CAPÍTULO 7: FATALITY

SANTUARIO DE ATENA, ATENAS, GRECIA

JARDINES DEL SANTUARIO

Después de que Silver se fue del Santuario hacia el Inframundo, Umi fue a buscar a Arika en el lugar donde Afrodita solía llevarla a entrenar, un pequeño valle donde crecían flores de muchas especies diferentes. A estas horas ya se estaba poniendo el sol, y Afrodita seguía supervisando el entrenamiento de Arika. Y el caballero no parecía muy dispuesto a dejarla ir pronto.

Umi se sentó. Conocía bien a Afrodita como para decir que esto iba para largo. Después de un rato alcanzó a ver a un chico de once años que observaba también el entrenamiento, escondido detrás de una roca, y sonrió al reconocerlo: era Rigel, el alumno de Kanon, que desde que llegó al Santuario se había convertido en la sombra de Arika. La chica iba a acercarse cuando llegó otro niño de la misma edad de Rigel.

-Ay, no- dijo Umi entre dientes- Diego no...-

Y a juzgar por las caras que pusieron Afrodita y Rigel, ellos tampoco estaban muy contentos de verlo.

Diego era quien competiría con Umi por la armadura de Escorpión, también el 'novio' de Arika, pero Afrodita era sumamente celoso de su pequeña alumna y no permitía que ningún niño se le acercara, excepto tal vez Rigel porque parecía obsesionado en cuidarla. Diego, en cambio, parecía disfrutar molestando a Afrodita y metiendo en problemas a Arika.

-Arika- dijo Afrodita- ¿qué significa esto?-

-Na...nada, maestro- dijo Arika, comprendiendo que estaba en problemas, porque su maestro le había prohibido terminantemente que vea a ese 'mocoso' en sus entrenamientos.

-Arika...- murmuró Afrodita en tono de decepción. Ese era precisamente el tono que Arika odiaba que usaran en ella, y era el botón de encendido para que la chica estallara.

-¡No me hables así!- gritó Arika, enfadada.

-¡Tú no me hables así, jovencita!- dijo Afrodita severamente, irguiéndose, como para demostrar su superioridad- me has desobedecido otra vez...-

-¿Y que piensas hacerme? ¿castigarme?- dijo Arika, aún roja de ira- hazlo, no me importa...-

-Te dije que no me hables así, Arika- dijo Afrodita cruzando los brazos- soy tu maestro y me debes respeto...-

-¡Te odio!- estalló Arika, y se fue. Diego rió por lo bajo, satisfecho de haber cumplido su misión de molestar a Afrodita, y se retiró también. Rigel siguió a Arika con la mirada, ligeramente entristecido, y Umi corrió tras ella.

Arika la ignoraba y caminaba cada vez más rápido, hasta llegar casi a trotar. Pero una niña de 10 años no era rival para Umi, quien era cuatro años mayor que ella. Umi la alcanzó fácilmente, tomándola de un brazo y obligándola a detenerse.

-¡Suéltame!- gritó Arika.

-¿Qué demonios te sucede?- le dijo Umi.

-¡Suéltame!- volvió a gritar Arika, pero Umi no la soltó ni parecía dispuesta a ello.

-No hasta que me digas que demonios fue eso...-

-¡Qué me sueltes!-

-¡Qué me digas!-

-¡Lo odio!- gritó Arika- ¿por qué tengo que entrenar con él?-

-Arika...-

-¿Porqué tú puedes tener novio, salir con Shun y todo, y yo no?-

Umi puso los ojos en blanco.

-Arika, tienes diez años y yo catorce. Además, a Milo tampoco le agrada la idea de que salga con Shun- Arika cruzó los brazos, no muy convencida, y Umi frunció el entrecejo- de seguro fue el tontito de tu dizque novio gallina el que te metió esa idea en la cabeza. Arika, a tu maestro le preocupas, aunque...-

-A mí no me importa- dijo Arika- ahora suéltame-

Umi tenía verdaderas ganas de dar un buen golpe a su amiga para que entrara en razón, pero no lo hizo y la soltó. Arika se fue corriendo después de dirigirle a su amiga una mirada ofendida, tal vez por la alusión avícola que utilizó para describir a su novio. Umi pensó en seguirla, cuando vio a una amazona pasar a su lado, rozándole el hombro. Era...

