El nuevo rey de Meridian

Wufei y Zech miraron asombrados primero a Trowa y luego a Heero que no se veía sorprendido.
- ¿Lo sabías? ¿Sabías que tu esposo era el heredero de los Meridian? - Dijo Zech preocupado.
- No - replicó con calma.
- Pero no te sorprende mi declaración ¿verdad? - dijo Trowa preocupado - vi que la ex prometida de Dúo era llevada a las mazmorras con Relena y por eso pensé que era mejor que les dijera todo, pero veo que fue tarde.
- Ella trató de chantajear a Dúo - admitió Heero - pero yo las escuché - miró a Trowa - no sé si perdonarlos aún, pero si siguen aquí es porque algo muy fuerte los ata a nuestro clan.
- Yo amo a Quatre tal como Dúo te ama a ti - afirmó Trowa - no creas otra cosa. Además, nosotros no queremos lo mismo que el rey.
- Entonces, nos ayudarás a derrotarlo ¿verdad?
- Por supuesto, incluso hay gente dentro del clan dispuestos a ayudarnos - regresó hacia la puerta - debido a la magia que absorbí durante anoche, será más fácil contactarme con ellos y averiguar que planea el rey Dermail.
- Las hermanas de Quatre dijeron que podías leer los acontecimientos presentes en las estrellas - lo detuvo Zech - ¿Podrías averiguar donde anda metido Quatre?
- Muy bien, y le pediré a una de sus hermanas que se traiga su espada - salió.
- ¿Qué vamos a hacer, Heero? Muchos de los soldados de primera línea han tenido hijos y tendrán que dejarlos a cargo de alguien.
- Iremos a ponerles una trampa - dijo Heero - acabaremos con esto convirtiendo a Dúo en el nuevo rey de Meridian.
- Pero ¿cómo los haremos caer en la trampa?
- Por medio de las arpías encerradas allá abajo.
- Se lo merecen - dijo Zech enojado - pero ¿crees que ellas accedan a ayudar?
- No sabrán que lo hacen, las engañaremos a ellas también.
- ¿Y cómo lo haremos?
- Por medio de un juicio - dijo Heero - será muy simple, las llevaremos al salón del trono donde las cinco espadas estarán en círculo y mientras las juzgamos alguien comentará a sus espaldas que viajaremos con las cinco espadas a Frontera y, como en nuestros juicios no se encadena a las mujeres, seguramente escaparán y estará listo el anzuelo.
- ¿Y crees que ellas lo muerdan?
- No lo sé - admitió Heero - pero no nos queda otro camino que esperar que ellas huyan y le entreguen la información al enemigo.
- Relena es muy ambiciosa - dijo Zech - pero tampoco es tonta y sabe que no podría enfrentarse a los cinco de ninguna manera.
- Confío en que busque ayuda en el rey de Meridian y caiga en la trampa.
- Bueno, mientras iré por mi espada y por Nataku, supongo que no estará nada de contenta con su sobrino, pero es la única que puede cuidarlo.
- Vou contigo - le dijo Zech - Taifei debe estar por despertar y quisiera cargarlo un rato.
- Bien, yo iré a hablar con Dúo, me temo que fui un poco duro col él.
- Y que Quatre acceda a trabajar con Trowa - dijo Zech - a él le preocupa aquello.

Quatre estaba oculto en una de las torres más altas del castillo Yuy, no podía alejarse mucho de su esposo ni de su hijo por más que quisiera, algo muy dentro de él le impedía regresar a su propio castillo. Levantó sus ojos hacia el cielo y se dedicó a escuchar las voces del silencio.
- "Sin amor ninguna pareja puede tener hijos" - le dijo imitando la voz de Heero.
- Lo que siente Trowa por mí es sólo lujuria.
- "Yo amo a Quatre tal como Dúo ama a Heero" - le agregó imitando la voz de Trowa.
- Dúo es alguien especial, él huyó de Meridian sólo para estar con Heero.
- "Trowa te ama más que nadie - insistió ahora con la voz de Jazmín - se le nota en la mirada que te da cuando tú no lo ves".
- ¿Crees que Trowa me ama como yo a él?
