VII. La predicción

A la mañana siguiente todos se levantaron para ir a sus clases como de costumbre.

¿Nos vamos Ron? - dijo Hermione bajando las escaleras y viendo a Ron de una forma diferente.

Sí, tan rápido Harry baje.- contestó éste saludando a Hermione. Ron también veía pícaramente a Herm.

¿Harry? Harry no está arriba. No hay nade más acá. - dijo Neville bajando las escaleras y tropezando con el escalón que siempre se le olvida brincar.

¿Cómo que no está, y dónde está? - Ron y Herm salieron corriendo de la sala común. Fueron al gran comedor y Harry no estaba. Iban a seguir buscando pero se dieron cuenta de la hora que era y ya Lupin no estaba en la mesa de los profesores. Si no se apuraban llegarían tarde a la clase de pociones.

Corrían por los pasillos sin pensar que Filch los podía descubrir. Por suerte Filch estaba demasiado entretenido tratando de atrapar a Peeves.

¡Justo a tiempo! ¡No puedo creer que Harry...! - asombrándose Ron no pudo terminar lo que le decía a Hermione.

¿Qué demonios? ¿Por qué no nos esperaste para salir juntos? - repuso Herm algo enojada.

Pero Harry no parecía escucharle. En realidad Harry no parecía estar en ese mundo. El Prof. Lupin daba clase sin mostrar preocupación, aunque era el profesor quien traía una cara de todos los demonios. (Era lógico si Snape no estaba quien le daría su poción). Al terminar la clase Ron y Herm salían pero se detuvieron en seco cuando vieron a Harry que les hacía una señal para que siguieran.

Prof. Lupin, ¿dónde está Snape? - preguntó enojado Harry.

Lupin se sorprendió con la pregunta y el tono de Harry, le contestó - desafortunadamente para todos incluyéndome a mí. - esto lo dijo con tono de preocupación- El Prof. Snape se unió nuevamente al Señor Tenebroso.

¿Dónde lo puedo encontrar? - volvió a preguntar enojado Harry.

¿Por qué tanto empeño en encontrarlo? ¿Para qué lo quieres? - repuso Remus.

Necesito resolver un asunto con él. Pero si usted no me quiere ayudar, ya habrá alguien que si lo haga. - salió Harry del salón cerrando la puerta con un ruido estruendoso dejando al Prof. con ojos de plato.

Harry se dirigió a la clase de Adivinación aunque sus deseos eran estar hablando con Dumbledore, y no, escuchar su famosa predicción de muerte. La clase transcurría como de costumbre. La Prof. iba de aquí para allá escuchando las predicciones de sus alumnos. En un segundo toda la clase se paró alterada. La Prof. había quedado parada en el medio del aula como si estuviera en un trance. Comenzó a decir:

"El niño muerto estará y el rey de las tinieblas se alzará. No habrá quien lo impedirá, el caos y el miedo nacerá. Toda la verdad se sabrá, a través del sueño nacerá, del niño que morirá la última esperanza oculta se mantendrá."

Tras esta predicción la Prof. Trelawney cayó desmayada. Rápido varios estudiantes corrieron hacia la enfermería mientras que otros sin entender el significado de las palabras que habían escuchado, comentaban entre sí. Al terminar la clase Harry se separó de sus amigos y se dirigió a la enfermería porque supuso que Dumbledore estaría allí. Pero al llegar la Sra. Pomfrey le comentó que el Prof. Dumbledore había salido tras enterarse de la predicción de Trelawney. Rápidamente Harry pensó en una persona que podría sacarlo de la duda. ¡Sirius! Corrió hacia la lechuzería. Filch no estaba en el camino así que llegó sin problemas. Sacó un pergamino y escribió:

Querido Sirius. Espero que te encuentres bien. Yo por mi parte tengo una duda demasiado grande y al parecer tu eres el único que me la puedes aclarar. Necesito que vengas lo antes posible. Es súper importante para mi tu presencia. Con cariño, Harry.

Se apresuró a tomar a Hedwig y atarle la nota a la pata. Ahora solo le quedaba esperar. Bajó al comedor donde se encontró nuevamente con sus amigos.

¡Hey Harry! Últimamente estás muy mal. ¿Qué te sucede? Recuerda que puedes confiar en nosotros. - preguntó Hermione.

Todavía no les puedo decir, pq no sé si es verdad. - contestó Harry.

¿Pero tiene algo que ver con-quien-tu-sabes? - preguntó Ron algo preocupado con la respuesta de Harry.

Sí. - se limitó a contestar él.

Pasaron dos días y Sirius llegó a Hogwarts. Dumbledore había solicitado la presencia de Harry en su despacho. Cuando entró, el Prof. lo dejó solo con su padrino.

¡Harry!! ¿Te encuentras bien? - preguntó Sirius abrazando a su ahijado.

No. - se volvió a limitar Harry al contestar. - Sirius, ¿porque nadie me dijo antes q mi mamá fue una mortífaga?

Los ojos de Sirius cambiaron totalmente. Su piel palideció. - ¿quién te ha dicho semejante locura?

No importa de donde lo supe, solo contéstame porque nadie me dijo nada.

Porque no es cierto Harry. Tu madre nunca fue una mortífaga No sé de donde has sacada esta barbaridad.

Lo soñé Sirius. Soñé que mi madre le entregaba sus servicios a Voldemort. Fue inducida por el maldito Snape.

¿Severus? No entiendo Harry, de verdad. No sé porque soñaste esto. Por lo menos yo nunca supe que Lily haya sido una mortífaga. Además, piensa q si así hubiese sido, tu padre jamás se hubiese casado con ella.

Harry se quedó pensando en eso último que había dicho su padrino. ¿Cómo había sido tan tonto y no darse cuenta de eso? Por fin pudo relajarse. Estaba demasiado tenso los últimos 3 días. Ya casi ni fuerzas tenía. No podía permitirse caer nuevamente en la enfermería. Habló un rato más con su padrino pero éste se tenía que ir para cumplir el mandato de Dumbledore. Pero antes le preguntó si ya había usado su regalo. Le dijo que era un arma muy buena para saber cuando le estaban mintiendo y cuando no. Sirius se fue pq Hagrid lo esperaba fuera en los terrenos para irse. Harry regresó a la Sala Común. Allí estaban sus amigos y Ginny.