CAPITULO 17: UNA FRÍA SORPRESA

TEMPLO DEL SOL, DELFOS, GRECIA

TEMPLO DE SAGITARIO

-Por fin- dijo Aioros- el último templo-

Aioros entró y miró a su alrededor. Se sorprendió enormemente. Vio que en las paredes había extrañas telas de varios colores. Pero esto no fue la causa de su sorpresa. Vio que delante de él se extendía un pequeño camino rodeado de sal, veladoras encendidas y flores parecidas a margaritas, pero de color anaranjado. El camino estaba lleno de pétalos de las mismas flores. El resto del templo estaba en total oscuridad.

El caballero, dudoso, recorrió el camino, mirando a su alrededor. Al final del camino, vio una cruz de sal en el suelo rodeada de flores, y un pequeño altar escalonado después de la cruz. Tenía siete escalones en total, y cada uno tenía varios objetos griegos, papel picado, veladoras, flores, algunos cráneos blancos decorados de varios colores muy llamativos y panes redondos rociados con azúcar. Tocó uno de los cráneos y éste se deshizo. Estaba hecho de azúcar. Al levantar su vista, vio que en el escalón más alto estaba una imagen de su propio rostro.

-¿Qué demonios...?-

Se talló los ojos y volvió a mirar. Sí, se trataba de una fotografía suya. Junto a ella, vio un papel color café con los bordes quemados, y leyó su contenido. Parecía un poema, pero muy macabro.

-'Aioros vivía en el Santuario
porque era el caballero de Sagitario,

fue un tonto al entrar al Templo del Sol,

porque la muerte ahí lo encontró...'-

-Bienvenido, caballero- dijo una voz femenina, que debía pertenecer a la guardiana de ese templo- veo que te ha gustado mi decoración...-

-Tanto como la de Máscara Mortal- dijo Aioros, sin quitar la vista aún del tétrico espectáculo del altar y del camino de pétalos y veladoras.

-Has visto ya tu propio altar de muerto- dijo la voz, cuyo eco resonaba por todo el templo- ahora solo falta que mueras...-

-Muéstrate- dijo Aioros de mal humor. No le agradó mucho ese lugar, para comenzar.

Los pétalos y la sal formaron un pequeño torbellino, en el cual apareció la guardiana. La oscuridad terminó y se encendieron las luces. La chica que acababa de aparecer frente a él era ligeramente morena, sus ojos castaños y sus cabellos eran negros, largos y lacios. Su armadura incluía un arco y flechas, así como un largo mazo con algunas tablas transversales. A pesar de todo, tenía una mirada bondadosa y de inocencia.

-Aquí estoy- dijo la chica- soy Guadalupe García de México, guardiana del Cristal de Roca de Sagitario-

-No quiero lastimarte, chica- dijo Aioros- dame la gema y...-

-Mi deber es proteger el templo y la joya contra intrusos como tú- interrumpió ella. Aioros frunció el entrecejo.

-Está bien, tú lo has querido así- dijo Aioros, encendiendo su cosmo- prepárate-

-Ya lo estoy- dijo ella, dejando su arco y flechas en el suelo, y alzando su mazo. De inmediato, la chica se lanzó contra él. Aioros detuvo su mazo antes de que le diera en la cabeza, aunque aún así se hizo daño en las manos.

-¿Qué es ese mazo?- preguntó Aioros.

-Yo soy descendiente del pueblo azteca- dijo la chica- esta es nuestra arma invencible...-

-Pues verás que tu arma invencible no te servirá de nada- le dijo Aioros.

-Eso lo veremos- dijo Guadalupe antes de atacar otra vez.

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TEMPLO DE LEO

Akemi seguía dando una paliza a Aioria. La chica era muy fuerte, pero si el caballero quería salvar a Atena y a Marín tenía que vencerla.

-¡ESPADA SAMURAI!- atacó Akemi.

-¡COLMILLO DE LEÓN!-

Los dos ataques chocaron en el aire y estallaron. La onda de choque los golpeó a ambos y los lanzó a sentidos opuestos. Aioria se levantó adolorido. Akemi también se levantó, y el caballero pudo ver como sangraba. Aún así, la chica no daba señales de querer rendirse.