- Sólo debes saber una cosa más - le comentó el silencio - Trowa es primo de Dúo, quien es príncipe de Meridian y puede controlar a Heavyarms.
- Entonces ¿es un Barton? - dijo asombrado.
- Así es, y antes que preguntes, él mismo se lo comentó a Heero y te anda buscando.
- ¿Qué me aconsejas, silencio?
- Abre tu corazón, pequeño Quatre, después de todo, se aman mutuamente ¿no?
- ¿Dices que debo decirle la verdad? - miró hacia abajo - quizás Trowa no me perdone que los haya rechazado ayer.
- Reconquistalo, recuerda el lazo que creo con su mordedura, no será capaz de negarse a ti.
- Muy bien, los recuperaré - dijo sonriendo decidido - me importa un bledo que sea un enemigo, es mío y lo volveré uno más de mi clan.
- Él viene hacia acá, entra en acción.
Trowa subió lentamente las escaleras, no quería hacer que su esposo se alejara de su presencia antes de decirle lo que tenía planeado Heero, sabía que la verdad terminaría de alejarlo de él, pero no quería que su hijo creciera en ese ambiente lleno de mentiras y odio entre ellos.
- ¿Qué te preocupa tanto, Trowa? - le dijo Quatre abrazándolo mientras apoyaba la cabeza sobre su pecho - te veo triste.
- Le avisaron a Heero que las tropas de Meridian están cerca de Frontera y necesita que las cinco espadas del poder estén con él ya.
- ¿Vamos por la mía? - levantó la mirada - y aprovechamos de pedirle a mis hermanas que cuiden a nuestro hijo- le rodeó el cuello con un brazo y murmuró en su boca - o les pedimos que la traigan ellas y aprovechamos el tiempo - lo besó.
Trowa lo miró sorprendido ¿era ese su Quatre o le habían cambiado al esposo? Normalmente este evitaba cualquier roce con él para no despertar su cuerpo, pero ahora se le ponía en bandeja.
- Soy el mismo Quatre - le sonrió coqueto - ¿vamos a nuestra habitación? Hamish se despertará en cualquier momento y debemos aprovechar el tiempo - empezó a acariciarle la mandíbula con los labios.
- Quatre, yo.
- Sé quien eres, Trowa - le mordió la oreja y usó su magia para llegar más rápido a su destino.

Heero entró en silencio en su habitació sin saber aún como pedirle disculpas a Dúo por tratarlos así, no dejaba de sentir dolor por la forma en que se había enterado de la verdad, pero ello no hacía que dejara de amar a aquel trenzado que en medio de la batalla le robó el corazón con una mirada.
- ¿Dúo? - preguntó al no verlo y caminó hacia la habitación de su hijo - ¿estás aquí? - entró buscándolo con la mirada pero sólo se encontró con la mirada enojada del bebé - Doshi ¿y tu papaito trenzado? - pero el niño se dio la vuelta - ya veo, estás enojado conmigo por haberlo mostrado los colmillos a Dúo hace rato.
- Heero - le dijo el aludido - ¿qué vas a hacer conmigo? Dijiste que todos los Maxwell pagarían por la muerte de tus hermanos.
- Tú ya no eres Maxwell ¿recuerdas? - dijo a su vez - al momento que yo enterré mis colmillos en tu carne pasaste a ser mío y a llevar mi apellido. Además, si lo hago contigo, debo incluir a Doshi también.
- ¡NO PERMITIRÉ QUE MATES A MI HIJO! - lo tomó y retrocedió hacia el fondo del cuarto - ¡es mío!
- Tranquilo, Dúo, no les haré nada - le dijo tratando de tranquilizarlo - si hubiese sabido quien eras, jamás habría dicho aquello.
- ¡Si hubieses sabido quien era, jamás habrías permitido que me quedara a tu lado y no tendría a Doshi!
- Dúo, yo te amo.
- Me mostraste los colmillos - dijo todavía asustado.
- Estaba enfadado - contestó y vio a Dúo retroceder.
- ¿Ves que no me amas?
- No sea tonto, claro que te amo, estaba enojado por la manera en que me enteré de todo, no por ti - se acercó a él y puso sus manos en los hombros del trenzado - yo jamás te haría daño, eres parte de mí desde aquella noche en que nuestras miradas se cruzaron.