-¡Marín!- exclamó Umi al verla-¿dónde has estado? -

Marín, sin embargo, la ignoró y se fue. Umi la siguió con la mirada, perpleja.

-¿Qué no había desaparecido?-murmuró en voz baja.

Umi parpadeó. Ya estaba ligeramente oscuro y Arika ya se había perdido de vista.

-Maldición- murmuró Umi entre dientes- detesto cuando se pone en ese plan, y me toca ser su niñera... solo espero que la niñita no haya entrado al bosque...-

Y se dirigió hacia la periferia del bosque, guiándose por el cosmo de su amiga.

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JARDINES DEL SANTUARIO

Aburrido, Saga salió a los jardines del Santuario. La verdad había visto la cara de su hermano cuando llegó, y sospechó que algo andaba mal, así que prefirió dejarlo solo con la chica un rato. Tal vez así se arreglaría su problema, sea cual fuere. Además, nunca había sido muy bueno para consolar a la gente, no, Aioros era el experto en eso. Y para colmo, estaba preocupado por Kateri. No fuera a ser que ella también desapareciera como Shaina y Marín, sin ser amazona, ya que la chica entraba y salía del Santuario como si lo fuera.

Saga siguió caminando. A lo lejos vio a Milo y Camus que paseaban con Camille y Meggan por los jardines. Unos minutos después, sintió un cosmo conocido, pero no recordaba a quien pertenecía. Luego se dio cuenta de quien se trataba.

-Saga- escuchó una voz femenina.

-¡Kateri!- exclamó Saga al verla- ¿qué haces...?-

-Vine a verte- dijo Kateri- ¿es un mal momento?-

-Más o menos- dijo Saga, acercándose a ella y tomándola de las manos- precisamente estaba pensando en ti... no deberías venir tu sola, el Santuario no es seguro en estos momentos...-

Kateri sonrió nerviosamente.

-No te preocupes- dijo Saga, interpretando el nerviosismo de su novia como miedo, abrazándola- no dejaré que nada malo te suceda...-

Kateri tembló ligeramente, sorprendida por esto. Dentro de su corazón, se sentía culpable por lo que hacía. Pero por otro lado, no podía desobedecer a su amo. Al parecer, Saga se dio cuenta del conflicto de sentimientos, porque apretó un poco más su abrazo.

-¿Qué te preocupa?- preguntó.

-Nada, Saga...- murmuró Kateri.

-Sí te preocupa algo- dijo Saga- dime...-

-Si pudiera, te lo diría, Saga- dijo Kateri, comenzando a sentir la humedad de sus propias lágrimas sobre sus mejillas, mientras se encontraba en el cálido abrazo de Saga- por favor, ya no me preguntes...-

-Está bien...- dijo Saga, sorprendido por esto. Ya lo averiguaría más tarde.

En ese momento, alguien pasó junto a Saga y le rozó el hombro.

-¡Marín!- exclamó Saga, después de voltear y ver a la amazona.

-¿Qué pasa, Saga?- preguntó Kateri. Saga se volvió hacia ella.

-Marín había desaparecido del Santuario, tengo que averiguar que sucedió...-le dijo en voz baja -espérame aquí...-

Y el caballero corrió tras Marín. Con un suspiro, Kateri se limpió un poco los ojos con el dorso de su mano y se dirigió hacia las Doce Casas a cumplir sus órdenes.

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JARDINES DEL SANTUARIO, FUERA DEL RECINTO DE LAS AMAZONAS

Camille y Meggan habían pasado la tarde con Milo y Camus.

-Ya está oscureciendo- observó Camus- Meggan debería volver con las amazonas y nosotros hacia las Doce Casas-

-Tienes razón- dijo Milo- y también...- pero se interrumpió al escuchar un ruido, una explosión procedente de las Doce Casas.

-Esto no me gusta- dijo Camus.