-¿Qué no sabes cuando rendirte?- dijo Aioria- si sigues así, morirás-

La chica lo ignoró, y Aioria supuso que la chica estaba siendo controlada por Apolo. De pronto, Aioria sintió un cosmo muy familiar.

-¡METEORO!-

Aioria difícilmente esquivó el ataque. Marín lo estaba atacando.

-Eres un maldito, Apolo- dijo Aioria entre dientes- obligándolas a arriesgar sus vidas. Y lo peor...te atreviste a hacérselo a Marín...-

Las dos chicas se lanzaron contra él.

-Esto no está bien- se dijo Aioria, saltando hacia atrás para esquivar los ataques. ¿Cómo podría vencerlas sin lastimarlas?

-Prepárate a morir- dijo Akemi- te mostraré el verdadero poder de Leo. ¡GARRAS DEL LEÓN!-

-¡METEORO!- exclamó Marín.

-¡PLASMA RELAMPAGO!- dijo Aioria. De nueva cuenta, los tres ataques chocaron en el aire y lanzaron a sus respectivos atacantes hacia las paredes. Akemi se golpeó la cabeza y perdió su diadema y se desmayó, pero Marín se levantó como si nada hubiera pasado y volvió a atacar a Aioria.

-¡Marín!¡Detente!- dijo Aioria, deteniéndola por las muñecas- ¡Marín!-

-¡Kyaaaaa!- gritó ella, retorciéndose para librarse de él.

-¡Marín!-

Marín retiró sus brazos, dejando su brazalete de plata en la mano derecha de Aioria. Perdido el control de Apolo, Marín se desmayó, dejándose caer suavemente hacia delante, a los brazos de Aioria. Segundos después, despertó.

-¡Marín!- exclamó Aioria, estrechándola contra él- estás bien-

-¿Aioria?¿Qué pasó?-

-Desapareciste hace dos noches- dijo Aioria- estaba muy preocupado por ti...-

-Aioria, lo siento- dijo Marín, recordándolo todo- lo siento mucho-

Aioria sonrió, y apretó un poco su abrazo.

-Me alegro de haberte recuperado a salvo- dijo él.

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Kanon siguió peleando contra Genoveva. Los poderes de ambos estaban muy equilibrados.

-Es inútil- se dijo Kanon- si sigo así, nunca ganaré...-

-Tengo una idea- dijo Giovanna- pero debes prometer que no lastimarás a mi hermana-

-Haré lo que pueda- dijo Kanon. Giovanna susurró unas palabras a Kanon, y éste asintió. El caballero abrió un portal a otra dimensión y desapareció.

-No sé lo que traman, hermanita- dijo Genoveva, encendiendo su cosmo- pero no va a funcionar...-

-Deja de hablar por mi hermana, desgraciado- dijo Giovanna, levantando una espada del suelo- te voy a dar una lección...-

-Quisiera verte intentando lastimar a tu propia hermana- dijo Genoveva levantando otra espada y encendiendo su cosmo. Giovanna hizo lo mismo.

Genoveva, controlada por el poder de Apolo, se lanzó contra su gemela. Ésta dio un salto hacia atrás, y de una patada hizo caer a su hermana. Genoveva se levantó antes de que Giovanna reaccionara y la clavó contra la pared del templo por sus ropas con su espada.

-Y ahora, Giovanna- dijo Genoveva, sacando una daga de su cinturón- prepárate a morir...-

En ese momento apareció Kanon detrás de ella, saliendo de un portal a otra dimensión. Con un brazo la atrapó y con la otra mano le arrancó la diadema. Genoveva perdió la conciencia después de dejar escapar un pequeño grito ahogado.

-Genoveva...- murmuró Giovanna en voz baja, mientras veía como Kanon la colocaba en el suelo, apoyándola en una columna.

-¿Tú estás bien?- le preguntó Kanon. Giovanna asintió.

-No alcanzó a lastimarme...-

-¡Giovanna!- exclamó Genoveva, apenas abriendo los ojos- lo siento, hermana...-

-Ya, no pasó nada- dijo Giovanna con una sonrisa.

Kanon sonrió. Al fin tenía la gema de Géminis. Abrió un portal a otra dimensión y se introdujo en él.

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UNDECIMO PATIO

-¡DANZA DE ESPADAS!- exclamó Safiya.

-¡KOM!- Shaka hizo su barrera protectora.