- Entonces ¿no vas a matarme?
- Claro que no - lo abrazó - te necesito más que nuca - lo besó en los labios con delicadeza - la parte más dura de la batalla está por comenzar y pronto llegará la hora de romper nuestra maldición.
- Heero, tengo miedo - admitió apoyándose en él - no quiero que termines igual que tus hermanos y quedar igual que Traize.
- No seas tonto, amor mío, tú tienes a Doshi.
- ¡NODIGAS ESO COMO SI FUERAS A MORIR! - le dijo mirándolo a los ojos - si te llega a pasar algo, yo.
- Venga, vamos a dormir - lo cortó llevándolo con bebé y todo al dormitorio principal - mañana será una noche difícil.
- ¿Qué harás con las espías esas?
- Los Benice tenemos por costumbre llevar a juicio a los acusados de traición y los únicos con derecho a impartir la justicia son los Chang.
- Pero Wufei es hermano del esposo de Relena.
- Ni Wufei ni Nataku son jueces - lo hizo acostarse en la cama antes de imitarlo - es un anciano de su clan que desconoce los hechos que han terminado con el arresto de las mujeres. Por supuesto, tú serás el acusador, no puedo ser yo por ser el rey.
- ¿Y si ellas hacen público que yo soy el heredero del clan de Meridian?
- No importa, Dúo, para estas horas ya todo el mundo debe saber quien eres y que con tu ayuda venceremos al enemigo y serás el nuevo soberano de Meridian antes del fin de semana.
- ¿Qué es lo que planeas, amor mío?
- No te lo diré hasta que plan esté en marcha - lo cubrió y lo besó en la frente - ahora, a dormir.
- Te amo - se acurrucó en su pecho dejando a su hijo del otro lado de Heero.
- Y yo a ti - le respondió abrasándolo fuerte.

La preparación del juicio había sido una auténtica locura ya que el soberano quería que fuera a media noche aunque sabía que ellos preparaban con, por lo menos, una semana de anticipación.
- Entiende, Dúo, sólo debes presentar los hechos llamar al guardia que fue atacado por ellas - le decían Heero y Nataku.
- ¿Y cómo probaremos que son traidoras?
- Nuestro deber es presentar los hechos, la magia del abuelo hará que el castillo Yuy le diga que pasó, no habrá parcialidad con nadie - respondió Nataku.
- Y el castillo ¿No odiará a Dorothy por ser parte de los Meridian?
- Tendría que incluirte a ti también - replicó - te diré que el castillo Yuy es lo más impersonal que hay en nuestro reino, fue creado así para que fuera capaz de aconsejar a sus reyes de manera imparcial.
- Pero han sido generaciones de Yuy.
- Normalmente no se usa el castillo más que para ocasiones especiales - le dijo Heero - ni mis hermanos ni yo crecimos aquí, vivíamos la mayor partte del tiempo en Maronia con Quatre y sus hermanas.
- Pero este castillo los vio nacer - insistió.
- Igual que Zech, y Relena es su hermana.
- ¿Zech? ¿Acaso él nació igual que su hijo?
- No, pero los hijos varones deben nacer en el hogar ancestral de su padre y como éste era hermano del rey, nació aquí.
- Todo está listo, su majestad - le dijo un muchacho inclinándose ante ellos - el abuelo Chang ha pedido que ni usted ni el Sr. Zech intervengan.
- Así se hará, vamos, Dúo.
- ¿Qué les harán si las encuentran culpables?
- No te preocupes por ellas - lo jaló y entraron al salón del juicio - todo saldrá bien.
El salón era casi tan grande como el del trono, según pudo apreciar Dúo, sólo que estaba lleno de bancas y había en el centro una tarima con un mesón en donde estaba un anciano de barbas bíblicas sentado frente a la gente.
- Sus Majestades Heero Yuy y su esposo - dijo un soldado - presentan juicio contra Relena Darlean y Dorothy Catalonia por espionaje, traición e intento de secuestro del pequeño heredero al trono, Doshi Yuy.
- ¿Quién presentará los cargos? - dijo el abuelo Chang.