-Ni a mí- dijo Milo- deberíamos ir a investigar...-

-Camille, quédate con Meggan y entren las dos al Recinto- dijo Camus- no tardamos...-

Los dos caballeros corrieron en dirección hacia las Doce Casas.

-¡Dioses! ¡Es cierto!- exclamó Meggan de pronto.

-¿De que hablas?- dijo Camille.

-De Daggianna- dijo Meggan- se quedó con Mu, pero cuando volvimos ya no estaba, ¿cierto?-

-Tienes razón- dijo Camille- pero tal vez volvió al...-

En ese momento se interrumpió, porque vio que una amazona se les acercó.

-¿Shaina?- dijo Meggan, muy sorprendida- pero si yo creí que tú habías...-

-¡No hay tiempo!- exclamó Shaina- necesito su ayuda. Algo malo le sucedió a Daggianna...-

-¿Qué dices?- dijo Camille.

-¿Dónde está?- dijo Meggan- ¿qué le pasó?-

-Por aquí- dijo Shaina- síganme...-

A Meggan le pareció algo extraña la actitud de Shaina. No, su tono de voz. Pero aún así, pensando en que le pudo pasar a Daggianna, la siguió junto con Camille.

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LAS DOCE CASAS, PIE DE LA ESCALERA

Kanon y Lavinia estaban al pie de la escalera que da hacia la casa de Aries. Kanon ya sabía que Hades iría por ella a la mañana siguiente, y ya se lo había comunicado, por ordenes de Saori.

-Así que Radamanthys y los otros vendrán mañana- dijo Lavinia, sonando algo decepcionada.

-Te voy a extrañar- dijo Kanon.

-Y que lo digas- dijo Lavinia- nadie jamás me había...- se interrumpió- pasé un tiempo muy agradable contigo...-

-Yo también- dijo Kanon.

Se quedaron un momento en silencio.

-No quiero...- dijo Lavinia de pronto- no quiero volver con Hades...-

-Lavinia...- dijo Kanon- ahí estarás a salvo de...-

-¿Pero porqué?- dijo ella- ¿porqué todos están... interesados en mí? ¿qué tengo yo?-

Kanon suspiró.

-A veces, por el bien de los demás, tenemos que hacer cosas que no sabemos, o que no entendemos porqué...- dijo Kanon.

-Tal vez tengas razón- dijo ella- pero aún así no quiero...-

Kanon se percató de la presencia de una lágrima en su mejilla. La limpió con su dedo índice.

-Ya, no llores- le dijo en voz baja- cuando todo esté más tranquilo y pase el peligro podrás venir...-

-Kanon, yo...- murmuró ella.

-¿Sí?-

-Yo...-

Ambos cerraron los ojos, y sus rostros se iban acercando poco a poco. Pero los labios de los dos nunca hicieron contacto, porque ellos también escucharon la explosión, muy cerca de ahí, hacia la casa de Mu.

-¿Qué...?- comenzó Lavinia.

-Esto no me gusta- murmuró Kanon.

-¿Todo bien, Kanon?- preguntó Camus, llegando junto con Milo unos segundos después- ¿no escucharon algo extraño?-

-Escuchamos una explosión en la casa de Mu- dijo Kanon.

-Quédate con ella- dijo Milo- nosotros iremos a averiguar que fue lo que sucedió...-

Los dos caballeros subieron, dejando a Kanon con Lavinia. Éste rogaba con todas sus fuerzas que la explosión no tuviera nada que ver con la chica.

-¡Kanon!- se escuchó una voz. Lavinia y Kanon se volvieron, para encontrarse con Kateri. La chica parecía algo preocupada y asustada.

-Kateri, ¿qué te sucede?- preguntó Kanon- ¿qué haces aquí?-

-Vine a verte- dijo Kateri.

-Creo que me confundes...- dijo Kanon- yo no soy Saga, soy...

-No te confundo, Kanon- dijo Kateri. Sin darle tiempo de contestar, se acercó a él y lo besó. Kanon estaba demasiado sorprendido como para reaccionar. Jamás se hubiera esperado esto de Kateri. Ésta se separó de él. Kanon la miró sorprendido, incrédulo de lo que acababa de ocurrir. Kateri tenía una mirada muy triste, y se fue unos segundos después, desapareciendo tan rápido como había llegado. Kanon miró a Lavinia, quien estaba llorando, pero esta vez sus lágrimas eran de ira.

