por cadenas de plata, su cuerpo cubierto por un vestido violeta muy claro, rasgado y manchado de sangre… Y ese inconfundible rostro, tan diferente del que ésta Eru había manifestado desde su llegada, más expresivo… Pero con una indiscutible expresión de dolor. Aún en esas condiciones, Ohgaru comprendió el mensaje oculto que a cada momento llegaba a su corazón y que sólo ahora había logrado descifrar…
- "Sabrás encontrarme… ¡Ven pronto!"
- Doppleganger – Murmura Ohgaru, apartando a Eru bruscamente. La joven le quedó mirando confundida y molesta
- ¿Qué te pasa? ¿Te arrepientes a último momento?
- Tú no eres la Princesa Catherina… – Ohgaru mira muy serio a la chica, al mismo tiempo que adopta su forma crinos – Eres una impostora, y supongo que sabes dónde tienen a la verdadera…
- ¡Cómo puedes decir eso! – Ella finge sentirse ofendida – Soy yo Ohgaru, ¡Acaso te has vuelto loco! ¡Mírame, soy yo!
- Si eres la verdadera… Entonces dime tu verdadero nombre…
La verdadera Eru pudo sentir que aquel dolor que hace algunos momentos la estaba matando por dentro lentamente disminuía, pero cuando pensó que lo peor había pasado, una puerta se abrió no muy lejos de donde estaba. Al principio pensó que podría ser alguien que venía a rescatarla… Pero pronto pudo comprobar su error.
- Ya sabes que hacer Dybbuk. Tú la convertirás en uno de los nuestros, pero no intentes nada raro, ¿De acuerdo?
- ¿Te he fallado alguna vez, mi querido amigo Ririeh? No podría traicionarte, menos ahora que me confiaste algo tan importante…
Dybbuk tomó de un brazo a Eru, levantándola del suelo y mirándola con un gesto de burla.
- La gran Princesa Catherina, eh? Pues creo que te podríamos buscar un bonito nombre para cuando seas "nuestra" princesa… Catherina apesta a lycan…
Dybbuk tomó el rostro de Eru bruscamente, clavando su sádica mirada en los verdes ojos de la joven garou. Los ojos de Eru se llenaron de lágrimas, lágrimas de miedo y tristeza.
La extraña que había suplantado a Eru se pone realmente nerviosa.
- Es ridículo… ¿Por qué insistes en ponerme a prueba? Yo soy Eru Blacklazuli, o Catherina, como me conocen los Fenrir… No puedes ser tan tonto…
- Y tú no puedes ser más falsa… ¡Revélate como realmente eres, maldita!
La expresión llena de rabia de Ohgaru atemorizó a la extraña, la cual de un salto bajó de la cama, adoptando también una forma crinos muy extraña. Se trataba de una Black Spiral Dancer.
- Está bien, me descubriste… ¡Ahora, sólo me queda matarte!
- Eso lo veremos…
La Black Spiral Dancer se abalanza sobre Ohgaru, dispuesta a atacarle con sus garras, las cuales están cubiertas de una sustancia viscosa de color verde negruzco. Ohgaru se da cuenta de ello y la esquiva, saltando por la ventana de la habitación. La Black Spiral Dancer lo sigue, planeando con la membrana que posee bajo sus brazos y cayendo sobre él, para luego clavarle las garras en la espalda, dejando caer algo de la saliva espumosa que caía de su boca. La garou busca provocar un estado de frenesí en Ohgaru, sin embargo él permanece bajo un relativo control. Ohgaru invoca el colmillo de Fenris y decide enfrentar con él a la Black Spiral Dancer, la cual lo mira extrañada.
- Se supone que mi toxina debería haberte provocado un frenesí incontrolable… ¿Por qué no ha hecho efecto? Es acaso… "Resistir Toxina"
- No… Más bien es algo que nunca comprenderás…
Ohgaru ataca aprovechando que debido a su estado parcial de frenesí le impide sentir el dolor. Su rival también le ataca, aunque poco a poco se va sintiendo más débil por las heridas que Ohgaru le ha causado. Ohgaru consigue reducirla y amenazándola con el Colmillo de Fenris en su cuello, la mantiene en el suelo, inmovilizada.
- ¿Quién te envió? ¿Fue Dybbuk?
- No. Fue Hebihime Nemallaw, la hembra alpha de la colmena… ¿Por qué?
- Supongo que sabes dónde tienen a Catherina, ¿Verdad?
- No lo sé. A mí Hebihime me envió para matarte, no sé nada más sobre la tal Catherina ni nada de eso, así es que me dejas ir ya…
- De ninguna manera. Te utilizaré como rehén para canjearte por la Princesa…
- Oh, qué inteligente… – Exclamó irónica la Black Spiral Dancer – Yo no valgo mucho en esa colmena, así es que te será inútil que me conserves como rehén. Resígnate, nunca volverás a ver a esa garou… Supongo que en este momento la estarán preparando para convertirla en sanguijuela…
- ¡¿Así es que sabes sobre Catherina, he?!
- Nada más… Si quieres salvarla, entonces apúrate antes de que Ririeh la abrace…
La Black Spiral Dancer, agotada, adopta su forma homínida, en la cual ciertamente no era muy atractiva. Ohgaru no dice nada, se limita a tomarla por el cuello y después atar sus manos a su espalda para evitar que ella intente algo. Después de ello, la lleva consigo en dirección al parque Elèntarï, en donde sabía que encontraría a Shuichi y a Inari.