- Yo - dijo el trenzado parándose frente al estrado - Dúo Yuy.
- Bien ¿quién hablará por las acusadas?
- Yo - dijo una poniéndose de pie - Relena Darlean.
- Muy bien, excelencia Dúo, cuéntenos qué fue lo que pasó que estas dos mujeres fueron arrestadas.
-Ayer en la noche, como usted sabrá, fueron presentados los bebés. No me preocupé porque había demasiada gente alrededor para que intentaran algo. Sin embargo, Doshi se ensució y permití que uno de los guardias se lo llevara para mudarlo. Al poco rato escuché unos ruidos y los gritos e mi hijo, lo tenían en su poder y me exigían les entregara las espadas a cambio de mi pequeño y su silencio.
- ¿Qué quería acallar, excelencia? - lo interrumpió el anciano.
- Que soy el heredero principal de los Meridian.
Relena esperaba la reacción de la gente al oír estas palabras, pero se dio cuenta que nada pasaba y que Heero seguía calmado con su hijo en brazos.
- Después de la reacción de anoche, me esperaba un arranque e ira de su parte - le dijo a Dorothy en voz baja.
- Algo planeará con él. Además, lo necesita para controlar a Deathscythe- señaló las espadas frente a ellas.
- Además, las acuso de pasar información clasificada de los movimientos de tropas en Hondonada Perdida que causaron la muerte de los hermanos mayores de mi esposo.
- ¡No me puedes acusar de eso!
- Lo hago - contestó Dúo tratando de mantener la calma - yo mismo te vi hablando con el rey de Meridian horas antes de la batalla.
- ¡Nunca estuve en Hondonada Perdida!
- Deberá presentar testigos de los cargos, excelencia.
- Sé que ni Zech ni Traize pueden intervenir- empezó Dúo - pero varios soldados vieron a una mujer aparecer y desaparecer del campamento de Hondonada perdida entrando en el sitio mágico de la reunión - miró a Relena - y sé perfectamente que allí que allí sólo llegan los que están emparentados por sangre con los Yuy.
- Estarías acusando también a las hermanas de Quatre y de Wufei- replicó ella.
- Nataku es del clan Chang y jamás haría eso - le contestó - pero hay algo más, ni ella ni las hermanas de Quatre calzan en la descripción de la mujer que apareció y desapareció en Hondonada Perdida - se volvió hacia el anciano - ¿Puedo llamara a uno de los centinelas?
- Adelante, excelencia - lo autorizó.
- Llamo a declarar a Keneth Oz - dijo y el joven hizo una reverencia ante sus soberanos y luego se volvió hacia el anciano juez - cuéntanos ¿qué viste esa noche?
- Su Excelencia, yo estaba de guardia en la zona en que esperaba órdenes el clan de Oz en la boca occidental de Hondonada Perdida. Sabíamos que nadie que no fuera pariente por sangre de los Yuy podía entrar, pero permanecíamos alertas para levantarnos en armas en el momento mismo que ellos salieran. Entonces la vi, era una mujer alta, de cabellos largos hasta la cintura que lo llevaba suelto. A mí me llamó la atención al verla entrar sin que la magia la rechazara, pero lo que más me llamó la atención fue que, siendo que podía entrar ¿por qué no apareció dentro? Y luego salió antes que los varones y desapareció.
- Bien, ahora llamo a declarar a Koji Shin, el guardia que llevaba a mudar a Doshi cuando fue atacado.
Mientras escuchaban al nervioso guardia, dos muchachos cuchicheaban a espaldas de Relena y Dorothy.
- Yo que su majestad las habría atado con magia - murmuró uno de ellos - podrían tratar de robarse las espadas frente a ellas.
- No podrían, recuerda que ellas responden sólo a sus dueños - sonrió - ahora que saben que su excelencia Dúo y el señor Trowa pueden manipularlas, de seguro las llevan a Frontera para destruir al enemigo.
- Me imagino todo ese poder junto - se rieron.
- ¡Cállense, par de tontos! - los regañó otro joven y los sacó de las orejas del salón - los acusarán de traidores.
Pero Dorothy los había escuchado perfectamente y así se lo hizo saber a Relena, se miraron a los ojos y la rubia asintió en silencio y ambas desaparecieron.