-¿La novia de tu hermano?- dijo Lavinia- ¿tu hermano gemelo?-

-Lavinia, no es lo que...-

-¡No me digas que no!- gritó ella- ¡lo vi con mis propios ojos!-

-Lavinia, yo...-

-¡Calla!- dijo ella- me has estado mintiendo todo este tiempo, y yo casi...- se interrumpió- pues me alegro de que mañana temprano Hades venga por mí- y comenzó a caminar para alejarse de Kanon.

-Espera- dijo Kanon, tomándola del brazo, pero tuvo que soltarla al sentir que su mano se quemaba al contacto con su piel- ¿qué...?-

-No te atrevas a tocarme de nuevo- le dijo Lavinia.

-Lavinia, es peligroso...-

Pero la chica lo ignoró y salió corriendo de ahí. Durante unos segundos, Kanon no se atrevió a seguirla: su esencia divina estaba despertando, y él se había quemado su mano al contacto con ella. Luego reaccionó: recordó que los jardines del Santuario de noche no era un sitio seguro, y mucho menos para ella, y corrió a buscarla en la oscuridad.

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BOSQUE DEL SANTUARIO

Arika había corrido a esconderse junto al bosque. Tenía planeado quedarse ahí un rato, lo suficiente para que Afrodita se preocupara un poco y dejara de molestarla. Mientras corría se tropezó con una roca y se raspó una rodilla.

-Maldición- dijo en voz baja, mirándose la rodilla, que sangraba ligeramente. Sintió el cosmo de Umi cerca, y comenzó a adentrarse en el bosque. Una vez en el sendero del bosque, escuchó unos ruidos extraños, como los de un cascabel.

-¿Qué es eso?- se preguntó.

Curiosa, siguió la fuente del sonido, saliéndose del sendero y adentrándose más y más en el bosque. De pronto, el sonido cesó, y Arika comenzó a asustarse. Estaba perdida, sin duda, pues no se había fijado por donde iba y no podía encontrar el sendero de nuevo. Escuchó varios sonidos, y vio un par de sombras acercándose a los alrededores.

-Umi, no es gracioso- dijo Arika en voz alta, pues sentía cerca el cosmo de su amiga- ya deja de asustarme...-

No obtuvo respuesta. Más asustada aún, Arika siguió caminando, pero de pronto sintió que alguien la atrapó por la cintura y la alzó en el aire. Trató de gritar pero sintió una mano enguantada en su boca que la silenció. Arika forcejeó para liberarse, pero no pudo.

-¿Qué atrapaste, Aletia?- preguntó una voz femenina, desconocida para Arika.

-Una niña- dijo la chica que tenía a Arika.

-Muy oportuno- dijo la que había preguntado, acercándose- ¿no sabes que la curiosidad mató al gato, pequeña?-

-Silencio, Amira- dijo Aletia- alguien viene....-

Las dos chicas se escondieron, llevando a Arika con ellas.

-¡Arika! Ya deja de esconderte- decía Umi- Milo me va a matar por andar tan tarde fuera, sobre todo aquí...-

Arika vio una sombra que se acercaba a Umi por detrás. Forcejeó de nuevo, pero la chica que la había atrapado no la soltaba. Desesperada, mordió fuertemente la mano que la silenciaba, traspasando el guante y haciendo que la chica la soltara.

-¡Umi, detrás de ti!- gritó Arika con todas sus fuerzas. Encendió su cosmo débilmente- ¡ROSAS ROJAS!-

Unas seis rosas surgieron de las manos de Arika. No eran suficientes; sin embargo, ayudaron a Umi a esquivar el ataque. Aletia, enfurecida, atrapó de nuevo a Arika y tomó una pequeña espina de su bolsa y la clavó en el cuello de la niña, y esperó a que el veneno hiciera su efecto y Arika perdiera la conciencia.

-Aletia, llévatela de aquí- dijo Amira, la otra chica- yo me encargaré...-

Aletia salió corriendo, llevándose a Arika consigo.