-Eres un cobarde- dijo Safiya, ya cansada de que Shaka detenga todos sus ataques con su barrera de energía. Shaka sonrió.

-Aún no me crees- dijo Shaka- tu hermana y las demás están siendo controladas por tu amo... por esas diademas que tienen-

-¡Mientes!- dijo Safiya.

-No miento- dijo Shaka- tú misma te debes haber dado cuenta...que actúan raro con esas diademas...-

-¡Mientes!- repitió Safiya, pero de pronto recordó lo que había sucedido, el cambio repentino cuando su hermana se colocó la diadema con la aguamarina. La chica apagó su cosmo y bajó su sable.

-¿Qué sucede?- dijo Shaka de pronto.

-Tienes razón- dijo Safiya tristemente.

-Oye, no te pongas así- dijo Shaka- estoy seguro de que Milo librará a tu hermana de ese hechizo...-

Safiya sonrió ligeramente, y miró hacia el templo de Escorpión.

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TEMPLO DE ESCORPION

-¡AGUJA ESCARLATA!- atacó Milo.

-¡ESCORPION DEL DESIERTO!- dijo Amira.

El ataque de Amira era muy similar al de Milo. Ambos contrincantes tenían sus cuerpos llenos de heridas.

-Si sigo así, voy a perder- murmuró Amira para sí misma- debo usar otra estrategia...-

-¿Qué, ya te rendiste?- dijo Milo, quien a pesar de sus heridas seguía con su sonrisa confiada.

-Oh, no- sonrió Amira- aún tengo una carta bajo la manga...mi ataque de la noche del desierto-

-Oh, muy impresionante- dijo Milo en tono sarcástico.

-Ya verás- dijo Amira, e hizo sonar sus dedos. Milo comenzó a sentir frío- mi técnica solo puede ser llevaba a cabo en el clima frío de una noche en el desierto- continuó Amira- y tu amiga me está ayudando a conseguirlo-

Amira encendió su cosmo y señaló a una chica de cabellos y ojos azules, y una mirada fría, que llevaba un brazalete de plata en la muñeca.

-¡Camille!- exclamó Milo- déjala, Amira, ella no es amazona-

-Prepárate a morir, caballero- dijo Amira- ¡NOCHE DEL DESIERTO!-

Milo, impresionado, recibió todo el impacto del ataque. Podía sentir por toda su piel el frío viento arenoso que le helaba los huesos y absorbía toda su energía. Milo cayó al suelo boca abajo, y la guardiana rió.

-Y ahora- dijo Amira, pasándole un sable a Camille- acábalo tú misma-

Camille tomó el sable, obediente, y se acercó a Milo.

-Detente, Camille- dijo Milo débilmente.

-Pierdes tu tiempo- dijo Amira- mi amo la controla, igual que al resto de las amazonas que trajimos...-

-Camille- dijo Milo en voz baja. Camille levantó el sable, lista para dar el golpe.

-Adiós, Milo- dijo ella, bajando el sable. Milo la detuvo por las muñecas, haciéndola soltar el arma.

-No, Camille- dijo Milo- no permitiré que Apolo gane, y no lo perdonaré por haberte hecho esto...-

Y antes de que Camille o Amira reaccionaran, Milo le sacó el brazalete de plata a la primera.

-¡No!- exclamó Amira, furiosa- ¡ESCORPION DEL DESIERTO!-

Pero antes de que el ataque llegara a su blanco, Milo tomó a la inconsciente Camille en sus brazos y saltó con ella para esquivar el ataque. Se colocó de pie sobre una columna del templo. Camille despertó.

-¡Milo!- gritó ella de mal humor- ¿cómo te atreves? ¡Suéltame!-

Ella trató de bajar, dándose cuenta demasiado tarde de la enorme distancia entre sus pies y el suelo. Afortunadamente, Milo la atrapó por la cintura, casi riendo.

-¿Segura que quieres que te suelte?- dijo Milo.

-Hazlo y te parto el cráneo- le advirtió Camille.

-Lo siento, pero perdiste tu oportunidad- dijo Milo.

-¡Eres un...!-

-Ahora no, preciosa- dijo Milo, saltando a otra columna, para esquivar un nuevo ataque de Amira- tenemos que quitarle la gema a esa lunática-

-Pues haz algo- dijo Camille. Milo sonrió.