- Por lo visto, en verdad son culpables - dijo el juez.
- ¡GENTE DE BENICE! - dijo Heero poniéndose de pie mientras le entregaba su hijo a Traize - ha llegado la hora de detener al enemigo y acabar con esta guerra absurda ¡QUÉ TODOS ESTEN LISTOS MAÑANA AL ANOCHECER, NOS IREMOS A FRONTERA! - ordenó tomando a Zero - ¡al fin seremos libres de nuestra maldición!

Frontera estaba sitiada cuando las tropas de la capital arribaron. Heero comandaba un selecto grupo de soldados con Zero en mano en la parte central. A su derecha iba Dúo con Deathscythe y a la derecha de este, Wufei con Shenlong. A la izquierda de Heero iban Trowa y Quatre con heavyarms y Sandrock respectivamente. El plan era muy simple, ayudados por la gente de Meridian leal a Dúo rodearían a Dermail Maxwell procurando que este se rindiera o se enfrentara al trenzado para no provocar bajas innecesarias entre su gente.
- Espero que Goddar no haya sido descubierto - le dijo Dúo a Heero acercándose a él - o a mi hermana, mi tío ni siquiera la interrogaría, la mataría allí mismo.
- Cálmate, si así fuera ya lo sabríamos ¿no crees?
- ¿Cómo estará Doshi? - dijo cambiando bruscamente de tema - no estaba nada de contento con quedarse con Traize, aunque se quedara con los otros bebés - agregó pensativo - es un pequeño muy inteligente y de seguro me echa de menos allí solito, sin sus papás que lo mimen de noche y día.
- Dúo - le regañó su esposo - respira.
- Je, lo siento, es que cuando estoy nervioso me pongo muy hablador - se disculpó.
- Doshi está en buenas manos, Traize y Ly Une lo cuidarán muy bien - lo tranquilizó - más me preocupan esos dos - señaló a Trowa y a Quatre- parece que los papeles se invirtieron, ahora es mi primo quien acosa a Trowa y este no sabe cómo reaccionar.
- Es que el cambio fue drástico en poco tiempo - sonrió divertido - y el imperturbable Trowa perdió la compostura y no se atreve a tomar la iniciativa.
- Pues si siguen así, tendremos problemas en la batalla.
Trowa miró a Dúo y a Heero que conversaban a espera de la señal de la gente de Meridian cuando algo llamó su atención, la estrella de la muerte bailaba sobre la estrella regente de Dúo, intentó descifrar su significado, pero unos brazos amorosos y unos labios dulces acabaron con su concentración.
- ¿Qué mirabas tan fijamente, amor mío? - le dijo coquetamente el rubio - estabas tan concentrado y te veías tan hermoso que no aguanté la tentación.
- Lo que me gustaría es saber qué quieres logra con todo esto, Quatre - lo regañó al notar que las estrellas habían cambiado y que ya no podría entender lo que habían querido decirle - antes no querías ni verme y ahora eres todo amor conmigo.
- ¿Sabes que tus ojos brillan cuando te enojas? - le dijo echándole los brazos al cuello de nuevo - te ves hermoso.
- No sé que locura te dio ahora, pero dejemos esto para después de la batalla ¿quieres?

Diana y Goddar ya tenían todo listo para comenzar la lucha por su libertad, de manera disimulada habían cercado al rey con pura gente leal a Dúo, claro que ellos no sabían todavía que estaba casado con el rey de Benice, sólo que cooperaba con este para liberarlos del yugo del tirano.
- Listo, Di - le dijo su novio - me deshice de ese par de arpías, estamos listos.
- Eres un chico muy cumplidor, Goddy - le sonrió ella y lo besó - es hora de empezar, haz que la señal convenida la vea Trowa ahora mismo.
- Si, señora - se cuadró divertido y lanzó aquella luz especial que solo Trowa comprendería - me regreso a mi puesto antes que me echen de menos.
Diana sonrió al ver a su prometido corriendo a ponerse a la cabeza de sus tropas. Su chico era tan lindo. Quizás ahora que Dúo fuera rey se pudieran casar de una buena vez por todas.