Inari y Shuichi se encontraban en la pequeña isla artificial al centro del túmulo, sentados sobre el pasto, mirando hacia el cielo, la luna. Se disponían a irse, pero algo frente a ellos les hace ponerse a la defensiva.
- Shuichi Izumibara y ese condenado Kitsune… Con que aún siguen vivos, eh – Ririeh, levitando frente a ellos, les dirige una mirada amenazante.
- ¡Ririeh! – Shuichi, molesto, crea una bola de fuego y amenaza a Ririeh con ello – ¡¿Cómo pudiste entrar a este lugar?! ¡Se supone que nadie que esté en contra de Eru puede invadir este túmulo!
- … Pero la lycan sí puede entrar – Dybbuk aparece tras Ririeh, con Eru en sus brazos, semiinconsciente, ataviada con un vestido rojo oscuro muy largo, de estilo victoriano – Imaginábamos que habría alguien aquí, es por eso que decidimos venir aquí para darle un nuevo sentido a su vida…
Shuichi ataca a Dybbuk, pero él utiliza a Eru como escudo, por lo que Shuichi se ve obligado a desviar sus ataques. Inari adopta su forma koto y decide encargarse de Ririeh, pero éste se retira a una altura a la cual Inari no puede alcanzarle. Shuichi entonces dirige sus ataques hacia Ririeh, con lo cual ambos vástagos comienzan una fuerte pelea. De entre los árboles que rodean el lago aparecen varios vampiros y Black Spiral Dancers, los cuales son liderados por Sortiance y Hebihime, entre los cuales también está Deri.
Rato después llega Ohgaru con la rehén, encontrándose con el extraño escenario. Inari ha llamado a Kiri, Lila, Omi y Souji, los cuales llegan poco después que Ohgaru, acompañados de varios Bone Gnawers, algunas Black Furies y una cantidad regular de Glass Walkers y vampiros. Tras ellos, vienen también Kein y Soukami.
Los integrantes de ambos bandos se miran amenazantes; y Ohgaru le entrega la rehén a Inari. Los aliados de Eru se concentran en la isla, ante lo cual los enemigos rodean la zona, impidiéndoles escapar.
Ohgaru mira amenazante a Dybbuk.
- ¡Déjala ir! ¡Si quieres luchar por este territorio, hazlo de una manera limpia!
- Ese no es mi modo de hacer las cosas… – Dybbuk y Ririeh descienden hasta uno de los puentes que unen la orilla del lago con una de las orillas de la isla – Pero les daremos la oportunidad de presenciar una nueva etapa en la vida de esta insignificante lycan…
- ¿Qué…? – Ohgaru intenta acercarse para salvar a Eru, pero Ririeh se interpone. Dybbuk entierra sus colmillos en el cuello de Eru, la cual lucha al principio para liberarse de Dybbuk pero pronto se siente demasiado débil. Souji decide intervenir también pero Ririeh no tiene problemas en luchar contra él y Ohgaru a la vez. Los demás aliados de Eru también atacan, comenzando un enfrentamiento entre ellos y los súbditos de Ririeh y Dybbuk.
Mientras las peleas se suceden, Dybbuk ya casi ha bebido toda la poderosa sangre de Eru, con lo cual ha adquirido gran poder. De pronto, algo extraño ocurre; el cielo sobre todo el parque Elèntarï se vuelve totalmente negro, incluyendo la luna, la cual adopta un color rojizo como en un eclipse. Las nubes que lo cubrían parcialmente adquieren reflejos en tenebrosas tonalidades rojo sangre, mientras Dybbuk levita por sobre todos los demás llevando a Eru en sus brazos. Eru parece estar muerta, pero luego abre sus ojos…
Ohgaru siente algo muy frío recorrer su espalda al verla, en el fondo de su alma sabe instintivamente que todo ha cambiado. Dybbuk deja libre a Eru, la cual levita ahora al lado del vástago… Como una abominación.
En apariencia, no ha cambiado mucho, sólo que sus colmillos se han hecho más grandes y su mirada algo fría, aparte de ello, el cambio no ha sido mucho, al menos en su apariencia homínida.
Los garou y vampiros que eran aliados de la ahora abominación Eru sienten que algo ha cambiado en todo el mundo, incluyendo a la Umbra. Nadie se atrevía a decir algo, pero todos, sin saber exactamente por qué, temían que esta fuera la señal definitiva del Apocalipsis…
La batalla continúa, y el fin se acerca más rápidamente… Los días están contados…
To be continued…
Notas de autor: Hi!
Ouhhh… Antes q todo, sorry, me atrasé cn este capítulo debido a q tuve pruebas en el insti, d las cuales x suerte salí muy bien (mejor d lo q esperaba ), así es q al menos saqué algo bueno. Uh, Eru finalmente convertida en abominación, su "no-vida" será un infierno d aquí en adelante. No sabemos cómo lo tomará Ohgaru, o los demás, pero no creo q les haya agradado el cambio… X lo menos, a mi no me gusta para nada…
Sería todo, creo q últimamente no he pillado muchos términos raros -.-
Hasta el próximo capítulo
ByeNyu!