-Baja y pelea, cobarde- dijo Amira desde abajo- ¡ESCORPION DEL DESIERTO!-

-¡AGUJA ESCARLATA!-

Milo aterrizó y puso a Camille en el suelo, en un lugar seguro.

-Quédate aquí- dijo Milo con cierto aire serio- no quiero que te lastime-

-De... de acuerdo- dijo ella, algo sorprendida por esto último.

Amira había encendido ya su cosmo.

-¡DANZA DE SABLES!-

Dos sables salieron disparados hacia Milo, produciendo cortes en el cuerpo del caballero, uno en su brazo derecho y otro en el muslo izquierdo, en sitios descubiertos por la armadura. Milo dejó escapar un leve gemido, que indicó a la guardiana que su oponente estaba herido.

-Parece que ya perdiste tu confianza- dijo Amira- ¿o ya te resignaste a morir?-

Milo no respondió. La falta de sangre estaba haciendo ya sus estragos, y se sentía muy débil.

-¡Muere de una buena vez!- exclamó Amira- ¡ESCORPION DEL DESIERTO!-

-¡Milo!¡Muévete!- exclamó Camille. Milo la escuchó lejos. Sintió un empujón que lo alejó del ataque, y a Camille caer sobre él.

-¿Qué hiciste...?- dijo Milo, abriendo sus ojos grandemente- Camille, estás herida...-

-No es nada- dijo ella, con sus manos apretando la herida que tenía en el abdomen, y apretando los dientes para disimular el dolor- tú recibiste muchos de estos...-

-Pero tú no tienes ningún entrenamiento de caballero- dijo Milo- quédate aquí...-

Milo se levantó y encendió su cosmo.

-¿Acaso vas a desperdiciar su sacrificio?- dijo Amira.

-Claro que no- dijo Milo. Amira trató de encender su cosmo, pero no pudo.

-¿Qué demonios...?-

-¡LA RESTRICCIÓN!- dijo Milo- no podrás moverte-

Amira palideció. Milo tenía verdaderas ganas de matarla, pero no hizo más que alargar su mano y quitarle la diadema, quien cayó desmayada. Safiya y Shaka llegaron en ese mismo momento.

-¡Amira!- exclamó Safiya- ¿qué le hiciste?-

-Estará bien- la tranquilizó Shaka- estaba siendo controlada por Apolo, y se desmayó por el cansancio que le causó tratar de resistirse-

Milo asintió con seriedad. Se guardó la gema y levantó a Camille en brazos.

-Nos queda poco tiempo, debemos apresurarnos- dijo Milo.

Shaka, Milo y Camille desaparecieron por la salida del templo, dejando a Safiya con su hermana.

-¿Safiya?- dijo Amira apenas despertando.

-¡Estás bien!- exclamó Safiya, abrazando a su hermana.

-Sí, y veo que también tú- dijo Amira. Safiya asintió, y volvió su mirada a la salida del templo.

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CONTINUARÁ...

Sango: gracias por tu apoyo!

Shadir: que loco, no? gracias por tu review!

Megu-chan: lo más pronto que puedo. A Aioros le reservé una pelea muy especial, y un oponente muy especial. Gracias por tu review!

Speedy Asakura: ya les di su buena dosis de vitamina K para evitar hemorragias. Además, como si los caballeros no tuvieran como veinte litros de sangre en vez de los cinco que todos tenemos... gracias por tu review!

Swan-chan: espero que aún no hayas muerto de curiosidad. Gracias por tu review!

Misao CG: aún no puedes morir de un infarto, es demasiado pronto y los estrógenos te protegen... espera después de los cuarenta años. Yo también soy alérgica a todo (polvo y gatos, por desgracia) En cuanto a Ariadna, ya pronto la va a encontrar... Felicidades por tu historia genial, y gracias por tu review!

Silverhell: ya regañé a Aioros... pero era o la quimera o su cabeza, y creo que eligió correctamente, porque el caballerito no quería ir a saludar a tu señor otra vez. Y dice Umi que leas su fic, porque ya mero sales. Gracias por tu review!

Umi: ya le pasé tu recado a Silver, y gracias por tu review! Claro que seguiré leyendo tu fic de Umi, espero que avances pronto, que sigo esperando.

A los demás: gracias por leer, y sigan mandando reviews!

Abby L. / Nona