Miró el cielo y se alarmó ¿qué significaba aquella estrella de la muerte brillando a la derecha de la regente de Dúo? ¿Acaso era una amenaza para él o la muerte de quién era más importante para su vida? Trató de concentrarse, pero no logró descifrar su significado oculto.
- Ojalá no le pase nada ni a mi hermano ni a su esposo - rogó en voz baja y retrocedió a las últimas líneas, si el rey la veía de seguro sospecharía de la trampa y estaría todo perdido.

Trowa vio la estrella fugaz dirigirse hacia la constelación de sagitario y dio la señal de avance a las tropas de Benice que se separaron en cinco grupos de avanzada más uno de reserva, comandado por Zech que permanecía alerta.
- ¡Gente de Benice - gritó Heero - a la carga!
Heero iba por el centro mismo con la primera avanzada y levantó a Zero haciendo que un rayo cayera en medio de los enemigos de la primera línea abriéndose camino mientras luchaba hombro con hombro con sus soldados todos transformados en feroces bestias con enormes garras y afilados colmillos. Poco después un violento temblor sacudió la tierra haciendo que los enemigos perdieran el equilibrio dándole el paso a Trowa con la segunda avanzada.
Del otro lado se vio una cortina de fuego rompiendo la defensa, era Wufei que avanzaba con sus dragones mientras Dúo y Quatre penetraban hasta el círculo central de las tropas enemigas.
Heero intentaba llegar cerca del muchacho llamado Goddar sin llamar la etención del enemigo cuando una garra le hirió. Furioso, se volvió y vio al hombre que lo lanzara por el barranco la misma noche que murieron sus hermanos y que no le permitió llevarse a Dúo.
- Tienes las cinco espadas pero no eres inmortal ¿verdad? - se burló - jamás podrás vencernos.
- Eso habría que verlo - le replicó - a ver si eres capaz de pelear conmigo de hombre a hombre.
- Que tonto es, rey Yuy, no necesito pelear, está rodeado - señaló a los hombres de Goddar - entregue su espada y tal vez respetemos su vida.
Pero Heero esbozó una sonrisa burlona antes de poner su espada en la frente. De inmediato ambos fueron rodeados por los soldados.
- Está equivocado, Duque Darlean - dijo Goddar avanzando hacia él - es usted el que está rodeado. Entregue su espada y quizás respetemos su vida - agregó.
- ¡Esto es traición! ¡Te estás uniendo al enemigo!
- No, nosotros apoyamos al príncipe Dúo.
- ¡Es traición! - gritó, pero Heero lo silenció de un golpe.

Trowa enterró por enésima vez su espada en la tierra provocando violentos temblores a su alrededor evitando así que los hombres a su cargo, que eran de la casa de su esposo, sufrieran daño. Llegando al centro del campamento se fijó que los maguanacs tenían rodeados a los jefes del bando enemigo.
- Tranquilos, muchachos, es el esposo de mi hermana, Tritón Bloom - los frenó Trowa - la zona es nuestra - levantó su espada y un ruido se sintió bajo tierra - ahora a esperar que Dúo cumpla con su parte.
- Sabía que te habías metido en algo serio, Trowa, pero no suponía algo así - le dijo su cuñado divertido - pero siendo quien eres, no debería extrañarme ¿verdad?
- Señor ¿no cree que deberíamos ir a ayudar al amo Quatre? Él es fuerte, pero sus señorías nunca lo dejaban pelear, así que no sabe hacerlo. Es peligroso y podrían matarlo.
- Se enfadará si vamos por él.
- Así le demostrará que lo ama y que se preocupa por él, amo Trowa.
- ¿Quién es ese Quatre? - le dijo su cuñado.
- Mi esposo - admitió girándose hacia los maguanacs - pero no intervendremos hasta que sea estrictamente necesario ¿está claro? - los miró molesto.
- Catherine se va a poner muy contenta cuando sepa que te casaste - le dijo Tritón divertido - cuando termine esto, deberás traerlo para conocerlo.
Trowa se tensó y no dijo nada. Manudo lío, en especial ahora que Quatre parecía más decidido que nunca a conservarlo a su lado.