-Ah, no, no te la llevarás...- dijo Umi, corriendo tras ella. Pero unos metros más adelante, alguien se interpuso entre ella y la chica que se llevó a Arika, la misma persona que la había atacado minutos antes, y ahora, con la luz de la luna, la reconoció.

-¡Shaina!-

-¡A MÍ, COBRA!-

Umi saltó a un lado para esquivar el ataque.

-Prueba esto ¡AGUJA ESCARLATA!-

Shaina salió volando unos metros. En ese momento apareció alguien junto a Umi. Ésta saltó a un lado, instintivamente, pero se trataba de Shun.

-¡Umi!- dijo Shun-¿qué sucede?-

-Shaina me está...-

Pero no acabó la frase, porque Shaina los atacó de nuevo.

-¡A MÍ, COBRA!-

Umi y Shun esquivaron el ataque.

-¡AGUJA ESCARLATA!-

Debilitada ya por las rosas de Arika y los dos ataques de Umi, Shaina cayó al suelo y perdió la conciencia.

-¿Ahora ya puedes explicarme que fue lo que pasó?- dijo Shun.

-Algo raro está sucediendo, Shun- dijo Umi- vi a dos chicas muy extrañas, y una de ellas se llevó a Arika...-

-¿Qué dices?- dijo Shun- ¿a dónde?-

-No lo sé, pero tenemos que avisar a los demás de esto- dijo Umi.

Shun se acercó a Shaina. Notó que llevaba puesto en su brazo derecho un brazalete de plata muy extraño, y se lo quitó.

-Mira esto- dijo Shun- ¿crees que tenga algo que ver?-

-Lo he visto antes...- dijo Umi en voz baja, forzando un poco su memoria- se parece mucho al que tiene esa chica novia de Saga...-

-Tienes razón- dijo Shun- algo muy extraño está ocurriendo aquí...-

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CASA DE SAGITARIO

Aioros no hacía más que acariciar el rostro de Ariadna. Recordó aquel día que la vio en el hospital, en coma y sin esperanza de despertar, y el terrible miedo que había sentido. Unos minutos después, la chica parpadeó, y abrió los ojos.

-¿Aioros?- murmuró en voz baja- ¿qué pasó?-

-No hables- dijo Aioros- descansa, todo está bien...-

Ariadna se sentó sobre la cama.

-No, Aioros, algo anda mal...- dijo ella.

-¿Dé que hablas?-

De pronto lo recordó: los ojos rojos que había visto, el miedo que había sentido, y todo había sido en un sitio.

-¡El bosque!- dijo Ariadna.

-¿El bosque que?-

-Aioros, hay algo en el bosque- dijo Ariadna, tomando las manos de Aioros entre las suyas- yo vi unos ojos rojos, y sentí mucho miedo. Pero luego algo se encajó en mi mano y me quedé dormida-

-Una espina- dijo Aioros- lo sé...-

-Tenemos que ir a ver que es eso- dijo Ariadna- tengo el presentimiento que tiene que ver con el monstruo que vieron hace dos días-

A Aioros no le agradaba mucho la idea de que Ariadna se levantara, pero la expresión en los ojos de su amada amazona lo hizo aceptar. Ambos se levantaron y se dirigieron al bosque.

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CONTINUARÁ...

Silverhell: gracias por tu review! Jeje, bueno, digamos que no creo que a Mu le agrade mucho que le robes a su aprendiz.

layla kyoyama: gracias por tu review! En cuanto a lo que me pediste, Umi Yagami está haciendo un fic sobre ella misma al llegar al Santuario, en los que incluye a Silver y a Arika, y explica como llegó a ser caballero dorado. Ojalá lo leas, Umi es una escritora excelente (nota: no es publicidad, pero tú querías un preview, así que ahí tienes), se llama 'Umi de Escorpión'.

remsie: gracias por tu review! No digo nada para no arruinar la sorpresa.

Shadir: ya sé, es un tramposo... pero ni modo, luego verás... gracias por tu review!

A todos: sigan mandando reviews!

Abby L. / Nona