- Mi Quatre está loco - murmuró entre dientes y se retiró a buscarlo.

Wufei y su gente eran lo que más complicados estaban en el campo de batalla, parecía que una extraña magia negra protegía al enemigo de sus ataques de fuego. Furioso, se transformó y se lanzó al ataque despejando el camino hasta llegar al centro del campamento. Iba a atacar los líderes con furia cuando notó algo extraño, tenían la espada contra la frente tal como se había pactado con la gente que apoyaría a Dúo desde adentro.
- Soy Bono Sturb, Hermano de Goddar, prometido de la princesa Diana - dijo un joven.
- Bien - bajó su espada y volvió a la normalidad - soy Wufei... Marquise, primo del rey Yuy.
- ¿Por qué hiciste una pausa antes de decir tu apellido?
- Porque no me acostumbro a usar el apellido de mi esposo, se enoja cada vez que digo que soy Chang.
- Lástima, todos los chicos guapos que conozco ya tienen dueña o dueño - se lamentó - y tu esposo ¿te cuida mucho? ¿te trata bien? - lo miró.
- Creo que a Zech no le va a gustar que me estés coqueteando - le dijo el moreno viendo que el muchacho se le acercaba demasiado - es un hombre celoso.
- Pero no me has dicho cómo te trata - se cercó más.
- Por supuesto que lo trato bien - dijo Zech molesto tomando a su esposo por la cintura - ¿verdad, corazón?
- Creo que sí - suspiró - debemos avanzar hacia el campamento principal para apoyar a Dúo - levantó la espada hacia el cielo lanzando una llamarada.
- Trowa ya dio su señal, igual que Heero, así que los que faltan son Quatre y Dúo - lo tomó de la mano mientras caminaban hacia la línea de batalla del trenzado - ¿tenías que coquetear con ese tipo? - le preguntó de improviso, los celos de lo comían.
- Yo no estaba coqueteando con él - le reclamó - era él quien me coqueteaba a mí, dijo que era un chico guapo, pero le dije que tenía dueño. Además, no tienes por qué ponerte celoso, sabes que te amo.
- Perdona, pero ese tipo quería besarte.
- Imaginaciones tuyas - se rió el moreno - tú y yo tenemos muchas cosas que nos unen ¿recuerdas?

Quatre se quedó estático al chocar con un muro mágico. Miró a su gente deseando regresar por donde había venido, pero sería un mal ejemplo tanto para su gente como para su hijo. Además, Trowa venía atrás y de seguro no querría por esposo a alguien que huía de la magia negra. Cerró los ojos haciendo de tripas corazón y se concentró buscando el punto más débil de la barrera, una vez localizada, levantó su espada y una luz dorada salió de ella abriendo una brecha en la barrera que poco a poco se fue abriendo hasta ceder por completo.
- ¡A la carga! - ordenó a sus hombres transformándose por primera vez en su vida, abriéndose camino hacia el centro de ese campamento como si siempre hubiese sido un guerrero. Había visto a su Trowa muy cerca y quería que estuviera orgulloso de él, así lo amaría más.
En realidad no le costó mucho llegar al círculo central donde estaban los líderes con la espada en la frente.
Quatre volvió a la normalidad y se dirigió hacia ellos esperando que Trowa los alcanzara.
- Krauss Sturb, hermano de Goddar, prometido de la princesa Diana - se presentó el superior.
- Quatre Barton - sonrió él - duque de maroniay primo de lineo materna del Rey Yuy.
- ¿Dijo Barton? - dijo el muchacho sorprendido.
- Si, Krauss, es mi esposo - dijo Trowa poniendo la mano en el hombro del rubio que le sonrió tranquilo.
- Que mala suerte - murmuró - el chico más lindo y dulce que tengo el gusto de conocer y ya tiene un dueño - hizo un gesto - ¿son todos los chicos de Benice tan guapos como usted, duque? - le preguntó.
- ¡Krauss, no coquetees con mi esposo! - lo regañó Trowa y a Quatre no le quedó otra que sonreír contento, si Trowa se ponía celoso por las palabras de aquel muchacho era porque lo amaba y eso lo alentaba a seguir con su plan de conquista. Era feliz.
- Debemos ir a ayudar a Dúo - recordó de repente - Heero dijo algo acerca que en este lugar comenzó la maldición de nuestras castas - levantó su espada en alto y una especie de vapor dorado los rodeó - vamos, no hay tiempo que perder - y lo tomó de la mano.

Dúo luchaba denodadamente intentando no matar a nadie de su gente, después de todo sabía de sobra que tanto su tío como los nobles que lo secundaban los obligaban a pelear por medio de la magia a luchar por algo que no comprendían ni querían. Miró el cielo, cuatro de las cinco señales habían sido enviadas ya y ya sólo faltaba que él cumpliera con su parte. Esquivó a un soldado y lo dejó inconsciente de un golpe y siguió avanzando hasta toparse con Dekin Barton.
- No debería extrañarme que ustedes sean unos traidores- le dijo molesto - pero podrías tener mejor gusto ¿no crees?
- Yo tengo excelente gusto - replicó - Heero es hermoso.
- Eso ¿según quién? - se burló - además, no eres capaz de matar a nadie, ni siquiera sabes usar a Deathscythe.
- No voy a matar a gente que está siendo manipulada por tu magia negra - replicó de vuelta - pero a ti y a esos noble que si lo hacen por gusto, los mandaré a un lugar de donde no podrán volver ¡al infierno!
- A ver si eres capaz, niñito - sacó su espada.
Dúo levantó a Deathscythe provocando que un extraño humo negro los rodeara, eso evitaría que alguien interfiriera en su batalla y se transformó en bestia antes de cruzar las espadas.
- Recuperaré tu espada para el rey - le dijo tratando de tomarla, pero Dúo usó su poder y fue repelido con fuerza hacia atrás - pero qué.
- ¿No sabes que ella sólo responde a su dueño? - le apuntó - y ella ya decidió a quien servir, ahora sólo te queda esperar a tu rey en el infierno - dijo entre dientes - ¡Sombras de muerte! - y la bruma negra apresó al hombre mayor penetrando por todos los poros y luego se evaporó dejándolo vacío, sin vida.
Los soldados se inclinaron ante él y le dieron el paso para que llegara sin problemas hasta donde estaban los altos jefes del clan de Meridian.
- Veo que te uniste al enemigo - le dijo su tío furioso - pero Deathscythevolverá a mí cuando te mate.
- Estás equivocado, aunque me mates no regresará a ti porque tengo un hijo con Heero.
- Maldito muchacho - gritó exaltado y se fue contra él espada en mano.
Dúo, como pudo, se defendió de su ataque y montones de chispas saltaron sobre ellos obligándolos a apartarse bruscamente.
En eso aparecieron los otros cuatro portadores por los costados dispuestos s luchar contra los jefes cuerpo a cuerpo. De repente, una luz se encendió en cada una de las espadas del poder y subieron disparadas hacia el cielo.
Al ver a Dúo desarmado y aparentemente indefenso, el rey de Meridian intentó ultimarlo, pero un campo de fuerza lo detuvo.
- ¡Maldito Yuy! - gruñó al ver a Heero frente a él.
- Amo a Dúo Maxwell y moriré feliz de protegerlo - y un rayo y un trueno se dejaron sentir antes que una intensa luz rodeara a Heero y una a una las espadas atravesaron su pecho como flechas de fuego hasta convertirse en una sola.
- ¡Heero! - gritó Dúo desesperado.
"Sólo hiriendo el corazón enamorado de aquel que tiene la sangre del que inició esta maldición hará libre a los clanes. Su vida inmortal a cambio de la de miles" - dijo una voz.
- ¡No, no pueden quitarme a mi esposo!
Trowa levantó la mirada triste hacia el cielo y vio que la estrella de la muert había dejado de brillar junto a la regente de Dúo.
- ¡Heero! - gritó Dúo llorando.

Continuará...

Bueno, andaba un tanto depresiva, pero las cosa no son lo que parecen, al menos, eso creo.
El capítulo va para Ai Moon, Uru Yuy, Dark, Chipita, Ágila Fanel, Sarahi, Loreto, Kaede de Sakuragi.
En fin, gracias por los comentarios y espero tener pronto el otro.
Shio Chang.